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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario de Coke sobre la Santa Biblia Comentario de Coke
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Matthew 23". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://studylight.org/commentaries/spa/tcc/matthew-23.html. 1801-1803.
Coke, Thomas. "Comentario sobre Matthew 23". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://studylight.org/
Whole Bible (29)New Testament (4)Gospels Only (1)Individual Books (3)
Introducción
Cristo amonesta al pueblo a seguir la buena doctrina, no el mal ejemplo de los escribas y fariseos: sus discÃpulos deben tener cuidado con su ambición; denuncia ocho ayes contra la hipocresÃa y la ceguera de ellos; y profetiza la destrucción de Jerusalén.
Anno Domini 33.
VersÃculos 1-2
Entonces habló Jesús, etc.â Debido a que nuestro Salvador habÃa mencionado la conquista final y la destrucción de sus enemigos, que iban a ser puestos por estrado de sus pies, se volvió hacia sus discÃpulos y, a oÃdos de todo el pueblo, les advirtió solemnemente que se guardaran de la Escribas y fariseos; por lo que insinuaba, y no de forma oscura, quiénes eran los enemigos , cuyo fin habÃa insinuado. Siendo el nombre de los fariseos el apelativo de una secta, no se puede suponer que nuestro Señor quiso decir de todo el grupo, que se sentaron en la silla de Moisés; tal carácter no era aplicable a nadie más que a los doctores de la secta; por lo que podemos suponer que la frase escribas y fariseos, es un hebraÃsmo para los escribas fariseos.Algunos piensan que hay una alusión, Mateo 23:2 a esos púlpitos que hizo Esdras para los expositores de la ley, NehemÃas 8:4 y que luego se continuaron en la sinagoga, desde donde los rabiosos pronunciaban sus discursos sentados.
Probablemente se le llame Silla de Moisés, porque era desde donde se leÃan y explicaban los libros de Moisés; de modo que parecÃa dictar desde allÃ. Es extraño que Lightfoot y otros deban explicar esto de una autoridad legislativa, ya que los escribas y fariseos, como tales, no tenÃan una autoridad peculiar de ese tipo. Ver Doddridge y Lightfoot.
VersÃculo 3
Por tanto, todo, etc.â La moralidad de los fariseos, como se desprende de muchos ejemplos mencionados en el Evangelio, era de un tipo muy vago; y en cuanto a las tradiciones que enseñaban, a menudo invalidaban por completo la ley de Dios. Por tanto, no debe pensarse que Jesús recomendarÃa las doctrinas y preceptos de los fariseos sin excepción; y por eso debemos limitar las expresiones generales aquà utilizadas, por lo que precede en este discurso; por lo tanto, "Mientras estos hombres se sientan en el asiento de Moisés, mientras explican correctamente las doctrinas y los preceptos de la ley, asegúrese de obedecerlos; pero de ninguna manera imiten sus prácticas".
VersÃculo 4
Porque atan cargas pesadas. Es bien sabido que los fariseos se gloriaban en la exactitud con que obedecÃan la parte ceremonial de la ley. Es más, llevaron las cosas tan alto que, no contentos con los mandamientos que Dios habÃa ordenado, se encargaron de prescribir una variedad de preceptos tradicionales de su propia invención. Por lo tanto, si fue este tipo de deberes lo que nuestro Señor quiso decir, cuando dijo que atan cargas pesadas,&C. su celo debe haberse manifestado principalmente en público: o, por las gravÃsimas cargas que los fariseos ataron, pueden entenderse los preceptos ceremoniales de la ley; que son llamados graves, no porque asà los hayan contado los fariseos. Esta interpretación concuerda bien con el carácter dado a los preceptos en cuestión. Fueron librados del asiento de Moisés, es decir, sacados del libro de Moisés; y los discÃpulos debÃan observarlos y hacerlos, lo que nuestro Señor de ninguna manera habrÃa ordenado, si hubiera estado hablando de los preceptos tradicionales de los ancianos.
Además, bajo esta luz, el carácter dado por los escribas y fariseos es palpablemente justo, a saber, que ataron cargas pesadas,&C. Porque aunque ellos mismos descuidaron los preceptos morales y ceremoniales de la ley divina, tan a menudo como pudieron hacerlo en secreto, envolvieron los preceptos ceremoniales del ayuno sobre el cuello del pueblo, y no les dieron el menor respiro de su ceremonias más gravosas en cualquier ocasión. Las palabras de nuestro Señor aluden a la práctica de los que cargan y conducen bestias de carga: primero hacen o atan sus cargas, luego las colocan sobre sus espaldas y, al conducirlas por caminos en mal estado, sostienen las cargas, y manténgalos firmes agarrándolos. El significado de Nuestro Señor, por lo tanto, fue: "No llevarán ellos mismos estas cargas, ni darán a la gente el menor respiro, incluso en los casos en que sea necesario". Ver Macknight.
VersÃculos 5-7
Todas sus obras las hacen, etc.â "Toda buena acción que por casualidad realice está viciada por el principio del que procede. Lo hacen con miras al aplauso popular, y no con miras a Dios, ni a Son orgullosos y soberbios, como se desprende de la afectada gravedad de su vestimenta, de la ansiedad que descubren por ocupar los principales asientos en las fiestas y en todas las reuniones públicas, como pertenecientes a ellos por razón de su superior valÃa, y de su cortejo debe ser saludado en las calles con muestras particulares de respeto, y ser tratado con tÃtulos pomposos y altisonantes de rabino, padre y maestro, pensando en un reconocimiento público de su mérito debido a todos los que los conocen ". En cuanto a las filacterias,vea la nota sobre Deuteronomio 6:8 . Lo que eran los bordes de sus vestiduras, o flecos (κÏαÏÏεδα), puede deducirse de Deuteronomio 22:12 .
Por este uso de la prenda en la que se iban a poner los flecos, se supone que fue el velo, que luego se ponÃan en la cabeza; y se cree que los flecos eran mechones de hilo trenzado, sujetos a las cuatro esquinas del mismo con una cinta, de manera que cada mechón colgaba a una pequeña distancia de la esquina del velo al que estaba sujeto. Por eso vemos la propiedad de la expresión, hacen grandes o grandes los flecos de sus vestidos ;de ahà que también aprendemos que estos flecos se consideraban insignias de santidad, y que los fariseos usaban un tipo más grande de lo normal, para darse la apariencia de una gravedad, piedad y sabidurÃa poco comunes. Los médicos tenÃan asientos solos, de espaldas al púlpito en el que se leÃa la ley, y el rostro hacia la gente. Estos fueron considerados los más honorables y, por lo tanto, estos ambiciosos escribas y fariseos lucharon por ellos. La palabra rabino significa propiamente grande,y estaba antepuesto a los nombres de los médicos que se habÃan hecho notables por la extensión de su conocimiento; o quienes fueron los autores de nuevos esquemas en divinidad, jefes de sectas, cuya fama les habÃa ganado muchos seguidores. A los médicos judÃos les gustaba especialmente este tÃtulo, porque era un gran cumplido para su comprensión, les daba una gran autoridad con sus discÃpulos y una apariencia muy significativa a los ojos del mundo. Véase Macknight y Gale's Sermons, vol. 1: pág. 80.
