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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario Pozos de agua viva Pozos de agua viva
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
Información bibliográfica
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en Genesis 41". "Agua viva". https://studylight.org/commentaries/spa/lwc/genesis-41.html.
Neighbour, Robert E. "Comentario Pozos de agua viva en Genesis 41". "Agua viva". https://studylight.org/
Whole Bible (27)Individual Books (3)
VersÃculos 9-37
Dios interviene por José
Génesis 41:9
PALABRAS INTRODUCTORIAS
Cómo resuenan las palabras con una tristeza casi espantosa: "Sin embargo, el mayordomo no se acordó de José, sino que lo olvidó".
1. José habÃa mostrado una notable bondad con el mayordomo, pero lo olvidó. Nos detenemos por un momento para reflexionar sobre la bondad de Dios para con nosotros en Cristo Jesús. Esta Escritura es sumamente sugerente: "Por tanto, con misericordia te he dibujado". Otro pasaje de las Escrituras igualmente maravilloso es: "Después de la bondad de Dios, nuestro Salvador, apareció".
Esta bondad de Dios hacia nosotros hace que la ingratitud del hombre y el olvido de Cristo se destaquen con colores fuertes. Si. No nos habÃa amado con tanto amor, hubiera sido diferente. Si no hubiera demostrado la profundidad de Su amor y bondad con tan abrumadores dones de Su gracia, no habrÃa sido tan marcado cuando el hombre volvió Su rostro hacia el Señor.
¿Quién es el que pisotea al Hijo de Dios bajo sus pies? Incluso son aquellos por quienes Ãl murió.
¿Quién es el que le olvida dÃas sin número? Son incluso aquellos que han probado la mayorÃa de sus beneficios.
2. José habÃa predicho cosas maravillosas que vendrÃan para el mayordomo, pero lo olvidó. ¿Con qué gozo resonante le llegó la interpretación de José del sueño del principal copero? Se le aseguró un pronto regreso al favor del faraón; su oscuridad se convirtió en luz; su miedo a la muerte, al deleite de la vida, y sin embargo lo olvidó.
En el caso de nuestro Señor fue aún más grande: Jesucristo no solo habló de las cosas por venir, de la vida, la luz y el amor, sino que hizo posible ese futuro bendito mediante Su propia muerte por nosotros, pero lo olvidamos.
Nosotros también, languidecidos bajo la amenaza de la muerte eterna, luego Ãl sacó a la luz la vida y la inmortalidad a través del Evangelio. Bajó por nosotros a la fosa, para llevarla a la luz de la vida; Murió para que pudiéramos vivir; Sufrió para que pudiéramos cantar; Señaló el camino a la ciudad de oro, donde Ãl es la luz para siempre, pero lo olvidamos.
Una Escritura dice: "De la Roca que te engendró, olvidaste".
3. José definitivamente le habÃa pedido al mayordomo principal que lo recordara, pero lo olvidó. ¡Qué cansados âây tristes fueron los dos años que José pasó en prisión! ¡Cuántas veces su mente iba a la promesa del mayordomo principal de recordarlo y, sin embargo, languidecÃa, olvidado en la cárcel!
¿No dijo el Señor Jesús: "Haced esto en memoria de mÃ"? Sin embargo, ¡cuántas veces lo olvidamos!
"Señor, ayúdame a recordar la deuda sagrada;
Oh, por el amor que me buscó
Oh, fay la sangre que me compró
Oh, por la gracia que me trajo al redil,
Señor, no me dejes olvidar
¡Oh, no me dejes olvidar! "
Cómo resuenan las palabras de advertencia: "CuÃdate de no olvidar al Señor tu Dios * *. No sea que, cuando hayas comido y te hayas saciado, y hayas edificado casas bonitas y habitado en ellas * *, se enaltezca tu corazón y te olvidas ".
Tú, mayordomo, deleitándote con la abundancia de la casa de Faraón y disfrutando de la sonrisa del rostro de Faraón, ¿te has olvidado del que habló paz a tu alma? Cuán lastimero es el clamor del Señor: "Mi pueblo se ha olvidado de mà por innumerables dÃas".
Señor, si me olvido de ti, mi diestra se olvide de su astucia, y mi lengua se pegue al paladar.
DIOS RECUERDA A JOSÃ ( Hechos 7:9 )
1. ¿Se sintió José olvidado de Dios? José tenÃa diecisiete años cuando sus hermanos lo vendieron a Egipto. Ahora tiene treinta años. Sus años habÃan sido, en su mayor parte, años de dolores de cabeza. ¿Durante un tiempo habÃa prosperado bajo? Potifar, pero después, por causas ajenas a él, fue encarcelado.
Mientras permanecÃa en la prisión, las semanas se convirtieron en meses y los meses en años sin una aparente manifestación del pensamiento o cuidado de Dios. Quizás, José dudó, asà como Juan el Bautista dudó durante los dÃas de su experiencia en la prisión bajo Herodes, el tetrarca de Galilea.
Recordamos cómo nuestro Señor, mientras colgaba de la Cruz, dijo: "¿Por qué me has desamparado?"
José parecÃa solo, pero no lo estaba, porque Dios estaba con él. Jesús parecÃa solo, y lo estaba porque, por nuestro bien, el Padre escondió Su rostro.
2. Cómo estaba trabajando Dios para José. Dios no habÃa dejado de actuar a favor de Su siervo, aunque Su siervo no conocÃa ni el propósito ni el plan de Dios, que avanzaba constantemente hacia su expresión. Cuando a veces nos preguntamos qué nos depara el futuro y no sabemos nada del camino, seguramente podemos confiar en nuestro GuÃa. Caminamos por fe y no por vista. Debemos esperar en el Señor y ser valientes.
Hay un versÃculo que dice: "A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".
La experiencia de la prisión de José es una de "todas las cosas". José no sabÃa el cómo ni el por qué, pero sabÃa cómo confiar en Dios.
Dios se mueve de una manera misteriosa para realizar sus maravillas. Ãl nos guÃa a través del valle para prepararnos para experiencias en la cima de la montaña. Ãl permite que caiga la lluvia para que pueda fortalecernos, asentarnos, establecernos y perfeccionarnos para el dÃa de una tarea mayor. Todo el camino, y en todo momento, nos está guiando hacia algo mejor.
II. EL SUEÃO DEL FARAÃN ( Génesis 41:1 )
Al cabo de dos años, el faraón soñó que estaba junto a un rÃo y he aquà que salÃan del rÃo siete vacas bien favorecidas que se alimentaban en un prado. Después vinieron también otras siete vacas, desfavorecidas y flacas, y se comieron las siete vacas gordas.
Faraón soñó por segunda vez y habÃa siete mazorcas de maÃz rancias y buenas. A continuación, fueron siete las orejas delgadas que subieron y devoraron las orejas llenas. Entonces el faraón se despertó por segunda vez.
1. El corazón del rey está en la mano de Dios. Joseph habÃa buscado la ayuda del mayordomo principal, pero hacÃa tiempo que habÃa perdido la esperanza de recibir ayuda del mismo. Fue Dios y no el hombre quien liberó a José. Sin embargo, Dios obró Su liberación por medio de un simple sueño que envió al rey de Egipto. Faraón, cuando soñó, no dejó pasar su sueño como si no tuviera importancia. Dios no permitirÃa que se lo quitara de la mente. Por lo tanto, llamó a los magos de Egipto y a todos sus sabios, pero no hubo nadie que pudiera interpretarle.
La incapacidad del hombre se convirtió en la oportunidad de Dios. Al mayordomo se le hizo recordar cómo José le habÃa revelado su sueño, y también el sueño del principal panadero. Recordó, asimismo, que todo lo que José habÃa dicho habÃa sido verificado. Por lo tanto, le relató al faraón las circunstancias de hace dos años. Asà fue como José fue llamado y sacado apresuradamente del calabozo ante el faraón.
2. La liberación de José asegurada. Cuando llegó la orden de Faraón de traer a José a su presencia, se apresuró a afeitarse y cambiarse de ropa. Mientras esto sucedÃa, su corazón debe haber latido con maravillosa anticipación. Estaba a punto de ser liberado de la mazmorra, por un lado, e ir mucho más allá de su antigua propiedad, por el otro. Asà es como nuestro Dios obra a favor de todos nosotros. Ãl no solo nos saca del pozo en el que habÃamos caÃdo, sino que hace que nuestra posición sea más segura de lo que era antes de caer. Lo que perdimos en Adán, lo recuperamos con creces en Cristo.
III. LA Génesis 41:16 DE JOSà ( Génesis 41:16 )
Mientras José estaba de pie ante el faraón y escuchaba en detalle los dos sueños que le habÃan llegado al rey, se apresuró a pronunciar palabras de interpretación y de paz.
1. José no suplicó en su propio beneficio. Hubiera sido natural para José, de pie en presencia de alguien de un poder tan incomparable, haber alegado su propia inocencia y haber detallado sus injustos sufrimientos. De sà mismo, sin embargo, no dijo nada.
Recordamos cómo Pablo, de pie ante el rey Agripa, no suplicó por el suyo. propia liberación, sino cómo más bien predicó a Cristo y suplicó al rey Agripa que se salvara.
Mientras Jesucristo se movÃa entre los hombres, no pensaba en sà mismo, sino en. otros.
2. José no alegó ningún poder en sà mismo.
Faraón dijo a José: "He oÃdo decir de ti que puedes entender un sueño para interpretarlo". José respondió dócilmente: "No está en mÃ". Aquà está el verdadero espÃritu cristiano. No deberÃamos pensar en nosotros mismos más de lo que deberÃamos pensar. No tenemos autoridad ni poder para lograr nada. Las almas salvadas, las vidas fortalecidas y bendecidas, no son el resultado de nada de lo que yace dentro de nosotros. Lo que hacemos es lo que Ãl hace a través de nosotros. "No yo, sino Cristo". Ese deberÃa ser el lema de todo creyente.
3. José le dio honor y gloria a Dios. Le dijo al rey Faraón: "Dios le dará a Faraón una respuesta de paz". Todo el ministerio de Cristo Jesús en esta tierra fue un ministerio de magnificación del Padre. Ãl dijo: "Te he glorificado en la tierra". En esto, José era como su Señor.
Sigamos también los pasos de este hombre modesto y centrado en Dios. Ya sea que comamos o bebamos, o hagamos cualquier cosa, hagámoslo todo para la gloria de Dios.
IV. EL FARAÃN SE CONVIERTE EN JOSà ( Génesis 41:14 )
Para nosotros es de lo más maravilloso que el Faraón, en su aflicción, se haya vuelto hacia José. Al hacer esto, reconoció que los magos y sabios de Egipto no podÃan ayudarlo. Encontró en José lo que no pudo encontrar en ellos.
1. AsÃ, el pecador no encuentra en el hombre nada que le ayude a conocer a Dios. ¡Cuántos han probado los recursos de los hombres para lograr la paz en sus almas agobiadas por el pecado! Sin embargo, miraron en vano.
Casi podemos ver las grandes caravanas de antaño en la India mientras avanzan hacia algún santuario pagano en busca de paz. Después de que todo el cansancio de su viaje haya pasado, después de que todas sus lágrimas, penitencia y fuertes lamentos hayan terminado, regresan como los mismos pecadores infelices y cargados de pecado que eran cuando se fueron de casa.
Podemos ver a las masas que buscan a algún hombre para que las absuelva de su culpa; escalan su solitario camino de penitencia y, sin embargo, nunca descubren que sus pecados se han ido, a menos que miren más alto que la humanidad, a Jesús, nuestro Salvador.
