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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia Comentario CrÃtico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Matthew 9". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/commentaries/spa/jfb/matthew-9.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Matthew 9". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/
Whole Bible (31)New Testament (6)Gospels Only (1)Individual Books (3)
VersÃculos 1-38
LA CURACION DE UN PARALITICO. (Pasajes paralelos, Marco 2:1; Lucas 5:17). Parece que este incidente sigue inmediatamente en orden de tiempo a la curación del leproso (cap. 8:1-4). Para su exposición, véase el comentario sobre Marco 2:1.
9-13. EL LLAMAMIENTO DE MATEO Y LA FIESTA DADA POR EL. (Pasajes paralelos, Marco 2:14; Lucas 5:27). El Llamamiento de Mateo (v. 9).
9. Y pasando Jesús de allÃâes decir, del escenario de la curación del paralÃtico en Capernaum, hacia la costa del mar de Galilea, cerca de la cual se hallaba la ciudad. Marcos ( Lucas 2:13), como de costumbre, relata la escena con más detalles: âY volvió a salir a la mar, y toda la gente venÃa a él, y los enseñabaââo, âseguÃa enseñándolosâ. âY pasandoâ, vió a un hombre ⦠el cual se llamaba Mateoâel escritor de este Evangelio quien, con extraordinaria modestia, relata aquà la historia de su propio llamamiento. En Marcos y Lucas se llama LevÃ, que parece ser su nombre de familia. En sus listas de los doce apóstoles, sin embargo, Marcos y Lucas le dan el nombre de Mateo, el cual parece ser el nombre por el cual era conocido como discÃpulo. Mientras que él oculta su nombre de familia, tiene cuidado de no dejar olvidado su empleo: las asociaciones odiosas con las cuales pondrÃa en contraste la gracia que le llamó de aquella ocupación para convertirlo en un apóstol. (Véase Nota, cap. 10:3). Marcos (2:14) nos dice que era âhijo de Alfeoâ, el mismo nombre, probablemente, que tenÃa el padre de Santiago el Menor. Creemos con certeza que Mateo habÃa, por lo menos, oÃdo hablar del Señor antes de esta entrevista. Se han suscitado, desde una época muy temprana, dudas innecesarias acerca de la identidad de Levà y Mateo. Ningún jurado, que tuviera la evidencia delante de sà que tenemos en los Evangelios, titubearÃa en dar un veredicto unánime de identidad. sentado al banco de los públicos tributosâcomo publicano, según Lucas (5:27) lo llama. Se trata del lugar donde se recibÃan los tributos, la casilla en donde estaba sentado el cobrador. Como estaba al lado del mar, lo que cobraba Mateo podrÃa ser el impuesto sobre los pasajes y la carga de los barcos. (Véase Nota, cap. 5:46). y dÃcele: SÃguemeâPalabras encantadoras éstas, de labios de aquel que siempre las usaba para conmover y cambiar el corazón de las personas a quienes eran dirigidas. Y se levantó, y le siguióâLucas (5:28) dice que âdejó todas las cosasâ para seguir a Jesús.
La Fiesta (v. 10-13),
10. Y aconteció que estando él sentado a la mesa en casaâLa modestia de nuestro evangelista aparece clara aquÃ. Lucas dice (v. 29) que âhizo Levà gran banqueteâ, mientras que Mateo sólo dice: âestaba sentado a la mesa en casaâ (en una casa); Lucas y Marcos dicen que se trata de âla casa de Leviâ, mientras que Mateo sólo dice que estaba âsentado a la mesa en casaâ. Si esta fiesta fué hecha entonces, o más tarde, es asunto de importancia en lo que se refiere al orden de los acontecimientos, en el cual los armonistas no están acordes. Es probable que la fiesta no se realizara sino hasta más tarde; porque Mateo, quien deberÃa saber qué sucedió en su casa al estar sentado el Señor a su propia mesa, nos dice que la visita de Jairo, gobernador de la sinagoga, ocurrió en aquel momento (v. 18). Pero por Marcos y Lucas sabemos que esta visita de Jairo no fué hecha sino hasta después del regreso del Señor del paÃs de los gadarenos, en un perÃodo posterior. (Véase Marco 5:21, sig. y Lucas 8:40, sig). ConcluÃmos, pues, que la fiesta no fué hecha en la novedad de su discipulado, sino después de que Mateo hubo tenido tiempo para estar algo establecido en la fe, cuando, regresando a Capernaum, su compasión por sus viejos amigos, quienes habÃan tenido su propia vocación y carácter, le hizo juntarlos para que tuviesen una oportunidad para oÃr las palabras de gracia que salÃan de la boca de su Maestro, si por ventura experimentasen un cambio semejante. he aquà que muchos publicanos y pecadoresâLucas dice, âgrande compañiaâ (v. 29)âque habÃan venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discÃpulosâEn todos los casos semejantes, la palabra traducida en nuestra versión âse sentaronâ, debe ser: âse reclinaronâ, con referencia a la costumbre antigua de recostarse en camitas para comer.
