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Friday, July 18th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar Comentario CrÃtico Sin Abreviar
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ephesians 1". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/commentaries/spa/jfu/ephesians-1.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ephesians 1". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/
Whole Bible (31)New Testament (5)Individual Books (5)
VersÃculos 1-23
CAPITULO 1Vers. 1-23. ENCABEZAMIENTO: EL ORIGEN DE LA IGLESIA EN EL CONSEJO ETERNO DEL PADRE, Y EL DERRAMAMIENTO DE LA SANGRE DEL HIJO: EL SELLO QUE HA PUESTO A LA IGLESIA EL ESPIRITU SANTO. ACCION DE GRACIAS Y ORACION POR QUE ELLOS PUEDAN CONOCER PLENAMENTE EL PODER DE LA GRACIA DE DIOS EN CRISTO PARA CON LOS SANTOS.
1. Pablo, apóstol ⦠por la voluntad de Dios-Más bien, âal través de la voluntad de Diosâ; lamado al apostolado al través de la misma âvoluntadâ que dió origen a la iglesia (vv. 5, 9, 11; véase Gal 1:4). a los santos y fieles-Se refiere a las mismas personas bajo los dos términos, como lo prueba el griego: âA los que son santos y fieles en Cristo Jesúsâ. La santificación por Dios está puesta aquà antes que la fe del hombre. Se presenta asà el doble aspecto de la salvación: la gracia de Dios nos santifica en la primera instancia (es decir, poniéndonos aparte en sus propósitos eternos como santos apartados para sÃ); y nuestra fe echa mano de la salvación que es el don de Dios (2Th 2:13; 1Pe 1:2): que están en Efeso-véase Introducción.
2. (Rom 1:7; 1Co 1:3; 2Co 1:2; Gal 1:3).
3. Las doxologÃas que se hallan en casi todas las EpÃstolas, dan a entender el verdadero sentido de la gracia experimentada por los escritores y sus lectores (1Pe 1:3). Los versÃculos 3 a 14 presentan sumariamente el evangelio de la gracia de Dios: la obra de amor del Padre v. 3 (eligiéndonos para la santidad, v. 4; la filiación, v. 5; la aceptación, v. 6); la obra del Hijo, v. 7 (redención, v. 7; el conocÃmiento del misterio de su voluntad, v. 9; una herencia, v. 11); la del EspÃritu Santo, v. 13 (selladura, v. 13; dándonos las arras de la herencia, v. 14). Bendito el Dios y Padre del Señor ⦠Jesucristo-quien es también el Dios y Padre de nosotros que estamos en él (Joh 20:17). Dios es âel Diosâ del hombre Jesús, y âel Padreâ del Verbo Divino. El griego, asà como nuestra versión española, dice: âel cual nos bendijoâ; no âel cual nos ha bendecidoâ, como traducen algunos; refiriéndose al consejo original ya pasado de Dios. Asà como en la creación (Gen 1:22) también en la redención (Gen 12:3; Mat 5:3-11; Mat 25:34) Dios âbendiceâ a sus hijos; y eso no en meras palabras, sino en hechos. el cual nos bendijo-a todos los cristianos. con toda bendición espiritual-Es decir, âtoda bendición posible en el tiempo y para la eternidad, que proviene del EspÃritu (esto significa el término âespiritualâ; no como se usa el término ahora, como opuesto a corporal). en lugares celestiales-Frase hallada cinco veces en esta EpÃstola, y no en otra parte (v. 20; cap. 2:6; 3:10; 6:12); griego, âen los lugares celestialesâ. La ascensión de Cristo es el medio de introducirnos a nosotros en los lugares celestiales, los cuales a causa de nuestros pecados nos estaban cerrados. Nótese el cambio hecho por Cristo, Col 1:20; cap. 1:20. Mientras Cristo estaba en la carne en la forma de siervo, los hijos de Dios no podÃan darse cuenta de sus privilegios celestiales como hijos. Ahora, ânuestra ciudadanÃa (griego) está en los cielosâ (Phi 3:20), donde nuestro Sumo Sacerdote ânos está bendiciendoâ constantemente. Nuestros âtesorosâ están allà (Mat 6:20-21); nuestras miras y afectos (Col 3:1-2); nuestra esperanza (Col 1:5; Tit 2:13); nuestra herencia (1Pe 1:4). El mismo don del EspÃritu, la fuente de la âbendición espiritualâ, se debe al hecho de que Jesús ha ascendido allá (cap. 4:8). en Cristo-el centro y fuente de toda bendición para nosotros.
