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Bible Commentaries
Jeremías 38

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-28

JEREMIAS PREDICE LA TOMA DE JERUSALEN, POR LO CUAL ES ARROJADO EN LA MAZMORRA, PERO LO TRASLADAN AL PATIO DE LA CARCEL POR INTERCESION DE EBED-MELECH. Y CELEBRA UNA ENTREVISTA SECRETA CON SEDEQUIAS. Todo esto sucedió después de su encarcelación en la casa de Jonatán, y de su soltura, debido a su intercesión ante Sedequías. Esta última ocurrió antes que los caldeos volviesen a reanudar el sitio; los hechos similares que se narran en este capítulo sucedieron después.

1. Jucal—Jehucal (cap. 37:3). Pashur—(Cap. 21:1; véase v. 9 del cap. 38); si los componentes de la diputación del cap. 21:1, a quienes Jeremías dió esta respuesta, no son los mismos que oyen al profeta en el cap. 38:1, aquéllos deben haber sido enviados antes que éstos le oyesen hablar las mismas palabras. Sefanías no está mencionado aquí, como en el cap. 21:1, pero lo está en el cap. 37:3. Jucal está mencionado aqui y entre los integrantes de la diputación anterior (cap. 37:3), pero no en el cap. 21:1. Sefatías y Gedalías, mencionados aqui, no figuran en el cap. 21:1, ni en el 37:3. La similitud de sus palabras en ambos casos es natural, por haber sido proferidas las unas después de un corto intervalo de las otros, figurando Pasur en ambas ocasiones entre los oyentes. a todo el pueblo—Este tenía libre acceso al profeta en el patio de la cárcel (cap. 32:12).

2. su vida … despojo—escapará con vida, aunque pierda todo lo demás como en un naufragio, el conservará su vida como una ganancia, por pasarse a los caldeos (Nota, cap. 21:9).

4. Si Jeremías no hubiese tenido una mision divina, podría acusársele justamente de traición, pero, teniéndola, hizo que el anuncio del asedio resultase cierto, y asi obró humanamente como intérprete de la voluntad de Dios en una teocracio, aconsejando la rendición (cap. 26:11).

5. el rey no podría contra vosotros nada—Sedequías era un príncipe débil, y ahora, en medio de sus aprietos, teme oponerse a sus príncipes. El disimula el disgusto que le causa su arrogante poder, con lisonjeros discursos. Esa prepotencia le impedía proteger a Jeremías, cosa que le agradaría hacer. “No es justo que el rey niegue nada a tan fieles y sabios estadistas”; el rey no es persona que se niegue a vuestros deseos, les diría [Jerónimo].

6. en la mazmorra—liter., la cisterna. Esta no era una cárcel subterránea, como la de la casa de Jonatán (cap. 37:15), sino un foso o cisterna, que había estado lleno de agua, pero que se había agotado durante el sitio, de suerte que ya sólo contenía “lodo”. Esas cisternas vacías se empleaban frecuetemente como cárceles ( Malaquías 9:11); su profundidad no dejaba ninguna esperanza de escape. Amelech—(Cap. 36:26). Su hijo había seguido las huellas de su padre siendo un fácil y maligno instrumento. hundióse.. en el cieno—Jeremías aquí fué tipo del Mesías (Salmo 69:2, Salmo 69:14). “Estoy hundido en cieno profundo”.

7. Ebed-melech—El nombre hebreo dado a este etíope, significa siervo del rey. Ya desde muy al principio Dios quiso mostrar cuán justas razones había para llamar a los gentiles a la salvación. Un extranjero, etíope, salva al profeta, a quien sus mismos paisanos, los judíos, procuraban eliminar. Así los gentiles creyeron en Cristo, a quien los judíos crucificaron, mientras que los etíopes figuraron entre los primeros conversos ( Hechos 2:10, Hechos 2:41; Hechos 8:27). Ebed-melec era probablemente guarda del harén real, y así tenía acceso privado al rey. Al presente, los eunucos de los harenes proceden en su mayoría de la Nubia o de Abisinia.

8. salió de la casa … y habló—no en privado sino en público, prueba de intrépida magnanimidad. allí se morirá de hambre … no hay más pan en la ciudad—(Véase cap. 37:21). Hasta entonces había disfrutado de un pedazo de pan. “Es tan absoluta la carencia de pan en la ciudad que, aun cuando hubiese abundancia de él, ya no se le podría proveer normalmente al profeta de él, y mucho menos ahora que está en un lugar donde nadie se acuerda o compadece de él, de manera que es probable que se muera de hambre”. “No hay más pan”, esto es, no ha quedado más en los depósitos públicos de la ciudad (cap. 37:21); o casi no ha quedado pan en ninguna parte. [Maurer].

10. en tu poder—hebreo, “en tu mano”, esto es, a “tu disposición” ( 1 Samuel 16:2). “De aquí”, es decir, de la puerta de Benjamín, donde el rey estaba sentado (v. 7). treinta hombres—no para sacar meramente a Jeremías, sino también para proteger a Ebed-melec contra cualquier oposición de parte de los príncipes (vv. 1-4), al ejecutar la orden del rey. Ebedmelec fué recompensado por su fe, su amor e intrepidez, mostrados en momentos cuando él podría temer la ira de los príncipes, a la cual aun el rey tuvo que ceder (cap. 39:16-18).

