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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia Comentario CrÃtico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre John 3". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/commentaries/spa/jfb/john-3.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre John 3". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/
Whole Bible (30)New Testament (5)Gospels Only (1)Individual Books (4)
VersÃculos 1-36
LA ENTREVISTA NOCTURNA DE NICODEMO CON JESUS.
1, 2. NicodemoâEn este miembro del SanedrÃn se ven luchando juntas la sinceridad y la timidez. Uno de aquellos âcreyentesâ superficiales mencionados en el cap. 2:23, 24, mas anhelando interiormente más satisfacción, viene a Jesús en busca de ella, pero viene âde nocheâ (véanse los caps. 19:38, 39; 12:42); confiesa su convicción de que Jesús era âvenido de Diosâ, expresión nunca referida a un mensajero meramente humano, y que probablemente quiere decir más aquÃ, mas sólo como âmaestroâ, y en sus milagros él ve pruebas solamente de que âDios está con élâ. AsÃ, mientras que no puede reprimir sus convicciones, tiene temor de comprometerse demasiado.
3. el que no naciere, etc.âEsta contestación descortés y lacónica tenÃa como propósito sacudir todo el edificio de la religión del hombre, para poder colocar un cimiento más profundo y más duradero. Nicodemo probablemente creyó haber ido un largo trecho, y esperaba, tal vez, ser felicitado por su franqueza. Pero en lugar de esto, se le dice virtualmente que ha suscitado una cuestión que no está capacitado para resolver él, y que antes de acercarse a ella, su visión espiritual necesitaba ser corregida mediante una revolución completa de su hombre interior. Si el hombre hubiera sido menos sincero, esta contestación seguramente lo habrÃa alejado del Señor; pero con personas en su estado mixto de mente, al cual Jesús no era extraño (cap. 2:25), tales métodos aceleran el paso más que las palabras melosas y los ataques graduales. el queâno un judÃo solamente; la necesidad es universal. naciere otra vezâo, como si fuera, empezar la vida de nuevo en relación con Dios; sufriendo una revolución fundamental y permanente su manera de pensar, de sentir y de obrar, con referencia a cosas espirituales. no puede verâno puede tener parte en (asà como se dice âver la vidaâ, âver la muerteâ, etc.) el reino de Diosâni en sus principios aquà ( Lucas 16:16) ni en su consumación en la eternidad ( Mateo 25:34; Efesios 5:5).
4. ¿Cómo puede, etc.âLa figura del nuevo nacimiento, si se aplicara sólo a los prosélitos gentiles a la religión judÃa, habrÃa sido bastante inteligible a Nicodemo, estando de acuerdo con el lenguaje de aquel dÃa; pero que los judÃos mismos necesitasen un nuevo nacimiento, le era incomprensible.
5. de agua y del EspÃrituâUna explicación doble del ânuevo nacimientoâ, tan sorprendente a Nicodemo. A un eclesiástico judÃo, tan familiar con la aplicación simbólica del agua, en toda variedad de manera y forma de expresión, este lenguaje era adaptado para mostrar que la cosa propuesta no era sino una completa purificación espiritual mediante la operación del EspÃritu Santo. En efecto, el elemento de agua y la operación del EspÃritu son unidos en una gloriosa predicción evangélica de Ezequiel ( Efesios 36:25), de la cual Nicodemo se habrÃa acordado, si tales espiritualidades no se hubiesen casi perdido en el formalismo reinante. Ya se habÃa incorporado el sÃmbolo del agua en la ordenanza iniciatoria, en el bautismo de los judÃos que esperaban el MesÃas, por Juan el Bautista, para no mencionar el bautismo de los prosélitos gentiles aun antes; y en la iglesia cristiana pronto habÃa de ser la gran puerta visible de entrada al âreino de Diosâ, siendo la realidad la sola obra del EspÃritu Santo. ( Tito 3:5).
