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Friday, July 18th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar Comentario CrÃtico Sin Abreviar
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ephesians 2". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/commentaries/spa/jfu/ephesians-2.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ephesians 2". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/
Whole Bible (29)New Testament (6)Individual Books (5)
VersÃculos 1-22
CAPITULO 2Vers. 1-22. EL AMOR Y LA GRACIA DE DIOS MANIFESTADOS AL DARNOS VIDA POR CRISTO. SU PROPOSITO AL HACERLO: EXHORTACION BASADA EN NUESTROS PRIVILEGIOS COMO TEMPLO SANTO, EN CRISTO, POR EL ESPIRITU.
1. Y ⦠vosotros-También a vosotros, entre aquellos que han experimentado su poder que los capacitó para creer (vv. 19-22). [Falta el verbo en el versÃculo primero. Los traductores de nuestra versión española trataron de suplir la falta, poniendo en letra bastardilla, âY de ella recibisteisâ. El verbo aparece en versÃculo 5, ânos dió vidaâ. Debemos leer pues el v. 1, âY a vosotros, os dió vidaâ, etc. Nota del Trad.] que estabais muertos-espiritualmente (Col 2:13). Erais un cadáver vivo: sin la presencia amorosa del EspÃritu de Dios en el alma, y por esto incapaces de pensar, desear o hacer algo que sea santo. en vuestros delitos y pecados-Como si éste fuese el elemento en que se halla el incrédulo y por el cual está muerto a la vida verdadera. El pecado es la muerte del alma. Isa 9:2; Joh 5:25, âmuertosâ (espiritualmente), 1Ti 5:6. âAlejados de la vida de Diosâ (cap. 4:18). El griego por âdelitoâ significa âtransgresionesâ y expresa más bien una caÃda, o desliz, como la transgresión de Adán, por la cual cayó. âPecadoâ da a entender corrupción innata y alejamiento de Dios (lit. enajenación de la mente de la regla de la verdad), exhibidos en actos de pecado (griego, âHamartémataâ). Bengel refiere el término âtransgresionesâ a los judÃos que tenÃan la ley, mas se rebelaron contra ella: âpecadosâ, a los gentiles que no conocÃan a Dios.
2. en otro tiempo anduvisteis conforme a la condición de este mundo-el curso (lit., âla edadâ, comp. Gal 1:4) o sÃstema actual de este mundo (1Co 2:6, 1Co 2:12; 1Co 3:18-19, como opuesto al âmundo venideroâ): alejado de Dios y âpuesto en maldadâ (1Jo 5:19). âLa edadâ (que a veces es más eterna y ética) regula âel mundoâ (que es algo más que externo). conforme al prÃncipe de la potestad del aire-El dios invisible que está abajo guiando âel curso de este mundoâ (2Co 4:4); recorre el aire y anda a nuestro derredor: comp. Mar 4:4, âaves del aireâ (griego, âcieloâ) es decir, (v. 15), âSatanásâ y sus demonios. Comp. cap. 6:12; Joh 12:31. Parece que la ascensión de Cristo echó a Satanás del cielo (Rev 12:5, Rev 12:9-10, Rev 12:12-13), donde antes habÃa sido el acusador de los hermanos (Job 1). No pudiendo más acusar en el cielo a los justificados por Cristo, el Salvador ascendido (Rom 8:33-34), ahora los ataca en la tierra con todas las pruebas y tentaciones; y por esto âvivimos en un ambiente venenoso y preñado de elementos mortÃferos; pero una purificación poderosa del aire será efectuada en la segunda venida de Cristoâ [Auberlen], porque Satanás será atado (Rev 12:12-13, Rev 12:15, Rev 12:17; Rev 20:2-3). El término âpotestadâ se usa aquà colectivamente para significar los âpoderes del aireâ. En aposición con dichos âpoderesâ están los âespÃritusâ, comprendidos en el singular, âel espÃrituâ, pero tomado también colectivamente: el conjunto de âespÃritus seductoresâ (1Ti 4:1) que âobran ahora en los hijos de desobedienciaâ (hebraÃsmo: hombres que no son desobedientes meramente por accidente, sino que son esencialmente hijos de desobediencia. Comp. Mat 3:7), y de los cuales se dice aquà que Satanás es âel prÃncipeâ. El griego en este pasaje no permite que âel espÃrituâ se refiera a Satanás, âel prÃncipeâ mismo, sino a âlos poderes del aireâ, de los cuales él es prÃncipe. Los poderes del aire son la personificación de aquel âespÃrituâ malvado que es el principio gobernante de los incrédulos, especialmente de los paganos (Act 26:18), como contrario al espÃritu de los hijos de Dios (Luk 4:33). La potencia de aquel âespÃrituâ se ve en la âdesobedienciaâ de los incrédulos. Véase Deu 32:20, âhijos sin feâ (Isa 30:9; Isa 57:4). Desobedecen al evangelio tanto en la fe como en la práctica (2Th 1:8; 1Co 2:12).
