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Friday, July 18th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar Comentario CrÃtico Sin Abreviar
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ephesians 4". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/commentaries/spa/jfu/ephesians-4.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ephesians 4". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/
Whole Bible (30)New Testament (6)Individual Books (5)
VersÃculos 1-32
CAPITULO 4Vers. 1-32. EXHORTACIONES A CUMPLIR CON LOS DEBERES CRISTIANOS RESULTANTES DE NUESTROS PRIVILEGIOS CRISTIANOS. ESTAMOS UNIDOS EN UN CUERPO, AUNQUE SOMOS DIFERENTES SEGUN LAS GRACIAS DADAS A LOS DISTINTOS MIEMBROS, PARA QUE LLEGUEMOS A SER UN HOMBRE PERFECTO EN CRISTO.
1. Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis-Tradúzcase según el orden griego: âOs ruego, pues (viendo que tal es vuestra vocación de gracia, caps. 1 y 2; 3:1, 14), yo el preso en el Señorâ (es decir, encarcelado por la causa del Señor). Lo que el mundo consideraba como un oprobio, él lo considera como el honor más alto, y se glorÃa en sus prisiones por causa del Señor, más que un rey en su diadema. [Teodoreto]. Sus prisiones también son un argumento que darÃa más valor a su exhortación. como es digno de la vocación-Tradúzcase, âllamamientoâ para que concuerde, como el griego, con âllamadosâ (v. 4; cap. 1:18; Rom 8:28, Rom 8:30). Col 3:15 igualmente basa los deberes cristianos en nuestro âllamamientoâ. Las exhortaciones de esta parte de la EpÃstola se apoyan en el goce consciente de los privilegios mencionados en la parte anterior. Comp. cap. 4:32 con cap. 1:7; 5:1 con 1:5; 4:30 con 1:13; 5:15 con 1:8.
2, 3. Con toda humildad-En el griego clásico, el sentido de esta palabra es bajeza de espÃritu; el evangelio la ha elevado para expresar una gracia cristiana, es decir, la de estimarnos a nosotros mismos pequeños, puesto que lo somos; el pensar con verdad, y por tanto humildemente, de nosotros mismos. [Trench]. y mansedumbre-Aquel espÃritu en el cual aceptamos las disposiciones de Dios con respecto a nosotros, sin disputar y sin resistirnos, y en el cual aceptamos pacientemente los males que nos hacen los hombres, pensando que son permitidos por Dios para el castigo y la purificación de su pueblo (2Sa 16:11; comp. Gal 6:1; 2Ti 2:25; Tit 3:2). Sólo el corazón humilde y sumiso puede ser también manso. (Col 3:12). Asà como la âhumildad y la mansedumbreâ corresponden a la idea de âsoportarnos los unos a los otros en amorâ (comp. âamorâ, vv. 15, 16), asà la âpacienciaâ corresponde a (v. 4) ser âsolÃcitos (griego, âcelosamente diligentesâ) para guardar la unidad del EspÃritu (la unidad entre los hombres de temperamentos diferentes, la cual proviene de la presencia del EspÃritu, quien es a su vez âunoâ, v. 4) en (unidos en) el âvÃnculo de la pazâ (el âvÃnculoâ por el cual la âpazâ es mantenida, es decir, el âamorâ, Col 3:14-15 [Bengel]; o, puede ser que la paz misma sea el âvÃnculoâ indicado aquÃ, que une los miembros de la iglesia [Alford]).
4. un cuerpo, y un EspÃritu-En el credo apostólico (que es enseñado por algunas denominaciones. N. del T.) el artÃculo acerca de la iglesia correctamente sigue al del EspÃritu Santo. A la Trinidad naturalmente se une la iglesia, como la casa a su habitante, a Dios su templo, el estado a su fundador. [AgustÃn, Enchir. ad Laurentium, cap. 15]. Habrá una iglesia, no sólo potencial sino realmente católica o universal; entonces la iglesia y el mundo serán coextensivos. Roma cae en un error inextricable al colocar a un mero hombre como cabeza visible, anticipando aquella consumación que Cristo, la verdadera Cabeza visible, ha de realizar primero en su venida. Asà como el âEspÃrituâ es mencionado aquÃ, también se menciona al âSeñorâ (Jesús), v. 5, y al âDios y Padreâ, v. 6. Asà se presenta nuevamente la Trinidad. como sois también llamados a una misma esperanza-Aquà es asociada con âel EspÃrituâ, que es las âarras de nuestra herenciaâ (cap. 1:13, 14). Asà como se menciona âla feâ, v. 5, asà también se mencionan aquà âla esperanzaâ y âel amorâ, v. 2. El EspÃritu Santo, como el superior principio comun de la vida (cap. 2:18, 22), da a la iglesia su verdadera unidad. La uniformidad exterior es ahora inasequible; pero, empezando por tener una mente, terminaremos al fin por tener âun cuerpoâ. El verdadero âcuerpoâ de Cristo (todos los creyentes de todos los siglos) es âunoâ, y está unido a una misma Cabeza. Pero todavia su unidad no es visible asà como la Cabeza no es visible; pero la unidad será revelada cuando Cristo aparezca (Joh 17:21-23; Col 3:4). Entre tanto, la regla es: âEn cosas esenciales, la unidad; en cuestiones dudosas, la libertad; en todas las cosas, la caridadâ. La verdad es la cosa de primera importancia: los que llegan a la verdad, finalmente llegarán a la unidad, porque la verdad es una. Los que buscan la unidad como la cosa de primera importancia, podrán comprarla sacrificando la misma alma. de vuestra vocación-De nuestro âllamamientoâ resulta âla esperanzaâ, siendo ella el elemento âenâ el cual estamos âllamadosâ, a vivir. En lugar de clases privilegiadas, como lo eran los judÃos bajo la ley, los judÃos y gentiles gozarÃan de una unidad de dispensación. La espiritualidad, universalidad y unidad fueron designadas para caracterizar a la iglesia; y asà será al fin (Isa 2:2-4; Isa 11:9, Isa 11:13; Zep 3:9; Zec 14:9).
