the Week of Proper 28 / Ordinary 33
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La Biblia Reina-Valera Gomez
Eclesiastés 10
1 Las moscas muertas hacen que el perfume del perfumista dé mal olor; así una pequeña locura, al estimado como sabio y honorable.2 El corazón del sabio está a su mano derecha; mas el corazón del necio a su mano izquierda.3 Y aun mientras va el necio por el camino, le falta la cordura, y va diciendo a todos, que es necio.
4 Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque el ceder hará cesar grandes ofensas.5 Hay un mal que he visto debajo del sol, como el error emanado del príncipe;6 la necedad está colocada en grandes alturas, y los ricos están sentados en lugar bajo.7 Vi siervos a caballo, y príncipes caminando como siervos sobre la tierra.8 El que hiciere el hoyo caerá en él; y al que rompiere el vallado, le morderá la serpiente.9 El que remueve las piedras, se herirá con ellas; el que parte la leña, en ello peligrará.10 Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que añadir entonces más fuerza; pero la sabiduría es provechosa para dirigir.11 Muerde la serpiente cuando no está encantada, y el lenguaraz no es mejor.
12 Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.13 El principio de las palabras de su boca es necedad; y el fin de su charla, nocivo desvarío.14 El necio multiplica las palabras; el hombre no sabe lo que ha de ser; ¿y quién le hará saber lo que después de él será?15 El trabajo de los necios los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad.
16 ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de mañana!17 ¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas y no para embriagarse!18 Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de manos se llueve la casa.19 Por el placer se hace el convite, y el vino alegra a los vivos; y el dinero responde a todo.20 Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en los secretos de tu cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.