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Friday, July 18th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia Comentario CrÃtico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Daniel 7". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/commentaries/spa/jfb/daniel-7.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Daniel 7". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/
Whole Bible (26)
VersÃculos 1-28
CAPITULO 7
Vv. 1-28. LA VISION DE LAS CUATRO BESTIAS. Este capÃtulo trata el mismo tema que el capÃtulo segundo. Pero allá los cuatro reinos y el reino final del MesÃas, se consideraron en cuanto a sus aspectos polÃticos externos, pero aquà en cuanto a la mente de Dios acerca de ellos y sus rasgos morales. La historia polÃtica externa en sus rasgos generales habÃa sido mostrada al gobernante mundial, cuya situación lo capacitó para recibir tal revelación. Pero aquÃ, el profeta de Dios recibe manifestaciones en cuanto a los caracteres de los poderes del mundo, desde el punto de vista religioso, adecuadas a la posición de él y a su capacidad de recibirlas. De modo que en el capÃtulo segundo, las imágenes son tomadas de la esfera inanimada, mientras que en el séptimo se toman de la esfera de seres animados. Nabucodonosor vió superficialmente el poder mundial como una figura humana espléndida, y el reino de Dios como una piedra en el principio. Ahora Daniel ve los poderes mundiales en su esencia interna, como de la naturaleza animal más baja que la humana, estando apartado de Dios; y que sólo en el reino de Dios (âel Hijo del hombreâ el hombre representativo) es realizada la verdadera dignidad del hombre. Entonces, contrastado con la visión de Nabucodonosor, el reino de Dios aparece a Daniel, desde el mismo principio, superior al reino mundial. En la fuerza fÃsica las bestias superan al hombre, porque el hombre tiene poderes esencialmente espirituales. La imagen colosal de Nabucodonosor, representa al hombre en su propio poder, pero sólo el hombre externo. Daniel ve al hombre degradado espiritualmente al nivel animal, guiado por impulsos ciegos, por causa de su alejamiento de Dios. sólo de arriba viene el perfecto Hijo del hombre, y en el reino de aquél, el hombre llega a su verdadero destino. Véase Salmo 8, con Génesis 1:26. La humanidad es imposible sin la divinidad; desciende a la bestialidad (Salmo 32:9; Salmo 49:20; Salmo 73:22). Las naciones paganas obstinadas, se comparan con âtorosâ (Salmo 68:30). Egipto con el dragón en el Nilo ( IsaÃas 27:1; IsaÃas 51:9; Ezequiel 29:3). El animal con toda su astucia siempre mira al suelo, sin conocer ninguna relación con Dios. Lo que eleva al hombre, es la comunión con Dios, en voluntaria sujeción a él. En el momento que trata de exaltarse a sà mismo para independizarse de Dios, como Nabucodonosor (cap 4:30), desciende hasta el nivel de la bestia. El conocimiento que tuvo Daniel, de las figuras colosales de animales en Babilonia y NÃnive, fué una preparación psicológica para sus visiones de animales. El pasaje de Oseas 13:7, se le ocurrirÃa mientras contemplaba aquellos sÃmbolos del poder mundial. Véase Jeremias 2:15; Jeremias 4:7; Jeremias 5:6.
1. Belsasarâlos buenos manuscritos hebreos tienen âBelshazzarâ, que quiere decir âBel ha de ser quemado con fuego hostilâ (Jeremias 50:2; Jeremias 51:44). En la historia se llama por su nombre ordinario; y en la profecÃa, que da su destino verdadero, se llama por su nombre correspondiente mediante el cambio de una letra. visiones de su cabezaâno âsueñosâ confusos. sino imágenes distintas vistas mientras su mente estaba tranquila. sumaâun resumen. En las predicciones, generalmente los detalles no constan tan completos como para no dejar lugar para el libre ejercicio de la fe, y la espera paciente para que Dios manifieste su voluntad en el acontecimiento. Lo âescribióâ para los creyentes de todas las edades; lo âcontóâ para el consuelo de sus compatriotas cautivos.
2. los cuatro vientosâque corresponden a las âcuatro bestiasâ y sus variados conflictos en las cuatro direcciones del mundo. combatÃanâestallaron (desde el abismo) [Maurer]. marâlos poderes mundiales surgen de entre las agitaciones del mar polÃtico (Jeremias 46:7; Lucas 21:25; véase Apocalipsis 13:1; Apocalipsis 17:15; Apocalipsis 21:1); el reino de Dios y el Hijo del hombre vienen desde las nubes del cielo (v. 13; véase Juan 8:23). Tregelles cree que âla gran marâ quiere decir, como siempre en otras partes de las Escrituras ( Josué 1:4; Josué 9:1), el Mediterráneo, el centro territorial de los cuatro reinos de la visión, con el cual todos son linderos, y que tienen sujeta a sà a Jerusalén. Babilonia no lindaba con el Mediterráneo, ni gobernaba a Jerusalén, sino hasta el tiempo de Nabucodonosor, cuando sucedieron ambas cosas simultáneamente. Persia encerraba más este mar, es decir, desde el Helesponto hasta Cirene. Grecia no llegó a ser monarquÃa antes del tiempo de Alejandro, pero luego, sucediendo a Persia, llegó a ser dueña de Jerusalén. Encerró aún más el Mediterráneo, añadiendo las costas de Grecia a la parte poseÃda por Persis. Roma, bajo Augusto, realizó tres cosas de una vez: llegó a ser monarquÃa; llegó a ser dueña de la última de las cuatro parte del imperio de Alejandro, (simbolizado por las cuatro cabezas de la tercera bestia), y de Jerusalén; Roma encerró todo el Mediterráneo.