3. todos nosotros también-Es decir, judÃos y gentiles. Pablo aquà se une a la misma categorÃa de ellos, pasando aquà de la segunda (vv. 1, 2) a la primera persona. vivimos ⦠haciendo la voluntad de la carne-Más correctamente, ânos condujimosâ según la carne (2Co 1:12; 1Pe 1:18). Esta expresión da a entender un curso externo más decoroso, que el âcaminarâ abiertamente en pecados vergonzosos como lo hacÃa la mayorÃa de los efesios en tiempos pasados, es decir, la parte gentil a la cual puede referirse especialmente el v. 2. Aunque Pablo y sus compatriotas judÃos eran exteriormente más decentes que los gentiles (Act 26:4-5, Act 26:18), esencialmente habÃan sido como ellos en vivir para la carne vieja, sin el EspÃritu de Dios. y de los pensamientos-Sugestiones y propósitos de la mente (independientes de Dios), como distinguidos de los impulsos ciegos de âla carneâ. éramos por naturaleza-Intencionalmente cambia Pablo la construcción, âéramosâ por ây siendoâ, para señalar enfáticamente el estado anterior de el y de ellos por naturaleza, en contraste con su actual estado de gracia. Esto no quiere decir meramente que por causa de nuestra manera de vivir, complaciendo los deseos de la carne, éramos âhijos de iraâ; sino que éramos por naturaleza originalmente âhijos de iraâ y, por consiguiente, nuestra manera de vivir consistia en complacer los deseos carnales. âNaturalezaâ, en griego, da a entender lo que ha crecido en nosotros, como la peculiaridad de nuestro ser, se crece con nuestro crecimiento, y se fortalece con nuestra fortaleza, como si fuese cosa distinta de lo que ha sobrevenido a nosotros por influencias meramente externas: lo que es inherente, no adquirido ( Job 14:4; Psa 51:5). Una prueba incidental de la doctrina del pecado original. hijos de ira-No meramente âhijos de desobedienciaâ (v. 2), ni por adopción, como pueden serlo los âhijosâ, sino âhijosâ por generación. El orden en el griego señala más enfáticamente esta corrupción innata: âLos que en nuestra (misma) naturaleza éramos hijos de iraâ. En el v. 5, la âgraciaâ se opone a la ânaturalezaâ mencionada aquÃ; y la salvación (entendida en los vv. 5, 8, âsalvosâ) se opone a la âiraâ. Véase el ArtÃculo IX, del libro de Oraciones Comunes de la Iglesia de Inglaterra. âEl pecado original, o de nacimiento, no consiste en seguir a Adán, sino que es la naturaleza corrupta de todo hombre naturalmente engendrado de Adán [Cristo, sin embargo, fué engendrado sobrenaturalmente por el EspÃritu Santo en la Virgen], por lo cual el hombre está lejos de la justicia original y se inclina al mal. Por lo tanto, toda persona nacida en este mundo merece la ira y la condenación de Dios.â Pablo enseña que aun los judÃos, quienes se jactaban de su descendencia de Abrahán, eran por nacimiento natural igualmente hijos de ira como los gentiles a quienes los judÃos despreciaban a causa de su nacimiento de padres idólatras (Rom 3:9; Rom 5:12-14). âLa ira de Dios está sobreâ todos los que desobedecen al evangelio en fe y en práctica (Joh 3:36). La frase âhijos de iraâ es un hebraÃsmo que significa que somos objeto de la ira de Dios desde la niñez, en nuestro estado natural, por haber nacido en el pecado, el cual Dios aborrece. Asà se entiende también âhijo de muerteâ (Margen, 2Sa 12:5); âhijo de perdiciónâ (Joh 17:12; 2Th 2:3). como los demás-Griego, âcomo los restantesâ de la humanidad lo son (1Th 4:13).
