the Week of Proper 28 / Ordinary 33
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La Biblia de las Americas
Hechos 8
1 Y Saulo estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte(a).
Saulo persigue a la iglesia
En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia(b) en Jerusalén, y todos fueron esparcidos(c) por las regiones de Judea y Samaria(d), excepto los apóstoles. 2 Y algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban, y lloraron a gran voz[a] por él. 3 Pero Saulo hacía estragos en la iglesia(e) entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en[b] la cárcel(f).
Predicación de Felipe en Samaria
4 Así que los que habían sido esparcidos(g) iban predicando[c] la palabra(h). 5 Felipe(i), descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo[d]. 6 Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales[e] que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, éstos salían de ellos(j) gritando a gran voz; y muchos que habían sido paralíticos y cojos eran sanados(k). 8 Y había gran regocijo(l) en aquella ciudad.
Simón el mago
9 Y cierto hombre llamado Simón, hacía tiempo que estaba ejerciendo la magia(m) en la ciudad y asombrando a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran personaje(n); 10 y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención, diciendo: Este es el que se llama el Gran Poder de Dios(o). 11 Le prestaban atención porque por mucho tiempo los había asombrado con sus artes mágicas(p). 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios(q) y el nombre de Cristo Jesús, se bautizaban(r), tanto hombres como mujeres. 13 Y aun Simón mismo creyó; y después de bautizarse, continuó con Felipe, y estaba atónito al ver las señales(s) y los grandes milagros(t) que se hacían.
Pedro y Juan en Samaria
14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén(u) oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan(v), 15 quienes descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo(w), 16 pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos(x); sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús(y). 17 Entonces les imponían(z) las manos, y recibían el Espíritu Santo(aa). 18 Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, 19 diciendo: Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca[f] contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero(ab). 21 No tienes parte ni suerte(ac) en este asunto[g], porque tu corazón no es recto delante de Dios(ad). 22 Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón(ae). 23 Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena[h] de iniquidad(af). 24 Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que habéis dicho.
25 Y ellos, después de haber testificado solemnemente(ag) y hablado la palabra del Señor(ah), iniciaron el regreso a Jerusalén anunciando el evangelio(ai) en muchas aldeas de los samaritanos(aj).
Felipe y el etíope eunuco
26 Un ángel del Señor(ak) habló a Felipe(al), diciendo: Levántate y ve hacia el sur, al camino que desciende de Jerusalén a Gaza(am). (Este es un camino desierto[i].) 27 El se levantó y fue; y he aquí, había un[j] eunuco etíope(an), alto oficial de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba encargado de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar(ao). 28 Regresaba sentado en su carruaje, y leía al profeta Isaías. 29 Y el Espíritu dijo(ap) a Felipe: Ve y júntate a ese carruaje. 30 Cuando Felipe se acercó corriendo, le oyó leer al profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes lo que lees? 31 Y él respondió: ¿Cómo podré, a menos que alguien me guíe? E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él. 32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste:
(aq)Como oveja fue llevado al matadero;
y como cordero, mudo delante del que lo trasquila,
no abre el su boca.
33 En su humillacion no se le hizo justicia[k];
¿quien contara[l] su generacion[m]?
Porque su vida es quitada de la tierra.
34 El eunuco respondió a Felipe y dijo: Te ruego que me digas, ¿de quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro? 35 Entonces Felipe abrió su boca(ar), y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio(as) de Jesús(at). 36 Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo*: Mira, agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado(au)? 37 [n]Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, puedes. Respondió él y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carruaje; ambos descendieron al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. 39 Al salir ellos del agua, el Espíritu del Señor arrebató(av) a Felipe; y no lo vio más el eunuco, que continuó su camino gozoso. 40 Mas Felipe se encontró[o] en Azoto[p](aw), y por donde pasaba, anunciaba el evangelio en todas las ciudades(ax), hasta que llegó a Cesarea(ay).