El mundo y sus religiones falsas, el mundo y sus placeres y sus filosofÃas nunca pueden llevar a un pecador al puerto de la paz perfecta y al descanso de la maldición.
2. AsÃ, el pecador encuentra sólo en Dios Aquel que puede salvar. José es el tipo de Cristo. Es Cristo quien dice: "Venid a mà todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar".
¿Pueden ver al Señor Jesús cuando, en ese último dÃa, el gran dÃa de la fiesta, se puso de pie y clamó, diciendo: "Si alguno tiene sed, venga a mà y beba"?
Lo que los sabios y los magos no pueden hacer, Cristo lo puede hacer. Lo que el mundo de los hombres no puede dar, Cristo lo puede dar. Lo que la sabidurÃa de este mundo no puede ver, Cristo puede verlo y revelarlo.
José no tardó en desentrañar el sueño de Faraón. Fue Dios quien dio el sueño, y fue Dios quien, a través de Su siervo, pudo revelar el sueño.
Génesis 41:25 DICIENDO LAS COSAS POR VENIR ( Génesis 41:25 ; Génesis 41:32 )
Con qué tranquila certeza José comenzó a dar a conocer su sueño al faraón. No habÃa espÃritu de conjetura, ni en cuanto al contenido del sueño, ni en cuanto a su interpretación. José habló con autoridad. Dijo claramente que Dios le estaba mostrando a Faraón lo que estaba a punto de hacer. Asà es hoy.
1. Cristo, nuestro José, nos ha dicho las cosas que deben suceder rápidamente. Cuando estuvo entre los hombres, el Señor Jesús no dudó en desvelar el curso de los acontecimientos mundiales. Describió con claridad los tiempos del fin. Dio a conocer las condiciones que prevalecerÃan en Su Venida.
Maravillosas, más allá de toda explicación, son las palabras de nuestro Señor a través de los Apóstoles. El faraón no tenÃa una delineación más fiel de lo que estaba por suceder en la tierra que nosotros. Ante nuestros ojos, la profecÃa se está cumpliendo rápidamente.
El faraón no se quedó en tinieblas. Fue un gran gobernante gentil, y Dios le mostró las cosas que afectarÃan al mundo entero de su época. En esta hora, Dios está permitiendo que los gobernantes y potentados sepan lo que está a punto de suceder. Las naciones no necesitan afrontar el futuro a ciegas. La Palabra de profecÃa más segura lo dice todo.
2. Cristo, nuestro José, está dando palabras de advertencia, para que se haga la debida preparación para enfrentar los problemas del dÃa. José le dio un buen consejo al faraón. Le dijo al faraón cómo afrontar los problemas de los próximos años de hambruna.
Estar advertido debe ser estar armado de antemano. DÃas de hambruna, guerras y pestilencias se encuentran ahora nuevamente ante el mundo. ¿Dónde está el monarca que es lo suficientemente sabio como para prepararse para su llegada?
Es una locura negar que la tribulación se avecina. La Palabra de Dios es verdad y lo que dice es seguro. La profecÃa es "la Palabra más segura" que brilla como una lámpara en un lugar oscuro, hasta el amanecer. Dios nos da hombres con autoridad que vean y actúen en consecuencia.
VI. LO QUE HAY POR FUTURO ( Génesis 41:29 )
Como José le detalló al faraón el significado del sueño del monarca, dos grandes cosas se destacaron: siete años de abundancia, seguidos de siete años de hambruna. La abundancia iba a ser sumamente grande. La escasez iba a ser igualmente grande. En la hambruna, los años de abundancia iban a ser olvidados.
Nos detendrÃamos a estudiar esta situación y buscarÃamos saber si hay algún duplicado en la vida de los hombres de hoy.
1. Hemos estado viviendo en la era de la gracia. Un Dios de misericordias generosas está lidiando con el mundo con toda paciencia. Los años se han llenado de suficiente y de sobra. Los graneros se han llenado y los campos han crecido en abundancia.
¿Cuál ha sido la tendencia de la época? Ha sido para estar a la altura de las recompensas de nuestras cosechas sin tener que esperar para los dÃas venideros. Los hombres se han deleitado en la tierra; han vivido en el placer y han sido desenfrenados. Han alimentado sus corazones en una época en que la matanza se acerca.
El mundo ha llegado al lÃmite para alimentar los deseos de la carne.
2. Nos acercamos al dÃa de la tribulación. Incluso ahora se puede escuchar el sonido de los truenos que se avecinan. A lo lejos se acumulan tormentas. Se están formando nubes de juicio.
Ya hay una sensación de buscar con temor las cosas que están sucediendo sobre la tierra. Los corazones de los hombres les están fallando por miedo. Cada vez que aparece un nuevo movimiento por la paz y la justicia, la población comienza a esperar tiempos mejores. Las esperanzas pronto se convierten en no más que los colores de una pompa de jabón; estallan antes de que se acabe el dÃa.
Predominan el hambre y la pestilencia. Los bancos están cerrados; los problemas internacionales atraen la atención del mundo. ¿Podrán los hombres detener la marea de este diluvio de desempleo que se apodera de las naciones? ¿De dónde viene todo, adónde conducirá? Estas son las consultas en cada labio.
VII. EL SWAG DE LA HAMBRE ( Génesis 41:56 )
1. Tenemos una hambruna que se extiende por toda la tierra. Una de las cosas que se destaca a la luz en este momento es la universalidad de la depresión actual. Ninguna nación ha dejado de sentir las garras de la angustia. Los estertores de la angustia envuelven el globo. Las conferencias nacionales e internacionales han sido el llamado del momento. Esa hambruna de antaño estaba en todas partes; la hambruna de hoy está en todas partes.
2. Tenemos una hambruna que conlleva mucho sufrimiento. La gente de los dÃas de Faraón comenzó a clamar por pan. Los últimos dÃas, en los que ahora estamos entrando, encontrarán multitudes llorando una vez más por el báculo de la vida. Disturbios y disturbios cercanos llenan el aire. Las revoluciones gubernamentales están a punto de asustar al mundo.
Cristo dijo: "Entonces será una gran tribulación, como no la hubo desde el principio del mundo hasta este tiempo, ni nunca la habrá". El mundo solÃa reÃrse de esos presentimientos de males, pero ahora no pueden reÃr. La presión de ese momento ya está empezando a afianzarse y no se puede negar su realidad.
3. No seamos precursores de un falso optimismo. José no dijo paz donde no habÃa paz. No lloró una falsa esperanza. Por otro lado, José dio una advertencia completa y fiel.
¿Advierten fielmente a su pueblo los predicadores que conocen el mensaje de Dios acerca de la tribulación venidera? Hay muchos que están clamando "PredÃcanos cosas suaves". ¿Sucumbiremos a su súplica o proclamaremos los hechos? José no solo dijo que se acercaba el hambre, sino que también dijo: "La cosa está establecida por Dios, y Dios pronto hará que suceda". Asà también está establecida la profecÃa de los últimos dÃas.
Se levantarán falsos Cristos; vendrá el anticristo; habrá guerras, hambrunas y pestilencias; y todo esto será el comienzo de los dolores. La imagen no es rosada, pero es verdadera.
UNA ILUSTRACIÃN
Dios tiene un plan, y los detalles de ese plan no se revelan, por lo que estamos confundidos por elementos e incidentes individuales. En cierta habitación de ParÃs, el observador ve una sucesión de marcos, cruzados con innumerables hilos de diferentes colores y tamaños. Nada se ve a simple vista, salvo un borrón de tintes y una confusión de contornos, y cuando la mano del obrero oculto pasa la lanzadera de un lado a otro, crece el asombro en cuanto a cuál será el resultado.
Pero el trabajador ve lo que está oculto al observador. Detrás de la pantalla cuelga el lienzo de algún gran artista cuyo pensamiento de la belleza está copiando, y cada hilo desconcertante, cada tono y color, está produciendo alguna peculiaridad del maravilloso original, y el tapiz terminado será el tesoro más selecto del palacio de un rey. . El mundo es el pensamiento de Dios. La experiencia de cada hombre es un hilo en el gran todo; pero nadie sabe cuál es la intención divina. Solo tenemos que esperar y tener confianza. Dios no puede hacer nada malo. Los colores confundidos, las lÃneas enmarañadas, que tanto nos perplejo ahora, lo hará por y por mezcla en armonÃa. Sermones del club de los lunes.
VersÃculos 14-16
La exaltación de José en Egipto
Génesis 41:14 , Génesis 41:28 ; Génesis 41:40
PALABRAS INTRODUCTORIAS
Al estudiar la exaltación de José en Egipto, no podemos dejar de recordar su degradación. Ver al uno sin el otro, es disminuir la comprensión vital de ambos. A menos que comprendamos su degradación, no podremos comprender la gloria de su exaltación, y viceversa. Necesitamos saber qué tan lejos bajó, para saber la altura a la que fue elevado.
1. La forma de levantarse es agacharse. Aquà está nuestro texto bÃblico, "Humillaos bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo". Otra Escritura dice lo mismo de una manera algo diferente: "El que se humilla será ensalzado".
Junto con estas Escrituras también hay una que muestra el otro lado: "El que se ensalza a sà mismo, será humillado". Hay una gran cantidad de ejemplos bÃblicos de ambos. Cuando "este pobre clamó", "el Señor lo escuchó y lo salvó de todas sus angustias". Nunca ha habido un tiempo, ya sea con José o con David o con cualquier hombre o nación, en el que Dios no haya escuchado el clamor de humillación y contrición. Siempre es asÃ.
Por otro lado, todo el que se ha levantado contra Dios con orgullo y exaltación propia ha sido humillado.
En todo esto tenemos ante nosotros al Cristo y su espÃritu de humillación, y al anticristo y su espÃritu de exaltación. El Señor Jesús, "habiendo sido hallado a la moda como hombre, se humilló a sà mismo y se hizo obediente hasta la muerte, la muerte de cruz. Por tanto, Dios también lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que está sobre todo" nombre ".
El anticristo se exaltará a sà mismo por encima de Dios y contra todo lo que se llama Dios, de modo que él, como Dios, se sentará en el templo de Dios, mostrándose a sà mismo que es Dios. Asà será abatido. Todos los que ven lo mirarán con detenimiento, diciendo: "¿Es éste el hombre que hizo temblar la tierra, que sacudió reinos, que hizo del mundo un desierto?"
¿Qué ruta recorremos con el Cristo o con el anticristo?
2. La forma de ser rico es volverse pobre. Cristo dice a los laodicenos: "Tú dices: Soy rico, * * y no sabes que eres un miserable, un miserable, un pobre, un ciego y un desnudo". Jesucristo se hizo pobre para que nosotros, a través de su pobreza, pudiéramos hacernos ricos. Dios ha elegido a los pobres de este mundo, que son ricos en fe, para que sean los herederos del Reino.
3. La forma de ser sabio es volverse tonto. Es decir, nunca podremos conocer la sabidurÃa que viene de arriba hasta que renunciemos a la sabidurÃa que el hombre enseña. ¿Por qué? Porque la sabidurÃa de este mundo es locura para Dios.
AsÃ, Dios elige "lo necio del mundo para confundir a los sabios; y * * lo débil del mundo para confundir a los poderosos". Dios no tendrÃa carne para gloriarse ante sus ojos.