4. Dios, que es rico en misericordia-Griego, âsiendo rico en misericordiaâ. por su mucho amor-âa causa de su gran amorâ. Este fué el motivo especial de que Dios nos salvara; asà como el ser ârico en misericordiaâ (comp. v. 7; cap. 1:7; Rom 2:4; Rom 10:12) fué la base general. âLa misericordia quita la aflicción ocasionada por el pecado, el amor confiere la salvaciónâ. [Bengel].
5. estando nosotros muertos en pecados-La mejor lección en el griego, âmuertos en nuestras (lit., las) transgresionesâ. nos dió vida-Nos âvivificóâ espiritualmente, para después vivificarnos corporalmente. Tiene que haber una resurrección espiritual del alma, antes de que pueda haber una resurrección del cuerpo [Pearson] (Joh 11:25-26; Rom 8:11). juntamente con Cristo-Estando sentada la Cabeza, que es Cristo, a la diestra de Dios, se sienta allà también con él el cuerpo, que somos nosotros [Crisóstomo]. Estamos sentados allà en él (âen Cristo Jesúsâ, v. 6), como nuestra cabeza, la base de nuestra esperanza; y más tarde nos sentaremos con el, porque es él quien nos ha conferido tal honor, y ha hecho que la esperanza se transforme en realidad. [Pearson]. Lo que Dios obró en Cristo, obró (por el mismo hecho) en todos los que están unidos con Cristo, y son uno en él. por gracia sois salvos-griego, âEstáis en el estado de salvadosâ; no meramente âestáis siendo salvadosâ, sino que âhabéis pasado de muerte a vidaâ (Joh 5:24). La salvación del cristiano, no es una cosa que se espera más tarde, sino una cosa realizada ya (1Jo 3:14). La introducción de esta cláusula parentética aquà (v. 8) se debe a una explosion del sentir de Pablo a fin de lograr que los efesios sientan que la gracia, desde el principio hasta el fin, es la única fuente de la salvación: por esto también dice, âvosotrosâ, no ânosotrosâ.
6. juntamente nos resucitó-con Cristo. La âresurrecciónâ presupone la previa vivificación de Jesús en la tumba, y de nosotros en el sepulcro de nuestros pecados. y asimismo nos hizo sentar en los cielos-con Cristo, en su a scensión. Los creyentes tienen derecho a estar en el cielo corporalmente. Virtualmente lo están en espÃritu, y cada uno tiene su lugar propio designado, del cual, en tiempo debido, tomará posesión (Phi 3:20-21). No dice âa la diestra de Diosâ; prerrogativa reservada particularmente para Cristo; aunque ellos participarán con él en su trono (Rev 3:21). con Cristo Jesús-Nuestra unión con él es la base de nuestra actual resurrección y ascensión espirituales como también de la futura resurrección y ascensión corporales. âCristo Jesúsâ, es el nombre generalmente usado en esta EpÃstola, porque en ella el oficio de Cristo como profeta, sacerdote y rey ungido, es el pensamiento prominente; cuando la Persona de Jesús es la idea prominente, se usa el nombre âJesucristoâ.
