the Fourth Week of Advent
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La Biblia de las Americas
San Mateo 13
Parábolas sobre el reino
1 Ese mismo día salió Jesús de la casa(a) y se sentó (b)a la orilla del mar. 2 Y se congregaron junto a El grandes multitudes, por lo que subió a una barca(c) y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.
Parábola del sembrador
3 Y les habló muchas cosas en parábolas(d), diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4 y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. 5 Otra parte[a] cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Otra parte[b] cayó entre[c] espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. 8 Y otra parte[d] cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta(e). 9 El que tiene oídos[e], que oiga(f).
Propósito de las parábolas
10 Y acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? 11 Y respondiendo El, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido(g). 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará(h). 13 Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden(i). 14 Y en[f] ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:
"(j)Al oir oireis, y no entendereis;
y viendo vereis, y no percibireis;
15 porque el corazon de este pueblo se ha vuelto insensible[g]
y con dificultad oyen con sus oidos;
y sus ojos han cerrado,
no sea que vean con los ojos,
y oigan con los oidos,
y entiendan con el corazon,
y se conviertan,
y yo los sane(k)."
16 (l)Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron(m); y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.
Explicación de la parábola del sembrador
18 (n)Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino(o) y no la entiende, el maligno viene(p) y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que sólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae(q). 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo[h](r) y el engaño de las riquezas(s) ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta(t).
Parábola del trigo y la cizaña
24 Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos(u) puede compararse a[i] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[j] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[k] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo[l], pues, tiene cizaña?" 28 El les dijo: "Un enemigo[m] ha hecho esto". Y los siervos le dijeron*: "¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?" 29 Pero él dijo*: "No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30 "Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero(v).'"
Parábola del grano de mostaza
31 Les refirió otra parábola, diciendo: (w)El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza(x), que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas(y).
Parábola de la levadura
33 Les dijo otra parábola: (z)El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[n] de harina hasta que todo quedó fermentado(aa).
34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola(ab), 35 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:
Abrire mi boca en parabolas;
hablare de cosas ocultas desde la fundacion del mundo(ac).
Explicación de la parábola del trigo y la cizaña
36 Entonces dejó a la multitud y entró en la casa(ad). Y se le acercaron sus discípulos, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo(ae). 37 Y respondiendo El, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre(af), 38 y el campo es el mundo; y la buena semilla son[o] los hijos del reino(ag), y la cizaña son los hijos(ah) del maligno(ai); 39 y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin[p] del mundo[q](aj), y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[r] del mundo[s](ak). 41 El Hijo del Hombre(al) enviará a sus ángeles(am), y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo[t] y a los que hacen iniquidad(an); 42 y los echarán en el horno de fuego(ao); allí será el llanto y el crujir de dientes(ap). 43 Entonces los justos resplandeceran como el sol(aq) en el reino de su Padre. El que tiene oídos[u], que oiga(ar).
Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor
44 El reino de los cielos(as) es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene(at) y compra aquel campo.
45 El reino de los cielos(au) también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.
Parábola de la red barredera
47 El reino de los cielos(av) también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase; 48 y cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[v], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[w] del mundo[x](aw); los ángeles saldrán, y sacarán[y] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego(ax); allí será el llanto y el crujir de dientes(ay).
Parábola del dueño de casa
51 ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron*: Sí. 52 Y El les dijo: Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[z] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Jesús enseña en Nazaret
53 Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí(az). 54 (ba)Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga(bb), de tal manera que se maravillaban(bc) y decían: ¿Dónde obtuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos[aa]? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos(bd) Jacobo[ab], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas(be) con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban a causa de El(bf). Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa(bg). 58 Y no hizo muchos milagros[ac] allí a causa de la incredulidad de ellos.