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Bible Commentaries
2 Crónicas 13

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-22

ABIAS HACE GUERRA A JEROBOAM, Y LE VENCE.

2. El nombre de su madre fué Michaía hija de Uriel de Gabaa—Igual a Maaca (véase 1 Reyes 15:2). Ella fué “la hija”, es decir, nieta de Absalom ( 1 Reyes 15:2; cf. 2 Samuel 14), madre de Abías, abuela ( 1 Reyes 15:10, margen) de Asa. “De Gabaa”, probablemente indica que Uriel era relacionado con la casa de Saúl. hubo guerra entre Abías y Jeroboam—La ocasión de esta guerra no se menciona (véase 1 Reyes 15:6), pero se puede inferir por el tenor del discurso de Abías, que se suscitó por ambición juvenil de recuperar el completo dominio hereditario de sus antepasados. Ningún profeta esta vez prohibió una guerra con Israel (cap. 11:23), porque Jeroboam había perdido todo título a la protección.

3. ordenó Abías batalla—es decir, salió a campaña tomando la iniciativa. con un ejército de cuatrocientos mil hombres … Jeroboam … con ochocientos mil … Estos son, sin duda, números grandes, considerando la pequeñez de los dos reinos. Habrá que tenerse en cuenta, sin embargo, que los ejércitos orientales son meros gentíos; grandes números acompañan al campamento sólo con esperanza del botín; de modo que los números mencionados en expediciones asiáticas, exceden el número exacto de hombres armados para la pelea. Pero al explicar el número grande de soldados alistados en los ejércitos de Abías y Jeroboam, no hay necesidad de recurrir a esta explicación; porque sabemos por el censo de David, la inmensa cantidad de la población que era capaz de llevar armas ( 1 Crónicas 21:5; cf. cap. 14:8; 17:14).

4-12. levantóse Abías sobre el monte de Semaraim—Entró al territorio del enemigo, y se acampó sobre una altura cerca de Bethel ( Josué 18:22). El ejército de Jeroboam estaba al pie del collado, y como se esperaba una batalla campal, Abías, según la singular costumbre de los tiempos antiguos, harengó al enemigo. Los oradores en tales circunstancias, siempre ensalzaban sus propios méritos y vertían torrentes de invectiva sobre el enemigo. Así hizo Abías. Hizo énfasis sobre el divino derecho de la casa de David al trono; haciendo caso omiso de las ofensas de Salomón condenadas por Dios, y del nombramiento divino de Jeroboam, como también de la sanción divina de la separación del reino; reprochó a Jeroboam como usurpador y a sus súbditos como rebeldes que aprovecharon la juventud y falta de experiencia de Roboam. Entonces, contrastando el estado religioso de los dos reinos, pintó un cuadro negro de las innovaciones impías y de la idolatría introducida por Jeroboam, con la expulsión y empobrecimiento de los levitas (cap. 11:14); dilatóse con razonable orgullo sobre la observancia pura y regular de las antiguas instituciones de Moisés en sus propios dominios, y concluyó con esta apelación enfática: “Oh hijos de Israel, no peleéis contra Jehová el Dios de vuestros padres, porque no os sucederá bien.”

13-17. Pero Jeroboam hizo girar una emboscada para venir a ellos por la espalda—La oración de Abías, por muy animadora que haya sido para sus propias tropas, no fué atendida por los enemigos a quienes fué dirigida; porque mientras él estaba perdiendo el tiempo con palabras inútiles, Jeroboam había mandado un destacamento de sus hombres a que se dirigiesen silenciosamente por la base del collado, de modo que, cuando Abías dejó de hablar, él y sus seguidores fueron sorprendidos por la retaguardia, mientras el cuerpo principal de las fuerzas israelitas quedaban delante. Una desastrosa confusión habría podido suceder, si los dirigentes no hubieran “clamado a Jehová” y los sacerdotes no hubieran “tocado las trompetas”, la señal de la victoria ( Números 10:9; Números 31:6); y, alentados por esta bien conocida señal, los hombres de Judá respondieron con la grita de guerra, la cual, hecha resonar por todo el ejército, fué seguida por una arremetida impetuosa contra el enemigo. El encuentro fué irresistible. Las filas de los israelitas fueron quebradas, porque “Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel”. Ellos huyeron y la matanza sin misericordia que siguió, puede explicarse solamente atribuyéndola a las pasiones rencorosas encendidas por la guerra civil.

19. siguió Abías a Jeroboam—Esta acción sanguinaria ensanchó la disensión entre los dos reinos. Abías abandonó su propósito original de sojuzgar a las diez tribus, contentándose con recuperar algunas ciudades fronterizas, las cuales, situadas dentro de Judá y Benjamín, habían sido enajenadas al reino nuevo del norte. Entre ellas estaba Bethel, que, con sus asociaciones sagradas, él estaría deseoso de rescatar de la profanación.

20. nunca más tuvo Jeroboam poderío en los días de Abías—La acción desastrosa de Semaraim, que causó la pérdida de la mayor parte de su ejército, quebrantó su espíritu y arruinó su poder. hirióle Jehová y murió—es decir, Jeroboam. Vivió, en efecto, dos años después de la muerte de Abías ( 1 Reyes 14:20; 1 Reyes 15:9). Pero él había sido amenazado por grandes calamidades sobre sí mismo y sobre su casa, y aparentemente se hace referencia por anticipado aquí a la ejecución de estas amenazas que causaron su muerte.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Chronicles 13". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://www.studylight.org/commentaries/spa/jfb/2-chronicles-13.html. 1871-8.
 
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