6-8. Lo que es nacido, etc.âUna proposición universal: âLo que es engendrado, lleva en sà la naturaleza de lo que lo engendró.â [Olshausen.] carneâNo el mero cuerpo material, sino todo lo que entra al mundo por el nacimiento, el hombre entero; sin embargo, no la humanidad simplemente, sino en su condición corrompida y depravada, en completa sujeción a la ley de la caÃda ( Romanos 8:1). De modo que, si el âhombre pudiera entrar otra vez en la matriz de su madre, y nacerâ, no estarÃa más cerca del ânuevo nacimientoâ que antes ( Job 14:4; Salmo 51:5). espÃritu esâParticipa de y posee su naturaleza espiritual. No te maravilles, etc.âSi una naturaleza espiritual sola puede ver y entrar al reino de Dios; si todo lo que traemos al mundo con nosotros, es contrario al mundo espiritual; y si esta espiritualidad es solamente de parte del EspÃritu Santo, no es maravilla que sea indispensable el nuevo nacimiento. Os es necesario nacerââOs, dice Jesús, no nosâ. [Bengel.] Después de aquellas proposiciones universales, acerca de lo que âun hombreâ tiene que ser, para âentrar al reino de Diosâ, esto es notable, mostrando que el Señor pensaba mantenerse como âseparado de los pecadoresâ. El viento, etc.âHálito, o viento, y espÃritu (una sola palabra tanto en el hebreo como en el griego) son constantemente presentados juntos en las Escrituras como análogos ( Job 27:3; Job 33:4; Ezequiel 37:9). ni sabes de dónde, etc.âLas leyes que gobiernan a los vientos no son aun ahora sino parcialmente conocidas; mas las subidas, caÃdas y cambios de dirección muchas veces en el dÃa, de aquellas brisas suaves aquà referidas, probablemente serán para nosotros un misterio para siempre: Asà de la operación del EspÃritu Santo en el nuevo nacimiento.
9, 10. ¿Cómo puede, etc.âAunque el asunto todavÃa le confunde la necesidad y la posibilidad del nuevo nacimiento no es más el punto con él, sino la naturaleza de él y cómo se efectuarÃa. [Luthardt.] âDesde este momento Nicodemo no dice nada más, pero se ha bajado al lugar de discÃpulo que ha hallado su verdadero maestro. Por lo tanto, el Salvador amablemente avanza en sus comunicaciones de la verdad, y una vez más solemnemente trae a la mente de este maestro de Israel, ahora hecho un aprendedor, su propia ignorancia, no sin culpa, para poder entonces proceder a pronunciar, de la plenitud de su conocimiento divino, tales testimonios tanto de cosas terrenales como celestiales como su discÃpulo pueda recibir para su provecho.â [Stier]. maestroâLa cuestión aquà claramente da a entender que la doctrina de la regeneración es descubierta en el Antiguo Testamento hasta tal punto que Nicodemo era culpable de ignorarla. No es meramente como algo que serÃa experimentado bajo el evangelio que el Antiguo Testamento la enseñe; asà como muchos crÃticos distinguidos afirman, negando que hubiese tal cosa como la regeneración antes de Cristo. Porque la proposición de nuestro Señor es universal, que ningún hombre caÃdo es o puede ser espiritual sin una operación regeneradora del EspÃritu Santo, y la obediencia espiritual bajo cualquier nombre, en contraste con servicios meramente mecánicos, es proclamada por todo el Antiguo Testamento.
11-13. lo que sabemos hablamos ⦠lo que hemos visto,âes decir, por conocimiento absoluto y visión inmediata de Dios, que âel unigénito Hijo, que está en el seno del Padreâ, proclama como exclusivamente suyos, cap. 1:18. Aquà se usa el ânosotrosâ y ânuestroâ, aunque se refiere sólo a Cristo mismo, en contraste enfático tal vez con las palabras iniciales de Nicodemo: âRabbÃ, nosotros sabemosâ, etc.âno recibÃs nuestro testimonioârefiriéndose a la clase a la cual pertenecÃa Nicodemo, mas de la cual en espÃritu él estaba empezando a separarse. cosas terrenasâtales como la regeneración, la puerta de entrada al reino de Dios en la tierra, y la cual Nicodemo deberÃa haber entendido mejor, como una verdad aun de aquella economÃa más terrenal a la cual él pertenecÃa. las celestiales?âLas cosas de la economÃa evangélica nueva y más celestial, la cual serÃa entendida plenamente después de la efusión del EspÃritu Santo por medio del Salvador ensalzado. nadie subió al cielo, etc.âHay algo paradójico en este lenguaje: âNadie fué arriba sino el que vino abajo; aun el que está al mismo tiempo arriba y abajo.â Sin duda, fué propuesto para asombrar y constreñir a su oyente a pensar que tenÃa que haber elementos misteriosos en la persona de Cristo. Los viejos socinianos, para pervertir la doctrina de la preexistencia de Cristo, se apoderaron de este pasaje, como si enseñara que el hombre Jesús fué secretamente arrebatado al cielo para recibir sus enseñanzas, y entonces âdescendió del cieloâ para entregarlas. Pero el sentido evidentemente es éste: âEl perfecto conocimiento de Dios no se consigue, subiendo el hombre desde la tierra al cielo para recibirlo, pues ningún hombre ha ascendido asÃ, sino aquel cuya habitación propia, en su naturaleza esencial y eterna, es el cielo, tomando carne humana, ha descendido como el âHijo del hombreâ para hacer conocer al Padre, a quien él conoce por mirada Ãntima lo mismo en la carne como antes que la asumiera, siendo esencial e inmutablemente âen el seno del Padreâ â (cap. 1:18).