4. La forma de ser fuerte es volverse débil. Esto está en consonancia con lo que acabamos de decir. Sansón, despojado de sus cabellos, en los que estaba el signo de su voto de Nazareno, era débil como cualquier otro hombre. El poder pertenece a Dios. El hombre es inherentemente débil. No podemos hacer nada en el ámbito de lo espiritual con la fuerza de nuestra propia carne, pero podemos hacer todas las cosas en Cristo que nos fortalece.
El poder de David no residÃa en su habilidad con la honda, sino en su fe en Dios. Jonathan no era el. poderoso matador de los filisteos porque era un superhombre en fuerza fÃsica. Su victoria radica en la palabra: "No hay restricción en el Señor para salvar por muchos o por pocos". Gedeón venció a los madianitas por el poder de Dios.
I. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR SU CAMBIO DE Génesis 41:14 ( Génesis 41:14 )
1. Jesucristo dejó las experiencias de la mazmorra cuando fue al Padre. Mientras colgaba de la cruz, su rostro estaba más estropeado que el de cualquier hombre, y su forma más que la de los hijos de los hombres. Era un Hombre de quien los hombres apartaban el rostro. Sus sufrimientos eran necesarios, su cuerpo demacrado con sus heridas inflamadas, cabello enmarañado, nervios expuestos, todo esto era necesario, pero no eran el rostro o la forma que debÃa llevar al entrar en los reinos de la gloria de Dios su Padre. .
2. Jesucristo fue alterado fÃsicamente antes de ir a Dios. Se levantó de la tumba y, al levantarse, salió con un cuerpo glorificado. Los dos discÃpulos que iban a Emaús no lo conocÃan. Ciertamente, no llevaba el rostro que habÃan visto por última vez en su rostro desgastado y extraño.
3. Jesucristo se cambió de ropa cuando fue al Padre. Ahora estaba vestido con ropas de gloria.
Detengámonos por un momento para preguntarnos si lo que fue cierto de José y de nuestro Señor no es también cierto para nosotros. Ciertamente no podemos ir a la presencia de Dios para caminar en la luz llevando con nosotros las marcas del calabozo. Primero debemos nacer de nuevo, debemos salir de la vida de la vergüenza y las experiencias de la prisión. Nosotros también debemos cambiar de cuerpo. ¿No hemos leÃdo que todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos? Antes de acudir a Dios, debemos despojarnos del cuerpo de esta humillación; la mortalidad debe ser absorbida por la vida.
II. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR SU DIRECCIÃN SOBRE LA CASA DEL FARAÃN ( Génesis 41:40 )
Asà fue como Faraón puso a José sobre toda la tierra de Egipto. Cuando Jesucristo ascendió a lo alto, fue nombrado Cabeza de la Iglesia. Su Palabra está revestida de absoluta autoridad. Nadie puede entrar ni salir sin Ãl,
1. ¿Se reconoce hoy la jefatura de Cristo? La perdición, como la vemos, de la Iglesia es suplantar la autoridad de Cristo. Esta autoridad ahora está investida en los hombres. Por un lado, el poder puede revestirse de un individuo o, por otro lado, puede colocarse en un comité o junta de operaciones; pero dondequiera que alguna autoridad se atreva a intervenir y disputar la soberanÃa absoluta de Cristo en la Iglesia, todo el propósito y plan de Dios se rompe.
No dudamos de que hubo hombres en Egipto a quienes se les dio lugares de confianza y autoridad sobre los distritos electorales locales en la recolección del grano, pero en ningún caso esta autoridad pudo reemplazar la autoridad de José.
Puede haber en la Iglesia pastores y profetas y maestros y evangelistas; puede haber diáconos, ancianos y obispos; todos estos pueden tener un cierto lugar de autoridad, pero su autoridad es una autoridad subyugada.
En la Iglesia Uno es nuestro Maestro y todos somos hermanos. El que quiera ser señor debe ser servidor de todos.
2. ¿Se obedece la jefatura de Cristo? ¿Los cristianos siguen los dictados del Señor Jesús o están sujetos a los dictados de los hombres? ¿Están los santos más preocupados por lo que puedan decir "Los LÃderes" que por lo que el Señor pueda mandar?
Escuche la voz del Maestro: "Nadie se glorÃe en los hombres". "No seáis siervos de los hombres".
III. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR LA BODA DEL ANILLO Y LA TÃNICA DEL Génesis 41:42 ( Génesis 41:42 )
"Faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de José, y lo vistió de ropas de lino fino y le puso un collar de oro en el cuello". Todo esto le dio a José la insignia de honor y reconocimiento real.
1. Debemos tener en cuenta que José no fue colocado en el trono de Egipto. Se le dio un asiento en el trono de Faraón. AsÃ, nuestro Señor no fue entronizado en Su propio trono cuando ascendió a lo alto, sino que fue colocado en el trono de Dios.
Nuestro Señor mismo dijo a los Doce: "Vosotros que me habéis seguido * *, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel". Por lo tanto, su trono aún es futuro. Por él está escrito: "Al que venciere, le concederé sentarse conmigo en mi trono, asà como yo también vencà y estoy sentado con mi Padre en su trono". El trono de Cristo es el trono de David. Aquel que hizo que Cristo se sentara en su trono, aún lo hará sentar en su propio trono, incluso en Jerusalén.
2. También debemos recordar que a José se le dio el sello de Faraón. El anillo de Faraón en la mano de José confiado a la autoridad de José Faraón. A quién quisiera podrÃa establecer, y a quién quisiera, podrÃa sacrificar, siempre que conservara el anillo de Faraón. Dios, el Padre, también ha investido a Dios, el Hijo, todo el juicio. "El Padre a nadie juzga, pero todo el juicio dio al Hijo".
3. Asimismo, debemos recordar el hecho de que la ropa de lino de José fue un donativo principesco. Jesucristo es el PrÃncipe de Paz. Satanás es el prÃncipe de este mundo, el prÃncipe del poder del aire, que da energÃa a los hijos de la desobediencia. El Señor Jesucristo es el PrÃncipe de Dios enviado del cielo.
¡Cuán diferente era el anillo, la túnica y la cadena de oro con que José estaba ahora vestido con el atuendo de la prisión que vestÃa en la prisión!
IV. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR LA SUJETACIÃN DE LOS PUEBLOS A SU AUTORIDAD ( Génesis 41:43 )
1. Dios ha dicho que a Cristo toda rodilla se doblará y toda lengua confesará. La adoración divina nunca debe concederse al hombre, pero la adoración divina se le ordena a Cristo, quien es tanto Hijo de Dios como Dios, el Hijo. Ante Ãl, con razón nos postramos y lo coronamos Señor.
2. Dios ha hecho a Jesucristo Señor y Cristo. Lo ha puesto sobre las naciones. En el momento de escribir este artÃculo, el mundo se ha negado a reconocer la jefatura de Cristo, pero llegará el momento en que el Padre dirá al Hijo: "Sin embargo, he puesto a mi Rey sobre mi santo monte de Sión". "Ãl gobernará el mundo con justicia".
Cristo también es Cabeza de Su Iglesia. Aquà Ãl tiene todo el poder, aunque no todos han aceptado Su gobierno. A pesar de esto, la Iglesia Verdadera, contada por innumerables multitudes, se inclina reverentemente ante Ãl.
La marca del pecado es la insubordinación a Cristo. El Profeta escribió: "Hemos vuelto cada uno por su propio camino". El mayor alcance de la redención es el espÃritu de abyecta obediencia. El creyente renuncia a su voluntad y camino por el camino y la voluntad de Cristo. Ãl corona a Cristo como Señor.
En el Cielo todos los santos adoran al Señor diciendo: "Santo, Santo, Santo; ¡Señor Dios Todopoderoso!" ¡Que los que estamos sobre la tierra nos unamos a esa sagrada multitud y aclamamos a Dios Padre, Dios Hijo y Dios EspÃritu Santo!
Recuerde esto: si no lo coronamos Señor de todo, no lo coronamos Señor en absoluto.
V. LA EXALTACIÃN DE JOSà SE MUESTRA POR SU LUGAR AL LADO DEL REY ( Génesis 41:44 )
El mensaje de Génesis 41:44 es: "Yo soy Faraón, y sin ti nadie alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto".
Aquà se colocó un poder autocrático en José. Solo el faraón era más grande que él, e incluso el faraón, como hemos visto, habÃa puesto su anillo en la mano de José.
Este es el mensaje de Jesucristo. Escúchalo mientras hace sus afirmaciones de autoridad y poder:
1. "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" ( Juan 5:17 ). Entonces los judÃos tomaron piedras para apedrear a Cristo, porque sabÃan que Ãl hizo a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios.
2. "Todo lo que hace [el Padre], esto también lo hace el Hijo" ( Juan 5:19 ). En esta declaración, Cristo habló de la unidad absoluta de propósito y acción entre Ãl y el Padre. Solo podÃa hacer lo que hizo el Padre, no porque fuera un debilucho indefenso, sino porque era perfectamente uno con el Padre.
3. "Como el Padre levanta a los muertos y los vivifica, asà también el Hijo da vida a los que quiere" ( Juan 5:21 ). Aquà está el resultado práctico de la unidad Divina del Padre y el Hijo. Si el Padre resucita a los muertos, también lo hace el Hijo. El mismo poder que es del Padre es también del Hijo. La resurrección de los muertos fue un milagro supremo y atestiguó la Deidad de Cristo.
4. "Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo" ( Juan 5:22 ). Aquà el Hijo es uno con el Padre en poder ejecutivo. SÃ, el Padre ha puesto al Hijo a cargo del "juicio", todo juicio pertenece al Hijo. Tal otorgamiento de poder es del Hijo, solo porque es uno con el Padre.
5. "Para que todos honren al Hijo como honran al Padre" ( Juan 5:23 ). Ãsta es la única conclusión lógica de lo anterior. No hay reconocimiento posible o acercamiento al Padre excepto a través del Hijo.
VI. LA EXALTACIÃN DE JOSà SE MOSTRà POR SU NUEVO NOMBRE ( Génesis 41:45 fc)
"Y llamó el faraón el nombre de José Zaphnat-paaneah". ¡Qué nombre tan extraordinario es este! Significa "salvador del mundo".
Nuestro Señor Jesús lleva muchos de esos tÃtulos, cada uno de los cuales es significativo de alguna fase de Su obra hacia los santos o el mundo.
1. Se le llama Jesús, que significa Salvador. El ángel le dijo a MarÃa: "Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". José fue llamado salvador por el mundo porque fue él quien sugirió y llevó a cabo el plan para salvar fÃsicamente a la gente de los terrores del hambre. Jesucristo es el Salvador en un sentido mucho más profundo. A los que confÃan en Ãl y vienen a Ãl, Ãl los salva de la muerte eterna y los salva para vida eterna.
2. Se le llama Señor. Se le llama asà en virtud de Su resurrección y Su asiento de autoridad. José en realidad era el señor de los egipcios, pero Jesús es el Señor de todos.
3. Se le llama Cristo. El nombre significa "Ungido". Fue ungido por el Padre y está destinado a ser el MesÃas del mundo, y particularmente de Israel.
Hay muchos otros nombres que podrÃan mencionarse. De hecho, el Dr. Horton tiene un libro de devociones diarias que proporciona a cada dÃa del año un nombre nuevo y distinto otorgado a Cristo en la Biblia. Ãl es Maravilloso y Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y PrÃncipe de Paz. Todos estos son nombres significativos de Cristo.
