Verso Juan 21:4. No sabÃan que era Jesús... Probablemente porque no habÃa luz suficiente, o estaba a una distancia demasiado grande, o habÃa asumido otra forma, como en Marco 16:12; Por lo demás, su aspecto era tan notable que todos sus discÃpulos lo conocÃan fácilmente cuando estaba cerca: ver Juan 21:12.
Cualquier carne... ÏÏοÏÏαγιον de ÏÏοÏ, además, y ÏαγÏ, yo como; cualquier cosa que se come con pan, o sustancias sólidas semejantes, para facilitar la deglución: aquà significa evidentemente cualquier clase de pescado; y nuestro Señor parece haber aparecido al principio en el carácter de una persona que deseaba comprar una parte de lo que habÃa pescado:  Juan 6:9.
Por la multitud de peces...Esto pretendÃa ser un emblema del inmenso número de almas que se convertirÃan a Dios por su ministerio, según la promesa de Cristo, Mateo 4:19.
Verso Juan 21:7. Su túnica de pescador... O, su capa superior. εÏÎµÎ½Î´Ï Ïην, de εÏι, sobre, y ÎµÎ½Î´Ï Ï, visto; algo análogo a lo que llamamos una gran capa o sobretodo.
Estaba desnudo... Sólo llevaba puesto el chaleco. Î³Ï Î¼Î½Î¿Ï, desnudo, se usa a menudo para significar la ausencia de esta prenda superior solamente. En 1 Samuel 19:24, cuando Saúl se habÃa quitado su ιμαÏια, prenda superior, se dice que estaba Î³Ï Î¼Î½Î¿Ï, desnudo; y de David, cuando estaba ceñido sólo con un efod de lino, se dice que estaba descubierto, en 2 Samuel 6:14; 2 Samuel 6:20. A lo que puede añadirse lo que leemos en el Sept. Job 22:6, Has quitado la cubierta de los desnudos; αμÏιαÏιν Î³Ï Î¼Î½Ïν, la tela escocesa o manta en la que se envolvÃan, y además de la cual no tenÃan otra. En este sentido es que Virgilio dice, Geor. i. 299: Nudus ara, sere nudus, es decir, despojaos de vuestras prendas superiores, y trabajad hasta sudar. Ver más ejemplos en Bp. Pearce.
Echarse al mar... Es probable que estuvieran en aguas muy poco profundas; y, como sólo estaban a doscientos codos de la tierra, (unas ciento treinta y dos yardas inglesas), es posible que Pedro sólo se metiera en el agua para ayudarles a sacar la barca a tierra, que ahora estaba muy cargada. No es probable que se metiera en el agua para nadar hasta la orilla; si hubiera tenido esa intención, no es de suponer que se hubiera puesto su gran abrigo, que debÃa ser un obstáculo esencial para llegar a la orilla.
Verso Juan 21:8. Arrastrando la red...  Es probable que se trate de aquella especie de pesca en la que la red se extendÃa desde la orilla hacia el mar; las personas que estaban en el barco, y que tiraban de la red, cogÃan un compás, y trayendo un cabo, que se ataba al otro extremo de la red, los que estaban en la orilla les ayudaban a arrastrarla. Como la red estaba hundida con pesos hasta el fondo, y la parte superior flotaba en el agua por medio de corchos, o trozos de madera ligera, todos los peces que pasaban por el compás de la red eran, por supuesto, arrastrados hasta la orilla. El poder soberano de Cristo, en este caso, habÃa recogido milagrosamente los peces hasta la parte en la que ordenó a los discÃpulos echar la red.
Verso Juan 21:15. Simón me amas... Pedro habÃa negado tres veces a su Señor, y ahora Cristo le da la oportunidad de reparar en cierta medida su falta mediante una triple confesión.
Es notable que en estas tres preguntas nuestro Señor utilice el verbo αγαÏαÏ, que significa amar afectivamente, ardientemente, supremamente, perfectamente - Mateo 21:37;
Verso Juan 21:22. Si quiero que se quede hasta que yo venga... Hay varias opiniones al respecto, las principales son las siguientes:
1. Algunos han concluido a partir de estas palabras que Juan no debÃa morir nunca. Muchos hombres eminentes, antiguos y modernos, han sido y son de esta opinión.
Verso Juan 21:25. Muchas otras cosas... Ante sus discÃpulos, es añadido por dos MSS. Los escolios en varios MSS. dan a entender que este verso es una adición; pero se encuentra en todas las versiones antiguas, y en OrÃgenes, Cirilo y Crisóstomo.
No podÃa contener... El significado de OrÃgenes de la palabra ÏÏÏειν es admitir o recibir favorablemente. Como si dijera: los milagros de Cristo son tantos y tan asombrosos que, si se detallaran todos, el mundo no recibirÃa el relato con la debida fe, pero se registra lo suficiente para que los hombres puedan creer que Jesús es el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida por su nombre: Juan 20:31.
