II. Los reyes necesitan diferentes tipos de trabajadores. Dios nos necesita. No es que no hubiera podido prescindir de nosotros, pero ha elegido ganar el mundo por medio de los instrumentos humanos, y digamos con reverencia que los intereses de Dios están estrechamente ligados al progreso de la humanidad. En cierto sentido, Dios nos necesita y no puede llevar a cabo sus planes sin nosotros.
III. "Allà moraron con el rey", dispuestos a permanecer a su servicio "todos los dÃas de su tiempo señalado". Estemos dispuestos a quedarnos. El cielo se quedará. Algún dÃa iremos a vivir con el Rey en otro sentido. Pasaremos del hollÃn de la alfarerÃa y del calor ardiente del jardÃn a vivir en "tranquilidad y seguridad para siempre".
T. Champness, Nuevas monedas de oro antiguo, pág. 193.
Información bibliográfica Nicoll, William R. "Comentario sobre 1 Chronicles 4". "Comentario BÃblico de Sermón". https://studylight.org/commentaries/spa/sbc/1-chronicles-4.html.
VersÃculos 9-10
1 Crónicas 4:9
En qué Jabes era "más honorable que sus hermanos" no se nos dice. PodrÃa ser en coraje; podrÃa ser en el aprendizaje; es cierto que fue honorable por su piedad.
I. Jabes invocó al Dios de Israel. Era el hábito de su vida; fue la acción de cada dÃa por separado; fue conocido por esto; esto estaba en la base de su valentÃa, su bondad, su éxito.
II. La oración de Jabes es (1) ferviente; (2) lleno de deseo por Dios; (3) es una oración completa: no pide una bendición parcial.
III. "Agrande mi costa". Ora por más territorio para su pueblo y para él mismo más poder, más riqueza. Ãstas son las que deberÃamos llamar bendiciones terrenales y temporales. Los mejores hombres del Antiguo Testamento no distinguieron entre lo temporal y lo espiritual, como lo hacemos nosotros. Lo que tenemos que temer es, no la "ampliación" en sà misma, sino el posible daño y peligro para nosotros en el proceso, la perversión, la corrupción, la entrada de elementos dañinos.
IV. Observe el resumen de la oración: "y que tu mano esté conmigo", etc. Por lo tanto, busquemos la preservación del mal, por dentro y por fuera, mediante la vigilancia, la oración, la dependencia de Dios, y nunca debemos temer el agrandamiento. . Que continúe sin lÃmite y sin miedo si continúa asÃ, apoyado en ambas manos por la bendición divina y por el cuidado divino.
A. Raleigh, The Way to the City, pág. 190.
Referencias: 1 Crónicas 1:12 . H. Jones, Christian World Pulpit, vol. xxix., pág. 141. 1 Parker, vol. viii., pág. 318. 2 IbÃd., Pág. 323. 3 IbÃd., Pág. 327. 1 Crónicas 4:9 ; 1 Crónicas 4:10 .
Spurgeon, Sermons, vol. xvii., No. 994; H. Melvill, Sermones sobre hechos menos destacados, vol. i., pág. 297; Homiletic Quarterly, vol. i., pág. 255 y vol. ii., pág. 524. 1 Crónicas 4:17 . JM Neale, Occasional Sermons, pág. 116. 1 Crónicas 4:22 . Spurgeon, Evening by Evening, pág. 33.
VersÃculo 23
1 Crónicas 4:23
I. Note cómo el trabajo une a los hombres con los reyes. Aquà tenemos alfareros, jardineros y sembradores mezclados con el rey. Los hombres y mujeres que trabajan, ya sea con el cerebro o la mano, o ambos, son las personas que salvan a la nación de la ruina. ¿No es asà en la vida y la experiencia cristianas? ¿De qué vale la religión de un hombre si no le enseña a trabajar? ¿No debemos trabajar en nuestra propia salvación, y eso por la mejor de las razones: "Dios es el que obra en nosotros"?
II. Los reyes necesitan diferentes tipos de trabajadores. Dios nos necesita. No es que no hubiera podido prescindir de nosotros, pero ha elegido ganar el mundo por medio de los instrumentos humanos, y digamos con reverencia que los intereses de Dios están estrechamente ligados al progreso de la humanidad. En cierto sentido, Dios nos necesita y no puede llevar a cabo sus planes sin nosotros.
III. "Allà moraron con el rey", dispuestos a permanecer a su servicio "todos los dÃas de su tiempo señalado". Estemos dispuestos a quedarnos. El cielo se quedará. Algún dÃa iremos a vivir con el Rey en otro sentido. Pasaremos del hollÃn de la alfarerÃa y del calor ardiente del jardÃn a vivir en "tranquilidad y seguridad para siempre".
T. Champness, Nuevas monedas de oro antiguo, pág. 193.
Referencias: 1 Crónicas 4:23 Spurgeon, Sermons, vol. xxiv., nº 1400; IbÃd., Morning by Morning, pág. 155. 4 Parker, vol. viii., pág. 331. 1 Crónicas 5:26 . EH Plumptre, Expositor, segunda serie, vol. ii.
, pag. 230. 5 Parker, vol. viii., pág. 335. 1 Crónicas 6:31 . Ibid., Fountain, 15 de mayo de 1878. 6 Ibid., Vol. viii., pág. 341. 7-8 IbÃd., Pág. 346. 1 Crónicas 9:22 . Revista del clérigo, vol. x., pág. 341.
9 Parker, vol. viii., pág. 351. 1 Crónicas 10:9 ; 1 Crónicas 10:10 . Expositor, segunda serie, vol. vii., pág. 309.