4. nos escogió-griego, ânos escogió para sà de entreâ (es decir, de entre el mundo, Gal 1:4); refiriéndose a su elección original, mencionada como ya pasada. en él-La repetición de la idea, âen Cristoâ (v. 3), da a entender la suma importancia de la verdad de que es en él-por virtud de la unión con él, el Segundo Adam, el Restaurador ordenado para nosotros desde la eternidad, la Cabeza de la humanidad redimida-que los creyentes gozamos de tantas bendiciones (cap. 3:11). antes de la fundación del mundo-Esto presupone la eternidad del Hijo de Dios (Joh 17:5, Joh 17:24), asà como lo eterno de la elección de los creyentes en él (2Ti 1:9; 2Th 2:13). para que fuésemos santos-Positivamente (Deu 14:2). y sin mancha-Negativamente (cap. 5:27; 1Th 3:13). delante de él-Es a él a quien mira el creyente, caminando en su presencia, delante de quien busca ser aceptado en el juicio (Col 1:22; véase Rev 7:15). en amor-Bengel, y otros, unen esta expresión con el v. 5; âen amor habiéndonos predestinadoâ, etc. Pero nuestra versión da una mejor interpretación. Las palabras âen amorâ califican toda la cláusula, âpara que fuésemos santos ⦠delante de élâ. El amor, que perdió el hombre por la caÃda, pero que fué restaurado por la redención, es la raÃz y el fruto y la suma de toda santidad (cap. 5:2; 1Th 3:12-13).
5. Habiéndonos predestinado-Este término es más exacto al referirse al fin y a los medios precisos; que los términos âescogióâ o âeligióâ. Somos âescogidosâ de entre el resto del mundo: âpredestinadosâ a todas las cosas que nos aseguran la herencia (v. 11; Rom 8:29). para ser adoptados hijos por Jesucristo-Griego, âal través de Jesucristoâ. a sà mismo-al Padre (Col 1:20). Alford explica que el ser âadoptados ⦠a sà mismoâ, significa el poder ser participantes de la naturaleza divina (2Pe 1:4). Lachmann lee: âa élâ. Pero el contexto favorece la explicación de Calvino y otros: Que Dios tiene consideración de sà mismo y la gloria de su gracia (vv. 6, 12, 14) la meta final de Dios. El tuvo un Hijo unigénito y para su propia gloria le plació escoger de entre un mundo perdido muchos para que viniesen a ser sus hijos adoptivos. según el puro afecto de su voluntad-Asà el griego (Mat 11:26; Luk 10:21). No podemos pensar que sea algo más, sino âsu buena voluntadâ, la causa de nuestra salvación o de alguna de sus obras (v. 9). ( Job 33:13). ¿Por qué necesitas tú filosofar acerca de un mundo imaginario de optimismo? Tu preocupación debe ser el no cometer el mal. No habÃa nada en nosotros que mereciera su amor (vv. 1, 9, 11). [Bengel].
6. Para alabanza de la gloria de su gracia-(vv. 7, 17, 18). El fin indicado (Psa 50:23), es decir: que sea alabada la gloria de su gracia por todas sus criaturas, hombres y ángeles. con la cual-Más bien, âen la cualâ. Algunos de los manuscritos más antiguos leen, âqueâ. Entonces tendrÃamos que traducir, âque nos concedió en el Amadoâ. Pero nuestra versión está apoyada por buenos manuscritos y las versiones más antiguas. nos hizo aceptos-El verbo griego está emparentado con âgraciaâ. Tradúzcase, âgraciosamente nos aceptóâ; o ânos hizo objeto de su graciaâ; ânos abrazó en sus brazos de graciaâ (Rom 3:24; Rom 5:15). en el Amado-preeminentemente asà llamado (Mat 3:17; Mat 17:5; Joh 3:35; Col 1:13). Griego, âHijo de su amorâ. Es solamente âen su Amadoâ que nos ama a nosotros. (v. 3; 1Jo 4:9-10).