7. Para mostrar en los siglos venideros ⦠etc.-Griego, âPara que mostrase (la voz media reflexiva, indicando acción para su propio interés, para su propia gloria, cap. 1:6, 12, 14) en las edades que están viniendoâ, es decir, las edades benditas del evangelio, las cuales reemplazarán âla edad de este mundoâ (v. 2) y las âedadesâ pasadas de las cuales estaba escondido el misterio (Col 1:26-27). Estas edades del evangelio, aunque empezaron con la primera predicación del mismo, y desde entonces siguen una a otra continuamente, no son consumadas mientras no venga otra vez el Señor (comp. cap. 1:21; Heb 6:5). La palabra âveniderosâ no excluye el tiempo presente en aquel entonces, sino simplemente da a entender las edades que seguirÃan a aquel tiempo cuando Cristo âjuntamente los resucitóâ en espÃritu. (v. 6), en su bondad-âbenignidadâ. en Cristo-Esta misma expresión es repetida frecuentemente, para hacer notar que todas nuestras bendiciones se concentran âen élâ.
8. Porque por gracia sois salvos-Ilustrando âlas abundantes riquezas de su gracia en su bondadâ. Tradúzcase como en el v. 5, âEstáis salvadosâ, tiempo perfecto, voz pasiva, âHabéis sido salvados, y quedáis salvados.â por la fe-El efecto del poder de la resurrección de Cristo (cap. 1:19, 20; Phi 3:10), por el cual somos âresucitados juntamenteâ con él (v. 6; Col 2:12). Algunos de los manuscritos más antiguos leen, âpor vuestra (lit., âlaâ) feâ. La fe es el instrumento o el medio de parte de la persona salvada. Cristo sólo es el agente meritorio. y esto no de vosotros-Es decir, el acto de creer, o âla feâ, no proviene de vosotros. âDe vosotrosâ está en oposición con âes don de Diosâ (Phi 1:29). âEl que yo haya dicho, âpor feâ, no quiero que se entienda como si yo exceptuara la fe misma de la graciaâ. [Estio]. âDios justifica al hombre creyente, no por el mérito de su creencia, sino por el mérito de Aquel en quien creeâ. [Hooker]. La iniciación, asà como también el crecimiento de la fe, es de parte del EspÃritu de Dios, no por la propuesta externa de la palabra, sino por la iluminación interna en el alma. [Pearson]. Sin embargo, âla feâ viene por los medios de los cuales el hombre tiene que valerse: âla fe es por el oÃr; y el oÃr por la palabra de Diosâ (Rom 10:17) y la oración (Luk 11:13), aunque la bendición es completamente de parte de Dios (1Co 3:6-7).
9. No por obras-Esta cláusula está en contraste con la frase âpor graciaâ, como se confirma por Rom 4:4-5; Rom 11:6. para que nadie se glorÃe-(Rom 3:27; Rom 4:2).
10. somos hechura suya-lit., âcosa de su hacerâ. Aquà se refiere a la creación espiritual, no a la fÃsica (vv. 8, 9). criados-habiendo sido criados (cap. 4:24; Psa 102:18; Isa 43:21; 2Co 5:5, 2Co 5:17). para buenas obras-âLas buenas obrasâ no pueden ser hechas, mientras no seamos âcriados de nuevo paraâ ellas. Pablo nunca llama âbuenas obrasâ a las obras de la ley. No somos salvos por, sino criados para, buenas obras. las cuales Dios preparó-Griego, âpreparó de antemanoâ (comp. Joh 5:36). Dios en sus propósitos señala de antemano las buenas obras especiales para cada uno, y el tiempo y las maneras que él cree más convenientes. Por su providencia prepara las oportunidades para las obras, y nos prepara a nosotros para la ejecución de las mismas (Joh 15:16; 2Ti 2:21). para que anduviésemos en ellas-No para que fuésemos salvos por ellas. Las obras no justifican, pero el justificado obra (Gal 5:22-25).
11. Acordaos que en otro tiempo vosotros-Tal recuerdo profundiza la gratitud, y fortalece la fe (v. 19). [Bengel]. los gentiles en la carne-Gentiles respecto a la circuncisión. que erais llamados incircuncisión-Los gentiles eran llamados, por desprecio, incircuncisión, y lo eran; los judÃos eran llamados circuncisión, pero no lo eran en verdad. [Ellicott]. hecha con mano en la carne-y como contraria a la verdadera âcircuncisión del corazón, en el espÃritu, no en la letraâ (Rom 2:29). âNo hecha con manos, con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne en la circuncisión de Cristoâ (Col 2:11).
