the Week of Christ the King / Proper 29 / Ordinary 34
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La Biblia de las Americas
San Mateo 18
El mayor en el reino de los cielos
1 (a)En aquel momento[a] se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos? 2 Y El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, 3 y dijo: En verdad os digo que si no os convertís[b] y os hacéis como niños(b), no entraréis en el reino de los cielos. 4 Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. 5 Y el que reciba a un niño como éste[c] en mi nombre, a mí me recibe. 6 Pero al que(c) haga tropezar[d] a uno de estos pequeñitos que creen en mí(d), mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.
¡Ay de los que son piedras de tropiezo!
7 ¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo(e); pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! 8 Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar[e], córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno(f). 9 Y si tu ojo te es ocasión de pecar[f], arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno[g] de fuego(g).
10 Mirad que no despreciéis a uno de estos pequeñitos, porque os digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre(h) que está en los cielos. 11 [h]Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido(i).
Parábola de la oveja perdida
12 ¿Qué os parece? (j)Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada? 13 Y si sucede que la halla, en verdad os digo que se regocija más por ésta que por las noventa y nueve que no se han descarriado. 14 Así, no es la voluntad de[i] vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos.
Sobre la exhortación y la oración
15 Y si tu hermano peca[j](k), ve y repréndelo a solas[k]; si te escucha, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos(l). 17 Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia(m); y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil(n) y el recaudador de impuestos[l]. 18 En verdad os digo: todo lo que atéis[m] en la tierra, será[n] atado en el cielo; y todo lo que desatéis[o] en la tierra, será[p] desatado en el cielo(o). 19 Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por[q] mi Padre(p) que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos(q).
Importancia del perdón
21 Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí(r) que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces(s)? 22 Jesús le dijo*: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete(t).
Parábola de los dos deudores
23 Por eso, el reino de los cielos(u) puede compararse[r] a cierto[s] rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos(v). 24 Y al comenzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos[t]. 25 Pero no teniendo él con qué pagar(w), su señor ordenó que lo vendieran(x), junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda. 26 Entonces el siervo cayó postrado ante él(y), diciendo: "Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré." 27 Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda(z). 28 Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios[u], y echándole mano, lo ahogaba, diciendo: "Paga lo que debes." 29 Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo y te pagaré." 30 Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía. 31 Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido. 32 Entonces, llamándolo su señor, le dijo*: "Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. 33 "¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti(aa)?" 34 Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros(ab), si no perdonáis de corazón[v] cada uno a su hermano.