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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia Comentario CrÃtico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre John 17". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/commentaries/spa/jfb/john-17.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre John 17". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/
Whole Bible (31)New Testament (6)Gospels Only (1)Individual Books (3)
VersÃculos 1-26
LA ORACION INTERCESORA. Véase la nota acerca del cap. 14:1. Si no hubiera sido escrita esta oración, qué lector reverencial no habrÃa exclamado: â¡Ojalá que hubiera podido oÃr semejante oración tal como se hizo en aquella ocasión, la que dió término a todo su ministerio pasado y formó el punto de transición a las escenas negras que siguieron inmediatamente!â Pero aquà está, y con tal comprobación de los labios del que la pronunció, que nos parece oÃrla de él mismo, más bien que leerla de la pluma de su fiel historiador.
1-3. Estas cosas habló Jesús, y levantados los ojos al cieloââJuan rara vez describe los gestos y las miradas de nuestro Señor, como aquÃ. Pero ésta fué una ocasión cuya impresión fué indeleble, y la mirada hacia arriba no podÃa ser olvidadaâ. [Alford]. Padre, la hora es llegadaâVéase la nota acerca del cap. 13:31, 32. glorifica a tu HijoâPon la honra sobre tu Hijo, aprobándolo, sosteniéndolo, y llevándolo al través de aquella âhoraâ. dado la potestad de toda carneâVéanse las notas acerca de Mateo 11:27; Mateo 28:18. que dé vida eterna a todos los que le disteâVéase la nota acerca del cap. 6:37-40.
3. Esta empero es la vida eterna: que te conozcan, etc.âEsta vida eterna, pues, no es la mera existencia consciente sin fin, sino una vida de conocimiento y trato con Dios en Cristo. ( Job 22:21). el solo Dios verdaderoâel único Dios personal viviente; en contraste glorioso igualmente con el politeÃsmo pagano, el naturalismo filosófico, y el panteÃsmo mÃstico. y a Jesucristo, al cual has enviadoâEste es el único lugar donde nuestro Señor se da este nombre compuesto, después tan común en las predicaciones y escritos apostólicos. Aquà se usan los términos en su significación estrictaââJesúsâ, porque âsalva a su pueblo de sus pecadosâ; âCristoâ, como el ungido con la plenitud inmensurable del EspÃritu Santo para el ejercicio de sus funciones salvadoras (véase la nota acerca de Mateo 1:16); âal cual has enviadoâ, con la abundancia de poder y autoridad divinos para salvar. âLa misma yuxtaposición aquà de Jesucristo con el Padre es una prueba, por inferencia, de la divinidad de nuestro Señor. El conocer a Dios y una criatura no podrÃa ser vida eterna, y tal asociación del uno con la otra serÃa inconcebibleâ. [Alford.]
4, 5. Yo te he glorificado en la tierraâmás bien, âyo te glorifiquéâ, porque la cosa se concibe ahora como pasada. he acabado [âacabéâ] la obra que me diste que hicieseâes muy importante retener en la traducción el tiempo pretérito simple, usado en el original, de otra manera se podrÃa pensar que la obra ya âacabadaâ fuera sólo la que él habÃa hecho antes de pronunciar aquella oración; mientras que se notará que nuestro Señor habla por todo como más allá del escenario actual (v. 12, etc.), y asà habrá que entenderse como incluÃda en su âobra acabadaâ su âsalida, la cual habÃa de cumplir en Jerusalemâ. Ahora puesâen cambio. glorifÃcame túâLos pronombres en los vv. 4, 5. âyo te glorifiquéâ, âglorifÃcame túâ, están colocados en el original en tal forma, cada uno al lado del otro, como para mostrar que lo que el Señor quiere expresar aquà es una perfecta reciprocidad de servicios del Hijo al Padre primero, y después del Padre al Hijo a su vez. con aquella gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo fueseâcuando âen el principio ⦠el Verbo era con Diosâ (cap. 1:1), âel unigénito Hijo ⦠en el seno del Padreâ (cap. 1:18). Con esta gloria preexistente, que él ocultaba en la tierra, pide ser investido de nuevo, siendo hecho el diseño del velo de su gloria, no simplemente como antes, sino ahora en la naturaleza nuestra.