5. Un Señor, una fe, un bautismo-Semejantemente, âla feâ y âel bautismoâ están unidos en Mar 16:16; Col 2:12; comp. 1Co 12:13. La âfeâ aquà no es lo que creemos, sino el acto de creer, el medio por el cual nos asimos del Señor. El âbautismoâ se especifica aquà como la ordenanza por la cual somos incorporados en el âun cuerpoâ. No la Cena del Señor, pues esta ordenanza es un acto de comunión de parte de los ya incorporados, es âsÃmbolo de unión, no de unidad.â [Ellicott]. En 1Co 10:17, donde una ro tura de la unión aparecÃa, la cena formaba un punto de reunión. [Alford]. No se agrega: âUn papa, un concilio, una forma de gobiernoâ. La iglesia es una en unidad de fe (v. 5; Jud 1:3); unidad de origen (cap. 2:19-21); unidad de ordenanzas (v. 5; 1Co 10:17; 1Co 12:13); unidad de âesperanzaâ (v. 4; Tit 1:2); unidad de amor (v. 3); unidad (no uniformidad) de disciplina y gobierno; porque donde no hay orden, no hay ministerio con Cristo como Cabeza, es decir, no hay iglesia. [Pearson, Credo, ArtÃculo 9].
6. Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas-El Dios que es sobre todo (en su soperanÃa y por su gracia), es la gran fuente y culminación de la unidad (cap. 2:19). y por todas las cosas-Dios, por medio de Cristo, âes quien cumple todas las cosasâ (v. 10; cap. 2:20, 21), y quien ha hecho âpropiciaciónâ para todos los hombres (1Jo 2:2). y en todos vosotros-Los manuscritos más antiguos omiten la palabra âvosotrosâ. Muchas de las versiones más antiguas y âpadresâ y manuscritos antiguos, leen âen todos nosotrosâ. Sea leÃdo o no el pronombre, debe ser sobreentendido (ya sea âvosotrosâ, v. 4, o ânosotrosâ. v. 7); porque en otras partes de la Escritura se manifiesta que el EspÃritu no está âen todos los hombresâ, sino sólo en los creyentes (Rom 8:9, Rom 8:14). Dios es âPadreâ tanto por âgeneraciónâ (como Creador) como por regeneración (cap. 2:10; Jam 1:17-18; 1Jo 5:7).
7. Empero a cada uno ⦠es dada la gracia-Aunque somos âunoâ en nuestra relación comun con âun Señor, una fe, etc., y un Diosâ, sin embargo, âcada uno de nosotrosâ tiene destinado para sà su propio don que ha de ser usado para el bien de todos: ninguno ha sido descuidado por Dios; de ninguno se puede dispensar para la edificación de la iglesia (v. 12). Este es un motivo para la unidad (v. 3). Tradúzcase: âA cada uno de nosotros fué dada la gracia (la que fué otorgada por Cristo en su ascensión, v. 8). conforme a la medida [la cantidad] del don de Cristo-(Rom 12:3, Rom 12:6).
8. Por lo cual-âPor cuya razónâ, es decir, a fin de intimar que Cristo, la Cabeza de la iglesia, es el autor de todos estos diferentes dones, y que el darlos es un acto de su âgraciaâ. [Estio]. dice-Dios dice esto en su palabra que es la Escritura (Psa 68:18). subiendo a lo alto-Dios es la persona indicada en el Salmo, quien es representado por el arca, la cual fué traÃda en triunfo por David a Jerusalén, después de que âJehová le habÃa dado reposo de todos sus enemigosâ (2 Samuel cap. 6; Psa 7:1; 1 Crónicas cap. 15). Pablo cita este hecho como refiriéndose a Cristo que ascendió al cielo, y quien es por lo tanto Dios. llevó cautiva la cautividad-Es decir, una banda de cautivos. En el Salmo se trata de los enemigos que fueron hechos cautivos por David. Estos enemigos tipifican los enemigos de Cristo, el Hijo de David: el diablo, la muerte, la maldición y el pecado (Col 2:15; 2Pe 2:4), que son llevados, como si fuera, en procesión triunfal como señal de la destrucción del enemigo. dió dones a los hombres-En el Salmo se dice: âTomaste dones para los hombresâ, hebreo, âentre los hombresâ, es decir, âHas recibido dones para repartir entre los hombresâ; asà como el conquistador reparte, en señal de su triunfo, los despojos del enemigo como regalos entre su pueblo. El reparto de los dones y gracias del EspÃritu dependÃa de la ascensión de Cristo (Joh 7:39; Joh 14:12). Pablo se detiene del todo en medio versÃculo, y no cita: âPara que habite entre ellos Jah Diosâ. Aunque esto, en realidad, se cumple en parte en el hecho de que los creyentes son la âmorada de Dios en EspÃrituâ (cap. 2:22). Pero el Salmo (v. 16) se refiere a que âJehová habitará en Sión para siempreâ. La ascensión de Cristo entre ángeles acompañantes, la cual tiene su contraparte en su segundo advenimiento entre âmiles de ángelesâ (v. 17), acompañado por la restauración de Israel (v. 22), la destrucción de los enemigos de Dios, la resurrección de los muertos (vv. 20, 21, 23), y la conversión de los reinos de este mundo al Señor, en Jerusalén (vv. 29-34).
