Lectionary Calendar
Friday, July 18th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
video advertismenet
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
StudyLight.org has pledged to help build churches in Uganda. Help us with that pledge and support pastors in the heart of Africa.
Click here to join the effort!
Click here to join the effort!
Bible Commentaries
El Comentario del Púlpito de la Iglesia Comentario del Púlpito de la Iglesia
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Información bibliográfica
Nisbet, James. "Comentario sobre Philippians 1". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://studylight.org/commentaries/spa/cpc/philippians-1.html. 1876.
Nisbet, James. "Comentario sobre Philippians 1". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://studylight.org/
Whole Bible (29)New Testament (5)Individual Books (4)
VersÃculo 3
UN AGRADABLE RECUERDO
Doy gracias a mi Dios por cada recuerdo de ti.
Php_1: 3
Un espÃritu alegre e incluso gozoso respira a través de esta epÃstola. Sin embargo, el Apóstol estaba prisionero en Roma. Es feliz en medio de las circunstancias más dolorosas.
I. El dolor de su encarcelamiento se ve atenuado por su pensamiento de Dios: "Doy gracias a mi Dios". Reconoce a Dios como su Dios. Sabe de la manera más clara que Dios lo ha conducido por este camino. Sabe que el Señor lo ha redimido y que nada puede separarlo del amor de Dios en Cristo. El Señor es mi Dios, ¿y qué más necesito? Fue cuando David era un rey fugitivo, 'en una tierra seca y fatigada sin agua', que hizo la afirmación: 'Oh Dios, tú eres mi Dios' (Salmos 63). Como fue con San Pablo y el rey David, asà sea con nosotros. "¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?"
II. El dolor de su separación de los filipenses se aligera al pensar en su bienestar .
( a ) Los recordaba en sus acciones de gracias . Por su comunión unos con otros en el Evangelio . HabÃa habido, y habÃa (a diferencia de la Iglesia de Corinto) total acuerdo y armonÃa entre ellos. ¡Qué deseable en una Iglesia! TenÃa confianza en su continuidad. Cristo lleva a cabo la buena obra de la comunión armoniosa hasta su finalización. Y esta confianza se basaba en el hecho de que eran partÃcipes de la misma gracia que él.
( b ) Los recordaba en sus súplicas . Para que su mutuo afecto aumente. Para que aumente su conocimiento de la verdad. Que aumenten sus percepciones espirituales. Para que se conserven puros y sin ofensa hasta el dÃa de Cristo. Para que sean llenos de frutos de justicia. Mirando a Dios se sintió agradecido; pensando en lo que Dios habÃa hecho con él y orando por su perfección, se sintió feliz. Un ministro de Dios se alegra en su trabajo si tales son sus pensamientos, acciones de gracias y oraciones.
VersÃculo 6
LA ESPERANZA DE LA IGLESIA
"Confiando en esto mismo, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la cumplirá hasta el dÃa de Jesucristo".
Php_1: 6
Si San Pablo pudiera asà hablar con seguridad en cuanto al propósito de Dios para una rama de la Iglesia Universal, que habÃa tenido sólo unos diez años de existencia, seguramente nosotros también podemos aventurarnos, aunque con total reproche y desconfianza en nosotros mismos, a reconocer en nuestros propios corazones algo parecido a una confianza similar acerca de la buena obra que Dios ha comenzado y que Dios está llevando a cabo en la Iglesia de Inglaterra.
Mientras señalamos los asombrosos casos de liberación y renovación que deben encontrarnos una y otra vez en la historia de nuestra Iglesia, ¿no debemos, no debemos, trazar el curso de una obra divina, trazar con esperanza temblorosa el surgimiento y desarrollo de un ¿Plan divino?
I. Es una historia de peligros y peligros como ninguna otra Iglesia ha conocido , y ha resultado en una posición única. Una y otra vez las cosas han parecido tan oscuras, o tan malas, que a la Iglesia le parecÃa imposible escapar sin una herida mortal. A medida que nos damos cuenta de los riesgos que corrió en un momento u otro en su curso trascendental, cuando vemos con qué estrechez y con qué sentido inadecuado de su propio peligro la Iglesia escapó de alguna pérdida irreparable, seguramente podemos creer que todavÃa debe haber alguna obra ulterior y más vasta para la que ha sido reservada por la providencia y el amor de Dios.
Si tomamos un solo ejemplo y tratamos de entrar en el estado de cosas durante los primeros trece años del reinado de Isabel, podemos discernir algo del poder sobrehumano que cuidaba de la Iglesia de Inglaterra. Y que no podamos, mientras observamos a la Iglesia, tan ferozmente sacudidos, tan inadecuadamente sostenidos, emergiendo finalmente de toda esa tormenta de peligro y desconcierto, sin daño o pérdida en ningún punto esencial para su catolicidad, que no estemos seguros. ¿Que no fue ningún poder humano, ninguna polÃtica humana lo que la guió y protegió, sino que fue preservada y guiada solo por la mano de Dios?
II. El hecho de que la Iglesia de Inglaterra sea el agente ilustre para llevar el reino mÃstico de Cristo a la reunión final no es del todo sin esperanza; porque escapamos del siglo dieciséis sin ser afectados por las pérdidas que habÃan empañado a las comunidades protestantes en el extranjero, mientras nos habÃamos librado de las acumulaciones de Roma. Con las Ãrdenes Apostólicas, que son los mismos sacramentos que habÃan sostenido a los mártires y perfeccionado a los santos en los dÃas de antaño, con oficios diarios que superan en dignidad todo lo que los laicos pueden compartir en otras porciones de la Iglesia occidental, también tenemos una tradición. de doctrina que podemos aportar sin temor ni reserva al gran Canon de la Iglesia Católica: quod semper, quod ubique, quod ab omnibus .