11. Y viendo esto los fariseosâây escribasâ, agregan Marcos y Lucas; âmurmurabanâ dice también Lucas ( Lucas 5:30), dijeron a sus discÃpulosâno atreviéndose a hacer la pregunta a Jesús mismoâ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?â(Véase el comentario sobre Lucas 15:2).
12. Y oyéndolo Jesús, les dijoâa los escribas y fariseos, a quienes él habló, aunque ellos habÃan evitado dirigirse a él. Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermosâEs decir: âVosotros os creéis sanos; mi misión, pues, no es para vosotros. La responsabilidad del médico es para con los enfermos; por esto yo como con los publicanos y pecadoresâ. ¡Cuántos corazones quebrantados y cuántas almas enfermas por causa del pecado, han sido sanados por estas palabras incomparables!
13. Andad pues, y aprended qué cosa es [ Oseas 6:6]: Misericordia quiero, y no sacrificioâes decir, el preferir una cosa a la otra. El término âsacrificioâ, o sea la parte principal de la ley ceremonial, se usa aquà para representar a una religión de adherencia a meros reglamentos; mientras que âmisericordiaâ expresa tal compasión por los caÃdos que procura levantarlos. El deber de guardarnos separados de los contaminados, en el sentido de âno comunicar con las obras infructuosas de las tinieblasâ, es bien obvio; pero entender esto como una prohibición de tener el contacto con ellos como cosa necesaria para su rescate, es abusar del mandato. Esto era lo que hacÃan los que practicaban una religión farisaica, y esto es lo que el Señor aquà descubre. porque no he venido a llamar justos, sino pecadores [a arrepentimiento]âLas palabras entre paréntesis son de autoridad dudosa aquÃ, y aun más lo son en Marco 2:17, pero en Lucas 5:32, son incontables. He aquà la declaración del Señor despojado de su semejanza retórica. âLos justosâ, son los sanos; âlos pecadoresâ, los enfermos. Cuando Cristo âllamóâ a éstos, como a Mateo, y probablemente a algunos de aquellos publicanos y pecadores a quienes Mateo habÃa invitado para que le conocieran, lo hizo para sanarlos de sus enfermedades espirituales, es decir, para salvar sus almas. A âlos justosâ, como aquellos miserables fariseos arrogantes, âenvió vacÃosâ.
14-17. DISCURSO SOBRE EL AYUNO. Para su exposición, véase el comentario sobre Lucas 5:33.
18-26. LA MUJER CON FLUJO DE SANGRE SANADAâLA HIJA DE JAIRO LEVANTADA. (Pasajes paralelos, Marco 5:21; Lucas 8:40). Para su exposición, véase el comentario sobre Marco 5:21).
27-34. DOS CIEGOS Y UN ENDEMONIADO MUDO SANADOS. Estos dos milagros son relatados por Mateo solamente. Dos Ciegos Sanados (v. 27-31).
27. Y pasando Jesús de allÃ, le siguieron dos ciegosâoyendo, sin duda, como se expresa en un caso más tarde, âque Jesús pasabaâ (Marco 20:30), dando voces y diciendo: Ten misericordia de nosotros, Hijo de DavidâEs extraordinario notar que en los otros únicos casos en la Escritura en que personas ciegas pidieron a Jesús la restauración de la vista y la consiguieron, se dirigieron a él llamándolo por el tÃtulo mesiánico tan bien conocido de âHijo de Davidâ (Marco 20:30) ¿Pudiera ser que la fe de ellos descansara en tan grandes promesas como la siguiente: âEntonces los ojos de los ciegos serán abiertosâ ( IsaÃas 35:5)? De ser asÃ, la petición hecha a Jesús para que cumpliera su función predicha como el Consolador de Israel, debe haber sido de grande significación para él.
28. Y llegado a la casaâParece que Jesús tardó su respuesta para probar su fe y su paciencia, vinieron a él los ciegosâlo que sin duda deseaba él, y Jesús les dice: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dicen: SÃ, SeñorâSin duda, el propósito de nuestro Señor fué no sólo poner la fe de ellos a prueba por medio de esta pregunta, sino hacerla más profunda, aumentar la expectativa de su curación, y asà prepararlos a recibirla; y el reconocimiento sincero de su poder, expresado con tanta sencillez, muestra cuán completamente el Señor habÃa conseguido su propósito.
29. Entonces tocó los ojos de ellos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hechoâNo quiso decir: âRecibid una curación proporcionada a vuestra feâ: sino, âRecibid esta curación concedida a vuestra feâ. De este modo ellos llevarÃan consigo, en su visión restaurada, un sello precioso de la fe que trajo la curación de su Señor compasivo.
30. Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamenteâLa expresión es muy fuerte, indicando gran seriedad.
31. Mas ellos salidos, divulgaron su fama por toda aquella tierraâ(Véase el comentario, sobre el cap. 8:4). Un Endemoniado Mudo Sanado (v. 32-34).
