Lectionary Calendar
Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
video advertismenet
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
StudyLight.org has pledged to help build churches in Uganda. Help us with that pledge and support pastors in the heart of Africa.
Click here to join the effort!
Click here to join the effort!
Bible Commentaries
Sinopsis del Nuevo Testamento de Darby Sinopsis de Darby
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Estos archivos están en el dominio público.
Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre 1 Thessalonians 2". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://studylight.org/commentaries/spa/dsn/1-thessalonians-2.html. 1857-67.
Darby, John. "Comentario sobre 1 Thessalonians 2". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://studylight.org/
Whole Bible (32)New Testament (5)Individual Books (4)
VersÃculos 1-20
Establecidos estos grandes principios, el apóstol, con corazón abierto y rebosante, apela a todo su andar entre ellos como prueba de haber andado en el mismo espÃritu que en el caso de ellos se regocijaba. No es que los exhortara. otros, aprovechándose de su afecto, para su propio beneficio. No es que los animara a soportar las aflicciones, sin tener él mismo valor para sufrir las mismas.
Maltratado e insultado en Filipos, se atrevió en Dios a renovar sus ataques contra el reino de las tinieblas en Tesalónica, y eso con gran energÃa. No habÃa usado palabras halagadoras para ganárselos; habÃa puesto la verdad delante de ellos, como siendo él mismo el siervo de Dios. Ãl habÃa trabajado con sus propias manos, para no ser una carga para ellos. Todo estaba ante Dios a la luz y por la energÃa del EspÃritu Santo, y en un espÃritu de devoción; aun cuando deseaba que caminaran como sabÃan que él habÃa caminado entre ellos, de manera santa, justa e intachable; como también los habÃa exhortado, con todo cariño y ternura, a andar como es digno de Dios, que los habÃa llamado a su reino y gloria.
Volvemos a ver en esta expresión la estrecha relación del cristiano, en su carácter individual, con Dios. Tiene su parte en el reino y la gloria de Dios, y su conducta debe convertirse en tal posición. Aquà es su propia posición en relación con Dios, como antes lo era su relación con Dios y el Señor Jesús.
El apóstol habla luego de los medios por los cuales este mundo de nuevos pensamientos fue adquirido por el cristiano. Era que Dios habÃa hablado para revelarse a Sà mismo y Sus consejos. Dios le habÃa encomendado el evangelio a Pablo ( 1 Tesalonicenses 2:4 ), y él habÃa actuado como si estuviera en la presencia de Dios y fuera responsable ante Ãl.
Los tesalonicenses también, por su parte, habÃan recibido la palabra, no como la palabra de Pablo, sino como la palabra del mismo Dios dirigida a ellos por boca de Pablo. Es interesante, como para nosotros también un pensamiento serio, observar que (en cuanto a la manifestación del poder de Dios aquà abajo), aunque la obra es de Dios, el fruto del trabajo de sus siervos responde al carácter y profundidad de ese trabajo mismo Asà se establecen los lazos de gracia, y comunión; hay entendimiento mutuo.
El trabajo manifiesta al obrero. El trabajador se regocija en lo que su corazón habÃa deseado para las almas que son el fruto de su trabajo; y estos saben apreciar el andar y el trabajo del trabajador, reconociendo el poder de la gracia en aquel que fue el medio para llevarlos a esta posición; y los unos y los otros, conociendo a Dios, se regocijan en la comunión de su gracia.
Pablo estaba en gran medida con Dios en su propia alma y en su obra. En consecuencia, los tesalonicenses habÃan recibido la palabra con el mismo poder; y ellos con él, estaban asà en comunión con Dios según ese poder y esa intimidad.
Vemos aquÃ, de paso, a los judÃos privados de esta relación con Dios, el remanente de ese pueblo recibido, y sufriendo la enemistad de la masa. Los elegidos de entre los gentiles despertaron, por su parte, la hostilidad de sus compatriotas por el testimonio que dieron contra el prÃncipe de este mundo en su andar cristiano, y por su confesión de un Cristo celestial, un Cristo a quien el mundo habÃa rechazado.
La religión de los judÃos se habÃa convertido en puro celo de los demás. La pretensión de la posesión exclusiva de privilegios religiosos muy preciosos cuando se disfrutaban con Dios como testimonio de su favor, no era más que un manantial de odio, cuando Dios en la plenitud de su soberana gracia escogió bendecir a otros que no tenÃan derecho a nada. . Por esta pretensión exclusiva negaron los derechos de Dios, que antes los habÃa elegido como pueblo; negaron su gracia, según la cual obraba con los pecadores, y que habrÃa sido fuente de mejores bendiciones para ellos.