9. Y que subió ⦠etc.-Pablo razona que ya Cristo es Dios; su ascensión da a entender un descenso previo; y que el lenguaje del Salmo puede referirse solamente a Cristo, quien primero descendió, y después ascendió, porque Dios el Padre no desciende ni asciende. Sin embargo, el Salmo claramente se refiere a Dios (vv. 8, 17, 18). Tiene que ser pues Dios el Hijo (Joh 6:33, Joh 6:62). Cristo mismo declara (Joh 3:13): âNadie subió al cielo, sino el que descendió del cieloâ. Otros, aunque no descendieron previamente, han ascendido; pero a ninguno sino a Cristo puede referirse el Salmo, porque es de Dios de quien se habla. también habÃa descendido ⦠a las partes más bajas de la tierra-La antÃtesis o contraste con la frase âsobre todos los cielosâ, es el argumento de Alford, etc., para demostrar que la frase quiere decir algo más que simplemente la tierra, es decir, las regiones debajo de ella, asà como ascendió no simplemente a los cielos visibles, sino âencima deâ ellos. Además, su propósito de âllenar todas las cosasâ (v. 10, griego, âtodo el universo de cosasâ), podrá dar a entender lo mismo. Pero véase la Nota sobre estas palabras. También el llevar âcautivaâ una âbanda cautivaâ (âcautividadâ) de poderes satánicos, puede dar a entender que el combate se realizó aun en la misma habitación de ellos (Psa 63:9). Cristo, como Señor de todo, tomó posesión primero de la tierra y el mundo invisible bajo ella (algunos opinan que la región de los perdidos está en las partes centrales de nuestra esfera), y luego de los cielos (Act 2:27-28). Sin embargo, todo lo que sabemos seguramente es que su alma en la muerte descendió al Hades, es decir, experimentó la condición usual de los espÃritus de los hombres al morir. El llevar cautivos los poderes satánicos, no se dice que haya sido en su descenso, sino en su ascensión; de modo que no se puede sacar de esto un argumento que compruebe su descenso a las moradas de Satanás. Act 2:27-28, y Rom 10:7, favorecen la opinión de que la referencia es sólo a su descenso al Hades. Asà Pearson sobre El Credo (Phi 2:10).
10. también subió sobre todos los cielos-(Heb 7:26; Heb 4:14). Griego, âatravesó los cielosâ hasta el trono mismo de Dios. para cumplir todas las cosas-âpara llenar todas las cosasâ (en griego la acción continúa hasta el tiempo presente). Para llenarlo todo con su divina presencia y EspÃritu, no con su cuerpo glorificado. âCristo, como Dios, está presente en todas partes; como hombre glorificado, puede estar presente en cualquier parte.â [Ellicott].
