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Bible Commentaries
2 Crónicas 28

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-27

REINANDO MALAMENTE ACAZ, ES AFLIGIDO POR LOS SIRIOS.

1-4. De veinte años era Achaz—(Véase 2 Reyes 16:1). Este príncipe rechazando los principios y ejemplos de su excelente padre, mostró una fuerte tendencta hacia la idolatría. Reinó con una autoridad arbitraria y absoluta, y no como soberano teocrático; no sólo abandonó el templo de Dios, sino abrazó el culto simbólico del reino de Israel, y más tarde la idolatría practicada por los cananeos.

5, 6. Jehová lo entregó en manos del rey de los Siros … Fué también entregado en manos del rey de Israel—Estos versículos, sin referirse a la formación de una alianza entre los reyes sirio e israelita para invadir al reino de Judá, o sin relatar el principio de la guerra en los últimos años del reinado de Joatam ( 2 Reyes 15:37), sólo dan el resultado de algunas batallas que fueron libradas en la primera parte de la campaña. lo entregó … lo batió … fué también entregado—es decir, su ejército, porque Acaz personalmente no fué incluído en el número de los muertos o de los cautívos. La matanza de 120.000 en un día fué una calamidad terrible, la cual, se dice expresamente (v. 6), fué infligida como un juicio sobre Judá, “por cuanto habían dejado a Jehová Dios de sus padres.” Entre los muertos, hubo algunas personas de distinción, como “Maasías hijo del rey”. Como los hijos de Acaz deben haber sido muy jóvenes para tomar parte en una batalla, esta persona debe haber sido un hijo menor del finado rey Joatam. “Azricam su mayordomo”, es decir, del palacio; y “Elcana, segundo después del rey”, su primer ministro ( Génesis 41:40; Ester 10:3). Todos éstos fueron derribados sobre el campo de batalla por Zicri, un guerrero israelita, o como piensan algunos, muertos por orden después de la batalla. Un vasto número de cautivos también cayeron en poder de los vencedores; hecha una división de los prisioneros por igual entre los aliados, fueron enviados bajo escolta militar a las capitales de Siria e Israel.

8. Tomaron también cautivos los hijos de Israel de sus hermanos doscientos mil—Estos cautivos incluían un gran número de mujeres, muchachos y muchachas, una circunstancia que crea la presunción de que los hebreos, como otros orientales, eran acompañados en la guerra por multitudes de personas que no eran combatientes ( Jueces 4:8). El informe de que estos “hermanos” eran traídos a Samaria como cautivos, produjo una indignación general entre los habitantes de buenos sentimientos: y Obed, un profeta, acompañado por los príncipes (v. 12, comparado con v. 14), salió mientras se acercaba la escolta, para evitar el vergonzoso ultraje de que tales prisioneros fuesen introducidos en la ciudad. Naturalmente, los oficiales de los escuadrones no tenían la culpa; ellos sólo cumplían su deber militar de conducir a su destino aquellos prisioneros de guerra. Pero Obed mostró claramente que el ejército israelita había ganado la victoria, no por una superioridad de sus armas, sino en consecuencia del juicio divino conra Judá; poderosamente expuso la enormidad de su ofensa en tener a “sus hermanos” como esclavos; protestó ardientemente contra el añadir esta gran ofensa de crueldad inhumana y pecaminosa ( Levítico 25:43; Miqueas 2:8) a la ya suma abrumadora de sus propios pecados nacionales; y tal fué el efecto de su dura reconvención, y de la contraria ola de sentimiento popular, que “el ejército dejó los cautivos y la presa delante de los príncipes y de toda la multitud.”

15. levantáronse los varones nombrados—Estos eran “los principales de los hijos de Efraim” (mencionados en v. 12), o algunos otros ciudadanos importantes elegidos para la benéfica obra. Bajo su bondadosa superintendencia, los prisioneros no sólo fueron libertados, sino también, de los despojos fueron provistos de ropa y comida, y llevados hasta Jericó en el camino de regreso a sus hogares. Este es un incidente hermoso y lleno de interés, puesto que demuestra que aun en este período de decadencia nacional, había buen número de personas que firmemente se adherían a la ley de Dios.

16. En aquel tiempo envió a pedir el rey Achaz a los reyes de Asiria—“Reyes”, en plural en lugar del singular que se halla en muchas versiones antiguas. “En aquel entonces” se refiere al período del gran apuro de Acaz, cuando, después de una sucesión de derrotas, se retiró dentro de los muros de Jerusalem, a donde, en la misma campaña o una posterior, marcharon los aliados sirios e israelitas a ponerle sitio (véase 2 Reyes 16:7). Aunque librado de este peligro, otros enemigos infestaban sus dominios tanto desde el sur como desde el oeste.

17. los Idumeos habían venido y herido a los de Judá—Esta invasión debe haber sido después que Rezín (al principio de la reciente guerra siro-israelita), había librado a aquel pueblo del yugo de Judá (cap. 15:11; cf. 2 Reyes 16:6).

18. Gederoth—Sobre la frontera filistea ( Josué 15:41). Socho—( Josué 15:35). Ahora Showeikeh, aldea en el valle de Judá (véase 1 Samuel 17:1). Gimzo—Ahora, Jimza, un poco al este de Ludd (Lidda). [Robinson.] Todos estos desastres, por los cuales “Jehová había humillado a Judá”, eran por causa de Acaz rey de Israel (Judá), véase cap. 21:2; 24:16; 28:27, quien “había desnudado a Judá, y rebeládose gravemente contra Jehová”.

20. Tiglath-pilneser … lo redujo a estrechez, y no lo fortificó—es decir, a pesar del alivio temporal que Tiglath-pilneser le prestó por la conquista de Damasco y la muerte de Resín ( 2 Reyes 16:9), resultó de ello poca ventaja, porque Tiglath-pilneser pasó el invierno en una jarana voluptuosa en Damasco; y el relacionarse con el rey asirio con el tiempo fué causa de nuevas y más grandes calamidades y humillaciones para el reino de Judá (vv. 2, 3).

22-27. SU IDOLATRIA EN SU APURO.

22. en el tiempo que aquél le apuraba, añadió prevaricación contra Jehová—Este rey infatuado se rindió a la influencia de la idolatría, y usó su autoridad real para extenderla, con la intensidad de una pasión, con la ignorancia y temor servil de un pagano (v. 23), y en desafío a Dios (véase 2 Reyes 16:10).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Chronicles 28". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/2-chronicles-28.html. 1871-8.
 
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