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Sunday, December 22nd, 2024
the Fourth Week of Advent
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Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia Comentario Crítico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Daniel 11". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/daniel-11.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Daniel 11". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/
Whole Bible (24)
Versículos 1-45
CAPITULO 11
Vv. 1-45. LA DERROTA DE PERSIA POR GRECIA: LAS CUATRO DIVISIONES DEL REINO DE ALEJANDRO: CONFLICTOS ENTRE LOS REYES DEL SUR Y LOS DEL NORTE, LOS PTOLOMEOS Y SELEUCIDAS: ANTIOCO EPIFANES. Este capítulo es una ampliación del octavo.
1. Yo—el ángel (cap. 10:18). año primero de Darío—Ciaxares II; el año de la conquista de Babilonia (cap. 5:31). Ciro, quien ejercía el poder verdadero, pero en nombre subordinado a Darío, en aquel año promulgó el edicto para la restauración de los judíos, por la cual estaba orando Daniel en aquel entonces (cap. 9:1, 2, 21, 23). estuve—indicando prontitud en ayudarle (Salmo 94:16). fortalecerlo—es decir, Miguel; así como Miguel (cap. 10:21, “se fortalecía conmigo”) ayudó al ángel, uniendo los dos sus poderes a favor de Israel. [Rosenmuller.] O, Darío, “confirmándole a él” el ángel en su propósito de bondad a Israel.
2. tres reyes en Persia—Cambises, el falso Esmerdis y Darío Histaspes. (Assuero, Artajerjes y Darío, en Esdras 4:6, Esdras 4:24). El Assuero de Ester (véase Nota, cap. 9:1) se identifica con Jerjes, tanto en la historia griega como en las Escrituras, apareciendo orgulloso, voluntarioso, descuidado de violar las costumbres persas, apasionado y voluble (v. 2). el cuarto se hará de grandes riquezas … contra el reino de Javán—Jerjes, cuyas riquezas eran proverbiales. Persia llegó a su mayor gloria y mostró su poder más grande, en su invasión de Grecia en el año 480, bajo Jerjes. Después de su derrota en Salamina, Persia se veía como políticamente muerta, aunque todavía tenía una existencia. Por esto, el tercer versículo, sin mencionar a los sucesores de Jerjes, se ocupa en seguida con Alejandro, bajo quien primeramente el tercer reino mundial, Grecia, llegó a su culminación, y vino a ser importante en cuanto al pueblo de Dios. despertará a todos—cuatro años fueron ocupados en juntar su ejército desde todas partes de su vasto imperio, el cual llegó a contar con dos millones seiscientos cuarenta y dos mil soldados. [Prideaux, Connex. 1. 4. 1.410.]
3. rey valiente … y hará su voluntad—que corresponde con el “cuerno notable” del macho de cabrío (cap. 8:6, 7, 21). Alejandro invadió a Persia en el año 334 antes de Cristo, para vengarse de los males que sufriera Grecia de parte de Persia por la invasión de Jerjes (como Alejandro dijo en una carta a Darío Codomano, Arriano, Alexander 2, 14:7).
4. su reino … repartido por los cuatro vientos—la cuádruple división del reino de Alejandro a su muerte (cap. 8:8, 22), después de la batalla de Ipso, en el año 301 a. de J. C. no a sus descendientes—(Notas, cap. 8:8, 22). ni según el señorío—ninguno de los sucesores de Alejandro tuvo tan amplio dominio como él. otros fuera de aquellos—además de los hijos de Alejandro. Hércules por Barsine, hija de Darío, y Alejandro por Roxana, quienes fueron asesinados. [Maurer.] Más bien, “fuera de” los cuatro sucesores a las cuatro divisiones principales del imperio, habrá otros jefes menores, quienes tomarán para sí porciones más pequeñas del imperio macedónico. [Jerónimo.]
5. Aquí el profeta deja Asia y Grecia, y se ocupa de Egipto y Siria, como éstas estarían en conflicto continuo bajo los sucesores de Alejandro, causando mucha miseria en Judea, que estaba situada entre ellas. Las Sagradas Escrituras tratan de la historia externa sólo en lo que tiene relación con el pueblo de Dios, Israel. [Jerónimo.] Tregelles pone una brecha entre los vv. 4 y 5, haciendo aquí la transición al Anticristo final, lo que corresponde (en su opinión), con el hueco del cap. 8:22, 23. rey del mediodía—Egipto (cap. 8:42), Ptolomeo Sotero, hijo de Lago. El tomó para sí el título de “rey,” mientras Lago no fué más que “gobernador.” uno de los príncipes de aquél—Seleuco, al principio un sátrapa de Ptolomeo Lago, pero desde, el año 312 antes de Cristo, rey del imperio más grande después del de Alejandro (Siria, Media, etc.), y llamado por lo tanto Nicátor, Conquistador. Entonces únanse las palabras del versículo así: “Y uno de sus príncipes (da Ptolomeo), aun él (Seleuco) le sobrepujará” (a Ptolomeo, su amo de antes.)
