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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario de la Cadena Dorada sobre los Evangelios Comentario de la Cadena Dorada
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Aquino, Tomás. "Comentario sobre Matthew 21". "Comentario de la Cadena Dorada sobre el Evangelio". https://studylight.org/commentaries/spa/gcc/matthew-21.html.
Aquino, Tomás. "Comentario sobre Matthew 21". "Comentario de la Cadena Dorada sobre el Evangelio". https://studylight.org/
Whole Bible (30)New Testament (6)Gospels Only (1)Individual Books (3)
VersÃculos 1-9
yo Y cuando se acercaron a Jerusalén, y llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, entonces Jesús envió a dos discÃpulos, 2. Diciéndoles: "Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asno atado, y un pollino con ella: desatadlos, y traédmelos 3. Y si alguno os dijere algo, diréis: El Señor los necesita, y enseguida los enviará.
4. Y esto fue hecho, para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: 5. Decid a la hija de Sion: He aquà tu rey viene a ti, manso, y sentado sobre un asno, y un 6. Y los discÃpulos fueron e hicieron como Jesús les habÃa mandado, 7. Y trajeron el asna y el pollino, y les vistieron sus vestidos, y lo sentaron sobre ellos. 8. Y un muchedumbre muy grande tendÃa sus mantos en el camino, otros cortaban ramas de los árboles y las tiraban en el camino. 9. Y la multitud que iba delante y detrás, clamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! Bendito el que viene en el nombre del Señor; Hosanna en lo más alto."
Remig.: El evangelista relata arriba que el Señor partió de Galilea, y comenzó a subir a Jerusalén. Estando ahora ocupado con decir lo que hizo en el camino, prosigue con su propósito, diciendo: "Y cuando se acercaron a Jerusalén, y llegaron a Betfagé". Betfagé era un pequeño pueblo de sacerdotes, situado en la ladera del monte de los Olivos, a una milla de Jerusalén. Porque los sacerdotes que ministraban en el templo su tiempo asignado, cuando su oficio de ministerio estaba cumplido, se retiraban a esta aldea para morar; como también los que habÃan de ocupar su lugar. Porque estaba mandado por su ley que nadie debe viajar en sábado más de una milla.
OrÃgenes: De donde se interpreta Bethphage, La casa del Hombro; porque la espaldilla era la porción del sacerdote en la Ley. Sigue: "Entonces Jesús envió a dos de sus discÃpulos".
Pseudo-Chrys.: No dijo a sus discÃpulos: Di: Tu Señor, o Tu Señor, los necesita; para que entiendan que sólo Ãl es Señor, no sólo de las bestias, sino de todos los hombres; porque incluso los pecadores son Suyos por la ley de la naturaleza, aunque por su propia voluntad son del Diablo.
Cris.: Y no pienses que esto que ahora se ha hecho es poca cosa, porque ¿quién fue el que trabajó con los dueños de las bestias para que no las rechazaran, sino que las dieran? Por esto también instruye a sus discÃpulos que podrÃa haber retenido a los judÃos, pero no lo harÃa; y además les enseña que deben conceder todo lo que se les pida; porque si los que no conocieron a Cristo, ahora concedieron esto, mucho más conviene a sus discÃpulos dar a todos. Por lo que se dice: "Pero en seguida los dejaré ir",
Pseudo-Chrys.: debe entenderse que después de haber entrado en Jerusalén, la bestia fue devuelta por Cristo a su dueño.
Glosario, ap. Anselmo: O, El dueño de las bestias las enviará inmediatamente para que sean ocupadas para el servicio de Cristo. A esto se añade el testimonio del Profeta, para que se demuestre que el Señor cumplió todas las cosas que estaban escritas de Ãl, pero que los escribas y fariseos, cegados por la envidia, no entendÃan las cosas que leÃan; "Todo esto se hizo para que se cumpliera lo dicho por el Profeta;" a saber, ZacarÃas. [ ZacarÃas 9:9 ]
Pseudo-Chrys.: Porque el Profeta, conociendo la malicia de los judÃos, que hablarÃan contra Cristo cuando subiera al templo, les dio de antemano esta señal, para que pudieran conocer a su Rey: "Decid a la hija de Sion ."
Raban.: En la historia, Hija de Sión es el nombre que se le da a la ciudad de Jerusalén, que se levanta sobre el monte Sión. Pero mÃsticamente, es la Iglesia de los fieles perteneciente a la Jerusalén de arriba.
Pseudo-Chrys.: "He aquÃ", es una palabra que se usa para señalar cualquier cosa; Mirad, es decir, no con el ojo corporal, sino con el entendimiento espiritual, las obras de su poder. También en otras ocasiones dijo a menudo: "He aquÃ", para mostrar que Aquel de quien habló antes de nacer, ya entonces era tu Rey. Entonces, cuando lo veáis, no digáis: "No tenemos más rey que César. Ãl viene a vosotros", [ Juan 19:15 ] si queréis prenderle para que os salve; si no le apresas, viene contra ti; "Manso", para que Ãl no sea temido por Su poder, sino amado por Su mansedumbre; por tanto, Ãl no se sienta en un carro de oro, resplandeciente en púrpura costosa, ni está montado en un corcel brioso, que se regocija en la contienda y la batalla, sino en una burra, que ama la paz y la tranquilidad.
Agosto, de Cons. Ev., ii, 66: En esta cita del Profeta, hay alguna variedad en los diferentes Evangelios. Mateo lo cita como si el Profeta hubiera mencionado expresamente la burra; pero no es citado asà por John [marg. nota: Juan 12:15 ], ni en la Iglesia-copias de la traducción de uso común. Esto me parece que se explica por el relato de que Mateo escribió su Evangelio en el idioma hebreo.
Y es claro que la traducción llamada LXX tiene algunas cosas diferentes de lo que se encuentra en el hebreo, por aquellos que conocen esa lengua, y que han traducido los mismos libros del hebreo. Si se pregunta la razón de esta discrepancia, nada considero más verosÃmil que la interpretación de la LXX con el mismo espÃritu con que fue escrita la original, lo cual se confirma por aquella admirable concordancia entre ellos de que se nos dice.
Al variar asà la expresión, mientras no se apartaban del significado de ese Dios cuyas palabras eran, nos transmiten exactamente lo mismo que deducimos de este acuerdo, con ligera variedad, entre los evangelistas. Esto nos muestra que no es mentira, cuando uno relata cualquier cosa con tales diversidades en detalle, que no se aparta de su intención con quien debe estar de acuerdo. Saber esto es útil en la moral para evitar las mentiras; y por la fe misma, para que no supongamos que la verdad está asegurada en los sonidos sagrados, como si Dios nos impartiera no solo el asunto, sino las palabras en las que se transmite el asunto. Más bien, el asunto se transmite de tal manera en palabras, que no deberÃamos necesitar palabras en absoluto, si fuera posible que pudiéramos conocer el asunto sin palabras, como lo saben Dios y sus ángeles.
Sigue: "Pero los discÃpulos fueron e hicieron como Jesús les mandó, y trajeron el asna y el pollino". Los otros evangelistas no dicen nada del asno. Y si Mateo no hubiera mencionado el pollino, como no mencionan el asno, el lector no deberÃa haberse sorprendido. Cuánto menos debe conmoverle, cuando uno ha mencionado tanto el asna que los otros han omitido, como para no olvidar el pollino que han mencionado. Porque no hay discrepancia donde ambas circunstancias pueden haber ocurrido, aunque uno solo relacione una, y otra; ¿cuánto menos que cuando uno menciona ambos, mientras que otro menciona solo uno?
De ello se deduce: "Y ellos se vistieron con sus ropas, y lo sentaron sobre ellas".
Jerónimo: Pero parece que el Señor no podrÃa en tan corta distancia haberse sentado sobre ambos animales; viendo entonces que la historia tiene o una imposibilidad o una mezquindad, somos enviados a cosas superiores, es decir, al sentido figurado.
Remig.: No obstante, era posible que el Señor se hubiera sentado sobre ambos animales.
Cris.: A mà me parece que fue montado sobre el asno, no sólo por el misterio, sino para darnos una lección de sabidurÃa, enseñándonos en eso que no necesita ser montado en caballos, sino que es suficiente para emplea un asno y conténtate con lo que es necesario. Pero preguntad a los judÃos, ¿qué rey ha entrado en Jerusalén montado en un asno? No pueden nombrar a ningún otro, sino sólo a éste.
Jerónimo: Las multitudes que salieron de Jericó y siguieron al Salvador, arrojaron sus vestiduras y cubrieron el camino con ramas de árboles; y por lo tanto se sigue: "Pero las multitudes extendieron sus vestiduras en el camino"; es decir, debajo de las patas del asno, para que no tropiece en piedra, ni pise en espino, ni caiga en zanja. "Otros cortaron ramas de los árboles y las esparcieron en el camino"; de los árboles frutales, es decir, de los que estaba revestido el monte de los Olivos.
Y cuando se hizo todo lo que se podÃa hacer, agregaron también el tributo de la lengua, como sigue: "Y las multitudes que iban delante y detrás, gritaban, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David!".
Examinaré brevemente cuál es el significado de esta palabra, Hosanna. En el Salmo 117, que está claramente escrito sobre la venida del Salvador, leemos esto entre otras cosas; "Sálvame ahora, oh Señor, envÃa ahora prosperidad. Bendito eres tú que has de venir en el nombre del Señor". [ Salmo 118:25 ] Por lo que los LXX dan "Salva ahora, oh Señor"; leemos en hebreo, 'Anna, adonai osianna', que SÃmaco traduce más claramente: "Te ruego, oh Señor, salve, te ruego". Que nadie piense que es una palabra compuesta de dos palabras, una griega y una hebrea, porque es hebreo puro.
Remig.: Y se confunde de una palabra perfecta y una imperfecta. Porque 'Hosi' significa 'salvar', 'anna' es una interjección que se usa para rogar.
Jerónimo: Porque significa que la venida de Cristo es la salvación del mundo, de donde se sigue: "Bendito el que viene en el nombre del Señor". Lo mismo que confirma el Salvador en el Evangelio: "Yo he venido en nombre de mi Padre Juan". [ Juan 5:43 ]
Remig.: Porque, es decir, en todas sus buenas obras, no buscaba la gloria propia, sino la de su Padre.