Homero, que, si no nació en Asia Menor, sin duda habÃa vivido allÃ, ha seguido a veces la forma hiperbólica de hablar que prevalecÃa tanto en Oriente como en la IlÃada, b. xx. hace que Eneas le diga a Aquiles:
Las suscripciones a este Evangelio, asà como a los anteriores, son diversas en las diferentes versiones y manuscritos. Las siguientes son las que parecen más dignas de mención.
"El santÃsimo Evangelio de la predicación de Juan el evangelista, que habló y proclamó en lengua griega en Ãfeso, está terminado". - SYRIAC en Bib. Polyglott.
En un MS. etiópico de la biblioteca real de ParÃs, en la conclusión de este evangelista están estas palabras: - "Ahora la suma de todas las cláusulas de los cuatro Evangelios es de 9700. - Por la gracia del Señor, aquà terminan los cuatro Evangelios. Las secciones de los cuatro Evangelios son 217. Las cláusulas del santo Evangelio, incluso desde su principio hasta su final, es decir, la escritura de San Juan, están completadas".
Información bibliográfica Texto de la bibliografÃa=Clarke, Adam. "Comentario sobre John 21". "El Comentario de Adam Clarke". https://studylight.org/commentaries/spa/acc/john-21.html. 1832.
VersÃculo 1
CAPITULO XXI
Jesús se muestra a los discÃpulos en el mar de
TiberÃades, 1-5.
La milagrosa recogida de los peces, 6-11.
Cena con sus discÃpulos, 12-14.
Interroga a Pedro sobre su amor hacia él, y le da
la comisión de apacentar sus ovejas, 15-17.
Predice la forma de la muerte de Pedro, 18, 19.
Pedro pregunta por Juan, y recibe una respuesta que luego fue
 malinterpretada, 20-23.
El testimonio final de Juan sobre la autenticidad de su
Evangelio y el fin para el que fue escrito, 24, 25.
NOTAS SOBRE EL CAPITULO. XXI.
Verso Juan 21:1. Jesús se mostró de nuevo... Después de que nuestro Señor se habÃa aparecido varias veces a las mujeres y a los apóstoles en Jerusalén, y en la tumba, les ordenó que entraran Galilea, dándoles la promesa de encontrarlos allà : Mateo 28:7; Marco 16:7. Encontramos que cumplió esta promesa en la forma en que Juan la relata aquÃ. Esta fue la séptima aparición de nuestro Señor después de la resurrección. Mateo, Mateo 28:16, lo acaba de mencionar: de eso el resto de los evangelistas no dicen nada, y esta es la razón por la que Juan lo da tan particularmente.
VersÃculo 3
Verso Juan 21:3. Pedro dice - Voy a pescar... Antes de la crucifixión de nuestro Señor, las necesidades temporales de él y sus discÃpulos parecen haber sido suplidas por la caridad de individuos: Lucas 8:3. Como es probable que el escándalo de la cruz hubiera cerrado ahora esta fuente de apoyo, los discÃpulos, sin saber del todo cómo iban a ser empleados, se propusieron volver a su anterior ocupación de pesca, a fin de ganarse la vida; y por lo tanto, las siete , mencionadas Juan 21:2, se embarcaron en el mar de TiberÃades, también llamado el mar de Galilea.
Aquella noche no pescaron nada... Dios asà lo habÃa ordenado, para que pudieran estar más impresionados con el milagro que luego obró.
VersÃculo 4
Verso Juan 21:4. No sabÃan que era Jesús... Probablemente porque no habÃa luz suficiente, o estaba a una distancia demasiado grande, o habÃa asumido otra forma, como en Marco 16:12; Por lo demás, su aspecto era tan notable que todos sus discÃpulos lo conocÃan fácilmente cuando estaba cerca: ver Juan 21:12.
VersÃculo 5
Verso Juan 21:5. Hijitos...  Ïαιδια, un término de familiaridad y amabilidad afectuosa: es el caso vocativo plural de Ïαιδιον, que es el diminutivo de ÏαιÏ, y literalmente significa hijos pequeños, o hijos amados. No puedo concebir cómo el margen ha hecho de él señores.
Cualquier carne... ÏÏοÏÏαγιον de ÏÏοÏ, además, y ÏαγÏ, yo como; cualquier cosa que se come con pan, o sustancias sólidas semejantes, para facilitar la deglución: aquà significa evidentemente cualquier clase de pescado; y nuestro Señor parece haber aparecido al principio en el carácter de una persona que deseaba comprar una parte de lo que habÃa pescado:  Juan 6:9.
VersÃculo 6
Verso Juan 21:6. Y encontraréis... El etiópico, tres copias de la Itala y San Cirilo añaden: Le dijeron, pues, que hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada, pero que a tu orden echaremos la red. Esto fué tomado de Lucas 5:5.
Por la multitud de peces... Esto pretendÃa ser un emblema del inmenso número de almas que se convertirÃan a Dios por su ministerio, según la promesa de Cristo, Mateo 4:19.
VersÃculo 7
Verso Juan 21:7. Su túnica de pescador... O, su capa superior. εÏÎµÎ½Î´Ï Ïην, de εÏι, sobre, y ÎµÎ½Î´Ï Ï, visto; algo análogo a lo que llamamos una gran capa o sobretodo.