6. al cabo de años—cuando el tiempo predicho se habrá consumado (v. 13, Margen cap. 8:17; 12:13). la hija del rey del mediodía—Berenice, hija de Ptolomeo Filadelfo de Egipto. Este, para terminar su guerra con Antíoco Theos, “rey del norte” (lit., “medianoche”: nombre profético por la región de donde vino la aflicción a Israel, Jeremias 1:13; Joel 2:20), es decir, Siria, dió a Berenice a Antíoco, quien entonces divorció a su esposa anterior, Laodice, y desheredó al hijo de ella, Seleuco Calínico. El título “rey del norte” y “rey del mediodía” se da en cuanto a Judea, como punto de vista. Egipto se menciona por nombre (vv. 8, 42), aunque no lo es Siria; porque aquél era en tiempo de Daniel un reino floreciente, mientras que Siria era entonces una simple dependencia de Asiria y Babilonia; una prueba hecha sin deliberación de lo genuino del libro de Daniel. conciertos—lit., “derechos”, es decir, para poner cosas en orden entre los beligerantes. ella no podrá retener la fuerza—ella no podrá efectuar el propósito de la alianza, es decir, que ella fuese el apoyo principal de la paz. Como había muerto Ptolomeo, Antíoco volvió a tomar a Laodice, quien lo envenenó e hizo que Berenice y el hijo de ella fuesen muertos, y que su propio hijo, Seleuco Nicátor, fuera elevado al trono. ni permanecerá él—el rey de Egipto no saldrá con la suya en su deseo de poner su linaje en el trono de Siria. ni su brazo—en el cual confiaba. Es decir, en Berenice y su hijo. los que la habían traído—los que la acompañaron de Egipto. su hijo—que fué muerto. los que estaban de parte de ella—en el original hallamos el número singular; “el que estaba de parte de ella”, o literalmente, “el que la fortalecía”; Antíoco Theus, quien había de casarse con ella (después de divorciar a Laodice). [Gejer.]
7. del renuevo de sus raíces … sobre su silla—Ptolomeo Euérgetes, hermano de Berenice, sucediendo “sobre la silla” de Filadelfo, vengó la muerte de ella, invadiendo toda Siria, aun hasta el Eufrates. y predominará—tratará a los sirios según su voluntad. El mató a Laodice.
8. los dioses de ellos … llevará cautivos a Egipto, etc.—Ptolomeo, oyendo de una sedición en Egipto, regresó con 40.000 talentos de plata, vasos preciosos y 2.400 imágenes, inclusive algunos ídolos egipcios, que Cambises había llevado de Egipto a Persia. Los egipcios idólatras estaban tan agradecidos que lo nombraron Euérgetes, el Bienhechor. por sños se mantendrá él—Ptolomeo siguió viviendo cuatro años después de la muerte de Seleuco, reinando en total cuarenta y seis años. Maurer traduce: “Entonces desistirá por varios años de contender con el rey del norte” (véase v. 9).
9. entrará en el reino—en Egipto: no sólo con impunidad sino con grandes despojos.
10. los hijos de aquél—los dos hijos del rey del norte, Seleuco Calínico, a su muerte por una caída de su caballo, es decir, Seleuco Cerauno y Antíoco el Grande. vendrá a gran priesa (uno de los dos)—habiendo muerto Cerauno, Antíoco solo prosiguió la guerra con Ptolomeo Filopáter, hijo de Euérgetes, hasta recuperar todas las partes de Siria sojuzgadas por Euérgetes. inundará—pasará por la tierra como una inundación (vv. 22, 26. 40; Isaías 8:8). Antíoco penetró hasta Dura, cerca de Cesarea, donde dió a Ptolomeo una tregua de cuatro meses. tornará—revonará la guerra al término de la tregua (v. 13). llegará con ira hasta su fortaleza—la de Ptolomeo: Rafia, una fortaleza sobre la frontera contra las invasiones por vía de Edom y la Arabia Pétrea, cerca de Gaza; aquí fué vencido Antíoco.
11. se enfurecerá el rey del mediodía—por tan grandes pérdidas, siéndole arrebatada la Siria y peligrando su propio reino, aunque en lo demás era hombre indolente, a lo cual se debían sus desastres, como también al odio de sus súbditos contra él por el asesinato de su padre, madre y hermano, por lo cual con ironía le llamaban Filopáter, “amador del padre.” pondrá en campo gran multitud—Antíoco, rey de Siria, cuyo ejército contaba 70.000 hombres de infantería y 5.000 de caballería. toda aquella multitud será entregada en su mano—en mano de Ptolomeo: 10.000 hombres del ejército de Antíoco fueron muertos y 4.000 tomados prisioneros.
12. elevaráse su corazón—en vez de proseguir la guerra después de su Victoria. para hacerse dueño de toda la Siria, hizo las paces con Antíoco, y se entregó a una vida disoluta [Polibio 87; Justino 30:4], y profanó el templo de Dios entrando al lugar santísimo. [Grocio.] derribará muchos—es decir, sojuzgó una multitud de soldados de Antíoco. mas no prevalecerá—perderá el poder ganado en la victoria por su indolencia y desenfreno.
13. el rey del norte volverá—a renovar la guerra contra Egipto. a cabo del tiempo de años—catorce años después de su derrota en Rafia. Después de campañas afortunadas contra Persia y la India, Antíoco hizo guerra contra Ptolomeo Epífanes, hijo de Filopáter, que todavía era niño.