Glosario, ap. Anselmo: Y el significado es, "Bendito", es decir, Glorioso, "es El que viene", es decir, es encarnado; "en el nombre del Señor"; es decir, del Padre, al glorificarlo. De nuevo repiten, "Hosanna", es decir, "Salva, te lo ruego", y definen dónde serán salvos, en lo más alto, es decir, en los lugares celestiales, no en los lugares terrenales.
Jerónimo: O por lo que se añade, "Hosanna", es decir, Salvación, "en las alturas", se muestra claramente que la venida de Cristo no es la salvación del hombre solamente, sino de todo el mundo, juntando las cosas terrenas. a las cosas celestiales.
OrÃgenes: O cuando dicen: "Hosanna al Hijo de David; bendito el que viene en el nombre del Señor", es la dispensación de la humanidad de Cristo que ellos exponen; sino su restauración a los lugares santos cuando dicen: "Hosanna en las alturas".
Pseudo-Chrys .: "Hosanna", algunos interpretan 'gloria', algunos 'redención', y la gloria es suya, y la redención pertenece a Aquel que ha redimido a todos los hombres.
Hilario: Las palabras de su canto de alabanza, expresan Su poder de redención; al llamarlo Hijo de David, reconocen su tÃtulo hereditario al reino.
Pseudo-Chrys.: Nunca antes el Señor habÃa empleado los servicios de las bestias, ni se habÃa rodeado de atavÃos de ramas verdes, hasta ahora que sube a Jerusalén para sufrir. Movió a los que contemplaron a hacer lo que antes habÃan deseado hacer; asà que fue la oportunidad lo que ahora se les dio, no su propósito lo que cambió.
Jerome: mÃsticamente; El Señor se acerca a Jerusalén partiendo de Jericó, y llevando consigo grandes multitudes, porque grande y cargado de grandes mercancÃas, es decir, la salvación de los creyentes que le ha sido encomendada, busca entrar en la ciudad de la paz, el lugar de la contemplación de Dios. Y viene a Betfagé, es decir, a la casa de las quijadas; También mostró el tipo de confesión; y se detuvo en el Monte de los Olivos, donde está la luz del conocimiento, y el reposo de las fatigas y dolores. Por el pueblo frente a los Apóstoles se denota este mundo; porque eso estaba en contra de los Apóstoles, y no estaba dispuesto a recibir la luz de su enseñanza.
Remig.: El Señor, pues, envió a sus discÃpulos desde el monte de los Olivos a la aldea, cuando guiaba a los predicadores desde la Iglesia primitiva al mundo. Envió a dos, porque habÃa dos órdenes de predicadores, como muestra el Apóstol, diciendo: El que obró en Pedro el apostolado de la circuncisión, ése fue poderoso en mà para con los gentiles; [ Gálatas 2:8 ] o, porque los preceptos de la caridad son dos; o, porque hay dos testamentos; o, porque hay letra y espÃritu.
Jerónimo: O, porque hay teorÃa y práctica, es decir, conocimiento y obras. Por el asno que habÃa estado bajo el yugo, y fue quebrado, se entiende la sinagoga. Por el pollino de asna salvaje y sin domar, el pueblo gentil; porque la nación judÃa es para con Dios la madre de los gentiles.
Raban.: De donde Mateo, que escribió su Evangelio a los judÃos, es el único que menciona que el asno fue traÃdo al Señor, para mostrar que esta misma nación hebrea, si se arrepiente, no necesita desesperar de la salvación.
Pseudo-Chrys.: Los hombres se asemejan a los animales, por alguna semejanza que tienen en no reconocer al Hijo de Dios. Y este animal es impuro, y más allá de todos los demás brutos incapaces de razonar, un esclavo estúpido, indefenso e innoble. Tales eran los hombres antes de la venida de Cristo, inmundos con diversas pasiones; irrazonables, es decir, carentes de la razón de la Palabra; estúpidos, en su desprecio por Dios; débil de alma; innobles, porque olvidando su celestial nacimiento, se hicieron esclavos de sus pasiones, y de los demonios; esclavos, porque trabajaron bajo la carga del error que les impusieron los demonios, o los fariseos.
El asno estaba atado, es decir, atado con la cadena del error diabólico, de modo que no tenÃa libertad para ir a donde quisiera; porque antes de cometer cualquier pecado tenemos libre albedrÃo para seguir, o no, la voluntad del Diablo; pero si una vez pecando nos hemos obligado a hacer sus obras, ya no podemos escapar por nuestras propias fuerzas, sino que, como un barco que ha perdido el timón es arrojado a merced de la tormenta, asà el hombre, cuando por pecado, ha perdido la ayuda de la gracia divina, ya no actúa como él quiere, sino como quiere el diablo.
Y si Dios, por el poderoso brazo de su misericordia, no lo suelta, permanecerá hasta la muerte en la cadena de sus pecados. Por eso dice a sus discÃpulos: "Desatadlos", esto es, por vuestra enseñanza y milagros, porque todos los judÃos y gentiles fueron desatados por los Apóstoles; "y tráemelos", es decir, conviértelos para Mi gloria.
OrÃgenes: De donde también, cuando ascendió al cielo, mandó a sus discÃpulos que soltaran a los pecadores, para lo cual también les dio el EspÃritu Santo. Pero estando sueltos, y progresando, y siendo alimentados por la divinidad de la Palabra, son tenidos por dignos de ser enviados de nuevo al lugar de donde fueron tomados, pero no más a sus trabajos anteriores, sino a predicarles al Hijo de Dios. Dios, y esto es lo que Ãl quiere decir cuando dice: "Y en seguida los enviará".
Hilario: O por el asno y el pollino se muestra la doble vocación de entre los gentiles. Porque los samaritanos sirvieron en cierta forma de obediencia, y son representados por el asno; pero los otros gentiles salvajes e indómitos son representados por el pollino. Por tanto, dos son enviados para desatar a los que están atados con las cadenas del error; Samaria creyó a través de Felipe, y Cornelio, como primicia de los gentiles, fue llevado por Pedro a Cristo.
Remig.: Pero como fue dicho entonces a los Apóstoles: "Si alguno os dice algo, decid: El Señor los necesita"; asà que ahora se manda a los predicadores, que aunque les haga alguna oposición, no dejen de predicar.
Jerónimo: Las vestiduras de los Apóstoles que se ponen sobre las bestias pueden entenderse como enseñanza de virtudes, o discernimiento de las Escrituras, o verdades de dogmas eclesiásticos, con los cuales, a menos que el alma esté provista e instruida, no merece tener la Señor tome Su asiento allÃ.
Remig.: El Señor sentado sobre el asno va hacia Jerusalén, porque presidiendo la Santa Iglesia, o el alma fiel, la guÃa en esta vida, y después de esta vida la conduce a la vista de la patria celestial. Pero los Apóstoles y otros maestros pusieron sus vestiduras sobre el asno, cuando dieron a los gentiles la gloria que habÃan recibido de Cristo. Las multitudes tendieron sus vestiduras en el camino, cuando los de la circuncisión que habÃan creÃdo, despreciaron la gloria que tenÃan por la Ley.
Cortaron ramas de los árboles, porque de los Profetas habÃan oÃdo hablar de la "Rama" verde como emblema de Cristo. [marg. nota: IsaÃas 11:1 ; Jeremias 23:5 ]
O bien, las multitudes que extienden sus vestiduras en el camino, son los mártires que dieron al martirio por Cristo sus cuerpos, que son la vestidura de sus mentes. O bien, se significan aquellos que subyugan sus cuerpos por la abstinencia. Los que cortan las ramas de los árboles, son los que buscan los dichos y ejemplos de los santos padres para su propia salvación o la de sus hijos.
San Jerónimo: Cuando dice: "Las multitudes que iban delante y que seguÃan", muestra que tanto los que antes del Evangelio como los que después del Evangelio creyeron en el Señor, alaban a Jesús con la voz armoniosa de la confesión.
Pseudo-Chrys.: Los que profetizaban hablaban de Cristo que habÃa de venir; estos hablan en alabanza de la venida de Cristo ya cumplida.
VersÃculos 10-16
Ver 10. Y cuando él entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste? 11. Y la multitud decÃa: Este es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea. 12. Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendÃan y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendÃan palomas, 13. Y les dijo: escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
14. Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. 15. Y viendo los principales sacerdotes y los escribas las maravillas que hacÃa, y los niños llorando en el templo, y diciendo: " Hosanna al Hijo de David"; estaban muy disgustados, 16. Y le dijeron: "¿Oyes lo que éstos dicen?" Y Jesús les dijo: "SÃ; ¿Nunca habéis leÃdo: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?
Jerónimo: Cuando Jesús entró con la multitud, toda la ciudad de Jerusalén se conmovió, asombrada por la multitud, y sin saber el poder.
Pseudo-Chrys .: Con buena razón se conmovieron al ver una cosa de manera que se asombraron. El hombre fue alabado como Dios, pero fue el Dios el que fue alabado en el hombre. Pero supongo que ni los que alababan sabÃan lo que alababan, sino que el EspÃritu que de repente inspiró allà derramó las palabras de verdad.
OrÃgenes: Además, cuando Jesús entró en la verdadera Jerusalén, gritaron, maravillados de sus virtudes celestiales, y dijeron: "¿Quién es este Rey de gloria?" [ Salmo 24:8 ]
Jerónimo: Mientras otros dudaban o preguntaban, la multitud inútil lo confesó; "Pero la gente decÃa: Este es Jesús, el profeta, de Nazaret de Galilea". Comienzan con lo menor para llegar a lo mayor. Lo aclaman como el Profeta que Moisés habÃa dicho que vendrÃa como él mismo, [marg. nota: Deuteronomio 15:18 ] que está correctamente escrito en griego con el testimonio del artÃculo, "De Nazaret de Galilea", porque allà habÃa sido criado, para que la flor del campo se nutriera con la flor de todas las excelencias .