Estaba desnudo... Sólo llevaba puesto el chaleco. Î³Ï Î¼Î½Î¿Ï, desnudo, se usa a menudo para significar la ausencia de esta prenda superior solamente. En 1 Samuel 19:24, cuando Saúl se habÃa quitado su ιμαÏια, prenda superior, se dice que estaba Î³Ï Î¼Î½Î¿Ï, desnudo; y de David, cuando estaba ceñido sólo con un efod de lino, se dice que estaba descubierto, en 2 Samuel 6:14; 2 Samuel 6:20. A lo que puede añadirse lo que leemos en el Sept. Job 22:6, Has quitado la cubierta de los desnudos; αμÏιαÏιν Î³Ï Î¼Î½Ïν, la tela escocesa o manta en la que se envolvÃan, y además de la cual no tenÃan otra. En este sentido es que Virgilio dice, Geor. i. 299: Nudus ara, sere nudus, es decir, despojaos de vuestras prendas superiores, y trabajad hasta sudar. Ver más ejemplos en Bp. Pearce.
Echarse al mar... Es probable que estuvieran en aguas muy poco profundas; y, como sólo estaban a doscientos codos de la tierra, (unas ciento treinta y dos yardas inglesas), es posible que Pedro sólo se metiera en el agua para ayudarles a sacar la barca a tierra, que ahora estaba muy cargada. No es probable que se metiera en el agua para nadar hasta la orilla; si hubiera tenido esa intención, no es de suponer que se hubiera puesto su gran abrigo, que debÃa ser un obstáculo esencial para llegar a la orilla.
VersÃculo 8
Verso Juan 21:8. Arrastrando la red...  Es probable que se trate de aquella especie de pesca en la que la red se extendÃa desde la orilla hacia el mar; las personas que estaban en el barco, y que tiraban de la red, cogÃan un compás, y trayendo un cabo, que se ataba al otro extremo de la red, los que estaban en la orilla les ayudaban a arrastrarla. Como la red estaba hundida con pesos hasta el fondo, y la parte superior flotaba en el agua por medio de corchos, o trozos de madera ligera, todos los peces que pasaban por el compás de la red eran, por supuesto, arrastrados hasta la orilla. El poder soberano de Cristo, en este caso, habÃa recogido milagrosamente los peces hasta la parte en la que ordenó a los discÃpulos echar la red.
VersÃculo 9
Verso Juan 21:9. Vieron un fuego...  Esto parece haber sido un nuevo milagro. No podÃa ser un fuego que los discÃpulos tuvieran allÃ, pues se señala como algo nuevo, además, que no habÃan pescado, Juan 21:5, y aquà habÃa un pequeño pez sobre las brasas, y una barra de pan provista para comer con él. Todo parece haber sido preparado milagrosamente por Cristo.
VersÃculo 12
Verso Juan 21:12. Ven a cenar... Î´ÎµÏ Ïε αÏιÏÏηÏαÏε. Aunque ésta es la traducción literal de la palabra, debe observarse que no era la hora de la cena, ya que era todavÃa temprano por la mañana, Juan 21:4; pero Kypke ha demostrado ampliamente que la palabra original es utilizada por Homero, Jenofonte y Plutarco, para significar el desayuno, o cualquier comida temprana, asà como lo que llamamos cena. PodrÃa parecer singular, de lo contrario serÃa tan agradable al uso de la palabra griega, haberla traducido, ven y desayuna.
Desde la confesión de Tomás, sus mentes se han visto afectadas por un temor apropiado a la Deidad de Cristo.
VersÃculo 13
Verso Juan 21:13. Y les da...  Comer igualmente con ellos, como dice expresamente Lucas: Lucas 24:43.
VersÃculo 14
Verso Juan 21:14. Esta es la tercera vez... Es decir, esta fue la tercera vez que apareció a los apóstoles, cuando todos o la mayorÃa estaban juntos. Se apareció a diez de ellos, Juan 20:19; de nuevo a once de ellos, Juan 20:26; y en este momento a siete de ellos, Juan 21:2. Pero, cuando se cotejan los otros evangelistas, encontraremos que esta era la septima vez en el que se habÃa manifestado después de resucitar de entre los muertos.
1°. Se apareció a MarÃa de Magdala, Marco 16:9; Juan 20:15.
2°. A las santas mujeres que salieron del sepulcro. Mateo 28:9.
3º, A los dos discÃpulos que fueron a Emaús, Lucas 24:13.
4° A San Pedro solo, Lucas 24:34.
5°. A los diez , en ausencia de Thomas, Juan 20:19.
6°. Ocho dÃas después a los once , estando presente Tomas Juan 20:26.