VersÃculos 8-11
Pero no os llaméis RabÃ: Los apóstoles de Cristo debÃan ser muy diferentes, tanto en temperamento como en conducta, de los maestros judÃos. DebÃan declinar ser llamados RabÃ, porque lo que significaba pertenecÃa únicamente a su Maestro, en quien están escondidos todos los tesoros del conocimiento y la sabidurÃa;y quien por eso es el único director infalible de las conciencias de los hombres; también porque no se debÃan nada de su conocimiento a sà mismos, sino que lo derivaban enteramente de él; en lo que todos eran hermanos, y en un mismo nivel. Además, los médicos judÃos estaban acostumbrados a inculcar a sus discÃpulos que la existencia, a menos que fuera mejorada y madurada por el conocimiento, no existÃa en absoluto; y se jactaba de que quienes formaban las mentes de los hombres por erudición, les daban un ser real; y por eso debÃan ser considerados como sus verdaderos padres. Por eso asumieron con arrogancia el nombre de padres,para insinuar las obligaciones peculiares que sus discÃpulos, pero especialmente los prosélitos de la idolatrÃa, estaban bajo ellos por su existencia y por las ventajas que la acompañaban: el tÃtulo de padre en este sentido nuestro Señor prohibió absolutamente a sus Apóstoles tomar o dar, porque pertenece solo a Dios; porque uno es vuestro Padre que está en los cielos. La vida, con todas sus bendiciones, viene de Dios; y los hombres dependen enteramente de él; por lo cual, toda alabanza y acción de gracias deben finalmente dirigirse a él.
De modo que si alguien enseña correctamente, no sea el maestro, sino la sabidurÃa de Dios, que se ejerce y se comunica por él: y con respecto al tÃtulo de maestro o lÃder,καθηγηÏηÏ, que los médicos judÃos cortejaban, los Apóstoles de Cristo no debÃan aceptarlo, y mucho menos solicitarlo; porque en el punto de comisión e inspiración estaban todos en igualdad. Tampoco tenÃan ningún tÃtulo para gobernar las conciencias de los hombres, excepto en virtud de la inspiración que recibieron de su Maestro, a quien sólo pertenecÃa originalmente la prerrogativa de la infalibilidad. Sin embargo, nuestro Señor no quiso decir que es pecado nombrar a los hombres por la posición que ocupan o las relaciones que tienen en el mundo. Sólo se proponÃa reprender la sencillez del pueblo, que ofrecÃa grandes elogios a sus maestros, como si se lo debieran todo a ellos y nada a Dios; y arrancar de la mente de los Apóstoles la vanidad farisaica, que se engalanaba con los honores propios de Dios;
Sin embargo, les mostró cuál era esa grandeza, de la que eran capaces y a la que sólo ellos debÃan aspirar: era una grandeza nacida del amor y la humildad; una grandeza diametralmente opuesta a la de los Escribas, Mateo 23:11 . El que es más grande, o desea ser más grande, μειζÏν, alude al significado de la palabra rabino. Vea Macknight, Heylin y Wetstein.
VersÃculo 12
Quienquiera que se exalte a sà mismo: el Dr. Doddridge observa que nuestro Salvador, por la repetición frecuente de esta máxima, parece insinuar que lo pretendÃa no solo para aquellos que iban a ser los maestros de otros, sino para todos sus discÃpulos sin excepción. ; y es muy digno de nuestra observación, que ninguna frase de nuestro Señor se repite con tanta frecuencia como esta, que ocurre por lo menos diez veces en los evangelistas.
VersÃculo 13
Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!El discurso anterior contra los escribas y fariseos fue pronunciado a oÃdos de muchos de la orden; por lo tanto, estaban muy indignados y esperaban la oportunidad de destruir a Jesús; pero no era el momento de que él ahora les ocultara cualquier reproche necesario, siendo este el último sermón que iba a predicar en público. Era necesario utilizar remedios violentos, especialmente porque las medicinas suaves hasta ahora habÃan resultado ineficaces; por tanto, con una especie de severidad los amenazó de la manera más espantosa y solemne, denunciando terribles dolores en su contra, no por las injurias personales que le habÃan hecho, aunque eran muchas, sino por su excesiva maldad. Eran maestros públicos de religión, que abusaron de toda marca y carácter de bondad para todos los propósitos de la villanÃa. Bajo la mueca de un aire severo y santificado, eran maliciosos, implacables, lascivos, codiciosos y rapaces; en una palabra, en lugar de ser reformadores, fueron corruptores de la humanidad; de modo que, siendo su maldad de la peor clase, merecÃa la reprimenda más severa que pudiera darse.
Nuestro Señor pronunció ocho bendiciones sobre el monte; aquà pronunció ocho ayes; no como imprecaciones, sino como declaraciones solemnes y compasivas de la miseria que estos obstinados pecadores se estaban trayendo sobre sà mismos. Las razones por las que estos ayes fueron denunciados contra los escribas, se exponen en los versÃculos siguientes, 1. La primera es porque ellos cerraron el reino de los cielos a los hombres, quitando la llave del conocimiento ( Lucas 11:52.) o la interpretación correcta de las antiguas profecÃas acerca del MesÃas, por su ejemplo y autoridad; porque ambos rechazaron a Jesús mismos y excomulgaron a los que creÃan en él; en resumen, haciendo todo lo posible para impedir que la gente se arrepienta de sus pecados y crea en el Evangelio. El Dr. Moore, con gran propiedad, observa que la palabra hipócritas, Ï ÏοκÏιÏαι, en su aplicación más exacta, significa jugadores que, de acuerdo con la costumbre antinatural de los antiguos, actuaban bajo una máscara. Vea sus Obras Teológicas, p. 293. Vitringas 'Observ. Sacr. y la nota sobre el cap. 6:
VersÃculo 14
Porque devoráis las casas de las viudas: 2. Este versÃculo contiene la segunda razón de los males; porque cometieron las iniquidades más groseras, siendo codiciosos y rapaces bajo el manto de la religión; que devoran las casas de las viudas, y al mismo tiempo hacen largas oraciones con el fin de ocultar su villanÃa. "Esto", dice Calvino, "era como si, pretendiendo besar los pies de Cristo, uno debiera levantarse y escupirle audazmente en la cara". Ver Marco 12:40 .
VersÃculo 15
Vosotros sois el mar y la tierra, etc.â 3. El tercero¡Ay se denuncia, porque expresaron el mayor celo imaginable en hacer prosélitos, recorriendo mar y tierra; es decir, empleando los más infatigables dolores y ardores, y sin dejar ningún arte sin practicar para ese fin; mientras que al mismo tiempo su intención en todo esto no era que los gentiles pudieran llegar a ser mejores hombres a través del conocimiento de la religión verdadera, sino más amigables con ellos; dándoles la dirección de sus bolsillos, asà como de sus conciencias. En consecuencia, en los paÃses paganos estos mundanos acomodaron la religión a los humores de los hombres; colocándolo, no en las reglas eternas e inmutables de la justicia, sino en las observancias ceremoniales; cuyo efecto fue que los prosélitos se volvieron más supersticiosos, más inmorales y más presuntuosos que sus maestros; o que, tomándolos por impostores, volvieron a recaer en su antiguo estado de paganismo; y en ambos casos se duplicó más elhijos del infierno que incluso los mismos fariseos; es decir, más abierta e ilimitadamente malvados que ellos. El celo de los judÃos por hacer prosélitos era tan notable que los paganos lo notaron y lo convirtieron en proverbio:
âââ Ac veluti te Judaei, cogamus in hanc concedere turbam. HOR. Lib. 1: sábado 4 ver. 142.
Los forzaremos, como los judÃos proselitistas, a ser como nosotros. FRANCIS.
Sobre lo cual San Ambrosio observa que "esta broma del poeta surge del espÃritu proselitista de los judÃos, que se insinuaban en las familias, entraban en los tribunales de justicia, perturbaban a los jueces y siempre tenÃan más éxito en la proporción en que eran más impudente." Con el mismo propósito es lo que Justino Mártir le dijo a Trifote el judÃo: "Vuestros prosélitos no sólo no creen en la doctrina de Cristo, sino que blasfeman su nombre tanto como vosotros". Hijo del infierno e hijo de perdición, eran términos de reproche que se usaban entre los judÃos.