Raban.: Pero debe tenerse en cuenta que esta entrada suya en Jerusalén fue cinco dÃas antes de la Pascua. Pues cuenta Juan, que seis dÃas antes de la Pascua vino a Betania, [ Juan 12:1 ] y al dÃa siguiente sentado sobre un asno entró en Jerusalén. En esto obsérvese la correspondencia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, no sólo en cosas sino en tiempos.
Porque el dÃa diez del mes primero, el cordero que habÃa de ser sacrificado para la pascua habÃa de ser llevado a la casa, [marg. nota: Ãxodo 12:3 ] porque el mismo dÃa del mismo mes, esto es, cinco dÃas antes de la pascua, el Señor habÃa de entrar en la ciudad en que habÃa de sufrir.
Pseudo-Chrys.: "Y Jesús entró en el templo de Dios". Esta era la parte de un buen Hijo para apresurarse a la casa de Su Padre, y honrarlo; asÃ, pues, haciéndoos imitadores de Cristo, tan pronto como entréis en cualquier ciudad, corred primero a la Iglesia. Además, era la parte de un buen médico, que habiendo entrado para curar la ciudad enferma, deberÃa primero aplicarse a la fuente de la enfermedad; porque como todo bien sale del templo, asà también todo mal.
Porque cuando el sacerdocio es sano, toda la Iglesia florece, pero si está corrompido, la fe se debilita; y asà como cuando ves un árbol cuyas hojas son de color pálido, sabes que está enferma en su raÃz, asà cuando ves a un pueblo indisciplinado concluye sin vacilación que su sacerdocio es malo.
Jerónimo: "Y echó fuera a todos los que vendÃan y compraban". Debe saberse que en obediencia a la Ley, en el Templo del Señor venerado en todo el mundo, y al que acudÃan los judÃos de todas partes, se sacrificaban innumerables vÃctimas, especialmente en los dÃas de fiesta, toros, carneros, machos cabrÃos; los pobres ofrendan pichones y tórtolas, para no omitir todo sacrificio. Pero sucederÃa que los que venÃan de lejos no tendrÃan vÃctima.
Los sacerdotes, por lo tanto, idearon un plan para sacar provecho de la gente, vendiendo a los que no tenÃan vÃctimas los animales que necesitaban para el sacrificio, y ellos mismos recibiéndolos de vuelta tan pronto como los vendieran. Pero esta práctica fraudulenta fue muchas veces vencida por la pobreza de los visitantes, quienes carentes de medios no tenÃan vÃctimas ni dónde comprarlas. Por lo tanto, nombraron banqueros que podrÃan prestarles bajo un bono.
Pero debido a que la ley prohibÃa la usura, y el dinero prestado sin interés era inútil, además de a veces una pérdida del principal, pensaron en otro plan; en lugar de banqueros nombraron 'collybistae', una palabra para la cual el latÃn no tiene equivalente.
[ed. nota: "San Jerónimo aquà da un sentido diferente de la palabra, de lo que comúnmente se recibe entre los escritores antiguos. Hesiquio, hasta donde yo sé, es el único que está de acuerdo con él, e interpreta "collyba", dulces. Al mismo tiempo, el mismo Hesiquio hace que su sentido correcto sea "una especie de moneda, con un buey estampado en el bronce." Pólux, Suidas y otros están de acuerdo con esta interpretación, hasta el punto de hacer que la palabra signifique una moneda pequeña.
De ahà que los colibistas fueran los que daban el cambio en moneda pequeña. También OrÃgenes, a quien San Jerónimo debe gran parte de su exposición, entiende por colibistas a los que cambian las buenas monedas por malas, en perjuicio de los que las emplean.â Vallars, in loc.]
Dulces y otros obsequios frÃvolos los llamaban 'collyba', como, por ejemplo, legumbres tostadas, pasas y manzanas de diversas clases. Como entonces no podÃan tomar usura, aceptaron el valor en especie, tomando cosas que se compran con dinero, como si esto no fuera lo que predicó Ezequiel, diciendo: "No recibiréis usura ni aumento". [ Ezequiel 18:17 ] Esta clase de tráfico, o más bien engaño, viendo el Señor en la casa de su Padre, y movido de ella con celo espiritual, echó fuera del Templo a esta gran multitud de hombres.
OrÃgenes: Porque no deben vender ni comprar, sino dedicar su tiempo a la oración, estando reunidos en una casa de oración, de donde se sigue: "Y les dijo: Escrito está: Mi será llamado un casa de oración". [ IsaÃas 56:7 ]
Ago., Regula ad Serv. Dei., 3: Que nadie haga, pues, en el oratorio, sino aquello para lo que fue hecho y de donde obtuvo su nombre. Sigue: "Pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones".
San Jerónimo: Porque en verdad es ladrón, y convierte en cueva de ladrones el templo de Dios, el que se aprovecha de su religión. Entre todos los milagros obrados por nuestro Señor, este me parece el más maravilloso, que un hombre, y Ãl en ese momento quiso decir a tal grado que después fue crucificado, y mientras los escribas y fariseos estaban exasperados contra Ãl viendo sus ganancias asà cortado, pudo, con los golpes de un solo flagelo, expulsar a una multitud tan grande. Seguramente una llama y un rayo estrellado salÃan de sus ojos, y la majestad de la Divinidad brillaba en su semblante.
Agosto, de Cons. Ev., ii, 68: Es manifiesto que el Señor hizo esto no una sino dos veces; la primera vez la cuenta Juan, esta segunda ocasión las otras tres.
Chrys., Hom., lxvii: Lo cual agrava la falta de los judÃos, quienes después de haber hecho lo mismo dos veces, persistieron en su dureza.
Origen: mÃsticamente; El Templo de Dios es la Iglesia de Cristo, en donde hay muchos, que no viven como deben, espiritualmente, sino según la carne; y esa casa de oración que está construida de piedras vivas, con sus acciones la convierten en cueva de ladrones. Pero si debemos expresar más de cerca las tres clases de hombres expulsados ââdel Templo, podemos decir asÃ. Quienes entre un pueblo cristiano gastan su tiempo en nada más que comprar y vender, y continúan poco en oraciones o en otras acciones correctas, estos son los compradores y vendedores en el Templo de Dios. Los diáconos que no administran bien los fondos de sus iglesias, sino que se enriquecen con la porción del pobre, estos son los cambistas cuyas mesas volca Cristo.
Pero que los diáconos presiden las mesas de dinero de la Iglesia, lo aprendemos de los Hechos de los Apóstoles. [marg. nota: Hechos 6:2 ] Los obispos que encomiendan Iglesias a quienes no deben, son los que venden las palomas, es decir, la gracia del EspÃritu Santo, cuyas sillas volca Cristo.
Jerónimo: Pero, según el sentido llano, las palomas no estaban en asientos, sino en jaulas; a menos que los vendedores de palomas estuvieran sentados en asientos; pero eso serÃa absurdo, porque el asiento denota la dignidad del maestro, que se reduce a nada cuando se mezcla con la codicia.
FÃjate también que por la avaricia de los Sacerdotes, los altares de Dios se llaman mesas de cambistas. Lo que hemos dicho de las Iglesias, que cada uno lo entienda por sà mismo, pues dice el Apóstol: Vosotros sois templo de Dios. [ 2 Corintios 6:16 ] No haya, pues, en la morada de vuestro pecho espÃritu de regateo, ni deseo de dádivas, no sea que entrando Jesús con ira y severidad, purifique su templo no sin azotes, que de un foso de los ladrones Ãl debe hacer de ella una casa de oración.
OrÃgenes: O, en Su segunda venida, arrojará y derribará a aquellos a quienes encuentre indignos en el templo de Dios.
Pseudo-Chrys.: Por esta razón también voltea las mesas de los cambistas, para dar a entender que en el templo de Dios no debe haber moneda sino espiritual, como la que lleva la imagen de Dios, no una imagen terrenal. Vuelca los asientos de los que vendÃan palomas, diciendo por ese hecho: ¿Qué hace en Mi templo tantas palomas para la venta, ya que aquella única Paloma descendió gratuitamente sobre el templo de Mi Cuerpo? Lo que la multitud habÃa proclamado con sus gritos, el Señor lo muestra en hechos.
De donde se sigue: "Y los ciegos y los cojos vinieron a él en el templo, y los sanó".
OrÃgenes: Porque en el templo de Dios, que es en la Iglesia, no todos tienen vista, ni todos andan rectamente, sino los que entienden que es necesario de Cristo y de ningún otro que los sane; ellos que vienen a la Palabra de Dios son sanados.
Remig.: Que sean sanados en el Templo significa que los hombres no pueden ser sanados sino en la Iglesia, a la cual se le da el poder de atar y desatar.
Jerónimo: Porque si no hubiera volcado las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendÃan palomas, los ciegos y los cojos no habrÃan merecido que se les devolviera la vista y el movimiento acostumbrados en el templo.
Cris.: Pero ni aun asà se convencieron los principales sacerdotes, sino que se indignaron ante sus milagros y los gritos de los niños.
Jerónimo: Porque, no atreviéndose a ponerle las manos encima, los sacerdotes difaman sus obras, y el testimonio de los niños que gritaban: "Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en el nombre del Señor", como si esto no se puede decir a nadie sino sólo al Hijo de Dios. Miren, pues, los obispos y todos los hombres santos, cómo toleran que se les digan estas cosas, si esto se imputa como falta en Aquel que es verdaderamente Señor a quien esto se dijo, porque la fe de los creyentes aún no ha sido confirmada.
Pseudo-Chrys .: Porque como un pilar un poco fuera de la perpendicular, si se le aplica más peso, se inclina aún más hacia un lado; asà también el corazón del hombre, una vez desviado, se agita aún más con celos al ver u oÃr las obras de algún hombre justo. De esta manera, los sacerdotes se rebelaron contra Cristo y dijeron: "¿Oyes lo que éstos dicen?"
Jerónimo: Pero la respuesta de Cristo fue cautelosa. No dijo lo que los escribas hubieran querido oÃr: Los niños hacen bien en dar testimonio de mÃ; ni por otra parte, Hacen lo malo, no son más que niños, hay que ser indulgentes con sus tiernos años. Pero Ãl trae una cita del Salmo octavo, [ Salmo 8:2 ] que aunque el Señor guardó silencio, el testimonio de la Escritura podrÃa defender las palabras de los niños, como sigue: "Pero Jesús les dijo: SÃ, ¿tenéis nunca leer, etc."