Seguramente no hay nada que nos impida volver a aferrarnos nuevamente al amor y afecto del gran pueblo inglés. De hecho, debe llegar a toda mente reflexiva, una sensación de asombro, un estremecimiento de penitencia y vergüenza, mientras tratamos de realizar las liberaciones del pasado, los privilegios del presente y las posibilidades de desarrollo en el futuro. Debemos temblar al darnos cuenta de la confianza que descansa sobre nosotros, no nos atrevamos a negarnos a reconocer el poder que ha obrado en nosotros, no nos atrevemos con falsa e ingrata modestia a pretender pensar poco en la herencia que por ningún mérito de nuestro parte se conserva para nosotros; No nos atrevemos a negar por completo toda confianza en esto, que el que ha comenzado una buena obra en nosotros la llevará a cabo hasta el dÃa de Jesucristo.
III. Al pensar en estas cosas, parece que se nos precipita una gran lección : si Dios ha hecho todo esto por nosotros, cuán tremenda es la urgencia de la búsqueda de uno mismo, la autodisciplina y el sacrificio personal en el trabajo; el trabajo en casa es mucho más amplio. , más profundo, más alto; trabajo en el extranjero mucho más grande y más serio en su ambición por el Reino del Crucificado.
Obispo F. Paget.
Ilustración
Un gran escritor francés ha dicho bien en un pasaje bien conocido que si alguna vez se va a reconciliar el cristianismo, parece que el movimiento debe surgir de la Iglesia de Inglaterra. Y poco después del comienzo del siglo pasado, un escritor desapasionado y observador, Alexander Knox, podrÃa decir que ninguna Iglesia en la tierra tiene más excelencia intrÃnseca que la Iglesia de Inglaterra. '
(SEGUNDO ESQUEMA)
FIDELIDAD DIVINA
Hay una condición para esta confianza, una condición en la que siempre insistió San Pablo, y esa confianza absoluta en el amor, el poder y la fidelidad de Dios.
Veamos qué se requiere de nuestra parte.
I. El hábito constante de la oración â Para el poder de la oración de fe y la dependencia de Dios no hay lÃmite, ni puede haberlo. Si creemos en una Omnipotencia omnipresente y omnipresente, que es también SabidurÃa y Amor, ¡cuán infinitas son nuestras necesidades de oración, tanto en las cosas del alma como en las del cuerpo!
II. Vivir en y por el EspÃritu de Dios â Para mantener el hábito de referencia constante a Dios debemos vivir en y por el EspÃritu de Dios. Ore con palabras como estas: '¡Oh EspÃritu de Bien! Lucha conmigo, repréndeme, consuélame, ayuda a mis debilidades, enseña mi entendimiento, guÃa mi voluntad, purifica mi vida, dame testimonio de Cristo, glorifica a Cristo incluso en mÃ, escudriña cada rincón de mi corazón, como solo Tú puedes buscar. ; Obra en mà según tu propia voluntad.
III. El cultivo de un espÃritu de vigilancia â Todo esto, por supuesto, habrá estado cultivando necesariamente un espÃritu de perseverancia vigilante. Pero la perseverancia en sà misma es un hábito distinto que debemos fomentar conscientemente. Una vez que hemos tomado una decisión, es una tonterÃa no pedirle a Dios que nos haga decididos.
IV. Mostrar simpatÃa por todos los demás cristianos â Hay simpatÃa por todo el pueblo de Dios. Eso, de nuevo, es de enorme ayuda. Si permitimos que nuestros afectos sean absorbidos por personas del mundo, que ni comprenden estas cosas ni se preocupan por ellas, es seguro que nuestra fe se enfriará. Nos asimilamos muy fácilmente a aquellos cuya compañÃa disfrutamos.
Archidiácono William Sinclair.
VersÃculo 9
EL INTELECTO Y EL CORAZÃN
'Esto ruego, que vuestro amor abunde cada vez más en conocimiento y en todo discernimiento'.
Php_1: 9
En la escuela de Dios, el corazón es aún más importante que la cabeza. Pero el intelecto también es importante; y no debemos olvidar que otro texto habÃa afirmado hace mucho tiempo la verdad inversa âno contradictoria sino conversadaâ cuando decÃa: "Amarás al Señor tu Dios con toda tu mente". Asà Moisés anuncia que el intelecto es una ayuda para amar; y San Pablo declara que el amor devuelve la deuda, ayuda al intelecto, abunda en conocimiento y discernimiento.
Concediendo que el amor de Dios debe ser una guÃa práctica para nosotros, preguntamos: ¿Cómo está calificado para desempeñar tal papel? No es difÃcil responder.
I. El amor reflexiona sobre el carácter: conoce la mente de su amada: tiene un tacto sorprendente. Un niño cariñoso no sólo está más dispuesto a obedecer a su madre que uno que es más inteligente y tiene un corazón más frÃo; es más prudente hacerlo, porque ningún placer o deseo egoÃsta es lo suficientemente fuerte como para desviar su impulso o torcer su juicio. Por tanto, si alguno desea hacer la voluntad de Dios, conocerá la enseñanza.
II. Asà como la madre de un niño asà le hará conocer sus deseos , no solo cuando sea su deber, cuando sea necesario, cuando deba ordenar, sino libremente, por el puro gozo de ver su feliz cumplimiento de su más mÃnimo deseo, asà es. el secreto del Señor con los que le temen, y él les mostrará su pacto. Y, por otro lado, dado que el EspÃritu de Dios es el EspÃritu de conocimiento y sabidurÃa, es inevitable que los hombres que contristan al EspÃritu, a quienes no les gusta retener a Dios en su conocimiento, sean entregados a una mente reprobada, y se endurezca su necio corazón.
III. El amor no sólo discierne un carácter y lee sus deseos; asume ese carácter en sà mismo ; los deseos del amado se vuelven propios. Nunca dos personajes se acercaron mucho, pero el más fuerte dio algo de sà mismo al más débil; como un metal al lado de un imán se vuelve magnético: como todos los imanes sienten la influencia del imán más poderoso de todos, la tierra misma.
Obispo GA Chadwick.