14. se levantarán muchos contra el rey del mediodía—Felipe, rey de Macedonia, y rebeldes en Egipto mismo, combinaron sus fuerzas con las de Antíoco contra Ptolomeo. disipadores de tu pueblo—es decir, facciosos de los judíos se levantarán, desertando de Ptolomeo, y se unirán con Antíoco; los judíos ayudaron con provisiones para el ejército de Antíoco, cuando de regreso de Egipto, puso sitio a la guarnición egipcia dejada en Jerusalén (Josefo, Antigüedades 12:3, 3). para confirmar la profecía—Aquellos judíos turbulentos, sin saberlo, ayudarán a cumplir el propósito de Dios, en cuanto a las pruebas que esperaban a Judea, según la visión. y caerán—aunque ayuden a cumplir la profecía, fracasarán en su propósito de hacer independiente a Judea.
15. el rey del norte—Antíoco el Grande. tomará la ciudad fuerte—Escopas, el general egipcio, se encontró con Antíoco en Paneas, cerca de las fuentes del Jordán, y fué derrotado huyendo a Sidón, “ciudad fuerte”, donde fué obligado a rendirse. su pueblo escogido—el ejército selecto de Egipto fué enviado bajo Eropo, Menocles y Damoxeno, a librar a Escopas, pero en vano. [Jerónimo.]
16. el que vendrá contra él—Antíoco que viene contra Ptolomeo Epífanes. tierra deseable—Judea (vv. 41, 45; cap. 8:9; Ezequiel 20:6, Ezequiel 20:15). será consumida en su poder—lit., “perfeccionada”; es decir, completamente metida bajo su dominio, Josefo (Antigüedades, Ezequiel 12:3, Ezequiel 12:3), demuestra que el sentido no es que los judíos fuesen del todo destruídos; porque Antíoco los favoreció por la parte que tomaron contra Ptolomeo, sino que su tierra le sería sujetada. [Lengkerke.] Grocio traduce: “será perfeccionada por él”, florecerá bajo él. Pero nuestra versión da el sentido correcto, que Judea era muy “consumida” o desolada por ser arena del conflicto entre los combatientes, los de Siria y los de Egipto. Tregelles refiere el v. 14, “disipadores de tu pueblo”, a los gentiles, alguna vez opresores que tratan de restaurar a los judíos en su tierra por medio de esfuerzos meramente humanos, mientras que esto ha de ser efectuado sólo por la interposición divina; su tentativa fué frustrada (v. 16) por el rey cabezudo, quien hace de Judea el escenario de sus operaciones militares.
17. pondrá luego su rostro—tendrá propósito firme. El propósito de Antíoco, sin embargo fué cambiado de ataque abierto por la astucia, para su guerra con los romanos, en un esfuerzo por extender su reino a los límites que tenía bajo Seleuco Nicátor. cosas rectas—más correctamente, “y justos (hombres) con él”. “Yasher”, o “Yeshurún” ( Deuteronomio 32:15; Isaías 44:2); epíteto referido por los hebreos a su nación. Aquí no se usa en alabanza; porque en el v. 14 (véase Nota) se les llama “disipadores”, o “robadores”; hombres de violencia, facciosos; es la designación general de Israel, como que tiene a Dios por Dios suyo. Probablemente se usa aquí como una reprensión a los que deberían ser “los justos” de Dios, por haberse confederado con paganos, sin Dios, en actos de violencia (en contraste con el término del v. 14, que favorece esta interpretación). y hará—en vez de invadir en seguida al país de Ptolomeo con “toda su fuerza”, prepara su manera de hacerlo con el plan siguiente: él da a Ptolomeo Epífanes su hija Cleopatra en casamiento, prometiéndole Celosiria y Judea como dote, asegurando así su neutralidad en la guerra con Roma: él esperaba por medio de su hija conseguir Siria, Cilicia y Licia, y aun Egipto al final; pero Cleopatra favoreció a su esposo antes que a su padre, y así echó a perder la treta de él [Jerónimo.] “No estará ni será por él”.
18. las islas—El “tomó muchas” de las islas del mar Egeo en su guerra con los romanos, y cruzó el Helesponto. un príncipe le hará parar su afrenta—Lucio Escipio Asiático, el general romano, derrotando a Antíoco en Magnesia (190 años antes de Cristo), hizo cesar el reproche que él ofreció a Roma al infligir daños a los aliados de Roma. Lo hizo para su propia gloria.
19. volverá su rostro a las fortalezas de su tierra—obligado por los romanos a ceder todo su territorio al oeste del Tauro, y a pagar los gastos de la guerra, puso guarniciones en las ciudades para él dejadas. tropezará y caerá—tratando de robar el templo de Júpiter en Elimais en la noche, sea por avaricia o por falta de dinero para pagar el tributo impuesto por Roma (mil talentos), fué muerto con sus soldados en una insurrección de los habitantes [Justino, Isaías 32:2]. en su silla—en lugar de Antíoco: su sucesor, Seleuco Filopáter, su hijo. por la gloria del reino—es decir, heredándolo por derecho hereditario. Maurer traduce: “Uno que hará que pase el cobrador de impuestos (Heliodoro) por la gloria del reino”, Judea, “la tierra deseable” (vv. 16, 41; cap. 8:9). Simón, benjamita, por odio contra Onías III, el sumo sacerdote, dió informes de los tesoros del templo judío; y Seleuco habiendo unido a Siria la Celosiria y Palestina, la dote antes dada por Antíoco el Grande a Cleopatra, esposa de Ptolomeo, envió a Heliodoro a Jerusalén para despojar el templo. Esto está narrado en 2Ma 3:4, etc. Contrástese Malaquías 9:8 : “No pasará más sobre ellos angustiador”. en pocos días será quebrantado—después de un reinado de doce años, que eran “pocos” en comparación con los treinta y siete años del reinado de Antíoco. Heliodoro, el instrumento del sacrilegio de Seleuco, fué hecho por Dios el instrumento de su castigo. Buscando la corona para sí, en la ausencia del único hijo y heredero de Seleuco en Roma, Heliodoro envenenó a Seleuco. Pero Antíoco Epífanes, hermano de Seleuco, con la ayuda de Eumeno, rey de Pérgamo, le siguió en el trono, en el año 175, a. de J. C. no en enojo, ni en batalla—ni en tumulto popular, ni en batalla abierta.