Pseudo-Chrys.: Como si dijera: Sea asÃ, es mi culpa que estos lloren asÃ. Pero, ¿es Mi culpa que tantos miles de años antes el Profeta predijera que asà deberÃa ser? Pero los niños y los lactantes no pueden conocer ni alabar a nadie. Por eso son llamados niños, no en la edad, sino en la sencillez de corazón; lactantes, porque gritaban conmovidos por el gozo de las maravillas que contemplaban, como por la dulzura de la leche.
Las obras milagrosas se llaman leche, porque la contemplación de los milagros no es un trabajo, sino que más bien excita el asombro e invita suavemente a la fe. El pan es la doctrina de la justicia perfecta, que nadie puede recibir sino aquellos que tienen los sentidos ejercitados en las cosas espirituales.
Chrys.: Esto fue a la vez un tipo de los gentiles, y un consuelo no pequeño para los Apóstoles; para que no se confundiesen, imaginando cómo no teniendo educación para predicar el Evangelio, estos niños que iban delante de ellos quitaron aquel temor; porque el que hizo que estos cantaran sus alabanzas, dará discurso a aquellos. Este milagro también muestra que Cristo fue el Formador de la naturaleza; viendo que los niños hablaban cosas llenas de significado y estaban de acuerdo con los Profetas, mientras que los hombres pronunciaban cosas sin sentido y llenas de frenesÃ.
VersÃculos 17-22
Ver 17. Y dejándolos, salió de la ciudad a Betania; y se alojó allÃ. 18. Ahora bien, por la mañana, cuando volvió a la ciudad, tuvo hambre. 19. Y cuando vio una higuera en el camino, se acercó a ella y la halló. nada en él, sino hojas solamente, y le dijo: "No dejes que ningún fruto crezca en ti de ahora en adelante para siempre". Y luego la higuera se secó. 20. Y cuando los discÃpulos vieron esto, se maravillaron, diciendo: "¡Cuán pronto se secó la higuera!" 21
Respondió Jesús y les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudéis, no sólo haréis lo que se hace con la higuera, sino también si decÃs a este monte: QuÃtate 22. Y todo lo que pidiereis en oración creyendo, lo recibiréis.
Pseudo-Chrys.: Es mejor vencer a un hombre malo cediéndole que respondiéndole; porque la maldad no se instruye sino que se estimula con la reprensión. En consecuencia, el Señor buscó retirándose para controlar a aquellos a quienes Sus palabras no podÃan controlar; de donde se dice: "Y los dejó, y salió de la ciudad a Betania".
Jerónimo: Por lo cual se debe entender que el Señor estaba en tanta pobreza, y tan lejos de haber cortejado a nadie, que no habÃa encontrado en toda aquella ciudad ni huésped, ni morada, sino que hizo Su hogar en un pueblecito, en la casa de Lázaro y sus hermanas; porque su aldea era Betania; y sigue, "y se alojó allÃ".
Pseudo-Chrys.: Buscando seguramente alojarse en el cuerpo donde también reposaba su espÃritu; porque asà es con todos los hombres santos, les encanta estar no donde hay suntuosos banquetes, sino donde florece la santidad.
Jerónimo: Cuando las sombras de la noche se dispersaron, y Ãl regresaba a la ciudad, el Señor tenÃa hambre, mostrando asà la realidad de Su cuerpo humano. Glosario, ap. Anselmo: Porque al permitir que su carne padezca lo que es propio de la carne, anuncia su pasión. FÃjense en el ferviente celo del trabajador activo, de quien se dice que fue temprano a la ciudad para predicar y ganar algo para su Padre.
Jerónimo: El Señor a punto de sufrir entre las naciones, y de tomar sobre Ãl la ofensa de la Cruz, buscó fortalecer la mente de Sus discÃpulos por un milagro anterior; de donde se sigue: "Y viendo una higuera junto al camino, se acercó a ella, y no encontró nada más que hojas".
Cris.: No vino porque tuviera hambre, sino por causa de sus discÃpulos; porque Ãl siempre hizo el bien y no infligió sufrimiento a nadie, se comportó que Ãl deberÃa dar un ejemplo de Su poder de castigo; y esto no lo ejercerÃa sobre el hombre, sino sobre una planta.
Hilario: Aquà también encontramos prueba de la bondad del Señor; donde tuvo la intención de mostrar un ejemplo de la salvación obtenida por sus medios, ejerció el poder de su fuerza sobre las personas de los hombres; sanando sus enfermedades presentes, animándolos a tener esperanza en el futuro y a buscar la curación de su alma. Pero ahora, cuando exhibirÃa un tipo de Sus juicios sobre los rebeldes, Ãl representa el futuro por la destrucción de un árbol; "Que ningún fruto crezca en ti de ahora en adelante para siempre".
Jerónimo: "Para siempre" (in sempiternum) o "Hasta el fin del mundo" (in saeculum) porque la palabra griega significa ambos.
Cris.: Esto fue sólo una suposición de los discÃpulos que estaba maldito porque no tenÃa fruto; porque otro evangelista dice que aún no era el tiempo. ¿Por qué entonces fue maldecido? Por causa de los discÃpulos, para que supieran que él tenÃa poder para marchitar a los que le crucificaban. Y Ãl hizo este milagro en la que de todas las plantas es la más jugosa, para que la grandeza del milagro fuera más evidente.
Y cuando se haga algo de este tipo a animales o vegetales, no preguntes si la higuera se secó con justicia, ya que no era la época de su fruto; porque inquirir asà serÃa una locura extrema, porque en tales criaturas no puede haber culpa ni castigo; pero considerad el milagro, y admirad al que lo hace.
Brillo. ord.: El Creador no hace mal al dueño, sino que Su criatura, a Su voluntad, se convierte en provecho de los demás.
Cris.: Y para que aprendas que esto se hizo por ellos, hasta el final, es decir, para despertarles la confianza, escucha lo que se dice más adelante. Respondió Jesús y les dijo: "De cierto os digo, si tenéis fe".
Jerónimo: Los perros gentiles ladran contra nosotros, afirmando que los Apóstoles no tuvieron fe, porque no pudieron mover montañas. A los cuales respondemos, que muchas maravillas fueron hechas por el Señor que no están escritas; y por lo tanto creemos que los Apóstoles han hecho algunas cosas que no están escritas, y que por lo tanto no estaban escritas, para que los incrédulos no tuvieran en ellos mayor lugar para la cavilación.
Pues preguntémosles, ¿creen ellos los milagros que están escritos, o no? Y cuando miran incrédulos, entonces podemos establecer que los que no creen lo menor no habrÃan creÃdo lo mayor.
Cris.: Esto de lo que habla el Señor lo atribuye a la oración ya la fe; de donde continúa: "Y todas las cosas que pidiereis en oración, creyendo, las recibiréis".
OrÃgenes: Porque los discÃpulos de Cristo no oran por nada que no deban, y como confiando en su Maestro oran sólo por cosas grandes y celestiales.
Raban.: Pero siempre que no somos escuchados cuando oramos, es porque pedimos algo adverso a los medios de nuestra salvación; o porque la perversidad de aquellos por quienes pedimos estorba para que se les conceda; o porque el cumplimiento de nuestra petición se pospone para un tiempo futuro, para que nuestros deseos se fortalezcan y asà puedan tener una capacidad más perfecta para los goces que buscan.
Agosto, de Cons. Ev., ii, 68: Debe considerarse que Marcos relata el asombro de los discÃpulos cuando el árbol se secó, y la respuesta del Señor acerca de la fe, no al dÃa siguiente de la maldición del árbol, sino al tercer dÃa después; y que en el segundo dÃa Marcos relata la expulsión de los mercaderes del Templo, que habÃa omitido el primer dÃa. Luego dice que al segundo dÃa salió de la ciudad por la tarde, y que al pasar por la mañana, los discÃpulos vieron entonces que la higuera estaba seca.
Pero Mateo habla como si todo esto se hubiera hecho al dÃa siguiente. Esto debe entenderse como que cuando Mateo, habiendo relatado que la higuera se secó, agrega inmediatamente, omitiendo todos los eventos del segundo dÃa: "Y cuando los discÃpulos la vieron, se maravillaron", sin embargo, querÃa decir que estaba en otro dÃa que se maravillaron. Porque se debe suponer que el árbol se marchitó en el momento en que fue maldecido, no en el momento en que lo vieron. Porque no lo vieron marchitarse, sino cuando estaba seco, y por eso entendieron que se habÃa secado inmediatamente después de las palabras del Señor.
Origen: mÃsticamente; el Señor, dejando a los Sumos Sacerdotes y Escribas, se retiró fuera de la Jerusalén terrenal, la cual, por tanto, cayó. Llegó a Betania a 'La casa de la obediencia', es decir, a la Iglesia, donde habiendo descansado después de la primera erección de la Iglesia, volvió a la ciudad que habÃa dejado poco antes, y volviendo, Estaba hambriento.
Pseudo-Chrys .: Porque si Su hambre hubiera sido como el hombre por la comida carnal, no habrÃa tenido hambre por la mañana; verdaderamente tiene hambre por la mañana quien tiene hambre de la salvación de los demás. Jerónimo: El árbol que vio junto al camino lo entendemos como la sinagoga, que estaba cerca del camino por cuanto tenÃa la Ley, pero no creÃa en el camino, es decir, en Cristo.
Hilario: Y eso se compara con una higuera, porque los Apóstoles siendo los primeros creyentes de Israel, como higos verdes estarán en la gloria, y el tiempo de su resurrección, será antes que el resto.
Pseudo-Chrys .: También el higo con respecto a la multitud de semillas debajo de una piel es como una asamblea de fieles. Pero no encuentra nada en ella sino que deja sólo, es decir, tradiciones farisaicas, una apariencia exterior de la Ley sin los frutos de la verdad.
