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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia Comentario CrÃtico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Matthew 27". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/commentaries/spa/jfb/matthew-27.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Matthew 27". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/
Whole Bible (28)New Testament (6)Gospels Only (1)Individual Books (3)
VersÃculos 1-66
JESUS ES LLEVADO ANTE PILATOâREMORDIMIENTO Y SUICIDIO DE JUDAS. (Pasajes paralelos, Marco 15:1; Lucas 23:1; Juan 18:28, etc.)
Jesús es Llevado ante Pilato (vv. 1, 2). Para su exposición, véase el comentario sobre Juan 18:28, etc.
Remordimiento y Suicidio de Judas (vv. 3-10). Esta porción es peculiar al evangelio de Mateo. Para el progreso del sentimiento de culpa del traidor, véanse los comentatarios sobre Marco 14:1 y Juan 13:21.
3. Entonces Judas, el que le habÃa entregado, viendo que era condenadoâLa condenación de Jesús, aunque no era inesperada, bien podrÃa haberlo llenado de horror. Pero tal vez este hombre infeliz esperaba que, mientras que él recibÃa el dinero del soborno, el Señor se escaparia milagrosamente de entre las manos de sus enemigos, asà como lo habÃa hecho algunas veces antes. Si pensaba de esta manera, su remordimiento debió haber sido más agudo. volvió arrepentidoâpero como el resultado tristemente lo manifiesta, en lugar de haber experimentado un arrepentimiento genuino, éste fué semejante al âdolor del sigloâ que âobra muerteâ ( 2 Corintios 7:10). volvió ⦠las treinta piezas de plata a los prÃncipes de los sacerdotes y a los ancianosâEsta es una ilustración notable del poder de una conciencia despertada. HacÃa corto tiempo, la promesa de este dinero sórdido fué tentación suficiente a su corazón codicioso para sobrepujar las obligaciones más abrumadoras del deber y del amor; ahora, la posesión del mismo le azota tanto que no puede hacer uso de él, ni aun tenerlo.
4. Diciendo: Yo he pecado entregando la sangre inocenteâ¡Qué testimonio en favor de Jesús! Judas habÃa estado con él en todas las circunstancias durante tres años; su puesto, como tesorero de Jesús y los Doce ( Juan 12:6), le habÃa proporcionado oportunidades peculiares para observar el espÃritu, la disposición y los hábitos de su Maestro; mientras que su naturaleza codiciosa y prácticas propias de ladrón le inclinarÃan a interpretaciones obscuras y sospechosas, más bien que francas y generosas, de todo cuanto Jesús decÃa y hacÃa. Si Judas, pues, hubiera podido echar mano de un solo aspecto cuestionable en todo lo que él habÃa contemplado durante tanto tiempo, podemos estar seguros de que nunca se habrÃa escapado de sus labios una exclamación como ésta, ni hubiera sido impelido a tal grado por el remordimiento, y hubiera podido retener el dinero y sobrevivir su crimen. Mas ellos dijeron: ¿Qué se nos da a nosotros? Viéraslo túââQue sea culpable o inocente, no nos importa. Ahora ya lo tenemos en nuestro poder. ¡Fuera!â ¿PodÃan haberse pronunciado jamás palabras tan infernales?
5. Y arrojando las piezas de plataâLa contestación sarcástica y diabólica que él recibió, en lugar de hallar la simpatÃa que tal vez esperaba, profundizó su remordimiento hasta la agonÃa. en el temploâen el templo propio, llamado comúnmente âel santuarioâ, o âel lugar santoâ, en el cual sólo los sacerdotes podÃan entrar. ¿Cómo ha de explicarse esto? Tal vez él arrojó el dinero tras los sacerdotes que estaban en el templo, sin en trar él mismo. Pero asà fueron cumplidas las palabras del profeta: âY tomé las treinta piezas de plata, y âechélas en la casa de Jehová al tesoreroâ ( MalaquÃas 11:13). partióse; y fué, y se ahorcóâVéase, para conocer los detalles, el comentario sobre Hechos 1:18.
