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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Sinopsis del Nuevo Testamento de Darby Sinopsis de Darby
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
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Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre Joel 2". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://studylight.org/commentaries/spa/dsn/joel-2.html. 1857-67.
Darby, John. "Comentario sobre Joel 2". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://studylight.org/
Whole Bible (27)Individual Books (2)
VersÃculos 1-32
Joel 2:1 da la alarma, porque el dÃa está cerca. Entonces se describe el dÃa como la invasión de un pueblo, como nunca antes habÃa sido visto por Israel o la tierra. Era, de hecho, el ejército de Jehová. Su poder estaba con él como Su vara. La voz de Jehová se oyó delante de ella; el dÃa de Jehová se anunció como allà ( Joel 2:11 ).
Encontramos aquà un ejemplo de lo que es habitual en la enseñanza profética, algún acontecimiento que deberÃa actuar sobre la conciencia del pueblo, tomado por el EspÃritu de profecÃa, sin duda, para despertar su conciencia en el momento mismo del acontecimiento, pero mucho más con el propósito de usarlo como una imagen de algún evento en los últimos dÃas de un momento mucho mayor. El juicio de Dios, ya merecido por el pueblo, y suspendido por su longanimidad sobre sus cabezas, aguarda la hora en que esta longanimidad no surtirá más efecto, se hará en adelante inútil, y en que los consejos de su sabidurÃa habrán llegado a su fin. su desarrollo
El EspÃritu de Dios advierte al pueblo de este juicio: deberÃan haberle hecho caso en ese mismo tiempo; pero Ãl describe para dÃas futuros los instrumentos de la venganza de Dios, cuando Ãl realmente ejecutará el juicio. Asà el capÃtulo 1 de Joel retoma los estragos de estos insectos, que, al parecer, habÃan causado una espantosa escasez, para actuar sobre la conciencia del pueblo en el tiempo de la profecÃa; pero desde el comienzo del capÃtulo 2 la profecÃa se lanza hacia el futuro e introduce un pueblo que, a su vez, asolará la tierra de Israel en los últimos dÃas. Sin embargo, al comienzo del capÃtulo, lo único que suena es la alarma; pero con el anuncio de que el dÃa está cerca.
Se nos recuerda aquà la ordenanza de Números 10 , en el VersÃculo 9 de la cual ( Números 10:9 ) se manda hacer sonar alarma, o tocar con fuerza las trompetas, cuando el enemigo estuviese en la tierra, y Jehová se acordarÃa la gente. En el versÃculo 7 ( Joel 2:7 ), si la congregación debÃa reunirse, debÃan tocar la trompeta, pero no hacer sonar una alarma.
AsÃ, en Joel 2:1, suena alarma en Sión. Un pueblo grande y fuerte, que devora la tierra, está en la tierra. Solo hay una cosa que da esperanza (y esa es en sà misma la cosa más terrible de todas): Jehová conduce a este pueblo devorador. Es Su ejército. La fe toma esperanza de esto. El que ha reconocido la trompeta de Dios, el que, despertado por el EspÃritu de profecÃa cuando sonó una alarma, y ââdescribió de antemano este terrible mal (y es sólo el EspÃritu quien lo hace) en sus verdaderos colores, como obra de Jehová- el que ha entendido que es el juicio de Dios, que Jehová está en él, puede presentarse ante Jehová según sus propios caminos, y abogar ante Jehová según su amor por su pueblo. Este es el verdadero carácter de la fe en todos los tiempos. Es la posición especial del remanente en los últimos dÃas.
El dÃa de Jehová actualmente inminente, y entendido su verdadero significado, a través de la inteligencia dada por el EspÃritu de profecÃa, es un llamado al arrepentimiento en el momento en que el arrepentimiento es necesario, en el momento dispuesto por Dios para Su inmediata intervención en favor de Sus gente. Estos son los caminos de Dios. Aquel a quien se conoce el momento actúa exteriormente para obligar a su pueblo a prestar atención; y Ãl actúa en testimonio para dirigir sus corazones.
Era lo mismo en los dÃas de Jesús. El testimonio de Dios estaba allà antes del terrible juicio que pronto cayó sobre el pueblo. El que tuvo oÃdos para oÃr se aprovechó de ello, y disfrutó del efecto de la intervención de Dios en una liberación que Ãl ha ofrecido, aún mejor, aunque de otro carácter, que la que Israel disfrutará en los últimos dÃas. âEl Señor añadÃa cada dÃa a la asamblea los que habÃan de ser salvos.
