the Fourth Week of Advent
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La Biblia de las Americas
1 Reyes 2
Ultimas palabras de David
1 Y acercándose los días de la muerte de David(a), dio órdenes a su hijo Salomón, diciendo: 2 Yo voy por el camino de todos en la tierra(b). Sé, pues, fuerte(c) y sé hombre. 3 Guarda los mandatos del Señor tu Dios, andando en sus caminos, guardando sus estatutos, sus mandamientos, sus ordenanzas y sus testimonios, conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés(d), para que prosperes(e) en todo lo que hagas y dondequiera que vayas[a], 4 para que el Señor cumpla la promesa que me hizo[b](f), diciendo: "Si tus hijos guardan su camino(g), andando delante de mí con fidelidad[c], con todo su corazón(h) y con toda su alma, no te faltará[d] hombre sobre el trono de Israel(i)." 5 También sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia(j), lo que hizo a los dos comandantes de los ejércitos de Israel, a Abner, hijo de Ner, y a Amasa(k), hijo de Jeter(l), a los cuales mató; también derramó[e] sangre de guerra en tiempo de paz. Y puso sangre de guerra en el cinturón que lo ceñía y en las sandalias que tenía en sus pies. 6 Haz, pues, conforme a tu sabiduría, y no permitas que sus canas desciendan al Seol[f](m) en paz. 7 Mas muestra bondad a los hijos de Barzilai galaadita(n), y que estén entre los que comen a tu mesa(o); porque ellos me ayudaron[g](p) cuando huía de tu hermano Absalón. 8 Y he aquí, está contigo Simei, hijo de Gera, benjamita de Bahurim(q); él fue el que me maldijo con una terrible[h] maldición el día que yo iba a Mahanaim. Mas cuando descendió a mi encuentro en el Jordán, le juré por el Señor, diciendo: "No te mataré(r) a espada." 9 Pero ahora, no lo dejes sin castigo, porque eres hombre sabio; sabrás lo que debes hacer con él y harás que desciendan sus canas con sangre al Seol(s).
10 Y durmió David con sus padres y fue sepultado(t) en la ciudad de David(u). 11 Los días que David reinó sobre Israel fueron cuarenta años: siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén(v). 12 Salomón se sentó en el trono de David su padre y su reino se afianzó en gran manera(w).
Salomón consolida su reino
13 Entonces Adonías, hijo de Haguit, vino a Betsabé, madre de Salomón; y ella le dijo: ¿Vienes en paz(x)? Y él respondió: En paz. 14 Y añadió: Tengo algo que decirte[i]. Y ella dijo: Habla. 15 Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío(y) y que todo Israel esperaba que yo fuera rey[j](z); pero el reino ha cambiado de manos y ha venido a ser de mi hermano(aa), porque por voluntad del Señor era suyo(ab). 16 Ahora yo te hago una petición, no me la niegues[k]. Y ella le dijo: Habla. 17 El entonces dijo: Te ruego que hables al rey Salomón, pues él no te lo negará, para que me dé por mujer a Abisag sunamita(ac). 18 Y Betsabé dijo: Muy bien; hablaré por ti al rey.
19 Betsabé fue al rey Salomón para hablarle por Adonías. El rey se levantó a recibirla, se inclinó delante de ella, y se sentó en su trono; hizo colocar un trono para la madre del rey(ad) y ella se sentó a su diestra(ae). 20 Entonces ella dijo: Te hago una pequeña petición; no me la niegues(af). Y el rey le dijo: Pide, madre mía, porque no te la negaré. 21 Y ella dijo: Que se dé a Abisag sunamita(ag) por mujer a tu hermano Adonías. 22 El rey Salomón respondió, y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Pide para él también el reino(ah), pues es mi hermano mayor(ai), y con él están el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia(aj). 23 Y el rey Salomón juró por el Señor, diciendo: Así me haga Dios y aun más, si Adonías no ha hablado esta palabra contra su propia vida[l](ak). 24 Ahora pues, vive el Señor que me ha confirmado y me ha puesto en el trono de mi padre David, y que me ha hecho una casa[m](al) como había prometido[n], que Adonías morirá hoy mismo. 25 El rey Salomón envió a[o] Benaía, hijo de Joiada(am), y éste arremetió contra Adonías[p] y lo mató[q].
