the Week of Proper 28 / Ordinary 33
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La Biblia de las Americas
San Lucas 18
Parábola de la viuda y el juez injusto
1 Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar(a) en todo tiempo, y no desfallecer(b), 2 diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno(c). 3 Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente, diciendo: "Hazme justicia de mi adversario." 4 Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para sí: "Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno(d), 5 sin embargo, porque esta viuda me molesta(e), le haré justicia; no sea que por venir continuamente me agote la paciencia[a](f)." 6 Y el Señor(g) dijo: Escuchad lo que dijo* el juez injusto. 7 ¿Y no hará Dios justicia(h) a sus escogidos(i), que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles[b](j)? 8 Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe[c](k) en la tierra?
Parábola del fariseo y el publicano
9 Refirió también esta parábola a unos que confiaban en sí mismos(l) como justos, y despreciaban a los demás(m): 10 Dos hombres subieron al templo a orar(n); uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos[d]. 11 El fariseo puesto en pie, oraba(o) para sí de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. 12 "Yo ayuno(p) dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano(q)." 13 Pero el recaudador de impuestos, de pie(r) y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo(s), sino que se golpeaba el pecho(t), diciendo: "Dios, ten piedad de[e] mí, pecador." 14 Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado(u).
Jesús y los niños
15 (v)Y le traían aun a los niños muy pequeños para que los tocara, pero al ver esto los discípulos, los reprendían. 16 Mas Jesús, llamándolos a su lado, dijo: Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos[f] es el reino de Dios. 17 En verdad os digo: el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él(w).
El joven rico
18 (x)Y cierto hombre prominente[g] le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 19 Jesús le respondió: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios. 20 Tú sabes los mandamientos: "No cometas adulterio, No mates, No hurtes, No des falso testimonio, Honra a tu padre y a tu madre(y)." 21 Y él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. 22 Cuando Jesús oyó esto, le dijo: Te falta todavía una cosa; vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos(z); y ven, sígueme(aa). 23 Pero al oír esto, se puso muy triste, pues era sumamente rico. 24 Mirándolo Jesús, dijo: ¡Qué difícil es que entren en el reino de Dios los que tienen riquezas(ab)! 25 Porque es más fácil que un camello pase[h] por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios(ac). 26 Los que oyeron esto, dijeron: ¿Y quién podrá salvarse? 27 Y El respondió: Lo imposible para los hombres, es posible para Dios(ad). 28 Y Pedro dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo[i] y te hemos seguido(ae). 29 Entonces El les dijo: En verdad os digo: no hay nadie que haya dejado casa, o mujer, o hermanos, o padres o hijos por la causa del reino de Dios(af), 30 que no reciba muchas veces más en este tiempo, y en el siglo venidero(ag), la vida eterna.
Jesús anuncia su muerte por tercera vez
31 (ah)Tomando aparte a los doce, Jesús les dijo: Mirad, subimos a Jerusalén(ai), y se cumplirán todas las cosas que están escritas por medio de los profetas acerca del Hijo del Hombre(aj). 32 Pues será entregado a los gentiles, y será objeto de burla, afrentado y escupido(ak); 33 y después de azotarle, le matarán, y al tercer día resucitará. 34 Pero ellos no comprendieron nada de esto; este dicho les estaba encubierto(al), y no entendían lo que se les decía.
Curación de un ciego
35 (am)Y aconteció que al acercarse a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando(an). 36 Al oír que pasaba una multitud, preguntaba qué era aquello. 37 Y le informaron que pasaba Jesús de Nazaret. 38 Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí(ao)! 39 Y los que iban delante lo reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí(ap)! 40 Jesús se detuvo y[j] ordenó que se lo trajeran; y cuando estuvo cerca, le preguntó: 41 ¿Qué deseas que haga por ti? Y él dijo: Señor, que recobre la vista. 42 Jesús entonces le dijo: Recibe[k] la vista, tu fe te ha sanado[l](aq). 43 Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios(ar); cuando toda la gente vio aquello, dieron gloria a Dios(as).