12. en aquel tiempo estabais sin Cristo-Griego, âseparados de Cristoâ; no teniendo parte alguna en él; lejos de él. Se necesitarÃa una palabra distinta griega (aneu) para expresar, âCristo no estaba presente con vosotrosâ. [Tittm.] alejados de la república de Israel-Griego, âenajenados deâ. No meramente âseparados deâ. Los judÃos fueron âcortadosâ o excluÃdos de la ârepúblicaâ de Dios, porque se consideraron justos en sà mismos, cuando eran indolentes e indignos, y no como alejados y extranjeros. [Crisósmo]. La expresión âalejados deâ da a entender que los gentiles, antes de apostatar de la fe primitiva, habÃan sido participantes de la luz y de la vida (comp. cap. 4:18, 23). La esperanza de la redención por el MesÃas, asà como su apostasÃa subsiguiente, estaba incorporada en una ârepúblicaâ o bien común (griego âpolitÃaâ), la âde Israelâ, de la cual los gentiles estaban enajenados. Contrástese v. 13; cap. 3:6; 4:4, 5, con Psa 147:20. extranjeros a los pactos de la promesa-âLa promesaâ definida, es decir, âa ti y a tu simiente daré esta tierraâ (Rom 9:4; Gal 3:16). El plural âlos pactosâ, da a entender las varias repeticiones del pacto con Abrahán, con Isaac, con Jacob, y con todo el pueblo en el SinaÃ. [Alford]. El término âpromesaâ es singular, para significar que el pacto, en realidad y substancialmente, es uno y el mismo siempre, y es sólo diferente en sus accidentes y circunstancias externas (comp. Heb 1:1, âmuchas veces y en muchas manerasâ). sin esperanza-Más allá de esta vida (1Co 15:19). Las suposiciones de los filósofos paganos en cuanto al porvenir fueron vagas y del todo inadecuadas. No tenÃan ninguna âpromesaâ divina, y por lo tanto, ningún fundamento de âesperanzaâ. Epicuro y Aristóteles no creÃan en ninguna vida futura. Los platonistas creÃan que el alma pasaba por cambios perpetuos, unas veces felices, otras miserables. Los estoicos creÃan que la vida existirÃa sólo hasta el tiempo de la consumación de todas las cosas. y sin Dios-Griego, âateosâ; es decir, que ellos no tenÃan un âDiosâ en el sentido en que usamos nosotros la palabra, el Ser Eterno, quien hizo y gobierna todas las cosas (comp. Act 14:15, âQue de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra. y la mar, y todo lo que hay en ellosâ); mientras que los judÃos tenÃan ideas claras acerca de Dios y la inmortalidad. Comp. Gal 4:8 : âNo conociendo a Dios, servÃais a los que por naturaleza no son diosesâ (1Th 4:5). De modo que todos los panteÃstas son ateos, porque un dios impersonal no es dios ninguno, y una inmortalidad ideal no es inmortalidad. [Tholuck]. en el mundo-En contraste con el privilegio de pertenecer a âla república de Israelâ. Antes tenÃan su porción y su todo en este mundo vano e impÃo (Psa 17:14), del cual Cristo liberta a su pueblo (Joh 15:19; Joh 17:14; Gal 1:4).
13. Mas ahora-en contraste con âen aquel tiempoâ (v. 12). en Cristo Jesús-Aquà se agrega el nombre âJesúsâ, mientras que en la expresión anterior (v, 12) se usó solamente el nombre âCristoâ, para hacer notar que ellos conocÃan a Cristo como el Salvador personal, âJesúsâ. vosotros que en otro tiempo-griego, âtiempo anteriorâ. estabais lejos-Esta era la descripción judÃa de los gentiles: Lejos de Dios y lejos del pueblo de Dios (v. 17; Isa 57:19; Act 2:39). habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo-Griego, âenâ. AsÃ, âla sangre de Cristoâ se hace el sello de un pacto en el cual consiste su cercanÃa a Dios. En el cap. 1:7, se habla de la sangre más directamente como el instrumento de la redención; es âpor medio de su sangreâ. [Alford].
