Sus esposas, infectadas con la idolatrÃa de la casa de su padre, corrÃan el peligro de corromper la mente de sus hijos; ¿Y cómo le irÃa entonces a la santa semilla, destinada a dar al mundo los mensajes de Dios? Era evidente que su nido debÃa romperse en Harán, que debÃa ser devuelto a la vida de peregrino, para convertirse en un forastero y un peregrino, como lo fueron sus padres. Y este fue un paso más hacia el momento en que se convirtió en un Israel, un prÃncipe con Dios.
Este puede ser su destino, mi oyente; y, si es asÃ, acepta mansamente la disciplina que te obliga a ello. Es la mano que fue perforada con clavos la que rompe el nido del pasado y te invita a las realidades inexploradas pero benditas que tienes enfrente.
III. El que habÃa dicho 'Regresa', se habÃa comprometido a estar con Su siervo mientras lo obedecÃa. Cuando estamos en el plan de Dios, siempre podemos contar con Ãl, y cuando Ãl está con nosotros somos invulnerables. Si Jacob se hubiera dado cuenta de esto, no habrÃa tenido que recurrir al sigilo y al subterfugio para alejarse de Labán. El miedo al hombre siempre engendra una trampa y roba al hijo de Dios ese noble porte recto que inspira el respeto incluso de los hombres del mundo.
La única necesidad es estar dispuesto a hacer Su voluntad tan pronto como se vea claramente. Si tiene alguna duda, espere con fe, hasta que se cierren todas las puertas, y un camino se abra ante usted, y pueda decir: "Ãl me guiará por sendas de justicia por amor de Su nombre". '
Un breve epÃtome de sus puntos principales es todo lo que se necesita como base para la reflexión del sermón. Animado por la visión en Betel, Jacob reanudó su viaje y, a su debido tiempo, llegó a Harán, donde fue recibido con bienvenida por Labán y su familia. Se convirtió en el cuidador de los rebaños de su tÃo y, en circunstancias muy peculiares, en el marido de sus dos hijas, a las que por un truco infame se le pidió que sirviera catorce años.
La propuesta a la que Labán aceptó tan fácilmente fue una que resultó, como Jacob naturalmente esperaba, en beneficio de este último. La adopción por Jacob de este dispositivo mostró falta de fe en Dios. Probablemente argumentó que era necesario que el engaño se enfrentara al engaño; pero ahora, como años antes, es culpable del pecado de apresurarse. 'Ãl no esperarÃa a que el Señor cumpliera Su promesa; usarÃa sus propios medios, emplearÃa su astucia y artimañas, para lograr el propósito de Dios, en lugar de encomendarle su causa.
II. Sus pruebas. âSu vida en Harán no fue un largo intervalo arcadiano, pero, como parte del entrenamiento Divino, tuvo elementos de dureza y amargura como Abraham e Isaac nunca habÃan conocido. Durante todo este perÃodo, Jacob se vio obligado a vivir en la sociedad de aquellos que eran poco más que idólatras; y esto, para quien habÃa conocido la pureza de la fe monoteÃsta, debe haber sido una fuente constante de prueba.
Una vez más, las desagradables relaciones en las que a menudo se veÃa obligado a enfrentarse a sus propios parientes debieron de ser un grave problema. Su agudo empleador y suegro parecÃan mirar a Jacob simplemente a la luz de un sirviente muy provechoso, al que sacar el máximo provecho, al menor gasto posible.
'Bendito amor humano que suaviza a los más duros, proyectando un halo sobre la dificultad, como el sol que brilla sobre los duros contornos de las colinas. Al tener esto, un hombre bien podrÃa contentarse con renunciar a los dones más selectos de la fortuna terrenal. Pero si el amor de la mujer pudo asà alegrar esos largos y oscuros dÃas, seguramente el bendito amor de Jesús harÃa lo mismo y más. La vida puede ser larga y solitaria, privada de aquellos más queridos que la luz, las tareas diarias fastidiosas, las colinas de dificultad muchas, pero si el corazón ha aprendido a tomar todo del amor de Jesús, y a hacer todo en Ãl, por Ãl, y para Ãl, todo ha cambiado. Los dÃas, a medida que pasan, se convierten en canales por los que las fuertes mareas de eterna bienaventuranza siempre corren junto al diluvio ».