3. bestiasâno âanimales vivientesâ, como los cuatro querúbicos del Apocalipsis 4:7 (porque el original es una palabra diferente de âbestiasâ, que deberÃa traducirse âanimales vivientesâ). Los querúbicos animales vivientes representan a hombres redimidos, combinando en sà las formas más elevadas de la vida. Pero las âbestiasâ aquà representan los poders mundiales, en su carácter bestial y servil. Es sobre la armonÃa fundamental entre la naturaleza y el espÃritu; entre los tres reinos de la naturaleza, la historia y la revelación, en que descansa el simbolismo de las Escrituras. La selección de los sÃmbolos no es arbitraria, sino basada en la esencia de las cosas.
4. leónâel sÃmbolo de la fuerza y el coraje; el principal entre los reinos, como el león entre las bestias. Nabucodonosor el llamado âel leónâ (Jeremias 4:7). alas de águilaâque da a entender un imperio extenso y rápidamente adquirido ( IsaÃas 46:11; Jeremias 4:13; Lamentaciones 4:19; Habacuc 1:6). arrancadasâsu capacidad para conquistas lejanas desapareció bajo Evil-merodac, etc. [Grocio.] Más particularmente, durante el tiempo en que Nabucodonosor fué privado del trono, durante su locura. fué quitada de la tierraâlevantada de su posición rastrera. púsose enhiesta ⦠a manera de hombreâmientras Nabucodonosor, en soberbia altiva, confiaba en su propio poder, perdÃa la verdadera dignidad de hombre, y fué por lo tanto rebajado al nivel de las bestias. Véase cap. 4:16: âSu corazón sea mudado de corazón de hombre, y séale dado corazón de bestiaâ. Pero después que hubo aprendido por medio de esta disciplina dolorosa, que âel AltÃsimo se enseñorea del reino de los hombresâ (cap. 4:17, 37), se hizo un cambio a la inversa, âfuéle dado corazón de hombre en lugar de su corazón anterior de bestia, y el rey llega a la verdadera posición de hombre, la de ser conscientemente dependiente de Dios.â Véase Salmo 9:20.
5. osoâque simboliza la vida austera de los persas en sus montañas, como también su crueldad ( IsaÃas 13:17; Cambises, Ochus y otros de los prÃncipes persas eran notablemente crueles; las leyes persas complicaban por la ofensa de un hombre, a toda su parentela y vecindad en destrucción, cap. 6:24) y en rapacidad. âEl oso es un animal que todo lo devoraâ [Aristóteles, 8:5]. (Jeremias 51:48, Jeremias 51:56) se puso al un ladoâEl hebreo dice: âLevantó un dominio.â Los medos, pueblo antiguo, y los persas tribu moderna, formaron una soberanÃa unida en contraste con los reinos tercero y cuarto, originalmente uno, y más tarde dividido. La Versión Inglesa: âse levantó de un ladoâ, es el resultado del pequeño cambio de una letra. Entonces la idea serÃa: âestaba acostado sobre una pierna y levantado sobre la otraâ; figura que todavÃa se ve sobre una piedra de Babilonia (Munter, Religion of Babylon, 112); dando a entender un reino que habÃa estado tranquilo, pero ahora levantándose para conquistas. Media es el lado bajo, pasividad; persÃa, el lado levantado, el elemento activo [Auberlen]. Las tres costillas en su boca son Media, Lidia y Babilonia, metidas bajo el poder de Persia. Más bien, Babilonia, Lidia y Egipto, no propiamente partes del cuerpo, pero tomadas por Medopersia. [Sir Isaac Newton.] Llamadas âcostillasâ porque fortalecÃan al imperio medopersa. âEntre sus dientesâ como siendo muy molidas por él. traga carne muchaâes decir, sojuzga muchas naciones.
6. tigreâo leopardo; más pequeño que el león; veloz ( Habacuc 1:8); cruel ( IsaÃas 11:6), lo contrario a manso; que salta repentinamente de su escondite sobre su presa ( Oseas 13:7); manchado. Asà Alejandro, un rey pequeño de un reino pequeño, Macedonia, atacó a DarÃo cabeza de un vasto imperio que se extendÃa desde el Mar Egeo hasta las Indias. En doce años sojuzgó parte de Europa y toda Asia desde IlÃrico y el Adriático hasta el rÃo Ganges, no tanto peleando como conquistando. [Jerónimo.] Por lo tanto, mientras que se representa a Babilonia con dos alas, Macedonia tiene cuatro, porque sus conquistas fueron tan rápidas. Las âmanchasâ representan las distintas naciones incorporadas en su imperio [Bochart]; o las mismas variaciones en el carácter de Alejandro, una vez manso, luego cruel, ora moderado, ora borracho y disoluto. cuatro cabezasâexplicado en el cap. 8:8, 22; los cuatro reinos de los âDiádochiâ o sucesores, entre los cuales fué dividido el imperio a la muerte de Alejandro: Macedonia y Grecia bajo Casandro, Tracia y Bitinia bajo LisÃmaco, Egipto bajo Ptolomeo, y Siria bajo Seleuco. fuéle dada potestadâpor Dios; no por poder de Alejandro. Porque ¡cuán improbable fué que 30.000 hombres derrotasen a varios centenares de miles! Josefo (Antigüedades, 11:6) dice que Alejandro adoró al sumo sacerdote de Jerusalén, diciendo que en Dium, Macedonia, habÃa visto una visión de Dios vestido como sacerdote, el cual lo invitó a ir a Asia y le prometió éxito.