11. él mismo dió-El griego es enfático: âEl mismoâ, por su poder supremo, âél es quien dióâ, etc. unos, ciertamente apóstoles-Tradúzcase: â⦠unos a ser apóstoles, y otros a ser profetasâ, etc. Los hombres que ocupaban los puestos, asà como los puestos mismos, eran dones de Dios. [Eadie]. Los ministros no se dieron a sà mismos. Compárese esta lista con 1Co 12:10, 1Co 12:28. Asà como los apóstoles, profetas y evangelistas eran ministros especiales y extraordinarios, asà los âpastores y doctoresâ (maestros) eran los ministros ordinarios y fijos de un rebaño en particular, incluyendo, probablemente a los obispos, presbÃteros y diácones. Los evangelistas eran predicadores itinerario, asà como lo son nuestros misioneros y como lo fué Felipe el diácono (Act 21:8). Son diferentes de los âpastores y maestrosâ fijos (2Ti 4:5). El evangelista fundaba la iglesia; el doctor (maestro) la edificaba en la fe ya recibida. El âpastorâ tenÃa el gobierno y dirección de la iglesia; el mismo funcionario se llamaba también âobispoâ. En cuanto a la revelación, el evangelista testificaba infaliblemente tocante a lo pasado; el âprofetaâ, infaliblemente, tocante a lo futuro. El profeta lo recibÃa todo del EspÃritu; el evangelista, en el caso especial de los Cuatro, recordaba hechos concretos, perceptibles a los sentidos, bajo la dirección del EspÃritu. Ninguna forma única de gobierno eclesiástico como permanentemente inmutable está establecida en el Nuevo Testamento, aunque el orden apostólico de obispos, o presbÃteros, y diáconos, dirigido por superintendentes superiores (llamados obispos después de los tiempos apostólicos), tiene la mejor sanción para creer que ésta era la usanza primitiva. En el caso de los judÃos, un modelo fijo de jerarquÃa y ceremonialismo ligaba al pueblo inalterablemente, el cual era minuciosamente detallado en la ley. En el Nuevo Testamento, la ausencia de direcciones minuciosas para el gobierno y ceremonias de la iglesia indica que no se proyectaba ningún modelo fijo; la regla general en cuanto a ceremonias es obligatoria: âHágase todo decentemente y con ordenâ (véase ArtÃculo 34, Iglesia de Inglaterra); y que fuese provista una sucesión de ministros, no llamados por sà mismos, sino âllamados a la obra por hombres que tengan autoridad pública dada a ellos en la congregación, para llamar y enviar ministros a la viña del Señorâ (ArtÃculo 23). [A nuestro modo de ver, los ministros son âllamados por el EspÃritu Santoâ, no âpor hombres que tengan autoridad en la congregación para llamar y enviarâ; los que son llamados por el EspÃritu luego son reconocidos como tales por la congregación. N. del T.] Que los âpastoresâ aquà eran los obispos y presbÃteros de la iglesia, es evidente por Act 20:28; 1Pe 5:1-2, donde se dice que la función de los obispos y presbÃteros era la de âapacentarâ el rebaño. La palabra âpastorâ se usa para indicar la dirección y gobierno y no meramente la instrucción, por lo cual se aplica a los reyes, antes que a los profetas y sacerdotes (Eze 34:23; Jer 23:4). Véanse los nombres de prÃncipes que están compuestos con el término farnas, que en hebreo quiere decir âpastorâ: Holofernes, Tissafernes (véase Isa 44:28).
12. Para-con miras a; el objeto final. perfección de los santos-o âperfeccionamiento de los santosâ. La palabra griega da a entender corrección de todo lo que sea deficiente, instruyendo y completando en número y en todas sus partes. para-La palabra griega es diferente y significa el objeto inmediato. Véase Rom 15:2 : âCada uno ⦠agrade a su vecino para su bien a edificaciónâ. la obra del ministerio-Griego, âde ministraciónâ, sin el artÃculo. La función del ministerio se presenta en este versÃculo. El bien propuesto respecto a la iglesia (v. 13). La manera de crecimiento (vv. 14, 15, 16). para edificación del cuerpo-como el templo del EspÃritu Santo.
13. Hasta que todos lleguemos-o âalcancemosâ. Alford expresa el orden griego: âHasta que lleguemos todos nosotrosâ. a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios-Alcanzaremos la plena unidad de la fe, cuando todos conozcamos perfectamente a Cristo, el objeto de la fe, en su dignidad más alta como âel Hijo de Diosâ [De Wette] (cap. 3:17, 19; 2Pe 1:5). Aun Pablo no hacÃa cuenta de âhaber alcanzadoâ (Phi 3:12-14). Entre la variedad de dones y la multitud de miembros de la iglesia, la âfeâ de los creyentes debe ser UNA; en contraste con el estado de âniños llevados por doquiera de todo viento de doctrinaâ (v. 14). a un varón perfecto-hasta llegar a ser un âhombre adultoâ (1Co 2:6; Phi 3:15; Heb 5:14); hasta obtener la madurez de adulto; en contraste con el estado de niños (v. 14). No âhombres perfectosâ; porque los muchos miembros no constituyen sino una iglesia unida al Cristo único. a la medida, etc.-La norma de la âestaturaâ espiritual es la âplenitud de Cristoâ, es decir, la que posee Cristo (cap. 1:23; 3:19; comp. Gal 4:19); para que el cuerpo sea digno de la Cabeza, el Cristo perfecto.
14. Que ya no seamos niños fluctuantes-Tradúzcase, âA fin de que â¦â etc. El propósito de la presentación de los dones se expresa aquà negativamente, asà como en el v. 13 se expresa positivamente. llevados por doquiera-interiormente, aun sin viento; como las olas del mar. Asà el griego. Comp. Jam 1:6. de todo viento de doctrina-Las diferentes enseñanzas son los âvientosâ que los llevan de un lugar a otro en un mar de dudas (Heb 13:9; Mat 11:7). por-Griego, âenâ. Es decir âla atmósfera malvada en la cual las diferentes corrientes de doctrina ejercen su fuerza.â [Ellicott]. estratagema-lit., âjuego de dadosâ. El jugador maneja su tiro de modo que salgan los números que mejor le convengan. de hombres-En contraste con la expresión âcon Cristoâ (v. 13), que,⦠emplean con astucia, etc.-Tradúzcase: âastucia en cuanto al sistema metodizado del empeñoâ (âlos ardides del errorâ) [Alford]. Bengel entiende el término âengañoâ o âerrorâ, como que se refiere al âpadre del errorâ, Satanás (comp. cap. 6:11); en relación con su manera oculta de obrar.