OrÃgenes: Y como esta planta era en sentido figurado un ser viviente, que tenÃa alma, le habla como si oyera. "Que ningún fruto crezca en ti de ahora en adelante para siempre". Por tanto, la sinagoga judÃa es estéril, y permanecerá asà hasta el fin del mundo, cuando entrará la multitud de los gentiles; y la higuera se secó mientras Cristo aún moraba en esta vida; y viendo los discÃpulos por su discernimiento espiritual el misterio de la fe marchita, se maravillaron; y teniendo fe, y no dudando, la llevaron, y asà se marchita cuando su virtud vivificante pasa a los gentiles; y por cada uno que es llevado a la fe, ese monte Satanás es levantado y arrojado al mar, es decir, al abismo.
Pseudo-Chrys.: O; "Al mar", es decir, al mundo donde las aguas son saladas, es decir, la gente es mala.
Raban.: Y venga su exclusión de los elegidos con un trato más cruel de los réprobos.
Agosto, Cuest. Ev., i, 29: O, esto debe decir cada siervo de Dios en su propio caso respecto al monte de la soberbia, para arrojarlo de él. O, porque los judÃos predicaron el evangelio, el Señor mismo, llamado el monte, es arrojado entre los gentiles por los judÃos como a un mar.
OrÃgenes: Porque todo hombre que es obediente a la palabra de Dios es Betania, y Cristo mora en él; pero a los impÃos ya los pecadores los deja. Y cuando ha estado con los justos, va a otros justos después de ellos, y acompañado de ellos; porque no se dice que salió de Betania y entró en la ciudad. El Señor siempre tiene hambre entre los justos, deseando comer entre ellos los frutos del EspÃritu Santo, que son amor, gozo, paz. Pero esta higuera que solo tenÃa hojas sin fruto, creció junto al camino.
Pseudo-Chrys.: Es decir, cerca del mundo; porque si un hombre vive cerca del mundo, no puede conservar en sà mismo el fruto de la justicia.
OrÃgenes: Pero si el Señor viene buscando fruto con tentaciones, y se encuentra alguno que no tiene nada de justicia, sino sólo una profesión de fe, que deja sin fruto, pronto se marchita, perdiendo incluso su aparente fe; y todo discÃpulo hace que esta higuera se seque, haciendo ver que está vacÃo de Cristo, como dijo Pedro a Simón: "Tu corazón no es recto delante de Dios". [ Hechos 8:21 ]
Porque es mejor que una higuera engañosa, que se cree que está viva, pero no da fruto, se seque por la palabra de los discÃpulos de Cristo, a que por una impostura robe los corazones inocentes. También hay en cada incrédulo un monte grande en proporción a su incredulidad, que es removido por las palabras de los discÃpulos de Cristo.
VersÃculos 23-27
VersÃculo 23. Y cuando entró en el templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras estaba enseñando, y le dijeron: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?" 24. Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os preguntaré una cosa, y si me la decÃs, yo también os diré con qué autoridad hago estas cosas. 25. El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo o de los hombres? Y discutÃan entre sÃ, diciendo: Si dijéramos, Del cielo; nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creÃsteis? 26
Pero si dijéramos, De los hombres; tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta. 27. Y respondieron a Jesús, y dijeron: "No podemos decirlo". Y les dijo: Ni yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Pseudo-Chrys.: Los sacerdotes estaban atormentados por los celos, porque habÃan visto a Cristo entrar en el Templo con gran gloria. Y no pudiendo dominar el fuego de los celos que ardÃa en sus pechos, prorrumpieron en palabras.
Cris.: Por cuanto no pudieron desmerecer Sus milagros, traen materia de culpa por Su prohibición de vender en el Templo. Como si hubieran dicho: ¿Has asumido el asiento de la autoridad? ¿Has sido ungido Sacerdote para que ejerzas este poder?
Pseudo-Chrys .: Por eso agregan: "¿O quién te dio esta autoridad?" ¡muestran que hay muchas personas que dan poder a los hombres, ya sean corporales o espirituales! como si dijeran: No eres de familia sacerdotal; el Senado no te ha conferido este poder, ni César te lo ha concedido. Pero si hubieran creÃdo que todo poder proviene de Dios, nunca habrÃan preguntado: "¿Quién te dio esta autoridad?" Porque cada hombre juzga a los demás por sà mismo. El fornicario piensa que ninguno es casto; el casto no sospecha fácilmente nada de fornicación; el que no es Sacerdote de Dios, no piensa que el Sacerdocio de ningún hombre sea de Dios.
Jerónimo: O en estas palabras instan a la misma cavilación que arriba, cuando dijeron: "Ãl echa fuera los demonios por Beelzebub, el PrÃncipe de los demonios". [ Mateo 12:24 ] Porque cuando dicen: "¿Con qué autoridad haces las cosas?" dudan del poder de Dios, y quieren que se entienda que las cosas que hace son del diablo. Pero cuando añaden: "¿Quién te dio esta autoridad?" ellos niegan más claramente al Hijo de Dios, a quien suponen que hace milagros, no por Su propia fuerza, sino por la fuerza de otros.
El Señor podrÃa haber refutado la calumnia de Sus tentadores con una simple respuesta, pero les planteó una pregunta de tan hábil artificio que debÃan ser condenados por su silencio o por su conocimiento; Respondió Jesús y les dijo: Yo también os haré una pregunta.
Pseudo-Chrys .: No que deban responderla, y luego escuchar de Cristo la respuesta a su pregunta, sino que, estando desconcertados, no deben preguntarle más; de acuerdo con ese precepto que Ãl habÃa dado arriba, "No deis lo santo a los perros". [ Mateo 7:6 ] Porque aun si les hubiera dicho, de nada habrÃa aprovechado, porque la voluntad entenebrecida no puede percibir las cosas que son de la luz. Porque al que indaga debemos instruirlo, pero al que tienta, derribarlo con un golpe de razonamiento, pero no hacerle público el poder del misterio.
AsÃ, el Señor les presenta un dilema en Su pregunta; y para que no se le escapen, dice: Las cuales si me las decÃs, yo también te diré con qué autoridad hago estas cosas. Su pregunta es esta; "¿De dónde era el bautismo de Juan? ¿Del cielo, o de los hombres?"
Agosto, en Joan. Tr., v. 4: Juan recibió su autoridad para bautizar de Aquel a quien después bautizó; y el bautismo que le fue encomendado se llama aquà el bautismo de Juan. Sólo él recibió tal regalo; a ningún justo antes o después de él se le confió un bautismo para ser llamado de sà mismo. Porque Juan vino a bautizar en agua de arrepentimiento, a preparar el camino al Señor, no a dar limpieza interior, que el simple hombre no puede hacer.
Jerónimo: Lo que los Sacerdotes giraron en su malicia se muestra cuando agrega: "Pero razonaron consigo mismos". Porque si hubieran respondido que era del cielo, la pregunta era inevitable: ¿Por qué, pues, no fuisteis bautizados por Juan? Pero si respondÃan que era un invento del ingenio humano, y que no tenÃa nada de divino, temÃan un tumulto entre la gente. Porque todas las multitudes reunidas habÃan recibido el bautismo de Juan y, en consecuencia, lo tenÃan por profeta.
Este partido impÃo, por lo tanto, responde y, con una aparente humildad de palabra, confesando que no saben, se volvió para ocultar sus designios insidiosos. Y respondieron a Jesús, y dijeron: No sabemos. Al decir que no sabÃan, mintieron; y podrÃa haber seguido de su respuesta asÃ, que el Señor también deberÃa decir, No sé; pero la verdad no puede mentir, y por lo tanto se sigue: "Y él les dijo: Ni yo os diré con qué autoridad hago estas cosas".
Esto muestra que ellos sabÃan, pero no quisieron responder, y que Ãl también sabÃa, pero no quisieron responder, porque no quisieron decir lo que sabÃan.
OrÃgenes: Pero alguien dirá en contra de esto, que era absurdo preguntar con qué autoridad Jesús hizo estas cosas. Porque eso no podÃa ser que Ãl respondiera, que Ãl hizo esto por la autoridad del Diablo; y Ãl no les dirÃa como realmente fue, que Ãl los hizo por Su propio poder. Si debe decirse que los gobernantes le hicieron esta pregunta para disuadirlo de Sus procedimientos; como cuando decimos a alguien que está tratando con lo nuestro de una manera que no nos gusta, le decimos: ¿Quién te mandó hacer esto? con la intención de disuadirlo de lo que está haciendo; &mdash si asà ha de entenderse, ¿qué significa la respuesta de Cristo? Dime esto, y te diré con qué autoridad hago estas cosas.
Quizás, por tanto, el lugar debe entenderse de la siguiente manera. Hay en general dos poderes opuestos, uno del lado de Dios, el otro del lado del Diablo; pero de poderes particulares hay muchos; porque no fue uno y el mismo poder el que obró en todos los Profetas para permitirles hacer milagros, sino uno en estos, otro en aquellos; y, puede ser, para cosas menores un poder menor, para cosas mayores un poder mayor.
Los principales sacerdotes habÃan visto a Jesús obrar muchos milagros, por lo que deseaban conocer el grado especial y las propiedades de ese poder que obraba en él. Porque otros que han obrado milagros, los obraron primero en un poder, y después cuando más avanzados en otro poder mayor; pero el Salvador obró todo en un solo poder, lo que recibió del Padre. Pero como no eran dignos de oÃr tales misterios, no les da ninguna respuesta, sino que, por el contrario, les hace una pregunta.
Raban.: Hay dos razones por las que el conocimiento de la verdad debe ser retenido de aquellos que preguntan; o cuando el que pide no es apto para recibir, o por su odio o desprecio de la verdad es indigno de que se le abra lo que pide.
VersÃculos 28-32
Ver. 28. "¿Pero qué os parece? Un hombre tenÃa dos hijos; y llegando al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29. Respondió él y dijo: No quiero; pero después se arrepintió, y fue. 30. Y llegando al segundo, dijo lo mismo. Y él respondió y dijo: Voy, señor; y no fue. 31. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos le dicen: "El primero". Jesús les dice: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van antes que vosotros al reino de Dios.
32. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creÃsteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.
Jerónimo: Con tanto prefacio, el Señor presenta una parábola, para convencerlos de su irreligión, y mostrarles que el reino de Dios debe ser transferido a los gentiles.