7. Como Daniel vivÃa bajo el reino de la primera bestia, por esto no necesitaba describirla; como la segunda y tercera se describen completamente en la segunda parte del libro, el énfasis principal cae sobre la cuarta. También la profecÃa se detiene sobre el fin, que es la consumación de las series de acontecimientos anteriores. Sólo en la cuarta serie el poder mundial manifiesta plenamente su naturaleza contraria a Dios. Mientras que los tres primeros reinos se designaron respectivamente como león, oso y leopardo, no se especifica ninguna bestia como la imagen del cuarto; porque Roma es tan terrible, que no se puede describir por ninguna, mas combina en sà todo lo que podamos imaginarnos como indeciblemente fiero en todas las bestias. Entonces tres veces (vv. 7, 19, 23) se repite que la cuarta era âmuy diferente de todas las bestiasâ. La fórmula de introducción: âVi en la noche visionesâ, ocurre aquà como en el v. 2 y otra vez en el v. 13, asà dividiendo la visión toda en tres partes: la primera, que abarca los tres reinos, la segunda el cuarto reino y su ruina, y la tercera parte, el reino del MesÃas. Los tres primeros reinos se extienden por unos pocos siglos; el cuarto, miles de años. Toda la mitad inferior de la imagen en el cap. 2 se dedica al cuarto reino. Y mientras que los otros reinos consisten en un solo material, éste consiste en dos, hierro y arcilla (sobre los cuales se hace mucho énfasis, cap. 2:41-43); los âdientes grandes de hierroâ aquà se refieren a uno de los materiales del cuarto reino de la imagen. diez cuernosâEs con la crisis del cuarto reino, más bien que con el curso, que este capÃtulo siete tiene que ver. Los diez reyes (v. 24, los âcuernosâ representan poder), es decir, reinos, en que Roma fué dividida cuando incorporó las tribus germánicas y eslavónicas, y nuevamente en la Reforma, son indicados aquÃ, según creen muchos. Pero la variación de la lista de diez y su desconcimiento completo de la mitad oriental del imperio, y la existencia del papado antes del desmembramiento del imperio occidental, en vez de que surja el âcuerno pequeñoâ después de los otros diez, están en contra de esta opinión. El imperio occidental continuó hasta el año 731, y el oriental hasta 1453. Los diez reinos, pues, simbolizados por los diez âdedosâ (véase Apocalipsis 13:1; Apocalipsis 17:12; con el cap. 2:41) son los diez reinos en que será dividida Roma finalmente, cuando aparezca el Anticristo. [Tregelles.] Estos probablemente son prefigurados por el número diez, que era el que prevalecÃa en el momento del cambio prÃncipal de la historia romana.
8. cuerno pequeñoâpequeño en el principio, pero más tarde creciendo para ser más grande que todos los demás. El tiene que ser buscado âentre ellosâ. El imperio romano no se representaba a sà mismo como una continuación del de Alejandro; pero el imperio germánico (que dejó de existir al fin de la Primera Guerra Mundial. Nota del Trad.) se llama a sà mismo âel santo Imperio Romanoâ. La monarquÃa universal tentada por Napoleón, era declaradamente romana: el hijo de él era llamado el rey de Roma. El zar de Rusia (zar, o tsar, viene de âCésarâ) también profesaba representar la mitad oriental del imperio romano. La civilización, la iglesia, el idioma y ley romanos, son los elementos principales de la civilización germánica. Pero el elemento románico busca imperio universal, mientras que el elemento germánico busca la individualización. Por esto las monarquÃas universales tentadas por el papado, Carlomagno, Carlos Quinto y Napoleón han fracasado, pues el hierro no se amalgama con la arcilla. En el rey simbolizado por âel cuerno pequeñoâ, el espÃritu del mundo, soberbio, contrario a Dios, representado por la cuarta monarquÃa, halla su desarrollo más intenso. âEl hombre de pecadoâ, âel hijo de perdiciónâ (2 Tesalonicenses cap. 2). El anticristo ( 1 Juan 2:18, Joel 2:18, 1 Juan 2:22, Joel 2:22; 1 Juan 4:3, Joel 4:3). Es la evolución completa del principio malo introducido por la caÃda. fueron arrancados tres cuernos de los primerosâEl exarcado de Ravena, el reino de LombardÃa y el estado de Roma, que constituÃan al principio los dominios del papa; conseguidos por los papas ZacarÃas y Esteban II, a cambio de reconocer al usurpador PepÃn como rey legÃtimo de Francia [Newton.] Véase las objeciones de Tregelles, v. 7, âdiez cuernosâ, Nota. El âcuerno pequeñoâ, según él, ha de ser el Anticristo, quien se levantará tres años y medio antes del segundo advenimiento de Cristo, habiendo derribado primero a tres de los diez reinos contemporáneos, entre los cuales la cuarta monarquÃa, bajo la cual estamos viviendo, será finalmente dividida. Parece que el papismo es un cumplimiento de la profecÃa en muchos detalles, como el papa pretende ser un dios sobre la tierra y superior a todos los dominios