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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto CortesÃa de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 2 Timothy 3". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://studylight.org/commentaries/spa/pmc/2-timothy-3.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre 2 Timothy 3". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://studylight.org/
Whole Bible (30)New Testament (6)Individual Books (2)
VersÃculo 1
CONTENIDO
El Apóstol en este CapÃtulo, predice tiempos peligrosos. Habla de ciertos enemigos de la verdad y termina con una cálida recomendación de las Sagradas Escrituras, como sabios para la salvación.
VersÃculos 1-9
(1) ж También debes saber esto, que en los últimos dÃas vendrán tiempos peligrosos. (2) Porque los hombres serán amadores de sà mismos, codiciosos, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impÃos, (3) Sin afecto natural, rompedores de tregua, falsos acusadores, incontinentes, feroces, despreciadores de los que son bueno, (4) traidores, embriagadores, altivos, amadores de los placeres más que amadores de Dios; (5) Teniendo apariencia de piedad, pero negando su eficacia; a los tales, apártate.
(6) Porque de esta clase son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujeres tontas cargadas de pecados, llevadas por diversas concupiscencias, (7) Siempre aprendiendo y nunca capaces de llegar al conocimiento de la verdad. (8) Ahora bien, como Jannes y Jambres resistieron a Moisés, asà también estos resisten la verdad: hombres de mente corrupta, réprobos en cuanto a la fe. (9) Pero no avanzarán más, porque su necedad será manifiesta a todos, como también la de ellos.
Tenemos aquà una terrible profecÃa de tiempos horribles. Y como no lleva fecha, tenemos autoridad para aplicarlo a cualquier perÃodo, sÃ, y a cada perÃodo de la Iglesia, donde se pueda descubrir una correspondencia, entre la predicción y lo que parece ser el cumplimiento. Ha sido casi la costumbre de los comentaristas hacer una aplicación muy general de lo que aquà se dice a la Iglesia de Roma.
Y sin duda muchos de los personajes pertenecen a esa sede. Los méritos de las obras y superación; el orgullo y la blasfemia, la forma sin el poder de la piedad; los que se introducen sigilosamente en las casas y llevan cautivas a las mujeres tontas; con confesiones, purgatorio, penitencia y similares que distinguen ese credo; Son altas demostraciones, que el Apóstol tenÃa en mente, tal profesión de religión, cuando escribió estas palabras en este CapÃtulo.
Pero, ¿habÃa sido esta herejÃa la única de la que se habla aquà en relación con los peligrosos tiempos de los últimos dÃas? No debà haber creÃdo necesario detenerme en ello con alguna observación en este Comentario del pobre. Pero convencido como estoy, de que la verdadera Iglesia de Cristo tiene tanto que aprehender el peligro de otros lugares en las apóstatas circundantes; y que, a menos que me equivoque mucho, el EspÃritu Santo en este pasaje de las Escrituras tenÃa en mente más inmediatamente; No puedo considerarme justificado al pasar por alto el pasaje que ahora tenemos ante nosotros, como si la Sede de Roma solo se refiriera, cuando realmente creo que nuestros peligros son mayores de otras fuentes, en y entre nosotros, y que el espÃritu de profecÃa en esta escritura , los tenÃa en contemplación.
En la anterior EpÃstola de Pablo a Timoteo, (CapÃtulo 4 y el primer versÃculo y siguientes), ya expresé mis pensamientos sobre algunas de las herejÃas de los últimos dÃas. Por tanto, no será necesario ampliar este lugar. Descartaré el tema con sólo observar; que lo que Dios el EspÃritu, por medio de su siervo el Apóstol, ha dicho aquÃ, es suficiente, seguramente, para mantener a todo hijo de Dios alerta, para esos tiempos peligrosos aquà predichos; que si no han llegado ya (como deberÃa parecer claramente que lo están), no pueden estar muy lejos y pueden estar cerca de hecho.
Queda un gran consuelo para la verdadera Iglesia de Cristo, consolar a sus miembros durante los momentos más espantosos; es decir, su seguridad eterna no está en peligro. Si fuera posible, dice Jesús, engañarÃan a los mismos elegidos. Marco 13:22 . Pero la manera de expresarse de nuestro Señor prueba que es imposible. Y sin embargo, aunque seguro, que ninguno de los pequeños de Cristo perecerá; basta con afectar profundamente al pueblo de Dios, ante la perspectiva de esos tiempos espantosos, que amenazan la indignación del Señor en una tierra pecaminosa.
