the Week of Proper 28 / Ordinary 33
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La Biblia de las Americas
Hechos 4
Arresto de Pedro y Juan
1 Mientras ellos hablaban al pueblo, se les echaron encima(a) los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo(b), y los saduceos(c), 2 indignados porque enseñaban al pueblo, y anunciaban en[a] Jesús la resurrección de entre los muertos(d). 3 Les echaron mano, y los pusieron en la cárcel(e) hasta el día siguiente, pues ya era tarde. 4 Pero muchos de los que habían oído el mensaje[b] creyeron, llegando el número de los hombres como a cinco mil(f).
Pedro y Juan ante el concilio
5 Y sucedió que al día siguiente se reunieron en Jerusalén sus gobernantes, ancianos(g) y escribas; 6 estaban allí el sumo sacerdote Anás, Caifás(h), Juan y Alejandro, y todos los que eran del linaje de los sumos sacerdotes. 7 Y habiéndolos puesto en medio de ellos, les interrogaban: ¿Con qué poder[c], o en qué nombre, habéis hecho esto? 8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo(i), les dijo: Gobernantes y ancianos(j) del pueblo[d], 9 si se nos está interrogando hoy por causa del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera[e] éste ha sido sanado[f](k), 10 sabed todos vosotros, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno(l), a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos(m), por El[g], este hombre se halla aquí sano delante de vosotros. 11 Este Jesús(n) es la piedra(o) desechada(p) por vosotros los constructores, pero que ha venido a ser la piedra angular[h]. 12 Y en ningún otro(q) hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser[i] salvos.
Amenazados y puestos en libertad
13 Al ver la confianza(r) de Pedro y de Juan(s), y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación(t), se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús. 14 Y viendo junto a ellos de pie al hombre que había sido sanado, no tenían nada que decir en contra. 15 Pero habiéndoles ordenado salir fuera del concilio[j](u), deliberaban entre sí, 16 diciendo: ¿Qué haremos(v) con estos hombres? Porque el hecho de que un milagro[k] notable ha sido realizado por medio de ellos(w) es evidente a todos los que viven en Jerusalén, y no podemos negarlo. 17 Mas a fin de que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémoslos para que no hablen más a hombre alguno en este nombre(x). 18 Cuando los llamaron, les ordenaron no hablar ni enseñar en el nombre de Jesús(y). 19 Mas respondiendo Pedro y Juan(z), les dijeron: Vosotros mismos juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios(aa); 20 porque nosotros no podemos dejar de decir(ab) lo que hemos visto y oído. 21 Y ellos, después de amenazarlos otra vez, los dejaron ir (no hallando la manera de castigarlos) por causa del pueblo(ac), porque todos glorificaban a Dios(ad) por lo que había acontecido; 22 porque el hombre en quien se había realizado este milagro[l] de sanidad tenía más de cuarenta años.
Oración de la iglesia
23 Cuando quedaron en libertad, fueron a los suyos y les contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Al oír ellos esto, unánimes alzaron la voz a Dios y dijeron: Oh, Señor[m], tú eres el que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay(ae), 25 el que por el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre David(af), tu siervo, dijiste:
¿(ag)Por que se enfurecieron los gentiles[n],
y los pueblos tramaron cosas vanas?
26 Se presentaron los reyes de la tierra,
y los gobernantes se juntaron a una
contra el Señor y contra su Cristo[o](ah).
27 Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes(ai) como Poncio Pilato(aj), juntamente con los gentiles[p](ak) y los pueblos de Israel, contra tu santo siervo[q] Jesús(al), a quien tú ungiste, 28 para hacer cuanto tu mano y tu propósito habían predestinado que sucediera(am). 29 Y ahora[r], Señor, considera sus amenazas, y permite que tus siervos hablen tu palabra con toda confianza(an), 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan curaciones, señales[s] y prodigios(ao) mediante el nombre de tu santo siervo[t] Jesús(ap). 31 Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos(aq) tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo(ar) y hablaban la palabra de Dios con valor(as).
Todas las cosas en común
32 La congregación[u] de los que creyeron era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común(at). 33 Con gran poder los apóstoles daban testimonio(au) de la resurrección del Señor Jesús[v](av), y abundante gracia había sobre todos ellos. 34 No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que poseían tierras o casas(aw) las vendían, traían el precio de lo vendido, 35 y lo depositaban a los pies de los apóstoles(ax), y se distribuía a cada uno según su necesidad(ay).
36 Y José, un levita natural de Chipre(az), a quien también los apóstoles llamaban Bernabé(ba) (que traducido significa hijo de consolación[w](bb)), 37 poseía un campo y lo vendió, y trajo el dinero y lo depositó a los pies de los apóstoles(bc).