7. En el cual-âel Amadoâ (v. 6; Rom 3:24). tenemos-como posesión presente. redención-lit., âla redenciónâ, la nuestra; LA redención que es el gran tema de toda la revelación, y especialmente del Nuevo Testamento (Rom 3:24), es decir, redención del poder, la culpa y las consecuencias penales del pecado (Mat 1:21). Si algún hombre fuera incapaz de redimirse a sà mismo siendo esclavo, su pariente podrÃa redimirlo (Lev 25:48). Es por esto que el Hijo de Dios vino a ser el Hijo del hombre, para que nuestro pariente pudiera redimirnos a nosotros (Mat 20:28). Otra âredenciónâ se efectuará al final, es decir, la âde la posesión adquiridaâ (v. 14). por su sangre-(cap. 2:13), como el instrumento; la propiciación, es decir, la consideración (ideada por su propio amor) por la cual, Dios, que con justicia estaba enojado (Isa 12:1), fué propicio a nosotros: es decir, el precio pagado a la justicia divina por nuestro pecado (Act 20:28; Rom 3:25; 1Co 6:20; Col 1:20; 1Pe 1:18-19). la remisión de pecados-Griego, âla remisión de nuestras transgresionesâ; no meramente la âpretermisiónâ (u omisión), de ellas como el griego (Rom 3:25) debe ser traducido. Siendo esta âremisiónâ la explicación del término âredenciónâ, incluye no sólo la liberación de la pena del pecado, sino de su contaminación y su poder esclavizador, negativamente; y positivamente, la reconciliación con un Dios ofendido, y la satisfacción a un Dios justo. por las riquezas de su gracia-Cap. 2:7: âpara mostrar las abundantes riquezas de su graciaâ. Véanse v. 18 y cap. 3:16, âconforme a las riquezas de su gloriaâ; de modo que âla graciaâ es su âgloriaâ.
8. sobreabundó en nosotros-Más bien, âQue hizo él abundar hasta llegar a nosotrosâ. en toda sabidurÃa e inteligencia-âSabidurÃaâ en idear el plan de redimir la humanidad; âinteligenciaâ, o prudencia, en poner los medios para ejecutarlo y en hacer todos los arreglos necesarios en su providencia, para realizar aquel propósito. Pablo atribuye al evangelio de la gracia de Dios âtodaâ la âsabidurÃa e inteligenciaâ posibles, en oposición a la jactancia de los judÃos incrédulos, los filósofos paganos y los apóstoles falsos, quienes atribuÃan sabidurÃa e inteligencia a sus enseñanzas. Cristo crucificado, considerado âlocuraâ por el mundo, es âla sabidurÃa de Diosâ (1Co 1:18-30). Véase cap. 3:10, âla multiforme sabidurÃa de Diosâ.
9. Descubriéndonos-âEl hizo que la gracia abundara para nosotrosâ (v. 8), âdescubriéndonosâ, experimentalmente, en nuestro corazón. el misterio-Es decir, el propósito de Dios de redención, hasta entonces escondido en sus consejos, pero que ahora era revelado (cap. 6:19; Rom 16:25; Col 1:26-27). Este âmisterioâ no es como los misterios paganos que son descubiertos sólo a los pocos iniciados. Todos los cristianos son iniciados. Sólo los incrédulos no lo son. según su beneplácito-Esta es la causa por la cual âél nos ha descubierto el misterioâ, es decir, su propio âbeneplácitoâ para con nosotros. que se habÃa propuesto-(v. 11). en sà mismo-Dios el Padre. Bengel entiende que âen élâ quiere decir en Cristo, como los vv. 3, 4. Pero el nombre propio, âEn Cristoâ, v. 10, que sigue inmediatamente después, es inconsecuente con el hecho de que él sea el indicado aquà por el pronombre.