14. él [Cristo]-griego, âél mismoâ solo, preeminentemente, y ninguno otro. Enfático. es nuestra paz-No meramente el âpacificadorâ, sino âél mismoâ el precio de nuestra paz con Dios (de judÃos y de gentiles igualmente) y asà el vinculo de union entre âambosâ en Dios. El tomó a ambos a sÃ, y los reconcilió, es decir, los unió a Dios, al tomar él nuestra naturaleza y asumir nuestras responsabilidades (v. 15; Isa 9:5-6; Isa 53:5; Mic 5:5; Col 1:20). Su tÃtulo âShilohâ quiere decir también âpazâ (Gen 49:10). de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación-Griego, âparticiónâ o âvalladoâ; es decir, la pared intermedia que separaba a los judios de los gentiles. Habia una balaustrada de piedra que separaba el patio de los gentiles del lugar santo (en el templo de Jerusalén), y si un gentil la cruzaba, sufrÃa la pena de muerte. Pero esta pared, a la cual se refiere el apóstol incidentalmente, no era sino un sÃmbolo de la separacion misma, es decir, de âla enemistadâ entre âambosâ y Dios (v. 15), siendo ésta la verdadera causa de la separación de Dios, y la causa mediata de la separacion entre judÃos y gentiles. Por esto hupo doble pared de separacion; la pared interior, que separaba al pueblo judÃo de la entrada al lugar santo del templo donde oficiaban los sacerdotes, y la otra la pared exterior que evitaba que los prosélitos gentiles tuviesen acceso al patio de los judÃos (comp. Eze 44:7; Act 21:28). Asà pues, esta pared doble representaba la ley sinaitica, que separaba a todos los hombres, aun a los judios, de su acceso a Dios (por el pecado, que es la violación de la ley), y también separaba a los gentiles de los judÃos. Asà como la palabra âparedâ da a entender la firmeza de la partición; asà el término âvalladoâ da a entender algo que podia ser fácilmente quitado por Dios cuando viniera el tiempo propicio.
15. Dirimiendo en su carne las enemistades-Más bien, hágase del término âenemistadesâ una aposicion a la frase âpared intermedia de separaciónâ; âderribando la pared intermedia de separaciónâ (entre todos los hombres y Dios), es decir, âlas enemistades (Rom 8:7) en su carneâ (comp. v. 16; Rom 8:3). la ley de los mandamientos en orden a ritos-Griego, âla ley de los mandamientos consistente en ritosâ. La ley fué la âparticiónâ o âvalladoâ que daba cuerpo a la expresión de las âenemistadesâ (la âiraâ de Dios contra nuestro pecado, y nuestra enemistad para con él, v. 3) (Rom 4:15; Rom 5:20; Rom 7:10-11; Rom 8:7). Cristo, en, o por su cuerpo crucificado la ha abolido en cuanto concierne a su poder de condenar y crear enemistad (Col 2:14), sustituyendo por ella la ley del amor, que es el espÃritu eterno de la ley y que fluye de la realización en el alma del creyente, del amor de Cristo manifestado en su muerte por nosotros. Tradúzcase lo que sigue: âPara crear a los dos (el judÃo y el gentil) en un hombre nuevoâ. No para que pudiese reconciliar meramente a los dos, el uno con el otro, sino para incorporarlos en un nuevo hombre, habiendo sido reconciliados con Dios en Cristo, y habiendo muerto, juntamente con Cristo en la cruz el viejo hombre a quien pertenecÃan los dos, y que era enemigo de Dios. Nótese, también, la expresión UN hombre nuevo. Ante Dios, todos somos uno en Cristo, asà como somos uno en Adán. [Alford]. haciendo la paz-Primeramente, entre todos los hombres y Dios, en segundo lugar, entre las judÃos y los gentiles; ya que es él ânuestra pazâ. Esta âpacificaciónâ acontece antes de la publicación de la misma (v. 17).