Ilustración
Es muy posible que San Pablo tuviera en parte en mente el amor mutuo de los cristianos cuando oró para que su amor aumentara en conocimiento y discernimiento. Pero si bien el amor mutuo de los cristianos entre sà puede haber tenido algún lugar en el pensamiento del Apóstol, es bastante seguro que en tal oración, en el prólogo de tal epÃstola, era el amor a Dios lo que más tenÃa en mente. . Su amor por el Padre deberÃa abundar cada vez más en conocimiento y discernimiento '.
(SEGUNDO ESQUEMA)
DEL AMOR AL CONOCIMIENTO
El texto revela una gran ley en la economÃa y el trato divino de las almas cristianas.
I.La comprensión del trato que Dios nos da , la comprensión de la enseñanza interna de la Palabra de Dios escrita, el aprecio de los diversos medios de gracia, la gracia de los sacramentos, las bendiciones de la oración, la comunión con Dios, los usos de la tentación, y todo lo similar: todo este conocimiento o discernimiento de las cosas espirituales no es algo que se pueda esperar como provisión para el comienzo de la vida cristiana, sino que es un don de Dios para aquellos que perseveran en la vida cristiana.
No es la preparación para la vida cristiana, sino que viene como recompensa o bendición de Dios para aquellos que viven la vida cristiana con el espÃritu correcto. Es algo a lo que los hombres cristianos llegan, pero no comienzan. Y es algo que Dios les da y que ellos no podrÃan obtener por su propio poder natural. Puedes ver esto en la oración de San Pablo en nombre de los filipenses. Ora para que su amor abunde cada vez más en todo conocimiento.
AsÃ, ya tienen amor , es decir, ya tienen ese amor âo caridadâ que es la esencia del cristianismo; y teniendo este amor ora para que ahora, en el próximo lugar, también abunden en conocimiento. Amor primero, conocimiento después.
II. Este es un principio muy amplio y arrollador , y es uno que, en dÃas como estos, cuando los hombres insisten en conocer 'la razón por la cual' de todo en un grado que quizás nunca antes lo hicieron, es especialmente importante que insistamos sobre. Porque, si es cierto, necesariamente subyace a todo progreso cristiano en absoluto. Nos muestra cuál es nuestra parte en el progreso cristiano y cuál es la parte de Dios.
Nuestro progreso cristiano, la cristianización de todo nuestro ser, cabeza, corazón y vida, es un trabajo conjunto, en parte de Dios, en parte de nosotros. Tenemos nuestra parte que hacer en ello, pero no podemos hacer la parte que Dios ha decidido reservarse para Ãl. Nuestra parte es poner manos a la obra de la religión con el temperamento adecuado. La parte de Dios es enseñarnos el conocimiento de sà mismo y de sus caminos a medida que avanzamos .
III. Y esta es una verdad también, en la que quizás sea necesario insistir más porque este es un dÃa en el que, bendito sea Dios, vemos a muchos hombres entrando en la apreciación de la realidad de la religión, que no han disfrutado en sus primeros años. la ventaja de una verdadera formación cristiana. No me refiero necesariamente a hombres que han llevado vidas viciosas en todos los sentidos groseros, sino a hombres que simplemente han dejado de lado la religión y han vivido como lo harÃan los paganos respetables, excepto que, al estar en un paÃs cristiano, han tenido una especie de cabeza externa. conocimiento de la doctrina cristiana, y asistÃa a la iglesia como otras personas.
Ahora bien, cuando un hombre asÃ, por cualquier circunstancia, es inducido a pasar una nueva página y se pone a ser cristiano en serio, y no solo como parte de la respetabilidad social, tiene muchas dificultades reales en su camino.
IV. Es precisamente al soportar estas dificultades con el espÃritu de fiel paciencia que Dios discierne que usted es uno de esos justos a quienes la sana sabidurÃa, el pleno entendimiento, en última instancia, debe ser concedida. ¿Y por qué es asÃ? Porque esta es la prueba o el criterio exacto si su arrepentimiento es el de una fe real.
Ilustración
'Toda esta epÃstola lleva un sello sobre ella. San Pablo expresa su confianza en que Dios no permitirá que la perseverancia de su rebaño falle, pero que asà como su religión fue obra de Dios en sus comienzos, Dios se encargará de que se lleve a una feliz finalización al final. El dÃa de Jesucristo es lo más importante en la mente de San Pablo: y su ansiedad es que no encuentre a sus conversos desprevenidos â.
VersÃculo 10
LA VIDA SUPERIOR
"Para que apruebes las cosas excelentes".
Php_1: 10
Esta es la segunda vez que San Pablo utiliza esta expresión para los cristianos de Roma y ahora para sus hijos espirituales en Filipos.
Veamos qué quiere decir el Apóstol con eso.
I. No significa que sean meramente para distinguir entre el bien y el mal , entre lo falso y lo verdadero, porque no habrÃa gran dificultad en esto; San Pablo significa algo mucho más elevado que esto. De hecho, deben distinguir entre lo que es excelente y lo que es bueno, deben tener esa sensibilidad de tacto en las cosas espirituales, esa comprensión rápida y profunda de los asuntos espirituales, que puedan decir de inmediato si hacer ciertas cosas serÃa conveniente. ser bueno, o si no hacerlo serÃa más noble y mejor. Deben aprobar las cosas que son excelentes, las cosas que trascienden, para elevarse a la vida superior.
II. Hay una vida superior a la que todos deberÃamos aspirar . Satanás le dirá que esta vida superior es imposible para usted , que si ha sido bautizado y confirmado, y viene a veces a la Sagrada Comunión, esto es todo lo que Dios espera de usted . Asà es como Satanás trata de desanimarnos. En lo más profundo de nuestro corazón se encuentra el anhelo de cosas mejores. Es la voz de Dios que le habla al alma: "Levántate, vete, este no es tu descanso".
III. El mensaje del EspÃritu Santo es un llamado a esta vida superior â ¿Cómo podemos lograrlo? No de una vez. Una bellota no se convierte en el rey del bosque de una sola vez. Asà ocurre con la vida espiritual. Siempre estamos aprendiendo; cada comunión nos lleva un paso más alto; y debe haber mucha oración, mucho estudio de la Biblia.
Rev. JL Spencer.
