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Thursday, July 17th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia Comentario CrÃtico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Genesis 41". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/commentaries/spa/jfb/genesis-41.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Genesis 41". "Comentario CrÃtico y Explicativo de toda la Biblia". https://studylight.org/
Whole Bible (27)Individual Books (3)
VersÃculos 1-57
EL SUEÃO DE FARAON.
1. pasados dos añosâNo es seguro si estos años se calculan desde el principio del encarcelamiento de José, o desde los acontecimientos relatados en el capÃtulo anterior -más probablemente esto. ¡Qué largo tiempo para que José experimentara la pena de la esperanza frustrada! Pero el tiempo de su engrandecimiento llegó, cuando él hubo aprendido suficientemente las lecciones de Dios determinadas para él, y los planes de la Providencia se hubieron madurado. tuvo Faraón un sueñoâLa palabra Faraón, derivada de la palabra egipcia âfraâ, que significa el âsolâ, era el tÃtulo oficial de los reyes del paÃs. El prÃncipe que ocupaba el trono, era Afofis, uno de los reyes Menfitas, cuya capital era On o Heliópolis; y quien es universalmente reconocido como un rey patriota. Entre la llegada de Abraham y la de José a aquel paÃs, habÃan pasado algo más de cien años. Los reyes duermen y sueñan, lo mismo que sus súbditos. Este rey tuvo dos sueños en una misma noche, tan singulares y tan similares, tan distintos y aparentemente tan significativos, tan coherentes y tan vivamente impresos en su memoria, que su espÃritu estaba turbado.
8. hizo llamar a todos los magos de EgiptoâNo es posible definir la diferencia exacta entre âmagosâ y âsabiosâ; pero formaban ramas distintas de un cuerpo numeroso, que pretendÃa tener poder y habilidad sobrenatural en las artes y ciencias ocultas, en revelar misterios, en explicar portentos, y, sobre todo, en interpretar sueños. Una larga práctica los habÃa hecho expertos en inventar maneras plausibles de salir de toda dificultad y de idear una respuesta adecuada a cada ocasión. Pero los sueños de Faraón frustraron la pericia de todos juntos. Distintos de sus hermanos asirios ( Daniel 2:4) ellos no pretendÃan conocer el significado de los sÃmbolos contenidos en los sueños y la Providencia de Dios habÃa determinado que todos resultaran confundidos en el ejercicio de sus imaginarios poderes, a fin de que la sabidurÃa inspirada de José apareciese tanto más notable.
9-13. Entonces el principal de los coperos habló a Faraón, diciendo: Acuérdome hoy de mis faltasâEste reconocimiento público de los méritos del joven hebreo, aunque tardÃo, habrÃa puesto algún mérito sobre el copero, si no lo hubiera hecho claramente para congraciarse con su real señor. Está bien confesar nuestras faltas contra Dios y contra nuestros semejantes, cuando esa confesión se hace con espÃritu de piadosa pesadumbre y arrepentimiento. Pero este hombre no estaba muy impresionado con el sentimiento de la falta cometida contra José; nunca pensó en Dios a cuya bondad debÃa estar reconocido por el anuncio profético de su liberación, y al reconocer su falta anterior contra el rey, estaba practicando el arte cortesano de halagar a su señor.
14. Entonces Faraón envió y llamó a JoséâAhora que habÃa llegado el tiempo fijado por Dios (Salmo 105:19), ningún poder, ninguna polÃtica podÃan detener a José en la cárcel. Durante su prolongado encierro, habrÃa estado a menudo afligido por dudas perturbadoras; pero el misterio de la Providencia estaba por aclararse, y todos sus pesares estaban para ser olvidados en la carrera del honor y de la utilidad pública en que sus servicios serÃan empleados. le cortaron el peloâ(más correctamente, âél se afeitóâ, posiblemente tanto la cabeza como la barba. Nota del Trad.) Los egipcios eran los únicos orientales a quienes les gustaba la barba afeitada. Todos los esclavos y extranjeros que estaban reducidos a esa condición, estaban obligados, a su llegada a aquel paÃs, a adaptarse a los hábitos de limpieza de los nativos, afeitándose la barba y la cabeza, cubriéndose ésta con una gorra ajustada. Asà preparado, José fué conducido al palacio, donde el rey parecÃa haber esperado ansiosamente su llegada.
15, 16. dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueñoâEl breve relato que hizo el rey de lo que deseaba, demostró la genuina piedad de José, quien, negándose todo mérito propio, atribuyó a la divina fuente de toda sabidurÃa, los dones o la sagacidad que él pudiera poseer; declaró su propia incapacidad de penetrar en el futuro; pero, al mismo tiempo, manifestó su convicción de que Dios revelarÃa lo que era necesario saberse.