Puede ser que la cima de la colina sobre ellos ya fuera conocida como un lugar sagrado, y puede haber recibido el nombre de Mizpa de la gente de la tierra, como fue el caso de otros lugares similares. AllÃ, entonces, ascienden tÃo y sobrino, cada uno asistido por sus hijos y hermanos y los principales de su compañÃa. Jacob elige el lugar. De entre los fragmentos de roca que hay alrededor, toma uno más grande que el resto, lo rueda hasta el lugar y lo pone de punta.
âTodos estos patriarcas y santos del Antiguo Testamento tenÃan su propio nombre para el Dios a quien servÃan; para uno era "la Roca", para otro "el Escudo", para otro "el Pastor"; pero para Isaac Ãl era "el Miedo", "el Terrible" o "el Terror".
(3) 'Una idea subyace en este incidente: el carácter sagrado de la verdad. Aquà se nos enseña a recordar que hay Uno que escucha nuestras promesas habladas y venga todas las desviaciones de la fidelidad y la verdad. Vigila los pactos que los hombres hacen entre sà y toma nota de la falsedad y el perjurio; de fe quebrantada y falsedad en todas sus formas '.
Información bibliográfica Nisbet, James. "Comentario sobre Genesis 31". El Comentario del Púlpito de la Iglesia. https://studylight.org/commentaries/spa/cpc/genesis-31.html. 1876.
VersÃculos 6-7
LUCES Y SOMBRAS
"Con todas mis fuerzas he servido a tu padre; y tu padre me engañó".
Génesis 31:6
I.Hay una razón para cada paso en nuestra educación, ya sea que lo veamos o no, y, aunque Jacob no podrÃa haberlo adivinado en ese momento, sin embargo, al mirar hacia atrás, podemos entender fácilmente por qué su residencia en Harán fue cerró repentinamente, y su casa se rompió, y condujo a través del desierto, como un fugitivo, perseguido con vehemencia, tanto como lo habÃa sido años antes, solo en la dirección contraria.
II. De hecho, Jacob se estaba volviendo demasiado contento en esa tierra extraña. Como Ulises y sus tripulaciones, corrÃa el peligro de olvidar la tierra de su nacimiento, las tiendas de su padre y las promesas de las que era heredero. Estaba perdiendo rápidamente el espÃritu peregrino y se estaba asentando en un ciudadano de ese paÃs lejano. Sus artes mezquinas y astutas para aumentar su riqueza estaban en panal de abejas su espÃritu, y devorando su naturaleza más noble, prostituyéndola para los fines más mezquinos.
Sus esposas, infectadas con la idolatrÃa de la casa de su padre, corrÃan el peligro de corromper la mente de sus hijos; ¿Y cómo le irÃa entonces a la santa semilla, destinada a dar al mundo los mensajes de Dios? Era evidente que su nido debÃa romperse en Harán, que debÃa ser devuelto a la vida de peregrino, para convertirse en un forastero y un peregrino, como lo fueron sus padres. Y este fue un paso más hacia el momento en que se convirtió en un Israel, un prÃncipe con Dios.
Este puede ser su destino, mi oyente; y, si es asÃ, acepta mansamente la disciplina que te obliga a ello. Es la mano que fue perforada con clavos la que rompe el nido del pasado y te invita a las realidades inexploradas pero benditas que tienes enfrente.
III. El que habÃa dicho 'Regresa', se habÃa comprometido a estar con Su siervo mientras lo obedecÃa. Cuando estamos en el plan de Dios, siempre podemos contar con Ãl, y cuando Ãl está con nosotros somos invulnerables. Si Jacob se hubiera dado cuenta de esto, no habrÃa tenido que recurrir al sigilo y al subterfugio para alejarse de Labán. El miedo al hombre siempre engendra una trampa y roba al hijo de Dios ese noble porte recto que inspira el respeto incluso de los hombres del mundo.
