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Saturday, July 19th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Sinopsis del Nuevo Testamento de Darby Sinopsis de Darby
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
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Información bibliográfica
Darby, John. "Comentario sobre Numbers 26". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://studylight.org/commentaries/spa/dsn/numbers-26.html. 1857-67.
Darby, John. "Comentario sobre Numbers 26". "Sinopsis del Nuevo Testamento de Juan Darby". https://studylight.org/
Whole Bible (25)Individual Books (2)
VersÃculos 1-65
El siguiente comentario cubre los capÃtulos 26, 27, 28 y 29.
Habiendo terminado ahora el viaje, Dios enumera de nuevo a su pueblo, y los cuenta por nombre, como herederos listos para tomar posesión de la herencia. Ãl los ha guardado a través de todo, y los ha traÃdo hasta Canaán; sus vestidos ni siquiera se envejecieron. Ãl establece los detalles de la herencia y nombra un lÃder en el lugar de Moisés para introducirlos en la tierra prometida. El capÃtulo 26 nos presenta la numeración.
Al comienzo del capÃtulo 27 hay detalles sobre el orden según el cual iban a heredar. Moisés es favorecido con una vista de la tierra, y el pueblo es puesto bajo la dirección de Josué para entrar en ella. Moisés y Aarón los habÃan conducido por el desierto; pero aquà se trata de una nueva escena, y Josué (en cuanto a la asamblea, Cristo en el poder de su EspÃritu) es designado para conquistar la tierra. Pero él depende del sacerdocio en su progreso hacia adelante; del mismo modo, la presencia y las operaciones del EspÃritu Santo dependen de la presencia de Cristo en el lugar santo.
En los capÃtulos 28 y 29 tenemos el culto del pueblo, los sacrificios que son la comida de Dios. Nos detendremos un poco en estos CapÃtulos. No son los caminos de Dios, y la reunión del pueblo para Sà mismo, como en el capÃtulo 23 de LevÃtico, sino las ofrendas mismas como ofrecidas a Dios y especialmente las de olor grato, hechas por fuego, excepto las que eran puramente accesorias. Primero, hay corderos para el servicio regular diario; esto es, para la de la mañana y la de la tarde, y para la del sábado, dos corderos; luego, bueyes y cabras también para las fiestas extraordinarias.
El cordero tiene el significado más simple; es la presentación constante del valor de Cristo y, por tanto, de los creyentes en Ãl, el verdadero Cordero de Dios: el olor fragante de su sacrificio que asciende continuamente, de dÃa y de noche; y cuando llegue el verdadero dÃa de reposo, su eficacia sólo ascenderá más abundantemente, como cuestión de inteligencia y aplicación. Esto puede decirse en cuanto a Dios mismo, en cuanto a la creciente manifestación del fruto del trabajo del alma del Salvador.
Los bueyes me parecen representar más bien la energÃa de la devoción de las personas en su estimación de ese sacrificio. Era lo más grande que se podÃa ofrecer: aún teniendo en cuenta el sacrificio de Cristo y el precio fijado en él. El carnero siempre fue vÃctima de consagración, o de reparación por alguna violación de los derechos de consagración. En cuanto al número de estas dos últimas clases, habÃa en general dos becerros, un carnero y siete corderos; un becerro y un carnero adicionales el primer dÃa del séptimo mes; un becerro, un carnero, siete corderos el diez de ese mes; y el número decreciente de la fiesta de los tabernáculos. Me parece que todo esto da testimonio del culto que se rinde a Dios sobre la tierra.
AsÃ, cuando se renueva el testimonio, cuando Dios reaviva la luz que lo produce, la primera fiesta aquà mencionada, la respuesta por parte del hombre es simple y perfecta: los dos becerros (como habÃa dos corderos en el dÃa de reposo), el pleno y completo testimonio de la devoción del hombre, pues dos dieron un testimonio válido. El carnero de la consagración es la estimación del sacrificio de Cristo plenamente desarrollada.