21. un vil—Antíoco, llamado Epífanes, “el ilustre”, por vindicar los derechos del linaje real contra Heliodoro, fué motejado, por un juego de sonidos, Epímanes, “el maniático”, debido a sus caprichos locos, contrarios a la dignidad de un rey. Se emborrachaba con los más bajos, se bañaba con ellos en los baños públicos, y bromeaba locamente y tiraba piedras a los transeúntes [Polibio, Malaquías 26:10.] De ahí, como también por su suplantación de Demetrio, el heredero legítimo, se le llama “el vil”. no darán la honra del reino … y tomará el reino con halagos—la nación no le conferirá el reino en acto público, mas él lo conseguirá por astucia, “lisonjeando” a Eumeno y Atalo de Pérgamo a que le ayudaran y, como había visto hacer candidatos en Roma, solicitando votos, uno por uno, del pueblo sirio, alto y bajo, con abrazos. [Livio, Malaquías 41:20.]
22. serán inundados delante de él— Antíoco Epífanes invadirá a Egipto con fuerzas armadas aplastadoras. príncipe del pacto—Ptolomeo Filométer, hijo de Cleopatra, hermana de Antíoco, quien estaba unido en el pacto con él. Los tutores de Ptolomeo, mientras era menor de edad, trataron de recuperar de Epífanes, Celosiria y Palestina, que habían sido prometidas por Antíoco el Grande como dote de Cleopatra en casamiento con Ptolomeo Epífanes. De ahí surgió la guerra. Los generales de Filométer fueron derrotados, y Pelusio, llave de Egipto, fué tomada por Antíoco, en el año 171.
23. Tregelles nota tres divisiones en la historia del “vil”, que continúa hasta el fin del capítulo: 1. Su subida al poder (vv. 21, 22). 2. El tiempo desde cuando hizo el pacto hasta cuando quitó los sacrificios diarios y estableció la abominación de desolación (vv. 23-31). 3. Su carrera de blasfemia hasta su destrucción (vv. 32-45); los dos períodos finales corresponden a la “semana” de años de su “pacto con muchos” (es decir, en Israel) (cap. 9:27), siendo el último la media semana final del cap. 9. Pero el contexto concuerda tan justamente con las relaciones de Antíoco con Ptolomeo, que la referencia primaria parece ser el “pacto” entre ellos. Antitípicamente, las relaciones del Anticristo con Israel probablemente son trazadas. Véase cap. 8:11, 25, con v. 22 aquí, “príncipe del pacto”. hará engaño—fingiendo amistad con Ptolomeo, como si quisiese ordenar su reino para él, tomó posesión de Menfis y todo Egipto (“los lugares más fértiles” “en abundancia” en nuestra versión, v. 24), hasta Alejandría, con poca gente—al principio, para evitar sospechas, sus fuerzas eran pocas.
24. en paz—lit. “inesperadamente”; bajo la máscara de amistad, se apoderó de Ptolomeo Filométer. hará lo que no hicieron sus padres—sus antecesores, reyes de Siria, siempre habían codiciado Egipto, pero en vano; él solo se hizo dueño de él. presa … repartirá—entre sus soldados (1Ma 1:19). contra las fortalezas formará sus designios—formará un plan estudiado para hacerse dueño de las fortalezas egipcias. Las tomó todas, con excepción de Alejandría, que con éxito pudo resistir. Reteniendo Pelusio para sí, se retiró a Judea, donde, en venganza por el regocijo manifestado por los judíos al informe falso de su muerte, el cual los indujo a una revuelta, sojuzgó a Jerusalén por asalto y estrategia. por tiempo—su rabia no será para siempre; sólo será por un tiempo limitado por Dios. Calvino entiende “por tiempo” como en antítesis a “inesperadamente”, al principio del versículo. Repentinamente se apoderó de las ciudades débiles; pero tuvo que “formar designio” más pausadamente (“por tiempo”) de cómo ganar las fortalezas más poderosas.
25. Un detalle más completo de lo que se dice sumariamente en los vv. 22-24. Esta es la primera invasión de tres (v. 29) a Egipto que hizo Antíoco. contra el rey del mediodía—contra Ptolomeo Filométer. Subsiguientemente, fué hecho rey por los egipcios Ptolomeo Fiscón, o Euérgetes II, ya que Ptolomeo Filométer estaba en manos de Antíoco. con grande ejército—como distinto de “poca gente” (v. 23) con la cual vino la primera vez. Esta fué su primera invasión abierta; fué animado por el éxito de la misma. Antíoco “entró a Egipto con una multitud abrumadora, con carros, elefantes y caballería” (1Ma 1:17). se moverá—por necesidad, aunque era hombre por naturaleza indolente. no prevalecerá—Filométer fué derrotado. le harán traición—sus propios nobles harán planes traicioneros contra él (v. 26). Euleo y Leneo administraron sus asuntos malamente. Cuando Antíoco al fin fué detenido en Alejandría, dejó en Menfis a Filométer como rey, fingiendo que todo su motivo era el de apoyar las pretensiones de Filométer contra el usurpador Fiscón.