14-16. Como Moisés levantó la serpiente, etc.âAquà ahora tenemos las âcosas celestialesâ, como antes las âterrenasâ, mas bajo un velo, por la razón mencionada en el v. 12. La crucifixión del MesÃas es velada dos veces después bajo el mismo término vivo: âlevantamientoâ, cap. 8:28; 12:32, 33. Aquà está velada todavÃa más, aunque a nosotros que sabemos lo que quiere decir, es hecha mucho más instructiva, por la referencia a la serpiente de bronce. El veneno de las serpientes ardientes, corriendo por las venas de los israelitas rebeldes, estaba extendiendo la muerte por el campamento, emblema vivo de la condición perecedera de los hombres a causa del pecado. En ambos casos el remedio fué provisto divinamente, la manera de curación asombrosamente se parecÃa a la de la enfermedad. Mordidos por serpientes, por serpiente son sanados. Mordidos por âserpientes ardientesâ, serpientes probablemente, de cuero con pintas coloradas (Kurtz), el instrumento de curación es una serpiente de bronce o cobre, que tenÃa a la distancia la misma apariencia. Asà en la redención, como por el hombre vino la muerte, por el Hombre también viene la vida: Hombre también âen semejanza de carne de pecadoâ, no diferenciándose en nada externo y aparente de aquellos que, llenos del veneno de la serpiente, estaban por perecer. Pero asà como la serpiente levantada no tenÃa nada del veneno del cual la gente que era mordida por serpientes estaba muriendo, asà mientras toda la familia humana estaba pereciendo por la mortal herida inflingida por la vieja serpiente, âel Segundo Hombreâ, que subió por encima de la humanidad con âsalud en sus alasâ, era sin mancha ni arruga, o cosa semejante. En ambos casos el remedio es exhibido visiblemente; en el un caso sobre un palo alto, en el otro sobre la cruz, para âatraer a sà todos los hombresâ (cap. 12:32). En ambos casos se efectúa la curación dirigiéndose el ojo al Remedio levantado; en el un caso el ojo corporal, en el otro la mirada del alma que âcree en élâ, como en aquella proclamación antigua: âMirad a mÃ, y sed salvos, todos los términos de la tierraâ, etc. ( IsaÃas 45:22). Los dos métodos son tropiezos a la razón humana. ¿Qué podrÃa ser más improbable a un israelita pensador que el que el veneno mortÃfero saliese de su cuerpo simplemente mediante una mirada a un reptil de bronce? Semejante tropiezo (o, âescándaloâ) a los judÃos y a los griegos locura era la fe en el Nazareno crucificado como un modo de liberación de la perdición eterna. Sin embargo, en ambos casos es igualmente racional y bien fundada la autoridad para esperar una curación. Asà como la serpiente de bronce fué la ordenanza de Dios para la curación de todo israelita que era mordido por la serpiente, asà lo es Cristo para la salvación de cada pecador; sin embargo la una era ordenanza puramente arbitraria, la otra divinamente adaptada a las complicadas dolencias del hombre. En ambos casos es igual la eficacia. Asà como una simple mirada a la serpiente, por distante y débil que fuera, traÃa la curación instantánea, asà una fe real en el Señor Jesús, por más trémula, por más distante que sea, siempre que sea real la fe, trae sanidad segura e instantánea al alma que está por perecer. De la misma manera, son iguales los resultados de la desobediencia en ambos casos. Sin duda, muchos de los israelitas que fueron mordidos, aun cuando su caso era doloroso, se pusieron a razonar antes que obedecer, y a reflexionar sobre lo absurdo que era esperar que la mordedura de una serpiente viva fuese sanada con sólo mirar un pedazo de metal en forma de serpiente, y reflexionarlo hasta morir. ¡Ay! ¿no es sometida al mismo tratamiento la salvación por un Redentor crucificado? ¿Ha sido quitada âla ofensa de la cruzâ? (Cf. 2 Reyes 5:12).