Ilustraciones
(1) «Se encargó a cierto pintor que pintara un tema. Terminó el cuadro y se lo llevó a su patrón, quien le preguntó cuál era su cargo. El artista mencionó la suma. El patrón se opuso y dijo que, como la imagen era pequeña, solo le habrÃa llevado poco tiempo ejecutarla. âSeñor, se equivocaâ, respondió el pintor; "Me ha llevado toda una vida hacer esa pelÃcula". La perfección solo se puede lograr mediante una "vida" de esfuerzo ferviente y cuidadoso en pos de "las cosas que son excelentes". '
(2) 'Si no destruyes el pecado, algún dÃa el pecado te destruirá. Veo en una lejana costa cubierta de hielo un águila volando alto en el aire, sus alas extendidas están teñidas con los rayos dorados del sol. Sus ojos están fijos en algún objeto oscuro que yace sobre el hielo; en lugar de mirar hacia arriba, le importa esa cosa terrenal, ese objeto oscuro que yace sobre el campo de hielo es más para él que toda la luz del sol y los campos de gloriosos matices a través de los cuales podrÃa volar.
Con un gran golpe, desciende y se aferra a su presa. Tiene su cosa terrenal; su apetito ha sido satisfecho, y ahora intenta una vez más elevarse, remontarse una vez más a esos campos azules de arriba. ¡Pero Ay! sus pies están congelados para su presa, y allà permanece, una señal para todo transeúnte del poder de la naturaleza inferior para destruir a la superior ».
VersÃculo 17
¿QUà ES EL EVANGELIO?
'Preparado para la defensa del Evangelio'.
Php_1: 17
¿Cuál es el Evangelio para cuya defensa el Apóstol se declaró dispuesto? No se puede comprender en su totalidad, pero hay aspectos de él a los que podemos llamar la atención. El Evangelio nos dice:
I. De un Dios manifestado , a través de la Encarnación, en la Persona de Jesús de Nazaret, del Verbo Eterno, Quien en el principio era con Dios y era Dios.
II. De una expiación completa mediante la obediencia hasta la muerte de ese Verbo Encarnado en la habitación de los hombres pecadores.
III. De una salvación gratuita comprada por los méritos de Cristo, y ofrecida a todos los pecadores arrepentidos y creyentes sin dinero y sin precio.
IV. De una tumba vencida por la resurrección de Cristo de entre los muertos, trayendo a la luz la vida y la inmortalidad.
V. De un cielo abierto por la ascensión de ese Cristo resucitado dentro del velo como el Precursor de Su pueblo.
Es extraño que el Evangelio, asà definido, suscite contra sà mismo la oposición y el odio de las mismas personas a las que pretendÃa bendecir. Sin embargo, tal ha sido su fortuna, y tal vez nunca ha habido una época en la que el Evangelio haya sido atacado con más virulencia de lo que es hoy, o se haya exigido con mayor urgencia que quienes conocen su poder se alcen en su defensa.
(SEGUNDO ESQUEMA)
LA DEFENSA DEL EVANGELIO
Sin intentar una discusión exhaustiva de las objeciones populares comúnmente formuladas contra el Evangelio, que necesitarÃan un tratado en lugar de un sermón, llamamos la atención sobre lo que el Evangelio hace por el hombre.
I. Satisface su corazón â Lo que el corazón humano necesita para darle descanso interior es un Dios a quien adorar, amar y obedecer; no un dios como el que habla la ciencia materialista. El cristianismo satisface esta exigencia poniendo ante el corazón humano, como objeto supremo de su adoración, amor y obediencia, a Aquel a quien declara ser la Imagen del Dios invisible; Uno que vino del Padre; Uno que dijo, y todavÃa dice, de sà mismo: âEl que me ha visto a mÃ, ha visto al Padre; Mi Padre y yo somos uno.
II. Satisface su conciencia â Una religión que satisfaga la naturaleza humana debe poder tratar y satisfacer esta parte de ella; al menos, la propia naturaleza humana parece pensar que sÃ. Si no es asÃ, cabe preguntarse cuál es el significado de ese extraño fenómeno de construcción de altar y ofrenda de sacrificio que se hace visible donde quiera y donde quiera que venga el hombre. TodavÃa,
No toda la sangre de las bestias
En altares judÃos asesinados
PodrÃa dar paz a la conciencia culpable .
Sin embargo, lo que el hombre no pudo hacer por sà mismo, el Evangelio se propone hacerlo, puede hacerlo y lo hace. Satisface y responde a la demanda de la conciencia del hombre de una manera a la vez justa y eficaz, señalando al pecador agobiado por la culpa hacia un altar erigido y un sacrificio provisto por Dios mismo; al Siervo de Jehová sufriente, sobre quien Dios cargó la iniquidad de todos nosotros; al Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo.
III. Satisface su intelecto . Sabemos que una de las acusaciones formuladas contra el Evangelio es que nosatisfacer el intelecto. Pero esto es, con demasiada frecuencia, culpa del "intelecto" más que del Evangelio. Uno se pregunta si hombres como Saulo de Tarso, AgustÃn de Hipona, OrÃgenes y Atanasio de AlejandrÃa y Tertuliano de Cartago; como Lutero, Calvino y Knox; como Owen y Howe y Boston y Rutherford; como Bacon y Milton; como Newton y Chalmers; como Brewster y Faraday, por no mencionar a otros, uno se pregunta si estos hombres deben ser colocados como pobres pigmeos en estatura mental junto a los magnÃficos Goliats intelectuales de hoy. Debemos recordar que nuestro Señor dijo: "Si alguno quiere hacer Su voluntad, sabrá si la doctrina es de Dios". Un intelecto en rebelión contra Dios nunca estará satisfecho.
VersÃculo 18
'CRISTO ES PREDICADO'
'¿Entonces que? No obstante, en todos los sentidos, ya sea fingiendo o en verdad, Cristo es predicado; y en él me regocijo, sÃ, y me regocijaré '.