6-8. De orar por si mismo pasa ahora a orar por sus discÃpulos. He manifestado [âmanifestéâ] tu nombreâsu carácter entero para con la humanidad. a los hombres que del mundo me disteâVéanse las notas acerca del cap. 6:37-40. han conocido verdaderamente que salà de tiâVéase la nota acerca del cap. 16:30, 31.
9-14. Ruego por ellosâno como individuos meramente, sino como representantes de todos los tales en toda edad siguiente (véase la nota acerca del v. 20). no ruego por el mundoâporque los discÃpulos le habÃan sido dados âdel mundoâ, de entre el mundo, (v. 6) y ya habÃan sido transformados en lo contrario al mundo. Las cosas pedidas para ellos, en efecto, son aplicables sólo a los tales.
10. todas mis cosas son tus cosas, y tus cosas son mis cosasâlit., âTodas las cosas mÃas son tuyas, y las cosas tuyas son mÃasâ. (Sobre este uso del género neutro, véanse las notas acerca del cap. 6:37-40). La comunidad absoluta de propiedad entre el Padre y el Hijo es expresada aquà tan claramente como pueden hacerlo las palabras. (Véase la nota acerca del v. 5).
11. ya no estoy en el mundo (véase la nota acerca del v. 4), mas éstos están en el mundoâpor decir, âAunque mis luchas están terminadas, las de ellos no; aunque yo he pasado del escenario de la lucha, no puedo separarme en espÃritu de ellos, quienes quedan atrás y sólo están entrando en su gran conflictoâ. Padre santoâexpresión que no usa en otra parte. âPadreâ es su término acostumbrado, pero aquà está prefijado âsantoâ, porque la súplica se dirige a aquella perfección en la naturaleza del Padre, para que âguardeâ a los creyentes de ser contaminados por la atmósfera perversa del âmundoâ dentro de la cual ellos todavÃa están guárdalos por tu nombreâmás bien, âen tu nombreâ; en el ejercicio de aquel carácter benigno y santo por el cual era conocido el Padre. para que sean una cosaâVéase la nota acerca del v. 21.
12. yo los guardaba en tu nombreâactuando como tu representante en la tierra. ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdiciónââNo se da aquà a entender que el hijo de perdición fuese uno de aquellos que el Padre habÃa dado al Hijo, sino más bien lo contrario, cap. 13:18.â [Webster y Wilkinson.] Es asà como en Lucas 4:26, donde no hemos de suponer que la mujer de Sarepta (en Sidón) fuese una de las viudas de Israel, ni que Naamán el siro fuera uno de los leprosos en Israel, aunque el lenguajeâel mismo que aquÃâparece expresarlo. hijo de perdiciónâcondenado a ella. ( 2 Tesalonicenses 2:3; Marco 14:21).
13. Hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sà mismosâen otras palabras: tal como conviene más al santuario Ãntimo que al escenario del conflicto; pero yo estoy hablando asà âen el mundoâ, para que mi gozo, el gozo que yo experimento sabiendo que tales intercesiones han de ser hechas a favor de ellos por su Señor ausente, pueda ser gustado por los que ahora las escuchan, y por todos los que más tarde han de leer el registro de ellas.
15-19. No ruego que los quites del mundoâporque esto, aunque conseguirÃa para ellos la seguridad de sus personas, dejarÃa al mundo sin la bendición que ha de producir su testimonio, sino que los guardes del malâtodo mal en el mundo y del mundo.
16. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundoâVéase la nota acerca del cap. 15:18, 19. Esto se repite aquÃ, para preparar el camino para la petición que sigue.
17. SantifÃcalosâAsà como la petición, âGuárdalosâ era negativa, pidiendo protección del elemento venenoso que rodeaba y presionaba su naturaleza renovada, asà esta petición, âSantifÃcalosâ, es positiva, pidiendo el progreso y el perfeccionamiento de su santificación ya empezada. en tu verdadâla verdad revelada de Dios, como el medio o elemento de la santificación: un dicho de inmensa importancia. tu palabra es verdadâCf. cap. 15:3; Colosenses 1:5; Efesios 1:13.
18. Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado [âlos enviéâ] al mundoâAsà como la misión de ellos era la de llevar a cabo los propósitos de la misión de su Señor, asà nuestro Señor habla de la autoridad en ambos casos como coordinada.
19. Y por ellos yo me santifico [consagro], para que también ellos sean santificados (consagrados)ââLa única diferencia entre la aplicación del mismo término a Cristo y a los discÃpulos es, que, aplicado a Cristo, quiere decir sólo âconsagrarâ; mientras que, aplicado a los discÃpulos, quiere decir âconsagrarâ con la idea adicional de una santificación previa, pues nada sino lo que es santo, puede ser presentado como una ofrenda. Toda la obra de sacrificio de los discÃpulos aparece aquà como el solo resultado de la ofrenda de Cristoâ. [Olshausen]. en verdadâAunque falta aquà el artÃculo, no hemos de traducir, como algunos, âsantificados verdaderamente;â porque la referencia parece clara a âla verdadâ mencionada en el v. 17. (Véase allÃ).
20-23. Mas no ruego solamente por éstosâEsta explicación muy importante, pronunciada en condescendencia a los oyentes y lectores de esta oración en todos los tiempos, se entiende no sólo de lo que sigue, sino de toda la oración. sino también por los que han de creer en mÃâLa mayorÃa de los mejores manuscritos dicen âlos que creenâ, viéndose todo tiempo futuro como presente, mientras que el presente se ve como pasado e ido.
21. Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mÃ, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosaâLa presencia en los creyentes del EspÃritu del Padre y del Hijo es el único vÃnculo perfecto de unión, haciendo una unidad viviente, primero, todos los creyentes entre sÃ; entonces, esta unidad en una más elevada todavÃa, con el Padre y el Hijo. (Nótese, que Cristo nunca se mezcla a sà mismo con sus discÃpulos como se asocia con el Padre, sino que dice: âYo en ellos y ellos en nosotrosâ). para que el mundo crea que tú me enviasteâEntonces la gran impresión sobre el mundo en general, de que la misión de Cristo es divina, ha de ser hecha por la unidad de sus discÃpulos. Claro, entonces, tiene que ser algo que sea visible o perceptible al mundo. ¿Qué es, entonces? No será ciertamente una unidad superficial, mecánica de maquinaria eclesiástica. Porque asà como aquélla puede existir y hasta cierto punto existe entre las iglesias occidentales y orientales, con poco del EspÃritu de Cristo, sÃ, con mucho de lo cual el EspÃritu de Cristo no puede morar, y asà en vez de convencer al mundo más allá de su cÃrculo, de la divinidad del evangelio, esa clase de unión engendra la incredulidad dentro de su propio seno. Pero el EspÃritu de Cristo, iluminando, transformando y reinando en los corazones de los discÃpulos genuinos de Cristo, acercándolos entre sà como miembros de una familia, e incitándolos a una cooperación afectuosa para el bien del mundo; esto es lo que, cuando suficientemente ardiente y extenso, impondrá al mundo el convencimiento de que el cristianismo es divino. Sin duda, cuanto más desaparezcan de entre los cristianos las diferencias, cuanto más puedan ellos ponerse de acuerdo en asuntos de menor importancia, tanto mayor impresión en el mundo se podrá esperar. Pero la impresión no es absolutamente dependiente de esto; porque la unidad viviente y cariñosa a veces se ve más palpablemente aun en medio de diferencias menores, y a pesar de ellas que donde no hay tales diferencias que prueben el poder de su unidad más honda. Sin embargo, mientras esta fraternidad viva en Cristo no se manifieste de manera potente para destruir el sectarismo, el egoÃsmo, la carnalidad y apatÃa que corroen el corazón del cristianismo en todas las secciones visibles de él, en vano esperaremos que el mundo se impresione hondamente por él. Será cuando âel EspÃritu sea derramado sobre nosotros desde lo altoâ. como EspÃritu de verdad y amor, y sobre todas partes del territorio cristiano por igual, disolviendo diferencias y animosidades, encendiendo asombro y vergüenza por la esterilidad pasada, provocando anhelos de afecto universal y ansias por un mundo sumido en maldad, incorporándose formas palpables y medidas activas: será entonces cuando podremos esperar que sea producido el efecto aquà anunciado. ¿No deberÃan meditar sobre estas cosas los cristianos? ¿no deberÃa estar en ellos âla misma mente que estaba también en Cristo Jesúsâ sobre estos asuntos? ¿no deberÃa ser suya la oración de él? (Los que asà hablan, muchas veces son los más responsables por las divisiones que existen. SÃ, debemos estar unidos âen Cristoâ, pero no en fórmulas sacerdotales o eclesiásticas, no bajo la dominación clerical. La unión o unidad en Cristo tendrá que ser también de libertad en Cristo. Nota del Trad.)