El curso sencillo es siempre el más sabio y seguro. Escabullirse es sólo excitar la persecución y las recriminaciones airadas. Pero a pesar de que Jacob habÃa actuado de manera tan mezquina e indigna, el amor o el cuidado de Dios no disminuyó. Dijo a Labán: "Ten cuidado de no hablar con Jacob ni bueno ni malo". Aunque no creemos, él permanece fiel, no puede negarse a sà mismo. Nuestra incredulidad no puede invalidar sus promesas.
Ilustración
(1) 'Hay muchas clases de voces en el mundo, y ninguna de ellas carece de significado, y a veces es difÃcil conocer la voz del Señor. Pero cuanto más participamos verdaderamente de la naturaleza de âSus propias ovejasâ, más infaliblemente detectaremos la voz del Buen Pastor. Si no está seguro, espere hasta que lo esté. Es tarea del Pastor hacer comprender su presencia y su deseo a los tÃmidos y perplejos de su rebaño.
La única necesidad es estar dispuesto a hacer Su voluntad tan pronto como se vea claramente. Si tiene alguna duda, espere con fe, hasta que se cierren todas las puertas, y un camino se abra ante usted, y pueda decir: "Ãl me guiará por sendas de justicia por amor de Su nombre". '
(2) 'Jacob era un niño descarriado e indigno, pero Dios no lo dejó ni lo abandonó. Ãl no nos ama (como solemos decir falsamente a los niños pequeños) porque seamos buenos, sino para hacerlo. Asà como no pone su amor en nosotros debido a nuestros méritos, tampoco nos lo rechaza a causa de nuestros pecados. Ãl odia nuestro pecado, pero Su amor nos rodea, como el cálido océano de verano lame el iceberg, que se ha hundido en su interior, hasta que lo derrite en corrientes de claridad cristalina. Asà pudo arrojar Su protección alrededor de Su hijo descarriado, y esto fue parte de la disciplina amorosa que estaba llevando a Jacob a una meta con la que nunca soñó. '
( Para un resumen de Génesis 31:38 , vea la página 118.)
VersÃculo 38
EL PASO MEDIO DE LA VIDA
Y Jacob sirvió.
Génesis 29:20
"Estos veinte años he estado contigo".
Génesis 31:38
Los veinte años de su estadÃa en Mesopotamia son la parte menos interesante de la vida de Jacob. El registro de este perÃodo se extiende a lo largo de tres capÃtulos, y en estos sencillos anales de su historia personal y doméstica se nos presenta una multitud de esos pequeños incidentes que, por insignificantes que sean en sà mismos, constituyen una parte tan grande de la historia humana. vida, y ayudan considerablemente en la formación del carácter.
La vida no es todo una visión de Betel, una apertura de la puerta, una parada en 'la puerta del cielo'. Hay largos tramos de paisajes terrestres monótonos y mirÃadas de experiencias completamente desprovistas de gloria o romance. Después de 'la puerta del cielo' viene Labán y su casa, 'un grupo astuto, polÃtico y engañoso'; después de contemplar embelesado a las tropas de formas de ángeles, viene la fatigada tendencia de rebaños y manadas durante veinte largos años, de los cuales Jacob podrÃa decir con el patetismo de sinceridad, 'Asà era yo; en el dÃa me consumió la sequÃa, y la helada de noche; y mi sueño se apartó de mis ojos.
Un breve epÃtome de sus puntos principales es todo lo que se necesita como base para la reflexión del sermón. Animado por la visión en Betel, Jacob reanudó su viaje y, a su debido tiempo, llegó a Harán, donde fue recibido con bienvenida por Labán y su familia. Se convirtió en el cuidador de los rebaños de su tÃo y, en circunstancias muy peculiares, en el marido de sus dos hijas, a las que por un truco infame se le pidió que sirviera catorce años.
Seis años más permaneció allà con nuevos términos, términos que ciertamente parecÃan más remunerados al amo que al criado, pero que realmente enriquecÃan a este último. Durante este perÃodo, una gran casa creció a su alrededor, y con su cÃrculo familiar creciente, sus preocupaciones también se hicieron numerosas. Sin embargo, la bendición de Jehová no le falló; llegó a poseer una vasta riqueza pastoral. Por fin, la insinuación divina, junto con los crecientes celos y envidia de Labán y sus hijos, lo indujo a pensar en regresar a la tierra prometida.