7°. A los siete , mencionadas en Juan 21:2; que fue entre el octavo y el cuadragésimo dÃa después de su resurrección. Además de estas siete apariciones, se mostró a sà mismo,
8. A los discÃpulos en cierta montaña en Galilea, Mateo 28:16.
Si la aparición mencionada por San Pablo, 1 Corintios 15:6, a más de 500 hermanos a la vez, si no es lo mismo con su aparición en una montaña en Galilea, debe ser considerada la 9° . Según el mismo apóstol, se le vio a Santiago, 1 Corintios 15:7, que pudo haber sido la décima aparición. Y después de esto, a todos los apóstoles, cuando, en Betania, ascendió al cielo en presencia de ellos. Ver Marco 16:19; Lucas 24:50-42; Hechos 1:3; 1 Corintios 15:7. Este parece haber sido el undécimo momento en el que se manifestó claramente después de su resurrección. Pero podrÃa haber habido muchas otras manifestaciones, que los evangelistas no han considerado apropiado enumerar, por no estar conectadas con nada de singular peso o importancia.
VersÃculo 15
Verso Juan 21:15. Simón me amas... Pedro habÃa negado tres veces a su Señor, y ahora Cristo le da la oportunidad de reparar en cierta medida su falta mediante una triple confesión.
Más que estos... Esto era una especie de reproche para Pedro: habÃa profesado un apego más afectuoso a Cristo que los demás; habÃa sido más atrevido al hacer profesiones de amistad y amor que cualquiera de los otros; y nadie (exceptuando a Judas) habÃa tratado a su Señor tan vilmente. Como antes habÃa dado a entender que su apego a su Maestro era mayor que el de los demás, nuestro Señor le pregunta ahora: ¿Me amas más que éstos? A lo que Pedro respondió con la mayor modestia: Tú sabes que te amo, pero ya no se detiene en la fuerza de su amor, ni se compara ni siquiera con el más ruin de sus hermanos. Antes habÃa hecho una reflexión muy poco amable sobre sus hermanos: Aunque todos se ofendan por ti, yo nunca me ofenderé, , Mateo 26:33. Pero ahora habÃa aprendido, por terrible experiencia, que el que confÃa en su propio corazón es un necio; y que la suficiencia de un hombre para el bien es solo del Señor.
El obispo Pearce cree que las palabras, más que a éstas, se refieren a las provisiones que estaban comiendo, o a sus ocupaciones seculares; porque dice: "No parece probable que Jesús hiciera una pregunta a Pedro que no pudiera responder; porque sólo podÃa conocer su propio grado de amor por Jesús, no el de los otros discÃpulos". Pero me parece que nuestro Señor se refiere a la profesión hecha por Pedro, que he citado anteriormente.
Es notable que en estas tres preguntas nuestro Señor utilice el verbo αγαÏαÏ, que significa amar afectivamente, ardientemente, supremamente, perfectamente - Mateo 21:37;
y que Pedro responde siempre, utilizando el verbo ÏιλεÏ, que significa amar, gustar, considerar, sentir amistad por otro. Como si nuestro Señor hubiera dicho: "Pedro, ¿me amas ardiente y supremamente?". A lo que él responde: "Señor, siento afecto por ti, te estimo, pero no me atrevo a decir más por el momento".
Hay otro cambio notable de términos en este lugar.  En Juan 21:15; Juan 21:17, utiliza la palabra ÏοιμαινÏ, que significa atender un rebaño, no sólo alimentar, sino cuidar, guiar, gobernar, defender, etc., con lo que parece dar a entender que no basta con ofrecer el pan de vida a la congregación del Señor, sino que hay que cuidar de que las ovejas sean debidamente recogidas, atendidas, reguladas, guiadas, etc. y parece que Pedro comprendió perfectamente el sentido de nuestro Señor, y vio que era una indicación dada no sólo a él, y al resto de los discÃpulos, sino a todos sus sucesores en el ministerio cristiano por él mismo dice, 1 Juan 5:2:
Apacentad el rebaño de Dios (ÏοιμαναÏε Ïο Ïοιμνιον ÏÎ¿Ï ÎÎµÎ¿Ï ) que está en medio de vosotros, tomando la vigilancia (εÏιÏκοÏÎ¿Ï Î½ÏεÏ, actuando como superintendentes y guardianes,) no por obligación, sino de buena gana; no por ganancia inmunda, sino de buena voluntad. Cada pastor espiritual de Cristo tiene un rebaño, compuesto por CORDEROS- jóvenes convertidos, y OVEJAS-cristianos experimentados, para alimentar, guiar, regular y gobernar. Para estar debidamente calificado para esto, su sabidurÃa y santidad deben exceder siempre las de su rebaño. ¿Quién es suficiente para estas cosas? El hombre que vive en Dios, y Dios en él.
A la respuesta de Cristo, en Juan 21:16, el posterior sirÃaco agrega, Si me amas y me estimas , apacienta mis ovejas.
VersÃculo 17
Verso Juan 21:17. Pedro se entristeció...  Temiendo, dice San Crisóstomo, que Cristo viera algo en su corazón que él mismo no veÃa, y que pudiera llevarle a otra caÃda; y que Cristo estuviera a punto de decÃrselo, como antes habÃa predicho su negación.