26 Entonces dijo el rey al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot(an), a tu campo, porque mereces morir[r](ao); pero no te daré muerte en esta ocasión[s] porque llevaste el arca del Señor Dios[t] delante de mi padre David(ap), y porque fuiste afligido con todas las cosas con que mi padre fue afligido(aq). 27 Así Salomón privó[u] a Abiatar de ser sacerdote del Señor, para que se cumpliera la palabra que el Señor había hablado acerca de la casa de Elí(ar) en Silo.
28 Cuando las noticias llegaron a Joab (porque Joab había seguido a Adonías(as), aunque no había seguido a Absalón(at)), Joab huyó a la tienda del Señor y se asió de los cuernos del altar(au). 29 Y se le informó al rey Salomón que Joab había huido a la tienda del Señor, y[v] que estaba junto al altar. Entonces Salomón envió a Benaía, hijo de Joiada(av), diciendo: Ve y arremete contra él(aw). 30 Benaía entró en la tienda del Señor y le dijo: Así ha dicho el rey: "Sal de ahí." Pero él dijo: No, pues moriré aquí. Benaía llevó la respuesta[w] al rey, diciendo: Así habló Joab y así me respondió. 31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho(ax); arremete contra él, mátalo y entiérralo, para que quites de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab derramó sin causa(ay). 32 El Señor hará volver su sangre sobre su propia cabeza(az), porque él arremetió contra dos hombres más justos y mejores que él y los mató(ba) a espada sin que mi padre David lo supiera: a Abner(bb), hijo de Ner, comandante del ejército de Israel, y a Amasa(bc), hijo de Jeter, comandante del ejército de Judá. 33 Su sangre, pues, recaerá sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de su descendencia[x] para siempre(bd); pero para David y su descendencia[y], para su casa y su trono, haya paz de parte del Señor para siempre. 34 Entonces subió Benaía, hijo de Joiada, arremetió contra él y lo mató(be); y fue sepultado en su casa en el desierto(bf). 35 En su lugar el rey nombró sobre el ejército a Benaía, hijo de Joiada(bg), y el rey nombró al sacerdote Sadoc(bh) en lugar de Abiatar(bi).
36 Después el rey envió a llamar a Simei(bj), y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén, vive ahí y no salgas de allí a ninguna parte. 37 Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón(bk), ten por cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá[z] sobre tu cabeza(bl). 38 Entonces Simei dijo al rey: La palabra es buena; como ha dicho el rey mi señor, así lo hará tu siervo. Y vivió Simei en Jerusalén muchos días.
39 Pero aconteció al cabo de tres años, que dos de los siervos de Simei huyeron a Aquis, hijo de Maaca, rey de Gat(bm). Le avisaron a Simei, diciéndole: He aquí, tus siervos están en Gat. 40 Simei se levantó, ensilló su asno y fue a Gat a ver a Aquis para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei y trajo sus siervos de Gat. 41 Pero informaron a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat y había vuelto. 42 Entonces el rey envió a llamar a Simei y le dijo: ¿No te hice jurar por el Señor y te advertí seriamente, diciendo: "El día que salgas y vayas a cualquier parte, ten por seguro que ciertamente morirás"? Y tú me dijiste: "La palabra que he oído es buena." 43 ¿Por qué, entonces, no guardaste el juramento del Señor y el mandamiento que te impuse[aa]? 44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal que hiciste a mi padre David(bn), que tú reconoces en tu corazón[ab]; el Señor, pues, hará recaer tu mal sobre tu propia cabeza(bo). 45 Pero el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme delante del Señor para siempre(bp). 46 Entonces el rey mandó a Benaía, hijo de Joiada, y éste salió y arremetió contra Simei[ac] y lo mató[ad]. Así fue confirmado el reino en las manos de Salomón(bq).