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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
El Testamento Griego del Expositor Testamento Griego del Expositor
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Nicoll, William Robertson, M.A., L.L.D. "Comentario sobre 1 John 4". El Testamento Griego del Expositor. https://studylight.org/commentaries/spa/egt/1-john-4.html. 1897-1910.
Nicoll, William Robertson, M.A., L.L.D. "Comentario sobre 1 John 4". El Testamento Griego del Expositor. https://studylight.org/
Whole Bible (30)New Testament (6)Individual Books (2)
VersÃculos 1-6
El EspÃritu de la Verdad y el EspÃritu del Error. âAmados, no creáis a todo espÃritu, sino probad los espÃritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto llegas a conocer el EspÃritu de Dios: todo espÃritu que confiesa a Jesús como el Cristo venido en carne, es de Dios; y todo espÃritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios. Y este es el espÃritu del Anticristo, del cual habéis oÃdo que viene, y ahora ya está en el mundo.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por tanto, del mundo hablan, y el mundo los escucha. Somos de Dios; el que va conociendo a Dios nos escucha; el que no es de Dios, no nos escucha. De esto llegamos a conocer el EspÃritu de la Verdad y el espÃritu del error.â
1. Acaba de decir el Apóstol que el EspÃritu suscita en nosotros la seguridad de que Dios permanece en nosotros. Y esto sugiere una advertencia. La herejÃa cerintia también tenÃa mucho que decir sobre âel espÃrituâ. Se jactaba de una mayor espiritualidad. Partiendo del postulado filosófico de un antagonismo irreconciliable entre materia y espÃritu, negaba la posibilidad de la Encarnación y trazaba una distinción entre Jesús y el Cristo (ver Introd.
, pags. 157). Su espÃritu no era âel EspÃritu de la Verdadâ sino âun espÃritu de errorâ, y asà surge la necesidad de âprobar los espÃritusâ. δοκιμάζειν, de âprobarâ o âprobarâ una moneda (νÏμιÏμα). Si pasó la prueba, fue δÏκιμον ( cf. 2 Corintios 10:18 ); si se encontraba falsificado (κίβδηλον), era á¼ÏÏκιμον ( cf.
1 Corintios 9:27 ; 2 Corintios 13:5-7 ). Cf. Jeremias 6:30 LXX: á¼ÏγÏÏιον á¼ÏοδεδοκιμαÏμÎνον ⦠ὠÏι á¼ÏεδοκίμαÏεν αá½ÏÎ¿á½ºÏ ÎÏÏιοÏ.
á¼Îº, aquà de comisión , no de parentesco ; âde Diosâ, como Sus mensajeros. Cf. Juan 1:24 ; Juan 18:3 ; Soph., OC , 735 737: á¼ÏεÏÏάλην ⦠οá½Îº á¼Î¾ á¼Î½á½¸Ï ÏÏείλανÏοÏ. Ïολλοί : Cerinto tenÃa muchos seguidores.
á¼Î¾ÎµÎ»Î·Î». Îµá¼°Ï Ï. κÏÏμ., una inversión monstruosa de Juan 17:18 . Salieron de la Iglesia al mundo no para ganar sino para engañarlo.
2. La Prueba de los EspÃritus. γινÏÏκεÏε, como en 1 Juan 2:29 , puede ser indicat. (âreconocéisâ) o, como ÏιÏÏεÏεÏε, δοκιμάζεÏε, imperat. ("reconocer"). Lo primero parece preferible. á½Î¼Î¿Î»Î¿Î³Îµá¿ ἸηÏοῦν ΧÏιÏÏὸν á¼Î½ ÏαÏκὶ á¼Î»Î·Î»Ï θÏÏα, âconfiesa a Jesús como el Cristo encarnadoâ, una definición precisa de la doctrina que negaba la herejÃa cerintia. El argumento es destruido por la variante falsa á¼Î»Î·Î»Ï θÎναι, âconfiesa que Jesucristo ha venidoâ, confitetur Jesum Christum in carne venisse (Vulg.)