Ãl es Jehová-Jireh y Jehová-tsidkenu, Jehová-Shalom, Jehová-nissi y los otros tÃtulos maravillosos de Jehová.
Ãl es la Luz del mundo, la Puerta, el Camino, la Verdad, la Vida y la Luz.
Ãl es el Buen Pastor, el Gran Pastor, el Pastor Principal.
VII. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR EL BODAJE DE UNA NOVIA GENTIL ( Génesis 41:45 lc)
1. La esposa gentil. "Y lo dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On". Aquà hay otra imagen maravillosa de nuestro Señor. Debemos recordar que estamos hablando de José en el momento de su exaltación. Fue durante ese tiempo que obtuvo la novia gentil. La Iglesia es la Esposa de Cristo. En el Libro de Efesios leemos cómo Adán dijo: "Por esto dejará el hombre a su padre ya su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne". Al hablar de esta declaración del jardÃn del Edén, el EspÃritu dijo: "Este es un gran misterio; pero hablo acerca de Cristo y de la Iglesia".
Hay muchas referencias en el Nuevo Testamento al matrimonio que espera el regreso del Señor. Una de las declaraciones culminantes se encuentra en Apocalipsis: "Gocémonos y regocijémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado". Durante esta era, el EspÃritu está llamando de las naciones a un pueblo para Su Nombre.
2. La esposa gentil presentada por Faraón. Fue el faraón quien le dio Asenat a José. Fue él quien se preparó para el matrimonio y, sin duda alguna, fue él quien honró las festividades matrimoniales con su presencia.
El Padre está preparando a la Esposa para Cristo. Ãl es quien da el matrimonio al Hijo. Por nuestra parte, creemos que el Padre estará presente en el aire cuando tenga lugar la gloriosa consumación del matrimonio. No hay ninguna razón por la que debamos dudar de esto. Hay varias razones por las que debemos creerlo.
(1) El Libro de Daniel describe, en el capÃtulo 7, la colocación de los tronos en el Cielo. Sobre uno de ellos se sienta el Anciano de DÃas y ante Ãl está uno semejante al Hijo del Hombre.
(2) El Libro de Apocalipsis da la misma imagen, el Padre se sienta en el trono sosteniendo un libro sellado con siete sellos en Su mano, mientras que el Hijo da un paso adelante y recibe el libro.
Es cierto que estamos buscando esa aparición gloriosa del Gran Dios y nuestro Salvador Jesucristo.
UNA ILUSTRACIÃN
"LA EXALTACIÃN DE JOSÃ EN EGIPTO"
Cristo, el Señor. Hace unos años tuvimos el privilegio de estudiar, en el Palacio Rospighosi de Roma, el gran cuadro de Guido Reni "La Aurora". Está en el techo y solo se puede estudiar con la mayor dificultad desde el suelo. Pero un espejo está tan colocado sobre una mesa que refleja la imagen y uno puede estudiarla. allà con facilidad y placer. Dios es EspÃritu, y está en el cielo, "morando en una luz inaccesible".
"No fue fácil conocerlo allÃ. Pero la Encarnación, el Verbo, hecho carne y habitando entre nosotros, fue el traer a la tierra el reflejo de la gloriosa Persona de Dios en forma y vida humana. Los hombres miraron a Jesús y vio la semejanza de Dios, "la imagen expresa de su persona". Ãl era Cristo, el Señor. H.
VersÃculos 28-30
La exaltación de José en Egipto
Génesis 41:14 , Génesis 41:28 ; Génesis 41:40
PALABRAS INTRODUCTORIAS
Al estudiar la exaltación de José en Egipto, no podemos dejar de recordar su degradación. Ver al uno sin el otro, es disminuir la comprensión vital de ambos. A menos que comprendamos su degradación, no podremos comprender la gloria de su exaltación, y viceversa. Necesitamos saber qué tan lejos bajó, para saber la altura a la que fue elevado.
1. La forma de levantarse es agacharse. Aquà está nuestro texto bÃblico, "Humillaos bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo". Otra Escritura dice lo mismo de una manera algo diferente: "El que se humilla será ensalzado".
Junto con estas Escrituras también hay una que muestra el otro lado: "El que se ensalza a sà mismo, será humillado". Hay una gran cantidad de ejemplos bÃblicos de ambos. Cuando "este pobre clamó", "el Señor lo escuchó y lo salvó de todas sus angustias". Nunca ha habido un tiempo, ya sea con José o con David o con cualquier hombre o nación, en el que Dios no haya escuchado el clamor de humillación y contrición. Siempre es asÃ.
Por otro lado, todo el que se ha levantado contra Dios con orgullo y exaltación propia ha sido humillado.
En todo esto tenemos ante nosotros al Cristo y su espÃritu de humillación, y al anticristo y su espÃritu de exaltación. El Señor Jesús, "habiendo sido hallado a la moda como hombre, se humilló a sà mismo y se hizo obediente hasta la muerte, la muerte de cruz. Por tanto, Dios también lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que está sobre todo" nombre ".
El anticristo se exaltará a sà mismo por encima de Dios y contra todo lo que se llama Dios, de modo que él, como Dios, se sentará en el templo de Dios, mostrándose a sà mismo que es Dios. Asà será abatido. Todos los que ven lo mirarán con detenimiento, diciendo: "¿Es éste el hombre que hizo temblar la tierra, que sacudió reinos, que hizo del mundo un desierto?"
¿Qué ruta recorremos con el Cristo o con el anticristo?
2. La forma de ser rico es volverse pobre. Cristo dice a los laodicenos: "Tú dices: Soy rico, * * y no sabes que eres un miserable, un miserable, un pobre, un ciego y un desnudo". Jesucristo se hizo pobre para que nosotros, a través de su pobreza, pudiéramos hacernos ricos. Dios ha elegido a los pobres de este mundo, que son ricos en fe, para que sean los herederos del Reino.
3. La forma de ser sabio es volverse tonto. Es decir, nunca podremos conocer la sabidurÃa que viene de arriba hasta que renunciemos a la sabidurÃa que el hombre enseña. ¿Por qué? Porque la sabidurÃa de este mundo es locura para Dios.
AsÃ, Dios elige "lo necio del mundo para confundir a los sabios; y * * lo débil del mundo para confundir a los poderosos". Dios no tendrÃa carne para gloriarse ante sus ojos.
4. La forma de ser fuerte es volverse débil. Esto está en consonancia con lo que acabamos de decir. Sansón, despojado de sus cabellos, en los que estaba el signo de su voto de Nazareno, era débil como cualquier otro hombre. El poder pertenece a Dios. El hombre es inherentemente débil. No podemos hacer nada en el ámbito de lo espiritual con la fuerza de nuestra propia carne, pero podemos hacer todas las cosas en Cristo que nos fortalece.
El poder de David no residÃa en su habilidad con la honda, sino en su fe en Dios. Jonathan no era el. poderoso matador de los filisteos porque era un superhombre en fuerza fÃsica. Su victoria radica en la palabra: "No hay restricción en el Señor para salvar por muchos o por pocos". Gedeón venció a los madianitas por el poder de Dios.
I. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR SU CAMBIO DE Génesis 41:14 ( Génesis 41:14 )
1. Jesucristo dejó las experiencias de la mazmorra cuando fue al Padre. Mientras colgaba de la cruz, su rostro estaba más estropeado que el de cualquier hombre, y su forma más que la de los hijos de los hombres. Era un Hombre de quien los hombres apartaban el rostro. Sus sufrimientos eran necesarios, su cuerpo demacrado con sus heridas inflamadas, cabello enmarañado, nervios expuestos, todo esto era necesario, pero no eran el rostro o la forma que debÃa llevar al entrar en los reinos de la gloria de Dios su Padre. .
2. Jesucristo fue alterado fÃsicamente antes de ir a Dios. Se levantó de la tumba y, al levantarse, salió con un cuerpo glorificado. Los dos discÃpulos que iban a Emaús no lo conocÃan. Ciertamente, no llevaba el rostro que habÃan visto por última vez en su rostro desgastado y extraño.
3. Jesucristo se cambió de ropa cuando fue al Padre. Ahora estaba vestido con ropas de gloria.
Detengámonos por un momento para preguntarnos si lo que fue cierto de José y de nuestro Señor no es también cierto para nosotros. Ciertamente no podemos ir a la presencia de Dios para caminar en la luz llevando con nosotros las marcas del calabozo. Primero debemos nacer de nuevo, debemos salir de la vida de la vergüenza y las experiencias de la prisión. Nosotros también debemos cambiar de cuerpo. ¿No hemos leÃdo que todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos? Antes de acudir a Dios, debemos despojarnos del cuerpo de esta humillación; la mortalidad debe ser absorbida por la vida.
II. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR SU DIRECCIÃN SOBRE LA CASA DEL FARAÃN ( Génesis 41:40 )
Asà fue como Faraón puso a José sobre toda la tierra de Egipto. Cuando Jesucristo ascendió a lo alto, fue nombrado Cabeza de la Iglesia. Su Palabra está revestida de absoluta autoridad. Nadie puede entrar ni salir sin Ãl,
1. ¿Se reconoce hoy la jefatura de Cristo? La perdición, como la vemos, de la Iglesia es suplantar la autoridad de Cristo. Esta autoridad ahora está investida en los hombres. Por un lado, el poder puede revestirse de un individuo o, por otro lado, puede colocarse en un comité o junta de operaciones; pero dondequiera que alguna autoridad se atreva a intervenir y disputar la soberanÃa absoluta de Cristo en la Iglesia, todo el propósito y plan de Dios se rompe.
No dudamos de que hubo hombres en Egipto a quienes se les dio lugares de confianza y autoridad sobre los distritos electorales locales en la recolección del grano, pero en ningún caso esta autoridad pudo reemplazar la autoridad de José.
Puede haber en la Iglesia pastores y profetas y maestros y evangelistas; puede haber diáconos, ancianos y obispos; todos estos pueden tener un cierto lugar de autoridad, pero su autoridad es una autoridad subyugada.
En la Iglesia Uno es nuestro Maestro y todos somos hermanos. El que quiera ser señor debe ser servidor de todos.
2. ¿Se obedece la jefatura de Cristo? ¿Los cristianos siguen los dictados del Señor Jesús o están sujetos a los dictados de los hombres? ¿Están los santos más preocupados por lo que puedan decir "Los LÃderes" que por lo que el Señor pueda mandar?
Escuche la voz del Maestro: "Nadie se glorÃe en los hombres". "No seáis siervos de los hombres".
III. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR LA BODA DEL ANILLO Y LA TÃNICA DEL Génesis 41:42 ( Génesis 41:42 )
"Faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de José, y lo vistió de ropas de lino fino y le puso un collar de oro en el cuello". Todo esto le dio a José la insignia de honor y reconocimiento real.
1. Debemos tener en cuenta que José no fue colocado en el trono de Egipto. Se le dio un asiento en el trono de Faraón. AsÃ, nuestro Señor no fue entronizado en Su propio trono cuando ascendió a lo alto, sino que fue colocado en el trono de Dios.
Nuestro Señor mismo dijo a los Doce: "Vosotros que me habéis seguido * *, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel". Por lo tanto, su trono aún es futuro. Por él está escrito: "Al que venciere, le concederé sentarse conmigo en mi trono, asà como yo también vencà y estoy sentado con mi Padre en su trono". El trono de Cristo es el trono de David. Aquel que hizo que Cristo se sentara en su trono, aún lo hará sentar en su propio trono, incluso en Jerusalén.