Pseudo-Chrys.: A los que han de ser juzgados en esta causa, les aplica como jueces, para que, condenándose a sà mismos, sean mostrados indignos de ser absueltos por cualquier otro. Es alta confianza en la justicia de una causa, que la encomendará a la decisión de un adversario. Pero vela la alusión a ellos en una parábola, para que no se dieran cuenta de que se estaban sentenciando a sà mismos; "Cierto hombre tenÃa dos hijos.
"¿Quién es él sino Dios, que creó a todos los hombres, que siendo por naturaleza Señor de todos, preferirÃa ser amado como a un padre que temido como a un Señor? El hijo mayor era el pueblo gentil, el menor los judÃos, ya que desde En el tiempo de Noé habÃa gentiles. Y vino al primero, y le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Hoy, es decir, durante esta edad. Habló con él, no cara a cara como hombre, sino a su corazón como Dios, infundiendo entendimiento a través de los sentidos. Trabajar en la viña es hacer justicia; porque para cultivarlo todo, no sé que un solo hombre sea suficiente.
Jerónimo: Habla primero al pueblo gentil, a través de su conocimiento de la ley de la naturaleza; "Ve y trabaja en mi viña;" es decir, âLo que no te hubieras hecho a ti, eso no lo harás tú a los demásâ. [Tobit 4:16] Ãl responde con altanerÃa: "No lo haré".
Pseudo-Chrys.: Porque los gentiles desde el principio, dejando a Dios y su justicia, y pasándose a los Ãdolos y al pecado, parecen responder en sus pensamientos: No haremos la justicia de Dios.
Jerónimo: Pero cuando, a la venida del Salvador, el pueblo gentil, habiendo hecho penitencia, trabajó en la viña de Dios, y expió con su trabajo la obstinación de su rechazo, esto es lo que se dice: "Pero después se arrepintió, y se fue." El segundo hijo es el pueblo judÃo que respondió a Moisés: "Todo lo que el Señor nos ha dicho, haremos". [ Ãxodo 24:3 ]
Pseudo-Chrys .: Pero después, volviendo la espalda, mintieron a Dios, según lo que dice en los Salmos, "Los hijos de los extraños me han mentido". [ Salmo 18:44 ] Esto es lo que se dice: "Pero él no fue". En consecuencia, el Señor pregunta "¿cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos le dicen: El primero". Mira cómo tienen la primera sentencia sobre sà mismos, diciendo que el hijo mayor, es decir, el pueblo gentil, hizo la voluntad de su padre. Porque es mejor no prometer la justicia delante de Dios, y cumplirla, que prometer y fracasar.
OrÃgenes: De donde podemos deducir que en esta parábola habló el Señor a los que poco o nada prometen, pero en sus obras resplandecen; y contra los que prometen grandes cosas y no hacen nada de lo que han prometido.
Jerónimo: Debe saberse que en las copias correctas no se lee "El último", sino El primero, "para que puedan ser condenados por su propia sentencia. Pero si preferimos leer, como dicen algunos, "El último , "la explicación es obvia, decir que los judÃos entendieron la verdad, pero disimularon, y no dijeron lo que pensaban; asà como si supieran que el bautismo de Juan era del cielo, no lo dirÃan.
Pseudo-Chrys.: El Señor confirma abundantemente su decisión, de donde se sigue: "Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os precederán en el reino de Dios"; tanto como para decir: No sólo los gentiles están delante de vosotros, sino también los publicanos y las rameras.
Raban.: Sin embargo, el reino de Dios puede entenderse de los gentiles, o de la Iglesia actual, en la que los gentiles van antes que los judÃos, porque estaban más dispuestos a creer.
OrÃgenes: Sin embargo, los judÃos no están excluidos para que nunca entren en el reino de Dios; pero, "cuando la plenitud de los gentiles haya entrado, entonces todo Israel será salvo".
Pseudo-Chrys.: Supongo que los "publicanos" aquà representan a todos los hombres pecadores, y "las rameras" a todas las mujeres pecadoras; porque la avaricia se encuentra el vicio más prevaleciente entre los hombres, y la fornicación entre las mujeres. Porque la vida de la mujer se pasa en ociosidad y reclusión, que son grandes tentaciones para ese pecado, mientras que el hombre, ocupado constantemente en varios deberes activos, cae fácilmente en la trampa de la codicia, y no tan comúnmente en la fornicación, como las ansiedades de los hombres. las preocupaciones excluyen los pensamientos de placer, que atraen más bien a los jóvenes y los ociosos.
Luego sigue la razón de lo que habÃa dicho: "Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creÃsteis".
Raban.: Juan vino predicando el camino de la justicia, porque señalaba a Cristo, que es el cumplimiento de la Ley.
Pseudo-Chrys .: O, porque su venerable conversación hirió los corazones de los pecadores, como sigue: "Pero los publicanos y las rameras creyeron en él". Observa cómo la buena vida del predicador da su fuerza a su predicación, para subyugar los corazones indóciles. "Y vosotros, cuando lo habÃais visto, no os arrepentisteis después para creerle;" tanto como decir, Ellos han hecho lo que es más creyendo en Ãl, ni siquiera os habéis arrepentido, lo que es menos.
Pero en esta exposición que hemos hecho según la mente de muchos intérpretes, me parece algo inconsistente. Porque si por los dos hijos se debe entender a judÃos y gentiles, tan pronto como los sacerdotes hubieron respondido que era el primer hijo el que hacÃa la voluntad de su padre, entonces Cristo debió haber concluido su parábola con estas palabras: De cierto os digo , que los gentiles entrarán en el reino de Dios antes que vosotros.
Pero Ãl dice: "Los publicanos y las rameras", una clase más de judÃos que de gentiles. A menos que esto se tome como se dijo anteriormente; Tanto más agrada a Dios el pueblo gentil que a vosotros, que aun los publicanos y las rameras le son más agradables que vosotros.
Jerónimo: Por lo que otros piensan que la parábola no se refiere a gentiles y judÃos, sino simplemente a justos y pecadores. Estos por sus malas obras habÃan rechazado el servicio de Dios, pero después de recibir de Juan el bautismo de arrepentimiento; mientras que los fariseos que hacÃan alarde de justicia y se jactaban de cumplir la ley de Dios, despreciando el bautismo de Juan, no siguieron sus preceptos.
Pseudo-Chrys.: Esto lo trae porque los Sacerdotes no lo habÃan pedido para aprender, sino para tentarlo. Pero de la gente común muchos habÃan creÃdo; y por eso presenta la parábola de los dos hijos, mostrándoles en ella que los del pueblo, que desde el principio profesaban la vida seglar, eran mejores que los sacerdotes que desde el principio profesaban el servicio de Dios, por cuanto el pueblo de tiempo se volvió arrepentido a Dios, pero los Sacerdotes impenitentes, nunca dejaron de pecar contra Dios. Y el hijo mayor representa al pueblo; porque el pueblo no es por causa de los Sacerdotes, sino los Sacerdotes son por causa del pueblo.
VersÃculos 33-44
Ver. 33. "Oigan otra parábola: HabÃa un padre de familia que plantó una viña, la cercó alrededor, y cavó en ella un lagar, y edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue a un paÃs lejano. : 34. Y cuando se acercó el tiempo del fruto, envió a sus siervos a los labradores, para que recibieran los frutos de él. 35. Y los labradores tomaron a sus siervos, y golpearon a uno, y mataron a otro, y apedrearon a otro. .
36. También envió otros siervos más que los primeros; e hicieron con ellos lo mismo. 37. Pero al final de todo les envió a su hijo, diciendo: Tendrán respeto por mi hijo. 38. Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sÃ: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. 39. Y lo agarraron, y lo echaron fuera de la viña, y lo mataron. 40. Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?" 41.
Ellos le dijeron: "Ãl destruirá miserablemente a esos hombres malvados, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo". 42. Jesús les dice: "¿Nunca habéis leÃdo en las Escrituras: La piedra que desecharon los que edificaban, ésta ha venido a ser cabeza de esquina; esto es obra del Señor, y es maravilloso a nuestros ojos? 43. Por tanto, Os digo que el reino de Dios os será quitado, y será dado a una nación que produzca sus frutos 44. Y cualquiera que caiga sobre esta piedra, será quebrantado; en polvo".
Chrys., Hom, lxviii: El propósito de esta parábola adicional es mostrar que su culpa era atroz e indigna de ser perdonada.
OrÃgenes: El padre de familia es Dios, que en algunas parábolas se representa como un hombre. Como si fuera un padre condescendiente con el ceceo infantil de su hijito, para instruirlo.
Pseudo-Chrys.: Se le llama hombre, por tÃtulo, no por naturaleza; en una especie de semejanza, no en verdad. Porque sabiendo el Hijo que por ocasión de su nombre humano Ãl mismo serÃa blasfemado como si fuera un mero hombre, habló por tanto del Dios Invisible Padre como hombre; El que por naturaleza es Señor de los ángeles y de los hombres, pero por bondad su Padre.
Jerónimo: Ha "plantado" una vid de la que habla IsaÃas: "La vid del Señor de los ejércitos es la casa de Israel". [ IsaÃas 5:7 ] Y "lo cercaron alrededor"; es decir, o el muro de la ciudad, o la tutela de los Ãngeles.
Pseudo-Chrys .: O, por el cerco entiéndase la protección de los santos padres, que se establecieron como un muro alrededor del pueblo de Israel.
OrÃgenes: O, el cerco que Dios puso alrededor de su pueblo fue Su propia Providencia; y el lagar era el lugar de las ofrendas.
Jerónimo: "Un lagar", es decir, un altar; o aquellos lagares a los que se titulan los tres Salmos, el 8, el 80 y el 83, es decir, los mártires. [ed. nota: Sal 8, 81, 84. Hebr. del lagar, y asà la Vulgata Torcularia, como lee San Jerónimo. Otros lo consideran un instrumento musical utilizado en la vendimia. San AgustÃn lo toma por una prensa de aceite, Enarr. en salmo 80. inicio. en salmo 83. inicio. de vides o de olivos. Con San Jerónimo lo interpreta de martirios en Sal. 8. norte 3. justo antes de que lo interprete de las iglesias cristianas, como lo hace Athanasius in loc.]
