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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar Comentario CrÃtico Sin Abreviar
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 John 4". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/commentaries/spa/jfu/1-john-4.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 John 4". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/
Whole Bible (30)New Testament (6)Individual Books (2)
VersÃculos 1-21
CAPITULO 4SEÃALES DE LOS PROFETAS FALSOS. EL AMOR LA PRUEBA DE HABER NACIDO DE DIOS, Y EL FRUTO REQUERIDO DEL CONOCIMIENTO DE SU GRAN AMOR EN CRISTO A NOSOTROS.
1. Amados-Término afectuoso que usa siempre cuando les llama la atención a algún asunto de importancia. todo espÃritu-que se os presente en la persona de algún profeta. El EspÃritu de verdad y el espÃritu de error hablan por el espÃritu de hombres por medio de órganos suyos. No hay sino un solo EspÃritu de verdad, y un espÃritu de Anticristo. probad-explica la prueba en vv. 2, 3. Todos los creyentes deben hacerlo, no sólo los eclesiásticos. Aun el mensaje de un ángel debe ser probado por la palabra de Dios: mucho más las enseñanzas de los hombres, por santos que parezcan esos enseñadores. porque-la razón por qué debemos probar o examinar los espÃritus. muchos falsos profetas-no âprofetasâ en el sentido de predecir eventos, sino los órganos del espÃritu que los inspira, y que enseñan conformemente o la verdad o el error: âmuchos anticristos.â son salidos-como si fuese de parte de Dios. en el mundo-entrando en el mundo: dicho asà de profetas buenos y malos (2Jo 1:7). El mundo se deja seducir fácilmente (4:4, 5).
2. conoced el EspÃritu de Dios-si Dios está o no está en los enseñadores que profesan ser movidos por el EspÃritu de Dios. todo espÃritu-eso es, todo enseñador que pretende la inspiración por EL ESPIRITU SANTO. confiesa-se sobreentiende la verdad establecida. Al hombre se le requiere que confiese, es decir, que la reconozca claramente en sus enseñanzas. Jesucristo es venido en carne-un doble reconocimiento de verdad: que Jesús es el Cristo, y que es venido (ha venido: Griego, pret. perf., que significa no meramente un hecho histórico, como con el aoristo, sino también la presente continuación del hecho y de sus benditos efectos) en carne (âvestido de la carne:â no de una mera apariencia de humanidad, como enseñaron después las docetistas: era previamente, entonces, algo muy superior a la carne). Su carne significa su muerte por nosotros, pues sólo con asumir la carne, pudo él morir (pues como Dios no podÃa morir), Heb 2:9-10, Heb 2:14, Heb 2:16; y su muerte expresa su AMOR hacia nosotros (Joh 15:13). Negar la realidad de su carne es negar su amor, y asà arrancar la raÃz que produce todo verdadero amor de parte del creyente (Joh 4:9-11, Joh 4:19). Roma, con su dogma de la inmaculada concepción de la Virgen MarÃa, niega la propia humanidad de Cristo.
3. que no confiesa-Ireneo (Joh 3:8), Lucifer, OrÃgenes, sobre Mat 25:14, y la Vulgata, dicen âTodo espÃritu que destruye (anula, o abroga) a Jesús (Cristo).â Cipriano y Policarpo apoyan nuestra versión. Los manuscritos más antiguos, que son posteriores en siglos a Policarpo. dicen: âTodo espÃritu que no confiesa a Jesúsâ (se niega a confesarlo, en su persona y en todos sus oficios y divinidad), pero omiten âes venido en carne.â habéis oÃdo-de vuestros enseñadores cristianos. ya está en el mundo-en la persona de los falsos profetas.