VersÃculo 16
¡GuÃas ciegos! 4. El cuarto ay es denunciado por su falsa doctrina. Nuestro Salvador antes los habÃa silenciado hipócritas de su carácter personal; ahora les da otro tÃtulo, guÃas ciegos, respetando su influencia sobre los demás. Ambas denominaciones están severamente juntas en Mateo 23:23y esta santa severidad se eleva a la altura en el versÃculo 33. Nuestro Salvador menciona particularmente su doctrina acerca de los juramentos y declara, en contradicción con sus execrables principios, que todo juramento es obligatorio, cuya materia es lÃcita; porque cuando los hombres juran por la criatura, si su juramento tiene algún significado, es un llamamiento al Creador mismo: en cualquier otro aspecto, un juramento de la criatura es absolutamente ridÃculo, porque la criatura tampoco tiene conocimiento con respecto a la materia de el juramento, ni poder para castigar el perjurio. Ver com. Cap. Mateo 5:33 ., & C.
No es nada, significa, "no constituye ninguna obligación de decir la verdad, o, para cumplir con el voto," Ãl es un deudor, significa, "está obligado a decir la verdad, o, a cumplir su voto". Y de la misma manera es culpable, Mateo 23:18 quiere decir, está obligado por su juramento. Los fariseos enseñaron que los juramentos de la criatura podÃan usarse en ocasiones insignificantes y violarse sin gran culpa; pero exceptuaron los juramentos del corbán y los sacrificios: en lo cual es claro, que, sin tener en cuenta el sentido común o la decencia, fueron influenciados simplemente por una visión de su propio interés, y por lo tanto los representaron a la gente, como cosas de santidad más eminente que incluso el templo o el altar mismo. Laoro del templo significa el tesoro guardado en el templo, también llamado corban. Ver cap. Mateo 27:6 .
VersÃculos 17-22
Necios y ciegosâ Las palabras del Apóstol, Hebreos 6:16 son un comentario apropiado sobre el versÃculo 17, porque los hombres en verdad juran por el mayor. El que jura por el altar, dice nuestro Salvador ( Mateo 23:20 ), jura por él y por todo lo que está sobre él; en consecuencia, el juramento es una invocación de su ira, para quien el altar y las ofrendas sobre el altar son sagrados, en caso de falsedad o incumplimiento de los votos. La especie particular de ira invocada en este juramento es que Dios rechaza el sacrificio del jurador y le niega el perdón del pecado â Ãl agrega, Mateo 23:21 .
El que jura por el templo, jura por él y por el que habita en él; en consecuencia, el juramento es un deseo solemne de que quien habita en el templo pueda impedir que la persona adore allÃ, si está diciendo una falsedad o si descuida su voto. Y por último, Mateo 23:22 . El que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, etc. y por lo tanto, su juramento es un deseo solemne, que Dios que habita en el cielo lo excluya de ese lugar bendito para siempre, si falsifica su juramento.
VersÃculos 23-24
Pagáis el diezmo, etc.â 5. El quinto ay es denunciado por su superstición. Observaron los preceptos ceremoniales de la ley con toda la exactitud posible, mientras que descuidaron por completo las reglas eternas, inmutables e indispensables de la rectitud: justicia, misericordia o caridad y fidelidad. Además de la reprensión de su superstición en el desempeño de deberes positivos, nuestro Salvador la condenó también en la obediencia que dieron a los preceptos negativos de la ley; porque allà también se manifestó esta raÃz maligna, Mateo 23:24 . ¡GuÃas ciegos, que cuelan un mosquito, o más bien, que cuelan un mosquito, es decir, de su bebida,) y tragar un camello. La expresión es proverbial, y fue utilizada por nuestro Señor en esta ocasión para significar que los fariseos fingÃan tener mucho miedo de las faltas más pequeñas, como si el pecado les hubiera sido amargo como la muerte, mientras se entregaban secretamente a la comisión desenfrenada de las inmoralidades crudas. Serrarius observa que en esos paÃses cálidos los mosquitos podÃan caer en el vino si no se cubrÃa con cuidado; y pasar el licor por un colador, para que no quedara ningún mosquito o parte de él, se convirtió en un proverbio de exactitud sobre los pequeños asuntos.
Ver a Wetstein. "¿PodrÃa producirse alguna autoridad en la que Îαμηλον signifique un gran insecto, con gran placer seguirÃa (dice el Dr. Doddridge) la traducción de 1729, al traducir la última cláusula, tragarme un escarabajo". Ver en el Cap. Mateo 19:24 .
VersÃculos 25-36
Ustedes limpian el exterior, etc.â 6. El sexto ay es denunciado por su hipocresÃa: se esforzaron mucho para parecer virtuosos y tener una conducta externa decente, mientras que descuidaron embellecer su hombre interior con bondad, que, a los ojos de Dios, es un adorno de gran precio, y hace que los hombres sean queridos y valiosos para todos los que los conocen. Dentro, ellos â significa la taza y el plato; âEstán llenos de extorsión y excesos; que te tragas sin el menor escrúpulo: en lugar de extorsión y exceso, algunos leerÃan, rapiña e intemperancia, αÏÏαγηÏ, και ακÏαÏιαÏ. La última palabra abarca no solo todo tipo de intemperancia exterior ,particularmente en comer y beber, pero todos los deseos inmoderados o inmoderados, ya sean de honor, ganancia o placeres sensuales. El Dr. Heylin observa bien que la censura aquà es doble, tomando la intemperancia en el sentido común. Los miserables, procuraron injustamente lo que usaron con desinterés: no es de extrañar que las mesas asà amuebladas resulten una trampa, como muchos encuentran por triste experiencia.
El lujo castiga el fraude y alimenta la enfermedad con los frutos de la injusticia. Fariseo ciego, continúa nuestro Señor, Mateo 23:26 . Limpiar primero, etc. es decir, "Ten cuidado de que lo que está dentro de la copa, y que no esté tan expuesto a la vista, esté limpio; y entonces podrás, con propiedad, conceder dolores en la limpieza de la parte exterior de la copa". Pero aunque en esta cláusula nuestro Señor todavÃa hace uso de la metáfora, razona de acuerdo con lo que ella pretende, asÃ: "Limpia primero tu mente, tu hombre interior de malas disposiciones y afectos, y por supuesto tu comportamiento exterior será virtuoso". y bueno."
VersÃculos 27-28
Sois como sepulcros blanqueados: 7. El séptimo ay es denunciado por el exceso de su hipocresÃa. Con su cuidado de las apariencias externas, los fariseos y los escribas hicieron un espectáculo justo y engañaron a los simples. Como finos sepulcros blanqueados, se veÃan hermosos por fuera, pero por dentro estaban llenos de inmundicia y contaminaron a todo el que los tocó. Esta fue una severa reprimenda para los hombres que no querÃan estar en compañÃa de publicanos y pecadores, por temor a haber sido contaminados por ellos.
La verdad es que estos hipócritas eran públicamente decentes, pero en privado disolutos: tenÃan una apariencia de santos, pero en realidad eran los peores hombres. Un comentarista francés observa que los judÃos solÃan pintar o blanquear sus sepulcros o tumbas en ciertas estaciones del año; para que la gente pudiera discernir que eran lugares contaminados. Ver Lucas 11:44 .