26. los que comerán su pan—aquellos de quienes naturalmente pordrían esperar ayuda, sus íntimos y protegidos (Salmo 41:9; Juan 13:18), sus ministros y tutores. su ejército será destruído—el ejército de Filométer será disipado como agua. La frase se usa de números “inundantes”, generalmente en un sentido victorioso, pero aquí en el sentido de derrota, los mismos números que ordinariamente aseguran la victoria, aquí facilitaron la derrota por la mala administración. caerán muchos muertos—(1Ma 1:18; “muchos cayeron heridos a muerte”). Cuando Antíoco habría podido matar a todos en la batalla cerca de Pelusio anduvo mandando que el enemigo fuese tomado vivo, el fruto de cual proceder fué que pronto ganó a Pelusio y todo Egipto [Diodoro Sículo, 26. 77.]
27. el corazón de estos dos reyes será para hacer mal—mutuamente. en una misma mesa tratarán mentira—bajo la apariencia de intimidad, en Menfis tratarán de engañarse mutuamente (Notas, vv. 3, 25). no servirá de nada—ni el uno ni el otro ganará su objeto en este momento. el plazo aun no es llegado—“el plazo” de la contienda entre ellos está reservado para “el tiempo señalado” (vv. 29, 30).
28. (1Ma 1:19-20, etc.). contra el pacto santo—en su regreso a Siria, atacó a Jerusalén, metrópolis del pueblo del pacto de Jehová, mató 80.000 hombres y tomó 40.000 prisioneros y vendió 40.000 como esclavos (2Ma 5:5-14). hará pues—alcanzará su propósito. Guiado por Menelao, el sumo sacerdote, entró al santuario con blasfemias, quitó los vasos de plata y oro, sacrificó puercos en el altar y derramó el caldo de su carne por el templo (2Ma 5:15-21).
29. al tiempo señalado—“el plazo” mencionado en el v. 27. tornará—su segunda invasión abierta a Egipto. Ptolomeo Filométer, sospechando los designios de Antíoco con Fiscón, alquiló mercenarios de Grecia. Entonces Antíoco avanzó con flota y ejército, exigiendo la cesión a él de Chipre, Pelusio y la tierra junto a la boca pelusíaca del Nilo. no será … como la primera—la expedición no tendrá tanto éxito como la primera. Pompilio Leonas, el embajador romano, se encontró con él en Eleusis, a seis kilómetros de Alejandría, y le presentó el decreto del senado. Cuando Antíoco contestó que consideraría lo que había de hacer, Pompilio trazó una línea alrededor de él con una vara, y dijo: “Necesito respuesta para el senado, antes que tú salgas de este círculo.” Antíoco se sometió, se retiró de Egipto y sus flotas de Chipre. no será la postrera—la mencionada en los vv. 42, 43. [Tregelles.] O, siendo ésta la tercera expedición, el sentido es “no como la primera o la segunda” expediciones. [Piscator.] Más bien, “no como la primera, así será esta postrera expedición”. [Grocio.]
30. naves de Chittim—llegando los embajadores romanos en naves griegas (véase Nota, Jeremias 2:10). Quittim, porpiamente Ciprias, así llamadas por una colonia fenicia en Chipre; luego las islas y costas del Mediterráneo en general. se contristará—humillado y desanimado por temor de los romanos. enojaráse contra el pacto santo—indignado de que el culto a Dios hubiese sido restaurado en Jerusalén, da salida a su ira contra los judíos, al verse estorbado por Roma. pensará en los que habrán desamparado el santo pacto—es decir, en los apóstatas de la nación (1Ma 1:11-15). Menelao y otros judíos instigaron al rey contra la religión y el país de ellos, habiendo aprendido de los filósofos griegos que todas las religiones son bastante buenas para tener al populacho en sujeción. Ellos rechazaron la circuncisión y la religión de Jehová por las costumbres griegas. Antíoco, en camino a casa, envió a Apolonio (año 167 a. de J. C.) con 20.000 hombres, a destruir a Jerusalén, dos años después de tomarla él mismo. Apolonio mató a multitudes del pueblo, desmanteló y saqueó la ciudad. Entonces, desde una fortaleza que habían construído, que dominaba el templo, acometieron y mataron a los adoradores, de suerte que el culto del templo fué suspendido. Además, decretó Antíoco que todos, bajo pena de muerte, se conformaran con la religión griega, y el templo mismo fué consagrado a Júpiter Olímpico. Identificándose él con aquel dios, con altivez fanática, quiso hacer universal el culto a sí mismo (1Ma 1:41; 2Ma 6:7). Este fué el peligro más grave que jamás antes había amenazado a la religión revelada, al pueblo santo y la teocracia en la tierra, porque ninguno de los gobernantes mundiales anteriores se había opuesto al culto religioso del pueblo del pacto, cuando estuvo sujeto a ellos (cap. 4:31-34; 6:27, 28; Esdras 1:2, Esdras 1:4; Esdras 7:12; Nehemías 2:18). De aquí surgió la necesidad de tal advertencia del pueblo escogido en cuanto a él, advertencia exacta que Porfirio, adversario de la revelación, vió que fué inútil negar su correspondencia con la historia, sino que argumentó por la misma exactitud de ella, que necesariamente habrá sido escrita en tiempo subsiguiente al acontecimiento. Pero tal como los acontecimientos mesiánicos son predichos en Daniel, los judíos, adversarios de Jesús, nunca habrían forjado las profecías que confirman las pretensiones de él. El capítulo nueve fué escrito para consolar a los judíos fieles, en medio de las “abominaciones” contra “el pacto”, con la perspectiva del Mesías Quien “confirmaría el pacto”. El mostraría, trayendo salvación, mas aboliendo los sacrificios, que los servicios del templo, por los cuales ellos lamentaban tanto, no eran absolutamente necesarias; así la correspondencia de la fraseología sugeriría consuelo (véase el cap. 9:27, con 11:30, 31).