32. Y saliendo ellos, he aquÃ, le trajeron un hombre mudo, endemoniadoâLa mudez en este caso no era natural, sino el efecto de estar poseÃdo por un demonio.
33. Y echado fuera el demonio, el mudo hablóâLos pormenores de este caso no se dan. El propósito principal era el efectuar la restauración instantánea de las facultades naturales, al ser quitada la opresión maligna de ellas, asà como describir el asombro popular, y el efecto que causó este milagro en otra clase de personas, y las gentes se maravillaron, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israelârefiriéndose, probablemente, no sólo a este caso, sino a todos aquellos despliegues milagrosos del poder de sanar, los que parecÃan prometer una nueva era en la historia de Israel. Probablemente querÃan por este lenguaje indicar, con la mayor prudencia, su inclinación a considerar a Jesús como el MesÃas prometido.
34. Mas los Fariseos decÃan: Por el prÃncipe de los demonios echa fuera los demoniosâEsta parece ser la primera murmuración acerca de una teorÃa en cuanto a tales milagros, la cual vino a ser la manera fija de calumniarlos, teorÃa que serÃa ridÃcula si no fuese tan tétrica, debido a que fué originada por la perversidad más negra. (Véase Nota, cap. 12:24, sig.).
9:35-10:5. TERCER VIAJE POR GALILEAâMISION DE LOS DOCE APOSTOLES. Como la Misión de los Doce presupone la elección previa de ellos, de la cual nuestro evangelista no da cuenta, y que no sucedió sino en una fecha posterior en la vida pública de nuestro Señor, se introduce aquà dicha misión fuera del lugar que le corresponde, el cual debe ser después del relato que se encuentra en Lucas 6:12.
Tercer Viaje por Galilea (v. 35)ây probablemente el último.
35. Y rodeaba Jesús por todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y todo achaque [en el pueblo]âLas palabras entre paréntesis son de autoridad más que dudosa aquÃ, y fueron introducidas probablemente del cap. 4:23. El lenguaje aquà es tan idéntico al que se usa al relatar el primer viaje (cap. 4:23), que podemos suponer que la obra efectuada en ambas ocasiones fué muy semejante. Esta jira se efectuó con el solo objeto de preparar mejor el terreno, y hacer una nueva siembra de la simiente preciosa. (Véase nota, cap. 4:23). A estos fructÃferos viajes del Redentor, âcon salud en sus alasâ, sin duda se refirió Pedro, cuando, en su discurso a la familia de Cornelio, habló de âcómo le ungió Diosâ (a Jesús de Nazareth) âde EspÃritu Santo y de potencia; el cual anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con élâ ( Hechos 10:38).
Jesús, Compadeciéndose de las Multitudes, Pide que se Ruegue a Dios su Ayuda (v. 36-38). Jesús regresa de su gira de predicación y curaciones, y el resultado, como al fin del primer viaje, es la congregación alrededor de él de una multitud vasta v variada. Después de toda una noche pasada en oración, habÃa llamado a sus discÃpulos más inmediatos, y de entre ellos habÃa elegido a los doce; entonces, bajándose de la montaña donde esto aconteció, dirige a las multitudes que le esperaban más abajo aquel discurso que tiene una semejanza tan estrecha con el Sermón del Monte que muchos crÃticos lo toman por el mismo (Véase Nota sobre Lucas 6:12; y las Notas Introductorias sobre el cap 5). Poco después de esto, según parece, y al ver que las multitudes no se apartaban de él, fué conmovido Jesús por la condición miserable y desesperada de ellas.
36. Y viendo las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban derramadasâEl término,, âderramadasâ, difÃcilmente tiene autoridad alguna. La verdadera lección sin duda, es âeran hostigadasâ, y esparcidasâmás bien, âechadas aquà y alláâ, âabandonadasâ y âdescuidadasâ. como ovejas que no tienen pastorâse hallaban en una condición lastimosa, cansadas e inclinadas por causa de la fatiga corporal; eran una masa desorganizada que dejaban ver su desdicha por ser vÃctimas de la dirección farisaica. Sus almas descuidadas habÃan sido atraÃdas por Jesús y ahora dependÃan de él. Esto despertó la compasión del Redentor.
37. Entonces dice a sus discÃpulos: A la verdad la mies es muchaâSus ojos sin duda se dirigieron inmediatamente a los campos judÃos, pero él sabÃa que éstos serÃan ampliados para abarcar el vasto campo del âmundoâ (cap. 13:38) lleno de almas que necesitaban ser recogidas a él. mas los obreros pocosâhombres divinamente capacitados y llamados a cosecharlas.
38. Rogad, pues, al Señor de la miesâal Gran Señor y Dueño de todo. Compárese Juan 15:1 : âYo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labradorâ. que envÃe obreros a su miesâLa palabra traducida âenviarâ, correctamente entendida quiere decir âempujarâ; pero este sentido enfático desaparece en algunos lugares, como en el v. 25, y en Juan 10:4 : âha sacado fuera todas las propiasâ. (Véase el comentario sobre el cap. 4:1).