10. De reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación, etc.-Tradúzcase: âHasta la dispensación del cumplimiento de los tiemposâ, es decir, que se habÃa propuesto en sà mismoâ (v. 9) teniendo en cuenta la dispensación correspondiente (o la administración de gracia perteneciente) al cumplimiento de los tiempos (griego, âtiempos debidosâ, o âsazonesâ), siendo estos términos más claros que âel cumplimiento del tiempoâ (Gal 4:4). Aquà se quiere decir todos los tiempos (plural) evangélicos, con los beneficios dispensados a la iglesia en esta época, separada y sucesivamente. Véase âsiglos veniderosâ (cap. 2:7). âLos fines de los siglosâ (1Co 10:11); âlos tiempos (la misma palabra griega como aquÃ, âlas sazonesâ, o âtiempos debidamente señaladosâ) de los gentilesâ (Luk 21:24); âlas sazones que el Padre puso en su sola potestadâ (Act 1:7); âlos tiempos de la restauración de todas las cosas, que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde el sigloâ (Act 3:20-21). La venida de Jesús en el primer advenimiento, âen el cumplimiento del tiempoâ, fué uno de estos âtiemposâ. Cuando descendió el EspÃritu Santo, âcomo se cumplieron los dÃas de Pentecostésâ (Act 2:1), fué otro. El testimonio dado por los apóstoles âen sus tiemposâ (1Ti 2:6), fué otro. La conversion de los judÃos cuando âlos tiempos de los gentiles sean cumplidosâ, la segunda venida de Criso, la ârestauración de todas las cosasâ, el reino milenial, los nuevos cielos y nueva tierra, serán casos separados de âla dispensación del cumplimiento de los tiemposâ, es decir, âla dispensación de los acontecimientos y beneficios evangélicos pertenecientes a sus respectivos âtiemposâ, cuando sean cumplidos o consumados. Dios el Padre, según su beneplácito y propósito, es el Dispensador tanto de los beneficios evangélicos como de sus diferentes tiempos adecuados (Act 1:7). De reunir todas las cosas en Cristo-Griego, âsumar bajo una cabezaâ; ârecapitularâ. El âbeneplácito que se propusoâ, fué âsumar todas las cosas en Cristoâ (griego, âel Cristoâ, es decir, Su Cristo). [Alford]. El propósito de Dios es sumar toda la creación en Cristo, la Cabeza de los ángeles, con quienes está unido por su naturaleza invisible, y de los hombres con quienes está vinculado por su humanidad; de judÃos y de gentiles; de los vivos y de los muertos (cap. 3:15); de la creación animada y de la inanimada. El pecado ha deshecho la relación entre el hombre y Dios, como una criatura subordinada a él. Dios se propone juntar todas las cosas en Cristo; o como dice Col 1:20 : âPor él (Cristo) reconciliar todas las cosas a sÃ, tanto lo que está en la tierra como lo que está en los cielosâ. Bien dice Alford: âLa iglesia de la cual el apóstol aquà trata principalmente, está subordinada a él en el grado más alto de unión consciente y gozosa; aquellos que no son de él espiritualmente, mas subordinados en mera sujeción consciente; y las tribus inferiores de la creación están subordinadas objetiva aunque inconscientemente; pero todos son sumados en élâ.
11. en quien-Por virtud de la unión con quien. asimismo tuvimos suerte-lit., âSe nos hizo heredarâ. [Wahl]. Comp. el v. 18 donde se dice: âsu herencia en los santosâ. Asà como en el v. 18 se asienta que la herencia de él está en ellos, asà en este versÃculo se dice que la de ellos está en él (Act 26:18). Sin embargo, el v. 12 que dice: âPara que seamos (nosotros) para alabanza de su gloriaâ (no âpara que tengamosâ la gloria, favorece la traducción de Bengel, Ellicott, etc., âFuimos hechos una herenciaâ. Asà el Israel literal (Deu 4:20; Deu 9:29; Deu 32:9). La palabra âasimismoâ no quiere decir âasimismo nosotrosâ, ni âen quien âasimismoâ;, sino que significa que además de habernos âdescubierto el misterio de su voluntadâ, también âfuimos hechos su herenciaâ, o âtambién tuvimos suerteâ. habiendo sido predestinados-(v. 5). La preordinación de Israel como la nación electa, corresponde a la de los israelitas espirituales, los creyentes, a una herencia eterna, que es lo que aquà se indica. El ânosotrosâ sobreentendido aquà y en el v. 12, quiere decir los creyentes judios (de donde surge nacionalmente la elección de Israel), en contraste con âvosotrosâ (v. 13) los creyentes gentiles. conforme al propósito-Repetición de âpropuestoâ (v. 9; cap. 3:11). La iglesia existió en la mente de Dios eternalmente, antes de que existiera en la creación. del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad-v. 5, âel puro afecto de su voluntadâ. No un capricho arbitrario, sino una sabidurÃa infinita (âconsejoâ) unida con una voluntad soberana. Véase el discurso de Pablo dirigido a estos mismos efesios (Act 20:27): âTodo el consejo de Diosâ (Isa 28:29). Asà en la creación natural como en la espiritual, Dios no es un agente constreñido por la necesidad. âDondequiera que haya consejo, allà hay elección, de otra manera el consejo es vano; donde hay una voluntad, allà tiene que haber libertad, pues si no la hay, la voluntad es débilâ. [Pearson].