Php_1: 18
Nuestras circunstancias difieren mucho de aquellas en las que se encontraba San Pablo. Cualesquiera que sean las diferencias que puedan existir ahora entre los cristianos, difÃcilmente se puede decir que alguien 'predique al Cristo de la discordia'. Pero mientras ocupamos una posición diferente a la ocupada por San Pablo, podemos encontrar mucho en el espÃritu que lo animó a admirar y seguir.
El pensamiento que subyace al texto es que todas las demás consideraciones caen en la insignificancia en comparación con el anuncio del Evangelio.
¿Qué implica la expresión 'Cristo es predicado'?
I. El cristianismo consiste en una doble revelación: la revelación de una Persona y la revelación de una Vida; la Persona es el Dios-hombre, el Señor Jesucristo; la Vida es la vida eterna, espiritual y divina dada al hombre en y por medio del Hijo; "Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo" ( 1 Juan 5:11 ).
De acuerdo con esto, San Pablo escribe asà a los Corintios: "Resolvà no saber nada entre vosotros, excepto a Jesucristo, y a éste crucificado" ( 1 Corintios 2:2 ). Esto involucra a la Persona, 'Jesucristo'; y la Obra, "Aquel crucificado". Debemos tener cuidado de ser precisos aquÃ. Nuestro Señor, al entrenar a Sus Apóstoles para que vean verdaderamente su Persona, preguntó: "¿Quién dicen los hombres que soy yo, el Hijo del Hombre?" Se dieron respuestas contradictorias y luego, individualizando la pregunta, hizo: '¿Pero quién decÃs que soy? Y Simón Pedro respondió y dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente '(S.
Mateo 16:13 ). Esta gran verdad impregna toda la enseñanza de San Pablo. Escribiendo a los Romanos, define el "Evangelio de Dios" como "acerca de su Hijo Jesucristo nuestro Señor, que fue hecho de la simiente de David según la carne", verdaderamente hombre; 'y declarado Hijo de Dios con poder por la resurrección de entre los muertos,' verdaderamente Dios ( Romanos 1:3 ). Este es un gran misterio, dos naturalezas en una Persona; pero también es un gran hecho; una verdad de roca, sobre la cual Cristo edifica Su Iglesia; una base segura.
II. La predicación de Cristo incluye no sólo la predicación de Su Persona, sino también la predicación de Su Obra . Si la enseñanza de San Pablo sobre la Persona de Cristo fue definida y clara, igualmente lo fue su enseñanza sobre la Obra de Cristo; la plenitud de Su muerte expiatoria; la gloria de su vida de resurrección; la obra de Cristo por nosotros como nuestro sustituto, y la obra de Cristo en nosotros como nuestra vida vivificante y sustentadora. Pero San Pablo no predicó a un Cristo muerto: predicó a un Salvador vivo: uno que 'estaba muerto', pero ahora estaba 'vivo para siempre'.
III. Pero la predicación de Cristo es sólo un medio para un fin: el fin es la salvación de las almas: "velamos por las almas como las que deben rendir cuentas"; "A quien predicamos, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre con toda sabidurÃa, para que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jesús". AsÃ, para colmar el gozo apostólico, no sólo debe poder decir "Cristo es predicado", sino también que Cristo es acogido, acogido, acogido en el entendimiento y en el corazón.
-Rvdo. Sir Emilius Laurie.
Ilustración
'S t. Pablo estaba prisionero en Roma cuando escribió estas palabras. Puede que se estuviera refiriendo a los cristianos judaizantes que enseñaron realmente la fe cristiana, pero que al mismo tiempo insistieron en la estricta observancia de la ley mosaica: que harÃan cristianos a los hombres, pero que los convertirÃan en cristianos estrictamente judÃos, obligados a observar la ley mosaica. Ley ceremonial: buscando asà atar al cuello de los hombres una carga intolerable y, al mismo tiempo, herir y molestar al gran Apóstol de la libertad.
Probablemente su enseñanza tuvo la culpa; sus motivos eran ciertamente indignos y erróneos. En un aspecto del caso, San Pablo estaba dispuesto a defender, y en la epÃstola de Gálatas sà lo hace, la libertad del Evangelio, frente a la esclavitud del ritualismo; pero en otro aspecto, cuando, como en el caso presente, la elección puesto entre un cristianismo enano y mutilado y el grosero libertinaje del paganismo, entre un Cristo exhibido imperfectamente y ningún Cristo en absoluto, se decide sin vacilar a favor de una predicación incompleta del Evangelio.
(SEGUNDO ESQUEMA)
PARA EL CLERO Y LAS PERSONAS
La lección que se extrae de este texto es doble.
I. Para el clero: "En los mayordomos se requiere que un hombre sea hallado fiel". "Ay de mÃ", dice San Pablo, "si no predico el Evangelio". Pero, ¿qué es el evangelio? Cristo es el Evangelio y el Evangelio es Cristo. Deja fuera a Cristo de tu mensaje, y ¿qué evangelio, qué buena noticia te queda? Llene su mensaje de Cristo, y cada jota y tilde de él es una buena noticia para las almas cansadas. Tememos que haya mucha predicación moderna que tiene poco de Cristo.
( a ) Cristo no es completamente predicado, dondequiera que uno de los lados de Su compleja personalidad sea exaltado a expensas del otro: el humano a expensas de lo divino: lo divino a expensas de lo humano.
( b ) Una vez más, Cristo no se predica completamente, a menos que se le dé prominencia bÃblica a la integridad y suficiencia total de Su sacrificio expiatorio . AquÃ, creemos, la predicación moderna es en gran parte defectuosa y, por lo tanto, errónea. Se insiste en Cristo como nuestro ejemplo, y con razón: pero Cristo como nuestro sacrificio propiciatorio se mantiene demasiado en segundo plano, si no se ignora por completo.
La perfecta obediencia es en verdad la condición de la vida eterna, tanto bajo la Ley como bajo el Evangelio; pero con esta gran diferencia, que bajo la Ley la condición de perfecta obediencia debe ser realizada por el hombre mismo, mientras que bajo el Evangelio, la misma Se propone que la condición ha sido realizada por un mediador. En esta sustitución de la persona consiste la diferencia principal y esencial de los dos esquemas.