VersÃculos 29-31
Vosotros construÃs las tumbas, etc.â 8. El octavo¡Ay se denuncia, porque con el esfuerzo que se tomó en adornar los sepulcros de los profetas, pretendieron una gran veneración por su memoria; y cuantas veces se les mencionaba, condenaban a sus padres, que los habÃan matado; declarando que si hubieran vivido en los dÃas de sus padres, se habrÃan opuesto a su maldad; mientras, mientras tanto, todavÃa abrigaban el espÃritu de sus padres, persiguiendo a los mensajeros de Dios, y particularmente a su divino Hijo, en cuya destrucción estaban decididamente inclinados. El significado del versÃculo 31 es: "Al afirmar que si hubieras vivido en los dÃas de tus padres, no habrÃas sido partÃcipes con ellos en la sangre de los profetas, reconoces que eres los hijos de los que asesinaron los profetas; sus hijos, debo daros a conocer, en otros aspectos que no sean por generación natural; porque aunque pretendes ser más santo que ellos, eres como ellos en todos los aspectos; particularmente posees su espÃritu inicuo y perseguidor, y lo testificas con todas tus acciones ". Lucas 11:48 y Génesis 13:27 ; Génesis 13:29 .
Lo que nos dice Vitringa, (de Synagog. P. 221.) del extraordinario honor otorgado al sepulcro de Mardoqueo, es una agradable ilustración de estas palabras. También Josefo, de Nicolaus Damascenus, menciona que Herodes reparó de una manera muy espléndida el sepulcro de David. Vea su Antiq. lib. 16: gorra. 7 y compare con Hechos 2:29 . Desde el versÃculo 3 al 30 de este capÃtulo se expone todo lo que comúnmente pasa en el mundo por religión; por el cual los pretendientes impiden que tanto ellos mismos como los demás entren en el reino de Dios; de alcanzar, o incluso de buscar esos temperamentos, en los que solo consiste el cristianismo; como, en primer lugar , la puntualidad en la asistencia a las oraciones públicas y privadas por el mero hecho de mostrarse; Mateo 23:4. En segundo lugar, el celo por hacer prosélitos de nuestra opinión o comunión, aunque tengan menos espÃritu de religión que antes; Mateo 23:15 .
En tercer lugar, una reverencia supersticiosa por los lugares o cosas consagradas, sin ninguna por aquel a quien fueron consagrados, Mateo 23:16 . En cuarto lugar, una escrupulosa exactitud en las pequeñas observancias, aunque con el descuido de la justicia, la misericordia y la fidelidad, Mateo 23:23 . En quinto lugar, una cautela para limpiar el comportamiento exterior, sin tener en cuenta la pureza interior; Mateo 23:25 . En sexto lugar, un rostro engañoso de virtud y piedad, cubriendo la más profunda hipocresÃa y vileza, Mateo 23:27 . En séptimo lugar, una veneración profesada por todos los hombres buenos, excepto aquellos entre los que viven, Mateo 23:29 .
Ver Bengelius. Todos, desde Mateo 23:29 hasta Mateo 23:32 ., Grocio ha observado muy justamente, deben hacer una sola oración; οÏι, porque, refiriéndose a cada miembro de ella; y Mateo 23:31 deberÃa estar entre paréntesis: ¡ay de vosotros, escribas, porque edificas â y dices â y llenas, etc.
VersÃculo 32
Llenad, pues, la medida, etc. â Es decir, la medida del pecado de vuestros padres, (la medida fijada por Dios para castigo). Véase Juan 13:27 . Esta expresión implica que hay una cierta medida fijada para cada nación a la que se le permite elevar su iniquidad; y que antes de que se inflija a las naciones un castigo decisivo, equivalente a la escisión, o al vuelco total de su sistema polÃtico, la medida de su iniquidad, o de la de sus gobernantes, debe ser completada por las generaciones venideras agregando a la iniquidad de lo anterior, hasta completar la medida; una idea que recibe gran aceptación en Génesis 15:16 .
Según Glassius y otros crÃticos, - και ÏληÏÏÏαÏε, es aquà el imperativo para el futuro, - te llenarás; pero puede entenderse como una palabra de permiso, no como una orden. Como si nuestro Señor hubiera dicho: "Ya no contengo con ustedes; los dejo a ustedes mismos; ustedes han vencido; ahora pueden seguir las maquinaciones de sus propios corazones".
VersÃculo 33
Serpientes, etc. â Véase Lucas 3:7 . Los hombres de temperamento cálido tienden a confundir esta parte del discurso de Cristo; Se imaginan que el hecho de que dé a los fariseos nombres expresivos de su carácter, y su denuncia de los males contra ellos, justifica esos juicios censuradores que, sin razón, o puede ser contraria a la razón, transmiten a personas que están en desacuerdo. con ellos. Es muy cierto que Jesús pronunció a los escribas y fariseos hipócritas, guÃas ciegos, serpientes,&C. y declaró que no podÃan escapar de la condenación del infierno; pero es igualmente cierto que eran hipócritas y necios, tan malvados como él los habÃa pintado, y que él sabÃa que ciertamente lo eran. Por lo tanto, hasta que podamos hacer evidente que tenemos la facultad de conocer el corazón de los hombres, que Cristo poseÃa, no tenemos pretensiones de imitarlo en una acción que no está diseñada para nuestra imitación, siendo realizada por él como profeta y en virtud de su voluntad. dones proféticos, o como Dios sobre todo, no como un hombre común.
En lugar de hacernos libres con el carácter de los demás, como hacen muchos, es mucho más seguro y en todos los aspectos mejor, tanto para nosotros como para la sociedad, que nos mantengamos cerca del precepto que prohÃbe los juicios precipitados, las malas conjeturas y todas las murmuraciones. . Ver cap. Mateo 7:1 . La frase ÎÏοÏÏ Î³ÎµÎ¹Î½ κÏιμα, que tiene el mismo sentido que el original, traducida para escapar de la condenación, significa propiamente, evadir la condena en un tribunal de justicia; que a menudo se hace por el artificio del criminal. Ver Raphaelius y Macknight.
VersÃculo 34
Por tanto, Îια ÏÎ¿Ï Ïο, "por esto , que sois serpientes y linaje de vÃboras,quien cumplirá la medida de las iniquidades de vuestros padres. "El significado de nuestro Salvador no era que les enviarÃa profetas para que los mataran, para que pudieran escapar de la condenación del infierno, sino que se probaran todos los métodos posibles para su conversión, aunque él sabÃa muy bien que se tomarÃan todo a la ligera y, al hacerlo, se arrojarÃan sobre sà mismos una venganza tan terrible, como deberÃa ser un monumento permanente del divino disgusto contra todos los asesinatos cometidos sobre la faz de la tierra desde el principio. Porque, "asà como Sodoma y Gomorra en la antigüedad, y las ciudades alrededor de ellas, entregándose a la fornicación y yendo tras carne extraña, se presentan como ejemplo, sufriendo la venganza del fuego eterno"; nación fue señalada,y esa generación de la nación se lanzó a ser los sujetos de la venganza de Dios contra el asesinato, y un ejemplo de castigo para todas las generaciones, ya que fueron el cuerpo de asesinos más atroz que jamás haya existido.
Los tÃtulos mencionados por nuestro Señor en este versÃculo, profetas, sabios, escribas, se corresponden con esa diversidad de dones mencionados en la primera epÃstola a los Corintios: son profetas callados , porque inspirados para predecir lo que vendrá; sabios, porque fueron iluminados con el conocimiento de los misterios celestiales; y escribas, por su conocimiento superior de la ley. Entre los primeros mártires, cuya muerte verificó esta profecÃa, estuvieron Esteban, quien fue apedreado; Pablo, quien fue azotado y asesinado; y Pedro, que fue crucificado. Véase Macknight y Hammond. En lugar de matar, azotarás, podemos leer, matarás, etc.