Pero mientras tanto, su negativa a entrar habÃa trasladado el escenario de nuestras esperanzas y nuestros gozos de la tierra al cielo, donde conocemos al Señor, y donde Ãl permanecerá hasta que venga a hacer valer sus derechos sobre la tierra. Antes de afirmarlas, Ãl nos llevará consigo.
Mientras tanto, la palabra de Dios es la fuente de nuestra confianza, la revelación de la gloria, de la verdad y del amor. Es poderoso en los que creen. Los judÃos son apartados. Por su oposición a la gracia hacia los gentiles, habÃan tomado la posición de enemistad contra Dios en la gracia, y la ira vino sobre ellos al extremo. TodavÃa no se ejecutó; pero se habÃan puesto en esta posición. No era solo que habÃan quebrantado la ley, ya habÃan matado a sus profetas que les fueron enviados en gracia; ya habÃan inmolado al Cristo, Jesús el Señor.
Solo la gracia soberana podrÃa traer un remedio. Esto lo resistieron; porque, según esa gracia, Dios fue bueno con los gentiles, y les concedió, al mismo tiempo que a ellos mismos, mejores privilegios que los que habÃan perdido. Por lo tanto, la ira finalmente vino sobre ellos como nación. Los cristianos disfrutaban ahora de mejores privilegios en lugar de los judÃos.
No es aquà el momento de explicar los tratos futuros de Dios con el remanente de ese pueblo. El apóstol habla aquà del pueblo, para mostrar que los únicos en relación con Dios eran los cristianos que habÃan recibido la palabra. Fue la recepción de la palabra por la fe, y nada más, lo que puso a las almas realmente en relación con Dios. Se encontró que los privilegios hereditarios eran, en su naturaleza, oposición a la gracia y la soberanÃa, y por lo tanto al carácter y derechos de Dios mismo; porque Dios es soberano, y Dios es amor.
La palabra revela la gracia; se obedece creyéndolo. Y puesto en relación con Dios, el cristiano camina en su comunión y en sus caminos, y espera al Hijo, en quien se ha revelado a los hombres. Este es el fruto de lo que el cristiano ha recibido al creer principio eficaz de vida y luz de Dios para el camino.
El apóstol bendijo a Dios porque fue asà con los tesalonicenses; y habiendo aclarado este punto, vuelve al gozo de su comunión con ellos en la bendición positiva que les habÃa traÃdo la revelación de Dios en sus corazones por la palabra, gustosamente los hubiera visto gozar de esta comunión en el trato con ellos cara a cara; pero mientras fue por la palabra solamente que el conocimiento de Dios fue obtenido en una palabra por fe mientras el Señor estuvo ausente, otro resultado fluyó de este hecho; a saber, que estos goces estaban mezclados con el conflicto, sin embargo, el conflicto que, aunque a los ojos del hombre interrumpÃa el disfrute, lo hacÃa más dulce, más real, conservaba su carácter celestial, y hacÃa al Señor mismo, de quien no podÃan separarse, el centro, el punto común en el que se unÃan los corazones,
¡Esperanza gozosa, felicidad santa, vÃnculo poderoso del corazón con Cristo! Cuando Ãl sea todo, nuestro gozo será completo y todos los santos lo poseerán. Pablo deseó haberlos vuelto a ver, y lo hizo incluso dos veces, pero Satanás se lo impidió. Llegará el momento en que disfrutará plenamente de ellos y de su labor entre ellos, viéndolos en plena posesión de la gloria a la venida de Cristo.
En el mismo apóstol, cuando estaba en Tesalónica, la vida cristiana se desarrollaba plenamente en el amor y en la santidad. Ãl habÃa estado entre ellos con ternura, como una madre acaricia a sus hijos; listo para impartirles no solo el evangelio sino incluso su propia vida, tan queridos eran para él. HabÃa sido al mismo tiempo santo y sin mancha en toda su conducta. ¡Qué energÃa de vida y de amor brotando por el poder de Dios, sin importar todas las consecuencias excepto la bendición de los elegidos y la gloria de Dios! Esta es la verdadera vida cristiana.
El corazón, no lleno de dudas por la incredulidad, sino fuerte en la fe, cuenta con Dios para servir a Dios. Asà el amor es libre, fuera de sà por Dios, prudente y lleno de consideración sólo por el bien de los demás. ¡Y qué lazos crea esto! La persecución sólo acelera el trabajo al obligar a ir a otra parte, cuando tal vez el trabajador estarÃa tentado a disfrutar de los frutos de su trabajo en la sociedad de aquellos que habÃan sido bendecidos a través de él.