terrenales; pero el espÃritu del Anticristo, prefigurado por el papismo, probablemente culminará en un individuo, quien será destruÃdo a la llegada de Cristo; aquél será el producto de los poderes polÃticos mundiales, mientras que el papismo, que prepara el camino para el Anticristo, es una iglesia hecha mundana. ojos de hombreâLos ojos expresan inteligencia ( Ezequiel 1:18); asà ( Génesis 3:5) fué la promesa de la serpiente, que los ojos del hombre âserÃan abiertosâ, si él se rebelase contra Dios. El Anticristo consumará la apoteosis de sà mismo, empezada en la caÃda, una cultura intelectual alta, independiente de Dios. Los metales que representan a Babilonia y Medopersia, oro y plata, son más preciosos que el bronce y el hierro, que representan a Grecia y Roma; pero estos metales son más útiles a la civilización ( Génesis 4:22). La arcilla, que representa el elemento germánico, es el material más plástico. Hay un progreso en la cultura; pero éste no es necesariamente un progreso en la dignidad más verdadera del hombre, es decir, su unión y semejanza a Dios. Al contrario, aquel progreso lo ha llevado más lejos de Dios, a una confianza en sà mismo y al amor del mundo. Los principios de la civilización eran entre los descendientes de CaÃn ( Génesis 4:17; Lucas 16:8). AntÃoco EpÃfanes, el primer Anticristo, vino de la Grecia civilizada y era amante del arte. Asà como la civilización helénica produjo el primer Anticristo, asà la civilización moderna bajo la cuarta monarquÃa producirá al último Anticristo. La âbocaâ y los âojosâ son los del hombre, mientras que el sÃmbolo en lo demás es brutal; usurpará la verdadera dignidad del hombre, es decir, llevará la máscara del reino de Dios (el cual viene como el Hijo del hombre de arriba), mientras que es en realidad bestial, apartado de Dios. El Anticristo promete las mismas cosas que Cristo, pero de una manera contraria. Será una caricatura de Cristo, que ofrecerá un mundo regenerado sin la cruz de Cristo. Babilonia y Persia en su religión tuvieron más reverencia por las cosas divinas que Grecia y Roma en las etapas imperiales de su historia. El corazón humano dado a Nabucodonosor (cap. 4:16) al arrepentirse, hace contraste con los ojos humanos del Anticristo, el pseudo hijo del hombre, es decir, la cultura intelectual, mientras que el corazón y la boca blasfemarán de Dios. La deterioración polÃtica corresponde: el primer reino, una unidad orgánica; el segundo, dividido entre medos y persas; el tercero hace cuatro ramas; y el cuarto, en diez divisiones. Los dos reinos orientales son señalados por metales más nobles; los dos occidentales, por metales más despreciables; la individualización y división aparecen en éstos; y son éstos los que producen los dos Anticristos.
9. Estuve mirando hasta queâcontinuaba mirando hasta, etc. fueron puestas sillasâmás bien, âtronos fueron puestosâ [La Vulgata y Lutero], es decir, para los santos y ángeles a quienes âse dió el juicioâ (v. 22), como asesores del Juez. Véase el v. 10, âmillares de millares le servÃanâ ( Mateo 19:28; Lucas 22:30; 1 Corintios 6:2; 1 Timoteo 5:21; Apocalipsis 2:26; Apocalipsis 4:4). Anciano de grande edadââEl padre eternoâ ( IsaÃas 9:6). El es el juez aquÃ, como el Hijo no juzga en su propia causa, y es la causa de él la que está por presentarse contra el Anticristo. se sentóâla actitud del juez que está por dar su fallo. vestido era blancoâque indica la pureza judicial de Juez y de todas las cosas junto a él ( Apocalipsis 1:14). sus ruedasâcomo los tronos orientales se mueven sobre ruedas. Como la llama veloz, los juicios de Dios son más rápidos en caer donde él quiere ( Ezequiel 1:15). El juicio aquà no es el juicio final, porque entonces no habrá bestia, y el cielo y la tierra se habrán pasado; pero es aquel contra el Anticristo (el último desarrollo del cuarto reino), tÃpico del juicio final: âCristo que viene para sustituir al reino milenial de gloria por el de la cruz ( Apocalipsis 17:12; Apocalipsis 19:15; Apocalipsis 11:15).
10. millares de millares le servÃanâasà fué al darse la ley ( Deuteronomio 33:2; Salmo 68:17; Hebreos 12:22; Judas 1:14). millones ⦠delante de élâsemejanza tomada del SanedrÃn, en el cual el padre del consistorio se sentaba con sus asesores a cada lado, en forma de semicÃrculo, y el pueblo de pie delante de él. el Juez se sentóâlos jueces se sentaban por costumbre ( Apocalipsis 20:4). los libros se abrieronâ( Apocalipsis 20:12). Una imagen forense: todos los documentos de la causa a tratarse, en cuanto a la condenación del Anticristo y su reino, y el establecimiento del reino mesiánico. La sentencia tiene que pronunciarse contra el mundo como bajo la maldición, antes que venga la gloria; pero el Anticristo ofrece la gloria sin la cruz, un mundo renovado sin que el mundo sea juzgado.
