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Tuesday, November 5th, 2024
the Week of Proper 26 / Ordinary 31
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Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar Comentario Crítico Sin Abreviar
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ezekiel 40". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfu/ezekiel-40.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ezekiel 40". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://www.studylight.org/
Whole Bible (24)
Versículos 1-49
CAPITULO 40Vv. 1-49. LOS CAPITULOS RESTANTES, 40-48, DAN UN CUADRO IDEAL DEL TEMPLO JUDIO RESTAURADO. Las disposiciones del terreno y del templo, en muchos detalles, son distintas de las que existían antes de la cautividad. Hay en él cosas tan improbables físicamente como para excluir una interpretación puramente literal. La verdad general parece mantenerse, de que, así como Israel sirvió a las naciones por haber rechazado al Mesías, así las naciones servirán a Israel en la persona del Mesías, cuando la nación lo reconozca como el Mesías (Isa 60:12; Zec 14:17-19; véase Psa 72:11). El templo ideal exhibe, bajo las formas del Viejo Testamento, familiares a los hombres a quienes se dirige Ezequiel, él mismo un sacerdote que se deleitaba en los símbolos de los sacrificios, no el contorno exacto, literal, sino el carácter esencial del culto del Mesías tal como será cuando él ejerza dominio en Jerusalén entre su propío pueblo, los judíos, y desde allí hasta los cabos de la tierra. El mismo hecho de que todo es una visión (v. 2), no una comunicación oral, cara a cara, tal como la concedida a Moisés (Num 12:6-8), da a entender que las órdenes no han de comprenderse tan exactamente literales como las dadas al legislador judío. La descripción incluye ciertas cosas que, tomadas literalmente, casi envuelven imposibilidades naturales. Por ejemplo, el cuadrado del templo, en el cap. 42:20, es seis veces más grande que la circunferencia del muro que encerraba el viejo templo, y más grande que toda la Jerusalén terrenal. Ezequiel da unos seis kilómetros a su cuadrado del templo. La circunferencia de la antigua ciudad fué como de cuatro kilómetros. Además, la ciudad en Ezequiel tiene ua área entre cinco o seis mil kilómetros cuadrados, inclusive la tierra santa apartada para el príncipe, los sacerdotes y levitas. Esta es casi tan grande como toda la Judea al oeste del Jordán. Como Sión estaba en el centro de la ciudad ideal, la mitad de la parte sagrada se extendía hasta casi cincuenta kilómetros al sur de Jerusalén, es decir, cubría casi todo el territorio septentrional, que llegaba sólo hasta el Mar Muerto (cap. 47:19) y, sin embargo, cinco tribus habían de tener su heredad de aquel lado de Jerusalén, más allá de la parte sagrada (cap. 48:23-28). ¿Dónde había de hallarse el terreno para ellas por allá? Sólo una anchura de cinco o seis kilómetros sería dejada para cada tribu. Como los límites de la tierra dados son los mismos como bajo Moisés, estas incongruencias no se pueden explicar suponiéndose cambios físicos por efectuarse en la tierra tales que puedan resolver las dificultades de una interpretación puramente literal. La distribución de la tierra es igual entre las doce tribus, sin consideración a sus números relativos y las secciones paralelas corren del este al oeste. Hay dificultad también en la supuesta existencia de las doce tribus, como semejante organización de tribus separadas ya no existe y como sería difícil imaginarse cómo podrían ser restauradas como tribus distintas, estando ahora tan entreveradas entre sí. Igualmente el río que salía de la puerta oriental del templo y desembocaba en el Mar Muerto en la rapidez de su aumento y la calidad de sus aguas, es diferente de toda cosa jamás conocida en Judea o en otra parte del mundo. Finalmente, la catolicidad de la dispensación cristiana y la espiritualidad de su culto, parecen incompatibles con un regreso a la estrechez local y a los “pobres rudimentos” del ritual y las ordenanzas carnales del judaísmo, anulados “a causa de su flaqueza e inutilidad” [Fairbairn], (Gal 4:3, Gal 4:9; Gal 5:1; Heb 9:10; Heb 10:18). “Un templo con sacrificios ahora sería una negación de la plena suficiencia del sacrificio de Cristo. El que antes sacrificaba confesaba al Mesías; el que sacrificase ahora solemnemente lo negaría” [Douglas.] Estas dificultades, sin embargo podrán ser todas aparentes y no reales. La fe acepta la palabra de Dios tal como está, y espera el acontecimiento, segura de que el cumplimiento mismo aclarará todas las dificultades como éstas. Posiblemente, como algunos creen, el bello ideal de un gobierno sagrado se da aquí de acuerdo con el modelo existente de los servicios del templo, el cual sería la manera de pensar del profeta y del pueblo de aquel