16. Y reconciliar por la cruz ⦠etc.-Tradúzcase: âY reconciliar a ambos en un cuerpo (la iglesia, Col 3:15) con Dios, por la cruzâ. La palabra griega por âreconciliarâ (apocataláxe), hallada únicamente aquà y en Col 1:20, expresa no sólo volver uno al favor de otro (cataláge), sino hacer a un lado la enemistad de tal modo que sigue la completa amistad; es decir, pasando enemistad a completa reconciliación. [Tittm.] matando en ella-âenâ o âpor la cruzâ, es decir, su crucifixión (Col 2:15). las enemistades-La que habÃa existido entre el hombre y Dios, y también aquella que existia entre el judÃo y el gentil, la cual habÃa resultado de la primera. Cristo con su muerte mató la enemistad (comp. Heb 2:14).
17. Y vino, y anunció la paz-âViniendo anunció buenas noticias de pazâ. âViniendoâ, de su propio amor espontáneo, âanunció pazâ con su propia boca a los apóstoles (Luk 24:36; Joh 20:19, Joh 20:21, Joh 20:26); y por medio de éstos a otros, mediante su Espiritu presente en su iglesia (Joh 14:18). Act 26:23, es estrictamente paralelo. Después de su resurrección, âanunció la paz al puebloâ (âa los que estaban cercaâ) y a los gentilesâ (âa vosotros que estabais lejosâ) por su EspÃritu que habitaba en sus ministros (comp. 1Pe 3:19). y a los que ⦠etc.-Los manuscritos más antiguos insertan âpazâ otra vez: âY paz a los queâ. La repetición da a entender el gozo que experimentarÃan a cada momento al pensar que reinaba entre ellos la âpazâ. Asà Isa 57:19.
18. Que por él ⦠tenemos entrada ⦠al Padre-Tradúzcase: âPorque es por él (Joh 14:6; Heb 10:19) que tenemos (judÃos y gentiles) nuestra entrada (cap. 3:12; Rom 5:2), en (es decir, unidos en, o por, 1Co 12:13, griego) un EspÃritu al Padreâ, es decir, como nuestro Padre común, reconciliado con ambos igualmente; por lo cual ha sido quitada toda separación entre judÃo y gentil. A la unidad del âEspÃrituâ, por el cual tenemos ambos acceso al Padre, necesariamente sigue la unidad del cuerpo, la iglesia (v. 16). La distinción de las personas que forman la divina Trinidad aparece en este versÃculo. Este versÃculo está en contra de la teorÃa de que los sacerdotes profesionales en el evangelio son el único medio por el cual el pueblo puede acercarse a Dios. Todos por igual, pueblo y ministros, pueden acercarse a Dios por medio de Cristo, su Sacerdote que vive para siempre.
19. Asà que ya no sois extranjeros-Más bien, âtranseúntesâ, término contrario a âmiembros de familiaâ; asà como la palabra âextranjerosâ está opuesta a âconciudadanosâ. Véase en Phi 3:19-20, la palabra âviviendaâ, griego, âciudadanÃaâ. sino-Los manuscritos más antiguos agregan, âsoisâ. ciudadanos con los santos-En âla república de Israelâ (espiritual) (v. 12). y domésticos de Dios-Aquà se menciona al Padre; Jesucristo aparece en el v. 20, y el EspÃritu en el v. 22.