6. Y los prÃncipes de los sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lÃcito echarlas en el tesoro de los donesââel Corbánâ, la caja que contenÃa el dinero dedicado a usos sagrados (Véase el comentario sobre el cap. 15:5)âporque es precio de sangreâ¡Qué escrupulosos son ahora! Pero aquellos escrúpulos puntillosos hicieron que ellos inconscientemente cumpliesen las Escrituras.
9. Entonces se cumplió lo que fué dicho por el profeta JeremÃas, que dijoâ( MalaquÃas 11:12). Nunca fué una profecÃa tan complicada que de otra manera hubiera quedado obscura y sin esperanza, cumplida más maravillosamente. Se han presentado varias suposiciones para explicar cómo fué que Mateo atribuyera a JeremÃas una profecÃa hallada en el libro de ZacarÃas. Pero como con este libro Mateo estaba muy familiarizado, habiendo citado una de sus profecÃas más importantes acerca de Cristo sólo un poco más arriba (cap. 21:4, 5), la cuestión tiene más interés crÃtico que verdadera importancia. Tal vez la verdadera explicación es la siguiente, la cual fué tomada de los escritos de Lightfoot: âJeremÃas antiguamente ocupaba el primer lugar y por esto se menciona sólo a él en el cap. 16:14 y como era el primero en el tomo de los profetas (como sabemos por el erudito David Kimchi), siempre se mencionaba a él primero. Cuando Mateo, pues, presenta un versÃculo de ZacarÃas atribuyéndolo a JeremÃas, sólo cita las palabras del tomo de los profetas bajo el nombre del que estaba primero en el tomo de los profetas. A esta categorÃa pertenece una sentencia de nuestro Salvador ( Lucas 24:44): âque era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mà en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmosâ ya que en el Libro de âHagiógrafaâ, los Salmos fueron puestos en primer lugarâ.
11-26. JESUS ES LLEVADO OTRA VEZ ANTE PILATOâESTE TRATA DE SOLTARLO, PERO AL FIN LO ENTREGA PARA SER CRUCIFICADO. (Pasajes paralelos, Marco 15:1; Lucas 23:1; Juan 18:28). Para su exposición, véanse los comentarios sobre Lucas 23:1 y Juan 18:28.
27-33. JESUS, DESDEÃOSA Y CRUELMENTE TRATADO POR LOS SOLDADOS, ES LLEVADO A SER CRUCIFICADO. (Pasajes paralelos, Marco 15:16; Lucas 23:26; Juan 19:2, Juan 19:17). Para su exposición, véase el comentario sobre Marco 15:16.
34-50. LA CRUCIFIXION Y MUERTE DEL SEÃOR JESUS. (Pasajes paralelos, Marco 15:25; Lucas 23:33; Juan 19:18). Para su exposición, véase el comentario sobre Juan 19:18.
51-66. LAS SEÃALES Y CIRCUNSTANCIAS QUE SIGUEN A LA MUERTE DE CRISTOâEL SEÃOR ES BAJADO DE LA CRUZ Y SEPULTADOâSU SEPULCRO ES VIGILADO. (Pasajes paralelos, Marco 15:38; Lucas 23:47; Juan 19:31).
El Velo Rasgado (v. 51).