tiempo. El hecho de presentar muchos pormenores está en conformidad con el estilo de Ezequiel, aun en describir escenas puramente ideales. El viejo templo incorporaba en formas y ritos visibles verdades espirituales que afectaban al pueblo aun cuando estaba lejos de él. De modo que este templo ideal se forma en ausencia del templo material para servir, por medio de descripciones, el mismo propósito de instrucción simbólica así como lo hacía el viejo templo literal con sus formas y obras. Así como en el principio Dios prometió ser un “Santuario” (cap. 11:16) para los cautivos en Quebar, así ahora, hacia el fin, les es prometida una restauración y realización completas del culto y política teocráticos en su ideal más noble bajo el Mesías (véase Jer 31:38-40). En Rev 21:22 no se ve “ningún templo”, pues en la perfección de la nueva dispensación los incidentes de lugar y forma no son necesarios para hacer real a los cristianos lo que Ezequiel comunica a las mentes judías según las maneras de pensar de ellos. En el templo ideal de Ezequiel, la santidad se extiende sobre todo el templo, de modo que ya no hay más en éste la distinción entre las diferentes partes, como en el viejo templo: las partes dejadas indeterminadas en éste reciben ahora una sanción divina, de suerte que se excluye toda arbitrariedad. Entonces este templo ideal será una manifestación perfecta del amor de Dios hacia su pueblo del pacto (caps. 40:1 a 43:12); y de el, como de un nuevo centro de la vida religiosa, emana la plenitud de bendiciones para ellos y para todos los pueblos (cap. 47). [Fairbairn y Havernick]. El templo edificado al regreso de Babilonia habría podido realizar sólo parcialmente el modelo aquí dado. La ley aparentemente es contraria al evangelio (Mat 5:21-22, Mat 5:27-28, Mat 5:33-34). Pero en realidad no lo es (véase Mat 5:17-18, Rom 3:31; Gal 3:21-22). Es verdad que el sacrificio de Cristo invalidó los sacrificios legales (Heb 10:12-18). Podrá ser la obligación de Israel más tarde la de mostrar la identidad esencial, aun en los detalles minuciosos de los sacrificios del templo, entre la ley y el evangelio (Rom 10:8). El ideal del templo teocrático será realizado entonces por primera vez.
1. al principio del año-el año eclesiástico, del cual el primer mes era el de Nisán. la ciudad … allá-Jerusalén, el centro hacia el cual tendían todos los pensamientos del profeta.
2. visiones de Dios-visiones divinamente enviadas un monte muy alto-Moria, sería muy alto en comparación con Babilonia, y aun más alto en cuanto a su elevación moral (cap. 17:22; 20:40). sobre el cual-Ezequiel, llegando desde el norte, es bajado sobre el Monte Moria, y ve la armazón del templo “como edificio de una ciudad”, que se extendía hacia el mediodía. En el v. 3, Dios “lo lleva allá”, para que pueda inspeccionarlo detalladamente (véase Rev 21:10). En esta visión final, como en la primera parte del libro, la mano de Dios se pone sobre el profeta, y es llevado lejos en visiones de Dios. Pero en el principio el escenario fué junto al Quebar, como Jehová había abandonado a Jerusalén: ahora lo es la montaña de Dios, como Jehová le había vuelto allá; allí la visión tenía por fin inspirar terror; aquí, esperanza y seguridad.
3. un varón-Las manifestaciones de seres celestiales como varones en el Antiguo Testamento preparaban a los hombres para la encarnación que había de venir. un cordel-usado para medir largas distancias (Zec 2:1). una caña-usada en medir casas (Rev 21:15). Señalaba la rectitud de los muros.
5. Las medidas en general eran tomadas del cuerpo humano. El codo mayor, el largo desde el codo hasta la punta del dedo, como 66 centímetros, que excedía al codo ordinario (desde el codo hasta la muñeca) por un palmo, es decir, como 48 centímetros. Véase cap. 43:13, con cap. 40:5. El palmo era la anchura completa de la mano, como ocho centímetros. anchura del edificio-es decir, el muro que rodeaba el edificio. Las imperfecciones de los límites del antiguo templo no habían de tener lugar aquí. Los edificios unidos al templo a veces habían sido dedicados a usos comunes; por ejemplo, Jeremías fué encarcelado en uno (Jer 20:2; Jer 29:26). Pero ahora todos éstos habían de ser santos a Jehová. Los portones y puertas a la ciudad habían de ser impresos en su arquitectura con la idea de excluír todo lo impuro (Rev 21:27). El portón oriental había de ser especialmente sagrado, como fué que por él la gloria de Dios se había alejado (cap. 11:23), y por él la gloria había de volver (cap. 43:1, 2; 44:2, 3).
6. sus gradas-siete escaleras en número (v. 26). poste-mejor, “umbral” de la puerta. [Fairbairn.] otro poste-otro “umbral”. Fairbairn considera que no había sino un umbral, y traduce: “aun un umbral, una caña de ancho”. Pero se menciona otro umbral en el v. 7. Los dos umbrales aquí parecen ser el de arriba y el de abajo.