12. (vv. 6, 14). Para que seamos para alabanza ⦠nosotros que antes esperamos en Cristo-más bien, nosotros, los cristianos judÃos, quienes antes que viniera Cristo buscábamos su venida, esperando la consolación de Israel. Comp. Act 26:6-7 : âPor la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres, soy llamado en juicio; a la cual promesa nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de dÃa y de noche, esperan que han de llegarâ. Act 28:20, âla esperanza de Israelâ. [Alford]. Comp. v. 18; cap. 2:12; 4:4.
13. En el cual esperasteis también vosotros-Vosotros gentiles. La prioridad de nosotros los judÃos, no os excluye a vosotros los gentiles de tener parte en Cristo (comp. Act 13:46). en oyendo la palabra de verdad-el instrumento de la santificación, y del nuevo nacimiento (Joh 17:17; 2Ti 2:15; Jam 1:18). Comp. Col 1:5, donde también, como aquÃ, âla palabra de verdadâ se une con âesperanzaâ. También cap. 4:21. fuisteis sellados-por el EspÃritu Santo como hijos de Dios (Act 19:1-6; Rom 8:16, Rom 8:23; Nota, 2Co 1:22; 1Jo 3:24). Asà como un sello impreso en algún documento da una validez cierta al contrato asentado en él (Joh 3:33; Joh 6:27; véase 2Co 3:3), asà el âamor de Dios derramado en nuestros corazones por el EspÃritu Santoâ (Rom 5:5) y la adopción otorgada por el EspÃritu en la regeneración (Rom 8:15-16), aseguran a los creyentes la buena voluntad de Dios para con ellos. El EspÃritu, como un sello, imprime en el alma, en el acto de la regeneración, la imagen de nuestro Padre. El acto de haber sido sellados por el EspÃritu Santo se menciona como un hecho que ya ha pasado. El testimonio a nuestro corazón de que somos hijos de Dios y sus herederos (v. 11), es el testimonio presente del EspÃritu, âlas arras de la herencia venideraâ (v. 11), (Rom 8:16-18). con el EspÃritu Santo de la promesa-Más bien, como el griego, âEl EspÃritu de la promesa, el Santo EspÃrituâ; el EspÃritu prometido tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (Joe 2:28; Zec 12:10; Joh 7:38-39). âLa palabra de verdadâ prometió el EspÃritu Santo. Aquellos que âcreyeron la palabra de verdadâ fueron sellados por el EspÃritu según la promesa.
