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the Week of Proper 28 / Ordinary 33
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Bible Commentaries
Números 33

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-56

CUARENTA Y DOS ESTANCIAS DE LOS ISRAELITAS, DESDE EGIPTO A SINAI.

1. Estas son las estancias de los hijos de Israel—Puede decirse que este capítulo forma un resumen de los viajes de Israel por el desierto; porque los tres capítulos siguientes se refieren a asuntos relacionados con la ocupación y división de la tierra prometida. Como se descubrirán varias discrepancias aparentes al cotejar los relatos dados aquí de los viajes desde el Sinaí, con los relatos detallados de acontecimientos en el libro de Exodo, y con las menciones ocasionales de lugares en el libro de Deuteronomio, es probable que este itinerario comprenda una lista de solamente las etapas más importantes de sus viajes, aquéllas donde hacían campamentos prolongados y de donde sacaban sus rebaños y manadas a pacer en las llanuras cercanas hasta agotar el pasto. La lista incluye sus marchas desde su salida de Egipto hasta su llegada a las llanuras de Moab. salieron … por sus escuadrones—i. e., una inmensa multitud formada en compañías pro separado, pero en orden completo.

2. Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehová—La sabiduría de esta orden divina se ve en la importancia del fin al cual estaba subordinada—es decir, en parte para establecer la verdad de la historia, en parte para conservar un recuerdo de las maravillosas intervenciones de Dios a favor de Israel, y en parte para confirmar la fe de ellos en las perspectivas de la difícil empresa a la cual estaban por entrar, la invasión de Canaán.

3. Rameses—generalmente identificada con Heroópolis, ahora la moderna Abú-Keisheid (Véase Éxodo 12:3), la cual era probablemente la capital de Gosén, y, por orden de Moisés, el lugar para asamblea general antes de su salida.

4. en sus dioses—usado o según la fraseología bíblica para indicar sus gobernantes, los primogénitos del rey y sus príncipes, o los objetos idolátricos del culto egipcio.

5. asentaron campo en Sucoth—i. e., cabañas, lugar sin importancia excepto como etapa temporal, en Birketel-Hadji, el Estanque de los Peregrinos. (Calmet).

6. Etham—borde o frontera de toda aquella parte de la Arabia Pétrea que está próxima a Egipto, y era conocido bajo el nombre general de Shur.

7. Pi-hahiroth, Baalsephon, Migdol—(véase Éxodo 14:1).

8. Mara—Se cree que sea Ain-Howarah, tanto por su posición como por el tiempo (tres días) que necesitarían para marchar con sus niños y rebaños desde las aguas Ayún Musa hasta aquel lugar.

9. Elim—se supone que sea el Wady Ghurundel (véase Éxodo 15:27).

10. asentaron junto al mar Bermejo—El camino desde el Wady Ghurundel conduce al interior, debido a un alto collado continuo que excluye toda vista del mar. A la boca del Wady-et-Tayibeh, después de una marcha como de tres días, se abre nuevamente sobre una llanura a lo largo de la orilla del mar Bermejo. La exactitud detallada del relato bíblico, en corresponder tan precisamente con los accidentes geográficos de esta región, se ve notablemente al relatarse cómo los israelitas avanzaban por la única ruta practicable. Esta llanura donde hacían campamento, era el desierto de Sin (véase Éxodo 16:1). Dophca, Alús, Rephidim—estas tres etapas, en los grandes valles de El Sheikh y Feirán, equivaldrían a cuatro jornadas para semejante multitud. Refidim ( Éxodo 17:6) era en Horeb, la región quemada, nombre genérico para una tierra cálida y montañosa.

15. desierto de Sinaí—El Wady Er-Raheh.

16-56. DE SINAI A CADES Y LAS LLANURAS DE MOAB.