31. brazos—es decir, del cuerpo humano; no armas, sino fuerzas humanas. quitarán—las huestes de Antíoco confederadas con los israelitas apóstatas; éstos llegan al colmo de culpabilidad. cuando no sólo, como antes, “desamparan el santo pacto” (v. 30), sino que obran malamente contra él (v. 32). volviéndose puros paganos. Aquí las actuaciones de Antíoco son descritas en un lenguaje que va más allá de él, el tipo, al Anticristo en antitipo [Jerónimo] (así como en el Salmo 72, se dicen muchas cosas de Salomón el tipo, que sólo son aplicables a Cristo el antitipo); incluyendo tal vez a Roma, Mahoma y el Anticristo personal final. Sir Isaac Newton refiere lo demás de este capítulo a los romanos, traduciendo, “después de él brazos (es decir, los romanos) se levantarán”; en el mismo tiempo que Antíoco dejó Egipto, los romanos conquistaron Macedonia, terminando así el reinado de la tercera bestia de Daniel; de modo que aquí el profeta naturalmente prosigue a la cuarta bestia. La opinión de Jerónimo es más sencilla, porque el relato parece continuar la historia de Antíoco, aunque con rasgos sólo en tipo aplicables a él, mas plenamente al Anticristo. santuario de fortaleza—no sólo naturalmente un lugar de fortaleza, por lo cual pudo resistir hasta lo último contra los sitiadores, sino principalmente la fortaleza espiritual del pueblo del pacto (Salmo 48:1, Salmo 48:12). Apolonio lo “profanó” con altares a ídolos y sacrificios de carne de cerdos, después de haber “quitado el sacrificio diario” (Véase Nota, cap. 8:11). pondrán la abominación espantosa—es decir, abominación que contamina el templo (cap. 8:12, 13). Más bien, “la abominación del desolador”, Antíoco Epífanes (1Ma 1:29, 1Ma 1:37-49). Véase el cap. 9:27, donde la abominación desoladora antitipica de Roma (el estandarte del águila, el ave de Júpiter, adorada con sacrificios por los soldados de Tito dentro del lugar sagrado, en la destrucción de Jerusalén), de Mahoma y del Anticristo final, es predicho. 1Ma 1:54 usa la misma frase: “el día quince del mes Casleu, en el año 145, colocaron la abominación de desolación sobre el altar”; es decir, un altar de ídolos y la imagen de Júpiter Olímpico, eregidos sobre el altar de holocaustos de Jehová. “Abominación” es el nombre común por ídolo en el Antiguo Testamento. La erección de un templo a Júpiter Capitolino por el emperador Adriano, donde había estado el templo de Dios, año 132 d. de J. C., también la erección de la mezquita mahometana de Omar en el mismo lugar (es notable que el mahometismo empezó a prevalecer en 610, sólo tres años del tiempo cuando el papismo asumió el poder temporal); y la idolatría de la Iglesia de Roma en el templo espiritual, y la blasfemia final del Anticristo personal en el templo literal (2 Tesalonicenses cap. 2)—a todos éstos puede referirse antitípicamente aquí bajo Antíoco el tipo, y el Anticristo del Antiguo Testamento.
32.—(1Ma 1:52). hará pecar—seducirá a la apostasía. con lisonjas—promesas de favores. el pueblo que conoce a su Dios—los macabeos y sus seguidores (1Ma 1:62-63).
33. los sabios—que conocen y guardan la verdad de Dios ( Isaías 11:2). darán sabiduría a muchos—en su deber a Dios y la ley, a que no apostaten. y caerán—como Eleazar (2Ma 6:18, etc.). Serán terriblemente perseguidos, aun a muerte ( Hebreos 11:35 Hebreos 11:36, Hebreos 11:37; Hebreos 2 Macabeos, caps. 6 y 7). Sus enemigos se valieron del sábado para matarlos en ese día, cuando no peleaban. Tregelles piensa, mediante comparación con el v. 35, que es el pueblo que “cae”, y no los de entendimiento. Pero el v. 35 dice que éstos “caerán”, y no es una repetición sin sentido; en el v. 33 ellos caen (mueren) por la persecución; en el v. 35 caen (espiritualmente) por un tiempo debido a su propia debilidad. a fuego—en las cuevas adonde se habían retirado para guardar el sábado. Antíoco hizo que algunos fuesen asados vivos (2Ma 7:3-5). por días—mejor, “ciertos días”, como en el cap. 8:27. Josefo (Antigüedades, 12:7, 6, 7) nos dice que la persecución duró por tres años (1Ma 1:59; 4:54: 2Ma 10:1-7).
