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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario del Pobre Hombre de Hawker Comentario del Pobre Hombre
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto CortesÃa de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
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Texto CortesÃa de BibleSupport.com. Utilizado con Permiso.
Información bibliográfica
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Matthew 8". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://studylight.org/commentaries/spa/pmc/matthew-8.html. 1828.
Hawker, Robert, D.D. "Comentario sobre Matthew 8". "Comentario del Pobre Hombre de Hawker". https://studylight.org/
Whole Bible (30)New Testament (4)Gospels Only (1)Individual Books (3)
VersÃculo 1
Tenemos aquà al SEÃOR JESÃS confirmando su palabra por milagros. Jesús limpia a un leproso, sana al siervo del Centurión, la suegra de Pedro, con muchos otros; Calma las olas del mar, echa fuera demonios de dos pobres criaturas; y les permite entrar en los cerdos.
VersÃculos 1-4
Aunque Mateo registra este acto de purificar al leproso como el primero de los milagros de CRISTO, no tenemos autoridad para concluirlo, porque Juan registra el primer milagro que tuvo lugar en la fiesta de bodas. Juan 2:14 . Y Marcos y Lucas no lo colocan en el mismo orden. Marco 1:40 ; Lucas 5:12 .
Y algunos han pensado que este hombre era Simón el Leproso. Mateo 26:6 . Pero los puntos principales a considerar en la historia de la purificación de este hombre serán más de nuestro propósito de atender. La lepra era una enfermedad tan peculiar, que siempre se la consideró como una señal de disgusto divino en quienes la visitaban.
Por eso, Miriam, la hermana de Aarón, quedó prendada de ella. Números 12:10 , etc. Giezi el siervo de Eliseo. 2 Reyes 5:27 . UzÃas, rey de Judá. 2 Crónicas 26:19 , etc.
Y como se consideró que la enfermedad venÃa del Señor en el juicio, los judÃos consideraron ilegal cualquier intento de curarla. Esta era la única prerrogativa del Señor. 2 Reyes 5:7 . Añádase a esto que las personas infelices a las que afligÃa fueron excluidas y excluidas toda comunión civil y religiosa.
Ahora bien, lo que la lepra es para el cuerpo, eso es pecado para el alma. Nadie más que Dios puede perdonar al pecador, y nada más que la sangre de Cristo puede limpiar al pecador. De modo que toda nuestra naturaleza, a causa del pecado, es lepra ante Dios. La representación de esta limpieza fue establecida por la Ley. LevÃtico 14:1 .
Pero es el Evangelio de CRISTO, que nos da la única cura posible en la persona, obra y justicia de Dios nuestro Salvador. Ezequiel 36:25 , etc. 1 Juan 1:7
Esta pobre criatura, que vino a JESÃS, es el representante de todo pobre pecador, cuando está convencido de la lepra del pecado, por la enseñanza de DIOS el ESPÃRITU SANTO. Tal persona está convencida de la habilidad de CRISTO, porque Dios el Hijo le ha enseñado quién CRISTO y qué CRISTO es capaz de realizar. Pero parece que la fe de este hombre era escasa; porque aunque no tenÃa ninguna duda de la habilidad de CRISTO, tenÃa dudas de si el HIJO de DIOS la ejercitarÃa con él.
Señor, (dijo), si quieres, puedes limpiarme. Ruego al lector que observe esta debilidad de la fe. Quizás mi lector sepa algo de lo mismo en su propia experiencia. Y si es asÃ, que el Señor ponga un clamor en su corazón, para que pueda decir con los Apóstoles: ¡Señor! aumenta nuestra fe! Pero cuando haya hecho esto, mire a JESÃS, en su ternura hacia este pobre hombre, y observe que la debilidad de su fe no refrenó la misericordia y el poder de CRISTO.