Hilario: O, Ãl presentó a los Profetas como si fueran lagares, en los cuales una abundante medida del EspÃritu Santo, como de vino nuevo, podrÃa fluir en una corriente abundante.
Pseudo-Chrys.: O, el lagar es la palabra de Dios, que tortura al hombre cuando contradice su naturaleza carnal.
Jerónimo: "Y edificó una torre en él", es decir, el Templo, del cual dice Miqueas: "Y tú, oh torre de nubes de la hija de Sión".
Hilario: O, La torre es la eminencia de la Ley, que ascendió de la tierra al cielo, y desde la cual, como desde una atalaya, se podÃa espiar la venida de Cristo. "Y déjalo salir a los labradores".
Pseudo-Chrys.: Cuando, es decir, los sacerdotes y levitas fueron constituidos por la Ley, y asumieron la dirección del pueblo. Y como labrador, aunque ofrece a su Señor de su propio ganado, no le agrada tanto como darle el fruto de su propia viña; asà el Sacerdote no agrada tanto a Dios por su propia justicia, como enseñando al pueblo de Dios la santidad; porque su propia justicia es una sola, pero la del pueblo es múltiple. âY se fue a un paÃs lejanoâ.
Jerónimo: No es un cambio de lugar, porque Dios, por quien todas las cosas están llenas, no puede estar ausente de ningún lugar; pero parece estar ausente de la viña, para dejar a los labradores una libertad de acción.
Chrys.: O, se aplica a su longanimidad, en el sentido de que no siempre hizo descender el castigo inmediato sobre sus pecados.
OrÃgenes: O, porque Dios, que habÃa estado con ellos en la nube de dÃa, y en la columna de fuego de noche, [marg. nota: Ãxodo 13:21 ] nunca más se les mostró de igual manera. En IsaÃas el pueblo de los judÃos es llamado la viña, y las amenazas del padre de familia son contra la viña; [marg. nota: IsaÃas 5:7 ] pero en el Evangelio no se culpa a la viña sino a los labradores.
Porque acaso en el Evangelio la viña es el reino de Dios, es decir, la doctrina que está contenida en la Sagrada Escritura; y la vida intachable del hombre es el fruto de la viña. Y la letra de la Escritura es el cerco puesto alrededor de la viña, para que los que están fuera no vean los frutos que en ella se ofrecen. La profundidad de los oráculos de Dios es el lagar de la viña, en el cual los que se han beneficiado de los oráculos de Dios vierten sus estudios como fruto.
La torre construida allà es la palabra acerca de Dios mismo y acerca de las dispensaciones de Cristo. Encomendó esta viña a los labradores, es decir, al pueblo que era antes que nosotros, tanto sacerdotes como laicos, y se fue lejos, dando Su partida oportunidad a los labradores.
El tiempo de la vendimia que se acerca puede tomarse de individuos y de naciones. La primera estación de la vida es en la infancia, cuando la viña no tiene nada que mostrar, sino que tiene en sà el poder vital. Tan pronto como llega el momento de poder hablar, entonces es el momento de brotar los brotes. Y a medida que progresa el alma del niño, asà también progresa la viña, es decir, la palabra de Dios; y después de tal progreso, la viña produce el fruto maduro del amor, la alegrÃa, la paz y cosas por el estilo. Además, para la nación que recibió la Ley por medio de Moisés, el tiempo del fruto se acerca.
Raban.: "La temporada de la fruta", dice, no de pago de renta, porque esta nación de dura cerviz no da fruto.
Chrys., no oc., ap. Cris.: A los Profetas los llama siervos, que como Sacerdotes del Señor ofrecen los frutos del pueblo, y las pruebas de su obediencia en sus obras. Pero ellos mostraron su maldad no solo al rechazar los frutos, sino al indignarse contra los que venÃan a ellos, como sigue: "Y los labradores tomaron a sus siervos, y golpearon a uno, y mataron a otro, y apedrearon a otro".
Jerónimo: Golpéalos, como los mató JeremÃas, como los apedreó IsaÃas, como Nabot y ZacarÃas, a quienes mataron entre el templo y el altar.
Pseudo-Chrys.: A cada paso de su maldad aumentaba la misericordia de Dios, ya cada paso de la misericordia Divina aumentaba la maldad de los judÃos; asà hubo una lucha entre la maldad humana y la bondad divina.
Hilario: Estos "más que los primeros" que fueron enviados, denotan ese tiempo, cuando, después de la predicación de los Profetas individuales, un gran número fue enviado juntos.
Raban: O, los primeros siervos que fueron enviados fueron el mismo Legislador Moisés, y Aarón el primer Sacerdote de Dios; a los cuales, habiéndolos azotado con el látigo de su lengua, los despidieron vacÃos; por los demás siervos entiende la compañÃa de los Profetas.
Hilario: Por el Hijo enviado al fin, se denota el advenimiento de nuestro Señor.
Cris.: ¿Por qué, pues, no lo envió inmediatamente? Para que de lo que habÃan hecho a los demás se acusaran a sà mismos, y dejando su locura, pudieran reverenciar a Su Hijo cuando viniera.
Pseudo-Chrys.: No lo envió como portador de una sentencia de castigo contra el culpable, sino de una oferta de arrepentimiento; Lo envió para avergonzarlos, no para castigarlos.
Jerónimo: Pero cuando Ãl dice: "Ellos reverenciarán a mi Hijo", no habla como en ignorancia. Porque ¿qué hay que no sepa este amo de casa (por quien en este lugar se entiende a Dios)? Pero se habla asà de Dios como incierto, a fin de que el libre albedrÃo pueda reservarse para el hombre.
Cris.: O habla como declarando lo que debe ser; deben reverenciarle; mostrando asà que su pecado era grande y carente de toda excusa.
OrÃgenes: O podemos suponer que esto se cumplió en el caso de aquellos judÃos que, conociendo a Cristo, creyeron en él. Pero lo que sigue, "Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sÃ: Este es el heredero, venid, matémoslo, y apoderémonos de la herencia", se cumplió en aquellos que vieron a Cristo, y lo conocieron para ser el Hijo de Dios, pero lo crucificaron.
Jerome: Preguntemos a Arrio y Eunomio. Mira, aquà se dice que el Padre no sabe algo. Cualquiera que sea la respuesta que den al Padre, entiendan lo mismo del Hijo, cuando dice que no sabe el dÃa de la consumación de todas las cosas. [marg. nota: Mateo 22:36 ]
Pseudo-Chrys.: Pero algunos dicen que fue después de su encarnación, que Cristo fue llamado Hijo en derecho de su bautismo como los otros santos, a quienes el Señor refuta por este lugar, diciendo: "Yo enviaré a mi Hijo". Por lo tanto, cuando Ãl asà meditó en enviar a Su Hijo después de los Profetas, Ãl debe haber sido ya Su Hijo. Además, si hubiera sido Hijo suyo como todos los santos a quienes fue enviada la palabra de Dios, deberÃa haber llamado también a los profetas hijos suyos, como llama a Cristo, o llamar a Cristo su siervo, como llama a Cristo. llama a los profetas.
Raban.: Por lo que dicen: "Este es el Hijo", demuestra manifiestamente que los gobernantes de los judÃos crucificaron al Hijo de Dios, no por ignorancia, sino por celos. Porque entendieron que era a Ãl a quien el Padre habla por medio del Profeta: "PÃdeme, y te daré las naciones por herencia". [ Salmo 2:8 ] La herencia dada al Hijo es la santa Iglesia; una herencia que no le dejó Su Padre al morir, sino maravillosamente adquirida por Su propia muerte.
Pseudo-Chrys.: Después de Su entrada en el Templo, y habiendo echado fuera a los que vendÃan los animales para los sacrificios, entonces tomaron consejo para matarlo, "Venid, matémosle". Porque razonaron entre sÃ: Acontecerá que el pueblo de este modo abandonará la práctica del sacrificio, que pertenece a nuestra ganancia, y se contentará con ofrecer el sacrificio de justicia, que pertenece a la gloria de Dios; y asà la nación no será más posesión nuestra, sino que llegará a ser de Dios.
Pero si lo matamos, entonces no habiendo nadie que busque el fruto de justicia del pueblo, la práctica de ofrecer sacrificio continuará, y asà este pueblo será nuestra posesión; como sigue: "Y la herencia será nuestra".
Estos son los pensamientos habituales de todos los sacerdotes mundanos, que no se preocupan de cómo el pueblo debe vivir sin pecado, sino que miran cuánto se ofrece en la Iglesia y estiman que el provecho de su ministerio.
Raban.: O, Los judÃos se esforzaron al matarlo para apoderarse de la herencia, cuando se esforzaron por derribar la fe que es a través de Ãl, y sustituirla por su propia justicia que es por la Ley, y con eso imbuir a los gentiles. Sigue: "Y lo agarraron, y lo echaron fuera de la viña, y lo mataron".
Hilario: Cristo fue arrojado de Jerusalén, como de la viña, a Su sentencia de castigo.
OrÃgenes: O lo que dice: "Y echadlo fuera de la viña", me parece que es esto; En cuanto a ellos, lo consideraron un extraño tanto para la viña como para los labradores. "Cuando venga, pues, el Señor de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"
Jerónimo: El Señor no les pregunta como si no supiera lo que le contestarÃan, sino para que sean condenados por su propia respuesta.
Pseudo-Chrys.: Que su respuesta sea verdadera, no proviene de ningún juicio justo en ellos, sino del caso mismo; la verdad los constreñÃa.
OrÃgenes: Como Caifás [marg. nota: Juan 11:49 ] asà ellos, no de sà mismos, profetizaban contra sà mismos, que las palabras de Dios serÃan quitadas de ellos, y dadas a los gentiles, quienes podrÃan dar fruto a su tiempo.
Brillo. ord.: O, el Señor a quien ellos mataron, vino luego resucitando de entre los muertos, y llevó a un mal fin a aquellos labradores malvados, y entregó Su viña a otros labradores, es decir, a los Apóstoles.