11. Aquà se presenta la ejecución sobre la tierra, del juicio pronunciado en la invisible corte celestial de justicia (vv. 9, 10). cuerpo ⦠entregado ⦠en el fuegoâ( Apocalipsis 19:20).
12. âLas otras bestiasâ, es decir, las tres primeras no se habÃan ido mediante juicios directos destructivos, tales como los que consumieron el cuerno pequeño, por ser éste el mal completamente maduro de la cuarta bestia. Aquéllos continuaban existiendo, pero âsu señorio les fué quitadoâ; mientras que la cuarta bestia dejara completamente de ser, siendo invalidada por el reino del MesÃas. hasta cierto tiempoâNo sólo el triunfo de las bestias sobre los creyentes, sino la misma existencia de ellas está limitada a un tiempo definido, y aquel tiempo será el justamente conveniente (véase Mateo 24:22). Probablemente un perÃodo definido es indicado por âhasta cierto tiempoâ (véase v. 25; Apocalipsis 20:3). Es sorprendente que la cuarta monarquÃa, aunque cristianizada (sic) durante los 1500 años pasados, no se distinga de las anteriores monarquÃas paganas, ni de la parte pagana de sà misma. En efecto, se representa como la más contraria a Dios que todas y que culmina al final en el blasfemo Anticristo. El motivo de ello es que el reino de Cristo ahora no es de este mundo ( Juan 18:36), y sólo en el segundo advenimiento de Cristo vendrá a ser un poder externo del mundo. Por esto Daniel, cuya misión fué la de profetizar acerca de los poderes mundiales, no trata del cristianismo mientras éste no llegue a ser un poder mundial, en la segunda venida de Cristo. El reino de Dios es un reino escondido mientras no venga Jesús otra vez ( Romanos 8:17; Colosenses 3:2; 2 Timoteo 2:11). Roma era mundana mientras era pagana, y quedó mundana, aunque fué cristianizada (sic). Entonces el Nuevo Testamento contempla el actual âeónâ o edad del mundo como esencialmente pagano, el cual no podemos amar sin abandonar a Cristo ( Romanos 12:2; 1 Corintios 1:20; 1 Corintios 2:6, 1 Corintios 2:8; 1 Corintios 3:18; 1 Corintios 7:31; 2 Corintios 4:4; Gálatas 1:4; Efesios 2:2; 2 Timoteo 4:10; véase 1 Juan 2:15, Joel 2:15, 1 Juan 2:17, Joel 2:17). El objeto del cristianismo no es tanto el de cristianizar el mundo presente como el de salvar almas de entre el mundo, para que no sean condenadas con el mundo ( 1 Corintios 11:32), sino que reinen con él en su milenio ( Mateo 5:5; Lucas 12:32; Lucas 22:28; Romanos 5:17; 1 Corintios 6:2; Apocalipsis 1:6; Apocalipsis 2:26; Apocalipsis 3:21; Apocalipsis 20:4). Esta ha de ser nuestra esperanza, no la de reinar en el actual curso del mundo ( 1 Corintios 4:8; 2 Corintios 4:18; Filipenses 3:20; Hebreos 13:14). Tiene que haber una âregeneraciónâ del mundo, como del individuo, una muerte previa a una resurrección, una destrucción de los reinos mundiales antes que puedan surgir de nuevo como los reinos de Cristo ( Mateo 19:28). Aun el milenio no desarraigará completamente la corrupción del mundo, y vendrán otra apostasÃa y otro juicio ( Apocalipsis 20:7) en el cual el mundo de la naturaleza ha de ser destruÃdo y renovado, asà como lo fué el mundo de la historia antes del milenio ( 2 Pedro 3:8); luego vendrán el perfecto mundo y cielos perfectos ( Apocalipsis 21:1). Asà hay un progreso constante, y el cristiano está esperando la consumación (Marco 13:33; Lucas 12:35, Lucas 12:40; 1 Tesalonicenses 1:9), también está âesperandoâ su Señor. ( Hebreos 10:13).