VersÃculo 3
El Test negativamente expresado. Omita ΧÏιÏÏὸν á¼Î½ ÏαÏκὶ á¼Î»Î·Î»Ï θÏÏα. Ïὸν ἸηÏοῦν, "el Jesús antes mencionado", "Jesús asà descrito". μή hace hipotética la declaración: âtodo espÃritu, si lo hay, que no confiesaâ. La variante λÏει Ïὸν ἸηÏοῦν, solvit Jesum (Vulg., Aug.), "disuelve" o "corta a Jesús", i.
mi. , separa la divinidad y la humanidad, define acertadamente la herejÃa cerintia. Se apeló mucho en dÃas posteriores contra Nestorio. El historiador eclesiástico Sócrates (ver nota crÃtica) dice que fue la lectura primitiva, y fue alterada por âaquellos que querÃan separar la deidad del hombre de la Encarnaciónâ. San AgustÃn, definiendo la herejÃa como el cisma por falta de amor fraterno, comenta: âIlle venit colligere, tu venis solvere.
Distringere vis membra Christi. Quomodo non negas Christum in carne venisse, qui disrumpis Ecclesiam Dei, quam ille congregavit? âSobre el Anticristo ver nota en 1 Juan 2:18 . á½ á¼ÎºÎ·ÎºÏαÏε á½ Ïι á¼ÏÏεÏαι, âque habéis oÃdo que vieneâ, el modismo griego regular. Cf. Lucas 4:34 : οἶδά Ïε ÏÎ¯Ï Îµá¼¶.
VersÃculo 4
á½Î¼Îµá¿Ï enfático ( cf. 1 Juan 2:20 ; 1 Juan 2:27 ; 1 Juan 3:14 ), en contraste con el mundo engañado. Los fieles son los delegados de Dios (á¼Îº), llevan la comisión de su Maestro y continúan Su guerra ( Juan 20:21 ), y han compartido Su victoria (νενικήκαÏε).
αá½ÏοὺÏ, es decir , los falsos profetas ( 1 Juan 4:1 ). Eum (vulg.); â¿Quem nisi Antichristum?â (Ago.). á½ á¼Î½ á½Î¼á¿Î½, es decir , Dios ( cf. 1 Juan 3:24 ); á½ á¼Î½ Ïá¿· κÏÏμῳ, es decir , á½ á¼ÏÏÏν Ïοῦ κÏÏÎ¼Î¿Ï ÏοÏÏÎ¿Ï ( Juan 12:31 ; Juan 14:30 ).
VersÃculo 5
αá½Ïοὶ (a diferencia de á½Î¼Îµá¿Ï) á¼Îº Ïοῦ κÏÏÎ¼Î¿Ï Îµá¼°Ïίν, como sus delegados, mensajeros, representantes y, como tales, á¼Îº Ïοῦ κÏÏÎ¼Î¿Ï Î»Î±Î»Î¿á¿¦Ïιν. λαλεá¿Î½, no âhablarâ (λÎγειν), sino âhablarâ, con una sugerencia de parloteo ( cf. Juan 4:42 ). á¼ÎºÎ¿Ïειν toma acusación.
de lo oÃdo, genit. de la persona de quien se oye. Cf. Lucas 5:1 ; Hechos 1:4 (donde ambos se combinan). El mundo escucha a los que hablan su propio idioma.
VersÃculo 6
Por el contrario, aquellos que están conociendo a Dios, entienden el lenguaje de Sus mensajeros y lo escuchan. á¼Îº ÏοÏÏÎ¿Ï , es decir , de su escuchar o no escuchar. La actitud de los hombres hacia el mensaje del Salvador Encarnado los clasifica de este lado o del lado de Dios o del mundo. Por supuesto, San Juan no ignora el á¼Î»Î·Î¸ÎµÏονÏÎµÏ á¼Î½ á¼Î³Î¬Ïá¿ ( Efesios 4:15 ).