20. Edificados sobre el fundamento-comp. 1Co 3:11-12. La misma figura de un edificio usó el apóstol en el cap. 3:18, en su discurso ante los ancianos de Efeso (Act 20:32) y en su EpÃstola a Timoteo en Efeso (1Ti 3:15; 2Ti 2:19). Naturalmente esta figura fué sugerida por la arquitectura espléndida del templo de Diana; la gloria del templo cristiano es eterna y real, no mera ostentación idolátrica. La imagen de un templo espiritual es apropiada a los cristianos judÃos; asà como el templo en Jerusalén fué la fortaleza del judaÃsmo; y el de Diana lo era del paganismo. de los apóstoles-Es decir, âsois edificados sobre su ministerio y vivo ejemploâ (véase Mat 16:18). Cristo mismo, el único fundamento verdadero, fué el gran tema del ministerio de los apóstoles y la fuente de su vida. y profetas-Como si fuesen uno con Pablo y sus colaboradores, a ellos también, en un sentido secundario, se les llama âfundamentoâ (Rev 21:14). Los âprofetasâ están unidos a los apóstoles Ãntimamente; porque la expresión aquà no dice: âfundamentos de los apóstoles y de los profetasâ, sino: âfundamentos de los apóstoles y profetasâ. Porque la doctrina de ambos fué esencialmente una (1Pe 1:10-11; Rev 19:10). Los apóstoles toman la precedencia (Luk 10:24). Asà que, con propiedad, Pablo muestra consideración hacia las pretensiones de los judÃos y los gentiles: representando âlos profetasâ la vieja dispensación judÃa, y âlos apóstolesâ la nueva. Aquà se incluyen también los âprofetasâ de la nueva dispensación. Bengel y Alford refieren el sentido sólo a estos últimos (cap. 3:5; 4:11). Estos pasajes dan a entender, me parece, que los profetas del Nuevo Testamento no son excluÃdos; pero la clara referencia del apóstol al Psa 118:22, âla piedra, cabeza del ánguloâ, evidencia que los profetas del Antiguo Testametno están aquà implicados en especialidad. A David se le llama âprofetaâ en Act 2:30. Compárese también Isa 28:16. Este es otro profeta que viene a la mente de Pablo, y cuya profecÃa se apoya en una anterior de Jacob (Gen 49:24). El sentido del contexto también conviene a esto: Una vez erais extranjeros de la república de Israel (en el tiempo de los profetas del Antiguo Testamento), pero ahora sois miembros del verdadero Israel, edificados sobre el fundamento de los apóstoles del Nuevo Testamento y los profetas del Antiguo. Pablo continuamente identifica su enseñanza con la de los viejos profetas de Israel (Act 26:22; Act 28:23). siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo-Las piedras valiosas y fundamentales del templo (1Ki 5:17) tipificaban la misma verdad (véase Jer 51:26). La misma piedra es a la vez la piedra del ángulo y la piedra fundamental sobre la cual descansa todo el edificio. Pablo supone una piedra o roca tan grande y arreglada en tal forma que pudiera ser las dos cosas al mismo tiempo: que soportara todo, como el fundamento, y en parte se levantara de las extremidades para permitir que las paredes del costado se encontrasen con ella, y fuesen unidas a la piedra del ángulo. [Zanquio]. Asà como la piedra del ángulo es conspicua, asà lo es Cristo (1Pe 2:6). Sobresaliente en el camino puede hacer tropezar a alguien, asà como los judÃos tropezaban en Cristo (Mat 21:42; 1Pe 2:7).
21. En el cual-como manteniendo unido el todo. compaginado todo el edificio-ajustada cada parte en su lugar. va creciendo-continuamente. Aquà se agrega a la figura un pensamiento adicional: la iglesia crece como un organismo vivo, y no como un mero edificio. Véase 1Pe 2:5 : âVosotros también como piedras vivas, sed edificados una casa espiritualâ. Véanse cap. 4:16; Zec 6:12 : âEl Pimpollo ⦠edificará el templo de Jehováâ, donde las dos ideas del crecimiento de una rama y de la edificación de un templo, están unidas. para ser un templo santo en el Señor-por ser la âhabitación de Diosâ (v. 22). Asà âen el Señorâ (Cristo) corresponde a âen EspÃrituâ (v. 22; comp. cap. 3:16, 17). âCristo es la Cabeza de todo el edificio, y el elemento en el cual tiene su existencia y ahora su crecimientoâ [Alford].
22. En el cual sois juntamente edificados-Tradúzcase, âEstáis siendo edificadosâ. para morada de Dios en EspÃritu-Dios, por medio de su EspÃritu habita en los creyentes, (1Co 3:16-17; 1Co 6:19; 2Co 6:16).