2. También debemos recordar que a José se le dio el sello de Faraón. El anillo de Faraón en la mano de José confiado a la autoridad de José Faraón. A quién quisiera podrÃa establecer, y a quién quisiera, podrÃa sacrificar, siempre que conservara el anillo de Faraón. Dios, el Padre, también ha investido a Dios, el Hijo, todo el juicio. "El Padre a nadie juzga, pero todo el juicio dio al Hijo".
3. Asimismo, debemos recordar el hecho de que la ropa de lino de José fue un donativo principesco. Jesucristo es el PrÃncipe de Paz. Satanás es el prÃncipe de este mundo, el prÃncipe del poder del aire, que da energÃa a los hijos de la desobediencia. El Señor Jesucristo es el PrÃncipe de Dios enviado del cielo.
¡Cuán diferente era el anillo, la túnica y la cadena de oro con que José estaba ahora vestido con el atuendo de la prisión que vestÃa en la prisión!
IV. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR LA SUJETACIÃN DE LOS PUEBLOS A SU AUTORIDAD ( Génesis 41:43 )
1. Dios ha dicho que a Cristo toda rodilla se doblará y toda lengua confesará. La adoración divina nunca debe concederse al hombre, pero la adoración divina se le ordena a Cristo, quien es tanto Hijo de Dios como Dios, el Hijo. Ante Ãl, con razón nos postramos y lo coronamos Señor.
2. Dios ha hecho a Jesucristo Señor y Cristo. Lo ha puesto sobre las naciones. En el momento de escribir este artÃculo, el mundo se ha negado a reconocer la jefatura de Cristo, pero llegará el momento en que el Padre dirá al Hijo: "Sin embargo, he puesto a mi Rey sobre mi santo monte de Sión". "Ãl gobernará el mundo con justicia".
Cristo también es Cabeza de Su Iglesia. Aquà Ãl tiene todo el poder, aunque no todos han aceptado Su gobierno. A pesar de esto, la Iglesia Verdadera, contada por innumerables multitudes, se inclina reverentemente ante Ãl.
La marca del pecado es la insubordinación a Cristo. El Profeta escribió: "Hemos vuelto cada uno por su propio camino". El mayor alcance de la redención es el espÃritu de abyecta obediencia. El creyente renuncia a su voluntad y camino por el camino y la voluntad de Cristo. Ãl corona a Cristo como Señor.
En el Cielo todos los santos adoran al Señor diciendo: "Santo, Santo, Santo; ¡Señor Dios Todopoderoso!" ¡Que los que estamos sobre la tierra nos unamos a esa sagrada multitud y aclamamos a Dios Padre, Dios Hijo y Dios EspÃritu Santo!
Recuerde esto: si no lo coronamos Señor de todo, no lo coronamos Señor en absoluto.
V. LA EXALTACIÃN DE JOSà SE MUESTRA POR SU LUGAR AL LADO DEL REY ( Génesis 41:44 )
El mensaje de Génesis 41:44 es: "Yo soy Faraón, y sin ti nadie alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto".
Aquà se colocó un poder autocrático en José. Solo el faraón era más grande que él, e incluso el faraón, como hemos visto, habÃa puesto su anillo en la mano de José.
Este es el mensaje de Jesucristo. Escúchalo mientras hace sus afirmaciones de autoridad y poder:
1. "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" ( Juan 5:17 ). Entonces los judÃos tomaron piedras para apedrear a Cristo, porque sabÃan que Ãl hizo a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios.
2. "Todo lo que hace [el Padre], esto también lo hace el Hijo" ( Juan 5:19 ). En esta declaración, Cristo habló de la unidad absoluta de propósito y acción entre Ãl y el Padre. Solo podÃa hacer lo que hizo el Padre, no porque fuera un debilucho indefenso, sino porque era perfectamente uno con el Padre.
3. "Como el Padre levanta a los muertos y los vivifica, asà también el Hijo da vida a los que quiere" ( Juan 5:21 ). Aquà está el resultado práctico de la unidad Divina del Padre y el Hijo. Si el Padre resucita a los muertos, también lo hace el Hijo. El mismo poder que es del Padre es también del Hijo. La resurrección de los muertos fue un milagro supremo y atestiguó la Deidad de Cristo.
4. "Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo" ( Juan 5:22 ). Aquà el Hijo es uno con el Padre en poder ejecutivo. SÃ, el Padre ha puesto al Hijo a cargo del "juicio", todo juicio pertenece al Hijo. Tal otorgamiento de poder es del Hijo, solo porque es uno con el Padre.
5. "Para que todos honren al Hijo como honran al Padre" ( Juan 5:23 ). Ãsta es la única conclusión lógica de lo anterior. No hay reconocimiento posible o acercamiento al Padre excepto a través del Hijo.
VI. LA EXALTACIÃN DE JOSà SE MOSTRà POR SU NUEVO NOMBRE ( Génesis 41:45 fc)
"Y llamó el faraón el nombre de José Zaphnat-paaneah". ¡Qué nombre tan extraordinario es este! Significa "salvador del mundo".
Nuestro Señor Jesús lleva muchos de esos tÃtulos, cada uno de los cuales es significativo de alguna fase de Su obra hacia los santos o el mundo.
1. Se le llama Jesús, que significa Salvador. El ángel le dijo a MarÃa: "Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". José fue llamado salvador por el mundo porque fue él quien sugirió y llevó a cabo el plan para salvar fÃsicamente a la gente de los terrores del hambre. Jesucristo es el Salvador en un sentido mucho más profundo. A los que confÃan en Ãl y vienen a Ãl, Ãl los salva de la muerte eterna y los salva para vida eterna.
2. Se le llama Señor. Se le llama asà en virtud de Su resurrección y Su asiento de autoridad. José en realidad era el señor de los egipcios, pero Jesús es el Señor de todos.
3. Se le llama Cristo. El nombre significa "Ungido". Fue ungido por el Padre y está destinado a ser el MesÃas del mundo, y particularmente de Israel.
Hay muchos otros nombres que podrÃan mencionarse. De hecho, el Dr. Horton tiene un libro de devociones diarias que proporciona a cada dÃa del año un nombre nuevo y distinto otorgado a Cristo en la Biblia. Ãl es Maravilloso y Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y PrÃncipe de Paz. Todos estos son nombres significativos de Cristo.
Ãl es Jehová-Jireh y Jehová-tsidkenu, Jehová-Shalom, Jehová-nissi y los otros tÃtulos maravillosos de Jehová.
Ãl es la Luz del mundo, la Puerta, el Camino, la Verdad, la Vida y la Luz.
Ãl es el Buen Pastor, el Gran Pastor, el Pastor Principal.
VII. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR EL BODAJE DE UNA NOVIA GENTIL ( Génesis 41:45 lc)
1. La esposa gentil. "Y lo dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On". Aquà hay otra imagen maravillosa de nuestro Señor. Debemos recordar que estamos hablando de José en el momento de su exaltación. Fue durante ese tiempo que obtuvo la novia gentil. La Iglesia es la Esposa de Cristo. En el Libro de Efesios leemos cómo Adán dijo: "Por esto dejará el hombre a su padre ya su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne". Al hablar de esta declaración del jardÃn del Edén, el EspÃritu dijo: "Este es un gran misterio; pero hablo acerca de Cristo y de la Iglesia".
Hay muchas referencias en el Nuevo Testamento al matrimonio que espera el regreso del Señor. Una de las declaraciones culminantes se encuentra en Apocalipsis: "Gocémonos y regocijémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado". Durante esta era, el EspÃritu está llamando de las naciones a un pueblo para Su Nombre.
2. La esposa gentil presentada por Faraón. Fue el faraón quien le dio Asenat a José. Fue él quien se preparó para el matrimonio y, sin duda alguna, fue él quien honró las festividades matrimoniales con su presencia.
El Padre está preparando a la Esposa para Cristo. Ãl es quien da el matrimonio al Hijo. Por nuestra parte, creemos que el Padre estará presente en el aire cuando tenga lugar la gloriosa consumación del matrimonio. No hay ninguna razón por la que debamos dudar de esto. Hay varias razones por las que debemos creerlo.
(1) El Libro de Daniel describe, en el capÃtulo 7, la colocación de los tronos en el Cielo. Sobre uno de ellos se sienta el Anciano de DÃas y ante Ãl está uno semejante al Hijo del Hombre.
(2) El Libro de Apocalipsis da la misma imagen, el Padre se sienta en el trono sosteniendo un libro sellado con siete sellos en Su mano, mientras que el Hijo da un paso adelante y recibe el libro.
Es cierto que estamos buscando esa aparición gloriosa del Gran Dios y nuestro Salvador Jesucristo.
UNA ILUSTRACIÃN
"LA EXALTACIÃN DE JOSÃ EN EGIPTO"
Cristo, el Señor. Hace unos años tuvimos el privilegio de estudiar, en el Palacio Rospighosi de Roma, el gran cuadro de Guido Reni "La Aurora". Está en el techo y solo se puede estudiar con la mayor dificultad desde el suelo. Pero un espejo está tan colocado sobre una mesa que refleja la imagen y uno puede estudiarla. allà con facilidad y placer. Dios es EspÃritu, y está en el cielo, "morando en una luz inaccesible".
"No fue fácil conocerlo allÃ. Pero la Encarnación, el Verbo, hecho carne y habitando entre nosotros, fue el traer a la tierra el reflejo de la gloriosa Persona de Dios en forma y vida humana. Los hombres miraron a Jesús y vio la semejanza de Dios, "la imagen expresa de su persona". Ãl era Cristo, el Señor. H.
VersÃculos 40-44
La exaltación de José en Egipto
Génesis 41:14 , Génesis 41:28 ; Génesis 41:40
PALABRAS INTRODUCTORIAS
Al estudiar la exaltación de José en Egipto, no podemos dejar de recordar su degradación. Ver al uno sin el otro, es disminuir la comprensión vital de ambos. A menos que comprendamos su degradación, no podremos comprender la gloria de su exaltación, y viceversa. Necesitamos saber qué tan lejos bajó, para saber la altura a la que fue elevado.
1. La forma de levantarse es agacharse. Aquà está nuestro texto bÃblico, "Humillaos bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo". Otra Escritura dice lo mismo de una manera algo diferente: "El que se humilla será ensalzado".
Junto con estas Escrituras también hay una que muestra el otro lado: "El que se ensalza a sà mismo, será humillado". Hay una gran cantidad de ejemplos bÃblicos de ambos. Cuando "este pobre clamó", "el Señor lo escuchó y lo salvó de todas sus angustias". Nunca ha habido un tiempo, ya sea con José o con David o con cualquier hombre o nación, en el que Dios no haya escuchado el clamor de humillación y contrición. Siempre es asÃ.
Por otro lado, todo el que se ha levantado contra Dios con orgullo y exaltación propia ha sido humillado.
En todo esto tenemos ante nosotros al Cristo y su espÃritu de humillación, y al anticristo y su espÃritu de exaltación. El Señor Jesús, "habiendo sido hallado a la moda como hombre, se humilló a sà mismo y se hizo obediente hasta la muerte, la muerte de cruz. Por tanto, Dios también lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que está sobre todo" nombre ".
El anticristo se exaltará a sà mismo por encima de Dios y contra todo lo que se llama Dios, de modo que él, como Dios, se sentará en el templo de Dios, mostrándose a sà mismo que es Dios. Asà será abatido. Todos los que ven lo mirarán con detenimiento, diciendo: "¿Es éste el hombre que hizo temblar la tierra, que sacudió reinos, que hizo del mundo un desierto?"