4. vosotros-en posición enfática: Los que confesáis a Jesus, en contraste con los falsos enseñadores. los habéis vencido-(Mat 5:4-5)-en vez de ser âvencidos y esclavizadosâ espiritualmente por ellos (2Pe 2:19). Joh 10:5, Joh 10:8 : âMas no los oyeron las ovejas:â âA extraño no seguirán, sino que huirán de él: porque no conocen la voz de extrañosâ el que en vosotros está-Dios, de quien sois propios. el que está en el mundo-el espÃritu del Anticristo, el diablo, âel prÃncipe de este mundo.â
5. del mundo-derivan su espÃritu y enseñanzas del mundo, âde la no regenerada naturaleza humana, regida y poseÃda por Satanás, el prÃncipe de este mundo.â [Alford.] hablan del mundo-sacan la materia de su conversación de la vida, opiniones y sentimientos del mundo. el mundo los oye-(Joh 15:18-19.) El mundo ama lo suyo.
6. Nosotros-los verdaderos enseñadores de Cristo: en contraste con ellos. somos de Dios-y por tanto hablamos de Dios: en contraste con âhablan del mundoâ (Joh 4:5). conoce a Dios-como su Padre, siendo hijo âde Diosâ (Joh 2:13-14). nos oye-Comp. Joh 18:37, âTodo aquel que es de la verdad oye mi voz.â por esto-(Joh 4:2-6)-si confiesan o no, a Jesús; por la acogida que reciben respectivamente por los que conocen a Dios, y por los que son del mundo y no de Dios. espÃritu de (la) verdad-el EspÃritu que viene de Dios y enseña la verdad. espÃritu de (el) error-que viene del diablo y seduce al error.
7. Resume el tema principal (Joh 2:29). El amor, la suma de la justicia, es la prueba de que hemos nacido de Dios. El amor emana de un sentido del amor de Dios por nosotros: véase 4:9 con 3:16, que resume aquél; compárese el 4:13 con 3:24, que asimismo resume el 4:13. Al mismo tiempo, 4:7-21 se relaciona con el contexto inmediatamente anterior, 4:2, que expone la encarnación de Cristo con, la gran prueba del amor de Dios (4:10). CarÃsimos-la llamada apropiada al tema, âel amor.â el amor-todo amor es de Dios, como su fuente; especialmente aquella encarnación del amor: Dios manifestado en la carne. El Padre es también amor (4:8). El EspÃritu Santo derrama el amor como sus primicias en el corazón. conoce a Dios-espiritual, experimental, y habitualmente.
8. no conoce-El aoristo griego: no sólo no lo conoce ahora; nunca lo conoció; no ha conocido a Dios una vez por todas. Dios es amor-No hay artÃculo griego con amor, pero sà con Dios; no podemos traducir pues, âel amor es Dios.â Dios es fundamental y esencialmente AMOR; no meramente amante, pues en tal caso el argumento de Juan no quedarÃa en pie; pues la conclusión de tales premisas serÃa la siguiente: Este hombre no es amante: Dios es amante: por tanto él no conoce a Dios EN CUANTO DIOS ES AMANTE; sin embargo podrÃa conocerle por sus otros atributos. Pero cuando tomamos el amor como la esencia de Dios, el argumento es firme: Este hombre no ama y por tanto no conoce el amor: Dios es esencialmente amor; por tanto él no conoce a Dios.
9. para con nosotros-El griego: âen nuestro caso.â envió-Griego, âha enviado.â al mundo-Una prueba, en contra de los socinianos, de que el Hijo existÃa antes de que fuera âenviado al mundo.â De otro modo, también, no podrÃa haber sido nuestra vida (4:9), nuestra âpropiciaciónâ (4:10), ni nuestro âSalvadorâ (4:14). Es la gran prueba del amor de Dios, el haber enviado a su Hijo unigénito, para que vivamos por él, quien es la vida, y que ha redimido nuestra vida perdida; es también el gran motivo de nuestro mutuo amor.