Joel 2:12-14 nos dan el testimonio del profeta, llamándolos al arrepentimiento, en vista de los castigos que se cernÃan sobre el pueblo. En el versÃculo 15 ( Joel 2:15 ) se toca la trompeta de parte de Dios para reunir al pueblo juntos, según Números 10:7 , para suplicarle que apartara su ira, para dirigirse a El, como Aquel cuyos juicios eran necesariamente dirigidos por El. ¡Oh, qué bueno es tener que ver con Dios! y verlo en el juicio, aunque es fuego consumidor.Asà juzgó David cuando hubo contado al pueblo.
Percibimos que la humillación iba a ser universal y completa, porque los mismos sacerdotes son llamados a pararse fuera del santuario, a clamar con el pueblo a Jehová, apelando a su fidelidad, para que los paganos no digan: "¿Dónde está su Dios?" ?" como dijeron los judÃos a Jesús. Jehová escucharÃa a su pueblo asà humillado. Ãl llenarÃa su tierra con abundancia, y ya no serÃan más un oprobio entre los paganos; el ejército del norte, que habÃa devorado la tierra como langostas, deberÃa ser expulsado por el camino del este, juzgado por su orgullo, porque se engrandeció para hacer grandes cosas.
Pero deberÃa ser Jehová quien harÃa grandes cosas, liberándolos asà de todos sus temores. Una bendición plena y abundante debe derramarse sobre la tierra de Israel; los hijos de Sión se regocijen en Jehová su Dios; el pueblo de Jehová nunca más debe avergonzarse. DeberÃan recibir la abundancia de todos los años que habÃan fallado. DebÃan saber con seguridad que Jehová estaba entre ellos: Ãl, Jehová, su Dios, y no otro; y nunca deben avergonzarse. La bendición, y Aquel que concedió la bendición, deberÃa protegerlos asà de ser un oprobio entre las naciones.
Pero esto no fue todo. Esta fue una bendición temporal: el restablecimiento de Israel en la bendición de dÃas anteriores, sobre la base de la gracia, que evitarÃa que la perdiera. Pero habÃa algo nuevo que se les otorgarÃa. Dios derramarÃa Su EspÃritu sobre toda carne. Los jóvenes y los ancianos del pueblo deben tener visiones y sueños; aun sobre los siervos y las siervas debe descender esta lluvia del cielo.
Joel 2:30 [1] resume el tema en otro aspecto, y no sigue en sucesión directa. Antes del dÃa grande y terrible de Jehová habrÃa señales y prodigios en los cielos, y en la tierra se sentirÃa el terror de Jehová, y todo aquel que invocare el nombre de Jehová serÃa salvo; porque en el monte Sion y en Jerusalén habrá liberación, como Jehová lo habÃa dicho, y en el remanente a quien Jehová llamará.
Estos son, pues, los acontecimientos principales de los últimos dÃas, expuestos breve pero claramente: un poderoso enemigo que viene del norte, como instrumento del juicio de Jehová, asolando toda la tierra; juicio sobre el pueblo como pueblo terrenal, según su posición anterior de bendición temporal en relación con Dios; siendo llamado el pueblo al arrepentimiento, por el EspÃritu de profecÃa, para que Dios apartara este flagelo.
En su arrepentimiento, Dios restaurarÃa la bendición temporal, expulsarÃa al ejército del norte y lo destruirÃa. El oprobio que pesaba sobre el pueblo a causa de sus pecados cesarÃa para siempre. Se anuncia entonces un doble orden de acontecimientos, dando una declaración precisa respecto a la relación inmediata entre Dios y el pueblo; y eso en dos aspectos. Primero, la bendición temporal, concedida al pueblo ahora restaurado al favor de Dios, debe ir acompañada de un don aún más excelente y más expresivo de su amor.
El EspÃritu Santo debe ser derramado abundantemente; los más sencillos y los más humildes deben participar de ella. Pero, en segundo lugar, [2] antes de la venida del gran dÃa de Jehová Ãl enviarÃa señales maravillosas, y todo aquel que invocare Su nombre serÃa salvo. SerÃa el regreso de corazón a Jehová que Ãl reconocerÃa; porque en aquel dÃa terrible de la ira de Dios habrÃa liberación en Sion, y en Jerusalén su ciudad escogida.
