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Sunday, December 22nd, 2024
the Fourth Week of Advent
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Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia Comentario Crítico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Deuteronomy 29". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/deuteronomy-29.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Deuteronomy 29". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/
Whole Bible (26)Individual Books (2)
Versículos 1-29
UNA EXHORTACION A LA OBEDIENCIA.
1. Estas son las palabras del pacto—Continúa el discurso de Moisés; el tema de aquel discurso era el pacto de Israel con Dios, los privilegios que el pacto confería y las obligaciones que imponía. además del pacto que concertó con ellos en Horeb—Substancialmente era el mismo; pero ahora fué renovado, en circunstancias diferentes. Ellos habían violado sus condiciones. Moisés repite éstas, para que tuviesen un conocimiento mejor de sus condiciones, y estuvieran más dispuestos a cumplirlas.
2. Moisés pues llamó a todo Israel, y díjoles: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho, etc.—Esta apelación a la experiencia del pueblo, aunque fué hecha en términos generales, era aplicable sólo a aquella porción de ellos que había tenido muy poca edad en el tiempo del Exodo, y que se acordaban de las transacciones maravillosas que antecedieron y siguieron a aquella época. Pero, por desgracia, aquellos acontecimientos maravillosos no hicieron en ellos ninguna impresión buena (v. 4). Ellos eran extraños a aquella gracia de sabiduría que es dada liberalmente a todos los que la piden: y su insensibilidad era tanto más inexcusable ya que habían sido obrados tantos milagros que habrían podido conducir a una convicción segura de la presencia y el poder de Dios con ellos. La conservación de su ropa y sus zapatos, la provisión de alimento y agua diarios; estos benificios continuados sin interrupción o disminución durante tantos años de peregrinación en el desierto, fueron milagros que proclamaban la mano inmediata de Dios, y que eran obrados con el propósito expreso de disciplinarlos en el conocimiento práctico de él y de una confianza habitual en él. Su experiencia en esta bondad y en el cuidado extraordinario, junto con su recuerdo de los acontecimientos brillantes por medio de los cuales, con poco esfuerzo o pérdida de parte de ellos, Dios permitió que adquiriesen el territorio valioso sobre el cual estaban, se menciona nuevamente para obligarlos a un fiel cumplimiento del pacto, como medios directos y seguros de obtener las bendiciones prometidas de aquel pacto.
10-29. Vosotros todos estáis hoy delante de Jehová—Toda la congregación de Israel, de todas las edades y condiciones, todos, jóvenes como viejos, siervos como amos, israelitas naturales como extranjeros naturalizados, todos estaban reunidos ante el tabernáculo para renovar el pacto sinaítico. A ninguno de ellos se le permitía considerarse exento de los términos de aquel pacto nacional, para que alguno cayendo en la idolatría no resultara una raíz de amargura, esparciendo su semilla venenosa e influencia corrompida por todas partes (comp. Hebreos 12:15). Fué de la mayor consecuencia llegar así al corazón y a la conciencia de cada uno, porque algunos podrían engañarse con la idea vana de que por tomar el juramento (v. 12) por el cual se obligaban en el pacto con Dios, así se asegurarían sus bendiciones; y que aunque ellos no se adhiriesen rígidamente a su culto y mandamientos, sino que siguieran los proyectos y las inclinaciones de sus propios corazones, sin embargo, que él disimularía tales libertades y no los castigaría. Era de la mayor importancia impresionar a todos ellos con la convicción más fuerte y más duradera, de que mientras tenía el pacto de gracia en sí, grandes bendiciones, al mismo tiempo contenía en reserva para los transgresores maldiciones, la inflicción de las cuales sería igualmente segura, duradera y severa. Esta fué la ventaja de que fuese la ley repetida la segunda vez. El cuadro de una región una vez rica y floreciente, ahora marchita y condenada en consecuencia de los pecados de sus habitantes, es muy notable y adecuado para despertar un temor reverencial en toda mente seria. Tal es, y desde largo tiempo, el estado desolador de Palestina; y, al mirar sus ciudades arruinadas, sus costas marchitas, sus montañas desnudas, su suelo estéril y desecado—todas las evidencias tristes e inequívocas de una tierra bajo una maldición—muchos viajeros de Europa, América y las Indias, “extranjeros de tierras lejanas” (v. 22), en este día ven cómo el Señor ha ejecutado sus amenazas. ¿Quién puede resistir la conclusión de que esto ha sido infligido “por cuanto ellos dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres” y que “el furor de Jehová se encendió contra esta tierra, para traer sobre ellos todas las maldiciones escritas en este libro”? (vv. 25, 27).
29. Las cosas secretas pertenecen a Jehová—Este versículo no tiene conexión aparente con el tenor del discurso; y se ha creído que sería contestación a las miradas de asombro y a las palabras de interrogación, de si ellos alguna vez serían tan malvados como para merecer semejantes castigos. La historia escrita de las relaciones providenciales de Dios para con Israel, nos presenta una combinación maravillosa de “bondad” y severidad”. Gran parte de ella está envuelta en misterio demasiado profundo para que lo sondeen nuestras facultades limitadas; pero, por la sabiduría comprensiva manifestada en aquellas porciones que han sido reveladas a nosotros, estamos preparados para entrar al espíritu completo de la admiración del apóstol: “¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” ( Romanos 11:33).