13. un hijo de hombreâ(Véase Nota, Ezequiel 2:1). No meramente Hijo de David, y Rey de Israel, sino Cabeza de la humanidad restaurada (que corresponde con el horizonte amplio de la profecÃa de Daniel); la simiente de la mujer, que aplastará al Anticristo, la simiente de la serpiente, según el protoevangelio en el ParaÃso (Génesis cap. 3). El hombre representativo entonces realizará el destino original de hombre como Cabeza de la creación ( Génesis 1:26, Génesis 1:28); el centro de unidad para Israel y los gentiles. La bestia, que tomada conjuntamente representa las cuatro bestias, asciende del mar (cap. 7:2; Apocalipsis 13:1); el Hijo del hombre desciende del âcieloâ, Satanás, como serpiente, es la cabeza representativa de todo lo bestial; el hombre, siguiendo a la serpiente, ha venido a ser bestial. Dios pues tiene que venir a ser hombre, para que el hombre deje de ser bestial. Quienquiera rechace al Dios encarnado, será juzgado sólo por el Hijo del hombre, porque él es el Hijo del hombre ( Juan 5:27). Este tÃtulo siempre se asocia con su nueva venida, porque el reino que le espera entonces, es el que le pertenece como el Salvador del hombre, el Restaurador de la herencia perdida. âHijo del hombreâ expresa su estado VISIBLE, antes en su humillación, más tarde en su exaltación. El âllegó hasta el Anciano de grande edadâ para ser investido de su reino. Véase Salmo 110:2; âLa vara de tu fortaleza (el MesÃas) enviará Jehová desde Siónâ. Esta investidura fué en su ascensión âcon las nubes del cieloâ ( Hechos 1:9; Hechos 2:33; Salmo 2:6; Mateo 28:18), que es una garantÃa de su regreso âasiâ âen las nubesâ ( Hechos 1:11; Mateo 26:64), y âcon las nubesâ ( Apocalipsis 1:7), El reino le fué dado entonces en titulo y ejercicio invisible; a su segunda venida será en administración visible. El lo justificará por el desgobierno de aquellos que lo recibieron para tenerlo por Dios y bajo él, pero que desconocÃan su supremacÃa. El Padre sostendrá su derecho por el Hijo, el heredero, quien lo tendrá para él (el Padre) ( Ezequiel 21:27; Hebreos 1:2; Apocalipsis 19:13). Tregelles cree que la investidura aquà antecede inmediatamente a la próxima venida de Cristo; porque está sentado a la diestra de Dios hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies, entonces es dado el reino al Hijo en su real investidura, y él vendrá para aplastar el estrado preparado para sus pies. Pero las palabras âen las nubesâ y el poder universal, realmente le es dado, aunque será invisible en aquel entonces ( Efesios 1:20), concuerda mejor con su investidura en la ascención, la que, en la vista profética salta por encima del intervalo de edades, es la precursora de su venida visible para reinar, como no sucede ningún acontecimiento de importancia en el intervalo.
15. mi cuerpoâlit., âla vainaâ, como el cuerpo es la vaina del alma.
17. reyesâes decir, reinos, Véase v. 23, âun cuarto reinoâ; cap. 2:38; 8:20-22. Cada uno de los cuatro reyes representa una dinastÃa. Nabucodonosor, Alejandro, AntÃoco y el Anticristo, aunque mencionados individualmente, son representantes de tendencias caracterÃsticas
18. del AltÃsimoâel tÃtulo enfático de Dios en esta profecÃa, quien delega su poder primero a Israel, y luego a los gentiles (cap. 2:37, 38), cuando Israel deja de realizar el ideal de la teocracia; y finalmente, al MesÃas, quien reinará verdaderamente en lugar de Dios, recibiendo el dominio de los poderes gentiles mundiales, cuya historia es una historia de la degeneración continua que culmina en el último de los reyes, el Anticristo. Aquà en la interpretación, son âlos santosâ quienes toman el reino, pero en la visión (vv. 13, 14), es el Hijo del hombre quien lo toma; porque Cristo y su pueblo son uno en el sufrimiento y uno en la gloria. Tregelles traduce âlugares altÃsimosâ ( Efesios 1:3; Efesios 2:6). Aunque los santos son oprimidos por la bestia y el cuerno pequeño, ellos no pertenecen a la tierra de donde se levantan las cuatro bestias, sino a los lugares altÃsimos.
19. Balaam, arameo, habitante sobre el Eufrates, en el comienzo de la historia independiente de Israel, y Daniel al final de ella, proféticamente exhiben a los poderes mundiales hostiles, a Israel como triunfante sobre ellos al fin, aunque los poderes mundiales de oriente (Assur) y del occidente (Cittim) atropellan todo lo que está delante de ellos y afligen a Eber (Israel) por un tiempo ( Números 23:8, Números 23:28; Números 24:2, Números 24:7, Números 24:22). Al âAssurâ de Balaam corresponden los dos reinos orientales de Daniel, Babilonia y Medopersia; y a âCittimâ, los dos reinos occidentales, Grecia y Roma (Véase Génesis 10:4, Génesis 10:11, Génesis 10:22). En Babel, Nimrod el cazador (rebelde) funda el primer reino del mundo ( Génesis 10:8). El poder mundial babilónico asume la corriente de historia interrumpida en la edificación de la torre, y el reino de Nimrod. Asà como en Babel, asà también en Babilonia el mundo se une contra Dios; BabilonÃa, el primer poder mundial, viene a ser el tipo del mundo que se opone a Dios. La cuarta monarquÃa consuma la maldad; ella es âdiferenteâ de las demás sólo en la universalidad más ilimitada. Las tres primeras no eran monarquÃas universales en el sentido más completo. La cuarta lo es; de suerte que en ella el principio de oposición a Dios halla su pleno desarrollo. Toda la historia se mueve dentro de las naciones románicas, germánicas y eslavas; continuará asà hasta el segundo advenimiento de Cristo. La cuarta monarquÃa representa al universalismo exteriormente; el cristianismo lo representa interiormente. Roma es Babilonia plenamente desarrollada. Es el poder mundial que corresponde en contraste con el cristianismo, y por lo tanto contemporánco con él ( Mateo 13:38; Marco 1:15; Lucas 2:1; Gálatas 4:4).
20. su parecer mayor que el de sus compañerosâes decir, que el de los demás cuernos.