Es Ãl quien interviene en el juicio; Ãl recordarÃa la misericordia: deberÃa haber un remanente llamado por Su gracia. El cumplimiento de todo esto es evidentemente en los últimos dÃas, cuando el misterio de Dios será consumado, y Ãl manifestará Su gobierno en justicia y bondad sobre la tierra, aunque el remanente arrepentido obtenga la bendición espiritual de una manera cristiana, como de la misma manera la del nuevo pacto.
Creo que todo el tenor de la profecÃa deja claro que Joel no habla de la bestia y el Anticristo, sino de los poderes de los paganos de fuera del sistema apóstata. Se recordará que se dice en Daniel 9 que a causa de la protección de los Ãdolos habrá un desolador. Asà habla Joel, no del que hace pacto con Israel, sino de este desolador.
Por eso Jehová ruge desde Sión y da Su voz desde Jerusalén. El juicio no es del cielo contra la bestia y sus ejércitos, sino de Jerusalén contra los enemigos y desoladores de Israel.
Pero todavÃa hay algo que señalar aquÃ. El EspÃritu de Dios se ha ocupado enteramente de terminar Su tema. En Joel 2:27 se completa la liberación del ejército del norte, y se otorga una bendición temporal para que Israel pueda disfrutarla permanentemente, bajo la gracia. Jehová está allÃ, y Su pueblo nunca será avergonzado.
Del versÃculo 28 al 32 ( Joel 2:28-32 ) es bastante diferente, y esto por todas las razones importantes. Sobre el arrepentimiento del pueblo debe ser derramado el EspÃritu Santo; y, antes de la ejecución del juicio, todo aquel que invocare el nombre de Jehová serÃa salvo. Ahora bien, el rechazo del MesÃas trajo necesariamente un juicio sobre el judÃo (aunque otros consejos de Dios debÃan cumplirse con respecto a la asamblea, fuera del sistema judÃo); su templo ha sido entregado al poder del enemigo, el cual, como el ejército de Jehová, habÃa de destruir a estos homicidas, y quemar su ciudad.
Han llegado, pues, los últimos dÃas, el fin del siglo, respecto de los judÃos, aunque todo ha de reanudar su curso por un breve tiempo para el juicio definitivo, cuando se cumplan los consejos de Dios respecto a la asamblea. Pero si el juicio asà se apresurara, la misericordia no podrÃa demorar en venir y anticiparlo. El EspÃritu Santo fue dado, según esta promesa, al remanente que en aquellos dÃas escuchó el llamado de Jehová, y fue derramado sobre toda carne.
Se halló liberación en Sion, aunque los redimidos (aquellos que habÃan de ser salvos) fueron trasladados a la asamblea, no habiendo llegado aún el tiempo para reanudar el gobierno de Dios, el tiempo en que Aquel a quien le fue dado los asociarÃa consigo mismo. que deberÃan haber aprendido a sufrir con Ãl, para que también ellos pudieran ser glorificados juntamente. Entonces tendrÃa lugar el cumplimiento final de todo este misterio: el dÃa grande y terrible de Jehová: Cristo tomarÃa su gran poder y reinarÃa.
Lo que hemos estado diciendo explicará la verdadera importancia de la destrucción de Jerusalén por los romanos, y el lugar que ocupa esa destrucción en el desarrollo de los tratos de Dios; y la conexión, con respecto a Sus tratos en la tierra, entre esta destrucción y la que tuvo lugar el dÃa de Pentecostés.
TodavÃa hay que señalar aquà una cosa, a saber, que en vista de los consejos de la gracia hacia los gentiles, el EspÃritu de Dios hace uso de un lenguaje que les deja la puerta abierta. El EspÃritu se derrama "sobre toda carne" y "todo aquel que invocare el nombre de Jehová, será salvo". El apóstol Pablo emplea frecuentemente esta última expresión en este sentido.
Es interesante recordar aquà las diferentes ocasiones en que se utiliza la expresión "toda carne". Implica, en cuanto a su pleno cumplimiento, el importante hecho que tendrá lugar al final de esta era, a saber, que Dios saldrá del estrecho cÃrculo de las ordenanzas judÃas para actuar con respecto a toda la humanidad sobre la tierra. Esto ya es cierto moralmente por medio del evangelio. Pero será verdad en cuanto al gobierno de Dios al final.
Cristo, al descender a la tierra, entró en el redil angosto (aunque Su obra, asà como Su presencia personal, tuvo una extensión mucho más amplia), y sacó a Sus ovejas fuera de él; y llamó también a otras ovejas para formarlas en un solo rebaño, salvadas, puestas en libertad y encontrando pastos. El evangelio después fue enviado a todo el mundo, en conexión con Jerusalén o Galilea (me refiero a su administración por medio de los doce), [3] y en conexión con el cielo por medio de Pablo.