17. Faraón dijo: En mi sueño parecÃame que estaba a la orilla del rÃoâlos sueños eran puramente egipcios, fundados en los productos de aquel paÃs y en las experiencias de un nativo. Como dependÃa del Nilo la fertilidad de Egipto, la escena se coloca sobre la orilla de aquel rÃo; y como los bueyes en los antiguos jeroglÃficos eran simbólicos de la tierra y de los alimentos, estos animales fueron introducidos en el primer sueño.
18. del rÃo subÃan siete vacasâAhora se ven diariamente vacas, de la clase del búfalo, sumergiéndose en el Nilo; cuando su forma enorme emerge gradualmente, parecen âsubir del rÃoâ, que pacÃan en el prado -pasto del Nilo; plantas acuáticas que crecen en las orillas cenagosas, especialmente de la clase del loto, con la cual el ganado generalmente se engordaba.
19. otras siete vacas ⦠flacas y de muy fea trazaâsiendo la vaca el emblema de la fecundidad, los diferentes años de abundancia y de hambre fueron representados adecuadamente por la condición diferente de las vacas: la abundancia, por las vacas que comÃan el pasto más rico, y la escasez, por las vacas flacas y hambrientas, a las cuales las angustias del hambre las obligaron a cometer actos contrarios a su naturaleza.
22. Vi también soñando, que siete espigasâesto es, de trigo egipcio, el cual, cuando es âlleno y buenoâ, es de tamaño notable, brotando de una sola semilla siete diez o catorce tallos o troncos, y en cada tallo una espiga.
23. marchitas, abatidas del Solanoâdestructivo en todas partes para el grano, pero especialmente en Egipto, donde, moviéndose sobre los desiertos arenosos de Arabia, llega como viento caliente, abrasador, al Egipto, y pronto seca toda la vegetación. (comp. Ezequiel 19:12; Oseas 13:15).
24. las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosasââdevorabanâ es palabra distinta de la que se usa en el v. 4, y lleva la idea de destruir absorbiendo para sà todo el poder nutritivo de la tierra alrededor de sÃ.
25-36. JOSE INTERPRETA LOS SUEÃOS DE FARAON.
25. respondió José:⦠El ⦠es uno mismoâLos dos señalaban el mismo acontecimiento: una dispensación notable de siete años de abundancia sin igual, que habÃan de ser seguidos por un perÃodo similar de carestÃa sin paralelo. La repetición del sueño en dos formas diferentes fué propuesta para mostrar la certeza absoluta y la llegada pronta de esta crisis pública; la interpretación fué acompañada por varias sugestiones de sabidurÃa práctica para hacer frente a tan grande emergencia que amenazaba.
33. Por tanto, provéase ahora Faraón de un varónâla explicación dada, cuando la clave a los sueños fué proporcionada parece haber sido satisfactoria al rey y a sus cortesanos; y podemos suponer que se suscitarÃa una ansiosa discusión en el curso de la cual se preguntarÃa a José si tenÃa algo más que decir. No hay duda de que Dios proveyó la oportunidad para que él sugiriera lo que serÃa necesario.
34. ponga gobernadores sobre el paÃsâsobreveedores, equivalente a los beyes del Egipto moderno. quinte la tierra de Egiptoâo sea, del producto de la tierra; que serÃa comprado y acumulado por el gobierno, en vez de venderse a los comerciantes extranjeros.
37-57. JOSE ES HECHO GOBERNADOR DE EGIPTO.
38. dijo Faraón a sus siervosâLos reyes del antiguo Egipto eran ayudados en el manejo de los asuntos de estado por el consejo de los miembros más distinguidos de la orden sacerdotal; y, por consiguiente, antes de admitir a José al puesto nuevo y extraordinario que habÃa de crearse, aquellos ministros fueron consultados en cuanto a la conveniencia y legitimidad del nombramiento. hombre ⦠en quien haya espÃritu de Dios. Un reconocimiento de la existencia y el poder del verdadero Dios, aunque pálido y débil, continuó entre las clases superiores mucho tiempo después de que habÃa venido a prevalecer la idolatrÃa.