34. pequeño socorro—la libertad conseguida por los héroes macabeos para los judíos fué de poca duración. Ellos pronto cayeron bajo los romanos y herodianos, y siempre desde entonces toda tentativa de librarlos del dominio gentílico, sólo ha agravado su triste suerte. El período de los tiempos “mundiales” (gobierno gentílico) es el período de la depresión de la teocracia el cual se extiende desde el destierro en Babilonia hasta el milenio. [Ross.] La referencia más inmediata parece ser a las fuerzas de Matatías y sus cinco hijos quienes originalmente eran pocos (1 Macabeos cap. 2). muchos se juntarán a ellos—come fué el caso bajo Judas Macabeo, quien así fué capaz de hacer frente a Antíoco. con lisonjas—aquellos que habían desertado de la causa judía durante las persecuciones, ahora, cuando el éxito acompañaba a las armas judías, se juntaban con el estandarte macabeo, por ejemplo, José, hijo de Zacarías, Azarías, etc. (1Ma 5:55-57; 2Ma 12:40; 2Ma 13:21). Maurer lo explica acerca de los que por temor a la severidad de los Macabeos contra los apóstatas se juntaban con ellos, aunque listos a desertar si convenía a su propósito. (1Ma 2:44; 1Ma 3:58).
35. para ser purgados—el propósito de las aflicciones. Una imagen tomada de los metales probados a fuego. Aun en los “electos” hay escoria que necesita ser purgada ( 1 Pedro 1:7). Por esto se les permite caer por un tiempo; pero no finalmente ( 2 Crónicas 32:31; Lucas 22:31). Figura tomada de la trilla del trigo así limpiado de la paja. emblanquecidos—figura tomada del paño ( Apocalipsis 7:9). hasta el tiempo determinado—Dios no permitirá que su pueblo sea perseguido sin límite ( 1 Corintios 10:13). Los fieles han de esperar con paciencia “el fin” del “tiempo” de pruebas; porque ha de durar “hasta el tiempo determinado” por Dios.
36. El rey porfiado aquí, aunque en primer lugar sera Antíoco, es antitípica y principalmente el Anticristo, la séptima cabeza de la bestia de siete cabezas y diez cuernos del Apocalipsis, cap. 13, y la “bestia” del Armagedón ( Apocalipsis 16:13, Apocalipsis 16:16; Apocalipsis 19:19). Algunos lo identifican con el restablecido imperio francés, la octava cabeza de la bestia ( Apocalipsis 17:11), quien ha de usurpar la dignidad real de Cristo, así como el papa ha usurpado la dignidad sacerdotal, es decir, el falso Mesías de los judíos, quien “plantará su tabernáculo entre los mares, en el santo monte”, “levantándose contra todo lo que se llame Dios” ( 2 Tesalonicenses 2:4; Apocalipsis 13:5). Esta última cláusula será verdad en cuanto a Antíoco, sólo en parte, porque, aunque tomó para sí honores divinos, identificándose con Júpiter Olímpico, sin embargo fué para aquel dios que los exigió; y se refiere a él como el tipo. contra el Dios de los dioses hablará maravillas—así el cap. 7:25, acerca del “cuerno pequeño”, lo que aparentemente los identifica a los dos (véase el cap. 8:25). Antíoco por decreto prohibió el culto a Jehová, decreto “maravilloso” por su maldad: así él es un tipo del Anticristo. Véase el cap. 7:8, “una boca que hablaba grandezas”. hasta que sea consumada la ira—la visitación de la ira de Dios sobre los judíos por sus pecados (cap. 8:19). hecha está determinación—(Cap. 9:26, 27; 10:21).
37. no se cuidará … del amor de las mujeres—(Véase Ezequiel 24:16, Ezequiel 24:18). La esposa, como el deseo de los ojos del hombre, es el símbolo de las relaciones más tiernas ( 2 Samuel 1:26). Antíoco ni aun haría caso de los ruegos de ellas, de que cesase de su ataque al culto de Jehová. [Polano.] Maurer lo refiere al ataque de Antíoco al templo de la Venus Siria, adorada por las mujeres (1Ma 6:1, etc; 2Ma 1:13). Newton lo refiere a la “prohibición de casarse” de Roma. Elliot correctamente hace la referencia antitípica al Mesías. Las mujeres judías deseaban ser madres con miras a él, la simiente prometida de la mujer ( Génesis 30:23; Lucas 1:25, Lucas 1:28). ni se cuidará de dios alguno—( 2 Tesalonicenses 2:4).
38. dios Mauzim—Probablemente Júpiter Capitolino, a quien Antíoco empezó a levantar un templo en Antioquía [Livio, 2 Tesalonicenses 41:20.] Tradúzcase: “Honrará en su lugar al dios de las fortalezas”. Newton traduce: “y al dios nahuzzim” (guardianes, es decir, santos adorados como “protectores” en las iglesias griegas y romanas) honrará”. honrarálo con oro, etc.—Véase Apocalipsis 17:4, en cuanto al antitipo de Antíoco, el Anticristo.
39. Newton traduce: “a los defensores de Mahuzzim (los frailes y sacerdotes que defienden el culto de los santos), junto con dioses extraños a quienes reconocerá, multiplicará él honores”. Nuestra versión es más correcta: Hará hazañas en las fortalezas (es decir, tendrá éxito contra ellas) con un dios extraño (bajo los auspicios de un dios que no había adorado antes, Júpiter Capitolino, cuyo culto importó a sus dominios desde Roma). Antíoco tuvo éxito contra Jerusalén, Sidón, Pelusio, Menfis. harálos enseñorear—Antíoco hizo que sus secuaces y los apóstatas “gobernaran a muchos” judíos, habiendo “repartido su tierra” “por ganancia” (es decir, como recompensa por su sumisión a sus planes).