Dios, de hecho, tratará extensamente con toda carne en Su poder gubernamental. IsaÃas 40:5 . "La gloria de Jehová será revelada, y toda carne juntamente la verá". Aquà la mente del EspÃritu avanza hacia los últimos dÃas cuando Cristo será revelado. Pero Jehová, que habÃa de bendecir, ha venido, y se ha dado el testimonio divino en el desierto, como se ha derramado la sangre del nuevo pacto, aunque Israel, todavÃa, no lo ha reconocido.
IsaÃas 40:6-7 . "Toda carne", incluso el pueblo, "es como la hierba". Israel aún no ha aprendido esto, pero el remanente ha sido bendecido. En IsaÃas 66:16 , Dios aboga âpor fuego y por su espada con toda carneâ. Es el juicio que se extiende a todos.
AquÃ, en Joel, es el EspÃritu derramado sobre toda carne, para manifestar la presencia de Dios, y la bendición que descansa sobre todos los hombres, y que ya no se limita a los judÃos. Podemos comparar la advertencia en ZacarÃas 2:13 ; el cántico milenario de Cristo, Salmo 145:21 ; "Que toda carne bendiga su santo nombre por los siglos de los siglos"; el juicio de los apóstatas, IsaÃas 66:24 ; "Serán abominables a toda carne". Véase también Génesis 6:12
Nota 1
Los versÃculos 28, 29 ( Joel 2:28-29 ) son una breve profecÃa independiente, y también lo son los versÃculos desde el 30 hasta el final del capÃtulo ( Joel 2:30-32 ), y aún más. Los versÃculos 28, 29 ( Joel 2:28-29 ) prometen el derramamiento del EspÃritu Santo como consecuencia del arrepentimiento de la nación, que también estuvo acompañado de bendiciones temporales.
El arrepentimiento es el punto de partida para ambos. Asà que el cumplimiento parcial de Hechos 2 fue sobre los que se arrepintieron, aunque las bendiciones temporales no pudieron venir sobre la nación. AsÃ, aunque hubo algo análogo en la destrucción de Jerusalén ya consumada, vendrán señales y prodigios antes del dÃa grande y notable de Jehová que está por venir.
La sangre del nuevo pacto fue derramada y todo estaba listo; pero la nación no se arrepintió y no pudo obtener la bendición. El remanente obtuvo la parte espiritual con toda carne; los judÃos lo harán, todos, cuando digan: "Bendito el que viene en el nombre de Jehová". El EspÃritu Santo, que previó todo esto, ha ordenado en consecuencia la estructura de la profecÃa.
Nota 2
Esta es una profecÃa completamente distinta, que va por sà sola, precediendo al dÃa de Jehová, como de hecho está claramente declarado, dÃa que marca el comienzo de la bendición de la que se habló anteriormente. El orden en los últimos dÃas será arrepentimiento, liberación para el dÃa de Jehová, bendición temporal, el EspÃritu Santo. Antes del dÃa de Jehová se llevarán a cabo señales. Esto último, por lo tanto, está necesariamente aparte, ya que el invocar el nombre de Jehová, por supuesto, precede a la liberación.
Nota 3
En cuanto a esta misión, solo tenemos la declaración general de Marcos, que iban por todas partes ( Marco 16:20 ). En el versÃculo 15 ( Joel 2:15 ) se les dice que vayan por todo el mundo. En Mateo 28 se les dice en Galilea que discipulen a todas las naciones, a todos los gentiles, pero esta es otra misión.
En cuanto al pasaje de Marcos, el lector observará que el pasaje cuestionado, del versÃculo 9 ( Mateo 28:9 ), comienza con Jerusalén y la ascensión, como en Lucas; en el versÃculo 7 ( Mateo 28:7 ), se les dice que vayan a Galilea, como en Mateo.
Estas son misiones distintas. De hecho, dondequiera que fueran, la misión a los gentiles ( Gálatas 2 ) fue encomendada a Pablo y Bernabé, quienes ya habÃan estado en ella. Hasta ahora, la comisión de Matthew cayó. el de Marcos es individual, y una cuestión de salvación; El de Matthew no lo es. La de Lucas la llevan a cabo los apóstoles, como muestran los discursos a lo largo de los Hechos, solo la parte gentil se le dio a Pablo.