VersÃculo 18
Verso Juan 21:18. Extenderás tus manos...  Wetstein observa que era costumbre en Roma poner los cuellos de los que iban a ser crucificados en un yugo, y extender sus manos y sujetarlas al extremo del mismo; y habiéndolos conducido asà por la ciudad eran llevados a ser crucificados. Véase su nota sobre este lugar. AsÃ, pues, Pedro fue ceñido, encadenado y llevado a donde no querÃa - no es que no quisiera morir por Cristo; pero era un hombre - no amaba la muerte; pero amaba su vida menos que a su Dios.
VersÃculo 19
Verso Juan 21:19. DeberÃa glorificar a Dios... Los escritores antiguos afirman que, unos treinta y cuatro años después de esto, Pedro fue crucificado; y que consideró tan glorioso morir por Cristo que rogó ser crucificado con la cabeza hacia abajo, no considerándose digno de morir en la misma postura en que lo hizo su Señor. Asà lo dicen Eusebio, Prudencio, Crisóstomo y AgustÃn. Véase Calmet.
SÃgueme... Es muy incierto si nuestro Señor quiso decir con estas palabras que Pedro debÃa caminar con él un poco para una conversación privada, o si quiso decir que debÃa imitar su ejemplo, o conformarse a él en la forma de su muerte.
VersÃculo 22
Verso Juan 21:22. Si quiero que se quede hasta que yo venga... Hay varias opiniones al respecto, las principales son las siguientes:
1. Algunos han concluido a partir de estas palabras que Juan no debÃa morir nunca. Muchos hombres eminentes, antiguos y modernos, han sido y son de esta opinión.
2. Otros pensaron que nuestro Señor dio a entender que Juan vivirÃa hasta que Cristo viniera a juzgar y destruir Jerusalén. Sobre esta opinión se observa que Pedro, que era el más anciano de los apóstoles, murió en el año 67, lo cual, dice Calmet, fue seis años antes de la destrucción de Jerusalén; y que Juan sobrevivió a la ruina de esa ciudad unos treinta años, siendo el único de los doce que estaba vivo cuando tuvo lugar la citada desolación.
3. San AgustÃn, Bede y otros, entendieron el pasaje asÃ: Si quiero que se quede hasta que yo venga y  lo lleve por muerte natural, ¿qué te importa? sÃgueme hasta tu crucifixión. Sobre esto se puede observar, que toda la antigüedad está de acuerdo en que Juan, si murió, fue el único discÃpulo que fue llevado por una muerte natural.
4. Otros imaginan que nuestro Señor se estaba llevando a Pedro aparte para hablarle algo en privado, y que Pedro, al ver que Juan lo seguÃa, deseaba saber si debÃa ir con ellos; y que la respuesta de nuestro Señor decÃa que Juan debÃa permanecer en ese lugar hasta que Cristo y Pedro volvieran a él; y a este sentido del pasaje se inclinan muchos crÃticos eminentes. Durante mil ochocientos años, los más grandes hombres del mundo han estado desconcertados con este pasaje. Me parece intolerable intentar decidir, cuando tantos eminentes doctores han estado en desacuerdo, y todavÃa lo están. Me inclino más bien por la cuarta opinión. Véase la conclusión del Prefacio de este Evangelio.
VersÃculo 24
Verso Juan 21:24. Este es el discÃpulo... Es, creo, muy probable que estos dos versos fueran añadidos por algunos de los creyentes de aquel tiempo, como testimonio de la verdad de la narración precedente; y admito, con el obispo Pearce y otros, que es posible que Juan se refiera a sà mismo cuando dice NOSOTROS sabemos... sin embargo, creo que es muy improbable. Es cierto que este Evangelio no pierde nada de su autoridad al admitir el sufragio de la Iglesia de Dios: más bien refuerza las importantes verdades que en él se exponen, y en boca de tantos testigos se establecen aún más abundantemente los asuntos sagrados que conciernen a la paz y la salvación del mundo. Véase la última nota sobre el capÃtulo anterior. Juan 21:25.
Sabemos... En lugar de οιδαμεν, sabemos, algunos han escrito οιδα μεν, sé ciertamente; pero esto es una mera conjetura, y no merece ninguna consideración. Es probable que estos versos hayan sido añadidos por aquellos a quienes Juan encargó su obra.
VersÃculo 25
Verso Juan 21:25. Muchas otras cosas... Ante sus discÃpulos, es añadido por dos MSS. Los escolios en varios MSS. dan a entender que este verso es una adición; pero se encuentra en todas las versiones antiguas, y en OrÃgenes, Cirilo y Crisóstomo.
No podÃa contener... El significado de OrÃgenes de la palabra ÏÏÏειν es admitir o recibir favorablemente. Como si dijera: los milagros de Cristo son tantos y tan asombrosos que, si se detallaran todos, el mundo no recibirÃa el relato con la debida fe, pero se registra lo suficiente para que los hombres puedan creer que Jesús es el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida por su nombre: Juan 20:31.