51. Y he aquÃ, el velo del templo se rompió en dos, de alto a bajoâEste era el velo grueso y esplendorosamente labrado que colgaba entre el âlugar santoâ y âel lugar santÃsimoâ, excluyendo toda entrada a la presencia de Dios, quien se manifestaba âsobre la cubierta, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonioâ ( Ãxodo 25:22), âdando en esto a entender el EspÃritu Santo, que aun no estaba descubierto el camino para el santuarioâ ( Hebreos 9:8). A este lugar santÃsimo ninguno podÃa entrar, ni aun el sumo sacerdote, quien sólo entraba una vez al año en el gran dÃa de la expiación, y entonces sólo con la sangre de la expiación en sus manos, la cual rociaba âhacia la cubierta siete vecesâ ( LevÃtico 16:14), para dar a entender que la entrada para los pecadores a un Dios santo se obtiene sólo por la sangre de la expiación. Pero como no tenÃan sino la sangre de toros y cabritos, la cual no podÃa quitar los pecados ( Hebreos 10:4) durante todas las largas edades que antecedieron a la muerte de Cristo, permanecÃa este velo grueso en su lugar; continuaba derramándose la sangre de toros y cabritos, y una vez por año la entrada a la presencia de Dios, por medio de un sacrificio expiatorio, era permitida en figura, o más bien, era representada dramáticamente en estos actos simbólicos, y nada más. Pero ahora, habiendo sido provisto el único Sacrificio expiatorio en la sangre preciosa de Cristo, la entrada a este Dios santo no podÃa ser negada más; y por esto, en el momento en que la VÃctima expiró sobre el altar del Calvario, aquel velo grueso, que por muchas edades habÃa sido el espantoso sÃmbolo de la separación entre Dios y los hombres culpables, sin que lo tocara mano humana, âse rompió en dos, de alto a bajoâ, misteriosamente, âdando en esto a entender el EspÃritu Santoâ, que AHORA está âdescubierto el camino para el santuarioâ ¡Cuán enfática la palabra, âde alto a bajoâ como diciendo: âVenid resueltamente ahora al trono de la Gracia: el velo está del todo quitado; el propiciatorio está accesible a la mirada de los pecadores, y el camino a él está rociado por la sangre de Aquel que âpor el EspÃritu eterno se ofreció a sà mismo sin mancha a Diosâ! ( Hebreos 9:14) Antes, el entrar allà se castigaba por la muerte; ahora, el quedarse fuera, significa la misma muerte. Véase más sobre este tema glorioso en el comentario sobre Hebreos 10:19.
Un Terremoto - Las Rocas Hendidas - Los Sepulcros Abiertos, para que Pudieran Salir los Santos que DormÃan en Ellos, después de la Resurrección de su Señor. (vv. 51-53)
51. y la tierra temblóâPor lo que sigue, parecerÃa que aquel terremoto fué local, teniendo por objeto hendir las rocas y abrir los sepulcros. y las piedras se hendieronâLa creacion fÃsica estaba proclamando sublimemente, al mandato de su Hacedor, la conmoción por la cual estaba pasando el mundo moral, en el momento más crÃtico de toda su historia. Roturas y grietas extraordinarias aun pueden ser vistas en las rocas que se hallan cerca de este lugar.
52. Y abriéronse los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habÃan dormido, se levantaronâEstos santos dormidos (véase la nota sobre 1 Tesalonicenses 4:14) eran creyentes del tiempo del Antiguo Testamento, quienes, según la puntuación usual en nuestra versión fueron vueltos a la vida en el momento de la muerte de nuestro Señor, mas quedaron en sus sepulcros hasta la resurrección de él, cuando salieron. Pero es mucho más natural, según pensamos, y consonante con otros pasajes bÃblicos, entender que sólo las sepulturas fueron abiertas, probablemente por el terremoto, al morir nuestro Señor, y esto sólo como preparación para la salida subsiguiente de los que dormÃan en ellas, cuando el EspÃritu de vida entrara en ellos por su Señor resucitado, y junto con él salieran como trofeos de su victoria sobre la tumba. AsÃ, al abrirse los sepulcros en el momento que expiraba el Redentor, fué hecha una proclamación simbólica gloriosa de que la muerte que acababa de efectuarse habÃa âsorbida a la muerte con victoriaâ; ( 1 Corintios 15:54) y ya que los santos que dormÃan en ellos podÃan ser despertados sólo por su Señor resucitado para acompañarlo en su salida de la tumba, era propio que âel Autor de la vidaâ ( Hechos 3:15) fuese el primero en resucitar de entre los muertos ( Hechos 26:23; 1 Corintios 15:20, 1 Corintios 15:23; Colosenses 1:18; Apocalipsis 1:5).