VersÃculos 35-36
Para que sobre ti venga toda la sangre justa, etc.El significado es: "Como por su temperamento cruel y perseguidor parece aprobar todos los asesinatos que se han cometido desde el principio del mundo, serán castigados tan severamente como si ustedes mismos hubieran sido los autores de ellos". Esto se refiere al castigo temporal, porque en la vida venidera los hombres no serán castigados por los pecados de otros a los que no tuvieron acceso. Pero el Dr. Campbell hace la siguiente observación sobre este pasaje: "Según tengo entendido, esta expresión no debe interpretarse en el sentido de que esos crÃmenes individuales, que ocurrieron antes de la época de las personas que vivÃan en ese momento, serÃan acusados; pero que , con todas las especies de crueldad, opresión y asesinato, que habÃan sido ejemplificadas en épocas anteriores, los de esa época serÃan acusados; en la medida en que no habÃan permitido que ningún tipo de maldad fuera peculiar de los que les habÃan precedido; pero habÃa imitado cuidadosamente, e incluso superado, todas las hazañas más atroces de sus antepasados ââdesde el principio del mundo.
No hay hipérbole en la representación. El relato que dio de ellos Josefo, que no era cristiano, sino uno de ellos, muestra, en la luz más fuerte, cuán justamente son caracterizados aquà por nuestro Señor. "El ZacarÃas del que se habla aquÃ, es considerado por muchos comentaristas eruditos como ese ZacarÃas de quien se dice expresamente que fue asesinado de una manera tan notable, entre el templo y el altar, 2 Crónicas 24:20 .
VersÃculos 37-38
¡Jerusalén, Jerusalén! Nuestro Señor, habiendo expuesto a los fariseos y exaltado su resentimiento y doloroso castigo, el pensamiento de las calamidades que se avecinaban sobre ellos lo conmovió sobremanera: se le revolvieron las entrañas y se le llenó el pecho de la misericordia que derretÃa la piedad hasta tal punto, que, incapaz de contenerse, rompió a llorar; lamentando a Jerusalén en particular, a causa de la peculiar severidad de su suerte. Porque, como sus habitantes tenÃan las manos más profundamente empapadas en la sangre de los profetas, debÃan beber más profundamente el castigo debido a tales crÃmenes. Su lamento por la ciudad fue muy conmovedor, ¡ oh Jerusalén, Jerusalén!&C. Estas tiernas exclamaciones, que difÃcilmente se pueden leer sin lágrimas, transmiten una fuerte idea del amor de Cristo a esa nación ingrata. Las palabras, con qué frecuencia, marcan sus incansables esfuerzos por apreciarlos y protegerlos desde el momento en que fueron llamados por primera vez a ser su pueblo; y la oposición que se declara entre su voluntad y la de ellos, cuantas veces lo harÃa, pero ustedes no quisieran, muestra muy enfáticamente su invencible obstinación en resistir las expresiones más ganadoras y sustanciales del amor divino.
La cláusula, He aquÃ, etc. es una predicción del castigo que les serÃa infligido por su pecado al rechazar a Cristo. Su casa, (el templo de Dios, ver 2 Reyes 23:27 .) 2 Reyes 23:27 desde ese tiempo desolada. La gloria del Señor, que Hageo habÃa predicho que llenarÃa la segunda casa, se estaba marchando. Nuestro Señor dijo esto cuando salÃa de su casa por última vez. Ver Lágrimas del Redentor de Howe.
VersÃculo 39
De ahora en adelanteâ ÎÏ Î±ÏÏι, en adelante. "Porque mataste a los profetas, y te esforzaste en apedrearme a mÃ, a quien el Padre te envió, porque tus grandes hombres están en este momento conspirando contra mÃ, que soy el Señor del templo, y porque los ayudarás a poner yo hasta la muerte; tu templo será desolado; nunca más será favorecido por mi presencia. No, tu nación será abandonada por mÃ, porque no me verás de aquà en adelante,& c. "En calidad de maestro, Jesús a menudo habÃa llenado el templo con la gloria de su doctrina y milagros; y, como un amable amigo, habÃa intentado con incansable aplicación reunir a la nación bajo sus alas para poder protegerlos de los inminentes juicios de Dios. Por lo tanto, al no verlo a partir de ese momento, debemos entender que no disfrutaron de su presencia y cuidado como maestro, guardián y amigo. Este fue el último discurso que Jesús pronunció en público; con que terminó su ministerio.
Desde ese momento abandonó a la nación judÃa, los entregó a caminar en sus propios consejos y los dedicó a la destrucción; y nunca después, como nación, serÃan objeto de su cuidado, hasta que llegara el perÃodo de su conversión al cristianismo, que él ahora predijo: no me veréis hasta que digáis: Bendito, etc. es decir, hasta que su nación se convierta; porque aquà se habla del estado de la nación, y no de unos pocos individuos, como también en las parábolas de la viña y la cena de bodas. Bienaventurado el que viene en el nombre del SeñorFue el grito de la multitud de creyentes, cuando Jesús hizo su entrada pública a Jerusalén unos dÃas antes de esto. Por eso, al predecir su futura conversión, alude de manera muy llamativa a esa exclamación con la que habÃan expresado su fe en él como MesÃas. Este es, con mucho, el más animado de todos los discursos de nuestro Señor, y habiendo sido pronunciado sin duda con una elevación de voz y vehemencia de gestos, adecuados a los sentimientos que expresaba, no podÃa menos de asombrar a la gente, que siempre habÃa mirado su maestros como el más santo de los hombres.
Incluso las personas mismas, contra las que se apuntó, se sintieron confundidas; sus conciencias atestiguando la verdad de lo que se les habÃa encomendado. No sabÃan qué curso tomar; y asÃ, en medio de sus vacilaciones, dejaron que Jesús se fuera en silencio, sin intentar ponerle las manos encima ni apedrearle, como habÃan hecho algunas veces con menos provocación. Véase Grocio, Macknight y Olearius. Asà nuestro Señor quitó la máscara de hipocresÃa de los maestros de su propio tiempo, condenándola en todas sus formas. Trataba la hipocresÃa con severidad, porque es un pecado sumamente enorme, que convierte a los hombres en criminales ante Dios, por cosas que en su propia naturaleza están calculadas para agradarle; como la oración, la limosna, el ayuno y otros deberes religiosos. La agudeza con que nuestro Señor habló ahora, y en otras ocasiones, contra los hipócritas,ser bueno, que parecerlo . Pero sobre este tema hablaré más cuando llegue a Lucas 11 .
Inferencias.â¡Con qué humildad, integridad y desprecio de este mundo deberÃan comportarse los ministros de Cristo! y cómo deben vivir las doctrinas que predican; y no se enseñoree de sus oyentes. pero si alguno de sus siervos actúa de manera inadecuada para su carácter, su doctrina debe ser considerada, sin embargo, en la medida en que esté de acuerdo con la palabra de Dios; aunque sus vidas desordenadas no deben ser imitadas. Y ¡ay de aquellos que pervierten los sagrados oráculos o, bajo pretexto de piedad, son culpables de las más viles abominaciones; que aspiran a dominar la fe y la conciencia de los hombres, y no abrazan el Evangelio por sà mismos, ni dejan de obstaculizar a otros, que parecen estar bien afectados por él; a quienes les gustan las apariencias engañosas de santidad externa, pero cuyos corazones están llenos de toda impureza; que son supersticiosamente escrupulosos con las nimiedades, y descuide las cosas más importantes del cristianismo; y que toman a la ligera los juramentos y administran toda su religión con puntos de vista seculares.
¿Cómo pueden tales personas escapar de la condenación del infierno? Cristo descubrirá a todo hipócrita y se vengará de ellos otro dÃa. Mientras tanto, ¡con qué fidelidad y compasión, condescendencia y gracia trata con toda clase de pecadores en el evangelio! pero en qué condición deplorable están los que, sin embargo, continúan en sus delitos y lo rechazan con incredulidad; ¡y especialmente los que se complacen en un espÃritu perseguidor, que en una u otra ocasión traerá la mayor venganza sobre sus propias cabezas! Que los que condenan esta o cualquier iniquidad en otros, tengan cuidado de aprobarla en la práctica, haciendo lo mismo ellos mismos: porque viene un tiempo, cuando la iniquidad de los pecadores impenitentes será completa, y Dios amontonará sobre ellos las medidas de la ira. que atesoraron para sà mismos para el dÃa de la ira, y revelación de su justo juicio. ¡Oh, que todos sepamos las cosas que pertenecen a nuestra paz, antes de que se oculten a nuestros ojos! y para que cuando Cristo aparezca de nuevo, ¡podamos regocijarnos con gran gozo!