Ya hemos visto que este apóstol utiliza a menudo el término mundo para designar únicamente al pueblo judÃo; y si tiene este sentido aquÃ, lo cual es posible, se reivindicará de inmediato la exposición anterior de la palabra ÏÏÏειν. Como si hubiera dicho: Si detallara todos las señales y milagros que Jesús hizo entre sus discÃpulos y en las familias particulares donde residió, el propio pueblo judÃo no recibirÃa ni darÃa crédito a estos relatos; pero está escrito lo suficiente para demostrar que este Cristo era el MesÃas prometido.
El obispo Pearce tiene aquà una nota muy juiciosa, de la que lo que sigue es un resumen, con algunas adiciones.
Hasta el mundo mismo... Esta es una expresión oriental muy fuerte, para representar el número de milagros que hizo Jesús. Pero, por muy fuerte y extraña que nos parezca esta expresión al mundo occidental, encontramos autores sagrados y otros que utilizan hipérboles del mismo tipo y significado. En Números 13:33, los espÃas que regresaron de la búsqueda de la tierra de Canaán dicen que vieron gigantes allà de un tamaño tan prodigioso que eran en su propia vista como saltamontes . En Daniel 4:11, se menciona un árbol, del cual la altura alcanzaba el cielo y la vista del mismo hasta el fin de toda la tierra . Y el autor de Eclesiástico, en 47:15, hablando de la sabidurÃa de Salomón, dice: Tu alma cubrió toda la tierra, y lo llenaste de parábolas : asà que aquÃ, en un grado más de hipérbole, se dice que el mundo no contendrÃa todos los libros que deberÃan escribirse sobre los milagros de Jesús, si el relato particular de cada uno de ellos fue dado. En Josefo, Antiq. lib. xix. C. 20, se menciona a Dios prometiéndole a Jacob que le darÃa la tierra de Canaán a él y a su descendencia; y luego se agrega, οἱ ÏληÏÎ¿Ï Ïι ÏαÏαν, á½Ïην á¼¡Î»Î¹Î¿Ï á½Ïá¾³, και γην και θαλαÏÏαν. Lo llenarán todo, todo lo que ilumine el sol, sea tierra o mar . Philo en su tratado De Ebriet , T. i. pags. 362, 10, se observa que habla de la misma manera, Î¿Ï Î´Îµ Î³Î±Ï ÏÏν δÏÏεÏν á¼±ÎºÎ±Î½Î¿Ï Î¿Ï Î´ÎµÎ¹Ï ÏÏÏηÏαι Ïο αÏθονον ÏληθοÏ, ιÏÏÏ Î´ 'Î¿Ï Î´' ὠκοÏμοÏ. Ninguno puede contener la gran abundancia de regalos; ni el mundo es capaz de hacerlo . Y en su tratado De Posterit. Caini, T. i. pags. 253, l. 38, dice, hablando de la plenitud de Dios, ÎÏ Î´Îµ Î³Î±Ï ÎµÎ¹Ï (ει) ÏÎ»Î¿Ï Ïον εÏÎ¹Î´ÎµÎ¹ÎºÎ½Ï Ïθαι Î²Î¿Ï Î»Î·Î¸ÎµÎ¹Î· Ïον á¼Î±Ï ÏÎ¿Ï , ÏÏÏηÏαι αι αν, ηÏειÏÏθαιÏηγη, ηÏειÏÏθαιÏηÏη. Y si quisiera sacar su plenitud, toda la brújula de mar y tierra no podrÃa contenerla ".
Homero, que, si no nació en Asia Menor, sin duda habÃa vivido allÃ, ha seguido a veces la forma hiperbólica de hablar que prevalecÃa tanto en Oriente como en la IlÃada, b. xx. hace que Eneas le diga a Aquiles:
Îλλ 'αγε μηκεÏι ÏÎ±Ï Ïα λεγÏμεθα, νηÏÏ Ïιοι ὡÏ,
á¼ÏÎ±Î¿Ï 'εν μεÏÏá¿ á½ÏμινῠδηÎοÏηÏοÏ.
ÎÏι Î³Î±Ï Î±Î¼ÏοÏεÏοιÏιν ονειδεα Î¼Ï Î¸Î·ÏαÏθαι
Πολλα μαλ '· Î¿Ï Î´' αν Î½Î·Ï Ï á¼ÎºÎ±ÏÎ¿Î½Î¶Ï Î³Î¿Ï Î±ÏÎ¸Î¿Ï Î±ÏοιÏο.
ΣÏÏεÏÏη δε γλÏÏÏ 'εÏι βÏοÏÏν, ÏÎ¿Î»ÎµÎµÏ Î´' ενι Î¼Ï Î¸Î¿Î¹,
ΠανÏοιοι · εÏεÏν δε ÏÎ¿Î»Ï Ï Î½Î¿Î¼Î¿Ï ÎµÎ½Î¸Î± και ενθα.
á½ÏÏοιον κ 'ειÏá¿Ïθα εÏοÏ, Ïοιον κ' εÏÎ±ÎºÎ¿Ï ÏαιÏ.
IlÃada, xx. v. 244-250.
Pero ¿por qué debemos perder el tiempo
en parloteo ocioso, mientras la batalla ruge alrededor?