53. vinieron a la santa ciudadâaquella ciudad donde habÃa sido condenado aquél en virtud de cuya resurrección ellos ahora estaban vivosây aparecieron a muchosâpara que hubiese evidencia innegable de la resurrección de ellos, y por medio de ésta, evidencia de la resurrección de su Señor también. Asà que como no fué considerado propio que el apareciera otra vez en Jerusalén, salvo a sus discÃpulos, fué hecha provisión para que el hecho de la resurrección no fuese dejado en duda. Debe notarse, sin embargo, que la resurrección de aquellos santos dormidos no fué como la del hijo de la viuda de NaÃn, de la hija de Jairo, de Lázaro y del hombre que ârevivió, y levantóse sobre sus piesâ, cuando su cuerpo muerto tocó los huesos de Elieso ( 2 Reyes 13:21), las que fueron meras revocaciones temporales del espÃritu alejado, al cuerpo mortal, para ser seguidas por una separación final del cuerpo, hasta el toque de âla final trompeta.â ( 1 Corintios 1:52). Pero ésta fué una resurrección una vez por todas, a vida eterna; y asà no hay lugar para dudar de que ellos fueron a la gloria con su Señor, como trofeos brillantes de la victoria de él sobre la muerte.
El Testimonio del Centurión (v. 54).
54. Y el centuriónâel superintendente militar de la ejecuciónây los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremotoâo más bien, al sentir y ver sus efectosây las cosas que habÃan sido hechasârefiriéndose a toda la transacción en contra de Cristo.âtemieron en gran maneraâconvencidos de la presencia de la Mano Divinaâdiciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era ésteâNo puede haber duda de que esta expresión fué hecha en el sentido judaico, y que se refiere a la declaración que habÃa hecho Jesús de que él era el Hijo de Dios, y de la cual su condena expresamente dependÃa. El sentido, pues de esta expresión, es que estaban convencidos de que Jesús era lo que profesaba ser; en otras palabras, que no era un impostor. No hay lugar para un término medio entre estas dos creencias. Véase también el comentario sobre el testimonio del ladrón penitente: âmas éste ningún mal hizoâ ( Lucas 23:41).
Las Mujeres de Galilea (vv. 55, 56).
55. Y estaban allà muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habÃan seguido de Galilea a Jesús, sirviéndoleâAsà como estas buenas mujeres habÃan ministrado a Jesús durante sus gloriosos viajes misioneros en Galilea (véase el comentario sobre Lucas 8:1), parece, por este pasaje que ellas lo acompañaron y ministraron a sus necesidades desde Galilea en su viaje final a Jerusalén.
56. Entre las cuales estaban MarÃa Magdalenaâ(Véase la nota sobre Lucas 8:2)ây MarÃa la madre de Jacobo y de Joséâla esposa de Cleofas, o más bien Clopas, y hermana de MarÃa, madre de Jesús ( Juan 19:25). Véase el comentario sobre el cap. 13:55, 56. y la madre de los hijos de Zebedeoâes decir, Salomé; compárese con Marco 15:40. Todo esto se menciona acerca de las mujeres por lo que después ha de ser relatado acerca de que compraban especias con qué embalsamar el cuerpo del Señor. [Más probable es que hubiese cuatro mujeres al pie de la cruz ( Juan 19:25). La hermana de la madre del Señor serÃa Salomé, a quien Juan no nombra por ser ella madre suya. Los dos hijos de la otra MarÃa y Cleopas no son los supuestos âprimos de Jesúsâ. Otro Jacobo y otro José con Judas y Simón eran hijos de Maria y José y hermanos uterinos de Jesús ( Mateo 13:55). Nota del Trad.].