¿Qué ruta recorremos con el Cristo o con el anticristo?
2. La forma de ser rico es volverse pobre. Cristo dice a los laodicenos: "Tú dices: Soy rico, * * y no sabes que eres un miserable, un miserable, un pobre, un ciego y un desnudo". Jesucristo se hizo pobre para que nosotros, a través de su pobreza, pudiéramos hacernos ricos. Dios ha elegido a los pobres de este mundo, que son ricos en fe, para que sean los herederos del Reino.
3. La forma de ser sabio es volverse tonto. Es decir, nunca podremos conocer la sabidurÃa que viene de arriba hasta que renunciemos a la sabidurÃa que el hombre enseña. ¿Por qué? Porque la sabidurÃa de este mundo es locura para Dios.
AsÃ, Dios elige "lo necio del mundo para confundir a los sabios; y * * lo débil del mundo para confundir a los poderosos". Dios no tendrÃa carne para gloriarse ante sus ojos.
4. La forma de ser fuerte es volverse débil. Esto está en consonancia con lo que acabamos de decir. Sansón, despojado de sus cabellos, en los que estaba el signo de su voto de Nazareno, era débil como cualquier otro hombre. El poder pertenece a Dios. El hombre es inherentemente débil. No podemos hacer nada en el ámbito de lo espiritual con la fuerza de nuestra propia carne, pero podemos hacer todas las cosas en Cristo que nos fortalece.
El poder de David no residÃa en su habilidad con la honda, sino en su fe en Dios. Jonathan no era el. poderoso matador de los filisteos porque era un superhombre en fuerza fÃsica. Su victoria radica en la palabra: "No hay restricción en el Señor para salvar por muchos o por pocos". Gedeón venció a los madianitas por el poder de Dios.
I. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR SU CAMBIO DE Génesis 41:14 ( Génesis 41:14 )
1. Jesucristo dejó las experiencias de la mazmorra cuando fue al Padre. Mientras colgaba de la cruz, su rostro estaba más estropeado que el de cualquier hombre, y su forma más que la de los hijos de los hombres. Era un Hombre de quien los hombres apartaban el rostro. Sus sufrimientos eran necesarios, su cuerpo demacrado con sus heridas inflamadas, cabello enmarañado, nervios expuestos, todo esto era necesario, pero no eran el rostro o la forma que debÃa llevar al entrar en los reinos de la gloria de Dios su Padre. .
2. Jesucristo fue alterado fÃsicamente antes de ir a Dios. Se levantó de la tumba y, al levantarse, salió con un cuerpo glorificado. Los dos discÃpulos que iban a Emaús no lo conocÃan. Ciertamente, no llevaba el rostro que habÃan visto por última vez en su rostro desgastado y extraño.
3. Jesucristo se cambió de ropa cuando fue al Padre. Ahora estaba vestido con ropas de gloria.
Detengámonos por un momento para preguntarnos si lo que fue cierto de José y de nuestro Señor no es también cierto para nosotros. Ciertamente no podemos ir a la presencia de Dios para caminar en la luz llevando con nosotros las marcas del calabozo. Primero debemos nacer de nuevo, debemos salir de la vida de la vergüenza y las experiencias de la prisión. Nosotros también debemos cambiar de cuerpo. ¿No hemos leÃdo que todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos? Antes de acudir a Dios, debemos despojarnos del cuerpo de esta humillación; la mortalidad debe ser absorbida por la vida.
II. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR SU DIRECCIÃN SOBRE LA CASA DEL FARAÃN ( Génesis 41:40 )
Asà fue como Faraón puso a José sobre toda la tierra de Egipto. Cuando Jesucristo ascendió a lo alto, fue nombrado Cabeza de la Iglesia. Su Palabra está revestida de absoluta autoridad. Nadie puede entrar ni salir sin Ãl,
1. ¿Se reconoce hoy la jefatura de Cristo? La perdición, como la vemos, de la Iglesia es suplantar la autoridad de Cristo. Esta autoridad ahora está investida en los hombres. Por un lado, el poder puede revestirse de un individuo o, por otro lado, puede colocarse en un comité o junta de operaciones; pero dondequiera que alguna autoridad se atreva a intervenir y disputar la soberanÃa absoluta de Cristo en la Iglesia, todo el propósito y plan de Dios se rompe.
No dudamos de que hubo hombres en Egipto a quienes se les dio lugares de confianza y autoridad sobre los distritos electorales locales en la recolección del grano, pero en ningún caso esta autoridad pudo reemplazar la autoridad de José.
Puede haber en la Iglesia pastores y profetas y maestros y evangelistas; puede haber diáconos, ancianos y obispos; todos estos pueden tener un cierto lugar de autoridad, pero su autoridad es una autoridad subyugada.
En la Iglesia Uno es nuestro Maestro y todos somos hermanos. El que quiera ser señor debe ser servidor de todos.
2. ¿Se obedece la jefatura de Cristo? ¿Los cristianos siguen los dictados del Señor Jesús o están sujetos a los dictados de los hombres? ¿Están los santos más preocupados por lo que puedan decir "Los LÃderes" que por lo que el Señor pueda mandar?
Escuche la voz del Maestro: "Nadie se glorÃe en los hombres". "No seáis siervos de los hombres".
III. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR LA BODA DEL ANILLO Y LA TÃNICA DEL Génesis 41:42 ( Génesis 41:42 )
"Faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de José, y lo vistió de ropas de lino fino y le puso un collar de oro en el cuello". Todo esto le dio a José la insignia de honor y reconocimiento real.
1. Debemos tener en cuenta que José no fue colocado en el trono de Egipto. Se le dio un asiento en el trono de Faraón. AsÃ, nuestro Señor no fue entronizado en Su propio trono cuando ascendió a lo alto, sino que fue colocado en el trono de Dios.
Nuestro Señor mismo dijo a los Doce: "Vosotros que me habéis seguido * *, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel". Por lo tanto, su trono aún es futuro. Por él está escrito: "Al que venciere, le concederé sentarse conmigo en mi trono, asà como yo también vencà y estoy sentado con mi Padre en su trono". El trono de Cristo es el trono de David. Aquel que hizo que Cristo se sentara en su trono, aún lo hará sentar en su propio trono, incluso en Jerusalén.
2. También debemos recordar que a José se le dio el sello de Faraón. El anillo de Faraón en la mano de José confiado a la autoridad de José Faraón. A quién quisiera podrÃa establecer, y a quién quisiera, podrÃa sacrificar, siempre que conservara el anillo de Faraón. Dios, el Padre, también ha investido a Dios, el Hijo, todo el juicio. "El Padre a nadie juzga, pero todo el juicio dio al Hijo".
3. Asimismo, debemos recordar el hecho de que la ropa de lino de José fue un donativo principesco. Jesucristo es el PrÃncipe de Paz. Satanás es el prÃncipe de este mundo, el prÃncipe del poder del aire, que da energÃa a los hijos de la desobediencia. El Señor Jesucristo es el PrÃncipe de Dios enviado del cielo.
¡Cuán diferente era el anillo, la túnica y la cadena de oro con que José estaba ahora vestido con el atuendo de la prisión que vestÃa en la prisión!
IV. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR LA SUJETACIÃN DE LOS PUEBLOS A SU AUTORIDAD ( Génesis 41:43 )
1. Dios ha dicho que a Cristo toda rodilla se doblará y toda lengua confesará. La adoración divina nunca debe concederse al hombre, pero la adoración divina se le ordena a Cristo, quien es tanto Hijo de Dios como Dios, el Hijo. Ante Ãl, con razón nos postramos y lo coronamos Señor.
2. Dios ha hecho a Jesucristo Señor y Cristo. Lo ha puesto sobre las naciones. En el momento de escribir este artÃculo, el mundo se ha negado a reconocer la jefatura de Cristo, pero llegará el momento en que el Padre dirá al Hijo: "Sin embargo, he puesto a mi Rey sobre mi santo monte de Sión". "Ãl gobernará el mundo con justicia".
Cristo también es Cabeza de Su Iglesia. Aquà Ãl tiene todo el poder, aunque no todos han aceptado Su gobierno. A pesar de esto, la Iglesia Verdadera, contada por innumerables multitudes, se inclina reverentemente ante Ãl.
La marca del pecado es la insubordinación a Cristo. El Profeta escribió: "Hemos vuelto cada uno por su propio camino". El mayor alcance de la redención es el espÃritu de abyecta obediencia. El creyente renuncia a su voluntad y camino por el camino y la voluntad de Cristo. Ãl corona a Cristo como Señor.
En el Cielo todos los santos adoran al Señor diciendo: "Santo, Santo, Santo; ¡Señor Dios Todopoderoso!" ¡Que los que estamos sobre la tierra nos unamos a esa sagrada multitud y aclamamos a Dios Padre, Dios Hijo y Dios EspÃritu Santo!
Recuerde esto: si no lo coronamos Señor de todo, no lo coronamos Señor en absoluto.
V. LA EXALTACIÃN DE JOSà SE MUESTRA POR SU LUGAR AL LADO DEL REY ( Génesis 41:44 )
El mensaje de Génesis 41:44 es: "Yo soy Faraón, y sin ti nadie alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto".
Aquà se colocó un poder autocrático en José. Solo el faraón era más grande que él, e incluso el faraón, como hemos visto, habÃa puesto su anillo en la mano de José.
Este es el mensaje de Jesucristo. Escúchalo mientras hace sus afirmaciones de autoridad y poder:
1. "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" ( Juan 5:17 ). Entonces los judÃos tomaron piedras para apedrear a Cristo, porque sabÃan que Ãl hizo a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios.
2. "Todo lo que hace [el Padre], esto también lo hace el Hijo" ( Juan 5:19 ). En esta declaración, Cristo habló de la unidad absoluta de propósito y acción entre Ãl y el Padre. Solo podÃa hacer lo que hizo el Padre, no porque fuera un debilucho indefenso, sino porque era perfectamente uno con el Padre.
3. "Como el Padre levanta a los muertos y los vivifica, asà también el Hijo da vida a los que quiere" ( Juan 5:21 ). Aquà está el resultado práctico de la unidad Divina del Padre y el Hijo. Si el Padre resucita a los muertos, también lo hace el Hijo. El mismo poder que es del Padre es también del Hijo. La resurrección de los muertos fue un milagro supremo y atestiguó la Deidad de Cristo.
4. "Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo" ( Juan 5:22 ). Aquà el Hijo es uno con el Padre en poder ejecutivo. SÃ, el Padre ha puesto al Hijo a cargo del "juicio", todo juicio pertenece al Hijo. Tal otorgamiento de poder es del Hijo, solo porque es uno con el Padre.
5. "Para que todos honren al Hijo como honran al Padre" ( Juan 5:23 ). Ãsta es la única conclusión lógica de lo anterior. No hay reconocimiento posible o acercamiento al Padre excepto a través del Hijo.
VI. LA EXALTACIÃN DE JOSà SE MOSTRà POR SU NUEVO NOMBRE ( Génesis 41:45 fc)
"Y llamó el faraón el nombre de José Zaphnat-paaneah". ¡Qué nombre tan extraordinario es este! Significa "salvador del mundo".
Nuestro Señor Jesús lleva muchos de esos tÃtulos, cada uno de los cuales es significativo de alguna fase de Su obra hacia los santos o el mundo.