Porque se nos ha dicho que JESÃS extendió la mano y lo tocó, diciendo: Quiero, sé limpio; y luego su lepra quedó limpia. Le ruego al Lector que observe conmigo, no solo el acto de gracia de la curación de CRISTO, sino que también lo toque al hacerlo. ¡Tocando a un leproso! ¡SÃ! Jesús, aunque hecho a semejanza de carne de pecado, no contrajo ninguna de nuestras contaminaciones al tomar nuestra carne. Su pureza sin mancha no puede ser contaminada por una unión con nuestra naturaleza.
El sol brilla e imparte todo su calor, curaciones y propiedades vivificantes, pero sin embargo no contrae ninguna contaminación de los objetos de la colina de estiércol a los que comunica esas bendiciones. Y JESÃS derrama su influencia bienaventurada, que marchita el pecado y limpia el alma, sin estar contaminado con las enfermedades de las iglesias contaminadas y las almas contaminadas, en las que brilla y en las que se levanta, como el Sol de justicia, con sanidad en su alas. MalaquÃas 4:2
El precepto que le dio el Señor, de no decirle a nadie de su curación, parece haber tenido la intención de no ocultar el conocimiento de la misericordia que habÃa recibido del mundo; pero sólo para que primero se lo diera a conocer al sacerdote, como habÃa ordenado la ley. Nuestros primeros reconocimientos por todas las misericordias, y especialmente por las misericordias espirituales, en la salvación de nuestras almas por el SEÃOR JESUCRISTO, se deben al SEÃOR.
Jesús, nuestro Sumo Sacerdote Todopoderoso, el Autor y Dador de nuestras bendiciones, es lo primero en ser observado y reconocido en nuestras bendiciones. Pero cuando se hace esto, es un estado de ánimo adecuado para llamar al mundo entero a la contemplación de la bondad divina hacia nosotros. Venid acá y escuchad todos los que teméis a DIOS, y os contaré lo que ha hecho por mi alma. Salmo 66:16 .
VersÃculos 5-13
Tenemos aquà otro de CRISTO. milagros. Capernaum era una ciudad de Galilea, no lejos de Nazaret. Un centurión era un oficial entre los romanos. Este hombre tenÃa un sirviente enfermo, de parálisis.
Lucas, en su relato de este caso, dijo que el sirviente era querido por su amo. Lucas 7:2 etc. Sea como fuere, parece que el centurión, aunque era gentil, tenÃa tales puntos de vista de CRISTO, que nadie más que el SEÃOR podrÃa haberle dado. ¡Lector! qué pensamiento tan precioso es para nosotros, los pobres gentiles; que en CRISTO JESÃS no hay judÃo ni griego; fianza ni libre; porque todos somos uno.
Y si somos de Cristo, entonces somos simiente de Abraham y herederos según la promesa. Gálatas 3:28 . Si detengo al lector un momento más en la contemplación de este milagro de JESÃS, será para observar dos o tres de los rasgos sorprendentes en la fe de este hombre. Tal era su aprensión del poder de CRISTO, que dijo que era innecesario que JESÃS viniera a ver al paciente; porque solo su palabra curarÃa.
¿Qué podrÃa Manifestar su creencia en la DIOSA DE CRISTO más que esto? Y su sentido de su propia indignidad, se convirtió en otro testimonio de las opiniones que tenÃa de JESÃS. Hay una gran belleza, asà como un fuerte razonamiento, de la que se valió el centurión, respetando el ejercicio del poder de CRISTO. Como los soldados bajo su mando deben ir o venir a su antojo; asà que todo el ejército de enfermedades, él sabÃa, estaba bajo el control de CRISTO.
¡Piensa, lector! ¿Qué fe debió haber en este gentil? ¡No pase por alto Mateo 8:11 en este pasaje! Pero si tal fue la fe del centurión, ¿qué gracia tiene toda la manifestación de la persona de JESÃS, el gran Autor y Dador de la fe, de quien el centurión habÃa recibido cada porción de ella? ¡Oh! Tú, querido SEÃOR, aumenta nuestra fe.
