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Friday, July 18th, 2025
the Week of Proper 10 / Ordinary 15
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Bible Commentaries
Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar Comentario CrÃtico Sin Abreviar
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesÃa de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Chronicles 35". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/commentaries/spa/jfu/2-chronicles-35.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Chronicles 35". "Comentario CrÃtico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://studylight.org/
Whole Bible (21)
VersÃculos 1-27
CAPITULO 35Vers. 1-19. JOSIAS CELEBRA UNA SOLEMNE PASCUA.
1. Y JosÃas hizo pascua a Jehová-(véase 2Ki 23:21-23). Los primeros nueve versÃculos dan cuenta de los preparativos hechos para la celebración de la solemne fiesta. El dÃa señalado por la ley fué guardado en esta ocasisón (cf. cap. 30:2, 13). Los sacerdotes estaban dispuestos en sus órdenes, y fueron exhortados a estar listos para cumplir sus obligaciones en la manera que la pureza legal exigÃa (cf. cap. 29:5). Los levitas, ministros o instructores del pueblo entodos los asuntos pertenecientes al culto divino, fueron ordenados (v. 3): âPoned el arca del santuario en la casa que edificó Salomónâ. Su deber era el de transportar el arca de lugar a lugar según las circunstancias. Algunos creen que el arca habÃa sido sacada ignominiosamente del santuario por orden de algún rey idólatra, probablemente por Manasés, quien colocó una imagen tallada en la casa de Dios (cap. 33:7), o Amón; mientras que otros son de opinión de que habÃa sido temporalmente trasladada por JosÃas mismo a alguna cámara contigua durante la reparación del templo. Al reponerla, evidentemente los levitas la habÃan llevado sobre sus hombros, creyendo que ese era todavÃa su deber que la ley les imponÃa. Pero JosÃas les recordó el cambio de circunstancias; como el servicio de Dios ahora se tenÃa en templo fijo y permanente, ellos ya no tenÃan que ser portadores del arca; y estando libres de este servicio, deberÃan entregarse con más ardor al cumplimiento de otras funciones.
4. ApercibÃos según las familias de vuestros padres, por vuestras órdenes-es decir, cada curso o división habÃa de componerse de aquellos que pertenecÃan a la misma casa paternal. conforme a la prescripción de David ⦠y de Salomón-Sus instrucciones están protocolizadas (cap. 8:14; 1 Crónicas caps. 23, 24, 25, 26).
5. Estad en el santuario-en el atrio del pueblo, el lugar donde eran carneadas las victimas. El pueblo era admitido según sus familias en grupos o compañÃas en varias casas a un tiempo. Cuando la primera compañÃa entraba al atrio (que consistÃa comúnmente en tantos como bien podÃan caber), se cerraban las puertas, y se hacÃa la ofrenda. Los levitas estaban en filas, desde el lugar de la matanza al altar, y se pasaban la sangre y el cebo de uno a otro de los sacerdotes oficiantes (cap. 30:16-18).
6. Sacrificad luego la pascua, etc.-El motivo de las direcciones detalladas aquà era el de facilitar la distribución de corderos pascuales. Estos habÃan de ser comidos por las respectivas familias según su número (Exo 12:3). Pero a multitudes de personas, especialmente las de Israel, reducidas a pobreza por las devastaciones asirias, se les proveerÃa de los medios de conmemorar la pascua; y, por esto, el rey encareció a los levitas que cuando les fuesen traÃdos los corderos pascuales para ser muertos (7-9), ellos cuidarÃan de tener todo en orden, de modo que los corderos, después de la debida presentación, pudiesen ser fácilmente entregados a las distintas familias para ser asados y comidos por ellos aparte.
7. ofreció el rey JosÃas a los del pueblo ovejas, corderos, y cabritos-Estos en toda probabilidad eran destinados a los pobres; un cordero o cabrito podian usar según conviniera cada familia (Exo 12:5). y bueyes-que eran ofrecidos después de los corderos en cada uno de los dÃas sucesivos de la fiesta.
8. sus prÃncipes-Ellos dieron a los sacerdotes y levitas, como los prÃncipes de EzequÃas (cap. 30:24). Eran ellos prÃncipes eclesiásticos; es decir, HilcÃas el sumo sacerdote (cap. 34:9), ZacarÃas probablemente el segundo sacerdote de la lÃnea de Eleazar (2Ki 16:18), y Jehiel de la lÃnea de Itamar. Y como los de la tribu levÃtica no estaban todavÃa suficientemente provistos (v. 9), algunos de sus eminentes hermanos, quienes habÃan sido distinguidos en el tiempo de EzequÃas (cap. 31:12-15), dieron una grande contribución adicional para el uso de los levitas exclusivamente.