1. Se le llama Jesús, que significa Salvador. El ángel le dijo a MarÃa: "Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". José fue llamado salvador por el mundo porque fue él quien sugirió y llevó a cabo el plan para salvar fÃsicamente a la gente de los terrores del hambre. Jesucristo es el Salvador en un sentido mucho más profundo. A los que confÃan en Ãl y vienen a Ãl, Ãl los salva de la muerte eterna y los salva para vida eterna.
2. Se le llama Señor. Se le llama asà en virtud de Su resurrección y Su asiento de autoridad. José en realidad era el señor de los egipcios, pero Jesús es el Señor de todos.
3. Se le llama Cristo. El nombre significa "Ungido". Fue ungido por el Padre y está destinado a ser el MesÃas del mundo, y particularmente de Israel.
Hay muchos otros nombres que podrÃan mencionarse. De hecho, el Dr. Horton tiene un libro de devociones diarias que proporciona a cada dÃa del año un nombre nuevo y distinto otorgado a Cristo en la Biblia. Ãl es Maravilloso y Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y PrÃncipe de Paz. Todos estos son nombres significativos de Cristo.
Ãl es Jehová-Jireh y Jehová-tsidkenu, Jehová-Shalom, Jehová-nissi y los otros tÃtulos maravillosos de Jehová.
Ãl es la Luz del mundo, la Puerta, el Camino, la Verdad, la Vida y la Luz.
Ãl es el Buen Pastor, el Gran Pastor, el Pastor Principal.
VII. LA EXALTACIÃN DE JOSà FUE DEMOSTRADA POR EL BODAJE DE UNA NOVIA GENTIL ( Génesis 41:45 lc)
1. La esposa gentil. "Y lo dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On". Aquà hay otra imagen maravillosa de nuestro Señor. Debemos recordar que estamos hablando de José en el momento de su exaltación. Fue durante ese tiempo que obtuvo la novia gentil. La Iglesia es la Esposa de Cristo. En el Libro de Efesios leemos cómo Adán dijo: "Por esto dejará el hombre a su padre ya su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne". Al hablar de esta declaración del jardÃn del Edén, el EspÃritu dijo: "Este es un gran misterio; pero hablo acerca de Cristo y de la Iglesia".
Hay muchas referencias en el Nuevo Testamento al matrimonio que espera el regreso del Señor. Una de las declaraciones culminantes se encuentra en Apocalipsis: "Gocémonos y regocijémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado". Durante esta era, el EspÃritu está llamando de las naciones a un pueblo para Su Nombre.
2. La esposa gentil presentada por Faraón. Fue el faraón quien le dio Asenat a José. Fue él quien se preparó para el matrimonio y, sin duda alguna, fue él quien honró las festividades matrimoniales con su presencia.
El Padre está preparando a la Esposa para Cristo. Ãl es quien da el matrimonio al Hijo. Por nuestra parte, creemos que el Padre estará presente en el aire cuando tenga lugar la gloriosa consumación del matrimonio. No hay ninguna razón por la que debamos dudar de esto. Hay varias razones por las que debemos creerlo.
(1) El Libro de Daniel describe, en el capÃtulo 7, la colocación de los tronos en el Cielo. Sobre uno de ellos se sienta el Anciano de DÃas y ante Ãl está uno semejante al Hijo del Hombre.
(2) El Libro de Apocalipsis da la misma imagen, el Padre se sienta en el trono sosteniendo un libro sellado con siete sellos en Su mano, mientras que el Hijo da un paso adelante y recibe el libro.
Es cierto que estamos buscando esa aparición gloriosa del Gran Dios y nuestro Salvador Jesucristo.
UNA ILUSTRACIÃN
"LA EXALTACIÃN DE JOSÃ EN EGIPTO"
Cristo, el Señor. Hace unos años tuvimos el privilegio de estudiar, en el Palacio Rospighosi de Roma, el gran cuadro de Guido Reni "La Aurora". Está en el techo y solo se puede estudiar con la mayor dificultad desde el suelo. Pero un espejo está tan colocado sobre una mesa que refleja la imagen y uno puede estudiarla. allà con facilidad y placer. Dios es EspÃritu, y está en el cielo, "morando en una luz inaccesible".
"No fue fácil conocerlo allÃ. Pero la Encarnación, el Verbo, hecho carne y habitando entre nosotros, fue el traer a la tierra el reflejo de la gloriosa Persona de Dios en forma y vida humana. Los hombres miraron a Jesús y vio la semejanza de Dios, "la imagen expresa de su persona". Ãl era Cristo, el Señor. H.
VersÃculos 45-57
Joseph, el administrador
Génesis 41:45
PALABRAS INTRODUCTORIAS
Nos deleitamos al adentrarnos en las escenas que cubrieron catorce años de historia egipcia, siete años de abundancia y siete años de hambruna. Durante todo ese perÃodo, José se sentó, por asà decirlo, a la diestra de Faraón, vestido de autoridad y poder.
1. José, el administrador, gobernaba bajo un poder investido. Su poder le fue dado por el faraón, fue dado por el faraón sobre la base de su sabidurÃa (de José).
Nuestro Señor Jesucristo dijo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra". Esta declaración de nuestro Señor de ninguna manera molesta a Cristo como Dios y co-igual con el Padre. Sà enfatiza el hecho de que un poder especial es de Cristo por inversión del Padre, debido a Su encarnación. La exaltación del Señor a la autoridad y el poder como Cabeza de la Iglesia de ninguna manera disminuyó ni aumentó Sus prerrogativas como "Deidad". Cristo, hablando al Padre, dijo: "Y * * Padre, glorifÃcame tú con la gloria que tuve contigo antes que el mundo existiera".
La idea de que a Cristo, en virtud de Su encarnación y muerte, se le concedió un lugar como Deidad, está en desacuerdo con las Escrituras. "En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios". Su poder eterno y divinidad todos admitimos. Ãl era un Dios inherente.
Sin embargo, Cristo era poder y autoridad en un nuevo reino, en el que nunca podrÃa haber conocido la autoridad sin las agonÃas de Su Cruz. En una ocasión Cristo dijo: "Por eso me ama el Padre, porque yo doy mi vida [por las ovejas]". Esto de ninguna manera sugiere que el Padre no siempre amó al Hijo. Sin embargo, sà sugiere que un nuevo amor entró en el corazón de Dios, un amor que era diferente y que fue posible gracias al acto de sacrificio de Cristo.
Cristo nunca podrÃa haber tenido autoridad y poder como Salvador de los hombres ni como Cabeza de la Iglesia si no hubiera descendido a las profundidades de Su humillación. Fue elevado, no a la Deidad, sino a un nuevo reino en el rango de la Deidad, porque sufrió.
2. José, el administrador, gobernaba bajo un poder investido que dependÃa del cumplimiento de su sueño y la consumación de su sabidurÃa. Cuando José se sacó de la fosa y se presentó ante el faraón anunció siete años de abundancia que han de seguirse por siete años de hambre. Si la profecÃa de José se hubiera roto en algún lugar durante el perÃodo de esos años, sin lugar a dudas, habrÃa sido destronado de inmediato.
Si no hubiera habido hambre, José se habrÃa convertido en el hazmerreÃr del mundo. Si no hubiera habido hambre, la riqueza del faraón, gastada en la compra de grano, habrÃa resultado un completo despilfarro. El grano se habrÃa podrido en los almacenes de José si la tierra todavÃa hubiera producido su abundancia.
Vayamos ahora al Señor. Ha sido exaltado a la diestra de autoridad y poder. Millones en la tierra le rinden homenaje. ¿Qué pasarÃa si no se verifican las profecÃas de Cristo sobre lo que vendrá?
Antes de que Cristo muriera, no estaba dispuesto a colocar cada reclamo que habÃa hecho a la Deidad sobre su resurrección. Cuando Cristo dio Sus profecÃas acerca de la Iglesia y su lugar entre los hombres; y, concerniente al mundo y su curso durante esta era; y en cuanto a las condiciones del fin de los tiempos, sabÃa que su lugar de autoridad y poder siempre estaba en juego.
DÃa a dÃa, a medida que la interpretación de José del sueño de Faraón se cumplÃa, José se encontraba más atrincherado en su lugar de autoridad. AsÃ, la fe de los santos de hoy, que saben cómo se mueve el mundo según las mismas lÃneas que profetizó el Señor hace mil novecientos años, es doblemente fuerte e inquebrantable.
3. José, el administrador, tenÃa poder en relación con el dominio mundial. La autoridad de Jesucristo que le fue dada por investidura del Padre no tiene relación con el poder o la gloria de Cristo en los reinos de Su Deidad eterna, el reino donde siempre fue adorado con el Padre y el Hijo como clamaron los ángeles ". Santo, Santo, Santo ".
El nuevo poder de Cristo es un poder relacionado con el mundo. Dijo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discÃpulos a todas las naciones". Ãl tiene un nuevo poder arriba y tiene un nuevo poder en la tierra, pero ese poder está relacionado con los pueblos del mundo. El poder tiene que ver con Su liderazgo sobre la Iglesia y Su exaltación como Salvador.
Génesis 41:46 DE LA PRESENCIA DEL FARAÃN ( Génesis 41:46 ; Génesis 41:2 nd cl.)
1. De hecho, pasó de Faraón al pueblo.
Estamos observando que cada palabra que se habla acerca de José tiene su paralelo en el Señor Jesucristo. Jesucristo salió del Padre. Otros hombres son de la tierra, terrenales; Cristo Jesús es el Señor del cielo. Somos de abajo, Ãl es de arriba. Somos de generación natural, Ãl era de generación sobrenatural.
Sólo una vez nuestro Señor habló claramente de Su nacimiento, y luego agregó: "Para este fin nacÃ, y para esto vine al mundo ". El Señor siempre enfatizó el hecho de que salió del Padre y vino al mundo.
Todos ellos pueden ser enviados por el Señor, pero el Señor mismo fue enviado por el Padre.
2. Se fue de la presencia de Faraón, vestido con la autoridad de Faraón. A todos los efectos, fue como si el mismo Faraón hubiera salido.
¿No fue esta la afirmación de Cristo? Dijo, no sólo que vino del Padre, sino que también dijo: "El que me ha visto a mÃ, ha visto al Padre". Cristo, moviéndose entre los hombres, era el mismo que si el Padre se hubiera movido entre ellos. En todas las cosas, Cristo era la imagen expresa de la Persona del Padre y el resplandor de la gloria del Padre. El que vio a Cristo podrÃa decir: "He visto al Padre".
II. JOSà PASà POR TODA LA TIERRA DE EGIPTO ( Génesis 41:46 ; Génesis 41:3 d cl.)
1. El faraón no pudo recorrer la tierra, pero José fue. El rey estaba acorralado por ciertas conveniencias y necesidades. El Padre no pasa entre los hombres, pero el Hijo sÃ. De Cristo está escrito: "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros". Qué maravilloso es: Cristo tabernáculo entre los hombres. Cuando Cristo vino, vino como un bebé, nacido de MarÃa y acostado en un pesebre. El Santo Niño en medio del ganado parecÃa profetizar al Hijo de Dios mezclándose entre los hombres. Fue Cristo quien se sentó con los publicanos y los pecadores y comió con ellos.
2. El faraón no pudo ir, pero José fue manifestando la gloria y el poder del faraón. Jesucristo estaba entre los hombres, y está escrito: "(Y vimos su gloria, la gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y verdad".
Cristo incluso dijo: "El que me ha visto a mÃ, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?"