La obediencia perfecta es la única condición de la vida, tanto bajo la Ley como bajo el Evangelio; pero bajo este último esta obediencia se rinde al pecador, por su fianza, y la vida que le corresponde se vuelve suya, no trabajando, sino creyendo.
( c ) Una vez más, Cristo no es predicado completamente a menos que se le dé amplia prominencia a la vida de resurrección de Cristo , como la vive ahora, y como vive en cada miembro de Su cuerpo mÃstico. El cristianismo no está construido sobre una tumba vacÃa, sino sobre un Salvador viviente: y la verdad triple, la ruina por la CaÃda, la justicia por Cristo y la regeneración por el EspÃritu Santo, es tan aplicable ahora como siempre.
II. Para las personas . Dondequiera que 'Cristo sea predicado', una profunda responsabilidad recae sobre todos aquellos a quienes llega 'la palabra de esta salvación'.
( a ) Ustedes que escuchan esto no pueden ser como si el mensaje Divino nunca les hubiera llegado: no pueden considerar el invaluable 'talento' de un Evangelio gratuito que se les ha encomendado como algo sin importancia, con el que se puede jugar por un tiempo, y luego regresó con las palabras desdeñosas: "He aquà lo que es tuyo". Tienes que dar cuenta del uso que has hecho de él.
( b ) Debe haber una recepción personal del Salvador, o el Evangelio será para nosotros un sabor no de vida, sino de muerte .
( c ) El verdadero gozo solo puede ser tuyo si Cristo es aceptado , acogido, recibido en el corazón: debes conocer a Cristo como tu justicia, debes conocerlo como tu vida: debes aprender a decir: 'Para mà vivir es Cristo.'
III. Para todos, el clero y la gente por igual, la gran lección del texto es la unidad ; unidad de propósito, que dondequiera que se extienda nuestra influencia, se pueda encontrar que, tanto por palabra como por vida, "Cristo es predicado"; unidad de corazón, para que podamos 'permanecer firmes en un solo espÃritu, con una sola mente, esforzándonos juntos por la fe del Evangelio'.
Rev. Sir Emilius Laurie.
Ilustración
El gran estadista estadounidense Daniel Webster dijo una vez: "Cuando un hombre me predica, quiero que lo convierta en un asunto personal, un asunto personal, un asunto personal". Cristo, cuando estuvo en la tierra, trató personal e individualmente con las almas: âA sus ovejas llama por nombreâ: ahora llama. ¡Oh, ten cuidado de cómo, cuando Ãl llama, te niegas a escuchar! '
VersÃculo 21
EL SECRETO DE LA VIDA
"Para mÃ, el vivir es Cristo".
Php_1: 21
¿Cuál fue el secreto de la vida de San Pablo, ese secreto que lo convirtió en el más grande de todos los misioneros del mundo gentil? No tenemos que ir muy lejos en nuestra búsqueda, porque él mismo lo ha revelado en las palabras del texto. El secreto de la vida de San Pablo fue el poder y la presencia de un Cristo vivo.
I. Cristo en vida . Somos cristianos en la medida en que poseemos el espÃritu de Cristo, en la medida en que nos identificamos con Ãl, en la medida en que podemos decir, con algo de la frase atrevida y trascendente de San Pablo. , 'Para mÃ, el vivir es Cristo'. Con San Pablo esto no era una mera exageración o una forma de hablar. Se habÃa perdido tanto en Cristo que habÃa hecho una entrega práctica de su propia personalidad.
II. La vida se distingue en todas partes por la posesión de tres grandes poderes: el poder de crecimiento, el poder de resistencia y el poder de producción, y concluimos que estos mismos tres poderes se encontrarán en todo el cristianismo viviente, ya sea que se muestre en la historia de el mundo o en la propia alma del hombre.
(a) La vida tiene el poder de crecer o expandirse . Una cosa muerta, como un cristal, puede cambiar según las leyes quÃmicas, pero no se puede decir que crezca. El crecimiento significa un cambio vital y orgánico; nunca se ve, por tanto, excepto donde hay vida. Lo contrario es igualmente cierto, que dondequiera que encuentres vida también encuentras crecimiento o expansión. La planta muestra su vida por su desarrollo. Aplique eso a la vida del cristiano dentro del alma, y ââencontrará que tiene una prueba muy práctica de su realidad.
(b) La vida tiene el poder de resistir . Cada criatura que vive está acosada por todo tipo de fuerzas poderosas que parecen apuntar a la destrucción. La vida se ha definido siempre como la "resistencia exitosa de la muerte". Y cuanto más vigorosa es una vida, más numerosos y más terribles, a menudo, son sus enemigos. Y asà nosotros, si tenemos esta vida de Cristo dentro de nosotros, debemos cultivar este poder de resistencia.
Tendremos que resistir los deseos egoÃstas, tendremos que resistir el espÃritu del mundo. Tenemos que resistirnos al yo porque tenemos, como cristianos, una ley más alta que la del yo para caminar, y porque el yo es un ser muy sutil, muy dispuesto a desviarnos incluso con el pretexto de tener buenas intenciones, incluso bajo la pretensión de hacer el servicio de Dios.
(c) La vida tiene el poder de producir . La planta se da cuenta del final de su existencia recurriendo a flores y frutos. Flores y frutos de una naturaleza verdadera, noble y altruista son los resultados inevitables de la vida de Cristo en el alma. Ãl mismo lo ha dicho en una palabra: "El árbol es conocido por su fruto", conocido por ser vigoroso, conocido por crecer o en descomposición, conocido por estar moribundo o muerto. Demuestre con la seriedad con la que trabaja para vencer el pecado que lo acosa y luche por la verdad y la virtud, que su arrepentimiento es real, que es sincero cuando reclama para sà mismo este gran nombre de cristiano.
-Rvdo. Canon SA Alexander.