REFLEXIONES.â 1º. Entre todas las sectas judÃas, los fariseos mantenÃan el rango más distinguido por su supuesta sabidurÃa y piedad. Sin embargo, ninguno cayó bajo más censuras de Cristo que estos supuestos patrones de santidad, porque de hecho eran los enemigos más empedernidos de él y de su evangelio: como lo han sido y serán los de un sello similar. Su religión era todo espectáculo, sus corazones enemistados contra Dios, llenos de orgullo, justicia propia, amor a la estima, mentalidad mundana y odio al poder de la piedad vital interna. Por lo tanto, a quienes el mundo admiraba como la mejor clase de personas, Dios aborrecÃa como los peores, los más alejados de su reino y justicia. Y el caso es el mismo hasta el dÃa de hoy. Cristo advierte a sus discÃpulos contra estos sepulcros blanqueados.
1. Honra el oficio que desempeñaron como expositores de la ley, quienes se sentaron en el asiento de Moisés y leyeron e interpretaron en las sinagogas los oráculos sagrados al pueblo. Y en la medida en que hablaran con agrado de las Escrituras, debÃan ser atendidos, y su palabra debÃa ser observada y cumplida. Nota;(1.) Los oficios más sagrados y honorables de la iglesia a menudo han sido ocupados por los peores hombres. Sin embargo, ¿no deberÃa esto traer deshonra al ministerio mismo, o prejuzgarnos contra la orden, que muchos, que son un escándalo por el nombre que llevan, se han metido en ella? (2.) Cuando los impÃos predican la verdad sólida, su palabra debe ser recibida, mientras que sus obras son aborrecidas; aunque el ejemplo es más convincente para persuadir, y difÃcilmente se puede esperar que convenzan a otros, que no parecen creer ellos mismos las mismas doctrinas que predican.
2. Marca a los hombres que vivieron de manera tan inadecuada a la palabra que enseñaron, y advierte a la gente que tenga cuidado de no imitarlos. No hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen. En verdad se jactaban de la pureza de su moral, asà como de la ortodoxia de sus sentimientos; pero uno era tan corrupto como culpable el otro. Varias cosas que nuestro Señor les impone.
[1.] Su hipocresÃa. Eran predicadores muy estrictos de la ley, y rÃgidos también en hacer cumplir sus vanas tradiciones, imponiendo sobre la conciencia de los hombres cargas intolerables, mientras ellos mismos prescindÃan de su propia observancia y su práctica desmentÃa su predicación. Nota; Muchos predicadores fingen el mayor celo por la moral, cuyas vidas muestran la moral más laxa; y que, por tanto, deben ser condenados por sus propias manifestaciones.
[2.] Su formalidad y deseo de aplauso humano. Su religión estaba toda fuera; y hacer un espectáculo justo delante de los hombres era su gran ambición. En lugar de la espiritualidad interna y la meditación en la palabra de Dios, ensancharon sus filacterias, que eran rollos de pergamino, en los que estaban escritas porciones selectas de la ley, cosidas en la piel de una bestia limpia y colgadas de sus brazos y encima. sus frentes; y por su amplitud poco común pretendÃan insinuar su celo poco común por la ley.
Y se extienden los flecos de sus mantos: no sólo conforme al precepto, Números 15:38 , sino que afecta, por la anchura de sus franjas, para manifestar su distinguida santidad, y la observancia de la orden. Tan cierto es incluso hasta nuestros dÃas, que la mayorÃa de los contendientes celoso de la forma de la piedad, a veces son los más grandes extraños a la potencia de la misma.
[3.] Su orgullo y afectación de preeminencia. Siempre codiciaron el lugar más distinguido en un entretenimiento; e incluso en las sinagogas, donde se reunÃan para el culto religioso, el mismo deseo de precedencia aparecÃa en su elección de los principales asientos, como si su ocupación fuera más para hacer una figura ellos mismos, que para rendir sus humildes adoraciones. De la misma manera afectaron a los tÃtulos que sonaban de respeto y, cuando aparecÃan en público, les encantaba que se les rindiera un homenaje profundo y que se dirigieran a ellos, ¡rabino, rabino! para que otros puedan escuchar y observar su importancia y dignidad.
Nota; (1.) No hay ningún daño en recibir o dar tÃtulos de honor a quien el honor es debido: pero el placer de escuchar el sonido, enorgullecerse con el tÃtulo y ofenderse por su omisión, estos marca el orgullo detestable. (2.) Nada puede mostrar un tinte más fuerte de fariseÃsmo que venir a la casa de Dios para buscar nuestra propia gloria y estar más ansiosos en qué banco estamos colocados que con qué espÃritu adoramos.
3. ProhÃbe a sus discÃpulos desafiar por sà mismos, o atribuir a otros, los nombres pomposos que asumieron los escribas. No deben ser llamados RabÃ, afectando el honor humano, o cualquier tÃtulo que implique dominio sobre la fe o la conciencia de sus hermanos; ni deben ser llamados Maestros, como si por su propia autoridad se sentaran para guÃas y lÃderes; pero debe poseer un solo Maestro , que es Cristo, cuya sola palabra debe ser su gobierno; mientras que ellos, como hermanos, no se arrogaban supremacÃa unos sobre otros, igualmente sumisos a su cabeza común. Tampoco pueden dar tÃtulos lisonjeros a nadie; no llamando a ningún hombre Padre sobre la tierra.No es que esto nos prohÃba honrar a nuestros padres biológicos, o aquellos que nos engendraron en el Evangelio, o rendir la debida reverencia a la edad o la dignidad; pero no debemos considerar a ningún hombre como el fundador de nuestra religión, o como el jefe de la iglesia, a quien, en asuntos de conciencia, debamos obediencia implÃcita, siendo ésta la prerrogativa exclusiva de nuestro Dios y Padre, cuyo trono está en el Cielos; pero si alguno de ellos sobresalió en dones o gracias, o fue estimado y preferido a un lugar más honorable en la iglesia que otros, lejos de estar engreÃdo con su eminencia, se requiere que sea el más condescendiente y laborioso, empleándose a sà mismo. tanto más celosa y humildemente en beneficio de sus hermanos cristianos.
Y nuestro Señor se une al argumento más contundente para apoyar lo que habÃa propuesto: todo aquel que se exalte a sà mismo, se vuelva orgulloso, imperioso y asuma sobre sus hermanos, será humillado; ya sea en penitente humillación, cuando se le lleva a la vista de su pecado, en este mundo; o ser cubierto de confusión en el dÃa más terrible de la venida de Cristo: mientras que el que se humilla en toda obra y labor de amor, y en un sentido humilde de su propia indignidad profunda, será exaltado a los ojos de Dios y todo bien hombres.
Segundo, como el amargo rollo de Ezequiel, hemos repetido terribles ayes, como tantos truenos, dirigidos contra estos orgullosos fariseos fariseos. La acusación general contra ellos es que son hipócritas, demostrado en una variedad de detalles; y siendo este el carácter que Dios aborrece especialmente, deberÃamos ser más celosos de nuestra propia alma, para que esta mala hierba de amargura no brote bajo la profesión de piedad, y estropee todo.