Como el hombre todavÃa estaba aquà abajo, y el pecado no estaba descartado, se añadió el macho cabrÃo como ofrenda por el pecado. Si la adoración del pueblo estaba en relación con la resurrección de Cristo ( Números 28:17 ), era lo mismo; asà en el caso de la obra del EspÃritu en el recogimiento ( Números 28:26 ). Fue el ejercicio del poder de parte de Dios lo que hizo una oportunidad para la adoración; la respuesta por parte del pueblo fue la misma.
El primer dÃa del séptimo mes hacÃa referencia al llamado de Israel, que era una especialidad, la renovación, según el valor de la obra de Cristo, de la conexión de Dios con la tierra, y especialmente con Israel. Por lo tanto, además del reconocimiento regular de la gracia el primer dÃa del mes, se ofrecieron un becerro, un carnero y siete corderos adicionales. Se ofrecÃa el testimonio general o respuesta a la obra de Cristo, pero además uno especial y parcial, para la restauración terrenal de Israel.
Asà en el dÃa de la expiación, cuando Israel, viendo al Señor, será completamente restaurado en gracia. El testimonio general y completo, cuando se produjo la resurrección de Cristo y el poder del EspÃritu Santo, que permitió entrar también a los gentiles y asà se extendió a los, testimonio perfecto de las relaciones entre Dios y el hombre, como asà se atestigua en el ofrendas, una respuesta desde abajo que reconocÃa plenamente el bien que Dios habÃa hecho, y las relaciones establecidas sobre ello, siendo para Ãl según el olor grato de Cristo, ya sea en la consagración o en la estimación inteligente de la ofrenda de Cristo.
La unción del EspÃritu y la alegrÃa la acompañaban. Y la ofrenda se efectuaba todos los siete dÃas de la fiesta, en testimonio de su plenitud. En el primer caso, pues, es decir, en la fiesta del primer dÃa del mes séptimo, se añadÃa un novillo como testigo de una obra especial y peculiar (pero al mismo tiempo parcial), pero el testimonio general del valor del sacrificio de Cristo del que dependÃa se mantuvo.
Es evidente que el mismo principio se aplica al décimo dÃa del séptimo mes. Es la aplicación de la expiación de Cristo a Israel en la tierra. Pero fue la simple comprensión del valor del sacrificio de Cristo; su propio valor ante Dios. El principio de consagración y el valor intrÃnseco del sacrificio permanecieron iguales.
La fiesta de los tabernáculos introdujo otro orden de ideas, al menos un nuevo desarrollo de esas ideas; es la dispensación venidera. No hay perfección en lo que se ofrece gozosamente por propia voluntad a Dios; pero eso casi se realiza: se ofrecen trece bueyes. El milenio traerá sobre la tierra un gozo de adoración y acción de gracias, que (Satanás está atado y la bendición del reino de Cristo se extiende por todas partes) será, al menos externamente, casi perfecto.
Los dos carneros manifiestan el testimonio de una abundante consagración, y quizás externamente la introducción de judÃos y gentiles (no consagrados en un solo cuerpo, pero) testigos adecuados sobre la tierra de una manera distinta de esta consagración a Dios. Entonces el testimonio de la perfección de la obra de Cristo estando completo sobre la tierra, ya sea para Israel o para la bendición de los gentiles, su completa eficacia se manifestó sobre la tierra; y la pregunta aquà es solo sobre esta manifestación en la tierra (entendida por fe, sin embargo).
HabÃa catorce corderos. Hay, sin embargo, una declinación en esta devoción de gozo y testimonio hacia Dios; no deja de ser completo, es verdadero; pero su abundancia poco a poco deja de manifestarse como lo hacÃa al principio. La cosa, como establecida por Dios, permanece en su perfección (Nm 28:32). Esto se encontró en el séptimo dÃa, que completó la parte puramente terrenal.
En el octavo dÃa, tenemos solo un becerro, un carnero y siete corderos. Era la contraparte de lo que era especial para el dÃa de la expiación, y el primer dÃa del séptimo mes: porque, si este último designaba a Israel solo traÃdo de regreso a Dios, el octavo dÃa, por otro lado, designa lo que estaba fuera. perfección terrenal, y el pueblo celestial aparte. Esta, me parece, es la idea general de lo que el EspÃritu de Dios nos da en este pasaje.