11. trapos viejos—“trapos desgarrados” [Henderson]. andrajosos—“vestidos raídos”. Dios puede convertir las cosas más viles en instrumentos de su bondad para con su pueblo ( 1 Corintios 1:27).

12. bajo los sobacos—“bajo las coyunturas de las manos”, esto es, en la parte donde los dedos se unen con la mano. Los trapos eran para impedir que las manos se lastimaran con las cuerdas [Maurer].

13. en el patio de la cárcel—Ebed-melec fué prudente en ponerlo allí fuera del alcance de sus enemigos.

14. la tercera entrada—Los hebreos, al determinar la posición de los lugares, miran al este, al que califican “de lo que está enfrente”; de ahí que llamasen al sur “lo que está a la derecha”; y al norte, “lo que está a la izquierda”; y al oeste, “lo que está detrás”. Así comenzando con el este, podían designarla como la primera o principal entrada; el sur, como la segunda; el norte, la “tercera” entrada del atrio exterior o interior [Maurer]. La tercera puerta del templo quedaba enfrento del palacio. Por ésta se pasaba del palacio al templo ( 1 Reyes 10:5, 1 Reyes 10:12). Esta quedaba hacia el oeste ( 1 Crónicas 26:16, 1 Crónicas 26:18; 2 Crónicas 9:11). [Grocio]. Mas en el futuro templo quedará hacia el este ( Ezequiel 46:1, Ezequiel 46:8).

15. no has de escucharme—Sedequías no responde a esta última pregunta. A la primera le responde en el v. 16. Tradúzcase más bien así: “Tú no quieres escucharme”. Jeremías forma ese juicio acerca del rey a causa de su pasada conducta. Véase el v. 17 con el 19.

16. Jehová … hizo esta alma—( Isaías 57:16). Como queriendo decir: “que mi vida (mi alma) se pierda si yo te engañare” [Calvino].

17. a los príncipes—(Cap. 39:3). El no se lo dice “al propio rey”, porque éste estaba en Ribla, en Hamat (cap. 39:5; 2 Reyes 25:6). “Si salieres” (quiere decir, si te entregares, 2 Reyes 24:12; Isaías 36:16), Dios prevé las contingencias condicionales del futuro, y ordena no sólo los fines, sino también los medios para el logro de los fines.

19. Témome a causa de los judíos—más que a Dios ( Proverbios 29:25; Juan 9:22; Juan 12:43). me escarnezcan—me traten injuriosamente ( 1 Samuel 31:4).

22. las mujeres—El mismo mal que Sedequías quería evitar desobedeciendo la orden de salir, le sobrevendría, agravado, por eso mismo. No serán meramente los judíos que desertaron los que le escarnecerían (v. 19), sino que también las mismas “mujeres” de su palacio y harén, para gratificar a sus nuevos señores, le vilipendiarían ¡que un rey en verdad tan noble permita que así lo engañen! tus amigos—Hebreo, los hombres de tu paz (véase cap. 20:10; Salmo 41:9, margen de la Versión Inglesa). Son sus ministros y los falsos profetas que lo extraviaron. atollaron en el cieno—dicho proverbial por: “te ves envuelto en inextricables dificultades por los consejos de tus amigos”. La frase puede que aluda al v. 6; una justa retribución por el trato dado a Jeremías, el cual se “hundió literalmente en el cieno”. se volvieron atrás—habiéndote enredado en la calamidad, se buscarán su propia seguridad, pasándose a los caldeos (v. 19). tus hijos—(Cap. 39:6; 41:10). “Mujeres … hijos tú”, clímax ascendente.

24. nadie sepa—Si no dijeres nada de esto al pueblo, yo respondo por tu seguridad.

25. A menudo los reyes lo son sólo en cuanto al título, ya que en realidad se hallan sometidos a sus súbditos.

26. supliqué—liter., hice que mi súplica cayese; lo que quiere decir una súplica con humilde postración (Nota, cap. 36:7). a casa de Jonathán—(Cap. 31:15), diferente del calabozo de Malquías (v. 6). Esta declaración era verdadera, aunque no era toda la verdad; los príncipes no tenían derecho a la información; la Escritura no nos da aquí ninguna información de que la súplica que Jeremías hizo al rey, fuese la causa de verse con él. La causa fué el miedo. Véase Génesis 20:2, Génesis 20:12; en cuanto a lo otro, véase 1 Samuel 16:2, 1 Samuel 16:5. Se dejaron de él—Hebreo, “guardaron silencio tocante a él”, es decir, se retiraron de él, dejándole tranquilo ( 1 Samuel 7:8, margen, V. I.).

28. y allí estaba cuando Jerusalem fué tomada—Estas palabras forman el principio del cap. 39, para muchos; pero los acentos y el sentido apoyan a la Versión Reina-Valera.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Jeremiah 38". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/jeremiah-38.html. 1871-8.
 
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