IsaÃas 1:4 . El alma justa o Lot estaba molesta con la conversación sucia de los impÃos en su dÃa, 2 Pedro 2:7 . Moisés tenÃa sus Jannes y sus Jambres para oponerse a él con sus encantamientos. Ãxodo 7:11 .
Y David habla de rÃos de lágrimas corriendo al contemplar las infracciones hechas por los impÃos a la santa ley de Dios. Salmo 119:136 . Y si el Señor quitara de nosotros el candelero de oro de las ordenanzas; o entregar a los Profesores a su forma, como habla Pablo aquÃ, totalmente desprovistos de todo el poder de la piedad: ¡muy espantosas serán las consecuencias, aunque la seguridad eterna de la Iglesia de Cristo no puede verse afectada! Pero me abstengo de insistir en el tema.
¡Precioso Jesús! haz como has dicho. Cuida tu Iglesia y riégala en todo momento. ¿Mantenerla dÃa y noche, para que nadie la lastime? IsaÃas 27:2 . Si el Lector desea un dulce CapÃtulo de consuelo sobre este tema, lo remito a SofonÃas 3:1 .
VersÃculos 10-13
Ruego al lector que se dé cuenta del bendito alivio que el EspÃritu Santo le propone aquà a Timoteo, a partir de la melancólica declaración que los versÃculos anteriores habÃan dado, en el ejemplo de su fiel servidor el Apóstol. El carácter único de Pablo fue suficiente para derribar a una gran cantidad de herejes y para quitar de la mente de Timoteo toda preocupación por la apostasÃa de tales personajes. Y lo mismo es igualmente válido ahora.
Porque lo que de hecho son todas las herejÃas de la generación actual, pero todas surgidas de la misma estirpe mortal, en la caÃda del hombre. VarÃan en sus ramas, en forma y forma; pero sus orientaciones son todas iguales. Aparecen de manera diferente a nuestra vista ciega, con el fin de engañar con más astucia; pero todos surgen de esa apostasÃa original. Las Verdades gloriosas, de las que depende el ser mismo del Evangelio, son tan poco consideradas por la generalidad de los Profesores, que rara vez se escuchan; y cuando fue escuchado, en su mayor parte, por la gran masa de la gente, no creyó y cuestionó.
Los hombres evitan insistir en los rasgos distintivos de nuestra santa fe. A la gente le encanta que su vino se mezcle con agua. Y con demasiada frecuencia, para complementar el picor de oÃdos de tales hombres, las benditas doctrinas, que son la vida del alma, se guardan en un segundo plano.
Que tal es el caso, es evidente por la quietud y el silencio, en el que ha caÃdo la masa. Pablo dice en este relato de sà mismo a Timoteo, que habÃa conocido plenamente su doctrina, su forma de vida, sus largos sufrimientos, persecuciones, aflicciones y cosas por el estilo. Y se opone a todo esto, al carácter de los que tenÃan una forma, pero no el poder de la piedad. El Apóstol habrÃa escapado a estas persecuciones si hubiera contemporizado con tales hombres.
Pero debido a que simplemente predicó a Cristo en el amor electivo de Dios el Padre, el amor desposorio y redentor de Dios el Hijo, y el amor regenerador de Dios el EspÃritu, qué persecuciones, dice el Apóstol, soporté. Pero Lector, ¿se supo alguna vez, en alguna época de la Iglesia, que un predicador fue perseguido por felicitar la bondad de los hombres a expensas de la verdad de Dios? ¿Alguna vez el fariseo se sintió ofendido por las exhortaciones dadas al pueblo, mientras pensaba que, por muy necesarias que fueran para los demás, no las querÃa él mismo?
Todos los que no conocen la plaga de su propio corazón, no disfrutarán de las doctrinas que tienden a llevar a un nivel, a toda la raza Adán, en el presente estado caÃdo; y bastante amargura se manifestará de todo ese cutis, al Predicador que clama la perfección de la criatura, y exalta sólo al Salvador. Tan igualmente seguro es ahora, en el dÃa de hoy, como lo fue en los dÃas de Pablo, que todos los que vivan piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecución.
