the Fourth Week of Advent
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La Biblia de las Americas
Josué 14
1 Estos son los territorios que los hijos de Israel recibieron como heredad en la tierra de Canaán, los cuales les repartieron como heredad(a) el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun, y las cabezas de las casas[a] de las tribus de los hijos de Israel, 2 por suerte recibieron su heredad tal como el Señor había ordenado por medio de[b] Moisés, a las nueve tribus y a la media tribu(b). 3 Pues Moisés había dado la heredad de las dos tribus y de la media tribu al otro lado del Jordán(c); pero no dio heredad entre ellos a los levitas(d). 4 Porque los hijos de José eran dos tribus, Manasés y Efraín(e); y ellos no dieron a los levitas ninguna porción en su tierra, sino ciudades donde habitar, con sus tierras de pasto para sus ganados y para sus posesiones. 5 Tal como el Señor había ordenado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel, y repartieron la tierra(f).
La heredad de Caleb
6 Entonces los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal, y Caleb, hijo de Jefone cenezeo(g), le dijo: Tú sabes lo que[c] el Señor dijo a Moisés, hombre de Dios, acerca de ti y de mí[d] en Cades-barnea. 7 Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, siervo del Señor, me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra, y le informé[e] como yo lo sentía en mi corazón(h). 8 Sin embargo, mis hermanos que subieron conmigo, hicieron atemorizar[f] el corazón del pueblo; pero yo seguí plenamente al Señor mi Dios(i). 9 Y aquel día Moisés juró, diciendo: "Ciertamente, la tierra que ha pisado tu pie será herencia tuya y de tus hijos para siempre, porque has seguido plenamente al Señor mi Dios(j)." 10 Y ahora, he aquí, el Señor me ha permitido vivir, tal como prometió[g], estos cuarenta y cinco años, desde el día en que el Señor habló estas palabras a Moisés, cuando Israel caminaba en el desierto; y he aquí, ahora tengo ochenta y cinco años. 11 Todavía estoy tan fuerte(k) como el día en que Moisés me envió; como era entonces mi fuerza, así es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar(l). 12 Ahora pues, dame esta región montañosa de la cual el Señor habló aquel día, porque tú oíste aquel día que allí había anaceos(m) con grandes ciudades fortificadas; tal vez el Señor esté conmigo y los expulsaré[h] como el Señor ha dicho.
13 Y Josué lo bendijo(n), y dio Hebrón por heredad a Caleb, hijo de Jefone(o). 14 Por tanto, Hebrón vino a ser hasta hoy heredad de Caleb, hijo de Jefone cenezeo, porque siguió plenamente al Señor, Dios de Israel. 15 Y el nombre de Hebrón antes era Quiriat-arba[i]; pues Arba era el hombre más grande entre los anaceos. Entonces la tierra descansó de la guerra(p).