22. Y yo, la gloria que me diste [âhas dadoâ] les he dado; para que sean una cosa como también nosotros somos una cosaâLa última cláusula explica el sentido de la primera. No es la gloria futura del estado celestial, sino el secreto de aquella unidad actual de que se acaba de hablar; la gloria, pues, de la presencia en los creyentes del EspÃritu de Cristo; la gloria de un estado aceptado, de un carácter santo, de toda gracia.
23. Yo en ellos, y tú en mÃ, para que sean consumadamente una cosaâVéase la nota acerca del v. 21.
24-26. Padre ⦠quieroâLa majestad de este estilo de hablar es bien clara. Ninguna crÃtica despreciable será capaz de deshacerlo sino en los lectores superficiales y pervertidos. ellos estén también conmigoâVéase la nota acerca del cap. 14:3. para que vean mi gloria que me has dadoâ(Véase la nota acerca del v. 5. ¡Cristo considera que para nosotros será gloria suficiente que nos sea permitido ver y contemplar para siempre la gloria de él! Esta es âla visión beatÃficaâ; pero no será mera visión, porque âseremos semejantes a él, porque le veremos como él esâ. 1 Juan 3:2, Joel 3:2.
25. Padre justo, el mundo no te ha conocido [âno te conocióâ] mas yo te he conocido [âyo te conocÃâ], y éstos han conocido [âconocieronâ] que tú me enviasteâAsà como antes dijo Jesús âPadre Santoâ, cuando querÃa ostentar aquella perfección ante los discÃpulos (v. 11), asà aquà lo llama âPadre justoâ, porque está invocando su justicia, para hacer una distinción entre aquellas dos clases diametralmente contrarias, âel mundoâ, de la una parte, que no âquiso conocer al Padreâ, aunque éste fué traÃdo tan cerca en el Hijo de su amor, y, de la otra parte, él mismo, quien reconoció y poseÃa al Padre, y aun sus discÃpulos, quienes reconocieron su misión como de parte del Padre.
26. yo les he manifestado [âles manifestéâ] tu nombreâen su ministerio pasado. y manifestaréloâtodavÃa en medida más grande, por el don del EspÃritu Santo en Pentecostés y durante todas las edades sucesivas. para que el amor con que me has amado [âamasteâ] esté en ellos, y yo en ellosâEste amor eterno del Padre, reposando primero en Cristo, por su EspÃritu es comunicado a todos los que creen en él y establece morada permanente en ellos; y âél estando en ellos y ellos en élâ (cap. 15:5), son âun espÃrituâ. âCon este pensamiento sublime el Redentor termina su oración por sus discÃpulos, y en ellos por los creyentes durante todas las edades. El ha resumido en los últimos momentos que tiene para conversación con los suyos, los sentimientos más sublimes y gloriosos jamás pronunciados por labios mortales. Pero apenas hubo muerto el sonido de la última palabra, cuando pasa con los discÃpulos sobre el arroyo Cedrón a GetsemanÃ, y el amargo conflicto continúa. La semilla del mundo nuevo tendrá que ser sembrada en la muerte, para que desde ahà brote la vidaâ. [Olshausen.]