Más en detalle, consideremos ahora la vida de Jacob en Mesopotamia.
I. Sus pecados. II. Sus pruebas. III. Sus bendiciones.
I. Los errores de los años de servidumbre.âQuizás el error principal de este perÃodo fue dejarse arrastrar, al final de los primeros siete años, a una violación de la ley original del matrimonio. Jacob se convirtió en un polÃgamo, en circunstancias, es cierto, de carácter extenuante, pero no de las que pudiera excusar o expiar su desatino moral y su crimen. Poco a poco lo encontramos esposo de cuatro esposas, e incluso si admitimos que tal circunstancia no militó por completo en esta época primitiva contra la posesión de la religión verdadera, sin embargo, no se puede negar que Jacob sufrió severamente por su indulgencia, y Con frecuencia debió haber tenido ocasión en la vida futura de reflexionar que, aunque su conducta no le habÃa privado de la esperanza religiosa, le habÃa preparado toda esa serie de dolores con los que posteriormente fue oprimido.
Tampoco, a pesar de los esfuerzos bien intencionados de algunos apologistas de Jacob, se puede negar que el arreglo que Jacob hizo con Labán al comienzo de los últimos seis años de su estadÃa en Harán ( Génesis 30:31 ) saboreó demasiado engañoso, y se parecÃa demasiado a la conducta codiciosa y sin escrúpulos del propio Labán.
La propuesta a la que Labán aceptó tan fácilmente fue una que resultó, como Jacob naturalmente esperaba, en beneficio de este último. La adopción por Jacob de este dispositivo mostró falta de fe en Dios. Probablemente argumentó que era necesario que el engaño se enfrentara al engaño; pero ahora, como años antes, es culpable del pecado de apresurarse. 'Ãl no esperarÃa a que el Señor cumpliera Su promesa; usarÃa sus propios medios, emplearÃa su astucia y artimañas, para lograr el propósito de Dios, en lugar de encomendarle su causa.
La misma mancha de maldad marcó su conducta al dejar a su suegro. Su cautela en el procedimiento se debió a la falta de confianza en la promesa y el cuidado de Dios. Alguien en quien confiar no tenÃa necesidad de decir: "Porque tuve miedo" ( Génesis 31:31 ), porque "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?"
II. Sus pruebas. âSu vida en Harán no fue un largo intervalo arcadiano, pero, como parte del entrenamiento Divino, tuvo elementos de dureza y amargura como Abraham e Isaac nunca habÃan conocido. Durante todo este perÃodo, Jacob se vio obligado a vivir en la sociedad de aquellos que eran poco más que idólatras; y esto, para quien habÃa conocido la pureza de la fe monoteÃsta, debe haber sido una fuente constante de prueba.
Una vez más, las desagradables relaciones en las que a menudo se veÃa obligado a enfrentarse a sus propios parientes debieron de ser un grave problema. Su agudo empleador y suegro parecÃan mirar a Jacob simplemente a la luz de un sirviente muy provechoso, al que sacar el máximo provecho, al menor gasto posible.
Estos juicios sólo podrÃan intensificarse en el tema de ellos por el pensamiento de que muchos eran de carácter retributivo. Habiendo sembrado 'el viento', cosechó 'el torbellino'. Jacob se vio obligado una y otra vez a recordar lo que podemos tomar de las palabras de un apóstol del Nuevo Testamento para expresar: "No os engañéis, nadie se burla de Dios: todo lo que el hombre sembrare, eso también segará".