(Compárese 1 Tesalonicenses 2:2 ). Aunque ausente, el corazón del apóstol todavÃa estaba ligado a ellos; se acordó de sus amados; oró por ellos; bendijo a Dios por la gracia que les habÃa concedido; asegurándose con gozo, cuando pensaba en ello, de su porción en gloria como los elegidos de Dios. ( 1 Tesalonicenses 1:3-4 ; 1 Tesalonicenses 2:13 )
El vÃnculo se mantuvo firme; y estando obstruido el camino para el goce presente de la comunión personal por las artimañas de Satanás (con permiso de Dios), su corazón se elevó más alto, y buscó la plena satisfacción de la carencia que le producÃa el amor, en el momento en que Cristo presente en Su poder deberÃa haber removido todos los obstáculos y cumplido los propósitos de Dios con respecto a los santos; cuando su amor deberÃa haber dado en ellos todos sus preciosos frutos; y cuando Pablo y sus amados hijos en la fe disfrutaran juntos de todo lo que la gracia y el poder del EspÃritu deberÃan haber obrado en ellos.
Incapaz por el momento de satisfacer los deseos de su corazón al verlos, fue a esa hora que Pablo miró. Y observa que, si lo hace, es porque su corazón ya estaba lleno de ella para sà mismo. El poder del EspÃritu, actuando de acuerdo con la verdad, conduce siempre el corazón a esa hora. Impulsa al corazón a trabajar en amor en medio de este mundo, hace asà que se realice la oposición de las tinieblas de este mundo a la luz (ya sea por parte del hombre o del prÃncipe de las tinieblas), y nos hace siempre sentir la necesidad de aquel dÃa de luz, cuando el mal ya no esté presente para impedir la felicidad del hombre nuevo en el goce del bien, en la comunión con los amados de Dios y, sobre todo, en el goce de los la presencia de su Salvador glorificado, que lo ha amado,
Es Ãl quien es la fuente y el objeto de todos estos afectos, quien los sostiene y nutre, quien los atrae siempre hacia Sà con sus perfecciones y con su amor, y, en las penas de la vida cristiana, lleva el corazón asà hacia adelante. el dÃa de nuestro estar con Ãl, hasta el dÃa de Su venida, cuando el corazón estará libre para ocuparse de todo lo que nos une a Ãl sin interrupción. Este pensamiento de Su presencia tiene el dominio, cuando el corazón está fresco en el gozo divino de la redención.
Encontramos esto aquÃ. Nos convertimos para esperar en Ãl (cap. 1); disfrutaremos de la comunión de los santos y del fruto de nuestro trabajo cuando Ãl regrese (cap. 2); ese dÃa da su fuerza y ââsu medida a nuestros pensamientos respecto a la santidad (cap. 3); destruye la angustia del corazón que de otro modo acompañarÃa la muerte de los santos (cap. 4); es para ese dÃa que somos guardados. (cap 5) La venida del Señor, la presencia de Jesús, llena pues el corazón del creyente, cuando la vida brota en su frescura lo llena de una gozosa esperanza, cuyo cumplimiento resplandece ante nuestros ojos, allà donde se encuentran todos nuestros los deseos se cumplirán.
Volviendo al final del capÃtulo 2, el vÃnculo que Satanás trató de romper interrumpiendo su disfrute fue más bien fortalecido al conectarlo con la venida del Señor. La corriente del EspÃritu, contra la cual se le habÃa permitido levantar este dique, aunque fuera de su lecho natural, no podÃa ser detenida, porque sus aguas siempre fluyen; brotaban en oleadas que enriquecÃan todo a su alrededor, tomando rumbo hacia aquel mar que contenÃa la plenitud de aquellas aguas y alimentaba la fuente de donde brotaban.
Debe observarse aquÃ, que los frutos especiales de nuestro trabajo no se pierden; se encuentran de nuevo en la venida de Cristo. Nuestro principal gozo personal es ver al Señor mismo y ser como Ãl. Esta es la porción de todos los santos; pero hay frutos particulares en relación con la obra del EspÃritu en nosotros y por nosotros. En Tesalónica, la energÃa espiritual del apóstol habÃa llevado a un número de almas a Dios ya esperar a Jesús, ya una estrecha unión en la verdad consigo mismo.
Esta energÃa serÃa coronada a la venida de Cristo por la presencia de estos creyentes en la gloria como fruto de sus labores. Dios coronarÃa asà la obra del apóstol dando un sorprendente testimonio de su fidelidad en presencia de todos estos santos en la gloria; y el amor que habÃa obrado en el corazón de Pablo serÃa satisfecho al ver su objeto en la gloria y en la presencia de Jesús. SerÃan su gloria y gozo. Este pensamiento estrechó aún más los lazos que los unÃan y consoló al apóstol en medio de sus trabajos y sufrimientos.