(SEGUNDO ESQUEMA)
LA VIDA CRISTO
¿Puedo decirlo en alguna medida? ¿Mi vida actual lo dice: " Para mÃ, el vivir es Cristo?" ¿SerÃa una burla para mà decirlo? ¿Es Cristo de alguna manera ese Cristo para mÃ, para que yo pueda decir: ' Para mà el vivir es Cristo'? Déjame aconsejarte tres cosas en ese soliloquio.
I. Haga de la indagación algo personal: un Cristo personal a un yo personal. ¡Un Cristo personal! Existe toda la diferencia en el mundo entre un Cristo abstracto, o un Cristo histórico, y una Persona real y viviente, un Cristo personal. ¿Es Cristo una persona viva para mi alma? Uno en el que siento y descanso; conversando conmigo en todas partes; a mi lado mirando a mÃ; cuidado de mà , en este momento; Quien me ama ; ¡mÃo! Un Cristo suplicando por mà en el cielo; ¡Cuya sangre me lavó !Una gran realidad, cuando todas las demás cosas son oscuras; una gran realidad, más de lo que puedo ver; la única realidad de la vida; a mi; para mà personalmente tanto como si fuera la única persona en el universo; "Para mÃ, el vivir es Cristo".
II. No se desanime si su conciencia responde : 'No podrÃa decirlo. SerÃa la mayor presunción si dijera hoy: "Para mÃ, en este dÃa, Cristo es mi vida". ' No te desanimes. Nadie puede decirlo como debe, nadie puede decirlo como quiere, ni siquiera un San Pablo (Romanos 7). No te desanimes. ¡Gracias a Dios si puedes ver un estándar muy por encima de todo lo que has alcanzado hasta ahora! Gracias a Dios por el dibujo que te hace, en este momento, interesado y ansioso por él. Acepta eso como una muestra del amor y deseo de Dios de tenerte, y de Su disposición a perdonarte.
III. De rodillas, levántese y vaya y haga algo â Dios le mostrará qué, si se lo pide. Hágalo de una vez. Hágalo como una garantÃa de mucho más que vendrá después. Hágalo de manera simple, modesta y con confianza. Hazlo en Jesús.
-Rvdo. James Vaughan.
VersÃculo 23
LOS SANTOS EN EL PARAISO
'Porque estoy en un aprieto entre dos, y tengo el deseo de partir y estar con Cristo; que es mucho mejor.
Php_1: 23
¡Qué nueva visión de la Muerte, el Rey de los terrores, esa muerte que, según se nos dice, mantuvo a la humanidad esclavizada por el miedo, trae el cristianismo a esta nuestra última prueba! El Apóstol no lo considera con temor, no se lo considera simplemente como una liberación, no se lo considera como algo a lo que someterse como algo inevitable; pero ve que la muerte es la puerta de la vida y su alma se enciende dentro de él.
I. ¿Qué nos dice el cristianismo con respecto a los muertos?
(a) Que el alma vive después de la muerte . Que la vida del alma no está, como algunos han pensado, en suspenso hasta que la trompeta que despierta a los muertos llame al cuerpo de la tumba. El alma sigue viva. "Hoy estarás conmigo en el paraÃso".
(b) El alma no solo recupera el impacto momentáneo de la muerte, sino que el alma no está dormida . A veces, a partir de la metáfora del sueño, tomado del cuerpo, el sueño del cuerpo, se ha insistido en que el alma podrÃa dormir. La vida misma del alma es sentimiento y conciencia. Por el contrario, el cuerpo corruptible presiona al alma, y ââasÃ, cuando se quita el cuerpo corruptible, todas las diferentes facultades del alma se acentúan y realzan, y se ejercitan con nuevo y maravilloso poder.
Tal era el estado en el que querÃa entrar San Pablo, pero ¿para qué? Un deseo, concentrado y único, ¿qué era? "Partir y estar con Cristo". En medio de sus conflictos y deberes ministeriales, piensa en ese bienaventurado gozo que serÃa suyo cuando la muerte lo libere y su alma esté con Cristo.
II. Entonces, ¿qué se puede recoger del estado de los bienaventurados muertos?
( a ) Que son bienaventurados, que están en el ParaÃso , los que han muerto en Cristo. 'Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor, sÃ, dice el EspÃritu, descansan de sus trabajos y sus obras los siguen'. Son bendecidos porque saben que están seguros en los brazos de Dios; y descansan de sus labores, de todo el dolor y fatiga de la vida, de todo lo que pertenece al cuerpo corruptible, de todas las pruebas del mundo alrededor; pero sobre todo de la tentación y la posibilidad de caer en el pecado.
( b ) Pero son imperfectos . No se nos habla de la muerte como el final de la obra de Dios en el Nuevo Testamento. "El que ha comenzado la buena obra, la perfeccionará hasta el dÃa de Cristo". TodavÃa está sucediendo, en el estado intermedio, el perfeccionamiento del espÃritu. No están completos, porque no tienen el cuerpo, solo el alma, una parte del ser. No están completos, sus trabajos los siguen, sus trabajos no están completos.
(c) Y sin embargo, por imperfectos que sean, están con el Señor . Caminamos por fe y ellos por vista.
III. ¿Cuáles son entonces los pensamientos prácticos para nosotros cuando pensamos en los benditos muertos en el ParaÃso?
( a ) Recordarlos por nuestro propio bien . El pensamiento de los muertos, el pensamiento del estado intermedio, el pensamiento de los espÃritus incorpóreos de nuestros queridos parientes y amigos, en ese mundo interior tiene un efecto espiritualizador sobre nosotros, para que podamos ser elevados por encima del mundo y por encima de las cosas materiales.
( b ) Y luego para su beneficio ; no están fuera de nuestro alcance. La Iglesia triunfante, la Iglesia expectante y la Iglesia militante no son tres entidades distintas, son tres partes de un todo, son tres partes de un individuo, son partes del cuerpo mÃstico de Cristo, por lo que hay un intercomunión, interacción, comunión entre vivos y muertos.
âVen. Canciller Hutchings.
