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Sunday, December 22nd, 2024
the Fourth Week of Advent
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Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia Comentario Crítico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Exodus 33". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/exodus-33.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Exodus 33". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/
Whole Bible (26)Individual Books (2)
Versículos 1-23
JEHOVA SE NIEGA A ACOMPAÑAR AL PUEBLO.
1. Jehová dijo a Moisés—Más bien había dicho a Moisés. La conferencia detallada en este capitulo debería considerarse como verificada antes de la intercesión patética de Moisés, relatada en la parte final del capítulo anterior; habiendo el historiador mencionado el hecho de su ansiedad ardiente y penosa, bajo la abrumadora presión por la cual él derramó aquella oración intercesoria a favor de sus compatriotas apóstatas, ahora entra a un relato detallado de las circunstancias.
3. no subiré en medio de ti … no sea que te consuma—Aquí se representa al Señor como resuelto a hacer lo que después no hizo. (Véase cap. 32:10).
4. oyendo el pueblo esta sensible palabra—de boca de Moisés a su descenso de la montaña.
5. quítate pues ahora tus atavíos—En ocasión de luto, es costumbre de los pueblos orientales deshacerse de todas sus chucherías, y quitar sus joyas, su oro y toda cosa rica y espléndida de su vestido. Esta señal de su pesar, el Señor demandaba a su pueblo ofensor. que yo sabré lo que tengo de hacer—El lenguaje está acomodado a las comprensiones débiles de los hombres. Dios juzga el estado del corazón por el tenor de la conducta. En el caso de los israelitas, él guardaba vivo un propósito de misericordia; y en el primer momento que percibió los primeros síntomas de contrición, en el hecho de que ellos se quitaron sus atavíos, como penitentes conscientes de su error, y sinceramente entristecidos, añadió peso al fervor de las oraciones de Moisés, y les dió aceptación con Dios a favor del pueblo.
7. Moisés tomó el tabernáculo, y extendiólo fuera del campo—No el tabernáculo, cuyo modelo le había sido dado, porque todavía no había sido erigido, sino su propia carpa, notable como la del conductor, en una parte de la cual él escuchaba las causas, y tenía comunicación con Dios acerca de los intereses del pueblo, y por esto llamada “el tabernáculo de la congregación”, y cuyo retiro, por aversión al campamento contaminado, fué mirado como el primer paso en el total abandono con que Dios los amenazaba.
8. todo el pueblo se levantaba, y estaba cada cual en pie a la puerta de su tienda—Su traslado produjo una consternación profunda y universal; y es fácil concebir cuán ansiosamente todos los ojos se dirigirían hacia él y cuán rápidamente se extendería la feliz noticia, cuando fuera presenciado algún fenómeno en el cual pudiera fundarse alguna esperanza.
9-11. la columna de nube descendía, y poníase a la puerta del tabernáculo—¡Cómo revivirían los corazones abatidos! ¡llenaría cada pecho esta ola de gozo, cuando la nube simbólica se veía lenta y majestuosamente descender y posarse a la entrada del tabernáculo! cuando Moisés entraba—Era cuando él aparecía como el mediador de ellos; cuando se retiraba de día en día para interceder por ellos, aquella señal grata de seguridad era prueba de que prevalecía su defensa, de que era perdonado el pecado de Israel, y de que nuevamente sería Dios benévolo.
18-23. Ruégote que me muestres tu gloria—Esta es una de las escenas más misteriosas descritas en la Biblia: él tuvo, para su consuelo y aliento, una manifestación espléndida y completa de la majestad divina, no en su brillo sin velo, sino hasta donde admitiría la debilidad de la humanidad. El rostro, la mano, las espaldas, hay que entender en sentido figurado.