14. Que es las arras de nuestra herencia-La primera cuota pagada como garantÃa de que el resto será pagado (Rom 8:23; 2Co 1:22). para la redención-La preposición griega también tiene la idea de âhastaâ; y debe unirse asÃ: âfuisteis sellados (v. 13) paraâ (es decir, para el propósito y hasta) la realización de âla redenciónâ. No la redención en su primera etapa, hecha por la sangre de Cristo, la cual nos asegura nuestro tÃtulo o derecho, sino en su cumplimiento final, cuando la misma posesión será nuestra, la âplena redención del cuerpoâ (Rom 8:23) asà como también del alma, de toda flaqueza (cap. 4:30). Entonces la criatura (el cuerpo, y toda la creación visible) será librada de la servidumbre de la corrupción, y del prÃncipe usurpador de este mundo, y gozará de la libertad gloriosa de los hijos de Dios (Rom 8:21-23; 2Pe 3:13). de la posesión adquirida-el pueblo de Dios comprado (griego, âadquiridoâ) como suyo propio por la sangre de Cristo (Act 20:28). Consideramos de valor aquello por lo cual hemos pagado un alto precio; asà Dios tiene en alta estima a su iglesia (cap. 5:25, 26; 1Pe 1:18; 1Pe 2:9; Mal 3:17, Margen, âmi tesoro especialâ).
15. Por lo cual-Porque estáis en Cristo y habéis sido sellados por su EspÃritu (vv. 13, 14). también yo-por mi parte, y porque vosotros habéis recibido tan grandes beneficios de Dios. habiendo oÃdo-Es decir, desde que oÃ. No dando a entender que acabara de oÃr de su conversión: argumento erróneo usado por algunos contra el hecho de que fuera dirigida esta EpÃstola a los Efesios (Nota, v. 1); sino refiriéndose al informe que habÃa oÃdo después que estuvo con ellos, acerca de sus gracias cristianas. Asà en el caso de Filemón, su âamado coadjutorâ (Phm 1:1) él usa las mismas palabras (Phm 1:4, Phm 1:5). [Nos parece débil el argumento del autor sobre este caso. El participio aoristo âakousasâ que se usa aquÃ, no indica acción repetida o continua; y el participio presente en Filemón vv. 4, 5, indica continuidadâ. Nota del Trad.] de vuestra fe-Más bien, como el griego, âla fe que hay entre vosotrosâ, la que tienen muchos (no todos) de vosotros. y amor para con todos los santos-No importando su nombre, sólo por el mismo hecho de que son santos. Una caracterÃstica distintiva del verdadero cristianismo (cap. 6:24). âLa fe y el amor son unidos por Pablo frecuentemente. ¡Qué pareja tan maravillosa!â [Crisóstomo]. A éstos se agrega la esperanza, v. 18.
16. (Col 1:9). No cesó de dar gracias ⦠haciendo memoria de vosotros-En los manuscritos más antiguos se omite âde vosotrosâ. Asà que la traducción podrÃa ser, âhaciendo memoria de ellosâ (vuestra âfe y amorâ). Asà opina Alford.
17. Esta oración debiera ser emitida por todos los cristianos. el Dios del Señor nuestro Jesucristo-Este tÃtulo es muy adecuado, ya que en los vv. 20-22, él trata del lugar tan elevado que Dios dió a Jesús al hacerlo Cabeza de todas las cosas que corresponden a la iglesia. Jesús mismo llamó al Padre âMi Diosâ (Mat 27:46). el Padre de gloria-(comp. Act 7:2). El Padre de aquella gloria infinita que resplandece en el rostro de Cristo, quien es âla gloriaâ (la verdadera Shekinah); y por medio de quien âla gloria de la herenciaâ (v. 18) será nuestra (Joh 17:24; 2Co 3:7 a 4:6). os dé espÃritu de sabidurÃa-cuyo atributo es la sabidurÃa infinita, y que obra la sabidurÃa en los creyentes (Isa 11:2). y de revelación-cuya función es revelar a los creyentes misterios espirituales (Joh 16:14-15; 1Co 2:10). para su conocimiento-Más bien, como el griego (véase Nota, 1Co 13:12), âen pleno conocimiento de élâ, es decir, de Dios.
18. Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento-Los manuscritos más antiguos, versiones y âpadresâ dicen âlos ojos de vuestro corazónâ. Véase el estado contrario de los incrédulos, quienes tienen el corazón entenebrecido (cap. 4:18; Mat 13:15). Tradúzcase: âTeniendo alumbrados los ojos de vuestro corazónâ (cap. 5:14; Mat 4:16). El impartir luz es el primer efecto del EspÃritu en la nueva creación, asà como lo fué en la creación original fÃsica (Gen 1:3; 2Co 4:6). Asà Teófilo a Autólico,2Co 1:3 : âlos oÃdos de vuestro corazónâ. Donde hay luz espiritual, allà hay vida (Joh 1:4). El corazón es âel centro vital de la vidaâ [Harless] y la fuente de los pensamientos; de aquà que âel corazónâ, en las Escrituras, incluya la mente, asà como también las inclinaciones naturales. El âojoâ, o la visión interior, recibe y a la vez contempla la luz (Mat 6:22-23). El ojo es el sÃmbolo de la inteligencia (Eze 1:18). para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación-La esperanza que corresponde al hecho de haber sido llamados. las riquezas de la gloria-(Col 1:27.) de su herencia en los santos-La herencia que él tiene en reserva para los santos. Yo prefiero explicar, âLa herencia que él tiene en los santos.â (Véase Nota v. 11; Deu 32:9).
19. Y cuál aquella supereminente [sobrepujante] grandeza de su poder para con nosotros los que creemos-Aquà se hace referencia a la obra de gracia que él está desarrollando, y desarrollará, en nosotros los que creemos. Por el término âsantosâ (v. 18) se considera a los creyentes como absolutamente perfeccionados, y como si ya fueran la herencia de Dios; pero en este versÃculo, como si estuvieran peleando la buena batalla de la fe. por-mejor, âde acuerdo conâ la operación-griego, âla energÃaâ Tradúzcase, âla operación eficazâ (cap. 3:7). El mismo poder sobrehumano que hacÃa falta y fué puesto en acción para hacernos creer, hacÃa falta y fué puesto en acción para despertar a Cristo de entre los muertos (v. 20). Véase Phi 3:10, âel poder de su resurrecciónâ (Col 2:12; 1Pe 1:3-5). de la potencia de su fortaleza-Griego, âde la fuerza de su poderâ.
20. La cual obró en Cristo-quien es nuestra Cabeza y las âprimiciasâ de nuestra resurrección. y en quien la poderosa operación de Dios en favor nuestro, es hecha posible y real. [Alford]. resucitándole-âen que lo resucitóâ. El levantamiento de Cristo no es sólo una garantÃa de que nuestros cuerpos serán levantados después, sino que tiene en sà un poder espiritual que obra (por virtud de nuestra unión viva con él, como miembros de la Cabeza) la resurrección espiritual del alma del creyente ahora, y, por consiguiente, la resurrección de su cuerpo al final (Rom 6:8-11; Rom 8:11). El Hijo, como Dios (aunque no como hombre), tomó parte en el levantamiento de su propio cuerpo humano (Joh 2:19; Joh 10:17-18). Y el EspÃritu Santo también participó en la resurrección de Cristo. (Rom 1:4; 1Pe 3:18). y colocándole-Griego, âasentándole.â Los espÃritus gloriosos están en pie alrededor del trono de Dios, mas no se sientan a la diestra de Dios (Heb 1:13). a su diestra-(Psa 110:1). Donde permanece hasta que todos sus enemigos hayan sido puestos debajo de sus pies (1Co 15:24). Habiendo sido comisionado para âdominar en medio de sus enemigosâ durante la rebelión de éstos (Psa 110:2), renunciará a su comisión después de subyugarlos [Pearson] (Mar 16:19; Heb 1:3; Heb 10:12). en los cielos-(v. 3). âLugares celestialesâ. Asà como Cristo tiene cuerpo literal, asà el cielo no es meramente un estado, sino un lugar; y donde él está, allà estará su pueblo (Joh 14:3).