16. Porque de tal manera, etc.â¿Qué proclamación del evangelio ha estado tan frecuentemente en los labios de misioneros y predicadores en cada siglo desde que fué pronunciada la primera vez? ¿qué ha hecho causar a millones de personas sensaciones tan estimulantes? ¿qué ha sido tan honrado en traer tales multitudes a los pies de Cristo? ¿qué para encender en los pechos frÃos y egoÃstas de los mortales los fuegos de amor altruÃsta para con la humanidad, como estas palabras de sencillez trasparente, mas de majestad abrumadora? El cuadro comprende varias divisiones distintas: âEL MUNDOâ, en su sentido más amplio, listo a âperecerâ; el inmenso âAMOR DE DIOSâ para aquel mundo que perece, mensurable y concebible sólo por el don que este amor trajo de él; EL DON mismo: âEl de tal manera amó al mundo, que dió a su Hijo unigénitoâ, o, en el lenguaje de Pablo: âaun a su propio Hijo no perdonóâ ( Romanos 8:32), o en aquel dirigido a Abrahán cuando estaba por ofrecer a Isaac sobre el altar: âno me has rehusado tu hijo, tu únicoâ ( Génesis 22:16); el FRUTO de este don tremendo, no sólo la liberación de la âperdiciónâ pendiente. sino la dádiva de la vida eterna; y el MODO por el cual todo se efectúa, âcreyendoâ en su Hijo. ¡Cómo se harÃa invisible el judaÃsmo estrecho de Nicodemo en la llamada de este Sol de justicia visto subiendo sobre âel mundoâ con sanidad en sus alas!
17-21. no ⦠para que condene, etc.âUna afirmación de inmensa importancia. Aunque la âcondenaciónâ es para muchos el resultado de la misión de Cristo en el mundo (v. 19), ésta no es el objeto de su misión, la cual es puramente la de salvar.
18. no es condenadoâHabiendo âpasado de muerte a vidaâ (Cap. 5:24) inmediatamente al creer. ya es condenadoâRechazando el único medio de liberación de aquella âcondenaciónâ que Dios dió a su Hijo para quitar, y asà quedando voluntariamente condenado.
19. esta es la condenación, etc.âEnfáticamente asÃ, revelando la condenación ya existente, y sellando bajo ella a los que no quieren ser librados de ella. la luz vino al mundoâen la persona de aquel a quien escuchaba Nicodemo. amaron más las tinieblasâEsto puede conocerse solamente por rechazar deliberadamente a Cristo, por eso, sÃ, lo revela de manera espantosa. redargüidasâpor ser descubiertas por la luz.
21. el que obra verdadâcuyo único objeto en la vida es el de ser y hacer lo que soportará la luz. Por esto él ama la luz y âviene a la luzâ, para que todo lo que él es y hace, siendo completamente probado por la luz, se pueda ver que no tiene nada en sà sino lo que es divinamente obrado y divinamente aprobado. Este es âel israelita, de veras, en quien no hay engañoâ.
22-36. JESUS, CERCA DE DONDE ESTABA EL BAUTISTAâEL NOBLE TESTIMONIO DE ESTE A SU SEÃOR.
22-24. tierra de JudeaâLas partes rurales de aquella provincia, habiéndose realizado la conversación anterior en la capital. bautizabaâen el sentido explicado en el cap. 4:2. Enón junto a Salimâal oeste del Jordán. (Cf. v. 26 con el cap. 1:28). Juan no habÃa sido aún puesto en la cárcelâPor esto es claro que el ministerio de nuestro Señor no comenzó con la encarcelación de Juan, aunque, si no fuera por esto, habrÃamos sacado esta conclusión de Mateo 4:12, etc. y el dicho expreso de Marcos ( Mateo 1:14).
25, 26. entre los discÃpulos de Juanâmás bien, âde parte deâ algunos de los discÃpulos. y los JudÃosâmás bien, según los mejores manuscritos, âcon un judÃoâ. acerca de la purificaciónâacerca del bautismo, puesto el significado simbólico del lavamiento con agua (como dice el capÃtulo 2:6) en vez del acto mismo. Como Juan y Jesús eran los únicos maestros que bautizaban a judÃos, fácilmente se podrÃan suscitar discusiones entre los discÃpulos de Juan y aquellos judÃos que se negaban a someterse al rito. RabbÃ, etc.ââMaestro, este hombre nos dice que aquel de quien tú diste testimonio tan generoso: allende el Jordán, está repagando tu generosidad llevándose toda la gente. De este modo, pronto no tendrás tú discÃpulo ninguno.â La respuesta a esto es una de las expresiones más nobles y más afectantes que jamás salieron de los labios humanos.