40. La dificultad en reconciliar esto con la historia de Antíoco, es que ningún historiador excepto Porfirio, menciona una expedición de él a Egipto hacia el fin de su reinado. Este v. 40, pues, podrá ser una recapitulación de los hechos de la primera expedición a Egipto (año 171, 170 a. de J. C.), en los vv. 22, 25, y 41; la invasión anterior a Judea, en los vv. 28, 42 y 43; la segunda y tercera invasiones a Egipto (años 169 y 168) en los vv. 23, 24, 29 y 30. Auberlen acepta más bien el dicho de Porfirio, de que Antíoco, en el año undécimo de su reinado (año 166, 165) invadió a Egipto otra vez, y tomo a Palestina de pasada. Las “nuevas” (v. 44) acerca de la revuelta de naciones tributarias, entonces lo llevaron al oriente. El dicho de Porfirio de que Antíoco saliendo de Egipto, tomó a Arad en Judá, y asoló toda la, Fenicia, concuerda con el v. 45; entonces volvió para refrenar a Artaxias, rey de Armenia. Murió Antíoco en la ciudad persa de Tabes, en el año 164 a. de J. C., como dicen tanto Polibio como Porfirio. Sin duda, antitípicamente, el Anticristo final y su antecesor Mahoma, están indicados a quienes es más aplicable el lenguaje que a Antíoco el tipo. Los árabes sarracenos “del mediodía” “empujaron” (“acornearon”) al emperador griego Heraclio, y lo privaron de Egipto y Siria. Pero los turcos “del norte” no sólo empujaron sino destruyeron el imperio griego; por esto se dice más de éstos que de los sarracenos. Se especifica su “gente de a caballo”, por ser su fuerza principal. Todavía sus estandartes son colas de caballo. Sus “navíos”, también a menudo ganaron la victoria sobre Venecia, el gran poder naval de Europa en aquel tiempo. Ellos “inundaron” el Asia occidental, y luego “pasaron” a Europa, fijando la sede de su imperio en Constantinopla bajo Mahoma II. [Newton.]
41. Antíoco, según Porfirio, marchando contra Ptolomeo, aunque se desvió de su curso para descargar su cólera sobre los judíos, no se metió con Edom, Moab ni Ammón al lado de Judea. En 1Ma 4:61; 1Ma 5:3, etc., se dice que él se valió de la ayuda de ellos para aplastar a los judíos, de quienes eran ellos enemigos antiguos. Véase Isaías 11:14, en cuanto a la futura retribución de Israel, así como los macabeos hicieron la guerra contra ellos como amigos de Antíoco (1 Macabeos, cap. 5). Antitípica- mente, los turcos bajo Selim entraron a Jerusalén en camino a Egipto, y retienen la “tierra deseable” de Palestina hasta hoy. (El lector tendrá en cuenta que cuando nuestro autor escribió, los turcos todavía dominaban en Palestina, pero no en la actualidad. Nota del Trad.) Pero ellos nunca pudieron conquistar a los árabes, quienes son parientes de Edom, Moab y Ammón ( Génesis 16:12). Así será en el caso del Anticristo final.
42, 43. Egipto, Libia y Etiopía—Estas dos, siendo aliadas de aquél, sirvieron bajo Antíoco, cuando conquistó a Egipto. Antitípicamente Egipto, aunque pudo resistirse largo tiempo bajo los mamelucos, en 1517 d. de J. C., cayó bajo los turcos. donde pasará—siguiéndole a él. (Margen, Éxodo 11:8; Jueces 4:10).
44. nuevas de oriente y del norte—Artaxias, rey de Armenia, su vasallo, se había rebelado en el norte, y Arsaces, dirigente de los partos, en oriente (1Ma 3:10, etc., 37; Tacito, Historia 5:8). En 147 a. de J. C., Antíoco emprendió una expedición contra ellos, a su regreso de la cual murió. con grande ira—contra los judíos, a causa de sus éxitos bajo Judas Macabeo, donde él quiso rellenar su tesorería con medios para proseguir la guerra contra ellos; también contra Artaxias y Arsaces y sus respectivos secuaces. De Burgh piensa que “las nuevas” que despertaron su ira, eren acerca de la restauración de los judíos: tal podrá ser la referencia antitípica.
45. plantará … entre los mares—entre el Mar Muerto y el Mediterráneo. tiendas de su palacio—sus carpas militares semejantes a palacios, tales como aquéllas con las cuales viajan los príncipes orientales. Véase Nota, del v. 40, acerca del tiempo del ataque de Antíoco contra Judea, y su “fin” subsiguiente en Tabes, el cual fué causado por su disgusto al oír que sus fuerzas bajo Lisias, fueron vencidas por los judíos, y por el fracaso de su expedición contra el templo de Elimais (2Ma 9:5). el monte deseable—Jerusalén y el Monte Sión. Se refiere a la desolación del santuario por Antíoco, como también a la profanación de la tierra consagrada al rededor de Jerusalén, por las insignias idolátricas de los romanos y por la mezquita mahometana, y finalmente, por el último Anticristo. De modo que el último Anticristo ha de sentarse sobre el “monte del testimonio” ( Isaías 14:13), pero “será rebajado al infierno” (véase Nota, cap. 7:26; 2 Tesalonicenses 2:8).