El mensaje puede ser la verdad y ser rechazado, no por la mundanalidad de los oyentes, sino porque se entrega incorrectamente, no con gracia ni gracia. Cf. La anécdota de Rowland Hill del peluquero predicador que habÃa hecho una peluca para uno de sus oyentes mal hecha y casi el doble del precio habitual. Cuando algo particularmente provechoso escapaba de los labios del predicador, el oyente se decÃa a sà mismo: â¡Excelente! Esto deberÃa tocar mi corazón; pero ¡oh, la peluca! Ïá¿Ï á¼Î»Î·Î¸ÎµÎ¯Î±Ï ver nota en 1 Juan 1:8 . Ïὸ Ïν. Ïá¿Ï ÏλάνηÏ, âel espÃritu que extravÃaâ.
VersÃculo 7
San Juan reitera el âmandamiento antiguoâ ( 1 Juan 2:7-11 ). Es tan importante que no le importa que sus lectores estén cansados ââde escucharlo. Cf. la anécdota que San Jerónimo relata sobre Gálatas 6:10 : âBeatus Joannes Evangelista cum Ephesi moraretur usque ad ultimam senectutem, et vix inter discipulorum manus ad Ecclesiam deferretur, nec posset in plura vocem verba contexere, nihil aliud per singulas solebat proferre collectas nisi hoc: Filioli, diligite alterutrum.
Tandem discipuli et fratres qui aderant, tædio effecti quod eadem semper audi-rent, dixerunt: Magister, quare semper hoc loqueris? Qui respondit dignam Joanne sententiam: Quia præceptum Domini est, et si solum fiat, sufficit.â El amor es la naturaleza divina, y los que aman han sido hechos partÃcipes de la naturaleza divina ( 2 Pedro 1:4 ); y por la práctica del amor âconocen a Diosâ cada vez más.
VersÃculos 7-21
La Bienaventuranza del Amor. âAmados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo aquel que ama a Dios ha sido engendrado y está conociendo a Dios. El que no ama no llegó a conocer a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros, en que su Hijo, su unigénito, ha puesto Dios en el mundo, para que obtengamos vida por medio de él. Aquà está el amor, no que hayamos amado a Dios, sino que Ãl nos amó y encargó a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
âAmados, si Dios nos amó asÃ, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Dios, nadie lo ha visto jamás: si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros. Aquà llegamos a saber que permanecemos en Ãl y Ãl en nosotros, porque nos ha dado Su EspÃritu. Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha comisionado al Hijo como Salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Y hemos llegado a conocer y hemos creÃdo el amor que Dios tiene en nosotros.
âDios es amor, y el que permanece en el amor, en Dios permanece, y Dios en él permanece. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el DÃa del Juicio, porque asà como Ãl es, también nosotros estamos en este mundo. En el amor no hay temor, pero el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor tiene castigo; y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. Amamos porque Ãl nos amó primero .
Si alguno dice: 'Amo a Dios' y odia a su hermano, es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, a Dios a quien no ha visto, no puede amar. Y nosotros tenemos este mandamiento de Ãl, que el que ama a Dios, ame también a su hermano.â
VersÃculo 8
A la inversa, un extraño para el amor es un extraño para Dios. οá½Îº á¼Î³Î½Ï, âno llegó a saberâ, es decir , en la crisis inicial de la conversión. Sobre μὴ ver nota en 1 Juan 2:4 .
VersÃculo 9
La Encarnación es una manifestación del amor de Dios porque es una manifestación de la naturaleza divina, y la naturaleza divina es amor. á¼Î½ ἡμá¿Î½, âen nuestras almasâ, una experiencia interior. Cf. Gálatas 1:16 : á¼ÏοκαλÏÏαι Ïὸν Ï á¼±á½¸Î½ αá½Ïοῦ á¼Î½ á¼Î¼Î¿Î¯. μονογενá¿, cf.