15. Antes siguiendo la verdad-o âmanteniendo la verdadâ; palabra contraria a âerrorâ o âengañoâ (v. 14). en amor-La âverdadâ nunca debe ser sacrificada al amor; sin embargo, debe ser mantenida, o practicada, en amor. La verdad en palabra y en obra; el amor en manera y en espÃritu, son la regla del cristiano (comp. vv. 21, 24). crezcamos-del estado de âniñosâ al de âhombres adultosâ. Hay crecimiento sólo en los espiritualmente vivos, no en los muertos. en aquel-para ser incorporados más y más en él, y venir a ser uno con él. que es la cabeza-(cap. 1:22).
16. (Col 2:19). Del cual, todo el cuerpo compuesto-siendo aptamente âcompaginadoâ, como en el cap. 2:21: estando todas las partes en su posición propia, y en relación mutua. y bien ligado entre sÃ-Dando a entender firme consolidación. por todas las junturas de su alimento-Griego, âPor medio de toda juntura de abastecimientoâ; unido gramaticalmente a la frase que sigue: âtoma aumento de cuerpoâ, no con âligadoâ. âPor toda coyuntura ministrante.â Las coyunturas son los puntos de unión de donde el abastecimiento de alimento pasa a los diferentes miembros, proveyendo al cuerpo los materiales para su crecimiento. que recibe según la operación-(Cap. 1:19; 3:7). Según la eficaz operación de la gracia en cada miembro (o, si no, más bien, âsegún la operación de cada uno de los miembrosâ), en proporción a la medida de su falta de alimento. cada miembro-griego, âcada parteâ; cada parte individual. toma aumento de cuerpo-tradúzcase: âopera el crecimiento del cuerpoâ, usándose la misma palabra raÃz de âcrezcamosâ del v. 15.
17. Esto pues digo-Tomando de nuevo la exhortación que habÃa empezado con âYo, pues, ruegoâ, etc. (v. 1). y requiero en el Señor-en quien (como nuestro elemento) hacemos todas las cosas relacionadas con el ministerio (1Th 4:1 [Alford]: Rom 9:1). que no andéis más-âno por más tiempoâ; âque ya noâ (v. 14). como los otros Gentiles-griego, âlos demás gentilesâ. en la vanidad, etc.-como su elemento; contrario a âen el Señorâ. âVanidad de su sentidoâ es el derroche de los poderes racionales en objetos indignos, de los cuales la idolatrÃa es uno de los ejemplos más evidentes. La raÃz de ella es el alejamiento del conocimiento del verdadero Dios (vv. 18, 19; Rom 1:21; 1Th 4:5).
18. Teniendo el entendimiento entenebrecido-Más lit., âEstando entenebrecidos en su entendimientoâ; es decir, su inteligencia, o percepción (comp. cap. 5:8; Act 26:18; 1Th 5:4-5). ajenos-Más bien, âenajenadosâ. Estos dos términos: âenajenadosâ y âentenebrecidosâ, dan a entender que antes de la caÃda ellos en la persona de su primer padre) habÃan sido participantes de la vida y de la luz; pero se habÃan rebelado de la revelación primitiva (comp. cap. 2:12). de la vida de Dios-Aquella vida por la cual Dios vive en su propio pueblo; asà como él era la vida y la luz en Adán, antes de la irrupción de la muerte y las tinieblas en la naturaleza humana; y asà como él es la vida en los regenerados (Gal 2:20). âLa vida espiritual de los creyentes es encendida por la misma vida de Diosâ. [Bengel]. por la ignorancia-Más bien, como el griego, âa causa de la ignoranciaâ, es decir, tocante a Dios. Ignorancia voluntaria, en primer lugar, asà como a sus padres âno les pareció bien tener a Dios en su noticiaâ. Este es el punto de comienzo de su miseria (Act 17:30; Rom 1:21, Rom 1:23, Rom 1:28; 1Pe 1:14). por-âa causa deâ. la dureza de corazón-Asà como la piel se endurece hasta que no es sensible al tacto, también el alma se endurece hasta ser insensible. (Mar 3:5). Donde hay vida espiritual (âla vida de Diosâ), allà hay sentimiento; donde no la hay, hay âdurezaâ.
