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Friday, July 18th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Sinopsis del Nuevo Testamento de Darby Sinopsis de Darby
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
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Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre Ephesians 2". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://studylight.org/commentaries/spa/dsn/ephesians-2.html. 1857-67.
Darby, John. "Comentario sobre Ephesians 2". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://studylight.org/
Whole Bible (29)New Testament (6)Individual Books (5)
VersÃculos 1-22
En el CapÃtulo 2 [4] se presenta la operación del poder de Dios en la tierra, con el propósito de llevar a las almas al disfrute de sus privilegios celestiales, y asà formar la asamblea aquà abajo, en lugar del desarrollo de los privilegios mismos. , y por consiguiente la de los consejos de Dios. Ni siquiera son estos consejos; es la gracia y el poder los que trabajan para su cumplimiento, conduciendo las almas al resultado que este poder producirá de acuerdo con esos consejos.
Cristo es visto primero, no como Dios descendido aquà y presentado a los pecadores, sino como muerto, es decir, donde estábamos por el pecado, pero resucitado de él por el poder. Ãl por el pecado habÃa muerto; Dios lo habÃa resucitado de entre los muertos y lo habÃa puesto a su propia diestra. Estábamos muertos en nuestros delitos y pecados: Ãl nos ha dado vida juntamente con Ãl. Pero como es la tierra la que está en cuestión, y la operación del poder y la gracia sobre la tierra, el EspÃritu naturalmente habla de la condición de aquellos en quienes esta gracia obra, de hecho, de la condición de todos.
Al mismo tiempo, en las formas terrenales de religión, en el sistema que existÃa en la tierra, estaban los que estaban cerca y los que estaban lejos. Ahora bien, hemos visto que en la bendición plena de la que habla el apóstol se trata de la naturaleza de Dios mismo; en vista de lo cual, y para glorificar lo cual, todos sus consejos fueron resueltos. Por lo tanto, las formas externas, aunque algunas de ellas habÃan sido establecidas provisionalmente en la tierra por la propia autoridad de Dios, ahora no podÃan tener valor.
HabÃan servido para la manifestación de los caminos de Dios como sombras de las cosas por venir, y habÃan estado conectados con la manifestación de la autoridad de Dios en la tierra entre los hombres, manteniendo cierto conocimiento de las cosas importantes de Dios en su lugar; pero estas figuras nada podÃan hacer para poner a las almas en relación con Dios, para gozar de la manifestación eterna de su naturaleza, en corazones hechos capaces de ello por la gracia, a través de su participación en esa naturaleza y reflejándola. Por esto, estas cifras eran completamente inútiles; no eran la manifestación de estos principios eternos. Pero las dos clases de hombres, judÃos y gentiles, estaban allÃ; y el apóstol habla de ambos. La gracia toma personas de ambos para formar un solo cuerpo, un solo hombre nuevo, por una nueva creación en Cristo.
En los dos primeros VersÃculos de este CapÃtulo ( Efesios 2:1-2 ) habla de los que fueron sacados de entre las naciones que no conocÃan a Dios los Gentiles, como suelen llamarse. En el VersÃculo 3 ( Efesios 2:3 ) habla de los judÃos âNosotros también todosâ, dice.
No entra aquà en los terribles detalles contenidos en Romanos 3 , [5] porque su objeto no es convencer al individuo, para mostrarle los medios de justificación, sino exponer los consejos de Dios en gracia. Aquà entonces habla de la distancia de Dios en que se encuentra el hombre bajo el poder de las tinieblas. Con respecto a las naciones, habla de la condición universal del mundo.
Toda la marcha del mundo, todo el sistema, era conforme al prÃncipe de la potestad del aire; el mundo mismo estaba bajo el gobierno de aquel que obró en los corazones de los hijos de desobediencia, quienes en su propia voluntad evadieron el gobierno de Dios, aunque no pudieron evadir Su juicio.
Si los judÃos tenÃan privilegios externos; si no estuviesen de manera directa bajo el gobierno del prÃncipe de este mundo (como fue el caso de las naciones que estaban sumidas en la idolatrÃa, y hundidas en toda la degradación de ese sistema en que se revolcaba el hombre, en el libertinaje en que los demonios se deleitaban en hundirlo en el escarnio de su sabidurÃa); si los judÃos no estaban, como los gentiles, bajo el gobierno de demonios, sin embargo, en su naturaleza eran guiados por los mismos deseos por los cuales los demonios influÃan en los pobres paganos.
Los judÃos llevaban la misma vida en cuanto a los deseos de la carne; eran hijos de ira, aun como los demás, porque esa es la condición de los hombres; ellos son en su naturaleza los hijos de la ira. En sus privilegios exteriores, los israelitas eran el pueblo de Dios; por naturaleza eran hombres como los demás. Y observe aquà estas palabras, "por naturaleza". El EspÃritu no está hablando aquà de un juicio pronunciado por parte de Dios, ni de los pecados cometidos, ni de que Israel haya fallado en su relación con Dios al caer en la idolatrÃa y la rebelión, ni siquiera de haber rechazado al MesÃas y asà haberse privado de todo recurso todo lo que Israel habÃa hecho.
Tampoco habla de un juicio positivo de Dios pronunciado sobre la manifestación del pecado. Eran, como todos los hombres, en su naturaleza hijos de ira. Esta ira era la consecuencia natural del estado en que estaban [6] El hombre tal como era, judÃo o gentil, y la ira, naturalmente iban juntas, asà como hay un vÃnculo natural entre el bien y la justicia. Ahora bien, Dios, aunque en el juicio toma conocimiento de todo lo que es contrario a su voluntad y gloria, en su propia naturaleza está por encima de todo eso.
Para aquellos que son dignos de la ira Ãl puede ser rico en misericordia, porque Ãl lo es en Sà mismo. Por lo tanto, el apóstol lo presenta aquà actuando según su propia naturaleza hacia los objetos de su gracia. Estábamos muertos, dice el apóstol muertos en nuestros delitos y pecados. Dios viene, en su amor, a librarnos con su poder "Dios, que es rico en misericordia, según el gran amor con que nos amó". No habÃa obra buena en nosotros: estábamos muertos en nuestros delitos y pecados.
El movimiento vino de Ãl, ¡alabado sea Su nombre! Ãl nos ha vivificado; no sólo que Ãl nos ha dado vida junto con Cristo. No habÃa dicho de manera directa que Cristo habÃa sido vivificado, aunque se puede decir, donde se habla del poder del EspÃritu en sà mismo. Sin embargo, fue resucitado de entre los muertos; y, cuando estamos en duda, se nos dice que toda la energÃa por la cual Ãl salió de la muerte se emplea también para nuestra vivificación; y no solo eso; incluso al ser vivificados estamos asociados con Ãl.
Ãl sale de la muerte, nosotros salimos con Ãl. Dios nos ha impartido esta vida. Es Su pura gracia, y una gracia que nos ha salvado, que nos encontró muertos en pecados, y nos sacó de la muerte asà como Cristo salió de ella, y por el mismo poder, y nos sacó con Ãl por el poder de vida en resurrección con Cristo, [7] para establecernos en la luz y en el favor de Dios, como una nueva criatura, asà como Cristo mismo está allÃ.
JudÃos y gentiles se encuentran juntos en la misma nueva posición en Cristo. La resurrección ha puesto fin a todas esas distinciones; no tienen lugar en un Cristo resucitado. Dios ha dado vida al uno y al otro con Cristo.