1. Pretender ser maestros de la ley y poseedores de la clave del conocimiento, en lugar de explicar el significado espiritual de todos los ritos tÃpicos, como apuntando a Cristo; o el significado de las profecÃas que se relacionan con él; con esmero buscaron pervertir a ambos; comentando sobre ellos de la manera más Ãntima para anular la verdadera naturaleza del oficio y reino del MesÃas, y llevar a la gente a descansar en las sombras en lugar de la sustancia. Enemigos envenenados del Evangelio, hicieron oÃdos sordos a todo lo que Cristo adelantó como prueba de su propio carácter y misión divina, y no solo lo rechazaron ellos mismos, sino que hicieron todo lo posible, empleando toda su influencia, sus ejemplos y su astucia. , para perjudicar a la gente contra él y su Evangelio; injuriar su persona, doctrina y milagros,
2. Sometieron el manto de la religión a los más viles propósitos de lucro y avaricia, insinuándose en la confianza de viudas indefensas, a las que imponÃan con sus largas oraciones y su fingida demostración de devoción; y quienes, suponiendo que su piedad era tan grande como las apariencias, les encomendaron la administración de sus asuntos y fueron dirigidos por sus consejos; por lo cual, aprovechando su superstición y credulidad, los despojó de su sustancia y se enriqueció con el botÃn de la más cruel inhumanidad, asà como de la más vil injusticia; por lo cual, aunque pudieran escapar de las censuras de los hombres, Dios, el Juez que todo lo ve, seguramente les darÃa mayor condenación en el dÃa de la recompensa.
Nota; (1.) La maldad más vil a veces puede estar tan sombreada por la artesanÃa, que elude el ojo de la observación humana. (2.) La apariencia de piedad puesta para cubrir los designios mundanos, es en el relato de Dios el más atroz de los crÃmenes. (3.) Las oraciones largas no siempre son culpables; sólo cuando son para fingir, se convierten en abominación. (4.) Hay grados de miseria en el infierno: algunos recibirán mayor condenación que otros; y la venganza más terrible de todas caerá sobre la cabeza del hipócrita.
3. Ejercieron el mayor celo por hacer prosélitos de los gentiles, a fin de realzar su propia reputación y fortalecer su partido; y no omitió ningún esfuerzo para tener éxito en sus intentos; y luego abusaron del predominio que obtuvieron sobre las conciencias de sus conversos, para inculcarles los más virulentos prejuicios contra Cristo y su Evangelio; haciéndolos más intolerantes que ellos mismos a las vanas tradiciones de los ancianos, y más encarnizados perseguidores de los discÃpulos de Jesús incluso que sus maestros. Ver Hechos 13:45 ; Hechos 14:2 ; Hechos 17:5 ; Hechos 18:6 .
AsÃ, su pretendida conversión sirvió para convertirlos en dos veces más hijos del infierno que ellos mismos. Nota; (1.) Todo pecador impenitente e hipócrita es hijo del infierno, de su padre el diablo, y está condenado a morar con él eternamente. (2.) La industria que estos fariseos usaron para ganar prosélitos en tan mala causa, deberÃa condenar nuestra negligencia y falta de celo, que se esfuerzan tan poco por convertir a Cristo y su Evangelio.
4. Eran guÃas ciegos, errando por codicia tras ganancia, y engañando a otros, induciéndolos a los errores más peligrosos respecto a la obligación de los juramentos; distinguir entre el templo y el oro, el altar y la ofrenda; como si pudieran jurar por lo primero y romper el juramento con impunidad; pero un juramento de este último era conscientemente obligatorio: y la razón era clara, porque estos guÃas ciegos se beneficiaban del oro prometido para el servicio del templo y de las ofrendas ofrecidas en el altar. Pero, ¿cuán absurda y tonta esta distinción? el templo que santificaba el oro, y el altar que santificaba la ofrenda, deben ser más santos que el oro y la ofrenda, que recibieron toda su santidad al ser ofrecidos allÃ.
De hecho, este tipo de juramentos eran en sà mismos malvados y profanos; pero si un hombre las hacÃa una vez, estaba obligado a cumplirlas. Un juramento junto al altar incluÃa todas las ofrendas; como también jurar por el templo, o por el cielo, implicaba un llamamiento al que habita allÃ, manifestando su presencia entre los querubines, o sentado en su trono altÃsimo; y, por lo tanto, todo incumplimiento de tal juramento era perjurio directo. Nota;
(1.) Es terrible para los pobres, cuando los que se comprometen a mostrarles el camino al cielo son ciegos e ignorantes; y es aún más terrible para los mismos guÃas ciegos, que perecerán bajo la culpa de aquellas almas que han descarriado y arruinado. (2.) Los juramentos son sagrados; son un llamamiento al Dios que escudriña el corazón: solo por él podemos jurar; pero si alguno jura profanamente por otras cosas, su blasfemia no será motivo de perjurio; todavÃa están en conciencia obligados a cumplir su juramento ante el Señor.
5. Eran escrupulosos con las nimiedades y negligentes con los deberes esenciales de la religión. Fueron más exactos en el pago de sus tÃteres, incluso a las pequeñas hierbas de su jardÃn, a la menta, el anÃs y el comino; pero omitieron los asuntos más importantes de la ley,tales como el juicio, la debida administración de justicia y la protección de los débiles e indefensos contra sus opresores; misericordia, el bondadoso alivio que deberÃan haber mostrado a los afligidos; y fe, una dependencia del cuidado y el amor de Dios, y el agradecimiento debido como consecuencia de ello.
Estos deberÃan haberlos practicado, como los más importantes y trascendentales; mientras que asuntos comparativamente triviales merecÃan una consideración subordinada: pero eran guÃas tan ciegos, corruptos en la práctica y en la doctrina, que colaron un mosquito, o sacaron un mosquito de sus licores, como si fuera a asfixiarlos; fingió una atención tan escrupulosa para evitar el menor pecado y practicar la más bella moralidad; mientras que podÃan tragarse un camello, sin tomar conciencia en secreto de los crÃmenes más enormes, para gratificar su orgullo, su codicia y su malicia. Ver Mateo 23:14 cap. Mateo 27:6 . Juan 18:28 . Nota;(1.) La práctica de un deber nunca puede alegarse como compensación por la negligencia de otro; y mucho menos pueden las observancias meramente ceremoniales excusar el descuido de esos preceptos morales más importantes, el juicio, la misericordia y la fe. (2.) Muchos fingen en bagatelas una conciencia escrupulosa, quienes, cuando está en juego algo importante para ellos, no dudan en cometer las inmoralidades más flagrantes.
6. Su religión consistÃa en meras cosas externas, mientras que sus corazones continuaban completamente corruptos y contaminados. TenÃan mucha curiosidad por lavar sus tazas y fuentes, y pusieron mucha pureza en esto; aunque les importaba poco la opresión que obtenÃan la provisión que comÃan de ellos: al menos, sus partes internas eran muy maldad, cualquier manto engañoso que arrojaran sobre sus caminos. Por tanto, con justicia los reprendió el Señor Jesús, ¡Fariseo ciego!oscuro para la contaminación de tu alma; limpia primero tus pensamientos, principios y designios más Ãntimos; comenzar dentro; Sea puro de corazón, y entonces podrá, con coherencia, luchar por una conformidad exacta con los ritos externos y las ceremonias prescritas por la ley. Pero en su estado actual eran el reverso de la pureza real; como sepulcros blanqueados, adornados y relucientes por fuera, pero por dentro llenos de contaminación y putrefacción; el emblema vivo de su hipocresÃa e iniquidad, acechando bajo el espléndido disfraz de piedad poco común.