VersÃculos 14-17
¡Qué hermosa representación se hace aquÃ, en una breve brújula, del hermoso y amoroso JESÃS! ¡Con una palabra solo el Señor sanó! Pensar en. su soberanÃa: piensa en su gracia. Y que el lector no pase por alto lo que se dice de que tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras dolencias. Observen, les ruego, se dice, que Ãl mismo lo hizo. JESUCRISTO personalmente hizo esto. Es la Persona de CRISTO, como Dios-hombre, en este caso, debemos tenerlo siempre presente.
No la persona del PADRE, ni la persona del ESPÃRITU SANTO, porque ninguna de esas personas gloriosas tomó nuestra naturaleza: sino la persona de JESÃS, Dios-Hombre-Mediador. Y deseo sinceramente que el Lector se detenga un momento sobre la maravillosa relación. Ãl mismo tomó nuestras dolencias y llevó nuestras dolencias. En sà mismo, no habÃa posibilidad de que se enfermara; porque la enfermedad es el único efecto del pecado; y como no hubo mancha de pecado en su naturaleza santa, no podrÃa haber enfermedad, que es la única consecuencia del pecado; sin embargo, como por imputación él cargó con nuestros pecados; asà que por compasión soportó nuestras enfermedades.
SÃ, en este sentido, él sabÃa y sentÃa más lo que son el pecado y los dolores del pecado y la enfermedad que los pecadores mismos por quienes los llevó. Porque asà como JESÃS sostuvo a las personas de sus redimidos; por eso sostuvo sus dolores. Aquel que sintió todo el peso y la carga de sus pecados, y la ira divina como garantÃa, debe haber sabido más, y sentido más, tanto de la amargura del pecado mismo como de todos los espantosos efectos del mismo que todo el cuerpo de los pecadores. .
Y si, como se dice, el alma justa de Lot se enfadó con la conversación sucia de los impÃos, dÃa tras dÃa ( 2 Pedro 2:7 ), ¿cuáles debieron haber sido los sentimientos del Señor JESÃS, durante toda su vida sobre tierra al contemplar los pecados de sus redimidos y que él mismo llevó y por los que se dio a sà mismo en rescate.
¡Lector! No descarte este punto de vista del pasaje anterior de que primero ha considerado la apertura más bendita que nos da de la persona de nuestro Señor. Y permÃtanme agregar, que de todos los argumentos bajo la gracia del ESPÃRITU SANTO, para abstenerse de cometer pecado en el pueblo del Señor, este es el más alto y el mejor. ¡Oh! ¡Qué triste regreso para un amor tan inigualable! Un hijo de DIOS bien podrÃa decir con José, cuando es tentado, ¿cómo puedo hacer esta gran maldad y pecar contra DIOS?
Génesis 39:9 ; Romanos 8:13 .
VersÃculos 18-22
Como este es el primer lugar en el Evangelio, nos encontramos con la frase Hijo del HOMBRE, en referencia a la persona de CRISTO; y especialmente como es una frase que al SEÃOR JESÃS le agradaba usar con frecuencia y en la que se deleitaba; Ruego al lector que no se lo pase apresuradamente. No pretendo hablar decididamente sobre ello, pero sin embargo, humildemente preguntarÃa: ¿No se complació el HIJO de DIOS en mostrar con ello su maravillosa condescendencia y su maravilloso amor por nuestra naturaleza? ¡Piensa, lector! qué cariño de carácter es en JESÃS.
Tú y yo bien podrÃamos superar la sorpresa de Salomón. Pensó que era un asunto, como podÃa, de infinita sorpresa, que el SEÃOR condescendiera a morar por su presencia llena de gracia en el templo. Pero si Salomón hubiera vivido para ver, como tú y yo lo hemos hecho, DIOS tabernáculo en la sustancia de nuestra carne, ¿qué habrÃa dicho entonces? ¡Precioso JESÃS, habita en mÃ, reina y domina en mÃ, y sé mi DIOS, y hazme ser tu siervo! En medio de esta gran multitud, y en medio del avance de uno y el atraso de otro, ¿cuán pocos realmente siguieron a CRISTO? Los muertos en delitos y pecados, a la verdad entierran a sus muertos; porque tener una mente carnal es muerte. Y todos los que no tienen Cristo y no han sido regenerados, están muertos mientras viven. 1 Timoteo 5:6 .
