Lectionary Calendar
Thursday, November 21st, 2024
the Week of Proper 28 / Ordinary 33
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Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia Comentario Crítico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
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Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Joshua 13". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/joshua-13.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Joshua 13". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/
Whole Bible (28)Individual Books (2)
Versículos 1-33
LIMITES DE LA TIERRA NO CONQUISTADA TODAVIA.
1. Siendo Josué ya viejo, entrado en días—Tenía probablemente más de cien años; porque la conquista y deslinde de las posesiones, ocuparon ocho años, y él murió a los 110 años (cap. 24:29). La distribución así como la conquista de la tierra fué incluída en la misión de Josué; su edad avanzada fué motivo especial para que él entrara en el inmediato cumplimiento de aquel deber, es decir, el de distribuir Canaán entre las tribus de Israel, no sólo las partes ya ganadas sino también las que estaban todavía por conquistar.
2-6. Esta es la tierra que queda—es decir, por adquirir. Esta sección forma un paréntesis, en que el historiador brevemente menciona los distritos que todavía no se someten, es decir, primero, todo el país de los filisteos, una franja angosta extendida a lo largo de la costa del Mediterráneo por unos 96 kilómetros, y el de los gesureos al sur, ( 1 Samuel 27:8). Ambos incluían aquella porción del país “desde Sihor, que está delante de Egipto”, un pequeño arroyo cerca de El-Arish, que hacia el este era la frontera sureña de Canaán, “hasta Accarón (Ecrón)”, el más septentrional de los cinco señoríos o principados de los filisteos. y los heveos: del sur—Las dos cláusulas están unidas así en la Septuaginta y en muchas otras versiones. Expulsados ( Deuteronomio 2:23), se establecieron al sur de Filistea. La segunda división del territorio por conquistar comprendida toda la tierra de los Cananeos, y Mehara, que es de los Sidonios—una región montañosa de la Galilea Superior, notable por sus cuevas y sus lugares fuertes, y hacia el este hasta Aphec (ahora Afca), en el Líbano, hasta el término del Amorrheo—una porción del territorio nordeste que había pertenecido al rey Og. El tercer distrito que quedaba sin conquistar era,
5. la tierra de los Gibleos—su capital era Gebal, o Byblos (griego), sobre el Mediterráneo, 60 kmts. al norte de Sidón. todo el Líbano hacia donde sale el sol—es decir, el Anti-Líbano; la cadena oriental, que tiene su término propio en el Hermón. hasta entrar en Hamath—el valle de Baal-bec.
6, 7. todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta las aguas calientes (véase cap. 11:8) es decir, “todos los sidonios y los fenicios”. yo los desarraigaré—El cumplimiento de esta promesa era condicional. En caso de que los israelitas se mostrasen infieles o desobedientes, no sojuzgarían estos distritos ahora mencionados, y, en realidad, nunca se posesionaron de ellos, aunque sus habitantes estaban sujetos al poder de David y de Salomón. solamente repartirás tú por suerte el país a los Israelitas por heredad—Habiendo terminado el paréntesis, el historiador continúa aquí el tema principal del capítulo, la orden de Dios de que Josué hiciera una distribución inmediata de la tierra. El método del reparto por suertes era en todos sus aspectos el mejor que se habría podido elegir, pues no daba lugar para descontento, y también evitaba que los gobernantes actuaran en forma arbitraria o parcial; y así había sido anunciado en vida de Moisés ( Números 33:54) como el sistema según el cual se haría la distribución de cada tribu, con el fin de hacer que el pueblo reconociera que Dios era dueño de la tierra y que tenía todo derecho de disponer de ella. Además, el solemne recurso de la suerte demostró ser el dictado, no de la sabiduría humana sino de la divina. Se usó, sin embargo, solamente para determinar la parte del país donde cada tribu se asentaría; la extensión de la posesión había de determinarse sobre un principio diferente ( Números 26:54), y lo que prueba la soberana dirección de Dios, es que cada tribu recibió la posesión predicha por Jacob (Génesis 49) y por Moisés (Deuteronomio 33).
8. con quién, hebreo “con él”. El antecesor es evidentemente Manasés pero no la media tribu de Manasés que acaba de mencionarse, sino la otra mitad, pues el historiador interrumpe el relato para explicar las posesiones allende el Jordán, ya dadas a Rubén, a Gad y a la media tribu de Manasés (véase Números 32; Deuteronomio 3:8). Conviene hacer notar que era prudente anotar estos límites en documentos, porque, en caso de algún mal entendimiento o disputa acerca de los límites exactos de cada distrito o propiedad, se podría apelar a las autoridades documentarias, y obtenerse conocimiento completo, así como también un sentimiento de gratitud por lo que ellos habían recibido de Dios (Salmo 16:5).