10. En esto consiste el amor-el amor en lo abstracto. El amor, en su ideal supremo, está en esto. El amor estaba todo de la parte de Dios; nada de la nuestra. no que nosotros hayamos amado a Dios-tan del todo digno que era de ser amado. nos amó a nosotros-tan indignos que éramos de su amor. El aoristo griego expresa que no hicimos ningún acto de amor en ninguna ocasión para con Dios; pero él hizo el acto de amor al enviar a Cristo.
11. El amor de Dios para con nosotros es el gran motivo de nuestro amor de los unos para con los otros (3:16) si-como lo descontamos por un hecho. debemos también-siendo nacidos de Dios, y por tanto semejantes a nuestro Padre, que es amor. En la medida en que apreciamos el amor de Dios hacia nosotros, asà le amamos a él y también a los hermanos, hijos (por la regeneración) del mismo Dios, los representantes del Dios invisible.
12. Dios, a quien ningún hombre vió jamás, ha ordenado a sus hijos como los recipientes visibles de nuestros actos de benignidad que emanan de nuestro amor a él, âa quien, sin verle, veamos,â ver Nota, 4:11, 19, 20. Asà que el 4:12 explica por qué, en vez de decir (4:11) que âSi Dios asà nos ha amado, debemos también amar a Dios,â dice: âDebemos amarnos unos a otros.â si ⦠Dios está en nosotros-porque Dios es amor; y debe haber sido porque él mora en nosotros, que alcanzamos el verdadero amor que sentimos por los hermanos (4:8, 16). Esto discute Juan en 4:13-16. su amor-es decir el amor a Dios (2:5), evidenciado por nuestro amor a sus representantes, nuestros hermanos. es perfecto-Griego, âestá perfeccionado.â Esto discute en 4:17-19. Comp. el 2:5. âEl amor alcanza su debida madurez.â
13. En esto-La señal, que se nos concede, de la morada (Griego, permanencia) de Dios en nosotros, aun cuando no lo vemos, a saber, que nos ha dado âde su EspÃrituâ (3:24). Donde está el EspÃritu de Dios, allà está Dios. Un EspÃritu mora en la Iglesia: cada creyente recibe alguna medida âdeâ aquel EspÃritu según Dios crea conveniente. El amor es primicias del EspÃritu (Gal 5:22). En Jesús sólo moró el EspÃritu sin medida (Joh 3:34).
14. Y nosotros-Primordialmente, nosotros los apóstoles, ordenados testigos oculares de Cristo, para testificar de los hechos tocantes a él. La evidencia interna del EspÃritu inmanente (Joh 4:13) está corroborada por la evidencia externa de los testigos oculares del hecho de que el Padre âenvió a su Hijo para ser el Salvador del mundo.â visto-Griego, âcontemplado,â âmirado con atenciónâ (Nota,Joh 1:1). ha enviado-no un hecho aislado del pasado (aoristo), sino un hecho del pasado cuyos efectos continúan (pret. perf.).
15. confesare-una vez por todas; asà significa el griego aoristo. que Jesús es el Hijo de Dios-y por tanto âel Salvador del mundoâ (Joh 4:14).
16. Juan y sus lectores (no los apóstoles solos como en 4:14). conocido y creÃdo-La fe verdadera, según Juan, es una fe de conocimiento y de experiencia: el verdadero conocimiento es un conocimiento de fe. [Luecke.] para con nosotros-Griego, âen nuestro casoâ (Nota, 4:9). vive ⦠vive-Griego, âmora,â o âpermanece.â Comp. 4:7.