16-37. Kibroth-hataava (“las sepulturas de lascivia”, véase cap. 11:4-34)—La ruta, al levantar el campamento en Sinaí, seguía pro el Wady Es-Sheikh, entonces cruzando el Jébel et-Tih, que entrecortaba la península; ellos bajaron por el Wady Zalaka, haciendo campamento sucesivamente en dos breves, pero memorables etapas ( Deuteronomio 9:22), y se establecieron en Hazeroth (aldeas sin murallas), que se supone que sea Ain-Hadera (cap. 11:35), Cades, o Cades-barnea que se supone sea el gran valle del Ghor, y que la ciudad de Cades haya estado en el borde de este valle. (Burckhardt, Robinson). Pero como no hay menos de diez y ocho etapas intercaladas entre Hazeroth y Cades, y sólo se gastaron once días en hacer aquel viaje ( Deuteronomio 1:2), es evidente que las etapas intermedias aquí mencionadas pertenecen a otra visita totalmente diferente a Cades. La primera vez fué cuando salieron de Sinaí en el segundo mes (cap. 1-1; Deuteronomio 13:20; Deuteronomio 1:45), y “estuvieron por muchos días”, y cuando murmuraron contra el informe de los espías, se les mandó volver al desierto “camino del Mar Bermejo”. La llegada a Cades, mencionada en este catálogo. corresponde a la segunda estada en aquel lugar, siendo el primer mes, o abril (cap. 20:1). Entre las dos visitas hubo un período de treinta y ocho años, durante los cuales ellos vagaron de un lugar a otro por toda la región de El-Tih (andanzas), regresando a menudo al mismo lugar según requerían las necesidades de sus rebaños; y hay buena razón para creer que las estaciones mencionadas entre Hazeroth (v. 8) y Cades (v. 36), pertenecen al largo intervalo de vagancia. Ninguna certidumbre se ha tenido todavía acerca de las ubicaciones de muchas de estas etapas, y debe haber habido más de las que se mencionan; porque es probable que sólo se mencionen aquellas donde se quedaban algún tiempo, donde se levantaba el tabernáculo, y donde Moisés y los ancianos establecieron su campamento, mientras que el pueblo se separaba en busca de pasto. Desde Esion-geber, por ejemplo, que estaba a la cabeza del golfo de Acaba, a Cades, no sería mucho menos que todo el gran valle del Ghor, una distancia de no menos de 161 kilómetros, sea cual sea la ubicación exacta de Cades; y, naturalmente, habría habido varias etapas intermedias, aunque ninguna se menciona. Los incidentes y las etapas del resto del viaje hasta las llanuras de Moab están suficientemente explícitos en los capítulos anteriores. Ritma—el lugar de la escoba, una estación probablemente en algún wady que se extendía hacia el oeste de Ghor (cap. 10:40). Rimmón-peres—o Rimmón, ciudad de Judá y Simeón ( Josué 15:32), Libna, así llamada por sus álamos mancos ( Josué 10:29), o, como creen algulos, por las colinas blancas entre Cades y Gaza ( Josué 10:29). Rissa (El-arish), monte de Séfer (Cassio), Moseroth, cerca del monte Hor, en Wady Musa. Esión-geber, cerca de Acaba, puerto en la costa occidental del golfo Elanítico; el desierto de Zin, del lado oriental de la península de Sinaí; Funón, en las quebradas roqueñas de Monte Hor, y famosa por las minas y canteras en las cercanías, como también por sus árboles frutales, ahora Tafyla, en el borde de Edom. Abarim, una cadena de montes toscos, al noroeste del Arnón; una parte llamada Nebo era uno de sus picos más altos, frente a Jericó. (Véase Deuteronomio 10:6).

50-53. Echaréis a todos los moradores del país de delante de vosotros—no, sin embargo, por expulsión, sino por extirpación ( Deuteronomio 7:1). destruiréis todos sus pinturas—obeliscos para el culto idolátrico (véase Levítico 26:1). todas sus imágenes de fundición—por metonimia por todos sus bosques y altares y materiales de culto en las cumbres de las montes.

54. heredaréis la tierra por suertes—la ubicación individual de cada tribu sería determinada de esta manera, mientras que había de usarse una línea para medir la proporción ( Josué 18:10; Salmo 16:5).

55. Y si no echareis los moradores del país de delante de vosotros—No se había de formar ninguna asociación con los habitantes; de otra manera, si se quedaban, “serán por aguijones en vuestros ojos, y por espinas en vuestros costados”; es decir, que serían vecinos molestos y peligrosos, tentando a la idolatría, y por consiguiente, privándoos del favor y la bendición de Dios. El descuido de este consejo contra la unión con los habitantes idólatras vino a ser fatal para ellos. Esta seria advertencia dada a los israelitas en las circunstancias peculiares de ellos, nos trae una lección saludable de no permitir que los hábitos secretos del pecado permanezcan en nosotros. Aquel enemigo espiritual tiene que ser desarraigado de nuestra naturaleza, pues de otra manera será ruinoso para nuestra paz presente y salvación futura.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Numbers 33". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/numbers-33.html. 1871-8.
 
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