21. hacÃa guerra contra los santosâperseguÃa a los creyentes de Cristo ( Apocalipsis 11:7; Apocalipsis 13:7). los vencÃaâpero no finalmente. El lÃmite está señalado por âhasta queâ (v. 22). El cuerno pequeño continuará, sin interrupción, a perseguir hasta la segunda venida de Cristo ( Apocalipsis 17:12, Apocalipsis 17:14; Apocalipsis 19:19).
22. Anciano de grande edadâel tÃtulo dado al Padre en el v. 13, aquà se refiere al Hijo; quien se llama âPadre eternoâ ( IsaÃas 9:6). Nunca se dice que el Padre âvieneâ; es el Hijo quien viene. se dió el juicio a los santosâjuicio incluye gobierno; el âreinoâ al fin de este versÃculo ( 1 Corintios 6:2; Apocalipsis 1:6; Apocalipsis 5:10; Apocalipsis 20:4). Cristo primero recibe âjuicioâ y el âreinoâ, luego los santos con él (vv. 13, 14).
24. diez cuernosâque corresponden a los diez âdedosâ (cap. 2:41). de aquel reinoâde entre el cuarto reino se levantan otros diez, sea cual sea el territorio exterior que posea alguno de ellos ( Apocalipsis 13:1; Apocalipsis 17:12). tras ellos se levantará otroâpero contemporáneo con ellos; los diez son contemporáneos. El Anticristo se levanta después de ellos, al principio âpequeñoâ (v. 8); pero después de destruir tres de los diez, él viene a ser más grande que todos ellos (vv. 20, 21). Idos los tres, él viene a ser el octavo (véase Apocalipsis 17:11); cabeza distinta, pero âde los sieteâ. Asà como los poderes mundiales anteriores tuvieron sus respectivas cabezas representativas (Babilonia, Nabucodonosor; Persia, Ciro; Grecia, Alejandro), asà el cuarto reino y sus Anticristos tendrán su maldad concentrada en un Anticristo final. Asà como AntÃoco EpÃfanes, el Anticristo del tercer reino en el cap. 8, era el enemigo personal de Dios, asà el Anticristo final del cuarto reino, será su antitipo. La iglesia ha sufrido una persecución pagana y persecución papal; queda para ella una persecución atea general, que la parificará y cimentará. [Cecil.] No solamente se pondrá en lugar de Cristo, en nombre de Cristo, como hace el papismo, sino que ânegará al Padre y al Hijoâ ( 1 Juan 2:22, Joel 2:22). La persecución ha de continuar hasta la segunda venida de Cristo (vv. 21, 22); por eso el cuerno de blasfemia no puede ser pasado; porque actualmente hay casi una cesación completa de persecución. 25. Tres atributos del Anticristo se especifican: 1. La civilización y sabidurÃa mundanas más elevadas. 2. La unión de todo el mundo bajo su dominio. 3. El ateÃsmo, antiteÃsmo y autoteÃsmo en su desarrollo más completo ( 1 Juan 2:22, Joel 2:22). Por lo tanto, no sólo es el poder quitado a la cuarta bestia, como en el caso de los otros tres, sino que Dios destruye el poder mundial en general, por un juicio final. El actual cristianismo externo ha de dar lugar a una apostasÃa casi universal. pensaráâlit., âllevará dentro de sà como si fuera una carga de pensamientoâ. mudar los tiemposâprerrogativa de Dios solo (cap. 2:21); blasfema asumida por el Anticristo. âLos tiempos y la leyâ aquà quieren decir los de ordenanzas religiosas; tiempos establecidos de fiestas. [Maurer.] Se pondrá contra todo lo que se llama dios ( 2 Tesalonicenses 2:4), imponiendo su propia âvoluntadâ por encima de los tiempos y las leyes establecidos por Dios (cap. 11:36, 37). Pero los âtiemposâ de su perversidad son limitados por amor de los elegidos ( Mateo 24:22). entregados serán en su manoâpara ser perseguidos. tiempo, y tiempos, y el medio de un tiempoâun año, dos años y medio año: tres años y medio, o sea 1.260 dÃas ( Apocalipsis 12:6, Apocalipsis 12:14); cuarenta y dos meses ( Apocalipsis 11:2). Que sean literalmente tres años y medio el término de la persecución por el Anticristo, es favorecido por el cap. 4:16, 23, donde la teorÃa de dÃaaño serÃa imposible. Si se le hubiera informado a la iglesia, además, que 1260 años tendrÃan que pasar antes del segundo advenimiento, estarÃa fuera de lugar la actitud de expectativa inculcada ( Lucas 12:38; 1 Corintios 1:7; 1 Tesalonicenses 1:9; 2 Pedro 3:12) debido a la incertidumbre del tiempo. La palabra original âtiempoâ indica un perÃodo dado o fiesta establecida; o el intervalo de una fiesta fija a su repetición, es decir, un año [Tregelles]; LevÃtico 23:4, âsazonesâ; LevÃtico 23:44, âfiestasâ. Los pasajes que favorecen la teorÃa de dÃa-año son Ezequiel 4:6, donde cada dÃa de los cuarenta que Ezequiel estaba acostado sobre su lado derecho, es definido por Dios como queriendo decir un año. Véase Números 14:34, donde un año de extravÃo en el desierto fué fijado por cada dÃa de los cuarenta que los espÃas exploraban Canaán; pero los dÃas, en estos dos casos, eran