the Week of Proper 28 / Ordinary 33
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La Biblia de las Americas
Hechos 27
Pablo sale para Roma
1 Cuando se decidió que deberíamos(a) embarcarnos para Italia(b), fueron entregados Pablo y algunos otros presos a un centurión de la compañía[a](c) Augusta, llamado Julio. 2 Y embarcándonos en una nave adramitena que estaba para zarpar hacia las regiones de la costa de Asia[b](d), nos hicimos a la mar acompañados por Aristarco, un macedonio(e) de Tesalónica(f). 3 Al día siguiente llegamos a Sidón(g). Julio trató a Pablo con benevolencia(h), permitiéndole ir a sus amigos y ser atendido por ellos(i). 4 De allí partimos y navegamos al abrigo de la isla de Chipre(j), porque los vientos eran contrarios(k). 5 Y después de navegar atravesando el mar frente a[c] las costas de Cilicia(l) y de Panfilia(m), llegamos a Mira de Licia. 6 Allí el centurión halló una nave alejandrina(n) que iba[d] para Italia(o), y nos embarcó en ella. 7 Y después de navegar lentamente por muchos días, y de llegar con dificultad frente a Gnido, pues el viento no nos permitió(p) avanzar más[e], navegamos al abrigo de Creta(q), frente a Salmón; 8 y costeándola(r) con dificultad, llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
La tempestad en el mar
9 Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno[f](s) había pasado ya, Pablo los amonestaba, 10 diciéndoles: Amigos[g], veo que de seguro este viaje va a ser con perjuicio y graves pérdidas(t), no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras vidas. 11 Pero el centurión se persuadió más por lo dicho por el piloto(u) y el capitán[h] del barco, que por lo que Pablo decía. 12 Y como el puerto no era adecuado para invernar, la mayoría tomó la decisión de hacerse a la mar desde allí, por si les era posible arribar a Fenice, un puerto de Creta(v) que mira hacia el nordeste y el sudeste[i], y pasar el invierno allí. 13 Cuando comenzó a soplar un moderado[j] viento del sur, creyendo que habían logrado su propósito, levaron anclas y navegaban(w) costeando a Creta(x). 14 Pero no mucho después, desde tierra[k] comenzó a soplar[l] un viento huracanado(y) que se llama Euroclidón[m], 15 y siendo azotada[n] la nave, y no pudiendo hacer frente al viento nos abandonamos a él y nos dejamos llevar a la deriva. 16 Navegando[o] al abrigo de una pequeña isla llamada Clauda[p], con mucha dificultad pudimos sujetar el esquife. 17 Después que lo alzaron, usaron amarras[q] para ceñir la nave; y temiendo encallar(z) en los bancos de Sirte, echaron el ancla flotante[r] y[s] se abandonaron a la deriva. 18 Al día siguiente, mientras éramos sacudidos furiosamente por la tormenta, comenzaron a arrojar la carga[t](aa); 19 y al tercer día, con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos de la nave. 20 Como ni el sol ni las estrellas aparecieron por muchos días, y una tempestad no pequeña se abatía sobre nosotros, desde entonces fuimos abandonando toda esperanza de salvarnos. 21 Cuando habían pasado muchos días sin comer[u], Pablo se puso en pie en medio de ellos y dijo: Amigos[v], debierais haberme hecho caso[w] y no haber zarpado de Creta(ab), evitando[x] así este perjuicio y pérdida(ac). 22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo(ad), porque no habrá pérdida de vida entre vosotros, sino sólo del barco. 23 Porque esta noche estuvo en mi presencia(ae) un ángel del Dios(af) de quien soy y a quien sirvo(ag), 24 diciendo: "No temas, Pablo; has de comparecer ante el César(ah); y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo(ai)." 25 Por tanto, tened buen ánimo(aj) amigos[y], porque yo confío en Dios, que acontecerá[z] exactamente como se me dijo. 26 Pero tenemos que encallar(ak) en cierta isla(al).
27 Y llegada la decimocuarta noche, mientras éramos llevados a la deriva en el mar Adriático, a eso de la medianoche los marineros presentían que se estaban acercando a tierra[aa]. 28 Echaron la sonda y hallaron que había veinte brazas; pasando un poco más adelante volvieron a echar la sonda y hallaron quince brazas de profundidad. 29 Y temiendo que en algún lugar fuéramos a dar contra los escollos[ab](am), echaron cuatro anclas por la popa y ansiaban que amaneciera[ac]. 30 Como los marineros trataban de escapar de la nave y habían bajado el esquife(an) al mar, bajo pretexto de que se proponían echar las anclas desde la proa, 31 Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podréis salvaros. 32 Entonces los soldados cortaron las amarras(ao) del esquife y dejaron que se perdiera. 33 Y hasta que estaba a punto de amanecer, Pablo exhortaba a todos a que tomaran alimento, diciendo: Hace ya catorce días[ad] que, velando continuamente, estáis en ayunas, sin tomar ningún alimento. 34 Por eso os aconsejo que toméis alimento, porque esto es necesario para vuestra supervivencia; pues ni un solo cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá(ap). 35 Habiendo dicho esto, tomó pan y dio gracias a Dios en presencia de todos; y partiéndolo(aq), comenzó a comer. 36 Entonces todos, teniendo ya buen ánimo(ar), tomaron también alimento. 37 En total éramos en la nave doscientas setenta y seis personas[ae](as). 38 Una vez saciados, aligeraron la nave arrojando el trigo al mar(at). 39 Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra(au), pero podían distinguir una bahía que tenía playa, y decidieron[af] lanzar la nave hacia ella[ag], si les era posible. 40 Y cortando las anclas(av), las dejaron[ah] en el mar, aflojando al mismo tiempo las amarras de los timones; e izando la vela de proa al viento, se dirigieron hacia la playa. 41 Pero chocando contra un escollo[ai] donde se encuentran dos corrientes[aj], encallaron la nave; la proa se clavó y quedó inmóvil, pero la popa se rompía por la fuerza de las olas. 42 Y el plan de los soldados era matar a los presos, para que ninguno de ellos escapara(aw) a nado; 43 pero el centurión, queriendo salvar a Pablo(ax), impidió su propósito, y ordenó que los que pudieran nadar se arrojaran primero por la borda y llegaran a tierra, 44 y que los demás siguieran, algunos en tablones, y otros en diferentes objetos de la nave. Y así sucedió que todos llegaron salvos a tierra(ay).