19. después que perdieron el sentido-Más bien, después de ser âhechos insensiblesâ; sin vergüenza, sin esperanza: el resultado final de un largo proceso de âendurecimientoâ, o sea la práctica habitual del pecado (v. 18). âHabiendo perdido la esperanzaâ, o habiendo llegado a la desesperación, es la lección de la Vulgata: aunque no tan apoyada como nuestra versión, âhabiendo perdido el sentidoâ, que incluye la ausencia de la esperanza (Jer 2:25; Jer 18:12). se entregaron-En Rom 1:24, leemos que âDios los entregó a inmundiciaâ. El hecho de que âellos se entregaranâ, fué castigado de la misma manera. Dios los entregó al pecado retirándoles su gracia impeditiva; su mismo pecado fué hecho su castigo. Ellos se entregaron espontáneamente a la esclavitud de su sensualidad, para aprovechar todo el placer que ella ofrece, como cautivos que han dejado de luchar con el enemigo. Dios los entregó al pecado mas no contra el deseo de ellos; porque ellos se entregaron al pecado primero. [Zanquio]. a la desvergüenza-âlasciviaâ, âimpudiciaâ. Rom 13:13, âdeshonestidadâ; 2Pe 2:18, âdisolucionesâ. La palabra no incluye necesariamente la lascivia; pero quiere decir prontitud desenfrenada para ella y para toda indulgencia de sà mismos. âLos mismos comienzos de la impudiciaâ. [Grocio]. âInsolencia desordenada y capricho disoluto.â [Trench]. para cometer con avidez-Griego, âcon voracidadâ. La impureza y la voracidad, o codicia de ganancia, suelen ir mano a mano (cap. 5:3, 5; Col 3:5); aunque âvoracidadâ aquà incluye toda clase de codicia egoÃsta. toda suerte de impureza-El griego da a entender âcon miras deliberadas de obrar (como si fuese su trabajo u ocupación, no una caÃda accidental en el pecado) impureza de toda suerteâ.
20. no habéis aprendido asà a Cristo-Más bien, âaprendisteisâ. (Phi 3:10). Conocer a Cristo mismo es la gran lección de la vida cristiana: la cual empezaron a aprender los efesios en su conversión. âCristoâ, con referencia a su oficio, se especifica aquà como el objeto de aprendizaje. En el versÃculo siguiente se hace referencia a âJesúsâ como persona.
21. Si empero-Aquà no se insinúa duda: suponiendo lo que no tengo motivo para dudar ⦠etc. lo habéis oÃdo-El âloâ es enfático: oÃdo a él mismo, no meramente oÃdo acerca de él. y habéis sido por él enseñados-Griego, âenseñados en élâ, estando en unión vital con él (Rom 16:7). como la verdad está en Jesús-Tradúzcase en conexión con âenseñadosâ; âY en él habéis sido enseñados puesto que hay verdad en Jesús.â Aquà no tenemos el artÃculo definido en el original. âVerdadâ se usa pues en el sentido más comprensivo, la verdad en su ausencia, y perfección suma, en Jesús; âasà como la verdad está en el, asà habéis sido enseñados en élâ; en contraste con âla vanidad en el sentidoâ de los gentiles (v. 17; comp. Joh 1:14, Joh 1:17; Joh 18:37). Comp. Joh 8:44.
22. A que dejéis-Es decir, âHabéis sido enseñados a que dejéisâ (v. 21). el viejo hombre-vuestra naturaleza antes de la conversión (Rom 6:9). que está viciado conforme a los deseos de error-Más bien, âque se está corrompiendoâ (âpareceâ, comp. Gal 6:8, âcorrupciónâ, es decir, destrucción) conforme a (como podrÃa esperarse de) las concupiscencias del engañoâ. âApetitos engañososâ, J. J. de la Torre. El âengañoâ (âerrorâ) es personificado; y los âdeseosâ, o concupiscencias, son sus servidores e instrumentos. En contraste con la âsantidad de la verdadâ, v. 24, y âla verdad en Jesúsâ, v. 21; y correspondiendo a la âvanidadâ de los gentiles (v. 17). La corrupción y la destrucción están Ãntimamente asociadas. Los deseos de la vieja naturaleza del hombre son sus verdugos, preparándole más y más para la corrupción y la muerte eternas.
23. Y a renovaros-La palabra griega (ananιousthai) da a entender âla continua renovación de la juventud en el hombre nuevoâ. Una palabra diferente (anakaνnousthai) quiere decir ârenovación desde estado viejoâ. en el espÃritu de vuestra mente-Como en el original griego no se halla la palabra griega âenâ, como sà la hay en el v. 17, âen la vanidad de su sentidoâ, es mejor âtraducir aquÃ, âPor el espÃritu de vuestra menteâ, es decir, por nuestra naturaléza espiritual nueva; el principio capital restaurado y divinamente inspirado de la mente. El término âespÃrituâ del hombre se usa en el Nuevo Testamento en su sentido propio, como digno de su lugar y funciones directrices, cuando es un espÃritu con el Señor. El hombre natural, o animal, se describe como âno teniendo el EspÃrituâ (Jud 1:19). [Alford]. âEl espÃritu del hombre,â en este sentido, no se atribuye al hombre no regenerado (1Th 5:23).