simplemente el tipo o la razón de los años, los que eran anunciados como habÃan de ser cumplidos. En la parte profética de Números 14:34, los años son literales. ¡Si se aplicara el sistema de dÃa-año en estos casos, serÃan 14.400 años! ¡En Ezequiel 4:4, si dÃa quisiera decir año, Ezequiel hubiera quedado acostado sobre su lado derecho cuarenta años! El contexto aquà en los vv. 24, 25, no es simbólico. Al Anticristo no se le llama más âcuernoâ sino un âreyâ que sojuzga a tres de los diez reyes (no llamados más âcuernosâ, vv. 7, 8). Asà en el cap. 12:7, donde âtiempo, tiempos y medio tiempoâ vuelven a ocurrir, no hay nada simbólico en el contexto. De modo que no hay razón por qué fuesen asà los tres años y medio. Durante los cuatro primeros siglos los âdÃasâ se interpretaban literalmente; un sentido mÃstico de los 1.260 dÃas entonces empezó. Walter Brute sugirió primero la teorÃa dÃa-año al fin del siglo catorce. ¡Los setenta años de la cautividad babilónica predichos por JeremÃas (Jeremias 25:12; Jeremias 29:10) eran entendidos por Daniel (cap. 9:2) como años literales, y no simbólicos, lo que habrÃa sido 25.200 años! [Tregelles.] Es posible que la teorÃa dÃa-año y la teorÃa dÃa-dÃa sean las dos verdaderas. Los siete (simbólicos) tiempos de las monarquÃas gentiles ( LevÃtico 26:24) durante el rechazo de Israel, terminarán en los siete años del Anticristo. Los 1.260 años del desgobierno papal en el nombre de Cristo, pueden ser representados por tres años y medio de abierto anticristianismo y persecución, antes del milenio. Iglesias que testifican, podrán ser seguidas por individuos que testifiquen ocupando aquéllas el tiempo más largo, y éstos el periodo más corto ( Apocalipsis 11:3). El principio de los 1:260 años es fijado por Elliot al año 529 o 533 d. de J. C., cuando el edicto de Justiniano reconoció al papa Juan II como cabeza de la Iglesia. Por Lutero al año 606, cuando Focas confirmó la concesión de Justiniano. Pero el año 752 es la fecha más probable, cuando empezó el dominio temporal de los papas por la concesión de PepÃn a Esteban II (por el reconocimiento de su tÃtulo como rey de Francia por ZacarÃas, el antecesor de Esteban), confirmada po Carlomagno. Porque fué entonces que el cuerno pequeño arrancó tres cuernos, y asà vino a ser la prolongación del cuarto reino secular. [Newton.] Esto nos traerÃa hasta el año 2.000 después de Cristo, siete mil años desde la creación. Pero Clinton fija el año 862 como el séptimo milenario, lo que podrá favorecer la fecha desde 529.
26. destruÃdo ⦠arruinadoâuna operación doble. El Anticristo ha de ser gradualmente âconsumidoâ, como el papado viene consumiéndose desde hace 400 años, y especialmente en años recientes. El ha de ser âarruinadoâ súbitamente por Cristo en su venida; el hombre de pecado, plenamente desarrollado ( 2 Tesalonicenses 2:3) o el falso profeta que hace un último esfuerzo desesperado en alianza con la âbestiaâ ( Apocalipsis 16:13, Apocalipsis 16:16) o el poder secular del imperio romano, será destruÃdo en Armagedón, Palestina.
27. majestad de los reinos debajo de todo el cieloâes decir, el poder que poseÃan todos aquellos reinos, será todo transferido al reino del MesÃas. âDebajo del cieloâ da a entender que será un reino en la tierra, no en el cielo. al pueblo de los santos del AltÃsimoâlos judÃos, el pueblo con el cual los santos mantienen una relación especial. Los santos son reunidos de entre los judÃos y los gentiles, pero el tronco de la iglesia es judio ( Romanos 9:24; Romanos 11:24); la fidelidad de Dios a esta iglesia elegida es asà esencialmente fidelidad a Israel, y una prenda de su futura bendición nacional. Cristo confirma este hecho, aunque reserva para si, o para su Padre, la fecha. reino eternoâSi es eterno, ¿cómo puede el reino aquà referirse a un reino milenario? Contestación. Daniel vió el tiempo entero de futura bienaventuranza como un solo perÃodo. La luz más clara del Nuevo Testamento, distingue en el perÃodo entero, el milenio y el tiempo de los cielos nuevos y tierra nueva (véase Apocalipsis 20:4 con 21:1 y 22:5). El reino de Cristo es âsempiternoâ. Ni aun el juicio final lo terminará, mas sólo le dará una apariencia más gloriosa, cuando la Nueva Jerusalén descenderá del cielo, con el trono de Dios y del Cordero dentro de sà (véase Apocalipsis 5:9; Apocalipsis 11:15).
28. me turbaron mis pensamientosâmostrando que el EspÃritu Santo pensaba que mucho más habÃa de comprenderse por las palabras de Daniel, de lo que Daniel mismo entendió. No debemos limitar el significado de las profecÃas a lo que los profetas mismos entendÃan ( 1 Pedro 1:11).