the Week of Christ the King / Proper 29 / Ordinary 34
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La Biblia de las Americas
Éxodo 10
Octava plaga: las langostas
1 Entonces el Señor dijo a Moisés: Preséntate[a] a Faraón, porque yo he endurecido[b] su corazón y el corazón de sus siervos(a), para mostrar[c] estas señales mías en medio de ellos[d], 2 y para que cuentes a[e] tu hijo y a tu nieto, cómo me he burlado de los egipcios(b), y cómo he mostrado[f] mis señales entre ellos, y para que sepáis que yo soy el Señor(c). 3 Moisés y Aarón fueron a Faraón, y le dijeron: Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: "¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de mí(d)? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva(e). 4 "Porque si te niegas a dejar ir a mi pueblo, he aquí, mañana traeré langostas a tu territorio. 5 "Y cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá verla[g]. También comerán el resto de lo que ha escapado(f), lo que os ha quedado del granizo, y comerán todo árbol que os crece en el campo. 6 "Y llenarán tus casas, las casas de todos tus siervos y las casas de todos los egipcios(g), algo que ni tus padres ni tus abuelos han visto desde el día que vinieron al mundo[h] hasta hoy." Y Moisés se volvió y salió de la presencia de[i] Faraón. 7 Y los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo este hombre nos será causa de ruina[j](h)? Deja ir a los hombres para que sirvan al Señor su Dios(i). ¿No te das cuenta de[k] que Egipto está destruido? 8 Entonces hicieron volver a Moisés y Aarón ante Faraón(j), y él les dijo: Id, servid al Señor vuestro Dios(k). ¿Quiénes[l] son los que han de ir? 9 Y Moisés respondió: Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos; con nuestros hijos y nuestras hijas; con nuestras ovejas y nuestras vacadas iremos(l), porque hemos de celebrar[m] una fiesta solemne al Señor(m). 10 Y él les dijo: ¡Así sea el Señor con vosotros si os dejo ir[n] a vosotros y a vuestros pequeños! Tened cuidado[o] porque tenéis malas intenciones[p]. 11 No será así; id ahora sólo los hombres, y servid al Señor, porque eso es lo que habéis pedido. Y los echaron de la presencia de Faraón(n).
12 Entonces el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano(o) sobre la tierra de Egipto, para traer la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda planta de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado(p). 13 Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y el Señor hizo soplar un viento del oriente sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana, el viento del oriente trajo las langostas(q). 14 Y subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto; y eran muy numerosas[q]. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después[r](r). 15 Porque cubrieron la faz de toda la tierra, y la tierra se oscureció; y se comieron toda planta[s] de la tierra y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado. Así que nada verde quedó en árbol o planta[t](s) del campo por toda la tierra de Egipto. 16 Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón(t), y dijo: He pecado contra el Señor vuestro Dios y contra vosotros(u). 17 Ahora pues, os ruego que perdonéis mi pecado sólo esta vez, y que roguéis al Señor vuestro Dios, para que quite de mí esta muerte(v). 18 Y Moisés salió de la presencia de Faraón y oró al Señor(w). 19 Y el Señor cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al mar Rojo[u]; ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto. 20 Pero el Señor endureció[v] el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los hijos de Israel(x).
Novena plaga: las tinieblas
21 Entonces el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano(y) hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas tales que puedan palparse(z). 22 Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días(aa). 23 No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas(ab). 24 Entonces llamó Faraón a Moisés y le dijo: Id, servid al Señor(ac); sólo que vuestras ovejas y vuestras vacadas queden aquí. Aun vuestros pequeños pueden ir con vosotros(ad). 25 Pero Moisés dijo: Tú también tienes que darnos[w] sacrificios y holocaustos para que los sacrifiquemos[x] al Señor nuestro Dios. 26 Por tanto, también nuestros ganados irán con nosotros; ni una pezuña quedará atrás; porque de ellos tomaremos para servir al Señor nuestro Dios(ae). Y nosotros mismos no sabemos con qué hemos de servir al Señor hasta que lleguemos allá. 27 Pero el Señor endureció[y] el corazón de Faraón, y éste no quiso dejarlos ir(af). 28 Entonces Faraón dijo a Moisés[z]: ¡Apártate de mí(ag)! Guárdate de no volver a ver mi rostro, porque el día en que veas mi rostro morirás. 29 Y Moisés respondió: Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro(ah).