24. Y vestir el nuevo hombre-Contrario al âviejo hombreâ que ha de ser âquitadoâ (v. 22). La palabra griega aquà (kainon) es diferente de la del v. 23, âre-novado.â Vestirse no meramente de una naturaleza renovada, sino de una nueva, del todo diferente, una naturaleza cambiada (comp. Col 3:10, Nota). que es criado conforme a Dios, etc.-Tradúzcase: âQue ha sido criado (una vez y para siempre: pues este es el sentido del tiempo aoristo griego: en Cristo, cap. 2:10; de modo que cada creyente no tiene que ser criado otra vez, sino vestido) conforme a (la imagen de) Diosâ (Gen 1:27; Col 3:10; 1Pe 1:15), etc. La imagen de Dios en la cual el primer Adán fué criado originalmente, es restaurada en nosotros mucho más gloriosa en el segundo Adán, la imagen del Dios invisible (2Co 4:4; Col 1:15; Heb 1:3). en justicia-como el elemento del hombre renovado. y en santidad de verdad-Santidad resultante del sincero seguimiento de la âverdad de Diosâ (Rom 1:25; Rom 3:7; Rom 15:8); opuesto a seguir âlos deseos de errorâ, o engaño (griego, v. 22); comp. también v. 21, âverdad en Jesúsâ. âLa justiciaâ es en relación con nuestros semejantes, la segunda tabla de la Ley; âla santidadâ, en nuestra relación con Dios, es la primera tabla de la ley; las observancias religiosas de los oficios de piedad (comp. Luk 1:75). En el pasaje paralelo (Col 3:10) es ârenovado en conocimiento conforme a la imagen del que lo crióâ, etc. Asà como en Colosas el peligro provenÃa de los falsos pretendientes al conocimiento, y se insiste en el verdadero âconocimientoâ que proviene de la renovación del corazón; asà en Efeso, como el peligro provenÃa de la corrupción de costumbres reinante, se hace prominente la renovación en âsantidadâ en contraste con la impureza de los gentiles (v. 19), y âla justiciaâ en contraste con la âlasciviaâ.
25. Por lo cual-Del carácter general del ânuevo hombreâ, resultarán necesariamente los rasgos particulares que ahora se detallan. dejada la mentira hablad verdad-lit., âHabiendo quitado de vosotros la mentiraâ, participio de la voz media, del tiempo aoristo, que indica acción pasada, hecha una vez y no más. âMentiraâ significa âfalsedadâ; en lo abstracto. âHablad verdad cada uno con su prójimoâ, es citado de Zec 8:16. âconâ significa como âmiembros unos con otrosâ. [Stier]. No meramente como miembros de un cuerpo, sino en unión mutua en Cristo, la cual, instintivamente, y no meramente como un mandato externo, lleva a los creyentes a cumplir sus deberes mutuos. Un miembro no puede dañar o engañar a otro sin dañarse a sà mismo, pues todos tienen un interés común y mutuo.
26. Airaos, y no pequéis-Asà la Versión de los Setenta del Psa 4:4. Si surgieran circunstancias que provocasen la ira de parte de vosotros, que sea como la âiraâ de Cristo (Mar 3:5), sin pecado. Nuestros sentimientos naturales no son incorrectos cuando son para alcanzar objetivos legÃtimos, y no exceden a los lÃmites propios. Asà como en la resurrección literal futura, asà en la actual resurrección espiritual no se aniquila ningún elemento esencial nuestro, sino sólo aquello que sea una perversión del modelo original. De modo que la indignación motivada por alguna deshonra hecha a Dios, o algún mal hecho al hombre, es ira justificable. La pasión es pecaminosa (derivada de âpassioâ, sufrimiento; dando a entender que a pesar de que demuestra energÃa, el hombre es en realidad pasivo, pues es esclavo de su ira, en lugar de dominarla). no se ponga el sol sobre vuestro enojo-El âenojoâ es absolutamente prohibido; no asà la âiraâ, la cual, asà como el veneno que se usa algunas veces como medicina, ha de ser usada con grandes precauciones. El sentido de esta sentencia no es que vuestro enojo no os sea imputado si lo rechazáis antes que venga la noche; sino que âno permitáis que ningún enojo (es decir, como el griego, âirritaciónâ personal, o âexasperaciónâ) se mezcle en tu âiraâ, aun cuando ésta sea justa.â [Trench, Synonyms.] âApartadlo antes de la puesta del solâ (cuando empieza el dÃa judÃo), es proverbial por apartarlo inmediatamente antes que empiece otro dÃa (Deu 24:15); también antes de separaros del hermano para pasar la noche, tal vez para nunca encontraros otra vez en este mundo. Asà opina Jona: âNo permitáis que la noche y el enojo contra alguien duerman con vosotros, mas id y reconciliaos con la otra persona, aunque sea él quien cometió la primera ofensa.â No permitáis que vuestro âenojoâ, por la maldad de otro, llegue a tornarse en odio o desprecio o venganza. [Vatablo]
27. Ni deis lugar al diablo-Es decir, ni deis ocasión, o espacio, al diablo, continuando con vuestro âenojoâ. Guardar el enojo durante la obscuridad de la noche, es dar lugar al diablo, el prÃncipe de las tinieblas (cap. 6:12).