Nota; (1.) Nuestros corazones son nuestra gran preocupación; Todos nuestros servicios en religión serán aceptables o abominables, ya que son verdaderamente purificados por la sangre de Jesús, o contaminados con la culpa y la corrupción nativas. (2.) Los que nunca han visto, sentido y lamentado la plaga de su propio corazón, necesariamente deben estar ciegos a todas las preocupaciones espirituales, ya que aquà comienza toda piedad vital. (3.) El mundo abunda en sepulcros blanqueados; debemos ser advertidos de ellos, no sea que, confundiendo la demostración con la realidad, estimamos esos patrones de piedad, que de hecho son sumideros de contaminación, llenos de orgullo, mundanalidad y enemistad con el poder de la religión experimental.
7. Fingieron una gran veneración por los profetas de antaño y, en honor a sus recuerdos, construyeron suntuosos monumentos para ellos y los guardaron con el mayor cuidado. Hicieron grandes profesiones del respeto que les hubieran brindado si hubieran sido tan felices de haber vivido sus dÃas; y condenó amargamente la maldad de sus antepasados ââal perseguirlos y asesinarlos; protestando contra tal violencia, y que nunca se habrÃan unido para derramar sangre tan inocente. AsÃ, por su propia confesión, se reconocieron a sà mismos como descendientes de los que habÃan asesinado a los profetas; y cuánto de su espÃritu habÃan absorbido, su comportamiento hacia Juan el Bautista, y sus maliciosos diseños pasados âây presentes contra Jesús, claramente demostrados. Por eso los abandona con justicia a la ruina que merecÃan,
¡Serpientes, sutiles y venenosas! generación de vÃboras, feroces y malignas; ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? En su temperamento y conducta actuales, era imposible que la ira eterna de Dios permaneciera sobre ellos. Nota;(1.) Muchos fingen respeto por los reformadores del pasado y los hombres buenos, que persiguen con la mayor virulencia a los que les siguen sus pasos. (2.) El engaño del corazón es grande: extrañamente, somos propensos a adularnos de lo bien que deberÃamos haberlo hecho y actuado si hubiéramos estado en las circunstancias de otras personas. Muchos piensan que los judÃos de corazón duro, que escucharon las doctrinas del Hijo de Dios, vieron sus milagros y lo crucificaron, eran pecadores de un tinte peculiar; y si hubieran vivido entonces, deberÃan haberlo recibido con éxtasis en sus casas y en sus corazones; que sin embargo tratan su palabra, sus ministros, su pueblo, con el mismo desprecio y enemistad. (3.) La paciencia de Dios espera mucho tiempo con los ofensores; pero la medida de su pecado será completa, y entonces vendrá sobre ellos la ira hasta el extremo. (4.
En tercer lugar, admitieron que sus padres habÃan perseguido y matado a los profetas del Señor, y pronto probarÃan ser descendientes genuinos de ellos.
1. Cristo presagia cuál serÃa su comportamiento hacia sus Apóstoles y Evangelistas. Una vez más les harÃa una prueba, enviándoles a sus ministros, investidos con la autoridad divina de él, su Dios y rey, que en dones y gracias no deberÃa ser inferior en nada a los profetas, sabios y escribas que los precedieron. . Pero en lugar de obedecer su palabra, o respetar a sus personas, simplemente harÃan lo que hicieron sus padres antes que ellos, o algo peor; persiguiéndolos de ciudad en ciudad, azotándolos en sus sinagogas y condenándolos a las muertes más ignominiosas y crueles. Ver Hechos 7:59 ; Hechos 12:2 ; Hechos 26:11 .
2. La medida de todos los pecados de sus padres, que asà imitaron, aprobaron y sobrepasaron, estando lleno, Dios no dejarÃa de requerir de sus manos toda la sangre que habÃa sido derramada por causa de la justicia, de la sangre de los justos. Abel, el primer mártir, a la sangre de ZacarÃas, el hijo de BaraquÃas, o Joiada, ver 2 Crónicas 24:20 quien mataron entre el pórtico y el altar, y quien fue el último mártir por la verdad registrada en el Viejo Testamento. Cristo les asegura a esta generación que vendrán todas estas cosas; toda la fuerte ira amenazada por la culpa de sus antepasados âây la suya propia. Nota;(1.) Todo insulto y daño que se haga a los justos de Dios, tarde o temprano, será severamente vengado. (2.) Cuanto más se acercan los juicios, más fuerte claman al arrepentimiento. 3. Cristo se lamenta patéticamente por la iniquidad de Jerusalén y denuncia su condenación. [1.] Ãl se lamenta por su maldad, reprochándola con ingratitud e impenitencia por todos los medios y misericordias de que habÃa disfrutado: Tú que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados, como blasfemos.
Tal habÃa sido y volverÃa a ser su práctica; y las grandes verdades de Dios han sido a menudo cargadas asà con las más severas censuras, y los más fieles y celosos defensores de ellas han sido perseguidos bajo el engañoso pretexto de reivindicar el honor de Dios y castigar a aquellos a quienes estos supuestos fanáticos se complacen en tildar de entusiastas. Sin embargo, dice Cristo, ¿cuántas veces habrÃa reunido a tus hijos, como la gallina junta a sus pollos debajo de las alas, y tú no quisiste? Como hombre y ministro de la circuncisión, Cristo miraba peculiarmente a Israel por causa de sus padres; por lo tanto, deseaba involucrarlos para que asistieran a su ministerio, para que, al reconocerlo como el MesÃas, pudieran evitar la ruina con la que se producirÃa su rechazo. pero vosotros, los escribas y fariseos, que prejuzgaban al pueblo en su contra, no quisieron; prevenir eficazmente que la gente reciba a Cristo como el MesÃas, para hacer lo que en general parece haber estado dispuesto; y asà estos guÃas falsos trajeron ruina sobre ellos mismos y sus seguidores engañados.
Nota; (1.) Los que han huido a Cristo en busca de refugio, encontrarán un seguro secreto de la tormenta de la ira divina; mientras que todos los que rechacen su salvación quedarán expuestos a una merecida venganza. (2.) Cristo visitará por todos los medios y misericordias de que los hombres han abusado; y un evangelio despreciado y rechazado traerá la condena más severa.
[2.] Ãl lee su perdición. Tu casa te queda desolada. Dios estaba ahora a punto de abandonarlos por incorregibles; dejar su templo; y su presencia se apartó, el oro se oscureció, el oro fino se cambió. Nada más que desolación permaneció dentro de aquellos muros que alguna vez fueron sagrados, cuando el habitante divino huyó; ni pasará mucho tiempo antes de que una piedra sobre otra no quede. Cuando Dios partió, su gloria y defensa los abandonó: su ciudad y nación con su templo ahora estaban dedicadas a la destrucción total.
4. Se despide triste de ese templo al que nunca más entrarÃa; ni lo verÃan jamás después de su partida al cielo, hasta ese gran dÃa de su aparición y gloria, cuando ya era demasiado tarde y estarÃan convencidos de que él era el MesÃas. Muchos suponen que esto se refiere a la conversión de los judÃos en los últimos dÃas, cuando recibirán al Redentor, a quien sus padres crucificaron, con hosannas, bendición y alabanza. Vea las notas crÃticas. Nota; (1.) El dÃa está cerca, cuando todos los ojos verán al Jesús una vez crucificado en un trono de juicio; y luego ¡ay de los que lo traspasaron y no se arrepintieron!
(2.) Los que no quieren ver, están justamente entregados a la ceguera de su corazón; y como no quisieron inclinarse ante el cetro de la gracia del Redentor, deben perecer bajo la vara de su juicio. (3.) Si recibimos a Jesús ahora en nuestro corazón, y él se complace en hacer de ellos su templo, y por su espÃritu establecer su residencia constante en él, entonces el dÃa de su aparición y gloria será nuestro gran gozo, y nos levantaremos para recibir y llamar bienaventurado al que viene en el nombre del Señor, para ser glorificado en sus santos y admirado por todos los que creen.