VersÃculos 14-17
(14) Pero persevera en las cosas que has aprendido y de las que te has asegurado, sabiendo de quién las has aprendido; (15) Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. (16) Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia: (17) Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Qué hermoso cierre hace el Apóstol, en su consejo a Timoteo, como una seguridad por gracia de la apostasÃa general de los tiempos de entonces. Y lo mismo es igualmente válido ahora. Una continuación en el deleite y disfrute de todas las grandes Verdades de Dios, debe seguir la enseñanza divina. Y Pablo no habla de ello, como si fuera dudoso. AquÃ, de hecho, reside la gloria distintiva de un estado regenerado, marcado por todas las profesiones en llamas, vacÃo de él en el mundo.
El hijo de Dios sabe que la inspiración de la Escritura es tal, por la correspondencia de lo que se dice en ella se adhiere a su propio corazón. Y el triple testimonio, que el Apóstol describe en otra parte, del EspÃritu Santo; la palabra sagrada, y su propio corazón, confirma todo lo que aprende de Dios. 2 Corintios 13:1. Pero donde no hay enseñanza divina; ninguna obra de Dios el EspÃritu, al regenerar la naturaleza caÃda; allà permanece la ceguera del corazón, inconmovible, y estalla la amargura en una variedad de direcciones contra esa predicación, que contiende por la fe que una vez fue entregada a los santos; y no deja lugar para que se envanezca la justicia del fariseo. ¡Lector! Rogad a Dios EspÃritu Santo que esté siempre bajo la enseñanza del Señor, a fin de que en sus benditas Escrituras seáis sabios para la salvación mediante la fe que es en Cristo Jesús.
VersÃculo 17
REFLEXIONES
¡LECTOR! mientras el Apóstol habla asà a la Iglesia, de los tiempos peligrosos que vendrán, no digamos con Juan: Hijitos, es la última vez. Y como hemos escuchado que el Anticristo vendrá, incluso ahora hay muchos Anticristos; por lo que sabemos eso, es la última vez. ¡Pero lector! ¿Quién puede oÃr lo que el amado Apóstol ha añadido a esta solemne Escritura, sin la más dolorosa preocupación? Salieron de nosotros, ¡pero no eran de nosotros! Es bastante angustiante que el EspÃritu nos diga en profecÃa que la Iglesia será asaltada por herejÃas en la dispensación de los últimos dÃas; y que somos de esas últimas edades en las que aparecen esas herejÃas, pero que se diga, que incluso en las Iglesias, donde se profesa la verdad como es en Jesús, se levantarán hombres hablando cosas perversas para arrastrar a los discÃpulos tras ellos;
¡Pero lector! no pases por alto la seguridad de los fieles. Esa unción del Santo, que poseen todos los hijos de Dios verdaderamente regenerados en Cristo, enseña todas las cosas y guardará al pueblo del Señor; y el maligno no los tocará. Ãsta es nuestra promesa. Y bendita promesa que es, en este presente malvado dÃa.
¿Y no bendeciremos tú y yo a Dios el EspÃritu tanto por la información como por los medios de seguridad? ¿No vemos en este capÃtulo suficientes marcas de carácter para discernir las señales de los tiempos, para juzgar a los siervos fieles del Señor de los que complacen el tiempo? Donde vemos hombres que se aman a sà mismos, orgullosos, jactanciosos y demás; y una delgadez de alma entre el pueblo, que se contenta con la apariencia de la piedad, pero niega e ignora su poder; y cuando contrastamos tal estado, con el que Pablo describe de sà mismo, (y que más o menos menos debe distinguir a todos como Pablo), cuya doctrina y forma de vida no pueden sino engendrar odio, malas palabras y persecución; de todos los fariseos y meros profesores nominales de religión; no son los diferentes personajes claramente definidos, como atraÃdo por un rayo de sol? Bendito sea Dios EspÃritu Santo, por su bondadosa predicción de aquellos tiempos peligrosos; y por su divina enseñanza de su pueblo para probar los espÃritus y discernirlos.
¡Lector! estemos esperando a la puerta de la sabidurÃa, en estos terribles dÃas de herejÃa. Y miremos y veamos cómo los hombres malos y los engañadores, entre los fariseos y los meros Profesores, van de mal en peor; más miserables, más flacos de alma, engañando a hombres como ellos, no al pueblo de Dios, y siendo ellos mismos engañados. Y las Santas Escrituras de nuestro Dios, que son útiles para todo al hombre de Dios, estén cada dÃa en nuestras manos, mientras Dios el EspÃritu instruye a nuestro corazón; para que seamos hallados de ese feliz número, fortalecidos por la gracia, en la fe que es en Cristo Jesús.