17, 18. (Comp. 3:19-21.) el amor-en lo abstracto, el principio del amor [Alford] ha sido, o está, hecho perfecto (en su relación) con nosotros. El amor morando en nosotras avanza hacia su consumación âcon nosotros;â asà el griego. Luk 1:58, âhizo con ella grande misericordia:â 2Jo 1:2, âLa verdad ⦠será ⦠con nosotros.â confianza-la misma palabra en el texto paralelo,Luk 3:21. Lo opuesto a âtemorâ (Luk 4:18). En esto está perfeccionado el amor, a saber, en morar Dios en nosotros, y nosotros en Dios (Luk 4:16), que redunda en que âtengamos confianza en el dÃa del juicioâ (dia tan terrible para los demás hombres. Act 24:25; Rom 2:18). pues-La base de nuestra confianza es que âcomo él (Cristo) es, asà somos nosotros en este mundo (y él en aquel dÃa, no condenará a los que sean como él mismo), es decir, nosotros somos justos como él es justo, especialmente con respecto a la suma de la justicia, el amor (Rom 3:14). Cristo ES justo, y es el mismo amor, en el cielo: asà lo somos nosotros, sus miembros los que estamos aún âen este mundo.â Nuestra unidad con él aun ahora en su posición exaltada allá (Eph 2:6), de modo que todo lo que le pertenece a él de la justicia, etc., nos pertenece a nosotros también por la perfecta imputación y el impartimiento progresivo, es la base del perfeccionamiento de nuestro amor de modo que podemos tener confianza en el dÃa del juicio. Estamos en el mundo, no somos del mundo.
18. El temor no tiene cabida en el amor. La confianza audaz (Eph 4:17), basada en el amor, no puede coexistir con el temor. El amor, que, perfeccionado, produce la confianza audaz, arroja el temor (Heb 2:14-15). La finalidad de la muerte propiciatoria de Cristo fué librarnos de la servidumbre del temor. mas-âSino al contrario.â [Alford.] el temor tiene pena-Griego, âcastigo.â El temor está siempre revolviendo en la mente el castigo merecido. [Estius.] El temor, anticipando el castigo (por la conciencia de merecerlo), ya no lo tiene ahora mismo, es decir, en la conciencia apenada. El perfecto amor es incompatible con tal temor, que se castiga. El temor pÃadoso de ofender a Dios es muy distinto del miedo servil al castigo conscientemente merecido. Este tal temor nos es natural a todos, hasta que el amor lo echa fuera. âLa condición de los hombres varÃa: uno está sin temor y amor; otro está con temor sin amor; otro, con temor y amor; otro sin temor con amor.â [Bengel.]
19. le amamos-a Dios. Los manuscritos más antiguos omiten âle.â Tradúzcase, âNosotros (enfático: nosotros de nuestra parte) amamos (en general; asà a Dios, como a los hermanos, y a nuestros semejantes), porque él (enfático: paralelo a ânosotros;â porque fué él quien) nos amó primero, enviando a su Hijo (el aoristo griego, de un acto determinado en un momento dado). Fué el primero en amarnos: este pensamiento debe crear en nosotros el amor que echa fuera el temor.
20. el que no ama a su hermano-Nos es más fácil a nosotros, bajo la influencia, como estamos aquÃ, de los sentidos, dirigir nuestro amor hacia uno que está dentro de los lÃmites de nuestros sentidos, que no hacia uno invisible y apreciable sólo por la fe. âLa naturaleza es anterior a la gracia; y nosotros por la naturaleza amamos las cosas visibles antes que las invisiblesâ. [Estius.] Los ojos son nuestros directores en el amor. âVer es un incentivo a amar.â [Ecumenio.] Si no amamos a los hermanos, los visibles representantes de Dios, ¿cómo podemos amar a Dios, el invisible, de quien son hijos? El ideal verdadero del hombre, perdido en Adán, se realiza en Cristo, en quien Dios se revela como es, y el hombre como debe ser. Asà por la fe en Cristo, aprendemos a amar tanto al Dios verdadero como al hombre verdadero, y de igual manera a los hermanos, que llevan la imagen de él. ha visto-y sigue viendo.
21. Además del argumento (Heb 4:20) basado en el sentimiento común de los hombres, aquà agrega uno más fuerte que proviene del mandamiento expreso de Dios (Mat 22:39). El que ama hará los deseos de la persona amada. el que ama a Dios-el que desea que Dios le tenga por amador de él.