Lectionary Calendar
Thursday, November 21st, 2024
the Week of Proper 28 / Ordinary 33
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Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia Comentario Crítico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Esther 5". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/esther-5.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Esther 5". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/
Whole Bible (25)Individual Books (1)
Versículos 1-14
ESTER INVITA AL REY Y A AMAN A UN BANQUETE.
1. se vistió Esther su vestido real—No es sólo natural, sino, en tal ocasión, muy justo y conveniente que la reina se ataviara en un estilo digno de su posición elevada. En ocasiones ordinarias ella podría razonablemente hacer resaltar sus encantos todo lo ventajosamente posible; pero, en esta ocasión, como ella deseaba conseguir el favor del que no solamente era su esposo, sino también el soberano, tenía que considerar no sólo su seguridad personal, sino también la salvación de sus paisanos sentenciados, y estas consideraciones le imponían la conveniencia de usar todos los medios legítimos para ganar la atención favorable de Assuero. estaba el rey sentado en un solio regio en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento—Parece que el palacio de este rey persa había sido edificado, como muchos más de la misma calidad y descripción, con una galería al rededor de un patio, frente al portón de entrada. En tales estructuras abiertas, entre sus guardas y consejeros, están los bashaws, kadis y otros oficiales importantes, acostumbrados a repartir la justicia y manejar los asuntos públicos de las provincias. (Shaw’s Travels). En semejante situación estaba sentado el rey persa. El asiento que ocupaba, no era un trono, según nuestras ideas de tronos, sino simplemente una silla, y tan alta que necesitaba un escabel, que estaba hecho de oro, o que tenía chapa o inscrustaciones de oro, y estaba cubierto con tapices espléndidos. Nadie sino el rey podía sentarse en él bajo pena de muerte. Se halla a menudo dibujado en los monumentos de Persia, y siempre es del mismo estilo.
2. el rey extendió a Esther el cetro de oro que tenía en la mano—Este cetro de oro recibe una ilustración interesante en los monumentos esculpidos de Persia y Asiria. En los bajorrelieves de Persépolis, copiados por Sir Robert Ker Porter, vemos al rey Darío entronizado entre su corte, y caminando afuera en igual estado; en ambos casos él llevaba en su mano derecha una vara delgada, de igual altura que él, adornada con una borlita pequeña en el cabo de arriba. En los alabastros asirios, tanto en los hallados en Nimroud como en los de Khorsabad, “el gran rey” está provisto de la misma insignia de dignidad real, una vara delgada, pero desprovista de borla y de todo adorno. En los relieves de Khorsabad la vara está pintada de rojo. sin duda para representar el oro, lo que prueba que “el cetro de oro” era una simple vara de aquel metal precioso, comúnmente tenida en la mano derecha, con un cabo apoyado en el suelo, ya sea que el rey estuviera sentado o caminando. “El cetro de oro” ha recibido poco cambio o modificación desde tiempos antiguos. (Goss). Fué extendido el cetro a Ester como señal no sólo de que su intrusión era perdonada, sino de que su visita era recibida con agrado y una recepción favorable a la petición que había venido a presentar. Ester … tocó la punta del cetro—Esta era la manera usual de reconocer la condescendencia real, y al mismo tiempo de expresar reverencia y sumisión a la augusta majestad del rey.
3. Hasta la mitad del reino, se te dará—Este modo de hablar tuvo su origen en la costumbre persa de apropiar para el mantenimiento de hombres grandes y favoritos reales, una ciudad para su pan, otra para su vino, una tercera para su ropa, etc., de modo que la frase indicaba gran liberalidad.
4. venga hoy el rey con Amán al banquete que le he hecho—Había gran gracia en este proceder de Ester, porque, mostrando tanto respeto al favorito del rey, ella podría tanto mejor insinuarse en el afecto real y ganar una oportunidad mejor de hacer conocer su petición.
8. que venga el rey con Amán al banquete que les dispondré—El rey solía comer solo, y sus invitados en una sala contigua; pero éstos eran admitidos a sentarse con él a la hora del vino. Como Amán fué el único invitado con el rey y la reina, fué natural que se ensoberbeciera por el honor.