Lucas 7:12 ; Lucas 8:42 ; Lucas 9:38 . San Juan aplica el término exclusivamente a Jesús. Lleva la idea de preciosidad; cf. LXX Salmo 22:20 ; Salmo 35:17 , donde ×Ö°×Ö´××ָתִ×, "mi querida vida", se traduce Ïὴν Î¼Î¿Î½Î¿Î³ÎµÎ½á¿ Î¼Î¿Ï .
á¼ÏÎÏÏαλκεν. âha enviado como un á¼ÏÏÏÏολοÏâ ( cf. Hebreos 3:1 ). Un apóstol no es simplemente nuntius , sino nuntius vices mittentis gerens. Cf. bebé Ber. 34, 2: âApostolus cujusvis est sicut ipse a quo deputaturâ. El rendimiento se usa aquà porque la influencia de la Encarnación es permanente.
ζήÏÏμεν, aor ingresivo o inceptivo. Cf. Lucas 15:24 ; Lucas 15:32 ; Apocalipsis 20:4-5 . ἵνα ζήÏÏμεν reconcilia á¼ÏανεÏÏθη ἡ á¼Î³Î¬Ïη con ἡ ζÏá½´ á¼ÏανεÏÏθη ( 1 Juan 1:2 ).
La Encarnación manifestó el amor de Dios, y el amor se manifestó para que pudiéramos obtener vida. La Vida Eterna no es futuro sino presente: la conseguimos aquà y ahora. Cf. Juan 17:3 . Amiel: âLa vida eterna no es la vida futura; es vida en armonÃa con el verdadero orden de las cosas vida en Diosâ.
VersÃculo 10
El amor que nos prueba hijos de Dios no es innato en nuestro corazón. Está inspirado por el asombroso amor de Dios manifestado en la Encarnación, el Sacrificio infinito de la vida y muerte de Su Hijo. Agosto: âNon illum dileximus prius: nam ad hoc nos dilexit, ut diligamus eumâ. á¼ÏÎÏÏειλεν: el aor. se usa aquà porque la Encarnación se considera un evento distinto, un hito histórico.
Habiendo inculcado el amor, el Apóstol indica dos incentivos para ello: (1) el amor de Dios por nosotros nos impone una obligación moral de amarnos los unos a los otros ( 1 Juan 4:11-16 a); (2) Si tenemos amor en nuestro corazón, el temor es echado fuera ( 1 Juan 4:16-18 ).
VersÃculo 11
AquÃ, como en Juan 3:16 , οá½ÏÏÏ puede denotar ya sea el alcance o la manera del amor de Dios âhasta tal puntoâ, llegando hasta tal extremo ( cf. Romanos 8:32 ); âde tal maneraâ, justamente, no por una amnistÃa fácil sino por una propiciación.
á½Ïείλομεν: ver nota en 1 Juan 2:6 . Nobleza obliga . Si somos hijos de Dios, debemos tener el espÃritu de nuestro Padre. Cf. Mateo 5:44-48 . Asà correspondemos Su amor. Ago.: â Petre , inquit, ¿ me amas ? Et ille dixit: Amo. Pasce oves meas â ( Juan 21:15-17 ).
VersÃculo 12
âDios, nadie le ha visto jamásâ. Poco a poco âle veremos tal como esâ ( 1 Juan 3:2 ), pero aun ahora, si amamos, no somos ajenos a Ãl: Ãl permanece y obra en nosotros. ÏεÏελειÏμÎνη, âllevado hasta el finalâ; ver nota en 1 Juan 2:5 .
VersÃculo 13
Cf. 1 Juan 3:24 . El argumento es que Dios no nos hubiera concedido este regalo invaluable si no estuviera en una relación Ãntima con nosotros y no tuviera un firme propósito de gracia hacia nosotros.
VersÃculo 14
El testimonio apostólico ( cf. 1 Juan 1:1-3 ). ἡμεá¿Ï, ya sea el editorial ânosotrosâ o âyo y los demás Apóstoles que fueron testigos presencialesâ. á¼ÏÎÏÏαλκεν, ver nota en 1 Juan 4:9 .
VersÃculo 15
á½Î¼Î¿Î»Î¿Î³Î®Ïá¿, aor. de una confesión definitiva nacida de la persuasión. Tal convicción implica comunión con Dios.