27-30. No puede el hombre, etc.ââYo hago mi obra prescripta por Dios, y esto me basta. ¿Quisierais que yo subiese al lugar de mi Señor? ¿No os dije, Yo no soy el Cristo? La Esposa no es mÃa, ¿por qué se quedarÃa conmigo el pueblo? MÃo es dirigir a los cargados al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, decirles que hay bálsamo en Galaad, yun Médico allà y ¿a mà me disgustará verlos, en obediencia al llamamiento, volando como nubes, y como palomas a sus ventanas? ¿De quién es la novia sino del Esposo? A mà me basta ser amigo del Novio, enviado por él a tratar el enlace, privilegiado en unir al Salvador y a los que vino él a buscar y salvar, y gozándome con gozo indecible, si puedo âestar y oÃr la voz del Novioâ, haciendo de testigo a los benditos esponsales. ¿DecÃs, pues, que me están dejando para ir a él? Me traéis nuevas de gran gozo. El tiene que crecer, mas yo menguar; éste, mi gozo, pues se cumple.â No puede el hombre recibir, etc.ââno puede asumir nadaâ, es decir, legalmente y con éxito; que quiere decir: âCada hombre le tiene señaladas por Dios su obra y su esfera. Aun Cristo mismo vino bajo esta ley ( Hebreos 5:4).
31-34. El que de arriba viene, etc.âAquà está la causa por qué él tiene que crecer, mientras que todos los maestros humanos tienen que menguar. El Maestro âviene de arribaâ, descendiendo de su propio elemento, la región de âcosas celestialesâ, que vino a revelar, y asÃ, aunque se mezcla con los hombres y las cosas sobre la tierra, no es âde la tierraâ ni en Persona ni en palabra. Los siervos, por lo contrario, naciendo de la tierra, son de la tierra, y su testimonio, aunque divino en autoridad, participa necesariamente de su terrenidad. (Tan fuertemente sentÃa el Bautista este contraste que la última cláusula no hace más que repetir la primera.) Es imposible que se trazara una lÃnea más clara de separación entre Cristo y todos los maestros humanos, aun cuando éstos son divinamente comisionados y hablan por el poder del EspÃritu Santo. Y ¿quién no lo percibe? Las palabras de profetas y apóstoles son verdad innegable y preciosÃsima; pero en las palabras de Cristo oÃmos una voz de la excelente gloria, el Verbo eterno mismo haciéndose oÃr en nuestra propia carne. lo que vió y oyóâ(Véanse las notas acerca del v. 11 y del cap. 1:18). nadie recibe su testimonioâLos discÃpulos de Juan habÃan dicho: âTodos vienen a élâ (v. 26). El Bautista aquà virtualmente dice: âOjalá que fuese asÃ, pero ¡ay! son casi nadie.â [Bengel.] Ellos están mucho más dispuestos a recibirlo a él (al Bautista), y lo obligaron a decir: âYo no soy el Cristoâ, y parece que le dolÃa esto. éste signó, etc.âpuso su sello; da gloria a Dios cuyas palabras habla Cristo, no como profetas y apóstoles por una comunicación parcial del EspÃritu a ellos. no da Dios el EspÃritu por medidaâAquà nuevamente se traza la lÃnea de distinción lo más clara entre Cristo y todos los maestros humanos inspirados: âEstos tienen al EspÃritu en grado limitado; mas Dios no (le) da el EspÃritu por medida.â Esto significa la entera plenitud de la vida y el poder divinos. El tiempo presente, âdaâ, muy aptamente señala la comunicación permanente del EspÃritu por el Padre al Hijo, de modo que se entiende un flujo y reflujo constante de poder vivo. (Cf. cap. 1:51). [Olshausen.]
35, 36. El Padre ama al Hijo, etc.âVéase la nota acerca de Mateo 11:27, donde tenemos âla entrega de todas las cosas al Hijoâ, mientras que aquà tenemos el profundo manantial de aquel acto augusto en el amor inefable del Padre para el Hijo. tiene vida eternaâla tiene ya. Véanse las notas acerca del v. 18 y del cap. 5:24. no verá la vida.âEl contraste aquà es sorprendente: El uno tiene ya una vida que perdurará para siempre; el otro no sólo no la tiene ahora, sino que nunca la tendrá, nunca la verá. está sobre élââpermanece sobre élâ. Estaba sobre él antes, y como no ha sido quitada de la única manera posible, por âcreer en el Hijoâ, necesariamente permanece sobre él. N. B.â¡Cuán de plano contradice esto la enseñanza de muchos en nuestros dÃas, de que no habÃa ni hay nada en Dios contra los pecadores que necesitara ser quitado por Cristo, sino sólo en los hombres contra Dios!