VersÃculos 23-27
Qué hermosa representación se da aquà de la naturaleza doble de CRISTO. ¡Mirad al hombre, en su naturaleza humana, durmiendo! He aquà la DIOSA, en su naturaleza divina, reprendiendo a los vientos y al mar. Dejemos que el infiel mire esto y se pregunte, ¿quién sino el Creador podrÃa dominar asà las poderosas aguas? Que el hijo de Dios no pase por alto el dulce consuelo que trae consigo el pasaje, para silenciar todos los vientos y tormentas de la vida.
JESÃS puede, en su opinión, estar desatento, como si no lo hubiera escuchado, cuando el barco de la vida en el que está embarcado se esté llenando de olas, y cuando en la angustia de su alma esté clamando: SEÃOR, salva, o yo. perecer. Pero recuerde, Dios encarnado está con usted en la vasija, y él llevará todo hasta el momento de la liberación. Entonces hará por ti, como lo hizo en este caso con sus discÃpulos, se levantará y reprenderá tanto a los vientos como a los mares y habrá una gran calma. Las tormentas de miedo y las tormentas de tentación deben amainar por orden de JESÃS.
VersÃculos 28-34
Nos encontramos con la relación de este milagro, y algo más particularmente ampliado, en Marco 5:1 . Por lo tanto, remito al lector a esa parte de mi comentario para mis observaciones al respecto. Solo detengo al lector por el momento, para observar, que el lugar, aunque mencionado de manera diferente, es uno y el mismo. Mateo lo llama aquà el paÃs de los gergesenes.
Marcos y Lucas lo llaman el paÃs de los gadarenos. Pero como estaba en el lago de TiberÃades, justo enfrente de Galilea, es solo uno y el. mismo. Fue llamado en los dÃas de Josué, y de hecho mucho antes, el paÃs de los gergeseos. Génesis 15:21 ; Deuteronomio 7:1 ; Josué 3:10 . La versión sirÃaca le dio el nombre de Gadarenos: Gergesce y Gadara, era la misma ciudad.
REFLEXIONES.
¡LECTOR! deja que tú y yo miremos, y contemplemos las maravillas de nuestro Dios obrador de maravillas. Ver al leproso limpiado; el paralÃtico sanó; la fiebre rabiosa reprimida; sÃ, los vientos, el mar y los demonios, en un momento traÃdos bajo la palabra de nuestro JESÃS. Pero no nos detengamos aquÃ. El que limpió al pobre leproso en su cuerpo, puede y limpiará toda la lepra del alma en su pueblo. El que dio fuerza a la parálisis de la naturaleza, puede y hará saltar como un ciervo a los lisiados de alma; y todos los deseos febriles de sus redimidos, JESUS ââdominará.
¡Oh! ¡Tú, misericordioso Dios de nuestra salvación! ¡Ninguna tormenta del infierno, ni tormentas de corrupción moradora, ni tormentas del mundo ahogarán a tu pueblo! JESÃS, aunque por un momento puede parecer a nuestras mentes impacientes como distraÃdo, pero ha dicho: Por el suspiro de los pobres y la opresión de los necesitados, ahora me levantaré, dice Dios. Y ¡oh! con qué ternura y con qué afecto entra el SEÃOR JESÃS en todas las preocupaciones de sus redimidos.
En verdad, Señor, se puede decir de ti, tú mismo tomas nuestras debilidades y llevas nuestras enfermedades. ¡Oh! ¡Da tu presencia continua con nosotros! y nunca, nunca SEÃOR, salgas de nuestras costas.