Para contrarrestar esta vana confianza, Dios prometió mostrar a estas últimas señales particulares de su favor en una tierra extraña; y en consecuencia, encontramos que muchos de ellos, como Daniel y sus compañeros, por ejemplo, encontraron gran estima y honor durante su cautiverio. Ver el cap. Jeremias 29:17 . Lowth y Houbigant.
Información bibliográfica Coke, Thomas. "Comentario sobre Jeremiah 24". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://studylight.org/commentaries/spa/tcc/jeremiah-24.html. 1801-1803.
Introducción
Bajo el tipo de higos buenos y malos, prevé la restauración de los que estaban en cautiverio, y la desolación de SedequÃas y los demás.
Antes de Cristo 598.
VersÃculo 1
El Señor me mostró: Esta visión sucedió después de la deportación de JeconÃas y bajo el reinado de SedequÃas, el último rey de Judá. El propio profeta explica suficientemente el significado de la visión, en la que se le presentaron dos cestas de higos como las que se ofrecÃan como primicias en el templo. Los higos buenos significaban los que ya habÃan sido llevados cautivos; y los higos malos los que quedaron y fueron expuestos a la segunda hambruna y pestilencia.
VersÃculo 2
Como los higos que maduran por primera vez, el Dr. Shaw habla de tres tipos de higos; al primero de los cuales llama boccore, (de los que aquà se habla) que llega a la madurez hacia mediados o finales de junio; el segundo, el kermez, o higo de verano, que rara vez madura antes de agosto; y el tercero, al que llama higo de invierno : suele tener una forma mucho más larga y una tez más oscura que el kermez, y cuelga y madura en el árbol incluso después de que se caen las hojas; y siempre que el invierno sea templado, se recolecta como un delicioso bocado en la primavera. Los viajes de Shaw, pág. 370 fol.
VersÃculo 5
Como estos buenos higos, asà reconoceré: "Como el que tiene higos en su jardÃn reconoce los de la primera temporada como suyos, y como parte de su propiedad, y descuida los higos otoñales por no tener sabor, y sólo sirven para ser pisoteado; yo también lo seré ", etc. Los judÃos que se quedaron en su propio paÃs se enorgullecÃan de ser más amados por el Todopoderoso que sus hermanos que fueron llevados cautivos.
Para contrarrestar esta vana confianza, Dios prometió mostrar a estas últimas señales particulares de su favor en una tierra extraña; y en consecuencia, encontramos que muchos de ellos, como Daniel y sus compañeros, por ejemplo, encontraron gran estima y honor durante su cautiverio. Ver el cap. Jeremias 29:17 . Lowth y Houbigant.
VersÃculo 6
Los edificaré, etc.â Aunque esta profecÃa se completa en parte con la restauración de los judÃos del cautiverio babilónico, sin embargo, tanto este versÃculo como el siguiente tendrán su cumplimiento perfecto sólo en la conversión de los judÃos al cristianismo.
VersÃculo 8
Asà daré a SedequÃas, etc.â Asà daré a SedequÃas, etc. Houbigant.
REFLEXIONES.â Aunque, en general, la palabra del profeta fue rechazada por el pueblo, hubo algunos que la oyeron, y para quienes fue sabor de vida para vida. Y aunque, habiéndose cumplido las iniquidades de la nación, cayeron en la ruina promiscua, aun en su cautiverio Dios cuidará de ellos y hará que incluso esta providencia más aflictiva obrar por el bien de los sinceros.
1. La fecha de la visión es al comienzo del reinado de SedequÃas, cuando Nabucodonosor se llevó cautivos a Babilonia al rey JeconÃas ya los prÃncipes de Judá, y con ellos a los carpinteros y herreros; ya sea para emplearlos en sus propias obras, o para privar a la tierra cautiva de su ayuda para hacer fortificaciones y armas de guerra.
2. La visión misma consistió en dos cestas de higos, colocadas delante del templo; la única, vil y basura, que no se puede comer; el otro muy bueno. La explicación de la que el Señor le da.
[1.] Los higos buenos fueron los cautivos llevados a Babilonia: estos Dios promete considerarlos, para hacer que su cautiverio salga para su bien; los que fueron fieles deberÃan ser mejorados en el horno de la aflicción, y muchos que fueron de otra manera hasta entonces, deberÃan ser, mediante la gracia, forjados y conducidos al arrepentimiento por la visitación. Como consecuencia de lo cual, los ojos de su favor deben estar sobre ellos, deben ser nuevamente restaurados y firmemente establecidos en su propia tierra; y, mejor que todo bien temporal, el Señor se compromete a enriquecerlos con un mayor entendimiento espiritual y a otorgarles la mejor de las bendiciones; Les daré un corazón para que me conozcan, que soy el Señor, por la experiencia de su poder, gracia y amor ejercido eminentemente por ellos, y ejercido ricamente hacia ellos;y ellos serán mi pueblo, gozarán de su protección, y harán un pacto con él, y yo seré su Dios, su ayudante y defensores su porción, su sumamente grande recompensa; porque volverán a mà con todo su corazón, con sencillez y sinceridad, avergonzados de su rebeldÃa y sinceramente arrepentidos.
Nota. (1.) Los caminos de la providencia son misteriosos; lo que parecÃa la mayor aflicción, a menudo demuestra en su resultado la bendición más sustancial. (2.) La mano de Dios debe ser reconocida en todos nuestros sufrimientos; sean cuales sean los instrumentos que se empleen, debemos decir que me quedé mudo y no abrà la boca, porque fue obra tuya. (3.) Si alguna vez llegamos al verdadero conocimiento de Dios, debemos considerarlo como el don de su gracia; porque sin esto, no podemos saber nada, como deberÃamos saber. (4) Cualesquiera que hayan sido nuestros pecados y rebeliones, siempre que por la gracia tengamos un corazón para volver a él, podemos estar seguros de que sus brazos todavÃa están abiertos para recibirnos.
[2.] Los malos higos representaban al remanente que quedó en Jerusalén bajo SedequÃas, quienes, aunque estaban delante del templo, eran mucho peores que sus hermanos que habÃan ido al cautiverio; porque no los más grandes pecadores son siempre los primeros en sufrir; Dios les permite estar firmes para llenar la medida de sus iniquidades, mientras corrige a sus amados hijos con los azotes del amor paterno: pero su juicio avanza; ciertamente, asà dice el Señor, el decreto se ha emitido, y su ejecución segura; SedequÃas y sus prÃncipes, con el resto de Jerusalén, están dedicados a la destrucción; ni deben quedar exentos los que huyeron a Egipto en busca de refugio, ya que allà los seguirÃan los juicios de Dios. La espada, el hambre y la pestilencia,los consumirá; y los que sobrevivan serán condenados a una esclavitud miserable, peor que la muerte; esparcidos por todas las tierras para su daño, donde no tendrán trato para administrarse amistoso consuelo el uno al otro; y siendo endurecidos, en lugar de arrepentidos, bajo sus sufrimientos, su yugo deberÃa hacerse pesado, y sus personas despreciables y odiosas; deberÃan ser un reproche, un proverbio, una burla y una maldición, en todos los lugares adonde Dios los lleve;y esto parece tener una referencia, no solo a sus desolaciones bajo Nabucodonosor, sino también a esperar su última y más terrible destrucción por parte de los romanos; y la verdad de la predicción aparece verificada este dÃa en ese pueblo infeliz, que vive bajo la evidente maldición de Dios y el desprecio de todas las naciones adonde están esparcidos.