10. Aprestado asà el servicio, etc.-Hechos, pues, todos los preparativos necesarios, y llegado el tiempo señalado para la pascua, se celebró la solemnidad. Un detalle notable en el relato es la parte prominente que fué tomada por los levitas en la preparación de los sacrificios: es decir, la matanza y el desuello, que eran por derecho los deberes propios de los sacerdotes; pero como estos funcionarios no podÃan cumplir la cantidad extraordinaria de trabajo, y los levitas habÃan sido debidamente santificados para el servicio, fueron empleados en este deber sacerdotal. En la pascua del tiempo de EzequÃas, los levitas oficiaron en los mismos deberes, siendo el motivo expresado el estado sin preparación de muchos del pueblo (cap. 30:17). Pero en esta ocasión el pueblo entero habÃa sido debidamente santificado, de modo que el uso excepcional de los servicios de los levitas debe haber sido necesario inevitablemente debido a las multitudes que estaban celebrando la pascua.
12. Tomaron luego del holocausto-Algunos de los animales pequeños destinados para los holocaustos eran puestos aparte, para que no se entremezclasen con los corderos pascuales, los que eran cuidadosamente seleccionados según ciertas reglas, y destinados a ser comidos sacramentalmente; y la manera en que eran presentadas estas ofrendas, siendo quemadas, parece haber sido como sigue: âTodas las subdivisiones de las diferentes casas de los padres vinieron al altar en procesion solemne, una tras otra, para traer a los sacerdotes las porciones que habÃan sido cortadas, y los sacerdotes colocaban estas piezas sobre el fuego del altar de los holocaustos.â
13. asaron la pascua al fuego según la costumbre-(véase Exo 12:7-9). Este modo de preparación era prescrito por la ley exclusivamente para el cordero pascual; las demás ofrendas eran cocinadas en ollas, etc. (1Sa 2:14). repartiéronlo prestamente a todo el pueblo-La prisa se debÃa, o a la multiplicidad de trabajos de los sacerdotes, o porque el calor y sabor de las viandas de otra manera se habrÃa disminuÃdo. De modo que parece que la comida consistÃa no sólo en los corderos pascuales sino en la carne de las ofrendas de gratitud, porque parte de la carne correspondÃa al ofrendante, quien, siendo en este caso el rey y los prÃncipes, la parte correspondiente era puesta a disposición del pueblo, a quien se recomendó que la comiera el dÃa mismo de la ofrenda, aunque no era prohibido hacerlo el dÃa después (Lev 7:15-18).
14. después aderezaron para sà y para los sacerdotes-Los levitas prestaron esta ayuda a los sacerdotes solamente debido a que ellos estaban ocupados todo el dÃa y no tenÃan tiempo libre para proveer algún refrigerio para sÃ.
15. Asimismo los cantores ⦠estaban en su puesto-Mientras los sacerdotes y el pueblo estaban ocupados de esta manera, el coro no estaba desocupado. Ellos tenÃan que cantar ciertos Salmos (113 a 118), una vez o varias veces, durante la continuación de cada compañÃa de ofrendantes. Como ellos no podÃan dejar sus puestos, pues el canto era repetido según venÃa llegando cada compañÃa, los levitas prepararon para ellos también; porque las varias bandas se relevaban unas a otras en turnos, y mientras el coro general seguÃa haciendo su deber, una porción de estos cantores, en el tiempo que eran relevados, participaron de las viandas que les fueron traÃdas.
18. Nunca tal pascua fué hecha en Israel desde los dÃas de Samuel-Un detalle por el cual fué distinguida esta pascua, fué la liberalidad de JosÃas. Pero lo que la distinguió sobre todas las solemnidades anteriores fué, no la grandeza imponente de las ceremonias, ni la inmensidad de la asamblea de adoradores, porque éstos, con excepción de unos pocos del reino de Israel, se limitaban a dos tribus; sino la devoción ardiente del rey y del pueblo, la desatención a costumbres puramente tradicionales, y la adherencia inusitadamente estricta, aun en los detalles más pequeños, a las formas de observancia prescriptas en la ley, el descubrimiento de una copia original de la cual habÃa producido tan grande sensación. En vez de âdesde los dÃas de Samuelâ, el autor de Reyes dice: âdesde los dÃas de los jueces que juzgaban a Israelâ. El sentido es el mismo en ambos pasajes, pues Samuel concluyó la era de los jueces. todo ⦠Israel-La gran mayorÃa de pueblo del reino del norte estaba en el destierro, pero algunos de los demás hebitantes hicieron el viaje a Jerusalem en esta ocasión. 37.600 corderos y cabritos pascuales fueron empleados, asà que, contando diez personas por cada compañÃa, darÃa 376.000 personas que asistÃan a la fiesta.
19. Esta pascua fué celebrada en el año dieciocho del rey JosÃas-âSe dice (2Ki 22:3) que JosÃas envió a Safán a HilcÃas en el octavo mes de aquel añoâ. Si este dicho descansa sobre base histórica, todos los acontecimientos relatados aquà (desde cap. 34:8 a cap. 35:19) tienen que haber acontecido como en el espacio de cinco meses y medio. Entonces tendriamos prueba de que el año octavo del reinado de JosÃas se contaba desde el otoño (cf. cap. 29:3). âEl mes octavoâ del año sagrado en el año décimo octavo de su reinado, serÃa el segundo mes de su año décimo octavo, y el primer mes del nuevo año serÃa el séptimo mes. (Bertheau.)
20-27. SU MUERTE.