7. cámara-Estas cámaras eran para el uso de los levitas que hacían guardia en los portones del templo; guardacámaras (2Ki 22:4; 1Ch 9:26-27); también como depósitos de utensilios e instrumentos musicales.
9. postes-columnas que sobresalían a los costados de las puertas.
12. espacio-más bien, “límites”.
16. ventanas estrechas-enrejadas. [Henderson.] Los antiguos no tenían vidrio, de modo que enrejaban sus ventanas, estrechas hacia adentro, y dilatadas hacia afuera. corredores-más bien, “vestíbulos”, o “porches”.
17. solado-pavimento de mosaicos (Est 1:6). treinta cámaras-que servían de alojamiento para los sacerdotes que estaban de servicio en el templo, y como depósitos de los diezmos de sal, vino y aceite.
18. El pavimento o solado de arriba estaba a nivel con la entrada de los portones, y los pavimentos bajos estaban a cada lado del pavimento elevado. Mientras que el templo de Salomón tenía un patio abierto a alteraciones y aun a las innovaciones idolátricas (2Ki 23:11-12; 1Ch 20:5), en éste no había de haber lugar para las corrupciones humanas. Su circunferencia fué definida exactamente, 100 codos; y el lindo pavimento daba a entender que había de ser pisado sólo por pies limpios (véase Isa 35:8).
20-27. Las diferentes entradas correspondían entre sí en el plano. En el caso de estos otros dos portones, sin embargo, no hay mención de edificios con treinta cámaras tales como se hallaban al costado oriental. Sólo hacía falta un edificio tal, y está ubicado al lado oriental, por ser éste el lado sagrado, y el más cómodamente ubicado para los sacerdotes oficiantes.
23. al oriente-Una expresión elíptica para indicar: “El portón del patio interior que estaba frente al portón exterior hacia el norte (así como el portón interior estaba frente al portón exterior) hacia el oriente”.
28-37. El atrio interior y sus portales.
28. conforme a estas medidas-es decir, las medidas del portal exterior. Las cifras y proporciones del portal interior correspondían a las del exterior.
30. Este versículo se omite en la Versión de los Setenta, el Manuscrito Vaticano y otros. Las medidas aquí del portal interior no corresponden a las del exterior, aunque el v. 28 afirma que sí. Havernick retiene este versículo pero entiende que se trata de otro pórtico que mira hacia adentro del templo. arcos-vestíbulos o “porches”. [Fairbairn.] Estos se apoyaban sobre columnas. [Henderson.]
31. ocho escalones-al pórtico exterior tenía sólo siete (v. 26).
37. postes-En la Versión de los Setenta y en la Vulgata dice “el pórtico”, lo que corresponde mejor con los vv. 31-34.
38. con postes-junto a los postes o columnas. allí lavarán el holocausto-esto no se refiere a todos los portales, sino sólo a la puerta septentrional. Por Lev 1:11, se manda que los sacrificios sean muertos al norte del altar; y en el cap. 8:5 se llama la puerta del norte “la puerta del altar”. Y el v. 40 menciona particularmente “la puerta del norte”.
43. ganchos-aparato de cocina para cocinar la carne de los sacrificios que les tocaba a los sacerdotes. Los ganchos estaban “fijados” en los muros dentro del departamento, de los cuales pendía la carne para ser asada. El término hebreo viene de una raíz “fijado” o “colocado”.
44. las cámaras de los cantores-dos en número, como se prueba por lo siguiente: “miraban hacia el mediodía (uno de ellos) … hacia el norte”. Así en la Versión de los Setenta.
46. Sadoc-descendiente lineal de Aarón; tuvo conferido sobre sí el sumo sacerdocio por Salomón, quien había despedido a la familia de Ithamar a causa de la parte que tomó Abiatar en la rebelión de Adonías (1Ki 1:7; 1Ki 2:26-27).
47. midió el atrio, cien codos … cuadrado-no debe confundirse con el atrio interior, o el atrio de Israel, el cual estaba abierto a todos los que tenían que traer sacrificios, y circundaba tres costados del territorio sagrado, cien codos de ancho. Este atrio era de cien codos cuadrados, y contenía un altar, frente al templo. Era el atrio de los sacerdotes, y por esto estaba asociado con los que tenían a su cargo el altar y la música. La descripción es breve, como las cosas asociadas con esta porción eran desde el principio divinamente reguladas.
48, 49. Estos dos versículos pertenecen al cap. 41, que trata del templo mismo. veinte codos … once codos-en el templo de Salomón (1Ki 6:3), “veinte y diez codos”. La anchura era tal vez diez y medio; 1Ki 6:3, designa el número por el menor de los próximos números redondos, “diez”; Ezequiel aquí, por el número más grande, “once”. [Menoquio.] La Versión de los Setenta dice: “doce”. subían por gradas-eran diez en número [Versión de los Setenta].