(SEGUNDO ESQUEMA)
DOS BENDICIONES INMENSAS
El Apóstol pregunta aquà qué es más valioso para él, vivir o morir. A menudo se nos ha presentado esa pregunta, y quizás nosotros, como el Apóstol, hemos respondido que 'estamos en un apuro'. Pero me temo que hayamos usado las palabras en un sentido muy diferente al de San Pablo. La vida y la muerte nos parecen dos males de los que no sabemos cuál es el menor.
I. Al Apóstol le parecen dos inmensas bendiciones , de las que no sabe cuál es la mejor. Personalmente, prefiere la muerte para estar con Cristo. En cuanto a la Iglesia y al mundo, prefiere la vida, para servir a Jesucristo, extender su reino y ganar almas para él. ¡Qué vista tan admirable de la vida y de la muerte! Admirable, porque todo está gobernado, todo santificado, por el amor, y es similar al propio punto de vista del Señor Jesucristo sobre la vida y la muerte. Pongamos manos a la obra para entrar en este sentimiento. La vida es buena; la muerte es buena.
II. La muerte es buena , porque nos libera de las miserias de esta vida, pero sobre todo porque, incluso si la vida nos llenara de todas las alegrÃas que la tierra puede dar, la muerte nos invita a entrar en una alegrÃa y una gloria de la que podemos formarnos. ni idea. Entonces debemos considerar la muerte como algo deseable en sà mismo. No evitemos lo que nos sirve para recordarlo. Que todas las enfermedades, todas las muertes súbitas, todo lo que pasa a nuestro alrededor, nos recuerden que para cada uno de nosotros la muerte puede llegar en cualquier momento.
III. Pero la vida también es buena , porque en la vida podemos servir, glorificar, imitar a Jesucristo. La vida no merece la molestia de vivir para ningún otro objeto. Toda la fuerza que poseemos, todo el aliento, la vida, las facultades, todo debe ser consagrado, consagrado, santificado, crucificado, para el servicio de nuestro Señor Jesucristo. Amemos la vida, sintamos el valor de la vida, pero llenándola de Jesucristo. Para tal estado de sentimiento, solo el EspÃritu Santo puede transformarnos en hombres nuevos.
Ilustración
Si alguna vez un hombre disfrutó de la vida, con un gozo vigoroso y consciente, ese fue Simeon de Cambridge. Y hasta la edad de exactamente setenta y siete se le permitió vivir con una vida verdaderamente poderosa; una vida llena de afectos, intereses, empresas, logros y todo lleno de Cristo. Sin embargo, en esa alma enérgica e intensamente humana "el deseo era partir y estar con Cristo". No fue un ensueño de ensueño; fue sobrenatural.
Lo estimuló a realizar un trabajo incansable; pero fue insuflado en él desde la eternidad. "No puedo dejar de correr con todas mis fuerzas", escribió en medio de su vejez juvenil, " porque estoy cerca de la meta ". '
VersÃculo 27
EL EVANGELIO Y LA VIDA SOCIAL
"Sólo que tu conversación sea como se convierte en el Evangelio de Cristo".
Php_1: 27
No se dice que estemos siempre âen todos los lugaresâ para hablar de religión; eso no serÃa religioso. Pero debemos hablar y actuar religiosamente.
I. Debe haber un tono religioso , una subcorriente de sentimiento religioso en todo lo que nos rodea; un reconocimiento siempre de ello en nuestro propio corazón.
II. La sociedad es una gran trampa para muchas personas . Viven con sencillez, visten pulcramente y les gusta y prefieren la sencillez en los hábitos ordinarios de su vida hogareña. Pero en parte y en parte por la consideración de los demás, pero mucho más por la vanidad, su vestimenta y su modo de entretenimiento, cuando salen o cuando reciben compañÃa, están tan por encima de su nivel habitual y de su gasto adecuado, que son realmente extravagante.
( a ) ¿Son los gastos de sus entretenimientos y su vestimenta en proporción adecuada a sus propios ingresos? o como se convierte en los seguidores de un humilde maestro?
( b ) ¿Cuál es la consecuencia total de una alta tasa de vida social? Facturas âno diré impagadas, sino facturas cuyo pago se aplaza demasiadoâ para molestias, angustias y perjuicios reales de los comerciantes, que todavÃa son demasiado lentos âpor miedo a ofenderâ para reclamar y exigir lo que les corresponde. Hablo de lo que sé cuando digo que entre los cristianos que profesan un alto grado de profesión hay una demora muy poco generosa e injusta en la liquidación de sus cuentas comunes.
( c ) ¿Están muchos ornamentos de acuerdo con el espÃritu? No diré de la carta de la regla de San Pedro para todas las mujeres cristianas: 'Cuyo adorno no sea el adorno exterior de trenzar el cabello, etc.
( d ) ¿Y qué diremos del lenguaje ordinario, las frases de moda de la vida social? ¿Son los modos de dirección âen nuestras notas y cartasâ "¡Lo siento mucho!" cuando no nos arrepentimos en absoluto; '¡Estoy muy feliz!' cuando no estamos nada felices; y los finales exagerados, y los cumplidos tontos. ¡Y los cariñosos epÃtetos! el '¡no en casa!' y miles de expresiones enmarcadas solo para agradar a casi cualquier sacrificio. ¿Son inocentes porque son convencionales? ¿O están demasiado cerca de la mentira?
( e ) Y sus diversiones, ¿ son medios para un fin? o son fines? Y si son fines, ¿son fines dignos? ¿Puedes decir concienzudamente, en tus entretenimientos ordinarios, que siempre estás caminando como se te dice que camines, como tú mismo prometiste caminar, siguiendo los pasos de tu Maestro? ¿Le gustarÃa que Cristo viniera ahora y lo encontrara allÃ?
III. Es difÃcil para cualquiera de nosotros ser coherentes y 'andar como conviene al Evangelio de Cristo'. ¿Quién puede decirlo? ¿Quién de nosotros puede decirlo? '¡Mis manos están limpias! Soy consecuente con el Evangelio de Cristo '. '¡El Evangelio de Cristo!' ¡Gracias a Dios que hay un 'Evangelio de Cristo' para cubrir los mismos pecados que ese mismo 'Evangelio' condena!
-Rvdo. James Vaughan.