VersÃculo 16
ἡμεá¿Ï, aquà âtú y yoâ, nosotros los creyentes. Observa las tres etapas: (1) âconocerâ (γινÏÏκειν), (2) âcreerâ (ÏιÏÏεÏειν), (3) âconfesarâ (á½Î¼Î¿Î»Î¿Î³Îµá¿Î½). á¼Î½ ἡμá¿Î½, ver nota en 1 Juan 4:9 .
Otro incentivo para amar: expulsa el miedo. Ïá¿ á¼Î³Î¬Ïá¿, âel amor que acabamos de mencionarâ. Cf. Ïὸν ÏÏβον, á½ ÏÏÎ²Î¿Ï ( 1 Juan 4:18 ).
VersÃculo 17
ÏεÏελείÏÏαι, cf. 1 Juan 4:12 . μεθʼ ἡμῶν: el amor es un visitante celestial que mora con nosotros y exige observancia. El amor ha sido âllevado hasta el finalâ cuando somos como Jesús, sus representantes visibles. á½ Ïι resume á¼Î½ ÏοÏÏῳ, ἵνα⦠κÏίÏεÏÏ entre paréntesis: âen esto⦠porqueâ ( 1 Juan 3:16 ; 1 Juan 4:9-10 ).
ÏαÏÏηÏίαν, ver nota en 1 Juan 2:28 . á¼ÎºÎµá¿Î½Î¿Ï, ver nota en 1 Juan 2:6 . á¼ÏÏιν, "es", no ἧν, "era". Jesús está en el mundo oculto, y nuestro oficio es hacerlo visible. Somos para Ãl lo que Ãl fue para el Padre en los dÃas de Su carne âDei inaspecti aspectabilis imagoâ.
VersÃculo 18
Berna.: âAmor reverentiam nescitâ. ÏÏβοÏ, lo contrario de ÏαÏÏηÏία. κÏλαÏιν á¼Ïει, âimplica castigoâ, la porción de los esclavos. La porción de los esclavos es el castigo (κÏλαÏιÏ) y su espÃritu el temor; la porción de los hijos es el castigo (Ïαιδεία) y su espÃritu la valentÃa (ÏαÏÏηÏία). Cf. Hebreos 12:7 , Clem.
Alex.: âPerfectio fidelis hominis caritas estâ. Ago.: âCharitas mayor, timor menor; charitas menor, timor mayorâ. Bengel tiene aquà uno de sus intraducibles comentarios: âVarius hominum status: sine timore et amore; cum timore sine amore; cum timore et amore; sine timore cum amoreâ.
VersÃculo 19
á¼Î³Î±Ïῶμεν no tiene acusación. El pensamiento es que el asombroso amor de Dios en Cristo es la inspiración de todo el amor que se mueve en nuestros corazones. Despierta en nosotros un amor que responde, un amor agradecido por Ãl que se manifiesta en el amor por nuestros hermanos ( cf. 1 Juan 4:11 , 11 ). La inserción de αá½ÏÏν es una glosa torpe e innecesaria. Tampoco debe insertarse οá½Î½ y tomarse á¼Î³Î±Ïῶμεν como hortat. subjuntivo. Vulg.: âNos ergo diligamus Deum, quoniam Deus prior dilexit nosâ.
VersÃculo 20
Para que la vaguedad del á¼Î³Î±Ïῶμεν sin objeto aliente una falsa seguridad, San Juan reitera la vieja prueba: El amor por el Padre invisible se manifiesta en el amor por el hermano a nuestro lado, la imagen del Padre. Cf. Whittier:
âNo es tu súplica parcial del fanático,
Ni tu la prohibición del fanático;
Bien puedes prescindir de un amor por ti
Lo que termina en el odio del hombreâ.
ÏεÏÏÏηÏ, ver nota en 1 Juan 1:6 .
VersÃculo 21
El Antiguo Mandamiento. Cf. 1 Juan 2:7-11 .