21. Sobre todo principado, etc.-Griego, âMucho más alto que todo (cap. 4:10) principado (o gobierno, 1Co 15:24), y autoridad y poder (Mat 28:18) y señorÃoâ. Comp. Phi 2:9; Col 1:16; Heb 7:26; 1Pe 3:22. Los espÃritus malos (que igualmente están divididos en varios rangos, cap. 6:12), asà como también los ángeles de luz, y los potentados terrenales, están incluÃdos (véase Rom 8:38). Jesús es âRey de reyes y Señor de señoresâ (Rev 19:16). Cuanto más alto el honor de él, tanto mayor es el de su pueblo, quienes son sus miembros unidos a él, quien es la Cabeza. Algunos maestros filosóficos de la escuela de Simón el Mago, en Asia Menor Occidental, habÃan enseñado a sus oyentes, según Ireneo y Epifanio, estos nombres de los diferentes grados de ángeles. Pablo nos enseña que la sabidurÃa más verdadera es la de conocer a Cristo como el que reina sobre todos ellos. y todo nombre que se nombra-todo ser cualquiera. âToda otra criaturaâ (Rom 8:39). no sólo en este siglo-el orden de cosas actual. âLo presente ⦠lo por venirâ (Rom 8:38). mas aun en el venidero-âNombres que ahora no conocemos, mas conoceremos después en el cielo. Sabemos que el emperador va delante de todos, aunque no podemos enumerar todos los sátrapas y ministros de su corte; asà también sabemos que Cristo está sentado encima de todos, aunque no podemos nombrarlos a todos.â [Bengel].
22. sometió todas las cosas debajo de sus pies-Griego, âsujetó bajo sus piesâ (Psa 8:6; 1Co 15:27). y diólo por cabeza ⦠a la iglesia-para provecho especial. El orden griego es enfático: âA EL Dios lo dió por cabeza sobre todas las cosas a la iglesiaâ. Si hubiera sido algún inferior a él, su Cabeza, no habrÃa sido de tanto provecho para la iglesia. Pero como él es la Cabeza sobre todas las cosas, y a la vez es la Cabeza de la iglesia (y ella es el cuerpo), todas las cosas son de ella (1Co 3:21-23). El está SOBRE (âmuy alto sobreâ) todas las cosas; en contraste con las palabras, âdiólo por cabeza a la iglesiaâ, es decir, para provecho de ella. Aquéllas, las cosas están sujetas; éstos, los creyentes, están unidos a él en su dominio sobre ellas. El término âcabezaâ da a entender no sólo su dominio sobre nosotros, sino nuestra unión con él; por lo tanto, al verlo nosotros a la diestra de Dios, nos vemos a nosotros mismos en el cielo (Rev 3:21). Porque la Cabeza y el cuerpo no son separados por nada que intervenga, de otra manera el cuerpo dejarÃa de ser cuerpo, y la Cabeza dejarÃa de ser Cabeza. [Pearson de Crisóstomo].
23. La cual es su cuerpo-Su cuerpo mÃstico y espiritual, no literal. Sin embargo, no meramente figurativo o metafórico. El es real, aunque espiritualmente, la Cabeza de la iglesia. El es la vide de ella. El comparte con ella su crucifixión y su gloria subsiguiente. El lo posee todo: compañerismo con el Padre, plenitud del EspÃritu y humanidad glorificada, no meramente para sà mismo, sino para ella, la iglesia, la cual participa âde su cuerpo, de su carne y de sus huesosâ (cap. 5:30). la plenitud-La idea es de un receptáculo completamente lleno [Eadie]. Cristo mora en la iglesia y ella es inundada de su presencia. Ella es el receptáculo, no de sus dones y gracias inherentes, sino de la plenitud de sus dones y gracias que son comunicados por él. Asà como de él es la âplenitudâ (Joh 1:16; Col 1:19; Col 2:9) inherentemente, asà ella es su âplenitudâ por habérsela él comunicado a ella en virtud de su unión a él (Cap. 5:18; Col 2:10). âLa iglesia es la plena manifestación de su ser, por estar compenetrada de su vida.â [Conybeare y Howson]. Ella es la revelación continuada de su vida divina en forma humana; la representación más completa de su plenitud. âLa plenitudâ no se refiere a la jerarquÃa angelical, como enseñaban los maestros falsos (Col 2:9-10, Col 2:18), sino a Cristo mismo quien es la âplenitud de la Divinidadâ, y quien es representado por la iglesia. Koppe traduce con menos probabilidad, âla entera multitud universalâ. de Aquel que hinche todas las cosas en todos-Cristo el Creador, Preservador y Gobernador del mundo, fué constituÃdo por Dios (Col 1:16, etc.) y llena todo el universo de cosas con todas las cosas. âLlena toda la creación con todo lo que ella poseeâ. [Alford]. El griego âLlena para sà mismo.â