40. Tú serás sobre mi casaâEste cambio repentino en la condición de un hombre que acababa de ser sacado de la cárcel, no podrÃa suceder sino en Egipto. En tiempos antiguos como en los modernos, esclavos han ascendido a gobernantes. Pero la Providencia especial de Dios habÃa determinado hacer a José gobernador de Egipto; y el camino fué preparado para ello por la convicción profunda y universal en la mente del rey y sus consejeros de que un espÃritu divino animaba su mente. y le habÃa dado un conocimiento tan extraordinario. por tu dicho se gobernará todo mi puebloâliteralmente, âbesoâ. Esto se refiere al edicto que concedÃa a José poder oficial, para ser despachado en forma de un firmán, como en todos los paÃses orientales; y todos los que recibiesen aquella orden, la besarÃan, según el modo oriental acostumbrado de mostrar obediencia y respeto para el soberano. (Wilkinson).
41. Dijo más Faraón a José: He aquà yo te he puesto sobre toda la tierraâEstas palabras eran introductorias de la investidura con las insignias de autoridad, que eran: el anillo con sello, usado para firmar documentos públicos, y su impresión era más válida que la firma del rey; el khelaat, o vestido de honor, ropa de lino primorosamente trabajada. llevada sólo por los personajes más elevados; el collar de oro, divisa de rango (la forma lisa u ornamental de él indicaba el grado de rango y dignidad); el privilegio de andar en carruaje de estado; y finalmente
43. pregonaron delante de él: Doblad la rodillaââabrechâ palabra egipcia; que no se refiere al acto de postrarse, sino significando, según algunos âpadreâ (comp. cap. 45:8); âprÃncipe nativoâ o sea que lo proclamaba naturalizando, a fin de quitar toda aversión hacia él como extranjero.
44. Estas ceremonias de investidura se terminaron en la forma acostumbrada por el rey que en consejo ratificaba solemnemente el nombramiento. Yo Faraón; y sin ti, etc.âmodo proverbial de expresión de gran poder.
45. Zaphnath-paaneahâinterpretado de varias maneras, ârevelador de secretosâ, âsalvador de la tierraâ; y por los jeroglÃficos, âhombre sabio huyendo de la contaminaciónâ o sea, adulterio. dióle por mujer a Asenath, hija de PotipherahâSu naturalización fué completada por una alianza con una familia de alta distinción. Siendo fundada On por una colonia árabe, Potipherah, como Jethro, sacerdote de Madián, podrÃa ser adorador del Dios verdadero; asà José, hombre piadoso, serÃa librado de la acusación de haberse casado con una idolatra por motivos terrenales. OnâLlamada âAvénâ ( Ezequiel 30:17), y también Beth-semes (Jeremias 43:13). Al ver toda esta profusión de honores repentinamente dados a José, no puede dudarse de que él humildemente y con gratitud reconocerÃa la mano de una Providencia especial que lo conducÃa por toda su variada carrera hasta un poder casi real; y nosotros que sabemos más que José, no sólo podemos ver que el progreso de él estaba subordinado a los propósitos más importantes relacionados con la iglesia de Dios, sino que aprendemos la gran lección de que una Providencia dirige los acontecimientos más pequeños de la vida humana.
46. era José de edad de treinta años cuando fué presentado delante de Faraónâde diez y siete cuando fué traÃdo a Egipto; probablemente tres años en la cárcel, y trece en el servicio de Potifar. salió ⦠y transitó por toda la tierraâhizo una inspección inmediata, para determinar el sitio y el tamaño de las casas de almacenaje necesitadas en las diferentes partes del paÃs.
47. hizo la tierra ⦠a montonesâuna expresión singular, que hace alusión no sólo a la exuberancia de la cosecha sino a la práctica de los cosechadores de agarrar sólo las espigas que eran cortadas.
48. juntó todo el mantenimiento de los siete añosâDa una idea clara de la fertilidad exuberante de esta tierra el hecho de que de la sobreabundancia de los siete años copiosos, se almacenó trigo para la subsistencia, no sólo de la población sino de los paÃses vecinos durante los siete años de escasez.
50-52. nacieron a José dos hijosâEstos acontecimientos, que aumentaron su felicidad temporal, demuestran la piedad de su carácter por los nombres que dió a sus hijos.
53-56. cumpliéronse los siete años de la harturaâAdemás de la porción comprada por el gobierno durante los años de abundancia, el pueblo habrÃa podido almacenar mucho para su uso futuro. Pero imprecavidos como son los hombres comúnmente en tiempos de prosperidad, ellos se hallaron necesitados, y habrÃan muerto a millares, si José no hubiera previsto y proveÃdo para la calamidad prolongada.
57. por toda la tierra, habÃa crecido el hambreâo sea en paÃses contiguos a Egipto: Canaán, Siria y Arabia.