20. Después de todas estas cosas, luego de haber JosÃas preparado la casa-Más probablemente él calculaba que la restauración del culto divino, con el avivamiento de una religión vital, conducirÃa, según la promesa de Dios y la experiencia uniforme del pueblo hebreo, a un perÃodo de paz firme y prosperidad creciente. Sus esperanzas fueron defraudadas. Fué breve el intervalo hermoso de tranquilidad que siguió a su restablecimiento de la verdadera religión. Pero hay que notarse que esta interrupción no procedió de alguna infidelidad en la promesa divina, sino del estado al cual el reino de Judá habÃa llegado por la apostasÃa, la cual estaba trayendo sobre él los juicios de Dios desde hacÃa tiempo amenazados pero por largo tiempo postergados. Nechao rey de Egipto subió a hacer guerra en Carchemis junto a Eufrates-Necao, hijo de Sammética, subió al trono de Egipto en el año vigésimo de JosÃas. Era rey audaz y emprendedor; entró de todo corazón en la lucha que los dos grandes poderes de Egipto y Asiria, desde hacÃa mucho tiempo, mantenÃan por la ascendencia polÃtica. Cada uno, celoso de los movimientos agresivos de su rival, estaba deseoso de tener a Palestina como barrera fronteriza. Después de la derrota de Israel, el reino de Judá vino a ser por este motivo doblemente importante, y aunque el rey y el pueblo tenÃan una fuerte inclinación hacia una alianza con Egipto, sin embargo desde el tiempo de Manasés, Judá habÃa llegado a ser un vasallo de AsÃria, y JosÃas, fiel a sus obligaciones polÃticas no menos que a sus religiosas, se sentÃa obligado a apoyar los intereses de su soberano asirio. Entonces, cuando âNecao rey de Egipto subió a hacer guerra en Carquemis, salió JosÃas contra élâ. Carquemis, sobre la ribera este del Eufrates era la llave de Asiria al oeste, y al ir allá el rey de Egipto debe haber transportado sus tropas por más a lo largo de la costa de Palestina, hacia el norte. JosÃas, como vasallo fiel, resolvió oponerse a la marcha de Necao a través de la parte septentrional del paÃs. Se encontraron en el valle de Megiddo, el valle o llanuras de Esraelón. El rey egipcio habÃa venido por agua. o por las llanuras de Filistia, teniéndose constantemente a lo largo de la costa, doblando por el ángulo del Monte Carmelo, y asà hasta las grandes llanuras de Megiddo. Este no era solamente su camino más directo al Eufrates, sino la única ruta apta para sus carros, mientras que por este camino también dejaba a Judá y Jerusalem muy a su derecha. En este valle, sin embargo, el ejército egipcio necesariamente tenÃa que dirigirse a través del paÃs, y fué en esta ocasión cuando JosÃas podrÃa más prácticamente cortarle el paso. Para evitar la dificultad de cruzar el rio Cisón, Necao quedó al sur de él, y por lo tanto tuvo que pasar por Megiddo. JosÃas, al seguir con sus carros y caballerÃa desde Jerusalem, tuvo que marchar hacia el norte por el camino principal, por Samaria por la via Kefr-Kud (la antigua Caper-Cotia) hasta Megiddo. (Van de Velde).
21. Y él le envió embajadores, diciendo: ¿Qué tenemos yo y tú, rey de Judá?-No deseando gastar tiempo y fuerzas inútilmente, Necao informó al rey de Judá que no tenÃa intención de molestar a los judÃos; que su expedición se dirigÃa únicamente contra su antiguo enemigo asirio; y que la habÃa emprendido por una comisión expresa de Dios. Los comentadores no están de acuerdo acerca de si realmente le habÃa sido dada una divina comisión por intermedio de JeremÃas, o si sólo se usaba el nombre de Dios como una autoridad, para que JosÃas no se negara a obedecerle. Como no pudo él conocer la verdad de la declaración de Necao, no pecó JosÃas en hacerle frente, o, si pecó, fué pecado de ignorancia. Se trabó la batalla. Josias fué mortalmente herido.
24. Lo quitaron de aquel carro, y pusiéronle en otro segundo carro-el carro que él tenÃa para usos ordinarios, y que le serÃa más cómodo a la real vÃctima, que el carro de guerra. La muerte de este buen rey fué causa de general y prolongado pesar.
25. Y endechó JeremÃas por JosÃas-La elegÃa de JeremÃas no ha llegado hasta nosotros; pero parece que fué conservada por mucho tiempo entre sus conciudadanos, y cantada en ciertas ocasiones públicas por cantores profesionales, los cuales sacaban sus endechas de una colección de odas fúnebres compuestas en ocasión de la muerte be los grandes hombres de la nación. El lugar en el valle de Megiddo, donde se peleó la batalla estaba cerca del pueblo de Hadadrimmón; y por este motivo la lamentación por la muerte de JosÃas se llamaba âla lamentación de Hadad-rimmón en el valle de Megiddo,â la cual era grande y tan usada, que la lamentación de Hadad-rimmón, más tarde llegó a ser una frase proverbial para expresar cualquier grande y extraordinaria tristeza (Zec 12:11).