El Descenso de la Cruz y la Sepultura del Cuerpo de Jesús. (vv. 57-60). Para la exposición de esta porción, véase el comentario sobre Juan 19:38.
Las Mujeres Van al Lugar Donde es Sepultado su Maestro Para Poder Reconocerlo al ir a Ungir el Cuerpo (v. 61).
61. Y estaban allà MarÃa Magdalena, y la otra MarÃaââla madre de Jacobo y Joséâ, mencionada antes (v. 56)âsentadas delante del sepulcroâVéase el comentario sobre Marco 16:1.
El Sepulcro Guardado (vv. 62-66).
62. Y el siguiente dÃa, que es después de la preparaciónâes decir, después de las seis de la tarde de nuestro sábado (las dieciocho horas, según la notación de algunos paÃses). La crucifixión fué ejecutada el dia viernes, y terminó un poco antes de la puesta del sol, cuando empezaba el dÃa de descanso de los judÃos; y aquel sábado âera el gran dÃa del sábadoâ ( Juan 19:31), siendo el primer dÃa de la fiesta de los panes ázimos. Como el dÃa viernes terminaba a las seis de la tarde, ellos se apresuraron a cumplir su misión.
63. Diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañadorâNunca, dice Bengel, encontramos que los dirigentes del pueblo llamen a Jesús por su nombre propio. Sin embargo, aquà se revela cierta inquietud, la cual uno casi creerÃa que ellos trataban de extinguir en su propia mente y en la mente de Pilato, en caso de que él tuviera alguna sospecha de haber obrado mal al acceder a la voluntad de ellos.âdijo, viviendo aúnâEste es un testimonio importante pronunciado por los labios de sus enemigos más acérrimos, el cual prueba la realidad de la muerte de Cristo, que es la piedra fundamental de la religión cristiana. Después de tres dÃasâEsta expresión. según la manera acostumbrada judaica de calcular, significa: âdespués del comienzo del tercer dÃaâ. resucitaréâlit., âresucitoâ, en tiempo presente: informando asà no sólo el hecho de que esta predicción de Cristo habÃa llegado a oÃdos de ellos, sino que ellos entendÃan que Jesús esperaba confiadamente que sucederÃa en el dÃa que él habÃa mencionado.
64. Manda, pues, que se asegure el sepulcroâpor una guardia romanaâhasta el dÃa terceroâdespués del cual, si él todavÃa quedaba en el sepulcro, la falsedad de sus pretensiones serÃa evidente a todosâporque ⦠y digan al pueblo: Resucitó de los muertosâ¿ TemÃan ellos esto en realidad?âY será el postrer error peor que el primeroâla impostura de su resurrección fingida serÃa peor que la de su pretendida misión mesiánica.
65. Y Pilato les dijo: Tenéis una guardiaâLos guardas ya habÃan obrado bajo las órdenes del SanedrÃn, con el consentimiento de Pilato; pero probablemente los judÃos no entendÃan claramente si debÃan usarlos para velar el sepulcro durante la noche sin autorización expresa de Pilato. id, aseguradlo como sabéisâo en la forma que creáis más segura. Aunque no se dejara sentir ironÃa en su discurso, evidentemente insinuaba que, si los resultados no eran de acuerdo con sus deseos, no serÃa por falta de recursos humanos para evitarlo.
66. Y yendo ellos, aseguraron el sepulcro, sellando la piedraâla que, según Marcos ( Juan 16:4), era âmuy grandeââcon la guardiaâpara que lo vigilasen. ¿Qué más podrÃan hacer los hombres? Pero mientras ellos tratan de impedir la resurrección del âAutor de la Vidaâ, Dios hace uso de las precauciones de ellos para los propios fines de él. El sepulcro de piedra, asegurado con sellos, conservarÃa los restos del Hijo de Dios, libres de toda indignidad, en reposo tranquilo, sublime; mientras que los centinelas serÃan su guardia de honor hasta que llegasen los ángeles a ocupar el lugar de los soldados.