III. Sus bendiciones. âLos 'pocos dÃas' de la intención de Rebeca se alargaron hasta veinte años. Este perÃodo fue una temporada durante la cual Jehová comenzó a cumplir las promesas hechas en Betel. Ãl habÃa prometido 'estar con él y mantenerlo en todos los lugares adonde fuera', y al final de este tiempo encontramos a Jacob sumamente rico y con un cÃrculo familiar grande e ininterrumpido. Tan manifiestamente descansó sobre él la bendición del cielo, que se desbordó sobre otros; porque incluso el egoÃsta Labán se vio obligado a admitir: "He aprendido por experiencia que el Señor me ha bendecido por tu causa". Y las muestras aún más visibles del favor divino que Jacob disfrutó durante los últimos años de su estadÃa en Mesopotamia despertaron la envidia de Labán y sus hijos.
Es cierto que no discernimos muchos signos de 'crecimiento en la gracia'. TodavÃa no era un crecimiento de crecimiento de auto-conocimiento, el crecimiento de la auto-desconfianza. Más de lo que la historia nos revela explÃcitamente debe suponerse que subyace en estos años aparentemente prosaicos y sin incidentes; disciplina, personal y doméstica, preparando lenta pero seguramente la naturaleza imperfecta y desagradable para el gran cambio que Peniel iba a presenciar.
Ilustración
'Bendito amor humano que suaviza a los más duros, proyectando un halo sobre la dificultad, como el sol que brilla sobre los duros contornos de las colinas. Al tener esto, un hombre bien podrÃa contentarse con renunciar a los dones más selectos de la fortuna terrenal. Pero si el amor de la mujer pudo asà alegrar esos largos y oscuros dÃas, seguramente el bendito amor de Jesús harÃa lo mismo y más. La vida puede ser larga y solitaria, privada de aquellos más queridos que la luz, las tareas diarias fastidiosas, las colinas de dificultad muchas, pero si el corazón ha aprendido a tomar todo del amor de Jesús, y a hacer todo en Ãl, por Ãl, y para Ãl, todo ha cambiado. Los dÃas, a medida que pasan, se convierten en canales por los que las fuertes mareas de eterna bienaventuranza siempre corren junto al diluvio ».
VersÃculo 48
EL MONTÃN DE TESTIGO
"Y Labán dijo: Este montón es un montón de testimonio entre tú y yo hoy".
Génesis 31:48
I. Dios se le apareció a Labán la noche anterior y le advirtió que no le hiciera ningún daño a Jacob. Obligado asà a abandonar su verdadero objeto, no puede sino explicar la prisa con que ha perseguido a su sobrino, con tanta pérdida de tiempo y en una temporada tan ocupada, alegando el deseo de dar un saludo paterno de despedida a sus hijas y nietos, y recuperar algunas imágenes familiares que le han robado. El cauteloso Jacob se refrena con cuidado hasta que se realiza una búsqueda por todo el campamento sin resultado, e incluso hace una especie de disculpa por su partida sin ceremonias y en secreto.
Pero tan pronto como está seguro de su terreno, estalla en palabras ardientes y desafiantes contra su suegro, y libera su mente de una larga serie de quejas contra él durante su estadÃa de veinte años con él, que es su naturalidad. la timidez le habÃa hecho hasta entonces soportar en silencio. Cuando por fin prevalecen sentimientos más tranquilos en ambos lados, Labán propone que deben hacer un pacto solemne entre ellos.
Puede ser que la cima de la colina sobre ellos ya fuera conocida como un lugar sagrado, y puede haber recibido el nombre de Mizpa de la gente de la tierra, como fue el caso de otros lugares similares. AllÃ, entonces, ascienden tÃo y sobrino, cada uno asistido por sus hijos y hermanos y los principales de su compañÃa. Jacob elige el lugar. De entre los fragmentos de roca que hay alrededor, toma uno más grande que el resto, lo rueda hasta el lugar y lo pone de punta.
Manteniéndola asà en posición, pide a todos los reunidos que traigan cada uno su piedra y la amontonen alrededor hasta que se haya acumulado un montón considerable. Hecho esto, Labán cuando el anciano se acerca por primera vez, y poniendo su mano sobre él, mientras el resto de la multitud está alrededor y mira, se dirige a Jacob en su oÃdo, diciendo: 'Este montón será un testimonio entre tú y yo. este dÃa.' Si Jacob afligiera a sus hijas; si tomara junto a ellos otras esposas; o si pasara más allá de este lugar con proyectos dañinos hacia Labán, entonces este montón deberÃa ser un testigo silencioso de la fe quebrantada, y Dios deberÃa ver y juzgar entre ellos. "Jegar-sahadutha", dice Labán, hablando en lengua siria, "El montón de testigos se llamará este montón".