Mientras José se movÃa entre la gente, ellos sintieron que tenÃan una manifestación de realeza. No habÃan visto al faraón, pero habÃan visto al representante del faraón, que era la réplica del faraón.
3. El faraón no pudo ir, pero José fue a todas partes. Jesucristo dijo: "Vayamos también a las ciudades vecinas * *, porque para eso soy enviado". Asà el Señor se convirtió en jornalero, yendo de aquà para allá.
Tenemos la sensación de que este ministerio de Jesucristo nos ha sido encomendado ahora. La obra que Ãl comenzó, debemos llevarla a cabo. Si Cristo estuvo en lugar de Dios llevando el mensaje de vida, entonces nosotros estamos en lugar de Cristo. Si Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, ahora nos ha encomendado la misma Palabra de reconciliación.
Cuando nuestro Señor estuvo listo para partir, dijo: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura".
El apóstol Pablo, llevando a cabo el espÃritu de la gran comisión, dijo: "Según nuestra regla, predicar abundantemente el Evangelio en las regiones más allá de ti".
Como José iba por toda la tierra de Egipto, enviado por Faraón; asà debemos recorrer todo el mundo enviado por Dios.
III. LOS AÃOS DE PLENTY ( Génesis 41:47 )
Inmediatamente después de la exaltación de José al trono, comenzaron a llegar los años de abundancia. De esos siete años de abundancia leemos: "La tierra produjo a puñados".
1. Se nos sugiere la generosa gracia de Dios. El Calvario con su sacrificio representa la misericordia de Dios, pero no meramente misericordia, sino plenitud de misericordia. En la Cruz de Cristo hay. una redención suficiente para todos, deficiente para nadie y, sin embargo, eficaz sólo para los que creen.
2. No se sugirió que nos las cosechas anteriores siguientes Pentecostés.
(1) En Pentecostés, se agregaron al Señor alrededor de tres mil. Durante todo el ministerio terrenal de Cristo fueron contados unos quinientos hermanos, pero en un dÃa después de Su exaltación se agregaron unos tres mil.
Cuando José comenzó a recoger el grano en tal abundancia, debe haber habido un gran regocijo en todo Egipto. Sabemos que cuando llegó la cosecha de almas en Pentecostés, comieron su carne con alegrÃa y sencillez de corazón, alabando a Dios.
(2) Después de Pentecostés, leemos, "Y el número de los hombres fue como cinco mil". El Señor estaba dando una gran victoria mientras los Apóstoles hablaban la Palabra de Dios con denuedo. Gran gracia fue sobre todos ellos. Los santos que eran poseedores de casas y tierras traÃan los precios de las cosas que se vendÃan y las ponÃan a los pies de los Apóstoles para su distribución. Por las manos de los Apóstoles se realizaron muchas señales y prodigios entre el pueblo, y los creyentes se añadieron al Señor, multitudes tanto de hombres como de mujeres.
(3) En los dÃas del apóstol Pablo, el mundo entero parecÃa trastornado. Leemos: "Y muchos de los que creyeron vinieron, confesaron y mostraron sus obras. Muchos de ellos también, que usaban artes curiosas, juntaron sus libros y los quemaron delante de todos; y contaron el precio de ellos, y hallaron cincuenta. mil piezas de plata. Asà crecÃa poderosamente la Palabra de Dios y prevalecÃa ". No pasó mucho tiempo hasta que se recogió la gran mies para Dios y se predicó el Evangelio en todo el mundo.
IV. JOSà GARNERANDO LA COMIDA ( Génesis 41:48 )
Debe haber sido una vista maravillosa cuando pasaron los siete años de abundancia para contemplar la cosecha del grano. Toda la comida se recogió y se guardó en las ciudades de Egipto. El maÃz asà cosechado y conservado se volvió en número como la arena del mar. Fue tanto que José dejó de contar, porque era innumerable.
Los primeros discÃpulos que llevaron a cabo la Palabra y la obra después de la exaltación de Cristo al trono del Padre no dejaron de cosechar las almas. Aquellos que fueron agregados al Señor también fueron agregados a la Iglesia.
El mandato del Maestro no era solo ir, sino también ir, discipular, bautizar y enseñarles todas las cosas que el Señor habÃa mandado.
Que ningún evangelista o pastor piense que ha completado su tarea por el mero hecho de cosechas maduras. Las cosechas deben colocarse en el almacén y los pecadores salvos deben colocarse en la Iglesia de Dios.
La Iglesia es columna y baluarte de la verdad, pero la Iglesia es también conservadora e instructora de los santos. Pablo, en el EspÃritu, le escribió a Tito, diciendo: "Por esto te dejé en Creta, para que pongas en orden las cosas que faltan, y establezcas ancianos en cada ciudad, como yo te he designado".
La Iglesia nos defiende como la gran casa de la fe. Es toda la familia de Dios. Está construido para el compañerismo y para la conservación y edificación de aquellos que creen.
V. LOS AÃOS DE Génesis 41:54 ( Génesis 41:54 )
1. Los años de hambruna habÃan sido debidamente profetizados. Quizás a medida que transcurrÃan los siete años de abundancia, de año en año, los egipcios empezaron a imaginar que los años de hambruna no se materializarÃan. Hay muchos ahora que dicen: "Mañana será como este dÃa, y mucho más abundante". Se oponen a los posibles dÃas de tribulación. Claman al púlpito para profetizarles cosas buenas. Piensan: "Nunca estaremos en adversidad".
En contra de todos esos discursos tan rosados, la hambruna empezó a llegar, Dios nos ha dicho que habrá otro dÃa de hambruna y angustia. Durante años, el mundo se burló del predicador que se atrevió a enfrentar las olas de prosperidad que barrieron la tierra y proclamaron la llegada de la Gran Tribulación.
2. Los años de hambruna llegaron gradualmente. El texto dice: "Comenzaron a llegar". No fue todo a la vez, como desde un cielo despejado, que el cambio de la abundancia a la pobreza se apoderó del mundo. AsÃ, también, la Gran Tribulación se divide en dos grandes partes. (1) El comienzo de los dolores y (2) La tribulación se intensificó.
Mientras escribimos ahora (junio de 1933), creemos por nuestra parte que los Siete Años de tribulación de los que habló Daniel el Profeta y corroborados por el Señor Jesucristo y por muchos Profetas, han comenzado a llegar.
Cuando José anunció su interpretación del sueño de Faraón, muchos, sin duda, se burlaron de él. Sin embargo, a medida que la hambruna comenzó a llegar y se apoderó más y más profundamente del mundo, los burladores se despertaron a la verdad de la Palabra de Dios a través de Su siervo.
Por lo tanto, hoy, los burladores están sentados y tomando nota, mientras las profecÃas de la Palabra de Dios sobre la hora actual de tinieblas se están cumpliendo rápidamente y el mundo entero se ve envuelto en un desastre económico y moral.
VI. JOSà LA ÃNICA ESPERANZA DE LOS HAMBRITOS QUE SUFREN ( Génesis 41:55 )
Cuando los hambrientos comenzaron a pedir pan a Faraón, Faraón dijo: "Ve a José; haz lo que él te diga".
1. El mundo puede volverse hacia los hombres, el anticristo y Satanás, pero a medida que la tribulación se haga más profunda y oscura, ocurrirá el colapso total de todos los agentes.
Las ligas de naciones no serán más que ligas de nociones en lo que respecta a cualquier solución eficaz del malestar social.
Se harán todo tipo de alianzas para hacer frente a las exigencias de la hora de la tribulación; los reyes se reunirán y buscarán consejo; sin embargo, su consejo fracasará.
Por un tiempo, el anticristo y el falso profeta, con la energÃa de Satanás, puede parecer satisfacer con éxito las necesidades del momento y sacar a los hombres del laberinto del aparente colapso; sin embargo, después de un breve reinado de paz, el conjunto se convertirá una vez más en un verdadero campo de batalla, mientras que el hambre y la pestilencia les pisan los talones.
2. José fue la única ayuda para Egipto y el mundo. Ãl solo podÃa dar el pan necesario; y Cristo es la única ayuda del mundo en este momento, Ãl es la única esperanza de paz, prosperidad y redención económica. Solo bajo Ãl y bajo Su gobierno se besarán la justicia y la paz.
José no solo era el dispensador de pan, sino que también era el dispensador de tiendas ilimitadas. TenÃa todo lo que el mundo necesitaba.
Jesucristo solo es el Pan que bajó del Cielo. Tiene pan suficiente para satisfacer el hambre del mundo.
En lo que se refiere al pan fÃsico. Tiene el poder de las estaciones en su mano; Controla los vientos y la lluvia. Ãl habla y todos los elementos obedecen Su voluntad. Por lo tanto, cuando está en el trono, puede y hará que el labrador alcance al segador. Las colinas se derretirán con vino nuevo.
En el ámbito de lo espiritual, Jesucristo es el Pan que satisface. Ãl dice: "El que a mà viene, nunca tendrá hambre; y el que en mà cree, no tendrá sed jamás".
VII. TODOS LOS PAÃSES LLEGARON A JOSà POR EL MAÃZ ( Génesis 41:57 )
José se convirtió en algo más que una bendición local; todo el mundo vino a él. Cuando Cristo murió en la Cruz, el velo del Templo se rasgó de arriba a abajo. La pared intermedia de separación que separaba a judÃos y gentiles fue derribada, y los gentiles se convirtieron en herederos en el mismo cuerpo. La Iglesia no es solo el almacén del pan de vida, sino que de sus provisiones el pan sale al mundo entero.
Cristo, sobre todo, es alimento para todos los que acuden a él. No una raza, sino todos, no una clase, sino todos, están invitados a la casa del Señor y a nuestro José. La llamada es una llamada mundial, "Ven a cenar".
¿A quién iremos? Solo Cristo es el Pan de Vida.
UNA ILUSTRACIÃN
CRISTO NUESTRO CONQUISTADOR
En 1863, en la crisis de nuestra Guerra Civil, hubo un fenómeno interesante que tuvo lugar en Virginia City en Nevada. Un dÃa, el brillante cielo de verano se cubrió de repente con densas masas de nubes amenazantes, y los relámpagos jugaron vÃvidamente. De repente, en la ladera oriental del monte Davidson que enfrentaba la ciudad, se vio una delicada lengua dorada de llamas meciéndose con el viento. Durante una hora esa llama continuó oscilando de un lado a otro en la frente de la montaña.
La explicación fue simplemente esta: habÃa una grieta invisible en esas densas y oscuras masas de nubes, y a través de esa grieta el sol de la tarde arrojó sus rayos luminosos e iluminó la bandera estadounidense que izamos en la cima del monte Davidson. Era el emblema nacional que brillaba con los ardientes rayos del sol poniente. La gente se quedó allà envuelta en admiración y en trance de asombro.
Esa bandera era la señal desconocida de dos victorias que habÃan tenido lugar ese dÃa que Vicksburg habÃa cedido y se ganó Gettsyburg. A menudo hay densas y oscuras masas de nubes en nuestro firmamento; pero, bendito sea Dios, hay una grieta en la nube de tormenta, y el Sol de Justicia brilla con sanidad en Sus rayos, y descansan sobre la bandera de la Cruz levantada en las mismas alturas de las montañas de las fortalezas de Satanás. Pongámonos de pie y miremos ese sÃmbolo con agradecimiento de que Cristo no está muerto y nunca podrá morir, y por esa señal venceremos. Dr. AJ Pierson.