28. El que hurtaba no hurte más-Griego, âel que hurtaâ, participio de tiempo presente, aunque la idea podrÃa incluir el pretérito imperfecto. âNo hurte más el hurtadorâ. Los salteadores frecuentaban las montañas en las cercanÃas de Efeso. El término âladronesâ en el Nuevo Testamento, denota a personas de esta clase. antes-No basta el dejar de pecar, sino que el pecador tiene que entrar a un sendero que es del todo opuesto. [Crisóstomo]. El ladrón, cuando se ha arrepentido, debiera trabajar más de lo que le corresponderÃa en caso de que nunca hubiera robado. trabaje-El hurto y la ociosidad se acompañan el uno al otro. obrando ⦠lo que es bueno-en contraste con el hurto, que era lo malo que él hacÃa en su condición anterior. con sus manos-en contraste con el uso anterior de ellas como ladrón. para que tenga de qué dar-El que ha sido ladrón, al arrepentirse debiera ejercer la liberalidad más allá de lo que él ha tomado de otros. Los cristianos en general no deben hacer de la ganancia egoÃsta el objetivo de su empresa honrada, sino la adquisición de los bienes que sean de mayor utilidad para sus semejantes, y el estar independientes de la caridad de otros. Pablo mismo ponÃa en práctica. (Act 20:35; 2Th 3:8) lo que enseñaba (1Th 4:11).
29. Ninguna palabra torpe ⦠etc.-Lit., âinsÃpidaâ, sin âla sal de la graciaâ (Col 4:6). Palabra indigna que luego viene a ser corrupta; incluye âhabladurÃa bobaâ (cap. 5:4). Contraria a la âque es buena para edificaciónâ. sino la que sea buena para edificación-Lit. âpara edificación de la necesidadâ, es decir, para edificación donde se necesita. Oportunamente edificante: según lo requieran la ocasión y las necesidades actuales de los oyentes: unas veces será palabra de censura, otras de consuelo. Aun las palabras buenas en sà deben ser presentadas oportunamente, para que no resulten por nuestra falta dañinas en lugar de útiles. Explica Trench: âNo generalidades vagas, que convendrÃan igualmente bien a miles de casos, y probablemente, igualmente mal: nuestras palabras deben ser como clavos metidos en lugar seguro, palabras convenientes en el tiempo presente y a la persona indicada, y que sean âpara edificación según la ocasiónâ (Col 4:6). para que dé gracia-La palabra hablada âda gracia a los oyentesâ cuando Dios la usa como instrumento suyo para aquel fin.
30. no contristéis al EspÃritu-Una condescendencia a la manera de pensar humana, muy conmovedora. Comp. âhicieron enojar su espÃritu santoâ (Isa 63:10; Psa 78:40); âme provocaronâ (Eze 16:43 : dando a entender su tierno amor por nosotros); y con referencia a los incrédulos endurecidos, âresistÃs siempre al EspÃritu Santoâ (Act 7:51). Este versÃculo se refiere a los creyentes, quienes contristan al EspÃritu al practicar inconsecuencias como las que se mencionan en el contexto, es decir, la conversación corrupta e inútil. con el cual estáis sellados-Más bien, âen el cual habéis sido selladosâ. Asà como en el cap. 1:13, se dice que los creyentes han de ser sellados âenâ Cristo, asà aquà se dice que están sellados âen el EspÃritu Santoâ, quien es uno con Cristo, y quien revela a Cristo en el alma: el griego da a entender que el acto de sellar ya fué hecho de una vez y para siempre. Es el Padre âporâ quien los creyentes, como también el mismo Hijo, fueron sellados (Joh 6:27). Al EspÃritu mismo se representa como el sello (cap. 1:13, véase la Nota en relación con la figura empleada). Aquà el EspÃritu es el elemento en el cual es sellado el creyente, siendo el sello mismo su influencia benévola. para el dÃa de la redención-Siendo guardados salvos hasta el dÃa de la redención, es decir, hasta el dÃa del perfeccionamiento de la redención, en el libramiento del cuerpo, tanto como del alma, de todo pecado y tristeza (cap. 1:14; Luk 21:28; Rom 8:23).
31. Toda amargura-Tanto de espÃritu como de palabras: opuesta al término âbondadâ. y enojo-pasión por un tiempo: opuesto a âbenignosâ. De ahà que Bengel traduce por âenojoâ, aspereza. es ira-Es decir, resentimiento permanente: opuesto a âperdonándoos unos a otrosâ. y voces ⦠etc.-Término comparado por Crisóstomo con un caballo que aira contra su jinete. âLa amarguraâ engendra âenojoâ; âél enojoâ, âiraâ; âla iraâ âvocesâ, y las âvocesâ, âmaledicenciaâ, calumnia, insinuaciones y conjeturas que engendran el mal. La âmaliciaâ es la raÃz secreta de todo mal. âLos fuegos que son alimentados por dentro, y no se manifiestan a los que pasan por fuera, son los que causan más daños.â [Crisóstomo].
32. Sed los unos con los otros benignos ⦠etc. (Luk 7:42; Col 3:12). perdonándoos ⦠como también Dios os perdonó-Dios se ha mostrado âbenigno, misericordioso y perdonador para con vosotrosâ; no es sino justo que vosotros a vuestra vez lo seáis para con vuestros semejantes, quienes no han pecado contra vosotros en tal grado como vosotros habéis errado contra Dios (Mat 18:33). en Cristo-(2Co 5:19). Es Dios en Cristo, quien nos concede perdón. El acto de perdonarnos costó a Dios la muerte de su Hijo. No nos cuesta nada a nosotros perdonar a nuestros semejantes. Dios perdonó el pecado en Cristo una vez y para siempre, y esto viene a ser como un hecho histórico pasado.