Agosto, de Cons. Ev., ii, 70: Marcos no da esto como su respuesta, sino que relata que el Señor, después de que les hizo la pregunta, se dio esta respuesta a Sà mismo. Pero se puede explicar fácilmente que sus palabras se adjuntan de tal manera que muestran que las hablaron, sin agregar 'Y respondieron'. O esta respuesta se atribuye al Señor, porque siendo verdad lo que dijeron, bien podrÃa decirse que lo dijo Aquel que es la verdad.
Cris.: O no hay contradicción, porque ambos tienen razón; primero respondieron con estas palabras, y luego el Señor las repitió.
Ag.: Esto nos inquieta más, cómo es que Lucas no solo no relaciona que esta haya sido su respuesta, sino que les atribuye una respuesta contraria. Sus palabras son: "Y cuando lo oyeron, dijeron: Dios no lo quiera". [ Lucas 20:16 ] La única manera que queda para entender esto es, por lo tanto, que de las multitudes que escuchaban, algunos respondieron como relata Mateo, y otros como Lucas.
Y que nadie se confunda que Mateo dice que los Sumos Sacerdotes y los ancianos del pueblo vinieron al Señor, y que él conecta todo este discurso en uno hasta esta parábola de la viña, sin interponer ningún otro hablante. Porque se puede suponer que habló todas estas cosas con los principales sacerdotes, pero que Mateo, por brevedad, omitió lo que Lucas menciona, a saber, que esta parábola no fue dicha solamente a los que le preguntaban acerca de su autoridad, sino al populacho, entre los cuales habÃa algunos que decÃan: Los destruirá, y dará la viña a otros.
Y al mismo tiempo se piensa con razón que este dicho ha sido del Señor, ya sea por su verdad, o por la unidad de sus miembros con su cabeza. Y estaban también los que decÃan: "Dios no lo quiera", a saber, "los que percibieron que hablaba contra ellos esta parábola".
Pseudo-Chrys.: De otro modo: Lucas ha dado la respuesta de sus labios, Mateo la de sus corazones. Porque algunos respondieron contradiciéndolo abiertamente y diciendo: "Dios no lo quiera", pero sus conciencias lo tomaron con "Ãl destruirá miserablemente a estos hombres malvados". Porque asÃ, cuando un hombre es descubierto en alguna maldad, se excusa con palabras, pero su conciencia interior se declara culpable.
Chrys.: O de otra manera: el Señor les propuso esta parábola con este propósito, para que no entendiéndolo, ellos dieran sentencia contra ellos mismos; como lo hizo Natán con David. Nuevamente, cuando percibieron el significado de las cosas que se habÃan dicho contra ellos, dijeron: "Dios no lo permita".
Raban: Moralmente; a cada uno de nosotros se nos ha arrendado una viña para vestir, cuando se nos ha dado el misterio del bautismo, para que la cultivemos con la acción. Los siervos uno, dos y tres nos son enviados cuando se lee la Ley, el Salmo y la ProfecÃa, según cuyas instrucciones debemos obrar bien. El enviado es azotado y expulsado cuando la palabra es menospreciada o, lo que es peor, blasfemada. Ãl mata (en la medida en que está en él) al heredero, que pisotea al Hijo, y menosprecia al EspÃritu de gracia. El labrador impÃo es destruido, y la viña es dada a otro, cuando el don de la gracia que los soberbios han despreciado se da a los humildes.
Pseudo-Chrys.: Cuando parecÃan descontentos, trae el testimonio de las Escrituras; tanto como decir: Si no entendisteis mi parábola, al menos reconoced esta Escritura.
Jerónimo: Las mismas cosas se tratan bajo varias figuras; a los que antes llamó obreros y labradores, ahora los llama constructores.
Cris.: Cristo es la piedra, los edificadores son los maestros judÃos que rechazaron a Cristo, diciendo: "Este hombre no es de Dios". [ Juan 9:16 ]
Raban.: Pero a pesar de su disgusto, la misma piedra proporcionó la cabeza de la esquina, porque de ambas naciones Ãl ha unido por la fe en Ãl a tantos como Ãl quiso.
Hilario: Ãl se ha convertido en la cabeza del ángulo, porque Ãl es la unión de ambos lados entre la Ley y los gentiles.
Cris.: Y para que supieran que nada de lo que se habÃa hecho era contra la voluntad de Dios, añade: "Es obra del Señor".
OrÃgenes: O sea, la piedra es don de Dios para todo el edificio, y es maravillosa a nuestros ojos, que la pueden discernir con los ojos de la mente.
Pseudo-Chrys.: Tanto como para decir: ¿Cómo no entendéis en qué edificio se ha de poner esa piedra, no en el vuestro, siendo desechada, sino en otro; pero si el edificio ha de ser otro, vuestro edificio será rechazado.
OrÃgenes: Por el reino de Dios, entiende los misterios del reino de Dios, es decir, las divinas Escrituras, que el Señor encomendó, primeramente a aquel pueblo anterior que tenÃa los oráculos de Dios, pero en segundo lugar a los gentiles que engendraron Fruta. Porque la palabra de Dios no es dada a nadie sino a quien da fruto de ella, y el reino de Dios no es dado a nadie en quien reina el pecado.
¿De dónde vino entonces que les fue dado a aquellos a quienes luego les fue quitado? Recuerde que todo lo que se da se da de forma gratuita. A quien, pues, arrendó la viña, no la dejó como para elegir ya y creyendo; pero a quien se la dio, se la dio con sentencia de elección.
Pseudo-Chrys.: Cristo es llamado Una Piedra, no sólo por Su fuerza, sino porque poderosamente aplasta a Sus enemigos; de donde se sigue: "Y cualquiera que cayere sobre esta piedra será quebrantado, y sobre quien ella cayere, lo triturará hasta convertirlo en polvo".
Jerónimo: El que peca, pero cree en Ãl, cae sobre una piedra y es quebrantado, pero no es aplastado del todo, sino que es preservado para la salvación por medio de la paciencia. Pero sobre quien caiga, es decir, sobre quien esta piedra ataque, y sobre quien niegue completamente a Cristo, lo aplastará de tal manera que no quedará ni un solo hueso de él en el que pueda ser absorbida una gota de agua.
Pseudo-Chrys.: Una cosa es ser quebrado y otra ser molido a polvo. De lo que se rompe queda algo; pero lo que es molido en polvo es como convertido en polvo. Y lo que cae sobre una piedra no se rompe por ningún poder de la piedra, sino porque cayó pesadamente, ya sea por su peso, o por su caÃda desde una gran altura. Asà un cristiano, al pecar, perece, pero no en extremo que Cristo puede destruir; pero sólo en la medida en que se destruye a sà mismo, ya sea por la grandeza de su pecado, o por su exaltado rango. Pero los incrédulos perecen tanto que Cristo puede destruirlos.
Chrys.: O, Ãl aquà señala su doble destrucción; primero en que tropezaron y se ofendieron contra Ãl, lo que significa: "Cualquiera que caiga sobre esta piedra"; el otro en el cautiverio que vendrÃa sobre ellos, significado por eso, "Sino sobre quien cayere".
Agosto, Cuest. Ev., yo. 30: O, Los que caen sobre él, son los que lo desprecian y lo afligen. Estos no perecen del todo, sino que se quebrantan para que no anden erguidos. Pero sobre éstos caerá cuando venga de lo alto en juicio con castigo de destrucción, y por eso dice: "Los triturará hasta convertirlos en polvo", porque "los impÃos son como el polvo que el viento esparce sobre la faz de la tierra." [ Salmo 1:4 ]
VersÃculos 45-46
Ver. 45. Y cuando los principales sacerdotes y los fariseos hubieron oÃdo sus parábolas, entendieron que hablaba de ellos. 46. ââPero cuando trataban de echarle mano, temÃan a la multitud, porque le tenÃan por profeta.
Jerónimo: Aunque los corazones de los judÃos estaban duros por la incredulidad, sin embargo percibieron que la sentencia del Señor estaba dirigida contra ellos.
Pseudo-Chrys., en fin. Hom. xxxix: Aquà está la diferencia entre hombres buenos y malos. El hombre bueno, cuando es sorprendido en un pecado, se entristece porque ha pecado; el hombre malo no se entristece porque haya pecado, sino porque es descubierto en su pecado; y no sólo no se arrepiente, sino que se indigna contra el que lo reprende. AsÃ, siendo tomados en sus pecados, fueron incitados a una maldad aún mayor; "Y procuraban echarle mano, pero temÃan a la multitud, porque le tenÃan por profeta".
OrÃgenes: Una cosa saben que es verdad acerca de Ãl; lo tuvieron por profeta, aunque no comprendieron su grandeza en cuanto a que era Hijo de Dios. Pero los gobernantes temÃan a la multitud que pensaba asà de Ãl, y estaban listos para pelear por Ãl; porque no podÃan llegar al entendimiento que tenÃa la multitud, viendo que nada tenÃan por digno de él.
Además, sepa que hay dos tipos diferentes de deseos de poner las manos sobre Jesús. El deseo de los gobernantes y fariseos era de una clase; otro el de la Esposa, "lo sostuve, y no lo solté"; [ Cantares de los Cantares 3:4 ] con la intención de probarlo aún más, como dice: "Me subiré a la palmera, me apoderaré de su altura.
" [ Cantares de los Cantares 7:8 ] Todos los que no piensan rectamente acerca de su divinidad, buscan poner las manos sobre Jesús para darle muerte. Otras palabras, en efecto, excepto la palabra de Cristo, es posible tomar y retener, pero nadie puede apoderarse de la palabra de verdad, es decir, comprenderla, nadie puede retenerla, es decir, convencerla, ni separarla de la convicción de los que creen, ni matarla, es decir, destruirla.
Pseudo-Chrys.: También todo hombre impÃo, en cuanto a su voluntad se refiere, echa las manos sobre Dios, y le da muerte. Porque el que pisotea los mandamientos de Dios, o murmura contra Dios, o levanta una mirada hosca al cielo, ¿no pondrÃa sus manos sobre Dios, si tuviera el poder, y lo matarÃa, para que pecara sin restricciones?
Raban.: Esto, que tienen miedo de poner las manos sobre Jesús a causa de las multitudes, se hace a diario en la Iglesia, cuando cualquiera que es hermano sólo de nombre, se avergüenza o teme atentar contra la unidad de fe y paz que él no ama, por los buenos hombres con los que vive.