Los reproches son baratos. Con facilidad podrÃamos descargar
gibas unos a otros, hasta que un barco que pide
cien remos se hundan bajo la carga.
La lengua del hombre es voluble, tiene palabras
Para todos los temas, ni quiere campo amplio y largo;
Y, asà como habla, asà oirá de nuevo.
COWPER.
Se han encontrado pocos casos de algo parecido en el mundo occidental; y sin embargo, se ha observado que Cicerón, en Filipo ii. 44, utiliza una forma similar: Praesertim cum illi eam gloriam consecuti sunt, quae vix coelo capi posse videatur - "especialmente cuando perseguÃan esa gloria que el propio cielo parece apenas contener". Y Livio también, en vii. 25, Hae vires populi Romani, quas vix terrarum capit orbis - "estas energÃas del pueblo romano, que el globo terráqueo apenas puede contener".
Podemos definir la hipérbole asÃ: es una figura retórica en la que parece decirse más de lo que se pretende; y es bien sabido que las naciones asiáticas abundan en ellas. En Deuteronomio 1:28,
Se dice que las ciudades con altos muros a su alrededor están amuralladas hasta el cielo. Ahora bien, ¿qué significa esta hipérbole? Pues que las ciudades tenÃan muros muy altos: entonces, ¿es la hipérbole una verdad? SÃ, pues no debemos atribuir a estas expresiones otra idea que la que los autores pretendÃan transmitir con ellas. Ahora bien, el autor de esta expresión nunca quiso dar a entender que las ciudades tenÃan murallas que llegaban hasta el cielo; ni ninguno de sus compatriotas la entendió en este sentido; no le atribuyeron otra idea (porque las palabras, en el uso común, no transmitÃan otra cosa) que la de que estas ciudades tenÃan murallas muy altas. Cuando Juan, por lo tanto, escribió, el mundo mismo no podÃa contener los libros... ¡qué entenderÃa todo judÃo por ello! Que si se escribieran todas las cosas que Cristo hizo y dijo, los libros serÃan más numerosos que los que se han escrito sobre una persona o un tema: es decir, habrÃa un número inmenso de libros. Y asà serÃa, pues no es posible que la diezmilésima parte de las palabras y acciones de una vida como la de nuestro Señor pudieran estar contenidas en el ámbito de uno o todos estos Evangelios.
Hay una hipérbole muy parecida a ésta, tomada de los escritores judÃos, e insertada por BASNAGE, Hist. des Juifs, liv. iii. c. 1, s. 9. "Jochanan sucedió a Simeón - alcanzó la edad de Moisés - empleó cuarenta años en el comercio, y en la defensa ante el SanedrÃn. Compuso un número tan grande de preceptos y lecciones, que si los cielos fueran papel, y todos los árboles del bosque tantas plumas, y todos los hijos de los hombres tantos escribas, no bastarÃan para escribir todas sus lecciones." Ahora bien, ¿qué significado pretendÃa transmitir el autor de esta hipérbole? Que Jochanan habÃa dado más lecciones que todos sus contemporáneos o predecesores. Ni ningún judÃo del universo entiende las palabras en otro sentido. Es digno de mención que este Jochanan vivió en la época de San Juan; pues estaba en Jerusalén cuando fue asediado por Vespasiano. Véase Basnage, como arriba.
Hay otro citado por el mismo autor, ibid. c. v. s. 7, donde, hablando de Eliezar, uno de los presidentes del SanedrÃn, se dice: "Aunque el firmamento fuera pergamino y las aguas del océano se convirtieran en tinta, no bastarÃa para describir todo el conocimiento de Eliézer, pues hizo no menos de trescientas constituciones sobre la manera de cultivar los pepinos". Ahora bien, ¿qué querÃa decir el rabino con esta hipérbole? Pues que Eliézer era el mayor naturalista de su tiempo, y que habÃa escrito y hablado más sobre ese tema y otros que cualquiera de sus contemporáneos. Este Eliézer floreció unos setenta y tres años después de Cristo. Además, es digno de mención que también se afirma que este hombre vivió en la época de San Juan. Se supone que Juan murió en el año 99 de nuestra era.
Las hipérboles de este tipo, comunes en el este y el oeste, en el norte y el sur, se pueden encontrar en todas partes; y nadie está desconcertado con ellas excepto los crÃticos. ConfÃo en que los ejemplos anteriores sean suficientes para justificar y explicar las palabras del texto. Apenas es necesario añadir que la expresión francesa común, tout le monde, que literalmente significa todo el mundo, se utiliza en un millón de casos para significar las personas presentes en una reunión, o la mayorÃa de ellas, y a menudo los miembros de una familia en particular. Y, sin embargo, nadie que entienda el lenguaje imagina que se refiera a alguien más que a la congregación en un caso, o a la familia en el otro.
Amén... Esta palabra es omitida por el ABCD, varios otros; el sirÃaco, todo el árabe, y ambos el persa; el copto, el sahÃdico, el etiópico, el armenio, el hieros sirÃaco, la Vulgata, y toda la Itala excepto tres.