II. Jacob ahora tiene su parte que desempeñar. Los temores de Labán, de hecho, no son más que pretensiones que le brindan una cobertura plausible para retirarse después de una persecución tan ardiente. Jacob no tiene tales intenciones como el juramento que se le pide que haga parecerÃa atribuirle. Por lo tanto, puede entrar más fácilmente en el pacto que Labán requiere que ratifique. Extendiendo su mano a su vez y colocándola sobre el montón, da la empresa que se le exige: 'Jurando por el temor de su padre Isaac.
Y él también nombra solemnemente el montón, llamándolo en el idioma hebreo Galeed, que significa, como antes, 'el montón de testigos'. A partir de entonces, el lugar llegó a ser conocido entre el pueblo hebreo tanto por su nombre antiguo como por su nuevo nombre, 'Mizpah Galeed', la torre de vigilancia desde la cual el Señor mismo velarÃa por los convenios allà hechos, el montón que deberÃa dar testimonio silencioso de la palabras de promesa dichas.
El pacto asà ratificado fue seguido por un sacrificio ofrecido en el monte, y una fiesta de la que todos participaron.
-Rvdo. J. Wagstaff, bd
Ilustración
(1) âEl temor de su padre Isaacâ, ¿qué significa eso? La palabra "miedo" debe imprimirse con una F mayúscula, y encontrará que está impresa asà en la Versión Revisada. âEl Miedoâ, ese es el nombre que Isaac le dio a su Dios. Labán juró âpor el Dios de Abraham y el Dios de Nacorâ, es decir, juró por Jehová y por el Ãdolo a quien su antepasado común adoraba como Dios. Pero Jacob âesto es lo que deseo enfatizarâ juró por âel temor de su padre Isaacâ, es decir, Jacob juró por Aquel a quien Isaac adoraba como âel temor.
âTodos estos patriarcas y santos del Antiguo Testamento tenÃan su propio nombre para el Dios a quien servÃan; para uno era "la Roca", para otro "el Escudo", para otro "el Pastor"; pero para Isaac Ãl era "el Miedo", "el Terrible" o "el Terror".
Ese era el nombre de Isaac para Dios. ¿Qué pensáis de Dios? ¿Cómo le llamamos? ¿Qué es Ãl para nosotros? "Nada es más fácil", dice John Henry Newman en alguna parte, "que usar el nombre Dios y no significar nada con él". âCreo en Diosâ, asà comienza el Credo de los Apóstoles; y todos debemos comenzar allÃ: está el fundamento, el punto de partida. "El que viene a Dios debe creer que él es ". '
(2) 'Un guardiamarina, que estaba a punto de dejar la casa del marinero, donde se habÃa convertido, llegó al superintendente el dÃa de su embarque y le pidió que escribiera en una tarjeta, en caracteres simples y en negrita, las palabras , "Soy cristiano." Cuando se le preguntó cuál era su objeto, dijo: âTan pronto como suba a bordo, iré a mi hamaca y pondré esta tarjeta donde todos puedan verla; me ahorrará muchos problemas, porque todos sabrán a la vez de qué lado estoy y esperarán que me mantenga fiel ". Esto está levantando el montón de testigos.
Levantemos ese montón, déjeme ayudarlo a criarlo, juntar piedras y amontonarlas en la forma de esa cruz por la cual el mundo fue crucificado para San Pablo y él para el mundo. '
(3) 'Una idea subyace en este incidente: el carácter sagrado de la verdad. Aquà se nos enseña a recordar que hay Uno que escucha nuestras promesas habladas y venga todas las desviaciones de la fidelidad y la verdad. Vigila los pactos que los hombres hacen entre sà y toma nota de la falsedad y el perjurio; de fe quebrantada y falsedad en todas sus formas '.