La palabra amén, que ha pasado inalterada a casi todas las lenguas del mundo en las que existen escritos sagrados, es hebrea pura; y significa ser estable, constante, firme, establecido o confirmado. Se utiliza como partÃcula de afirmación y advertencia. Cuando una persona juraba la verdad de cualquier hecho, se le recitaba el juramento y se obligaba simplemente diciendo: ××× ××× amén, amén.  Vea una instancia de esto, Números 5:22. En Deuteronomio 27:15-5, debe entenderse en el mismo sentido; las personas que lo usan se obligan, bajo la maldición allà pronunciada, si hacen alguna de las cosas allà prohibidas. A menudo se usa como una partÃcula de afirmación, aprobación y consentimiento, ejemplos de los cuales ocurren con frecuencia en el Antiguo Testamento. Cuando cualquier persona comenzaba un discurso o testimonio con esta palabra, se consideraba a la luz de un juramento ; como si hubiera dicho, prometo mi verdad, mi honor y mi vida a la certeza de lo que ahora afirmo.
Nuestro Señor comienza muchos de sus discursos con esta palabra, ya sea individualmente, Amén, os digo ; o duplicado, Amén, amén, le digo a usted ; que traducimos en verdad : como Cristo lo usa, podemos entenderlo como la expresión de una absoluta y incontrovertible verdad . Las instancias del uso del término único ocurren con frecuencia: consulte Mateo 5:18, Mateo 5:26; Mateo 6:2, Mateo 6:5, Mateo 6:16; Mateo 8:10; Mateo 10:15, Mateo 10:23, Mateo 10:42, c. , C. pero es notable que sea duplicado por San Juan, ver Juan 1:51; Juan 3:3, Juan 3:5, Juan 3:11; Juan 5:19, Juan 5:24; Juan 6:26, Juan 6:32, Juan 6:47, Juan 6:53; Juan 8:34, Juan 8:51, Juan 8:58; Juan 10:1, Juan 10:7; Juan 12:24; Juan 13:16, Juan 13:20, Juan 13:21, Juan 13:38; Juan 14:12; Juan 16:20, Juan 16:23; Juan 21:18; y ninguno de los otros evangelistas lo repite. Algunos han supuesto que la palabra ××× es contratada y contiene las iniciales de ××× × ××× × ×¢×× Adonai Malec Neeman, mi Señor el Rey fiel ; a quien siempre se entiende que la persona que lo usa hace su apelación. Cristo mismo es llamado Amén, á½ Îμην, Apocalipsis 1:18; Apocalipsis 3:14;
por la eternidad de su naturaleza y la inmutabilidad de su verdad. En épocas posteriores, se colocó al final de todos los libros del Nuevo Testamento, excepto los Hechos, la EpÃstola de Santiago y la tercera EpÃstola de Juan, simplemente como testimonio del transcriptor de su verdad; y, tal vez, a veces debe entenderse como garantÃa de la fidelidad de su propia transcripción.
Las suscripciones a este Evangelio, asà como a los anteriores, son diversas en las diferentes versiones y manuscritos. Las siguientes son las que parecen más dignas de mención.
"El santÃsimo Evangelio de la predicación de Juan el evangelista, que habló y proclamó en lengua griega en Ãfeso, está terminado". - SYRIAC en Bib. Polyglott.
"Con la asistencia del Dios supremo, el Evangelio de San Juan el hijo de Zebedeo, el amado del Señor, y el predicador de la vida eterna, está terminado. Y es la conclusión de los cuatro santÃsimos y vivificantes Evangelios, por la bendición de Dios. Amén". - ÃRABE en Bib. Polyglott.
"Los cuatro gloriosos Evangelios, de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, se han completado" -PERSIC en Bib. Polyglott.
Otras suscripciones son las siguientes:-
"El final del santo Evangelio de Juan - entregado treinta años - treinta y dos años después de la ascensión de Cristo - en la isla de Patmos - en la lengua griega en Ãfeso - bajo el reinado de Domiciano - escrito por Juan cuando estaba exiliado en Patmos - bajo el emperador Trajano - y entregado en Ãfeso por Gayo el anfitrión de los apóstoles. Juan, habiendo regresado de su exilio en Patmos, compuso su Evangelio, teniendo 100 años de edad y vivió hasta los 120 años". - SUIDAS.
En un MS. etiópico de la biblioteca real de ParÃs, en la conclusión de este evangelista están estas palabras: - "Ahora la suma de todas las cláusulas de los cuatro Evangelios es de 9700. - Por la gracia del Señor, aquà terminan los cuatro Evangelios. Las secciones de los cuatro Evangelios son 217. Las cláusulas del santo Evangelio, incluso desde su principio hasta su final, es decir, la escritura de San Juan, están completadas".
Tal vez sea necesario informar al lector de que los manuscritos más antiguos apenas tienen suscripción alguna, y que no hay que depender de nada de lo que se encuentra en los otros; la mayorÃa de los transcriptores sacan conclusiones según sus diferentes fantasÃas. Véase la nota final del capÃtulo anterior; y véase el prefacio de este Evangelio, donde se tratan otros temas relativos a él.